lunes, julio 31, 2006

El retorno

¿Sienta bien una semana de vacaciones? Creo que sí. Los hay que dirán que mejor dos, o tres, o cuatro, o... De momento he tenido una en la que he podido hacer lo que estaba previsto, disfrutar y descansar. En estos tiempos en los que se ha puesto de moda irse a la catarata más recóndita de la selva del Norongoro y sacarse allí unas fotos mientras uno se tira de una liana autóctona de endeble pinta, yo puedo presumir de haber pasado una semanita en casa sin muchas cosas apasionantes que relatar, aunque, eso sí, varias zarzas y ortigas degustadas en las piernas gracias a una improvisada excursión.

Los que no han disfrutado tanto de sus vacaciones han sido los pobres infortunados que pretendían volar desde el aeropuerto del Prat, en Barcelona. Las imágenes de estos días han sido un espectáculo lamentable, digno de cualquier lugar tercermundista. Si le dicen a uno que eso, en vez de ser Barcelona es Kabul o el Zaire a nadie le hubiese extrañado. Decenas de miles de personas tiradas, pasando el rato al raso, durmiendo en el suelo sobre cartones, e incluso en las cintas de facturación!!! Ilusiones de vacaciones rotas, o viajes de negocios perdidos, o conexiones arruinadas, simplemente, el deseo de ir de una lado a otro deshecho por la negligencia de unos trabajadores que se han mostrado sumamente egoístas en la defensa de unos privilegios adquiridos y de unas autoridades de navegación aérea, aeroportuarias y ministeriales simple y sencillamente inútiles. ¿Ha visto alguien a algún representante de los sindicatos de Iberia, de la misma compañía, del aeropuerto, de AENA o del Ministerio de Fomento pidiendo perdón? Esto es más sencillo que Sodoma y Gomorra, sólo pido uno, y ni eso. Nadie.

Como siempre en estos casos, la culpa la tiene el viajero. ¿Quién le manda salir de viaje en avión? Lo que debe hacer es quedarse en casa, atado a un sillón, con la luz apagada y sin hacer ruido, y, como no, pagando impuestos a muchas administraciones de muy distinto nombre, que hacen una carrera continua por demostrar quién es más incompetente. Y ojo con quejarse, que entonces viene el gobierno y te denuncia por cualquier cosa. Seguro que cuando hace dos fines de semana ZP se fue a Londres en avión privado para llevar a su hija al colegio y hacer compras en Harrods no tuvo problemas.... y es que este país no deja de sorprendernos ni a las puertas de las vacaciones.

viernes, julio 21, 2006

Moratinos desbocado

Ayer, en un encuentro del Foro de la Nueva Economía tuvo lugar una surrealista situación de enfrentamiento entre uno de los representantes de la comunidad judía en España y el Ministro de Asuntos Exteriores Miguel Ángel Moratinos. El primero acusó a Zapatero y a todo su gobierno de llevar un apolítica antijudía y antisemita y el segundo, muy enfadado, le abroncó, diciéndole literalmente que sea la última vez que manifiesta esas opiniones en público. Todo muy destemplado y nada diplomático, y yo extasiado de ver como este gobierno imberbe es capaz de complicarse la vida y complicárnosla en un asunto tan serio y, a la vez, tan difícil de polemizar si uno se atiene a la doctrina de la Unión Europea.

Es cierto que el empresario, Hachuel, muy conocido, uso un lugar poco adecuado para decir cosas semejantes, y que la vinculación entre estar en contra del gobierno de Israel y ser antisemita no es ni mucho menos directa, pero el que erró fue el Ministro. ¿Quién se cree él que es para mandar callar a alguien? ¿Acaso no estamos en un régimen de libertades en el que todos nos podemos expresar? Esas alusiones a” la última vez que digas” sonaban a imperativo de tiempos oscuros, donde el gobierno decía lo que los ciudadanos debían opinar. ¿Tenemos que pasar un filtro previo del Ministerio de Asuntos Exteriores para saber si nuestras opiniones pueden ser difundidas? ¿Nos van a poner censura previa? ¿Qué tiene que suceder para que a este señor le cesen de su cargo? Lo más divertido es que el pobre Moratinos lleva toda la semana intentando tapar (y no lo estaba haciendo mal) el agujero diplomático que su jefe Zapatero ha hecho en las relaciones con Israel, aderezado con la foto del pañuelo difundida ayer. Seguro que si alguno de los presentes le pone, por ejemplo, un crucifijo Zapatero se da cuenta enseguida de lo que es y se lo quita antes de que cruce su coronilla. Una escena digan de un cuento de Mortadela, un gobierno con un conocimiento de la diplomacia similar al de un vigilante de discoteca. Apañados vamos.

Y en medio de esta coyuntura me cojo una semana de vacaciones. Estaré en Elorrio y alrededores pasando una semana que espero sea de buen tiempo y con alguna tormenta para aderezar las tardes. Si no pasa nada raro, no habrá nuevas entrada hasta el Lunes 31 de Julio, en el que volveré a estar frente a las montañas de papel que me rodean en la mesa de trabajo, como a casi todo el mundo. Disfrutar del calor y de este Julio que ya se nos va.

jueves, julio 20, 2006

Etapón

Ayer Óscar Pereiro se consagró en el Tour de Francia. Independientemente de si gana finalmente el Domingo en París, lo que consiguió ayer, retomando el jersey de líder en la etapa reina de los Alpes supera todas las aspiraciones que podíamos esperar, después de ver como otro americano le quitaba el liderazgo el día anterior. Mención especial también para Carlos Sastre, que está segundo en la general, logrando que, por primera vez en la historia, dos españoles copen las dos primeras posiciones. Es cierto que en una edición descafeinada, sin la mayor parte de favoritos, pero lo que cuenta es la verdad, y los favoritos dopados no lo son.

Ah!, el Tour... qué mal nos acostumbró el gran Indurain durante los noventa. Una tras otra, las victorias caían sin esfuerzo, con épica, sí, pero con una precisión matemática que las hacía casi obvias. A partir del tercer triunfo encadenado la histeria colectiva devino en admiración y previsión de futuras ganancias seguras. Eso se acabó, primero en el Giro que ganó un tal Eugeni Berzin, del que nada más se supo (cuanta Epo tomaría?) y luego en un año en el que Tour y Vuelta a España fueron tristes remedos de lo que las piernas de Miguel nos solían enseñar. Y después, el vacío, el imperio americano, que a mi me dejó encantado, porque nunca nadie hizo tanto por mostrar la necesidad de superación tras el cáncer como Lance Armstrong, y eso es la mayor de sus victorias. Pero para los ciclistas españoles las carreteras francesas se volvieron malditas. Abandonos, pájaras, despistes, y caídas, como la muy dolorosa de Beloki, que se fracturó la cadera y su vida en una curva odiosa de la campiña gala. Cada año teníamos un nuevo candidato y sucedía lo mismo que en los mundiales de fútbol, pero sin esperar un cuatrienio. Y de repente, en el año del escándalo, cuando hace casi tres semanas se sospechaba una carrera suspendida, la explosión Pereiro. Qué buena sorpresa.

El que no debe estar muy feliz es Leblanc, el jefe de carrera, que desde los tiempos de Indurain tiene una cara avinagrada y triste, incapaz de, pese a sus muchos intentos, impedir que el español, y después el americano, ganasen triunfos a raudales, mientras que los corredores franceses no levantan cabeza desde el escupitajo de Fignon. Ya se enfadó mucho cuando el gran Perico Delgado ganó a la antigua, e intentó desprestigiarle, pero no lo consiguió. A ver si este año se vuelve a su casita pensando “Mon Diue, que he de hacer para que gane un francés, poner bolsas de sangre en el resto de equipos?” Tal como pedalean los galos últimamente, ni así.

miércoles, julio 19, 2006

Líbano otra vez

Al ver las imágenes de estos días de los bombardeos en el Líbano recordaba yo las escenas de los ochenta. Allí, yo, un crío de muy pocos años, veía escenas similares a las actuales, y empecé a aprender términos raros, como Hezbola, drusos, cristianos maronitas, y otros similares. Es triste ver como han pasado veinte años desde entonces y las cosas vuelven a su punto original. El país se desangra entre los bombardeos israelíes y al actitud estúpida de un grupo fanáticos islamistas, y como siempre el perdedor es la población civil, esa que vemos llegar a los aeropuertos huyendo de la guerra

Soy de los que opinan que esta situación no tiene solución. Israel tiene derecho a tener un estado, los palestinos también, y todos los países vecinos deben estar obligados a respetar ambas entidades. En la situación actual Israel tiene un estado atrincherado, rodeado de enemigos que tratan de echarlo al mar, y sus relaciones conflictivas siempre son con un segundo: Israel versus Palestina, Israel versus Líbano, Israel versus Irán, Israel versus Siria, etc. A algunas mentes brillantes e les ha ocurrido la idea de que la solución es eliminar a Israel, y desde Europa, autores del mayor esfuerzo exterminador habido en esa dirección, no alzamos la voz, y nos limitaos a dar una callada y cómplice respuesta de tibieza. Lo que es erróneo por parte de Israel, creo yo, es la táctica que está desarrollando de ataques contra civiles. El Líbano acabará sometido, pero su prestigio no, y la imagen judía se resentirá aún más, por no hablar del hecho de que muchos civiles inocentes van a acabar pagando las consecuencias de todo esto con sus vidas y propiedades. En muchas ocasiones Israel actúa como una fiera enjaulada (que lo está) azuzada por todos los que la rodean, que parecen tener el objetivo de que se desmadre y así tener la excusa perfecta para eliminarla. Confiemos en que no sea así.

¿Y quién para esto ahora? Hay muchos candidatos: El G8, el cuarteto de Madrid, la ONU, la Liga Árabe, EE.UU, la Unión Europea, Javier Solana, Pepino Blanco, Arnaldo Otegui..... incluso puede que Patxi López se pase por allí y les mire a todos a los ojos para convencerles de la necesidad de dejar las armas. A la hora de la verdad todos estos actores pintan lo mismo en la región. Nada. Los combates acabarán cuando Israel se haya quedado satisfecho en su intento de eliminación de Hezbola, y cuando ésta se vea en retirada, por cansancio, destrozo o falta de apoyo de Siria o Irán, países que la sustentan. Si conseguimos que ninguno de ellos se involucre “oficialmente” en la historia podemos darnos por satisfechos. Sino, apañados vamos.

martes, julio 18, 2006

Lo que el viento se llevó

Ayer estuve de visita en casa de un conocido con motivo de llevarle una serie de regalos varios. Fuimos a la típica urbanización del extrarradio, de grandes bloques en manzana amplia, con piscina y demás equipamientos en una plaza interior gigantesca, y todo ello rodeado de un inmenso erial, descampado y vacío. Es una imagen muy típica en las ciudades de hoy, y dificulta mucho saber realmente donde esta uno. ¿estuve ayer en las afueras de Madrid, de Bilbao, de Washington? Quizás lo único distintivo era el secaral producto de la sequía, que denotaba su ubicación lejos del norte, pero por lo demás, era todo muy clónico. Un asunto interesante para pensar, pero no es ese el tema, no.

En eso que estábamos en la terraza de la casa tomando algo (quién tuviera una terraza, que lujo...) cuando empezó a levantarse un viento fuerte y algo molesto. La previsión para la tarde anunciaba tormenta, y desde luego nubes oscuras había en el horizonte. Sumado el viento al inevitable y siempre presente polvo de una zona en construcción, en breves minutos se levantaron unas nubes de polvo y restos dignas de la mejor película del oeste. Sólo faltaban los pistoleros en la calle, porque las balas de paja rodaban sin parar. De repente, pude ver que en el séptimo piso del bloque de enfrente, en su extremo, dos hamacas colgaban de la barandilla de uno de los balcones. No era nada divertido, porque con el vendaval y la altura que había la caída de una de ellas sobre la cabeza de alguien podría tener efectos graves. De repente, una se soltó de su apoyo y empezó a caer bamboleada por el viento. Quiso la casualidad que acabase su vuelo sobre la terraza del primer piso del bloque, sin llegar a tocar la acera, mientras nosotros veíamos la escena en medio de la sorpresa y el temor. La segunda silla se quedó enganchada en la baranda y no cayó, pero de vez en cuanto vecinos del bloque se asomaban a las ventanas para ver que pasaba, aunque quién no dio señales de vida fu el propietario del piso y las sillas.

Intuyo que, si estaba fuera de casa, al llegar se sorprendería al ver una de sus tumbonas en una posición acrobática en el balcón, mientras que le faltaba la otra. ¿Dónde estará? ¿la habrán robado?. Aunque para cara de sorpresa, la del dueño de la terraza del primero, que al abrir la puerta de la misma descubriría, asombrado, una tumbona hecha trizas recostada sobre su terrazo. ¿Cómo ha legado esto aquí? ¿y sí estuviese asomado y me cae en la cabeza? En fin, que frágil es el mobiliario de ocio, y que poco seguras son nuestras vidas cuando los elementos se desmadran, cosa que sucede incluso en una de esas clónicas urbanizaciones de diseño.

lunes, julio 17, 2006

¡¡¡Taxi!!!, ¡¡¡Taxi!!!

¿Alguno ha visto la película “Jo, qué noche”? Trata de las desventuras y desgracias que les suceden a unos infortunados en una noche en Nueva Cork. Su intención es divertirse un rato y volver a casa, pero se ven envueltos en medio de situaciones de delincuencia, violencia, riesgo y desenfreno no previsto. Aunque sin llegar a esos extremos, el final de la noche del pasado sábado tuvo su toque surrealista no programado, lo cual no deja de ser curioso, y nos demuestra lo cerca que está el caos y desorden de nuestra (aparentemente) planificada vida

Para volver de cierto evento a Madrid había que coger unos autobuses contratados al efecto. Llegó la hora de irse pero, al haber menos bajas de las previstas en al hora anterior, no todos entramos en el último autobús, por lo que siete personas nos quedamos en tierra, y llamamos a dos taxis. Cuatro querían seguir la fiesta y una pareja y yo nos íbamos para casa. Tras mucho esperar conseguí hablar con teletaxi y logré pedir dos vehículos. Pasó el rato y allí no aparecía nadie, y optamos por la táctica de buscar distintos números de teléfonos y pedir la mayor cantidad de taxis posibles, a ver si alguno nos hacía caso. Pero no. Pasaban los minutos y nada. Tras mucho hilo musical volví a contactar con la operadora anterior y me dijo que no le había dado la dirección correcta y que los taxis habían pasado por un lugar en el que no había nade. Volví a repetirlo todo, y al cabo de un cuarto de hora pasó un solitario taxi. El grupo de cuatro lo cogió y yo me quedé con la pareja, que estaba empezando a discutir, a cuenta de las copas que llevaba él y su empeño por buscar un autobús en medio de la nada. Tras unos gritos, el chico se fue, y la chica y fuimos en sentido contrario en busca de otro transporte. Un taxi apareció al cabo de otro cuarto de hora y, pese a intentar convencer al novio de que bajase de un bus que había tomado, él se mostró impasible, y se fue.

Y así es como acabé yo a eso de las 4:30 de la mañana en una escena digna del Paul Auster, en un coche llevado por un hombre de leve acento marroquí y una desconocida muy enfadada con su pareja, medio presa del llanto y de la ira el ver como su novio se iba en medio de la noche y su cogorza sólo en un bus. Como el paseo en coche fue largo pude hablar un poco con ella, pero no era ni el momento ni el lugar ni el estado de ánimo más indicado para conocerse, seguro. Ella se bajó primero y yo continué hasta casa, dudando si lo que había vivido y visto era cierto o no, y sintiendo que, aunque me dolía bastante todo el cuerpo, a mi azarosa compañera de viaje ahora le estaba doliendo el alma.

viernes, julio 14, 2006

Vuestro momento (para J & A)

Temeroso avanza J por el pasillo / desconfiado ante lo que va a hacer
que esto no es como ir al futbol o leer, / ya su voz no es más que un hilillo

Y A, de espanto está llena por doquier, / y, extrañada, se pregunta en su interior,
ni hipoteca subrogada ni tipo euribor, / porque el canguelo me entra, que he de temer

En una iglesia de sobrio corte marcial / ante la enseña patria y la del Vaticano
allí os consagráis, es vuestro trono / en un sitio de corte, palaciego, casi real

Porque allí vais a decir SI a vuestro amor / a sellar los labios con una firma de sanción
poniendo un bello y sacro colofón / a una historia de pareja sin pudor

Todos felices y emocionados estamos, / ante la muy importante fecha de mañana
y casi el generalato se desmelena, / de alegría reímos, y casi saltamos

los querubines cantando avanzan por el pasillo / y tú, J, nervioso, esperas al final, frente al altar
y no sabes bien si reír, alegrarte o, feliz, llorar / mientras A te mira a través de su visillo

Movido por manos expertas en el arte del tocar / el órgano suena, alto, solemne y jovial,
y nosotros asentimos de manera venial / “espero que no la vayan a pifiar”

Ser la pareja más feliz del mundo, / la envidia de solterones y chicos viejos
del amor, el mayor de los espejos / y del querer, un inmenso pozo sin fondo

Hipoteca del alma, de placeres duros la fuente / que nada, ni ella, os ciegue ni nuble la esperanza
porque somos nosotros los que os damos la confianza / los que os decimos con fuerza y valor... ADELANTE!!

jueves, julio 13, 2006

Los pilotos

Ayer se acabó por fin la huelga del SEPLA, unas siglas que para todo el mundo, menos los metidos en el mundo aeronáutico, debieran ser unas desconocidas, pero para el español medio ese nombre se encuentra a la altura de Bin Laden o de la gripe aviar. Es sinónimo de desastre, angustia, ira. El Sindicato de los Pilotos es lo más parecido que conozco al Sindicato del Crimen, y la verdad es que ejerce su labor coercitiva y fastidiosa con una puntualidad y eficacia que ya quisieran para sí las aerolíneas. Como todos los veranos, ya hemos tenido nuestra huelga de pilotos, y contentos si sólo aguantamos una, porque, como en los pueblos, les gusta la repetición de las fiestas.

Hace tiempo que no uso Iberia. Los primeros meses de mi estancia en Madrid la empresa me pagaba vuelos, y cogía un avión cada tres semanas, y las experiencias eran siempre muy similares. Esperas, retrasos, extravíos.... y eso que se trataba del viaje Madrid – Bilbao, que no es una distancia muy grande de vuelo. A los pocos meses me di cuenta que lo más lógico era no tomar Iberia, y me decanté por Spanair que, pese a tener unos aviones bastante peores y ruidosos, cumplía con los horarios bastante fielmente. Luego se acabaron los vuelos y los experimentos. En todos esos meses pude vivir multitud de experiencias desagradables en el aeropuerto. Gritos, discusiones, broncas, intentos de agresión, etc. En su mayor parte no justificables, pero sí comprensibles en vista de la dejadez de la compañía hacia el pasaje, y su falta de explicaciones. Estos días han salido por la tele situaciones semejantes, personas desesperadas viendo sus vacaciones o negocios frustrados, quedándose en medio de la nada, y pudiendo recurrir sólo al personal de tierra que, indefenso y tan abandonado por la compañía como el viajero, es quién debe recibir el golpe del usuario, y sin aumento de sueldo ni garantías extras, claro. Eso a mi me daba especial pena, porque esa azafata de tierra no tiene ni la culpa ni la solución.

Al final los pilotos se han salido con al suya. Les vana a garantizar el sueldo y salario durante una buena temporada y, cuando se harten, volverán a las andadas. Me pregunto yo si ante situaciones así no es lícito echar a toda esa gente a la calle, despedirla y contratar a pilotos nuevos, que sean como el trabajador de cualquier empresa, responsables pero que no puedan chantajear al resto, y que vaya a hacer la huelga al Polo Norte. Parece que no, y que la paz ha vuelto, pero los usuarios sabemos que por poco tiempo. Justo cuando más los necesitemos volverán a la huelga, y claro, las ganas que tendrá uno de mandarlos a volar de un buen puntapié no permitirá que el avión despegue. Una lástima.

miércoles, julio 12, 2006

11, 11, 11.....

Gran atentado ayer en Bombay, India. En este momento la cifras de muertos ya se sitúan en 190, pero parece que, como suele ser habitual, son números que crecen poco a poco, pero sin parar. Las mismas imágenes de destrucción, horror y desolación que en otras ocasiones, sólo que esta vez nos suenan. ¡Cuánto se parecían los trenes de ayer a los de Atocha o El Pozo! Igualmente reventados, idénticamente violados, una similitud excesiva como para quedarse impasible. No quiero ni pensar en los familiares del 11M cuando ayer vieron esas imágenes, lo que les pudo venir a la memoria, el recuerdo que no cesa.

......... y otra vez 11. 11 de Julio, otro maldito 11. Ya llevamos tres 11, el 11S, 11M y el 11J, y tres ciudades, Nueva York, Madrid y Bombay, hermanadas en el dolor de un triste día 11. Hace cuatro días recordábamos la matanza de Londres, un 7 de Julio. Por cuatro días Londres no se unió a ese club de ciudades 11, aunque tuvo al desgracia de ser miembro de la asociación de ciudades damnificadas. ¿Por qué el 11? Más allá de explicaciones de quién han sido los autores del atentado, confuso asunto, pero me inclino a pensar en yihadistas que buscan la independencia de cachemira y de paso enquistar aún más la relación India Pakistán, me queda la enorme duda de la fecha. Puede ser por imitación. Bin Laden hizo pasar el 11S a la historia, y toda esta serie de grupúsculos imitadores y admiradores de su estrategia le homenajean actuando en la fecha 11, el número maldito. Es un razonamiento bastante débil e incoherente, pero dado que me resulta imposible ponerme en la mente de alguien que decide matar gente, sea de al manera que sea, más difícil me parece descubrir el porqué elige un día y no otro. Pero ha sido un 11, es un hecho, oscuro hecho.

Lo que está claro es que vamos a tener que observar con cuidado los días 11 de cada mes. Es siniestro, pero “sólo” están ocupados los 11 de Marzo, Julio y Septiembre. “Quedan” nueve días 11 libres a lo largo del año. ¿Significa eso nueve distintas ciudades que van a engrosar esta lista horrible en el futuro? Dios no lo quiera, pero parece haber mentes perversas que buscan esa posibilidad, que trabajan con ese plan. Pero, por encima de todo, la duda eterna ¿por qué Bin Laden destruyó las Torres Gemelas, que dan título a este blog y a tantas cosas, en un día 11? Da bastante miedo saber que hay una respuesta razonada y planificada a todo esto.

martes, julio 11, 2006

Esto se desmadra

Ayer llegó a España el cadáver de Jorge Arnaldo Hernández Seminario, primer soldado español muerto por un ataque directo y premeditado contra el contingente nacional en Afganistán. Peruano de origen, y nacionalizado español, vino aquí para buscar un dinero que llevar a su familia, y ha muerto en la estepa afgana. Curioso y triste viaje. Podría reflexionar sobre el hecho de que, como en EE.UU. sean los inmigrantes los primeros en causar baja en un conflicto militar, cosa de la que se critica mucho a ese país, pero me preocupa más el avispero en el que se está convirtiendo el país de destino, allí a donde llegó Jorge Arnaldo y de donde no fue capaz de volver.

Afganistán se descontrola. Tras al invasión de 2001 – 2002 y un breve periodo de estabilidad, el país (por denominarlo de alguna manera) vuelve a estar dominado por señores de la guerra, tribus y milicias de corte talibán. El gobierno de Kabul es una especie de fantoche que sólo es capaz de controlar la capital y una breve extensión circundante, y las tropas con el escudo de al OTAN que allí se encuentran desplegadas empiezan a convertirse en un cuerpo de interposición entre las distintas facciones, todas ellas de acuerdo den eliminar esos contingentes militares extranjeros. Si el gobierno de Kharzai acaba cayendo el país volverá al caos absoluto y el descontrol, y nuevas milicias terroristas se aposentarán, pudiendo así planificar nuevos ataques occidentales y desestabilizar del todo una zona demasiado peligrosa. Surgen voces cada vez más fuertes que demandan la salida de las tropas española de allí y de, en su conjunto, todas las fuerzas aliadas. Quizás estén movidos por un sentimiento humanitario, pero no podemos caer en ese error. Lo que se debiera hacer es enviar más tropas aún. Contingentes que, si empiezan a salir de Irak, se trasladen a Afganistán lo antes posible, porque si la situación persiste volveremos a ver al mulá Omar enseñoreándose de las calles de Kabul y amenazándonos a nosotros y a su población. No podemos consentirlo.

En cierto modo esto me recuerda un poco a El Señor de los Anillos. En una época anterior a la que relatan las películas, el floreciente reino de Gondor era el encargado de vigilar las murallas de Mordor, encargándose de que la sombra no volviese. Sin embargo, el relax, la despreocupación y la decadencia de los Reyes y Senescales propició que esa labor defensiva no se mantuviese con fuerza y acabase fracasando. El tímido avance de las tropas “aliadas” sobre Dol Guldur no fue capaz de dominar al mal, y éste retorno a su reino, y se volvió a erigir su refugio de Barad-dhûr, y Minas Morgul volvió a manos del averno. No permitamos algo así. No podemos dejar de mirar a Afganistán como nuestro seguro. No debemos perder esta batalla.

lunes, julio 10, 2006

Coches

Este caluroso fin de semana, tras mucho tiempo sin hacerlo, he ido al cine, y he visto la nueva película de Pixar “Cars”, Coches, que retrata un mundo protagonizado por coches y, en general, vehículos de cuatro ruedas. Muy buena película, quizás no tan redonda como Los Increíbles, pero es que esta última es de una genialidad desbordante. Hay muchas cosas que se pueden destacar de “Cars”, empezando por la defensa de unos sólidos y muy necesarios valores morales, que cierto diario el viernes calificaba de rancios, pero me quedo con el hecho de ver un mundo lleno de coches, por y para ellos, y en eso la realidad no dista mucho de la ficción.

Hace años se decía que si un extraterrestre viniese de visita a La Tierra pensaría que, hasta no tocar suelo y vernos, sus habitantes serían unas cajas de metal provistas de ruedas que andan por todas partes. Esa sensación la puede disfrutar uno mismo desde el GoogleEarth. A medida que vamos descendiendo sobre cualquier punto, especialmente sobre occidente, empezamos a distinguir ciudades, carreteras, y edificios, y justo al final, coches. Aparcados, atascados, en medio de caminos polvorientos, surcando autopistas... coches por todas partes. Y sí, parece que son los coches los que viven en las ciudades. La apoteosis se da en las ciudades americanas, diseñadas en una época en la que ya se intuía el despliegue del invento del siglo XX. Enormes avenidas, cruces esquinados, pisos de autopista superpuestos sin fin y gigantescos aparcamientos por doquier, que parecen restaurantes de autoservicio para bujías, aceite y gasolina, como hamburgueserías para los coches. Quizás no somos conscientes de la importancia del coche en nuestras vidas. Lo damos por asumido, pero es una novedad radical que ha cambiado tanto nuestros paisajes y costumbres en este pasado siglo como pocas cosas lo han hecho a lo largo de al historia.

En la película los coches sienten, comparten, sufren, se ríen y expresan (sí, un coche se puede expresar si le das cariño y mucha imaginación) mejor que los actores de verdad en muchas de las películas normales. Esos coches no son conscientes del efecto invernadero, ni de la contaminación que provocan, a excepción de la furgoneta Volkswagen, siempre alternativa, pero desean ser felices, conocer el amor, olvidar desgracias pasadas, volver a ser importantes y sentirse queridos. ¿A quién no le puede enternecer eso? Si puedo comentaré en otra entrada otros aspectos que me han llamado la atención (y gustado) pero por ahora basta con ir a verla y disfrutarla, que no es poco.

viernes, julio 07, 2006

Santas fiestas

De un día como el de ayer, tan cargado de noticias y de imágenes de solitario coraje de madre en medio de vergonzantes cobardías de hijos, me quedo con la historia de ese concejal del Ayuntamiento de Pamplona que se negó a gritar eso de ¡Viva San Fermín! a la hora de lanzar el chupinazo con el que se abren una de las fiestas más planetarias que existen. El individuo, llamado Javier Ezkubi (es fácil, pero mejor abstenerse de hacer el chiste de Scooby Do) se escudó en su condición de agnóstico para no festejar el patrón de la fiestas. Atenta al quite estuvo al alcaldesa, Yolanda Barcina, que cogió el micrófono y echó los gritos de rigor justo antes de disparar el cohete.

Polémica un poco tonta, no? Las fiestas de cada pueblo tienen un origen distinto. Muchas veces están dedicadas a la advocación de un Santo, como es esta de Pamplona, y otras no. Sin ir más lejos las de Elorrio tienen su origen en la feria agrícola y ganadera, y no se santifica a nadie (quizás a Baco, pero poco más) y hay casos extremos, como la Semana Grande de Bilbao, que no tiene ni origen ni tradición ni nada. Se busca una fecha adecuada, se organiza una juerga y se institucionaliza. Algunos incluso se han inventado un santo, como Celedón en Vitoria. S ele homenajea e, incluso, organiza su descenso de los cielos. Imagino al tal Ezkubi en la plaza de la Virgen Blanca, indignado, aterrorizado y lleno de enojo al ver como alguien baja de los cielos a al tierra trayendo la alegría y la fiesta. Qué vergüenza, qué ordinariez, dirá el concejal pamplonica, sin probar ni gota de champán ni nada por el estilo. De hecho es muy probable que ayer, después del cohete, abandonara la ciudad para huir de unas fiestas que homenajean a un Santo. No le veo yo disfrutando por la calle de la juerga, no...... En el fondo este hombre es el reflejo de esa casta de políticos (y no) que se están atribuyendo el derecho de modificar las cosas y hacer que todo el mundo cambie sus costumbres y tradiciones por sus meros antojos personales. Lo mismo pasa con los vegetarianos, ecologistas, amantes de la caza y pesca y colectividades varias y variadas. Todo el mundo interpreta su particularidad como algo obligatorio y general y eso no puede ser. Es muy poco democrático, si es que eso le importa a alguien.

Y lo que le espera a Ezkubi con la visita del Papa a Valencia. Despliegue de televisión, radio y prensa, homenaje a las víctimas del atentado, velas, misas y demás estética religiosa, y él inmerso en una bañera, con agua hasta el cuello esperando a que pasen esos días lo más deprisa posible. Quizas no debiera ser tan descreído, porque pruebas del más allá las hay. Ayer, sin ir más lejos, hubo una reunión del PSE con representantes de algo muy parecido al infierno, y a la salida estaba la imagen viva de la santidad,
Pilar Ruiz, enjuta, fuerte y llorosa, como voz que clama en el desierto, abandonada a su suerte por los lobos que amenazan devorar no ya a su rebaño, al que ya cercenaron hace unos años, sino su memoria y libertad. Demasiado agnóstico de la decencia hay suelto por ahí.

jueves, julio 06, 2006

Justito de cadera

¿Hace cuanto tiempo que no pasan por esa experiencia de comprar ropa? Yo no soy nada amigo de las prendas, soy muy mal cliente. Aunque todas y mucho disfrutan con eso de ir de tiendas, mirar estampados... “venga, ponte esto, que te queda muy mono” y cosas así, para mi constituyen sensaciones parecidas a las pesadillas. Momentos de cierta tortura, aderezados por la confusión que supone el concepto de tallas, encajes, ajustes, todos ellos variables y sin criterio ni orden, distintos según la tienda y, al parecer, color y balda en la que está la prenda. Un oscuro mundo, desde luego, pero a veces me empujan a él.

Ayer, sin ir más lejos. Tras un buen rato, que me pareció largísimo, y que a mis sufridos, valientes, decididos y adorados acompañantes les pareció muy breve, conseguí comprarme un traje nuevo. Yo sólo estaba de maniquí, porque casi todos me parecían iguales (sólo mostré preferencias por algo oscuro) y empecé a probar uno que de chaqueta no me iba mal, pero me obligaba a aguantar la respiración dos horas seguidas para poder meter los pantalones. Horroroso. Tras ese probé una talla superior, cuyos pantalones ya empezaban a dejar que mis piernas pudieran respirar (y los pulmones) pero a juicio de la crítica, la chaqueta era enorme. La verdad es que lo más probable es que mis espaldas y hombros sean pequeños y caídos, pero aquello no quedaba muy bien. Una vez visto que la chaqueta debía ser del número X y el pantalón del Y, y que había un traje con combinación Chaqueta – pantalón tipo X – Y pequeña y X grande – Y, pregunté muy sorprendido al dependiente si no era posible, y lógico, coger el juego X Y, dado que encima luego se paga. Pero No. Resulta que las combinaciones están cerradas, y tuvimos que buscar otro modelo que ofreciese una secuencia X Y más acorde. Y calo, yo no salía de mi asombro, porque en estos tiempos en los que te personalizan hasta la casa y el coche, resulta que la estructura de la ropa que debes ponerte encima es más rígida que la fantástica modularidad de los asientos de tu nuevo monovolumen. Incomprensible.

Esto es muy similar a una dictadura, no??? Resulta que si a un señor se le ha metido en la cabeza que la combinación idónea es, digamos, 50 – 45, pues todo el mundo a proporciones del 50 – 46, porque todos somos del mismo patrón estructural, verdad???? Eso por no contar con los que no entran en la proporción mínima. Esos que se fastidien, dejen de comer y se corten huesos de la cadera para poder encajar en el talle. En fin, menos mal que conté con los mejores cicerones posibles, porque sino jamás hubiese logrado comprar nada. Y luego hay gente que disfruta con estas cosas, y dicen que yo soy raro................

miércoles, julio 05, 2006

.... and Lift Off!!!!!!!!!!!!!

Por fin, tras muchas dudas y retrasos, y en una semana aciaga y llena de desgracias, una buena noticia. El despegue del trasbordador Discovery producido ayer en Cabo Cañaveral, Florida, fue todo un éxito. Los temores a desprendimientos de la espuma aislante del tanque de combustible fueron disipados, aunque al parecer pequeños fragmentos sí se cayeron. Está por ver los daños producidos, cosa que sabremos en dos días, una vez que la nave se ancle a la Estación Espacial y, desde allí, pueda ser observada en su panza y laterales con detenimiento. Esperemos que sin consecuencia alguna, el viaje de retorno sea tranquilo.

Los que sí que tenían ganas de que despegase la nave eran, sin duda, los astronautas que llevan un largo tiempo aislados en la Estación Espacial. Tras el desastre del Columbia, destruido en su reentrada hace ya casi dos años y medio, la carrera espacial norteamericana se paró, y con ella la principal herramienta de construcción y abastecimiento de la Estación, la flota de transbordadores. Diseñados para ser baratos, reutilizables y funcionales, los costes de utilización de estas naves se han revelado prohibitivos a la medio y largo plazo, y su operatividad mermada por las bajas órbitas que alcanzan (300 – 500 km de altura). En 1983 el Challenger se destruyó ante la atónita mirada de todos. Fue horrible. El Columbia murió en la reentrada y sólo que dan dos naves, que se jubilarán en 2010 según las previsiones y, hasta entonces, serán las únicas vías de enlace con esos valientes que viven allí arriba, los hombres más aislados del mundo, que ni están en el mundo, sino más allá. Si yo fuese psicólogo no dejaría de estudiar la situación de esos tres solitarios, abandonados en un cascarón con las mejores vistas posibles, incapaces de tener ningún contacto humano que no sean ellos, y que sobreviven pese a todo sin pegarse ni tirarse la (cutre) vajilla espacial como un vulgar matrimonio. Eso es resistencia y heroísmo, y quién se acuerda de ellos habitualmente???

Como homenaje, recomendaría a las televisiones que, entre partido y partido y partido y partido de fútbol pusiesen alguna película de homenaje a estos valientes. Tres recomendaciones: “Apolo 13”, con Tom Hanks anhelando alcanzar la luna como comandante Jim Lowell, “Space Cowboys” con Clint Eastwooed y otros grandes compañeros dando lecciones de integridad, valor y audacia a unos mozalbetes imberbes y, especialmente, “Elegidos para la Gloria” basada en la novela de Tom Wolfe, sobre los pioneros de la aventura espacial estadounidense. Sólo por el título merece ser repuesta, porque no hay mejore definición para esos valientes, que cumplen nuestro sueño de alcanzar las estrellas. Si fuese millonario pagaba el pasaje y subía, pero sólo soy rico en ilusión, y eso es suficiente?????? Puede que sí.

martes, julio 04, 2006

Descarrilamiento

Enorme tragedia la de ayer en el metro de Valencia. 41 muertos son muchos muertos, demasiados. Habrá que investigar que ha sucedido para que semejante carnicería pueda ser posible, que ha fallado, que se ha hecho mal, que irresponsabilidades de gestión, conducción o de cualquier otra causa han podido contribuir a semejante desastre. Si ha sido por incompetencia o desidia alguien debiera dar la cara y dimitir. Es una pena que el maquinista del tren, de quién se dijo inicialmente que estaba herido leve, finalmente esté entre los muertos. Nos quedaremos sin su testimonio de porqué el tren aceleró de repente y se salió de la vía de una manera que tanto extraña a los expertos.

Con lo que me gusta a mi el metro..... Es rápido, limpio y seguro, MUY seguro. La mayor parte de accidentes habidos en estos últimos años han sido en derivaciones tras el servicio o en superficie. Sí es un entorno peligroso para un caso de atentado terrorista, como lo demostró el ataque con gas sarín en el de Tokio o las bombas del metro de Londres, para cuyo primer aniversario sólo nos faltan tres días. En ese caso se une, a los daños físicos provocados por el atentado (o un accidente como el de ayer) la sensación de encierro, agobio, claustrofobia por sentirse bajo tierra, sin luz ni aire natural. En un lugar muy propicio para el pánico. Cuando a veces los trenes se detienen entre estaciones, por la causa que sea, siempre observo alguna cara temerosa, deseando saber porqué nos hemos parado aquí, en medio de de esta oscuridad, y si no pasará nada malo. Cuando el convoy vuelve a arrancar, esas caras se tranquilizan, pero les queda en el fondo un resquemor de duda, aprensión por estar moviéndose en un sitio que no es cómodo para ellas, no es natural, y se les nota. Nunca me he visto en una situación semejante, y quiera Dios que siga así, por lo que no se como reaccionaría ante un panorama como el de ayer. Supongo que me podría el miedo y la congoja, aunque la situación en superficie, de las familias que llaman, no obtienen respuesta y se hunden en la desesperación debe ser mucho peor.

Como muestra de lo que es el miedo y como evitarlo, al coger el metro ayer camino a casa, a la tarde ya muy avanzada, en el canal de televisión del metro de Madrid, que emite publicidad y noticias, no hicieron referencia alguna al accidente en ninguno de los bloque s de informativos que puede ver, en los que si hablaban de otros sucesos y noticias producidos esa tarde. En cierto modo es lógico, porque nadie se queda tranquilo cuando baja veinte metros bajo tierra y le dicen que en Valencia han muerto 34 personas (que era la cifra de ayer por la tarde) hace pocas horas en un lugar similar. A veces es mejor no saber las cosas, pero me quedé pensando delante de la pantalla, notando esas ausencia, y preguntándome que hubiese sido mejor. Si ocultarlo o difundirlo y honrar la memoria de las víctimas desde el lugar en el que más próximos no s podríamos sentir a ellas: un andén de metro.

lunes, julio 03, 2006

Los puntos

El tema de este fin de semana, por encima de la negociación con ETA, el mundial y otras muchas cosas ha sido el del carné por puntos. Entró en vigor el sábado, junto a una descafeinada operación salida, que seguramente contó con la subida de gasolina típica de estas fechas pero que no se vio perjudicada por atascos monumentales. Allí estaban los periodistas, encaramados a los pórticos que cruzan las autovías, tratando de regodearse en el atasco que debía estar bajo sus pies pero, milagro, nada de nada. Coches fluidos camino al descanso y poca animación en las carreteras, y muchos puntos bailando.

Antes que nada, debo decir que conduzco muy poco, porque no tengo coche aquí. Uso el transporte público y no se lo que es pasar un atasco en Madrid (a lo mejor por eso me gusta esta ciudad) pero estoy de acuerdo con el carné por puntos. Sería un interesante experimento ver que hubiese ocurrido si esta medida la hubiera implantado el PP, teniendo el rechazo social que tiene, pero no tuvo valor para hacerlo, la ha puesto el PSOE, y el mérito es suyo. Los primeros datos avalan su inicial éxito, aunque habrá que esperar a que pase el efecto novedad y la estadística se estabilice. De ser plenamente efectivo se demostraría que, al final, lo que funciona es el palo, la sanción, el miedo a perder el cané, y no la conciencia cívica ni otras posturas angelicales. De hecho este carné tiene una filosofía punitiva enorme. Solo sirve para sancionar, y lo único que provoca es castigos, puntos negativos. No se premia al buen conductor, quizás porque escasea tanto que no merece la pena ni reseñarlo.

El sábado ví unas imágenes en un informativo de un señor a quién le quitaban cuatro puntos por exceso de velocidad. El individuo tenía una cara de desconcierto y alucine enormes. Parecía ido, sin saber muy bien de que le estaba hablando el agente, que era eso de los puntos, y la velocidad, y el carné, y los límites de velocidad. No creo que, de haberse hecho una buena campaña de información (que NO se ha hecho, muy mal, muy mal) este hombre se hubiera enterado de algo, pero al menos ahora empezará a empaparse de que es eso del código de circulación y que si el respeto a las normas se debe cumplir o no. ¿qué es eso de las normas de tráfico? A lo mejor mucha gente ahora empieza incluso a preguntárselo.