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lunes, septiembre 16, 2019

Ataque con drones a Arabia Saudí


Uno de los escenarios clásicos que se plantean en los juegos de gesoestrategia es el del bloqueo del estrecho de Ormuz, impidiendo la salida del petróleo que de allí surge, y abastece a medio mundo. Derivadas de ese escenario implican que lugares que a usted quizás no le suenen de nada como Ras Tanura o Abqaiq sean atacados e inutilizados. Esas palabras arábigas hacen referencia a enormes complejos de procesado, refino y abastecimiento de petróleo, que son la base de la potencia exportadora de Arabia Saudí y su joya absoluta. Inutilizar alguno de esos complejos implique el primer productor y exportador mundial de crudo quedaría bloqueado. De ahí sale, redondeando, el 10% de todo el petróleo que se consume. No es poca cosa.

Pues bien, de una manera innovadora, sorprendente y con un toque extraño que lo hace aún más inquietante, el complejo petrolífero de Abqaiq fue atacado este pasado sábado mediante un grupo de drones cargados con explosivos enviados por los rebeldes hutíes. Lo reconozco, la frase tiene mucha miga, y junta conceptos clásicos con otros que no lo son tantos. Conocida es la guerra que se libra en Yemen entre los hutíes y el régimen del país, que no es sino una guerra “proxy” entre Irán,q eu apoya a los chiíes hutíes y Arabia Saudí, que apoya al suní régimen. Esta guerra lleva ya varios años en marcha, con muy escasa cobertura de la prensa, y ha causado la ruina absoluta de Yemen, un país que ya de por sí era pobre, y un balance de miles de muertos y refugiados, que a pocos les interesan. Los hutíes han demostrado una resistencia mucho mayor de la que nadie esperaba y han logrado realizar ataques con misiles a lugares insospechados, como el aeropuerto internacional de Riad, pero el que puedan manejar drones militares resulta algo que nadie, o casi nadie, tenía en su radar. Al parecer han sido diez los aparatos utilizados, y los daños en el complejo petroquímico, minimizados en un primer instante por el gobierno saudí, son más intensos de los que nadie pudiera esperar. Hay una enorme distancia entre la zona de guerra yemení y el lugar atacado, más de una España de uno a otro punto, por lo que surge dudas evidentes sobre cómo los hutíes han podido hacerse con esa tecnología, estar adiestrados en su uso y acertar de pleno en un ataque tan intenso. Han afirmado portavoces rebeldes que han contado con el apoyo de elementos locales, y eso pondría en la diana al pequeño porcentaje de población chií, en torno al 10%,que vive en el reino del desierto, pero aun así la logística del ataque y su éxito son realmente sorprendentes, tanto que de primeras permiten hacer dos deducciones muy interesantes (e inquietantes). Una es que las acusaciones de que Irán esté detrás de este ataque no son un brindis al sol, por las características que les estaba comentando, y que la seguridad de los complejos saudíes es, como mínimo, muy mala, así como su sistema de defensa antiaéreo. No sabemos casi nada de lo sucedido, a excepción del hecho de que ha pasado, y es probable que la información militar profunda sobre ello n se sepa nunca, pero intuyo que ahora mismo en Riad y Washington se está analizando en detalle qué detectaron los sistemas de seguridad saudíes, y qué no detectaron, en el momento del ataque. Riad es uno de los principales compradores de armamento a EEUU, pero cada día que pasa parece obvio el poco partido que saca a tales inversiones. El estancamiento eterno de la misma guerra de Yemen es una muestra de la inoperancia de los saudíes, y deja a las claras que el reino del desierto es una máquina de generar dinero y derrocharlo, pero con una incapacidad absoluta de gestionar cualquier problema que se le pueda presentar. Frente a ellos, Irán, país bastante más pobre, pero dotado de una estructura de gobierno mucho más seria, se convierte en un enemigo potencialmente mucho más peligroso, y vuelve a ser el paraguas de EEUU la única coraza que permite que la cleptocrácica monarquía saudí siga en pie. El heredero al trono y hombre fuerte del país, MBS, tiene ante sí un nuevo reto. Ha demostrado ser cruel con los periodistas molestos e inoperante en la gestión militar ¿Qué hará ahora?

La subida del 10% del precio del petróleo en lo poco que llevan abiertos los mercados es una respuesta lógica, no tanto por el corte de suministro saudí, que también, como por el incremento de la tensión en la zona. EEUU amenaza con intervenir militarmente contra Irán si se demuestra que está detrás de este ataque, y un conflicto desatado en aquel lugar sí que puede suponer un desastre en el suministro global de petróleo y un problema de primer orden para todo el mundo. Tarde o temprano los juegos de guerra que se desarrollan a ambas orillas de Ormuz y las amenazas mutuas pueden acabar en un enfrentamiento real de serias y graves consecuencias. Muy atentos a todo lo que allí puede acabar pasando. Nos afecta de lleno.

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