Uno
de los escenarios clásicos que se plantean en los juegos de gesoestrategia es
el del bloqueo del estrecho de Ormuz, impidiendo la salida del petróleo que de
allí surge, y abastece a medio mundo. Derivadas de ese escenario implican que
lugares que a usted quizás no le suenen de nada como Ras Tanura o Abqaiq sean
atacados e inutilizados. Esas palabras arábigas hacen referencia a enormes
complejos de procesado, refino y abastecimiento de petróleo, que son la base de
la potencia exportadora de Arabia Saudí y su joya absoluta. Inutilizar alguno
de esos complejos implique el primer productor y exportador mundial de crudo
quedaría bloqueado. De ahí sale, redondeando, el 10% de todo el petróleo que se
consume. No es poca cosa.
Pues
bien, de una manera innovadora, sorprendente y con un toque extraño que lo hace
aún más inquietante, el
complejo petrolífero de Abqaiq fue atacado este pasado sábado mediante un grupo
de drones cargados con explosivos enviados por los rebeldes hutíes. Lo
reconozco, la frase tiene mucha miga, y junta conceptos clásicos con otros que
no lo son tantos. Conocida es la guerra que se libra en Yemen entre los hutíes
y el régimen del país, que no es sino una guerra “proxy” entre Irán,q eu apoya
a los chiíes hutíes y Arabia Saudí, que apoya al suní régimen. Esta guerra
lleva ya varios años en marcha, con muy escasa cobertura de la prensa, y ha
causado la ruina absoluta de Yemen, un país que ya de por sí era pobre, y un
balance de miles de muertos y refugiados, que a pocos les interesan. Los hutíes
han demostrado una resistencia mucho mayor de la que nadie esperaba y han
logrado realizar ataques con misiles a lugares insospechados, como el
aeropuerto internacional de Riad, pero el que puedan manejar drones militares
resulta algo que nadie, o casi nadie, tenía en su radar. Al parecer han sido
diez los aparatos utilizados, y los daños en el complejo petroquímico,
minimizados en un primer instante por el gobierno saudí, son más intensos de
los que nadie pudiera esperar. Hay una enorme distancia entre la zona de guerra
yemení y el lugar atacado, más de una España de uno a otro punto, por lo que
surge dudas evidentes sobre cómo los hutíes han podido hacerse con esa tecnología,
estar adiestrados en su uso y acertar de pleno en un ataque tan intenso. Han
afirmado portavoces rebeldes que han contado con el apoyo de elementos locales,
y eso pondría en la diana al pequeño porcentaje de población chií, en torno al
10%,que vive en el reino del desierto, pero aun así la logística del ataque y
su éxito son realmente sorprendentes, tanto que de primeras permiten hacer dos
deducciones muy interesantes (e inquietantes). Una es que las acusaciones de
que Irán esté detrás de este ataque no son un brindis al sol, por las características
que les estaba comentando, y que la seguridad de los complejos saudíes es, como
mínimo, muy mala, así como su sistema de defensa antiaéreo. No sabemos casi
nada de lo sucedido, a excepción del hecho de que ha pasado, y es probable que
la información militar profunda sobre ello n se sepa nunca, pero intuyo que
ahora mismo en Riad y Washington se está analizando en detalle qué detectaron
los sistemas de seguridad saudíes, y qué no detectaron, en el momento del
ataque. Riad es uno de los principales compradores de armamento a EEUU, pero
cada día que pasa parece obvio el poco partido que saca a tales inversiones. El
estancamiento eterno de la misma guerra de Yemen es una muestra de la
inoperancia de los saudíes, y deja a las claras que el reino del desierto es una
máquina de generar dinero y derrocharlo, pero con una incapacidad absoluta de
gestionar cualquier problema que se le pueda presentar. Frente a ellos, Irán,
país bastante más pobre, pero dotado de una estructura de gobierno mucho más
seria, se convierte en un enemigo potencialmente mucho más peligroso, y vuelve
a ser el paraguas de EEUU la única coraza que permite que la cleptocrácica
monarquía saudí siga en pie. El heredero al trono y hombre fuerte del país,
MBS, tiene ante sí un nuevo reto. Ha demostrado ser cruel con los periodistas
molestos e inoperante en la gestión militar ¿Qué hará ahora?
La
subida del 10% del precio del petróleo en lo poco que llevan abiertos los
mercados es una respuesta lógica, no tanto por el corte de suministro saudí,
que también, como por el incremento de la tensión en la zona. EEUU amenaza con intervenir
militarmente contra Irán si se demuestra que está detrás de este ataque, y un
conflicto desatado en aquel lugar sí que puede suponer un desastre en el
suministro global de petróleo y un problema de primer orden para todo el mundo.
Tarde o temprano los juegos de guerra que se desarrollan a ambas orillas de
Ormuz y las amenazas mutuas pueden acabar en un enfrentamiento real de serias y
graves consecuencias. Muy atentos a todo lo que allí puede acabar pasando. Nos afecta
de lleno.
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