No se si se han fijado ustedes, pero en este 2008 de tiempo loco, desastres tormentosos y de lluvias inundantes precedidas de un invierno descafeinado, parece que la economía le ha cogido envidia a los imprevistos del cielo, y se ha propuesto emularla. Los datos desgranados ayer por nuestro remolón gobierno (IPC del 4% a finales de año y paro por encima del 11% el año que viene) empiezan a ser una asunción de una crisis que, probablemente, los deje obsoletos este mismo otoño, lamentablemente, y no hablemos de la bolsa, que no es que no levante cabeza, sino que al paso que va se la cortan.
Ahora que estoy enfrascado en la estadística, con las probabilidades en mi contra, que nos puede decir esta ciencia (risas en el lector... por fin, lo he conseguido!!!!!) al respecto?? Pues poca cosa, porque la estadística se basa en asumir que todo es, más o menos, normal, y que a largo plazo y en grandes cifras todo se aproxima a lo que se llama una distribución normal, una figura matemática que no dice nada más que el que la mayoría de las observaciones de un fenómeno se concentran en torno a la media, y que los valores muy discrepantes son escasos y poco relevantes (las colas de al distribución “no pesan”). Precioso, sí, pero claro, luego se topa uno con la realidad y se hace dura de ver. Por ejemplo, el número de días en los que el Ibex35 ha variado más de un 1% en este año es elevadísimo, síntoma de una volatilidad extrema y de una locura que se extiende por el mercado. Si vamos a valores individuales, miren ustedes las gráficas de, por ejemplo, ACCIONA, o Telecinco, e intenten explicarle al titular de esos valores, especialmente de la cadena de televisión, que diablos pasa aquí y que todo esto no son más que oscilaciones en torno a una media. Es probable que acto seguido el accionista se haga con una media e intente estrangularle con ella.... Una visión (muy) alternativa del problema se puede concentrar en el libro “El Cisne Negro” de Nassim Nicholas Taleb. Trasgresor, políticamente incorrecto, lenguaraz y con un estilo de escritura muy particular, llenando las páginas de reflexiones personales que hacen que podamos calificar al autor de personaje en estado puro, Taleb estudia lo que llama cisnes negros, acontecimientos muy poco probables, sí, pero que de suceder poseen una trascendencia enorme, y descubre el autor que hay situaciones, mercados y entornos en los que estos fenómenos no son tan infrecuentes como pudiera sospecharse. En estos casos la estadística tradicional no sirve para nada (el autor considera a la distribución normal como uno de los mayores pecados y errores de la historia). En entornos controlados todo suele ir más o menos por donde está previsto, pero en el mundo económico y financiero, la vida social, y muchas otras facetas reales de la vida, esos cisnes pululan libres y amenazantes, y su frecuencia crece a medida que interconectamos nuestras sociedades con Internet, aceleramos nuestras reacciones y dispersamos de una maneca cada vez mas eficiente nuestros estados de opinión, ansiedad y pánico.
¿Ejemplos prácticos de todo esto? El viernes pasado, en la bolsa, la sesión iba plana hasta que a eso de las 13:00, en la triple hora bruja (vencimiento de opciones, derivados y futuros) el mercado se derrumbó cerca de un 1,5% en pocos minutos. O el ascenso del Chikilicuatre y otros fenómenos en Internet por un método de contagio exponencial, o incluso la victoria de este pasado Domingo de España sobre Italia, que rompió todas las estadísticas sobre estas dos naciones y sus bagajes futbolísticos...... en fin, el libro de Taleb es más complicado de lo que parece, y seguramente no he logrado extraer todo el bagaje que contiene, pero para alguien que ha estudiado esos asuntos en la carrera y a posteriori es agradable ver a un erudito llevando al contraria a todos tus profesores, jejejeje
No hay comentarios:
Publicar un comentario