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lunes, julio 14, 2025

Disturbios en Torre Pacheco

La presencia bastante más numerosa de fuerzas de la Guardia Civil ha logrado impedir enfrentamientos entre personas en Torre Pacheco, Murcia, pero por tercera noche consecutiva se han dado incidentes, que en este caso han consistido en actos de “kale borroka” por parte de violentos contra las fuerzas del orden. Ya saben, arrojamiento de objetos, quema de contenedores, cruce de los mismos, destrozo de mobiliario urbano, etc. No se si hay nuevos detenidos que sumar a los que ya se han producido, pero al menos no consta que haya heridos ni agresiones personales. Tarde, demasiado tarde, pero la calma se irá imponiendo en las calles.

Lo de Torre Pacheco es un tema complicado, en el que la demagogia hace que se expandan las posiciones simplistas y se llegue a justificar la violencia de manera absurda, cuando bien saben ustedes que la violencia no tiene justificación alguna, y quien al esgrime pierde toda la razón o argumentos que pudiera tener en un momento dado. Hace cuatro días un jubilado de la localidad sufrió una agresión que le dejó mal herido. Al parecer los autores eran un grupo de chavales, de origen magrebí, que estaban desarrollando un reto viral, una de esas estupideces que tan de moda se ponen a cuenta de las redes sociales y que no logro entender qué valor pueden tener para quienes las llevan a cabo. Tras ese incidente, serio, se produjo una primera noche de incidentes en la que nacionales, nacidos en el pueblo de familias de allí, se dedicaron a buscar a hijos de inmigrantes, tan nacidos en Torre Pacheco como los primeros, para llevar a cabo un ajuste de cuentas. Venganza con tintes racistas. Esa noche ya hubo altercados significativos, sin respuesta de las fuerzas y cuerpos de seguridad, cuyos mandos debían estar viendo algo más interesante en sus despachos que lo que sucedía a pie de calle en un pueblo de Murcia. La segunda noche fue aún más violenta, con grupos de origen magrebí y vecinos y llamados a través de las redes sociales por grupos de extrema derecha enfrentándose de manera más violenta y organizada. Esa noche los disturbios superaron cualquier límite tolerable y ya había en la calle más periodistas que fuerzas de seguridad. Tras ello se decidió movilizar a la Guardia Civil y esta tercera noche, al menos, se han evitado las agresiones mutuas. Al parecer, según dicen los vecinos, no son pocos los hijos de inmigrantes que residen en la localidad que no tienen trabajo ni ocupación y causan problemas de manera regular, cosa que ha hartado a mucho de los residentes y llevado la tensión en las calles a un punto en el que la acción contra el jubilado ha desatado los ánimos. Al calor de esta situación se han sumado profesionales de la algarada, en este caso de la extrema derecha, que se han movilizado por redes y han llamado a acudir a Torre Pacheco a algo así como “la caza del inmigrante” en un movimiento de tintes xenófobos que echa para atrás y que debe ser perseguido de raíz. Los autores de la paliza al jubilado que ha servido como excusa para que se den todos estos incidentes deben ser detenidos y puestos a disposición judicial, al igual que todos aquellos que se han enfrentado y agredido a otras personas, sean o no de las fuerzas de seguridad, por agresión a la autoridad. Me da igual el origen de los que se dedican a pegar a otros o queman contenedores por la calle, son una panda de indeseables y deben ser detenidos, y castigados. Que en sus apellidos aparezcan nombres de tradición hispana o magrebí sólo señala quiénes eran sus padres, no la excusa de sus innobles actos, y por ellos deben pagar. Así mismo, se deben rastrear las redes para detectar quiénes alientan, amparados en la seguridad del anonimato seguramente, actos de violencia organizada, cacerías y semejantes disparates. Deben ser detenidos de igual manera que los que arrojan cosas, porque ellos han arrojado odio organizado.

Que haya un problema de integración de ciertas comunidades en pueblos y comarcas del país, que es cierto, no es excusa para alentar comportamiento violento alguno. El mantenimiento de la seguridad pública es una de las principales labores de un estado digno de llamarse como tal, y eso también significa que si el delincuente es de origen inmigrante debe ser tratado con la misma severidad como cualquier otro. La visión buenista ante el delito en función de la procedencia de quien lo cometa sólo origina problemas mayores y, por cierto, no le hace ningún favor alguno al delincuente, que no es consciente de la gravedad de lo que ha hecho. Cabeza fría, intensa presencia policial y represión ante cualquier conato violento hasta que las noches en Torre Pacheco vuelvan a ser sólo un lugar en el que el calor del verano afloja algo.

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