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jueves, marzo 02, 2017

El Ibex se apunta a las subidas

Jornada plena de ganancias en las bolsas la de ayer, con un Ibex35 que subió un 2%, cifra considerable, reconquistó el nivel de los 9.700 y lleva ya unas ganancias en el año interesantes. Parece mucho, y lo es, pero ante el disparado rally alcista que vive la bolsa de Nueva York todo palidece. Hace pocas semanas hablábamos de la conquista de los 20.000 puntos, y ayer, con una subida del 1,6%, alcanzó los 21.000. Cifras mareantes, pero piensen que 1.000 sobre 20.000 es un 5%. A medida que las cifras del índice crecen, los valores numéricos pesan menos, y en porcentaje, son más fáciles de alcanzar.

Decían los analistas a principios de año que este sería un buen ejercicio para las bolsas y, de momento, transcurridos ya (¡¡ya!!) dos meses ese vaticinio se está cumpliendo. No tengo muy claras ni las causas ni la solidez de estas subidas, pero ahí están. Si uno lee artículos al respecto se puede encontrar de todo, desde las visiones apocalípticas hasta las confiadas. Se ve que, de momento, ganan estas últimas. Y lo cierto es que los índices de bolsa de todo el mundo suben en un escenario de complacencia, con volatilidades bajas y escasa sensación de miedo, lo que es la condición necesaria para darse un tropezón. ¿Responden los fundamentales de la economía, los datos macro, a estas subidas? ¿Son su causa? En esto soy muy receloso, creo que la bolsa y mercados son mucho más volátiles y acaban reaccionando ante el comportamiento macro, pero tienen dinámicas y tiempos propios, que muchas veces van muy alejados, bien por delante o por detrás, de la economía real. El contexto internacional es de crecimiento moderado, desde hace ya varios trimestres, más acelerado en España que en otras naciones, más débil en Europa que la media, pero mejor de lo esperado, y sostenido en EEUU pese a que, estadísticamente, su expansión se acerca a lo exagerado en el tiempo, y cada vez son más los datos y estudios que indican que debiera darse un frenazo en su crecimiento, aunque sea por mero agotamiento. Ahí es donde puede estar ejerciendo influencia las declaraciones de Trump sobre economía, no tanto por el progreso y crecimiento, sino por la anunciada cada cinco minutos gran reforma fiscal en forma de bajada de impuestos. Pareciera como que los mercados han comprado a Trump este anuncio, mucho antes de que lo haya concretado y, desde luego, llevado a cabo, y hayan descontado preventivamente las ganancias de beneficios que para las empresas va a suponer un recorte de impuestos. A medida que pasen los meses se irá viendo si Trump va de farol en esto o no, y sobre todo, lo que las Cámaras le aprueban de su reforma. Un recorte de impuestos sin una reducción de gasto, a pesar del crecimiento económico, dispararía aún más el déficit fiscal norteamericano, y no veo a los republicanos votando en masa unas reformas que endeudarían aún más si cabe a la nación. Por ello el tema fiscal norteamericano debe analizarse en detalle y seguirse día a día, también por el mero morbo de ver cómo se van a llevar los halcones de Trump con los republicanos clásicos del Capitolio, obligados a entenderse pero que, la verdad, ocupan posiciones políticas y personales muy opuestas, aunque pudiera parecer lo contrario. Otro aspecto importante de la política económica de EEUU que condicionará el futuro de los mercados es la actuación de la Reserva Federal, la FED. Todo el mundo apuesta ya por un par de subidas de tipos para este año, lo que antaño hacía caer los mercados, y ahora se interpreta como una señal de fortaleza de la economía, que empieza a no necesitar estímulos para crecer. Ambas visiones son aparentemente opuestas, por lo que, como verán, no tengo las cosas muy claras.


Descontando esas dos subidas de tipos, lo más interesante al respecto de la FED, y relacionado, como no, con Trump, es la permanencia al cargo de la misma de Janet Yellen. Seleccionada para el puesto por Obama, se la ve claramente incómoda con el actual gabinete presidencial, y es probable que las presiones para cesarla cuando venza su mandato, o antes, arrecien, así como las tentaciones de influir, desde el Ala Oeste, en las decisiones de política monetaria. En una época como la actual, tan dependiente de la figura de los bancos centrales, cambios de esta magnitud debieran influir en la evolución de los mercados…. o no, que diría el otro. De momento, los índices ganan, y con ello las carteras de clientes e inversores, por lo que podemos celebrarlo

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