Dijo Zapatero que si ganaba las elecciones su primera medida sería reunirse con los interlocutores sociales para legar a acuerdos con ellos. Casi cien días después de los comicios, y tras un trimestre derrochado, ayer tuvo lugar la cita, a la que acudieron los dirigentes de CCOO, UGT y la CEOE, además de una nutrida representación de ministros: Solbes, Sebastián, Corbacho y Aido. A esta pobre mujer en la foto le tocó posar al lado de Fidalgo, que si con sus dos metros habitualmente intimida, ayer dejaba aún más claro el peso de Bibiana en el gabinete.
¿Qué se puede esperar de una reunión como esta? A parte de la foto de ayer, poco. Son necesarias y convenientes más por motivos estéticos que prácticos, pero sus frutos suelen ser escasos. Creo que esencialmente las cosas son como sigue. En época de crisis (me voy a ganar el destierro por la palabrita) los gobiernos deben tomar decisiones difíciles: Alguna son el congelar sueldos y salarios de funcionarios y empleados públicos, reducir el gasto social, y flexibilizar y abaratar el despido. Aunque se diga lo contrario se hará todo esto, y como son medidas que generan descontento y protesta, el gobierno debe tratar de alcanzar “acuerdos” con los interlocutores de los que depende esta protesta. Acuerdos que pasan por aumentar los ingresos que reciben estos caducos y subvencionados sindicatos que poseemos, y que no sirven para nada, para así acallar sus voces de protesta. Acuerdos que pasan por repartir una serie de licitaciones a buen precio entre algunas de las empresas que dirigen una patronal obsoleta y nada representativa del tejido productivo nacional, y de mientras los “agentes”, convenientemente lubricados con el presupuesto público, se dedican a mirar hacia otro lado, el gobierno hace lo que le parece sin que haya demasiado ruido. Ese es el plan, aunque es probable que esta vez las cosas no salgan exactamente como el gobierno pretende. ¿Cuántas PYMEs, base del tejido productivo nacional, estaban representadas en al reunión de ayer? ¿Cuántos autónomos? ¿Cuántos emprendedores? ¿Por qué en una economía con parámetros propios del siglo XXI, y ante una crisis global, la primera del siglo XXI, las recetas son acuerdos que funcionaron a mediados de los ochenta, pero que ahora es probable que no aporten nada? ¿Por qué no empiezan los gobiernos, este y todos los autonómicos, a no subvencionar a todas estas organizaciones y dejan que se autofinancien con las cuotas de los afiliados? A, es verdad, si lo hacen los sindicatos y la patronal quiebran y desaparecen en tres meses, y eso no sería bueno...... o sí???? Dentro de unos meses surgirá un documento firmado por todos los ayer reunidos, que probablemente ahonde en vaguedades, obviedades, y lugares comunes, mientras algunas instituciones serias como el Banco de España o FUNCAS llevan semanas, meses advirtiendo de lo que realmente se nos viene encima, y de que hay que empezar a revolucionar el sistema económico nacional si queremos salir de esta. Pero bueno, algunos aún les tacharán de antipatriotas...
Por de pronto ayer solamente José María Fidalgo, el enorme secretario general de CC.OO. mencionó el término crisis. Ni siquiera Díaz Ferrán, dirigente de la CEOE lo usó, uniéndose al coro gubernamental, que en el diccionario de eufemismos ayer inauguró el concepto “dificultades”. Para un gobierno como este, tan dado al lema, el marketing y la imagen, esa palabra crisis le da pavor, y el vetar su uso y mirar mal a quienes lo hacemos recuerda a prácticas oscuras olvidadas en la historia, como muy bien señalaba ayer Elvira Lindo. Para cuando dentro de unos meses acepte la crisis, estaremos en recesión, y veremos a ver que hace entonces el grupo de sabios que se reunió ayer, a parte de volver a citarse en medio de las “dificultades”.
No hay comentarios:
Publicar un comentario