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jueves, julio 17, 2025

Volar el ministerio de defensa sirio

Desde hace unos días se producen graves enfrentamientos en los altos del Golán, territorio disputado entre Israel y Siria, entre fuerzas islámicas alentadas por el gobierno sirio y personas de la minoría drusa, aliada de Israel, que viven en esa zona. Apenas ha salido en los medios, pero el balance de la refriega ha dejado un saldo de cerca de trescientos muertos y numerosos heridos. El actual gobierno sirio, débil, no es capaz de imponer la seguridad en su territorio y las milicias que respalda, en muchas ocasiones, no es que se extralimiten, sino que directamente realizan acciones de tierra quemada en las que no dejan nada vivo. Ya pasó algo similar en Tartus, antigua base rusa y zona controlada por los alauíes, afectos al caído régimen de los Asad.

Pues bien, Israel, que ah descubierto que su mejor diplomacia es la del palo, y no la zanahoria, ayer atacó posiciones en el mismo centro de Damasco, la capital siria, y en una acción de gran impacto destruyó, directamente, la sede del ministerio de defensa sirio, con una serie de bombazos que redujeron el edificio a un conjunto de escombros. Como llamada de atención equivale a pulsar un timbre muy grande. Aunque Siria es enorme frente al tamaño de Israel, Damasco está situada en el extremo oeste, por lo que la distancia de tiro desde Israel es mínima, tanto para un lanzamiento balístico como para una operación aérea de ida y vuelta. Es de suponer que el gobierno sirio haya captado el mensaje y la situación en el Golán se reconduzca rápidamente, pero esta vuelve a ser una nueva muestra de hasta qué punto el gabinete israelí de Netanyahu ha decidido resolver todos sus problemas a base de ataques militares, empleando una fuerza disuasoria de capacidad no vista en la zona. Todos sus vecinos, a excepción de Egipto, creo, han sido atacados últimamente por Israel, con consecuencias devastadoras para la población civil y con el claro mensaje de superioridad que esos actos han implicado. Ahora mismo nadie es capaz de toser a Tel Aviv en su región, porque tanto Líbano como Siria como Irán han sufrido duros castigos que les han hecho ver que meterse con Israel es un mal negocio. En un mundo de diplomacia en retirada las armas imponen su ley, e Israel ha decidido que su seguridad vale más que cualquier otra cosa, y desde luego más que la vida de cualquiera de sus vecinos. EEUU ha reaccionado con una posición diplomática ante lo sucedido, reclamando la calma entre las partes y la apertura de negociaciones para que la situación en el Golán se encauce, pero de las declaraciones de Marco Rubio y de algunos miembros de su equipo trasluce una creciente incomodidad respecto a la autonomía estratégica con la que Israel se desenvuelve. Completamente dependiente del suministro de armas por parte de EEUU, Netanyahu se ha convertido en un pistolero de gatillo fácil en una zona demasiado convulsa, y el recurrir a bombardear como primera medida de presión es algo que no se contempla en los manuales de la diplomacia moderna. Hasta ahora estaba claro que la seguridad de Israel estaba en manos de EEUU y que la superpotencia era el garante último de lo que pasase allí, pero desde los crueles atentados de Hamas del 7 de octubre de 2023 y la llegada al poder en Tel Aviv del extremismo sionista, las reglas han cambiado, e Israel dicta su política de seguridad sin ambages, sin cortapisa alguna. Sabe que su imagen en el mundo se ha desplomado, pero no le importa, porque ha logrado meter miedo a sus enemigos históricos, que ahora están más débiles que nunca. El ciudadano israelí contempla como su país se ha embarcado en un proceso de militarización acelerada, con reservistas llamados a filas de continuo, con muchos negocios y empresas cerrados por los recelos de los clientes internacionales y la falta de trabajadores, algunos en el ejército, otros, inmigrantes, que no pueden acceder al país, y una sociedad que vive el orgullo de imponer su ley a todo quisqui que le rodee pero que no se quita el miedo de encima sobre posibles agresiones y venganzas. Israel está construyendo su seguridad a base de humillar a todo lo que le rodea, y ese es el perfecto caldo de cultivo de futuras venganzas.

Lo que antes les comentaba, recurrir a la violencia como primera alternativa, antes de la negociación, es, en parte, un resultado del mundo descontrolado al que vamos, en el que la labor policial que ejercía EEUU se está diluyendo con las decisiones que cada día toma Trump desde su despacho. Vamos a un escenario global fragmentado, inestable, peligroso, en el que la fuerza empieza a ser la vara de medir, y en el que varios actores pueden tomar decisiones militares de relevancia en la creencia de que nadie va a detenerlos. El nivel de peligrosidad crece y las violencias locales pueden resurgir. Israel, en este caso, puede ser el alumno aventajado de lo que está por venir.

miércoles, julio 16, 2025

El caso Epstein y los muy MAGA

El caso Epstein es uno de los mayores escándalos de los tiempos modernos y una fuente de constantes bulos, rumores, conspiraciones y demás. Epstein era un millonario de Nueva York con contactos en las más altas esferas de la economía, política y sociedad del mundo, y un adicto a algunas sustancias y, sobre todo, al sexo con menores. Organizaba fiestas en islas privadas del caribe en las que el suministro de menores estaba garantizado para los asistentes. Allí jugaba un papel trascendental Ghislaine Maxwell, su mejor amiga, hija del magnate británico Robert Maxwell (fallecido en Canarias en extrañas circunstancias) como organizadora de todo. Epstein acabó detenido y se suicidó en la cárcel. Ese es el discurso oficial

Hay grabaciones públicas de Epstein con todo quisqui, empezando por el propio Donald Trump en los noventa en una actitud de compadreo absoluto. Lo que no se sabe con certeza es la lista de los que acompañaban a Epstein en sus repugnantes fiestas, y esa ha sido una de las mayores fuentes de rumores de todo el caso. Los republicanos muy duros siempre han acusado a los líderes demócratas de haber sido invitados a esas reuniones y de que allí cometían todo tipo de delitos. Trump ha enarbolado la “lista Epstein” como uno de sus lemas en todas las campañas electorales que ha desarrollado, y ha dicho que la iba a hacer pública para escarnio de los pedófilos que en ella figuran. La llegada al poder del Donal en febrero reactivo este asunto y, desde las posiciones más ultras del movimiento MAGA, comenzaron las peticiones para que se desclasificasen todos los documentos al respecto. Trump, al principio, dijo que sí, que sin problemas, pero luego ha empezado a dar largas, y eso ha mosqueado a muchos. El acabose en este asunto llegó tras la bronca en redes de Musk y Trump, la escenificación de su divorcio, cuando Musk dijo que Trump figuraba en esa lista, acusándole públicamente de haber sido uno de los abusadores. Trump lo negó categóricamente, pero no ha querido saber nada más del asunto Epstein, y cada vez que los periodistas le preguntan sobre el tema monta en cólera y se niega a responder. De hecho empieza a decir públicamente que esa famosa lista que él ha alardeado en hacer pública no existe, y que todo eso es un viejo asunto que debe ser olvidado. Una mentira tipo Sánchez de reescribir lo que dije en el pasado que puede colar para algunos, pero en EEUU los más recalcitrantes del movimiento MAGA, que son los que han elevado al poder a Trump, no olvidan este asunto y llevan unos cuantos días encolerizados. Más allá de vídeos en las redes de sujetos quemando gorras de MAGA como desprecio a su líder, por lo que consideran una traición, y que puede notarse en el respaldo electoral el año que viene, lo relevante es que pesos pesados de la opinión ultraconservadora en EEUU están lanzando acusaciones contra Trump sobre este tema. No sólo le tachan de mentiroso al incumplir la promesa electoral que hizo de transparencia sobre el tema, sino que, tras los tuits de Musk, empiezan a exigirle que cuente lo que sepa no como presidente de EEUU, sino como antiguo amigo del pederasta. Este asunto, turbio donde los haya, ha escalado muy alto en el organigrama del poder de aquel país. La fiscal general, a las órdenes de Trump (que guay, eh, Sánchez?) se ha unido al discurso de su jefe y, cuando le mentan a Epstein, echa balones fuera y pasa del tema, pero en el FBI hay una bronca monumental, porque los dirigentes puestos por Trump no están siguiendo la línea oficial y exigen transparencia sobre el asunto. Esta semana se ha llegado a rumorear incluso la posible dimisión del máximo responsable de ese organismo en protesta por la negativa de Trump a aclarar el caso. Por ahora no se ha producido, al parecer porque Trump lo ha evitado, pero la marejada es intensa.

¿Qué hay de cierto en todo lo que rodea a la lista Epstein? A saber. La defenestración pública del príncipe Andrés de Inglaterra viene de ahí, porque Epstein era un muy buen amigo suyo, y se da por sentado que el príncipe cometió con el pederasta oficial actos deleznables, pero no hay constancia de otros nombres, aunque la rumorología ha puesto a muchos en el disparadero. Ghislaine Maxwell, condenada a varios años de cárcel por colaboración con Epstein es, probablemente, la fuente más autorizada para saber realmente quiénes estuvieron en esas fiestas y qué hicieron. Por ahora calla, como una auténtica profesional. Las evasivas de Trump aumentan la rumorología del escándalo y las teorías de todo tipo, sin que se les vea freno alguno.

martes, julio 15, 2025

Singulares injusticias

Aunque hay bastante poca concreción en el texto, lo ayer firmado entre el desgobierno central y la Generalitat de Cataluña plasma, en un documento oficial, la esencia de lo apalabrado en Waterloo entre el sedicioso Puigdemont y el ahora en prisión preventiva Santos Cerdán. Dos delincuentes repartiéndose como si fuera un botín, de hecho así lo ven, la Agencia Tributaria y la recaudación fiscal, con el objeto de que uno de ellos se quede con una de las partes más sustanciosas, quitándoselo a los demás. Un acto de absoluta injusticia, insolidaridad y desprecio hacia el resto que, en su momento, fue un acuerdo entre partidos y ahora lo es entre administraciones.

A partir de hoy, toda la artillería mediática de Moncloa, pública y privada subvencionada, se dedicará sin descanso a vender las ventajas “progresistas” de este acuerdo como si fuera el mayor avancen de derechos sociales jamás registrado en nuestro país, cuando se trata de justamente lo contrario. La mal llamada financiación singular, el cupo catalán sería una denominación mucho más ajustada, no es sino el intento de plasmar en ley la segregación de Cataluña de la caja común de la recaudación tributaria nacional, de la que ya están exentas las tres diputaciones vascas y Navarra a cuenta del cupo, muy injusto, pero reconocido constitucionalmente. La aspiración del nacionalismo catalán, recuerden, dominado por facciones de derechas o muy de derechas, y representando a los intereses de las clases altas catalanas, las que por renta pagan más impuestos allí, es que ese dinero que ellos pagan como tributo se lo queden ellos, a ver si de esa manera logran pagar menos y, desde luego, no aportar nada a la financiación del conjunto del país. Cataluña no paga impuestos, Asturias no paga impuestos. Las personas físicas y jurídicas que residen en cualquier parte del país y que generan rentas sujetas a tributo pagan impuestos, y si sumamos lo que aportan los que radican en un territorio averiguaremos lo que de ese territorio se recauda, pero no lo que EL territorio paga. Un rico en Extremadura paga más impuestos que un pobre en Cataluña. Es el hecho de que haya más ricos en Cataluña que en Extremadura el que hace que las cuantías obtenidas mediante residentes que miran al Mediterráneo superen a las que se perciben agregando lo que vive en las vegas del Guadiana. Así de simple. Lo que ocurre es que el nacionalismo catalán, ese sector extractivo de la población que se inventa agravios con tal de sacar pecho y, a través de la victimización, conseguir prebendas, ha decidido que rompe las reglas del juego y que se quiere quedar con todo el dinero que los ricos de Cataluña aportan a la caja nacional, y que se traduce en que si se realiza una obra de Alta Velocidad en Extremadura, de coste millonario, sea la tributación nacional quien la pague, de tal manera que, si sumamos territorios, sean Cataluña o Madrid los que más hayan cofinanciado de los costes de esa obra. Subidos a una ola de mentiras y agravios inventados digna de la mejor de las estrategias trumpistas, y sabiendo que ante ellos tienen a un gobierno débil, presidido por un sujeto al que nada le importa más allá de su posición de poder, los nacionalistas han pisado el acelerador y quieren elevar a rango de ley un privilegio cantonal propio de la edad media, en la que las naciones modernas sujetas a derecho no existían, en la que los ciudadanos no tenían arte ni parte en la gobernación, y menos derechos, y los caciques locales eran los que determinaban que sucedía. El populismo catalán nunca se ha visto más fuerte, a pesar de la debilidad electoral de sus últimos resultados, y el acuerdo de ayer no es sino un intento de plasmar, de manera legal, la infame cesión a la que Cerdán llegó con el sedicioso a cambio de siete votos en la investidura. En ese acuerdo de cesión también se incluía la asquerosa ley de amnistía, que este desgobierno ha llevado a la práctica, por lo que no duden, si el ambicioso Sánchez ve que su posición depende de cometer la mayor injusticia fiscal que se haya propuesto en occidente en las últimas décadas, la ejecutará con total orgullo.

El resto de Comunidades Autónomas de régimen común, tanto las gobernadas por el PP como por el PSOE, han salido en tromba en contra de este acuerdo, por motivos fiscales y políticos. De llevarse a cabo, el nivel de inversión global del estado se reduciría muy notablemente por la evidente pérdida de ingresos que supondría. Además, obviamente, este acuerdo supone una discriminación política al resto del país, ya que se le dice que es de segundas, que es menor de edad, inferior, y que debe acatar lo que otros, los que se creen superiores a ellos, les imponen. Sí, así es el nacionalismo, en este caso el catalán, una máquina de discriminar sin freno, y con medios potentes que venden su discurso. Indigno en grado sumo, pero con este desgobierno lo pueden lograr. Ojalá no sea así.

lunes, julio 14, 2025

Disturbios en Torre Pacheco

La presencia bastante más numerosa de fuerzas de la Guardia Civil ha logrado impedir enfrentamientos entre personas en Torre Pacheco, Murcia, pero por tercera noche consecutiva se han dado incidentes, que en este caso han consistido en actos de “kale borroka” por parte de violentos contra las fuerzas del orden. Ya saben, arrojamiento de objetos, quema de contenedores, cruce de los mismos, destrozo de mobiliario urbano, etc. No se si hay nuevos detenidos que sumar a los que ya se han producido, pero al menos no consta que haya heridos ni agresiones personales. Tarde, demasiado tarde, pero la calma se irá imponiendo en las calles.

Lo de Torre Pacheco es un tema complicado, en el que la demagogia hace que se expandan las posiciones simplistas y se llegue a justificar la violencia de manera absurda, cuando bien saben ustedes que la violencia no tiene justificación alguna, y quien al esgrime pierde toda la razón o argumentos que pudiera tener en un momento dado. Hace cuatro días un jubilado de la localidad sufrió una agresión que le dejó mal herido. Al parecer los autores eran un grupo de chavales, de origen magrebí, que estaban desarrollando un reto viral, una de esas estupideces que tan de moda se ponen a cuenta de las redes sociales y que no logro entender qué valor pueden tener para quienes las llevan a cabo. Tras ese incidente, serio, se produjo una primera noche de incidentes en la que nacionales, nacidos en el pueblo de familias de allí, se dedicaron a buscar a hijos de inmigrantes, tan nacidos en Torre Pacheco como los primeros, para llevar a cabo un ajuste de cuentas. Venganza con tintes racistas. Esa noche ya hubo altercados significativos, sin respuesta de las fuerzas y cuerpos de seguridad, cuyos mandos debían estar viendo algo más interesante en sus despachos que lo que sucedía a pie de calle en un pueblo de Murcia. La segunda noche fue aún más violenta, con grupos de origen magrebí y vecinos y llamados a través de las redes sociales por grupos de extrema derecha enfrentándose de manera más violenta y organizada. Esa noche los disturbios superaron cualquier límite tolerable y ya había en la calle más periodistas que fuerzas de seguridad. Tras ello se decidió movilizar a la Guardia Civil y esta tercera noche, al menos, se han evitado las agresiones mutuas. Al parecer, según dicen los vecinos, no son pocos los hijos de inmigrantes que residen en la localidad que no tienen trabajo ni ocupación y causan problemas de manera regular, cosa que ha hartado a mucho de los residentes y llevado la tensión en las calles a un punto en el que la acción contra el jubilado ha desatado los ánimos. Al calor de esta situación se han sumado profesionales de la algarada, en este caso de la extrema derecha, que se han movilizado por redes y han llamado a acudir a Torre Pacheco a algo así como “la caza del inmigrante” en un movimiento de tintes xenófobos que echa para atrás y que debe ser perseguido de raíz. Los autores de la paliza al jubilado que ha servido como excusa para que se den todos estos incidentes deben ser detenidos y puestos a disposición judicial, al igual que todos aquellos que se han enfrentado y agredido a otras personas, sean o no de las fuerzas de seguridad, por agresión a la autoridad. Me da igual el origen de los que se dedican a pegar a otros o queman contenedores por la calle, son una panda de indeseables y deben ser detenidos, y castigados. Que en sus apellidos aparezcan nombres de tradición hispana o magrebí sólo señala quiénes eran sus padres, no la excusa de sus innobles actos, y por ellos deben pagar. Así mismo, se deben rastrear las redes para detectar quiénes alientan, amparados en la seguridad del anonimato seguramente, actos de violencia organizada, cacerías y semejantes disparates. Deben ser detenidos de igual manera que los que arrojan cosas, porque ellos han arrojado odio organizado.

Que haya un problema de integración de ciertas comunidades en pueblos y comarcas del país, que es cierto, no es excusa para alentar comportamiento violento alguno. El mantenimiento de la seguridad pública es una de las principales labores de un estado digno de llamarse como tal, y eso también significa que si el delincuente es de origen inmigrante debe ser tratado con la misma severidad como cualquier otro. La visión buenista ante el delito en función de la procedencia de quien lo cometa sólo origina problemas mayores y, por cierto, no le hace ningún favor alguno al delincuente, que no es consciente de la gravedad de lo que ha hecho. Cabeza fría, intensa presencia policial y represión ante cualquier conato violento hasta que las noches en Torre Pacheco vuelvan a ser sólo un lugar en el que el calor del verano afloja algo.

viernes, julio 11, 2025

Treinta años de Srebrenica

Hoy se cumplen treinta años de la masacre de Srebrenica, localidad bosnia que fue masacrada por las tropas serbias durante la cruel guerra sucesiva que vivieron los territorios de la antigua Yugoslavia durante la década de los noventa del siglo pasado. Los serbios, ortodoxos, asesinaron de manera genocida a unos 13.000 residentes de esa localidad, de religión musulmana, en apenas un par de días, con el consentimiento de las tropas de pacificación de la ONU, que ya estaban sobre el terreno, principalmente integradas por contingentes europeos, sobre todo de los países bajos. La orden de eliminar a los habitantes de esa localidad se ejecutó con frialdad y eficacia. Fue el primer acto genocida en Europa desde el fin de la IIGM.

Hoy, tres décadas después, asistimos a una repetición a escala de lo que pasó en Srebrenica en muchas de las localidades del este de Ucrania, donde las tropas rusas asesinan sin piedad ni organización a civiles y a todo lo que se mueva de una manera burda, chapucera, pero efectiva. No existe una planificación estructurada de limpiar las poblaciones como sucedió en el pasado, o al menos no ha trascendido un plan consistente al respecto, pero el resultado es similar. Asesinatos fríos, indiscriminados, generalizados, en los que se busca reducir hasta la nada la población que en un momento dado ocupaba el asentamiento, para que sea sustituida por nuevos vecinos, provenientes de allí donde la raza es la correcta, serbia entonces, rusa ahora. Los testimonios de los supervivientes de Bucha, localidad al norte de Kiev, en su extrarradio, que estuvo bajo control ruso durante las primeras semanas de la invasión putinesca de Ucrania, y que son el testimonio más fiel de lo que sabemos que ocurre en las zonas sometidas al yugo del invasor, relatan unas primeras semanas de ocupación fría, de soldados algo perdidos, de episodios de violencia aislados, absurdos, crueles, pero esporádicos. No se cortaban los rusos en matar a civiles en Bucha, por las causas más peregrinas posibles, pero no lo hacían de manera generalizada. El miedo entre todos los residentes era enorme, porque no sabías qué es lo que te podía salvar la vida o hacerla perder en medio de aquella situación, totalmente inesperada. Muchos optaron por salir lo menos posible de sus casas, hacer como que allí no había nadie y no pisar el exterior para no encontrarse con soldados que pudieran hacer preguntas para las que no hubiera respuesta. Cuando las tropas rusas empiezan a perder posiciones en el entorno de la población la cosa cambia, y entonces sí se desata un proceso de asesinato generalizado. Nuevamente, a lo ruso: desorganizado, improvisado, desestructurado, ejecutado por críos o personajes que van vestido de militar pero que carecen de instrucción ni de tablas. Eso sí, saben que disparar es fácil y les sale gratis. Grupos improvisados de soldados empiezan a entrar en las casas, a sacar a sus moradores y a tirotearlos por la espalda, dejando sus cadáveres abandonados en jardines, aceras o calles, así, sin más. Algunos aún están vivos después de ser abatidos, pero mueren en medio del asfalto desangrados en medio de la indolencia de sus captores, que les dejan ahí tirados de camino a otra casa. Cientos y cientos de personas fueron asesinadas de una manera tan irracional como esta durante los días en los que la soldadesca de Putin tuvo que abandonar el enclave al fracasar la toma de Kiev, en las primeras semanas de la guerra. Las imágenes de lo que allí sucedió dieron la vuelta al mundo, y fueron negadas por sus ejecutores y por aquellos que, a sueldo o por creencia, defienden la visión imperialista de Putin. También muchos negaron las matanzas de Srebrenica. Allí, como en Bucha, fue decisivo el papel de los periodistas, los corresponsales de guerra, que actuaron como notarios para atestiguar un horror que escapaba a la comprensión y que requería pruebas sólidas para ser asimilado y que, en un futuro, alguna condena cayese sobre los autores intelectuales y ejecutores de aquel crimen.

Karadzic y Milosevic, cada uno en su papel, fueron juzgados y condenados por las atrocidades cometidas en Bosnia, pero eso no sirvió para que ninguno de sus actos se revertiera. Hoy, la posibilidad de juzgar a Putin o a cualquiera de los dirigentes civiles y militares rusos que ejecutan la carnicería de Ucrania se antoja como una fantasía. Sus crímenes permanecen impunes, y su número crece a cada ataque masivo que lanzan sobre el país, a cada pequeña aldea que conquistan y arrasan. No, no parece que hayamos aprendido mucho en el tiempo transcurrido. Las tierras de sangre, como las denomina Timothy Snyder, siguen chorreando.

jueves, julio 10, 2025

Agonizar en Gaza

Ahora ya no, pero durante los meses del curso escolar no han sido pocas las veces en las que, al subir al metro de la parada de mi barrio para venir al trabajo, he coincidido con una chica joven que llevaba dos colgantes metálicos en su cuello con sendas placas. En una se podía leer “bring them back” que es el lema con el que los israelíes se manifiestan para reclamar la vuelta de los secuestrados tras los atentados del Hamas del 7 de octubre de 2023. La otra placa, ilegible para mi, estaba escrita en caracteres hebreos. Supongo que será el mismo lema en su propia lengua.

A tres meses de cumplirse los dos años de aquella salvajada islamista, la situación en Gaza y aledaños es, simplemente, desoladora. El número de palestinos que mueren cada día a manos de las tropas de Israel se cuenta por docenas, el nivel de destrucción de la franja la ha convertido en poco más que un erial lleno de escombros y la superioridad aplastante de las tropas del IDF respecto a los milicianos de Hamas se ha traducido en un constante abuso de la fuerza, siendo incontables los casos denunciados de violaciones de los derechos humanos cometidos en la franja por parte de las tropas israelíes. Hace tiempo que la guerra de Gaza dejó de ser un ejercicio de legítima defensa para convertirse en una venganza largamente rumiada por parte de la sociedad israelí, y las acciones que allí se han desarrollado han estado marcadas, sobre todo, por ese deseo de resarcimiento, de devolver el dolor sufrido una y mil veces, hasta la extenuación. El destino de los secuestrados, desde que empezaron las operaciones, ha sido la menor de las preocupaciones del gobierno de Netanyahu, que ha visto en esta guerra la oportunidad de oro no sólo de mostrar a las claras la extensión de su ideología extremista, sino, sobre todo, la vía para paralizar los procesos judiciales que le acosaban en casa por denuncias de corrupción. Bibi se ha envuelto en la bandera y subido al tanque para eludir a los jueces que le empezaban a cercar. Esta guerra, también por la actitud comentada de su gobierno, ha supuesto una partición profunda en la sociedad israelí, completamente unida respecto a la necesidad de rescatar con vida a los rehenes y traerlos de vuelta, el lema que lleva la chica del metro colgado al cuello, pero totalmente dividida en todo lo demás. Los sectores liberales de Israel contemplan con miedo como los más radicales de entre los suyos se han hecho con el control del gobierno y no han dudado ni un segundo en lanzar ofensivas militares a diestro y siniestro para asegurarse el control del territorio y, también, de la sociedad. Se repiten cada fin de semana en Tel Aviv las manifestaciones de ciudadanos que reclaman la vuelta de los rehenes y acusan al gobierno de Netanyahu de prorrogar la guerra de Gaza sin sentido, pero no es menos cierto que en el conjunto del país se ha instalado una especie de mantra de olvido respecto al sufrimiento de la población palestina de Gaza. Hay una especie de sensación, vista desde fuera, de que se están mereciendo lo que les pasa tras años y años de hostigamiento terrorista, y es muy difícil realmente saber hasta qué punto el país asume que lo que está cometiendo en Gaza no es un genocidio, no, pero sí una guerra de dimensiones injustas y llena de actos de absurda crueldad. Con su acción terrorista, Hamas ha provocado la destrucción de Gaza, la muerte de decenas de miles de palestinos y una especie de corrupción moral en el seno de Israel que está dejando herida a la sociedad civil, y que ha arrasado la imagen del país en el mundo. Para muchas sociedades y naciones Israel es culpable de cometer crímenes de guerra y su bandera el símbolo de un estado agresor. Esa nación, que se fundó como respuesta al mayor crimen colectivo del siglo XX, está ahora mancillada por la actitud de su gobierno y el silencio, en parte cómplice, en parte muestra de miedo, también de conmoción, de una parte significativa de su sociedad. Desde el 7 de octubre de 20213 el mal ha anidado de una manera nunca vista en aquella parte del mundo. Si ese era el plan de los estrategas islamistas de Hamas, enhorabuena, sus peores deseos se han hecho realidad.

Cuando coincidía con esa chica, que se quedaba en mi línea tras bajar yo de ella en busca de un intercambio que me acercase a la oficina, me quedaba con muchas ganas de preguntarle sobre todo esto, sobre si tenía vinculación con alguno de los secuestrados, sobre cómo ve la situación de su país y la actitud de su gobierno, sobre si apoya a los manifestantes sabatinos de Tel Aviv, sobre cómo valora lo que está pasando allí y cómo se observa desde las sociedades occidentales, tradicionales valedores de Israel, ahora en gran parte hostiles por la oposición de sus opiniones públicas a lo que ven que pasa cada día en Gaza. Muchas preguntas, que no formularé y para las que, al menos yo, no encuentro respuestas satisfactorias. Sólo una sensación profunda de dolor y pena. Nada más.

miércoles, julio 09, 2025

Inundaciones en Texas

Ya el excelente guitarrista Stevie Ray Vaughan titulo uno de sus álbumes más conocidos como “Texas Flood” inundación en Texas, porque, aunque asociamos a este estado la aridez, no son infrecuentes las grandes tormentas que convierten a modestos ríos en corrientes impetuosas de gran peligro. Texas es un estado de dimensiones espectaculares, similar a toda España, y de la costa de Galveston hasta la frontera con Nuevo México hay tanta distancia como de Barcelona a Cádiz, un mundo. La meteorología en ese lugar es menos cambiante de lo que pueda parecer dado su tamaño, pero en verano es relativamente normal que fenómenos ciclónicos le asalten desde el mar o que frentes tormentosos del interior le golpeen con fuerza.

Eso es lo que ha pasado esta vez, un frente de tormentas de esos que se desarrollan en el interior de EEUU, que puede adquirir dimensiones inimaginables para nosotros y que no ha azotado ninguna de las grandes ciudades del estado, como Dallas o Houston, pero que se ha cebado en el curso medio del río Guadalupe, relativamente cerca de la capital, Austin. En pocas horas ese frente de tormenta convirtió el caudal apacible de ese río en un torrente descontrolado, que multiplicó por mucho su anchura y volumen, y arrasó todo lo que tenía cerca. El número de muertos ha ido creciendo a lo largo de los días, y ya el lunes se confirmó que superaban el centenar, pero en una comparecencia de ayer del gobernador del estado, el republicano duro George Abbott, se hizo saber que los desaparecidos, que se cifraban en poco más de una decena, escalaban de manera dramática hasta superar con creces el centenar, por lo que el balance del desastre puede subir mucho más de lo que ya lo ha hecho, hasta situarse en dimensiones equivalentes a la DANA de Valencia, nuestra gran desgracia del año pasado. Curiosamente, puede que ese trágico recuento de víctimas no sea lo único que la asocia con lo sucedido en el levante español. Desde el principio se ha instalado una intensa polémica en EEUU sobre el estado de la gestión de catástrofes, con dos vertientes distintas pero importantes. Una, la de la falta de avisos (¿les suena?) donde numerosos residentes de las zonas afectadas denuncian que las llamadas de alerta de las autoridades se produjeron tarde, y a unas horas de la madrugada en las que muchos de ellos dormían, por lo que la efectividad fue bastante escasa. Eso pudo, como pasó en el caso de Valencia, aumentar el balance de víctimas, porque el que te avisen de que viene un desastre no impedirá que se produzca, pero si puede lograr que no te pille y te salves, y eso es lo más importante. La otra denuncia tiene relación con los recortes impuestos por la administración Trump tanto en los servicios federales de gestión de catástrofes, allí denominados FEMA como en los organismos encargados del seguimiento y previsión meteorológica. Muchos son los que llevan meses insistiendo que los recortes en la NOAA, el gran organismo meteorológico de EEUU, empiezan a afectar a la calidad de las previsiones que realiza esta institución y a su capacidad de comunicar alertas, avisos y demás informaciones de relevancia. La predicción meteorológica es cara, requiere profesionales de primera, innumerables aparatos de medición dispersos por el territorio que aportan datos y potentísimos sistemas informáticos que realizan modelado y predicción para tratar de saber lo que va a pasar en los plazos cortos y medios de tiempo. En zonas de EEUU donde los desastres meteorológicos son tan frecuentes, pensemos en el corredor de los tornados o las costas azotadas por los huracanes, esas previsiones, como antes señalaba, permiten a la gente planificar la huida y salvar sus vidas ante fenómenos que escapan a cualquier capacidad de contención. En estos casos recortar inversiones supone aumentar los peligros.

Es pronto para saber si la dimensión de la catástrofe de Texas se hubiera podido reducir sin esos recortes, pero lo cierto es que ese peligro existe, y es probable que vaya a más. La tragedia allí ha sido especialmente dramática porque entre los fallecidos se encuentran muchos menores que se alojaban en un campamento juvenil cristiano de verano, que en parte fue arrasado por las aguas. En las imágenes de muertos y desaparecidos los rostros infantiles abundan sobremanera. Aún queda mucho para acotar por completo la dimensión de lo sucedido, ni les cuento para reconstruir. Lo único seguro es que la tragedia es absoluta.

martes, julio 08, 2025

El matonismo trumpista de Óscar Puente

Qué remanso de paz son las formaciones políticas, qué entrañable reunión de amigos unidos por unos ideales que se escuchan y aprenden conjuntamente. Qué envidia. El que se graben las conversaciones de lo que son reuniones a puerta cerrada y se filtren al cabo de un par de días es muestra de la vileza a la que ha llegado una organización podrida en la que el odio es el dominante y sólo las migajas de poder que caen desde lo alto son capaces de mantener unidas unas siglas que hace tiempo que dejaron de significar lo que pretendían. Supongo que todas las ruinas son similares, pero es cierto que el estrépito de algunas al caer es bastante más llamativo.

De lo que hemos escuchado del comité federal del PSOE lo que más me llama la atención es cómo un sujeto como Óscar Puente puede seguir ahí, en posiciones de mando, y sobre todo, cómo el resto de los que le rodean son capaces de mantenerse a su lado, siendo la personalidad tóxica que muestra a cada paso que da y rebuzno que pronuncia. Puente es el típico matón de barrio, el chulo de la esquina que alardea de lo duro que es y que no duda en insultarte o pegarte una cuando menos te lo esperaras. Es ese personaje de instituto que abusaba de los que podía, porque siempre había alguno más débil, y que se creía superior a todos ellos. Una muestra de lo injusta que es la vida es que ese sujeto a llegado a Ministro y muchos de aquellos a los que ha maltratado, en todos los sentidos, ahora ocupan puestos profesionales de menor relevancia y, a buen seguro, mucha menor nómina. Puente es el típico jefe capullo que grita, que maltrata, que desprecia a los que no le siguen la corriente o le hacen la pelota, el sujeto que se deja llevar por las malas maneras, que no duda en cortar en las conversaciones, en amenazar, en elevar el tono de voz. En definitiva, Puente es un sujeto indeseable del que hay que permanecer lo más lejos posible si uno quiere mantenerse con un cierto grado de cordura. Un jefe de este tipo, o peor aún, convivir en pareja con alguien así, es la receta perfecta para el desastre profesional y personal. Ahora que las estanterías están llenas de libros de autoayuda barata sobre quererse, personas vitamina y demás, Puente es el típico ejemplo de personaje siniestro que chupa la energía y ganas de vivir de los que le rodean, que hace imposible las relaciones, que lo entiende todo como una lucha en la que él es el que debe prevalecer y el resto están condenados a callarse o a darle la razón de la manera más servil posible. Este tipo de personajes son capaces de medrar en las estructuras profesionales porque exprimen equipos, los destruyen, pero logran alcanzar algunos de los objetivos a los que se habían comprometido ante sus superiores, a costa de la salud de no pocos de los subordinados. Van ascendiendo y dejando cadáveres a su paso, y labrándose una cierta fama de eficientes a la vez que duros, en medio del silencio de los que han sido destruidos, el acojone general de los que les rodean en cada punto y el peloteo de unos pocos que ven que si se suben al carro del capullo van a poder medrar a la vez que él, ocultando sus propias incapacidades. El caso de Puente tiene algo de particular, porque este tipo de comportamientos repugnantes se producen habitualmente en la intimidad, en reuniones de trabajo que se convierten en comités inquisitoriales, en encuentros de despacho donde la amenaza, insultos y malas maneras son dominantes, pero no se llevan a la luz pública, no se suelen exhibir ante todo el mundo de una manera tan descarada. Sin embargo, quizás como una nueva muestra de la nueva era en la que vivimos, Puente ha decidido desde hace ya tiempo dejarse de medias tintas y usar el insulto y el tono matonista como un distintivo personal. Al menos no engaña, es tan indeseable como lo muestran sus formas. Que su jefe, un psicótico narcisista, lo mantenga, es una muestra más de lo que ha degenerado la política en general y ese partido en particular. Mi consejo es claro. Ante este tipo de sujetos, ante los Puente que se encuentren en la vida, mejor no enfrentarse a ellos. Huyan a la primera oportunidad, abandónenlos, déjenles lo más lejos posible de sus vidas. Son tan indeseables como incorregibles.

Lo cierto es que lo que les comentaba de la era en la que vivimos me ha hecho pensar que Puente es un perfecto exponente del trumpismo, en versión local. Trump presume de ser un tipo directo, de no ser diplomático. Insulta, abusa de su posición de poder, no guarda las formas, es mal educado, soez, patán, abusón, deslenguado, impresentable…. Si lo piensan, alguien como puente llegaría muy lejos en el gabinete de Trump, que a buen seguro vería al vallisoletano como una curiosa reencarnación latina de su estilo. El magnate naranja lo miraría con desprecio, dada su componente racista, pero, sin lugar a duda, con cariño. Reconocería en los ladridos de Óscar el mismo sonido que se le hace familiar cuando se escucha con arrobo.

lunes, julio 07, 2025

La ceguera del poder

Primer fin de semana de julio, temperaturas altísimas, y dos citas políticas de gran calado en Madrid, demostrando que, ante la llamada del poder, nada es freno, ni si quiera la canícula desatada. Lo de ambiciones no es sólo el nombre de una finca patrocinada por la prensa rosa, sino el motor que mueve a personas en todo el mundo a la búsqueda de un poder que ansían por encima de todo. En nuestro país, ese movimiento se desarrolla a través de dos formaciones políticas, PP y PSOE, cuyo estado de ánimo es inverso. La depresión de uno genera la euforia en el otro, y viceversa.

Convocó Sánchez el comité federal de su partido para reorganizarlo ante los escándalos de corrupción que lo acosan. Para arreglar la podredumbre producida por aquellos a los que él eligió ha sido él el que ha elegido a otros, y casi entre aclamaciones. Pocas han sido las voces críticas que han expresado su malestar por lo que pasa, el único relevante ha sido García Page, especialista en amañar y no dar, que puede expresar su opinión porque tiene un poder propio que le defiende de lo que decida el psicótico que se ha atrincherado en Moncloa. El resto de los que acudieron al comité, casi en su totalidad, viven de sueldos y cargos que dependen de que el líder se los mantenga, y evidentemente no expresaron duda alguna sobre las bondades de Sánchez y todas las mentiras, uy, no, quería decir verdades, que no dejan de salir por su boca a cada minuto que pasa. Lo único que ha resultado relevante de esa reunión es que uno de los más estrechos colaboradores de Sánchez, Francisco Salazar, ha sido apartado por conductas inadecuadas ante denuncias de acoso por parte de varias mujeres. Otra de esas historias que todo el mundo sabía en su entorno pero que nadie denunciaba por ser el protagonista alguien con un cargo relevante y protegido de su sanchidad. Era tierno, realmente patético, ver como a la entrada del comité más de uno y una defendía a Salazar, es decir, a Sánchez, que es quien lo había escogido, y a la salida esos mismos despotricaban contra Salazar, alabando a Sánchez el haberle retirado de sus cargos. Esto de decir una cosa y al poco la contraria es algo que se lleva en el fondo de todas estas organizaciones, donde el peloteo al líder es la consigna principal y la vía para ascender, conseguir cargos y, lo más deseado, dinero, en forma de sueldos públicos o de la organización, y a ser posible de ambos. En el congreso que ha celebrado el PP este mismo fin de semana no se han visto cosas muy distintas, en lo que hace a peloteo al líder, pero el ambiente era mucho más relajado. La crisis del enemigo es música para los oídos del partido rival, y eso se notaba en el ambiente de una reunión en la que bastaba con no hacer mucho ruido para que el escándalo constante que se vive en las filas socialistas cubra de expectativas de victoria a todo lo que suene a PP. Feijoo tenía una cita plácida, e incluso los rescoldos que le podían causar un cierto dolor de cabeza, como algunas iniciativas presentadas desde el Madrid de Ayuso o del PP catalán, fueron pactadas previamente al encuentro a la búsqueda de la unanimidad absoluta. La foto buscada era la de la unidad total, la de una máquina engrasada que, ante el derrumbe del contrario, se encuentra en plena forma para coger un poder que se escapa de las filas socialistas. El PP espera alcanzar el poder por incomparecencia del adversario, por la caída del mismo como fruta madura tras la sucesión de escándalos conocidos y los que puedan llegar. Saben los populares que pueden encontrarse con una travesía por el desierto aún más larga de lo esperado porque la decisión de convocar elecciones le corresponde exclusivamente a Sánchez, y él aguantará todo lo que quiera y pueda, consciente de que es su pellejo lo único que le importa, tras demostrar que nada de lo que fue el partido por el que se presentó, el histórico PSOE, le merece respeto alguno. De ahí que la agonía de los de la rosa se extienda mucho más de lo que sea previsible y la ansiedad de los del charrán amenace con crecer durante una temporada larga. Todo en medio de la podredumbre general.

Visto desde fuera ¿Cuál es el aliciente para incorporarse a un partido político? Pasada la época en la que mi ingenuidad me hacía pensar que ahí se defendían una serie de ideas y se trabajaba por el bien del país, los partidos se han convertido en nuestro tiempo en agencias de colocación de los no pocos mediocres que acuden a sus filas a la búsqueda de un empleo que jamás lograrían encontrar con sus propios medios. Con excepciones, que las hay, el nivel de los que forman los cargos orgánicos de estas formaciones ha degenerado de manera inexorable, y más allá del peloteo y la búsqueda del cargo, poco hay. Conseguir el poder, mantenerse en él, cobrar de mientras. Ese es el lema que rige la política hoy en día.

viernes, julio 04, 2025

Revolución militar en Ucrania

Aunque hoy sea festivo en EEUU, y en Elorrio, poco podemos celebrar los occidentales dadas las decisiones que emanan de Washington tras la llegada al poder de Trump. Esta semana, por indicaciones suyas, se ha detenido el flujo de armamento que los norteamericanos suministraban a Kiev en virtud del último paquete aprobado en la etapa Biden. Los ucranianos necesitan esas armas como agua de mayo y restringirlas es uno de los mayores favores que se le pueden hacer a un crecido Putin, que redobla los ataques aéreos sobre las ciudades ucranianas con olas crecientes de drones de licencia iraní y producción propia.

Ante esto, Kiev tiene que tirar de ingenio, y en esta guerra estamos viendo cosas que son muy interesantes, no se si el futuro de lo militar, pero a estudiar en todo caso. Es esta una guerra extraña, que mezcla posiciones estáticas y trincheras al más puro estilo IGM de hace más de un siglo junto con toda la tecnología imaginable propia de la época en la que estamos viviendo. Los zapadores y las zanjas se juntan con los operadores de drones y la búsqueda de objetivos de precisión con las armas más avanzadas posibles. En el campo de los drones aéreos hemos visto una revolución en ambos contendientes, con una presencia abrumadora de este tipo de armas, desde las más pequeñas, destinadas a observación o a la eliminación de soldados de manera individual hasta los que actúan como bombas volantes de gran impacto, pero el efecto de los drones va mucho más allá, con la presencia novedosa de robots de tierra que no vuelan, pero tienen un funcionamiento bastante similar a los de los cuadricópteros en cuanto a autonomía, versatilidad y capacidad. Les enlazo aquí dos ejemplos, uno de la empresa Milrem Robotics y otro de la empresa ucraniana Tencore. Las plataformas que fabrican ambas empresas son similares, mayor en tamaño la norteamericana, menor la ucraniana, pero hermanas por así decirlo. Son un juego de orugas con capacidad de desplazamiento tanto mediante diésel como baterías que sirven como base para instalar sobre ellas todo tipo de dispositivos; de observación, vigilancia, carga, armamento de disparo, etc. También sirven como sistema de carga para transportar pertrechos, utilizándolos como carros de caga, recuperar soldados heridos, y cualquier cosa que usted pueda imaginar. Disponen sistemas de GPS y de control remoto de tal manera que pueden ser operados tanto por los soldados que disponen de ellos como de manera remota por operadores que trabajan desde lugares ocultos y a refugio. Su polivalencia es enorme, y fabricados en masa, pueden ofrecer un rendimiento muy elevado a un coste realmente bajo. Sirven para casi todo y suplen, nuevamente, a plataformas caras de gran volumen como tanques, vehículos convencionales de orugas o incluso camiones, todos ellos necesitados de una tripulación humana que puede ser eliminada por parte del enemigo, causando bajas preciosas y pérdida de los vehículos. En este caso, al no estar pilotados presencialmente, no hay pérdidas humanas en caso de que el transporte sea atacado, y el valor bastante menor del aparato respecto a las caras plataformas los hace menos valiosos de cara a su eliminación. Imaginemos una posición de combate en la que varias de estas máquinas operan de manera coordinada suministrando, informando, atacando…. La escena resulta extraña, pero es propia de una visión futurista de una guerra robotizada en la que hombres y máquinas autónomas operan conjuntamente en el campo de batalla. Como es obvio, este tipo de elementos también pueden ser utilizados con sistemas de IA, de tal manera que, al igual que podemos planificar ataques con enjambres de drones, también podemos crear enjambres con este tipo de robots para crear operaciones masivas coordinadas, sin la presencia de soldados humanos. Las posibilidades que ofrecen estos elementos sobre el terreno son enormes, y, también, inquietantes.

Uno de los comentarios que se lee habitualmente respecto a toda esta revolución de drones y equipamientos ligeros es que el terreno no se conquista en una guerra con este tipo de dispositivos, sino con las plataformas convencionales cara, y con soldados, vamos, como siempre. No le falta razón a este argumento, pero no es menos cierto que la capacidad que ofrecen estos nuevos dispositivos para causar daños, bajas y meter miedo al enemigo, sea civil o militar, es enorme. Quizás lo suficiente como para facilitar la toma del terreno, ablandando mucha de la posible resistencia con todos estos dispositivos. ¿La guerra con robots es el futuro? No lo se, pero, desde luego, no lo descarten.

jueves, julio 03, 2025

Fallo tras fallo tras fallo tras fallo

Todo sistema es susceptible de fallar, y cuanto más complejo e interconectado está, esa probabilidad crece. Tarde o temprano algo va a salir como no se espera y habrá problemas, y por eso los equipos de mantenimiento trabajan sin descanso revisando piezas, procedimientos, maquinarias y lo que sea para comprobar que cada una de las partes del sistema es lo más robusta posible. Eso, que no evita fallos, los hace mucho menos recurrentes, y aumenta la fiabilidad de todo el sistema, y con ello la calidad del servicio que presta y la seguridad de todos los que hacen uso de él.

Pues bien, la racha de fallos que llevamos en los transportes públicos de alta capacidad en España empieza a estar muy por encima de lo que indicaría cualquier curva de probabilidad razonable. El colapso de ayer en Barajas por un problema informático que afectó a los controles de seguridad fue el último de una secuencia que, como no, tuvo a principios de semana su recurrente episodio ferroviario en la línea Madrid Sevilla, con catenarias estropeadas y convoyes tirados en medio de la nada a cuarenta grados. Una anciana tuvo que ser evacuada de urgencia, y costó lo suyo, porque empezó a mostrar síntomas de gravedad, sin duda fruto del calor. Lo de que coger el AVE se haya convertido en una prueba de esfuerzo y algo parecido a la lotería negativa, con una pedrea de retrasos que, esa sí, está muy repartida, es algo que nos debiera escandalizar a todos, y que requiere explicaciones claras. Obviamente el ciudadano de a pie ya se ha empezado a dar cuenta que, desde el sujeto que ocupa la Moncloa hasta el energúmeno que cobra como ministro de fomento para insultar sin cesar desde su cuenta de X, hasta el último directivo colocado en la empresa pública de turno, nadie se hace responsable de nada de lo que pasa, las críticas de los miles de viajeros que, día sí y día también, sufren abandono en estaciones o descampados no sirven para nada y las hojas de reclamaciones deben tener como uso el convertirse en objetos reciclables una vez que han sido rellenadas. Los formularios webs de las empresas gestoras de las redes, sea ADIF o REDEIA o la que ustedes deseen, esconden de manera prodigiosa todo lo relacionado con las quejas y reclamaciones, y si usted logra acceder a ellas y rellenarlas sabe, con seguridad, que pulsar al botón de envío en esa web equivale al de borrado de los datos del formulario, porque su queja nunca será atendida. Ayer, sin ir más lejos, en el colapso de Barajas, fueron AENA, el gestor aeroportuario, el Ministerio de Interior, responsable de los controles de seguridad, y el Ministerio de Fomento, titular de la infraestructura, los que se cruzaron acusaciones mutuas sobre lo que había sucedido sin que ninguno asumiera parte alguna de la culpa. Lo que había pasado no era un hecho real, parecía decir cada uno de los entes involucrados, porque ellos lo habían hecho todo bien, y en todo caso sería responsabilidad de los demás. De los cientos de vuelos perdidos, de la frustración que se vivió ayer en el aeropuerto, de la colosal estafa que vivieron miles y miles de viajeros, nacionales y de todas las procedencias imaginables, ni palabra. Nada de indemnizaciones, de asunción de responsabilidades, ni siquiera de ofrecer unas míseras disculpas públicas por lo sucedido, no. Disculparse debe ser de pringados, pensarán todos los ejecutivos de los entes públicos que, mes tras mes ven engordar sus patrimonios en medio de la decadencia de los servicios que están obligados a prestar. Reitero lo del principio. Los errores existen, y asumirlos es el primer paso para evitarlos. Lo que estamos viendo desde hace tiempo en determinados sectores, el ferroviario desde luego, no es error, sino pura negligencia, desidia, abandono, desatención.

Aquí, en el fondo, lo que pasa es que la táctica sanchista ha calado en lo más hondo de muchos de los que por él han sido nombrados. Pase lo que pase, aguanta, no te muevas, no cedas, no dimitas, no te vayas, no seas tan gilipollas de dejar de cobrar el pastizal que te estás levantando. Acusa a todos los demás y al mundo entero, extiende la confusión, crea bulos, invéntate sabotajes y patrañas, dedica un pequeño porcentaje de los ingresos de tu ente a pagar a manipuladores mediáticos que te defiendan y acusen a todo lo que se mueva para salvar tu culo. Y el ciudadano, el usuario de los servicios públicos, el que los paga vía tasas o impuestos, que se joda, que se pudra, que se fastidie. Puro sanchismo en acción

miércoles, julio 02, 2025

EEUU disparará su déficit aún más

Ayer, por los pelos, el senado de EEUU aprobó el proyecto de reforma fiscal presentado por el equipo de Donald Trump. Finalmente hubo algunas deserciones en el bando republicano y la votación final registró un empate a cincuenta, y ahí fue decisivo el voto de calidad del vicepresidente Vance, auténtico miniyo del trumpismo, que decantó la balanza y dio por aprobada la reforma, en medio de una considerable polémica sobre sus efectos, ya que, aunque recoge peticiones tradicionales republicanas, no deja de ser un engendro que puede tener peligrosas consecuencias para la economía de aquel país y para el resto del mundo.

De manera muy resumida, la reforma recoge una bajada de impuestos, mayor para las rentas altas que las medias y bajas, que para algo la ha diseñado un magnate, y con ello una reducción de la recaudación federal. Para compensar esa bajada de ingresos el equipo de Trump espera que sean los aranceles y lo recaudado por ellos lo que sirva como compensación, de tal manera que uno por lo otro, el nivel de ingresos se mantenga. Este escenario puede sonar asumible así escrito, pero no se lo cree nadie, ya que es imposible que los ingresos arancelarios sean del volumen soñado por los asesores de Trump. El efecto neto que todo el mundo descuenta de este proceso es el de una pérdida de ingresos. Si los gastos se mantuvieran las cosas serían más o menos sostenibles, aunque el déficit se incrementase, pero resulta que no, que el proyecto recoge un incremento en los gastos, no precisamente los sociales, pero sí todos los relacionados con defensa, seguridad y un montón de partidas similares. Muchos de esos gastos superiores son, en el fondo, demanda para empresas norteamericanas que producen los bienes de defensa que consume el país, por lo que generan un efecto de arrastre económico, keynesianismo de tanques si así quieren verlo, pero lo cierto es que un aumento de gastos y una reducción de ingresos sólo se puede cubrir con lo de siempre. Déficit, un déficit creciente que hace que la deuda pública del país siga creciendo a una velocidad fascinante. Actualmente el presupuesto federal tiene unos valores de déficit que superan ampliamente el 5% anual, y el volumen de deuda escala acumulando semejantes magnitudes hasta superar ya el 80% del PIB. Ese déficit genera un coste, el servicio de la deuda, que es lo que la nación, esa y todas las demás, pagan por los intereses de las emisiones de deuda que está en vigor, y esa partida alcanza ya unas cifras monstruosas, superando el presupuesto total del Pentágono. Sí, sí, EEUU es el país que más gasta en defensa del mundo, pero gasta aún más en pagar intereses por su deuda. De ahí la obsesión absoluta que tiene Trump contra Powell para que rebaje los tipos de interés y eso se traduzca en un alivio fiscal en la partida de pagos de la deuda. Todo el mundo está de acuerdo en que las finanzas públicas norteamericanas empiezan a ser un problema para el país y el mundo. En teoría, con la enorme ventaja que cuenta el país, su moneda es la de reserva global, las posibilidades que tiene de refinanciarse en los mercados son mucho más amplias que las de cualquier otra nación. No sólo la FED, su banco central, actúa como prestamista de último recurso, sino que los ahorradores de todo el mundo tienen a los treasuries, los títulos de deuda norteamericana, como un destino obvio para sus inversiones. Es, de hecho, el mayor mercado de deuda pública del mundo, el que más intercambia y en el que participan el mayo número de agentes. Esa ventaja da a los norteamericanos unas posibilidades que el resto no tenemos, pero como pasa siempre en la vida, es malo abusar de los privilegios. No es previsible que el dólar deje de ser la moneda de reserva global en el corto y medio plazo, pero su papel se puede ver erosionado tanto por las malas políticas de Trump como por las acciones de otras naciones en contra de su reinado o la presencia de otros activos como el oro o las criptomonedas que le drenen recursos. El ocaso del dólar está lejos, pero su cénit, probablemente, ya se ha alcanzado.

¿Puede darse una crisis fiscal o de deuda en EEUU? Es altamente improbable, por lo que antes les comentaba, pero parta nada es descartable, y el mero hecho de que Trump esté jugando con semejante irresponsabilidad con sus cuentas públicas es peligroso. El crecimiento del volumen de los pagos de los intereses de la deuda puede crecer de manera descontrolada, simplemente las matemáticas a veces son así, y no es descartable que el gobierno federal tenga que tomar medidas anómalas, como la emisión de bonos de duración inmensa (cien años) obligaciones de conversión y medidas por el estilo que, para cualquier otro país, les supondría algo parecido al default. En la crisis de la prima de riesgo de 2012 vivimos eso en nuestro pellejo. Veremos a ver qué pasa.

martes, julio 01, 2025

Mentir sin rubor

Entraba dentro de lo posible, pero sabido es que la mayor parte de los opinadores siguen teniendo un sesgo a favor de este desgobierno que padecemos, por lo que la opción de que Cerdán fuera enviada a prisión preventiva se despachaba con un “seguro que no” generalizado. Lo peor es que en Moncloa y en los aledaños de ese poder que se pudre seguían manteniendo la esperanza de que eso no sucedería jamás, de ahí que la conmoción ante lo sucedido, ver al furgón de la Guardia Civil entrar en Soto del Real con el ex secretario general del PSOE hasta hace unos pocos días, haya sido enorme entre quienes fueron sus compañeros y subordinados.

A partir de ahí es la capacidad de mentir sin rubor alguno lo que define no ya lo pétreo que uno tiene el rostro, sino la capacidad de sobrevivir como político en un entorno cruel en el que la mentira, el engaño y la traición es lo único que importa para mantenerse en unos cargos bien remunerados y que ofrecen defensa ante la actuación de la justicia. Contemplar a la vicepresidenta del gobierno, de cuyo nombre no quiero acordarme, decir que el encarcelado no tiene relación con el partido cuando era el segundo de mayor rango en él hasta hace tres semanas, resulta impúdico. Piensa esa mujer que, con declaraciones como esas, salva el trámite, pero no hace sino hundirse aún más en el mayor de los ridículos, uno que empieza a causar vergüenza ajena a todo el que lo contemple. Quizás ella, y desde luego su jefe, unos sujetos profundamente amorales, estén satisfechos al oírse y se crean las mentiras que sueltan. Lo que es seguro es que piensan que a los que se las dirigen son imbéciles, que se les puede decir A y no A en la misma frase con el semblante igual de serio, haciéndose pasar por compungido a la vez que por enfadado, como si la cosa no fuera con ellos. Siempre hemos visto a políticos mentir descaradamente cuando se trataba de ocultar casos de corrupción en el partido propio, caso con el mismo descaro con el que lanzaban acusaciones al de enfrente, pero creo que jamás hemos asistido a un caso de sinvergonzonería pública como el presente en el que la dirigencia del partido y gobierno asediado por la corrupción se muestre de una forma tan descarada a la hora de escaquearse de sus responsabilidades. Cospedal puso altísimo el listón en su rueda de prensa del despido en diferido de Bárcenas, uno de los mayores ridículos de la historia reciente del país, que todo el mundo tomo como lo que era, un insulto hacia quienes estaban en la sala y viendo aquello, pero la actual vicepresidenta, su psicótico jefe, y el resto de los que forman actualmente el desgobierno que nos ha tocado padecer, lo han superado. Han pasado en un par de semanas de poner la mano en el fuego sin duda alguna por Cerdán a referirse a él como “ese señor” logrando parafrasear a Rajoy a una velocidad que el propio dirigente popular jamás sería capaz de lograr. ¿Somos realmente tan imbéciles como estos sujetos nos imaginan? El comprobar como, a cada episodio corrupto más vergonzoso, sigue surgiendo argumentario basura desde Moncloa para tratar de evadirse de todo y que algunos sean capaces de comprarlo es indicativo de que sí, cierta imbecilidad anida en la sociedad en la que estos sujetos indignos chapotean, medran y logran mordidas, llámense comisiones o sueldos públicos asociados a cargos que ostentan pero no desempeñan. Es desolador, pero es lo que hay. Seguro que a esta hora algunos de los ideólogos que cobran por fabricar esas mentiras que libren al gobierno se están devanando los sesos y llamando a amigos que se dicen periodistas para tratar de rizar el rizo y que lo que ayer vimos sea introducido en otro relato basura que trate de contextualizarlo. Sí, hay gente para todo, y con las nóminas que ellos se levantan, no me extraña que se esfuercen. No va ya a ser que a quien pelotean sin freno pierda el poder y ellos sus ingresos.

Lo más asombroso es que no sólo hay gente que se cree relatos basura de estos, sino que los lleva a todas partes, acabando por existir en una realidad paralela artificial. El propio Cerdán, pillado hasta las trancas en una red de mordidas y amaños, le contó al juez el relato de la persecución, de los bulos, de las conspiraciones y demás bobadas, que tiene recorrido entre los adeptos a sueldo del gobierno, pero no más allá. Imagino al magistrado asombrado ante semejante argumentario de defensa, y dudando si mandar al encausado a la cárcel o a una institución mental. Creerse las propias mentiras sólo conlleva al desastre. Me alegro de que eso sea lo que le ha pasado a Cerdán, ojalá no acabe sólo en su celda y aledaños.

viernes, junio 27, 2025

El ataque a la prensa en EEUU por parte del gobierno

No quiero escribir sobre la indigna decisión del Constitucional de ayer. No quiero

En EEUU, durante estos días, se han sucedido algunos informes de inteligencia que evalúan lo sucedido en el ataque de la madrugada del pasado sábado sobre las instalaciones nucleares iraníes. Coinciden en la dificultad de saber realmente los efectos causados como en la sensación de que han sido bastante menores de lo que el gobierno de Trump ha pregonado. Se constata que hubo traslado de material nuclear enriquecido fuera de los recintos pocos días antes del ataque y se habla de “meses” como periodo que se ha conseguido retardar en el proceso iraní de camino a la bomba. No se habla, en ningún caso, de eliminación del programa.

Trump y los suyos han salido como hidras tras estas informaciones, creyendo ver en ellas una deslegitimación a su ataque o, lo que consideran peor aún, la acusación de ser un fracaso. Por eso, desde el miércoles hay una orden clara dada a los portavoces oficiales de las agencias de inteligencia para que reciten el discurso oficial de operación plenamente exitosa, de destrucción de todas las instalaciones atacadas y de que, nuevamente, el ejército de EEUU es el más eficaz y poderoso del mundo. Quizás de esto último sea de lo que hay menos dudas, pero, para el resto, asentir ciegamente es una receta perfecta para llegar al error. En su actitud de macarrismo irrefrenable, de la que tanto ha aprendido el sujeto que ocupa la Moncloa en estos momentos, distintos portavoces de Trump han empezado directamente a acusar a aquellos que no comportan la idea del ataque plenamente exitoso de traidores, de confabuladores, de haberse inventado una campaña de bulos para debilitar al gobierno de Washington y todo ese arsenal de argumentos chatarras al que tan acostumbrados estamos en España por parte de los portavoces de nuestro desgobierno ante cualquier asunto que le incomode. Pero ya se sabe, en EEUU todo es a lo grande, también el abuso de poder. El actual secretario de defensa, Peter Hegseth, fue presentador de televisión de la Fox y comentarista político servil al trumpismo antes de que fuera elevado a un rango de poder como pocos hay en el mundo. Es algo así como si a Silvia Intxaurrondo le hacen ministra del interior (bueno, eso no es descartable, la verdad). Pues bien, Hegseth, desde su atril del Pentágono, que no es un lugar cualquiera, lleva dos días metiéndose con periodistas y medios de comunicación, mencionándolos explícitamente, al respecto de los mencionados informes de inteligencia dudosos, lanzando acusaciones de una gravedad enorme y señalando sin cortarse en lo más mínimo en un ejercicio de matonismo que busca, sobre todo, amedrentar, meter miedo, lograr que los medios en EEUU se autocensuren a costa de saber cuáles serían las “consecuencias” en caso de no hacerlo. Que el responsable de las enormes fuerzas armadas de tu país te acuse de ser un antipatriota y de difundir bulos en contra de la seguridad de tu país es un grado de amenaza que resulta impropio en una democracia occidental que se acerca bastante a las actitudes de los regímenes autoritarios estilo Putin o Xi, que son los que admira el magnate norteamericano. Desde luego, para los estándares de la democracia norteamericana, es una auténtica violación de su forma de comportamiento, de su historia, de su bagaje y tradición. Muchos de los profesionales de la comunicación norteamericana nunca han vivido bajo un régimen que les someta a semejantes presiones y que les haga ver que su libertad de expresión está amenazada. Esos profesionales viajaban a terceros países, algunos en guerra, o a naciones en las que se daban disputas civiles o luchas internas de poder, y contaban desde allí como las libertades estaban amenazadas, a sabiendas de que se encontraban en un lugar exótico, allende los mares, y que cuando volvieran a casa se sentirían en la seguridad de su constitución, sus normas, su tradición, su espíritu. Eso les proporcionaba tranquilidad y, también, un aire de superioridad manifiesto respecto a sus colegas del resto del mundo, que en muchos casos conocen en carne propia, o muy cercana, lo que es que el poder les amedrente.

Pues bien, EEUU ha dejado de ser una isla en el mundo. La involución del poder político, este desastre que tan bien conocemos en España y en otras naciones, ha llegado plenamente al corazón de EEUU, y allí muchos periodistas se van a enfrentar, por primera vez en su vida, a algo tan desagradable como que su enemigo sea su gobierno. Y que, llegado el caso, las instituciones en las que confiaban, destruidas por la acción de mandatarios cegados por la vanidad, se conviertan en herramientas que sirvan para derrumbar la democracia, no para defenderla. Vaya, eso me recuerda demasiado a la vergüenza del Constitucional de ayer. Creo que, por hoy, es suficiente.

Subo a Elorrio y me cojo el lunes 30 de ocio. Pásenlo bien y ojo con el intenso calor.

jueves, junio 26, 2025

Fracaso de la OTAN que pagará Kiev

Más allá del desquiciado papel del sujeto que ocupa el palacio de la Moncloa, que ahora empieza a ofrecer a sus aliados (jojojo) europeos la chulesca y despreciativa imagen que gasta en España desde que llegó al poder, la cumbre de la OTAN de La Haya ha sido un despropósito que, a mi entender, deja a las claras la decadencia de una organización que, supeditada a las capacidades y deseos de EEUU, de bien poco sirve si Washington no la asume como propia. El objetivo fundamental de la cumbre era agasajar a Trump para que, directamente, no nos diera plantón y el chiringuito se mantuviera en pie. Más o menos se ha conseguido, pero sin garantías.

Si medimos la salud de una organización militar por la capacidad que tiene para mantenerse como tal organización cuando ni si quiera está involucrada en un conflicto, coincidirán conmigo en que demasiado bajo ponemos el listón para darnos por satisfechos. La OTAN llegó a atravesar una crisis existencial cuando su rival histórico, la URSS, se deshizo, y estuvo a un suspiro de desaparecer. El belicismo putinista y la invasión de Ucrania la han revivido, pero ahora, como en las pelis, el malo también está en el interior y desde Washington se tiene poca estima a una alianza que se ve como un club de gorrones. Esa promesa de gasto del 5%, que casi nadie va a lograr alcanzar, salvo Polonia y algún Báltico, es una manera de sostener el artículo 5 de defensa mutua y que los países europeos, inválidos en lo que hace a capacidades militares propias, se sepan protegidos por el paraguas de EEUU ante amenazas de terceros. No es poco, ni mucho menos, pero todo el esfuerzo es para tratar de conservar lo que es uno de los pilares fundamentales del tratado. Si se duda de esto y se hacen esfuerzos para conservarlo, ¿que esperar de la organización? Más bien poco. EEUU ha demostró el fin de semana que se basta y sobra para actuar de manera militar donde quiera sin pedir permiso alguno a aliados o a enemigos. La Alianza no le vale ya como herramienta de disuasión, él es la herramienta de disuasión en sí misma. ¿Cómo se contempla este panorama desde, pongamos, Kiev? Atacada día tras día por andanadas de misiles y drones rusos, con muertos sin cesar en sus calles, cada vez más escombradas, Zelensky ve como su objetivo de entrar en la Alianza, que algunos vieron como posible, se difumina cada vez más en medio de promesas de plazos y condiciones. Pero lo peor es que comprueba, con terror, que la Alianza, en sí misma, está dejando de ser una herramienta militar válida que le pueda servir para obtener apoyo. Sus tropas menguan y sus capacidades no están sobradas, y sólo la aportación de material militar occidental logra contener a unas tropas rusas que parecen estar recibiendo refuerzos de cara a ofensivas de verano. Ucrania sobrevive gracias a lo que las naciones occidentales, de manera individual, le dan para poder mantener el esfuerzo militar, y eso se traduce en lo mucho que puede hacer EEUU y las migajas que podemos aportar el resto. Con la administración Trump el flujo de ayuda hacia Kiev se ha reducido notablemente, y no se espera una reversión de esta tendencia, ni mucho menos. Sin el armamento de precisión occidental y los suministros de artillería de sus naciones vecinas, Ucrania no puede sostener un esfuerzo de defensa en la enorme línea de frente que parte el este de su país. Zelensky lo sabe, y por eso acude sin cesar a este tipo de cumbres para intentar dejar claro a los asistentes que son ellos, los ucranianos, los que mueren en el frente para que el resto de europeos puedan irse a la cama tranquilos todas las noches. Que son sus ciudades las que reciben los impactos de los proyectiles rusos, que pueden alcanzar perfectamente urbes occidentales donde a primera hora son los turistas, y no el sonido de los avisos de ataque, lo que llena las calles y plazas. Zelensky repite hasta la saciedad esta verdad, pero cada vez encuentra más incomprensión, fruto del odio que Trump posee hacia él y a todo lo que suponga enfrentarse al asesino Putin, al que no deja de ver como un igual. La deriva trumpista causa muertes inocentes en Ucrania.

Por eso, más allá del onanismo patrio sobre las payasadas de nuestro bunkerizado presidente y las amenazas comerciales del desquiciado Trump, el balance de lo sucedido en la Haya me parece, simplemente, desolador. Para los enemigos de la libertad y Europa, que son muchos, fuera y dentro de nuestras fronteras, el agostamiento de la alianza es una excelente noticia, algo a celebrar, porque facilita sus planes de futura conquista, ideológica o territorial. La decadencia europea se acelera, nuestra irrelevancia global se acentúa, y la sensación de inseguridad colectiva crece al debilitarse los lazos que nos unían al único que nos podía proteger. Así de crudas están las cosas.

miércoles, junio 25, 2025

Sobre el gasto en defensa de la UE

Parece obvio que el psicótico que se ha atrincherado en Moncloa ha visto la cumbre de la OTAN como una oportunidad para mostrar su lado más populista y tratar de encontrar, en la gresca con los aliados, una vía de redención ante muchos de sus socios, especialmente los separatistas. No creo que le funcione, porque si ya casi toda España ha descubierto hasta qué punto llega el engaño en quien se dice nuestro presidente, ahora van a empezar a caerse del guindo los mandatarios extranjeros, que si alguna vez se fiaron de su palabra van a empezar a comprobar que Sánchez sabe hacer bien poco, más allá de engañar superlativamente.

Descontando el patetismo de lo nuestro, la cumbre de la OTAN me parece que va a ser un fracaso, aunque se quiera vestir de cualquier otra manera, porque va a dejar bien claro que la Alianza está herida de muerte, porque su auténtico pivote, que es EEUU, ya no la ve como imprescindible, incluso como meramente necesaria. La obsesión de Trump de que los países europeos paguemos nuestro gasto de defensa se junta al absoluto desprecio que nos profesa como rivales comerciales en su estrecha mente de mundo de suma cero, y más allá de las fotos de compromiso que se puedan hacer todos los líderes, queda la pregunta de fondo de si EEUU activaría realmente el artículo 5 del tratado, ese “uno para todos y todos para uno” que permite que cualquier nación de la Alianza sea protegida por las demás en caso de ataque, es decir, protegida por el mayor ejército del mundo, el norteamericano. Las dudas sobre si la administración Trump respondería a la invocación de ese artículo en caso de agresión de un tercero son más que lógicas, vista su trayectoria, y las naciones de la UE llevan tiempo sacando la conclusión de que su defensa empieza a depender más de lo que sean capaces de hacer ellas mismas que de lo que puedan conseguir del otro lado del Atlántico. Y esto empieza por gastar más, sí, pero no es tanto una cuestión de porcentaje de gasto, que es obvio que debe subir respecto de los despreciables niveles en los que se encuentra en nuestro país, sino en gastar mejor, coordinadamente. La única opción viable de seguridad europea pasa por un acuerdo al más alto nivel entre las potencias del continente para compartir estrategias y capacidades, para recortar diseños propios que se hacen la competencia y gastar mucho en sistemas integrados que, sean de la nación que sean, sirvan a todos. No tiene sentido que haya varios modelos de carros de combate en Europa. Se debe fabricar uno, uno solo, nada más que uno, y una vez acordado cuál sea, todos los países bene producir piezas estandarizadas para esa línea conjunta, y todas las tropas de la UE deben saber cómo manejar ese único carro. Y así con un montón de dispositivos de ataque y defensa. Gastar más para comprar productos más caros a un EEUU que puede decidir, con apretar un simple botón, que ese armamento no funciona dado que controla su tecnología de uso, resulta absurdo. En esto de la defensa se está, a mi entender, haciéndolo todo bastante mal, y se va corriendo hacia unos objetivos numéricos que no están para nada correlados ni con una estrategia conjunta ni con planes industriales acordes. Una de las mejores experiencias industriales de la UE, Airbus, que ha conseguido ser líder mundial en su sector, por méritos propios y deméritos de Boeing, se basa en la creación de un consorcio en el que Francia y Alemania lideran y el resto de países aporta, de tal manera que hay plantas de fabricación y montaje en distintos países europeos y los modelos que surgen de la integración de todo esto son únicos, estandarizados, competitivos y de alcance comercial global. Airbus exigió que la aeronáutica francesa y alemana renunciaran a la competencia mutua al darse cuenta de que no iban a ser capaces de hacer frente a su rival norteamericano. Ese es el único camino posible. Y tras pensar, trabajar y decidir, sí, gastar, y con ganas, pero primero lo primero.

Y todo esto sobre plataformas conocidas, clásicas, que se encuentran en duda sobre su futuro. La cruel guerra de Ucrania está poniendo en tela de juicio la pervivencia de elementos caros, complejos y tripulados, como tanques o aviones, que son necesarios, pero no determinantes, sobre todo en el caso de la defensa. La revolución de los drones o la de la artillería de precisión obliga a repensar muchas de las líneas estratégicas sobre en qué invertir de aquí a un plazo corto de años, qué industrias se deben incentivar y cómo evolucionarlas. ¿Hay alguien a nivel europeo pensando en ello seriamente? ¿Alguien con poder y capacidad de gasto?

martes, junio 24, 2025

Un final de guerra a lo Gila

Ayer por la tarde se produjo una aceleración, esperada, en la guerra de Irán con la respuesta persa al bombardeo norteamericano del sábado a sus instalaciones militares, pero lo que parecí al inicio de una peligrosa escalada acabó siendo una jugada amañada que todo el mundo quiso ver como una mera operación de lavado de cara del régimen. Un par de horas después de la represalia, la sensación general era que la guerra estaba ya acotada, y el mensaje de esta noche de Trump, declarando el armisticio entre Irán e Israel puede dar carpetazo a este peligroso enfrentamiento de una manera sorprendente, pero efectiva.

La verdad es que el contraataque iraní fue de chiste de Gila. Una hora antes de producirse, Teherán avisó a Qatar que iba a lanzar unos misiles sobre una de las bases norteamericanas que se encuentran en su territorio. Con ese espacio de tiempo y la localización precisa, o Irán planteaba una trampa o sólo buscaba un artificio. EEUU que se enteró a la vez, puso en marcha las contramedidas, y tras el disparo de menos de una decena de cohetes, logró interceptarlos plenamente, por lo que el acto agresivo no causó ni daños materiales ni bajas de ningún tipo. Unos caros y peligrosos fuegos artificiales sin consecuencias. Al conocerse el ataque se disparo el temor global, pero al poco tiempo se pudo ver que su magnitud era muy escasa para lo que se podía esperar, y los detalles del mismo, especialmente esa llamada en plan “¿Es el enemigo?. Ojo, que en un rato os disparamos, pero poco” dejaba claro que la idea de Teherán y de Washington era dejar las cosas así. En los primeros mensajes de Trump tras el ataque se daba las gracias al régimen de los ayatolás por su contención y aviso previo (sí, sí, agradecimiento al enemigo) y cundía la sensación de que estábamos ante un acto teatral en el que las partes se hubieran puesto de acuerdo para intercambiar una disputa que sirviera a ambas para lograr sus objetivos. El de EEUU, no involucrarse más en esa guerra, el de los ayatolás, mantener el pie su régimen y no volver a ser golpeados por la fuerza de unos EEUU ante los que nada pueden hacer. En todo este rato, si se fijan, no he mencionado a Israel, y es que me da la impresión de que Israel se ha quedado colgado de la brocha en su impulso militar. EEUU ha tenido que entrar en la guerra forzado por la postura de Netanyahu pero completamente a disgusto, un disgusto nada disimulado por las bases más extremistas del movimiento MAGA, que son las que soportan a Donald Trump, y para quienes todo lo que suceda fuera de las fronteras de su nación es algo que debe ser despreciado por defecto. Tras haber accedido a usar su armamento especializado contra las protegidas instalaciones nucleares persas, tiene pinta de que Washington dejó claro a su aliado israelí que eso era ya suficiente, que se acabó, que lo del cambio de régimen en Teherán es algo que ni le va ni le viene, que le da igual, porque entre otras cosas a Trump la democracia de los países, o su inexistencia, no le importa en absoluto. El mensaje suyo de esta noche anunciando un acuerdo de paz entre Israel e Irán y dando por concluida lo que ha llamado “la guerra de los 12 días” parece más bien el resultado de la imposición de su dictado a Netanyahu una vez que había acordado la represalia simulada de Teherán. Lo que pudo acabar siendo el inicio de una escalada muy peligrosa se convirtió ayer, en pocas horas, en un extraño bluf militar que desactivó gran parte de los riesgos que se cernían sobre la zona. La tarde, eso sí, fue muy movida y arriesgada en el tráfico aéreo global, porque los aeropuertos del golfo tuvieron que cerrar, y dado que muchos de ellos actúan ya como trascendentales hubs globales para todo tipo de conexiones la disrupción fue seria.

Un buen indicativo de que todo lo que les he contado es cierto es la cotización del petróleo ayer por la tarde. Tras los ataques de la madrugada del sábado, ayer llegó a niveles de unos 73 dólares el barril, en la referencia WTI norteamericana. Al poco de conocerse la respuesta iraní goteó al alza, pero en seguida comenzó un desplome de más del 7%, que se ha mantenido por la noche, y ahora se mueve en el entorno de 65,71$ el barril, más de un 10% por debajo de su cota máxima. Esa cotización refleja el desinfle de las tensiones, el acuerdo tácito que se veía entre los rivales y la bajada de riesgo global. De una manera extraña, lo de ayer puede a ver salido muy bien para todos. Ojalá sea así.

lunes, junio 23, 2025

Primer ataque de EEUU a Irán

Especulábamos la semana pasada con un posible ataque norteamericano a las instalaciones nucleares de Irán, la forma en la que podría desarrollarse y los escenarios que se abrirían. Todo era un futurible, y más aún cuando Trump, el jueves, anunció que se daba dos semanas de plazo para decidir sobre esta acción. Sus palabras no eran concordantes con lo que uno veía en las pantallas que monitorizan el despliegue del ejército de EEUU, con naves de todo tipo alterando sus rutas rumbo a Irán y mucha actividad en las bases de los bombarderos estratégicos B2, esos aviones alucinantes con forma de ala delta. Pausa en las palabras, movilización en toda regla.

Lo que está claro es que Trump miente más que habla, por lo que sus palabras no pueden servir como guía para saber lo que va a suceder. En la noche de este pasado sábado tuvo lugar la operación “martillo de medianoche” nombre poco original, en la que el ejército de EEUU, por primera vez, atacó Irán y se involucró por completo en la guerra abierta entre los persas e Israel. La operación ha sido una combinación de bombardeo estratégico y de uso de misiles de crucero. Estos últimos, potentes pero dentro de un orden, se lanzaron desde buques estacionados en el golfo Pérsico contra las instalaciones nucleares cercanas a Isfahán. Para atacar los grandes centros de enriquecimiento de uranio de Natanz y Fordow, la aviación norteamericana hizo uso de los B2 y de las bombas antibúnqueres que hemos visto últimamente en los medios. Estas instalaciones están a una gran profundidad, cerca de los cien metros bajo tierra, y en el caso de Fordow, protegidas de manera natural por una cordillera rocosa que supone una coraza extraordinaria. En las fotografías por satélite que se han difundido, y que permiten hacer el ejercicio del antes y el después del ataque, hay que echar bastante imaginación para saber si ha pasado algo en la zona y cuáles han sido realmente los efectos del bombardeo. Empezando porque nada de lo que está en la superficie, apenas una nave industrial modesta, resulta de interés, lo demás está muy bajo tierra. Y uno puede atisbar una serie de agujeros en el terreno que no estaban antes, probablemente efecto de las bombas lanzadas, que logran penetrar en el terreno, pero no es posible saber realmente cuál ha sido el efecto del ataque. Trump salió a la palestra rodeado de su guardia pretoriana (vicepresidente Vance, secretario de defensa Hegshet y secretario de estado Rubio) confirmando el ataque, calificándolo de éxito absoluto y anunciando que EEUU no está en guerra con Irán, sino con su programa nuclear. El mensaje de Trump era claro. Hemos hecho lo que teníamos que hacer y porque somos los únicos que podemos hacerlo. No queremos más problemas, pero si Irán responde caerá sobre él una fuerza inconmensurable. ¿Qué hay de cierto en todo esto? Puede que bastante. La idea que se comentaba la semana pasada es que EEUU participara en la guerra como elemento estratégico para hacer lo que Israel no podía, por falta de capacidad, que es eliminar la infraestructura nuclear. Un apoyo imprescindible pero limitado, y eso concuerda con el mensaje que se lleva lanzando desde Washington desde el momento del ataque. Ya hemos hecho lo que se nos pedía, y ahora volvemos a no querer saber nada de nada, parecía querer decir Trump. Desde luego han hecho mucho, violando la soberanía y atacando a un país, lo que es una declaración de guerra como la copa de un pino. Que todo esto se quede aquí es mucho suponer, y en parte está en manos del régimen de los ayatolás, que no deja de recibir golpes de lo más significativos. Su capacidad de respuesta, mermada, sigue existiendo, y si se ven acorralados pueden actuar de manera irracional, peligrosa.

Nadie quiere una escalada desatada en esta guerra, ni mucho menos que irán se desestabilice y se convierta en una Siria segunda parte. Estos juegos sobre el tablero en el que los regímenes dictatoriales caen y surge la democracia como por arte de magia tienen poco de realistas, y pueden estar abocados a desastres como los vividos en Irak o Afganistán. De momento sólo queda cruzar los dedos, esperar a que el régimen de Teherán decida qué va a hacer como respuesta y seguir con mucho ojo el precio del petróleo. Ormuz, el estrecho, es nuestro talón de Aquiles energético. Si se bloquea vamos a notar mucho las consecuencias de esta guerra. Mucho, mucho, mucho.

viernes, junio 20, 2025

Explota la Starship de Musk

Todo lo relacionado con la carrera espacial tiene un nivel de riesgo que, en muchas ocasiones, no somos capaces ni de imaginar. En bruto, un cohete es una sofisticada bomba que se hace detonar de manera controlada y dirigiendo toda su exhalación a un punto concreto para que genere fuerza de ascensión. Se pueden ver en internet un montón de vídeos de lanzamientos fallidos en épocas pasadas, en los que los distintos modelos de cohetes y torres de lanzamiento acaban destruidos en explosiones bastante bestias, mayores cuanto mayor es el cohete que se prueba y falla. Se supone que el mayor desastre de este tipo se produjo en la URSS en su intento de competir con EEUU en la carrera lunar, pero hay poca información fiable.

En todo caso, puede que ese registro fuera superado ayer, tras el desastre que se vivió en bocachica, Texas, justo al lado de la frontera del estado con México, en la costa del golfo de México, que no de América. Ahí es donde SpaceX, la empresa de Musk, tiene construida su instalación de montaje de cohetes y base de lanzamiento, y es desde donde dispara, en esas torres enormes, la Starship, la nave con la que quiere revolucionar el acceso al espacio y permitir a los humanos llegar a la Luna o Marte. Palabras exageradas, creo, pero en todo caso el tinglado que tiene allí la empresa es considerable y la nave, en sí misma, aplasta. Es la mayor construida, superando en tamaño a los cohetes del programa Apollo. Consta de dos fases, una inicial de ascensión, de un tamaño algo superior a la mitad del conjunto, con más de treinta motores en su parte inferior, que está diseñada para ser recuperada por la torre y reutilizarse, y una segunda, la nave en sí, que tiene el mismo nombre que el conjunto (sí, esto es lioso) que es lo que lleva tripulación y accede a órbita y sería capaz de alcanzar lugares más allá de la Tierra. El conjunto supera los 110 metros de altura y es imponente. SpaceX ha hecho ya varios lanzamientos de prueba de esta nave, nunca con tripulación, de tal manera que ha conseguido algunas cosas muy meritorias, todas ellas relacionadas con la primera fase, logrando su recuperación ya un par de veces, pero por el momento las pruebas con lo que sería la nave tripulada han ido fallando una tras otra. No se ha conseguido colocarla en órbita estable en ninguno de los intentos y las reentradas han sido, en todos los casos, en modo catastrófico, bien porque la nave ha implosionado por fallos o tensiones sufridas en el vuelo o porque, desde el control de tierra, se le ha hecho estallar una vez que se tenía constancia de haber perdido el control sobre la misma. En los dos últimos lanzamientos no se habían visto progresos en este aspecto, y empezaba a cundir la sensación de que SpaceX se estaba atascando en la Starship, un proyecto enorme tanto en dimensión como en complejidad (y sí, también en coste). Por eso, cada nuevo intento de lanzamiento se observa con mucho interés por parte de inversores y de toda la comunidad científica. A lo largo de estos días se preparaba un nuevo cohete completo, que ay estaba en la torre de lanzamiento. Todo cohete espacial pasa un montón de revisiones antes del momento del lanzamiento, con procedimientos infinitos referidos a la seguridad, carga de combustibles, mecánica, sistemas, telemetrías y todo lo que ustedes puedan imaginarse. Uno de los pasos obligados es lo que se llama el encendido estático. El cohete, sujeto a la plataforma, arranca los motores durante un par o tres segundos para comprobar que todo el sistema funciona y es capaz de alcanzar la potencia que se le requerirá en el vuelo real. Tras ello, se apagan y se comprueban otros muchos pasos. Esta prueba se hace pocos días antes del previsto para el despegue real. Es una prueba rutinaria, sí, pero que requiere encender todo el sistema, y eso siempre es peligroso. Pues bien, durante este encendido estático de ayer, la Spaceship explotó. Una enorme explosión se produjo en la nave y se extendió velozmente por parte de las instalaciones cercanas, donde se encuentran los depósitos de combustible que sirven para cargar los de la nave justo antes del inicio de su vuelo real.

El vídeo muestra una bola de fuego gigantesca que se realimenta durante unos segundos con todo lo que le rodea, generando el típico hongo que se monta cuando la explosión adquiere dimensiones suficientes. Es de suponer que el nivel de destrozo causado en las instalaciones será igualmente enorme, y, afortunadamente, no se ha informado ni de heridos ni de fallecidos. Es pronto para saber que ha pasado, incluso para determinar si los daños de la explosión han inutilizado la torre de lanzamiento y causado problemas estructurales en su entorno. No es descartable. En todo caso, es un palo para SpaceX, para Musk, y para todo su programa espacial.

jueves, junio 19, 2025

Escenarios en la guerra de Irán

Es muy difícil saber qué es lo que va a pasar en la guerra de Irán, por muchos motivos, pero uno de ellos es la propia imprevisibilidad de Donald Trump, que juega a amagar y no dar muchas veces, lo que ocasiona que no se tenga claro si sus faroles son chulería o esconden una acción ofensiva real. Él mismo dejó ayer dudas sobre qué iba a hacer, y a la vez que urgía a negociar señalaba que se acababa el tiempo de los acuerdos. Simultáneamente decía que el régimen iraní no tendrá la bomba y que el régimen puede caer. Este factor del “loco Donald” no sólo se da en la economía, sino que es ya una constante para todo lo relacionado con EEUU.

Si nos fijamos en cómo están las cosas sobre el terreno, parece que la fuerza de misiles iraníes lanzados contra Israel va decayendo poco a poco, lo que no impide que alguno alcance sus objetivos y cause daños y bajas civiles. Le castigo al que la aviación israelí somete a las instalaciones militares persas es metódico y puede estar empezando a ser lo suficientemente intenso como para comprometer toda la cadena de suministro de misiles y la de sistemas de lanzamiento. Fuera de Irán, EEUU mueve claramente sus piezas en el tablero global, con el desplazamiento de varios portaviones a la zona y la puesta en alerta de unidades de bombardeo. El ejército norteamericano ha empezado un procedimiento de movilización naval y aérea muy significativo, que puede ser un amago, y frenado antes de que actúe, pero que supone dejarlo todo preparado para una orden ejecutiva se lleve a cabo de la manera más rápida y precisa posible. Las dos dudas secuenciales sobre lo que puede suceder por parte norteamericana son si va a intervenir o no, y si lo hace, si será una acción quirúrgica centrada en las instalaciones nucleares o un golpe general que también abarque a los centros de poder del régimen y suponga descabezarlo. Creo que a la primera duda mi respuesta es que sí, que EEUU va a acabar por intervenir, aunque son muchas las reticencias internas dentro de la administración Trump y su movimiento de fieles que tratan de evitarlo, no por amor a los ayatolas, sino por mero desprecio a todo lo que sucede fuera de las fronteras de EEUU. Si se da la orden de ataque, y dado que no hay una movilización de tierra prevista ni se le espera, me inclinaría por una acción quirúrgica. Pongamos Fordo, o Natanz, los dos grandes centros nucleares. EEUU puede escoger uno de ellos y borrarlo del mapa (y de las profundidades de la tierra) en lo que sería un ataque duro, intenso, espectacular, pero limitado. Y tras ello vendría la espera para ver la respuesta del régimen iraní, ya con la constatación de que el farol de Trump no lo es tanto. Si Irán mantiene sus lanzamientos de misiles o realiza alguna acción ofensiva relevante sobre bases americanas en el golfo, o aún peor, toma el estrecho de Ormuz como rehén de la economía global, entonces EEUU podría destruir el otro centro nuclear y algunas de las sedes del poder iraní, lo que incluye al líder supremo Jamenei y a otros poderes del estado. Lo que debe tener claro Washington es que, tras las experiencias pasadas de Libia o Siria, o de la propia invasión estadounidense de Iraq de 2003, resulta claro que cambiar el régimen de una dictadura islámica no es tan sencillo como cargarse al dictador, y que EEUU no puede empantanarse en una nueva guerra en Oriente Medio que le distraiga de sus objetivos y drene recursos. Para los intereses de EEUU puede ser bueno que la dictadura de los ayatolas caiga, reitero mi deseo de que así sea, pero sólo si es sustituida por una nueva legalidad que controle el país y no lo suma en una disputa interna caótica. Por eso, el dar pasos secuenciales parece la alternativa más sencilla para controlar la situación. Si se da lo que les comento y el mundo, y sobre todo Jamenei y los suyos, comprueban que la destrucción de uno de los complejos nucleares es absoluta, la lógica indica que se aprestarán a negociar rápidamente para salvar lo que pueden de su poder y cederán en su programa nuclear. La espectacularidad del primer golpe puede ser definitiva, y no necesitarse más.

¿Funcionará esta lógica? También existen respuestas de desesperación, en las que los agentes actúan de manera irracional pensando que, pese al golpe recibido, pueden resistir y contraatacar. La historia militar está llena de momentos así, que sólo llevan a fracasos aún mayores (véase la situación actual del ególatra de Moncloa como un buen ejemplo de esto que les señalo). Parece que lo que vaya a pasar en Irán será en muy breve plazo, por lo que no debiéramos tardar en salir de dudas. De momento el petróleo está en 75$. Cotiza tensión, pero no desastre. A ver cómo evoluciona.