Jornada plena de ganancias en las
bolsas la de ayer, con
un Ibex35 que subió un 2%, cifra considerable, reconquistó el nivel de los
9.700 y lleva ya unas ganancias en el año interesantes. Parece mucho, y lo
es, pero ante el disparado rally alcista que vive la bolsa de Nueva York todo
palidece. Hace pocas semanas hablábamos de la conquista de los 20.000 puntos, y
ayer, con una subida del 1,6%, alcanzó los 21.000. Cifras mareantes, pero
piensen que 1.000 sobre 20.000 es un 5%. A medida que las cifras del índice
crecen, los valores numéricos pesan menos, y en porcentaje, son más fáciles de
alcanzar.
Decían los analistas a principios
de año que este sería un buen ejercicio para las bolsas y, de momento,
transcurridos ya (¡¡ya!!) dos meses ese vaticinio se está cumpliendo. No tengo
muy claras ni las causas ni la solidez de estas subidas, pero ahí están. Si uno
lee artículos al respecto se puede encontrar de todo, desde las visiones apocalípticas
hasta las confiadas. Se ve que, de momento, ganan estas últimas. Y lo cierto es
que los índices de bolsa de todo el mundo suben en un escenario de
complacencia, con volatilidades bajas y escasa sensación de miedo, lo que es la
condición necesaria para darse un tropezón. ¿Responden los fundamentales de la
economía, los datos macro, a estas subidas? ¿Son su causa? En esto soy muy
receloso, creo que la bolsa y mercados son mucho más volátiles y acaban
reaccionando ante el comportamiento macro, pero tienen dinámicas y tiempos
propios, que muchas veces van muy alejados, bien por delante o por detrás, de
la economía real. El contexto internacional es de crecimiento moderado, desde
hace ya varios trimestres, más acelerado en España que en otras naciones, más débil
en Europa que la media, pero mejor de lo esperado, y sostenido en EEUU pese a
que, estadísticamente, su expansión se acerca a lo exagerado en el tiempo, y
cada vez son más los datos y estudios que indican que debiera darse un frenazo
en su crecimiento, aunque sea por mero agotamiento. Ahí es donde puede estar
ejerciendo influencia las declaraciones de Trump sobre economía, no tanto por
el progreso y crecimiento, sino por la anunciada cada cinco minutos gran
reforma fiscal en forma de bajada de impuestos. Pareciera como que los mercados
han comprado a Trump este anuncio, mucho antes de que lo haya concretado y,
desde luego, llevado a cabo, y hayan descontado preventivamente las ganancias
de beneficios que para las empresas va a suponer un recorte de impuestos. A
medida que pasen los meses se irá viendo si Trump va de farol en esto o no, y
sobre todo, lo que las Cámaras le aprueban de su reforma. Un recorte de
impuestos sin una reducción de gasto, a pesar del crecimiento económico, dispararía
aún más el déficit fiscal norteamericano, y no veo a los republicanos votando
en masa unas reformas que endeudarían aún más si cabe a la nación. Por ello el
tema fiscal norteamericano debe analizarse en detalle y seguirse día a día,
también por el mero morbo de ver cómo se van a llevar los halcones de Trump con
los republicanos clásicos del Capitolio, obligados a entenderse pero que, la
verdad, ocupan posiciones políticas y personales muy opuestas, aunque pudiera
parecer lo contrario. Otro aspecto importante de la política económica de EEUU
que condicionará el futuro de los mercados es la actuación de la Reserva Federal,
la FED. Todo el mundo apuesta ya por un par de subidas de tipos para este año,
lo que antaño hacía caer los mercados, y ahora se interpreta como una señal de
fortaleza de la economía, que empieza a no necesitar estímulos para crecer.
Ambas visiones son aparentemente opuestas, por lo que, como verán, no tengo las
cosas muy claras.
Descontando esas dos subidas de
tipos, lo más interesante al respecto de la FED, y relacionado, como no, con
Trump, es la permanencia al cargo de la misma de Janet Yellen. Seleccionada
para el puesto por Obama, se la ve claramente incómoda con el actual gabinete
presidencial, y es probable que las presiones para cesarla cuando venza su
mandato, o antes, arrecien, así como las tentaciones de influir, desde el Ala
Oeste, en las decisiones de política monetaria. En una época como la actual,
tan dependiente de la figura de los bancos centrales, cambios de esta magnitud
debieran influir en la evolución de los mercados…. o no, que diría el otro. De
momento, los índices ganan, y con ello las carteras de clientes e inversores, por
lo que podemos celebrarlo
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