viernes, septiembre 28, 2012

Somos el centro del mundo


Ayer por la tarde Soraya Sáenz de Santamaría, acompañada por los ministros de Economía y Hacienda, desgranaba las características del proyecto de presupuestos de 2012, que tuvo que ser tramitado en Jueves para que llegue al congreso antes del final de Septiembre, como marca la ley, tratando de vender recortes y nuevos impuestos junto a un plan de ayudas a la compra de vehículos eficientes y la subida del 1% de las pensiones. Mientras trabajaba lo iba siguiendo por la web de TVE y las cifras y cuentas eran desgranadas poco a poco ante una sala de prensa en Moncloa atestada de gente…

Pero lo que me dejó asombrado de la rueda de prensa de ayer no fueron los presupuestos en sí, que no son más que un borrador sobre los que se elaborarán los definitivos tras la solicitud de rescate, sino el seguimiento mundial del acto. Pasadas las cinco de la tarde era normal que TVE diera la rueda de prensa, pero la BBC lo incluía en su página web en portada, al igual que el NY times, el Washington Post o el Wall Street Journal o la CNN. De hecho hice el juego de sacar varias ventanas en distintos medios y pasar de una a otra sin solución de continuidad, y en todas salía Soraya, en todas… Era muy parecido a esas tiendas de electrodomésticos en las que entras y ves en muchos televisores la misma imagen, en distinto tamaño, contraste y color, pues en este caso se repetía ese efecto, pero cada ventana era distinta, cada medio también, cada traductor lo hacía a su manera y lo único que se mantenía incólume era Soraya, su voz y su gesto, que al poco fue sustituido por Montoro, y luego por Guindos. ¿Qué quiere decir esto? Que ayer por la tarde todo el mundo nos estaba mirando, la atención de los principales medios de comunicación del mundo estaba completamente absorta por la presentación de los nuevos presupuestos del “Kingdom of Spain” y ese exceso de atención no es sino un síntoma del miedo que provocamos. Al poco de desgranar cifras ya había varios blogs económicos anglosajones que se estaban esforzando en analizarlos y dar titulares sobre lo que se contaba desde Madrid al mundo entero, alguno de ellos tan afilado como este, y la sensación que me entró fue de ligero vértigo, de exceso de responsabilidad, y de ser consciente una vez más, y ya van demasiadas, de que nos hemos convertido en el país más importante, por peligroso, en lo que hace a la economía mundial, el que más puede desestabilizar el euro si se derrumba, el país que puede determinar quién ganará las elecciones norteamericanas de Noviembre en función de si pide o no un rescate y el efecto que eso genera en las bolsas de todo el mundo, y así sucede con cualquier variable económica, financiera y, colateralmente, política que ustedes puedan imaginar. Rajoy, un político local acostumbrado al regate corto y al juego pequeño ha sido ascendido a líder de equipo en las grandes ligas, y puede que jamás llegara a imaginar hasta que punto sus decisiones iban a ser tan trascendentes. El vértigo al fracaso, que siempre existe en cualquier proyecto o gestión, y que es enorme si uno preside su país, es una nadería comparado con la actual situación, en la que los medios reflejan la más que probable presión que sobre Rajoy y el resto del gobierno ejercen líderes políticos y empresariales de todo el mundo que, asustados por la depresión económica en la que se ha sumido España y la deriva de revuelta política en la que se ha instalado el país tratan de salvaguardar sus intereses e inversiones. Tremendo.

Y esta tarde, cuando cierre la bolsa, tendremos otra sesión similar, ya que el Ministerio de Economía presentará, desde el edificio en el que esto escribo, los resultados del análisis de necesidades de capital de la banca española elaborado por Oliver Wyman, sobre el que todo son especulaciones. La cifra que de hay salga será la que se utilice del fondo otorgado por la UE como rescate financiero, cuyo MoU se publicó haya por Julio, y está dotado con un máximo de 100.000 millones de euros. Y como sucedió ayer, y como le pasaba a Frodo Bolsón cuando se ponía el anillo, la sensación de que Sauron te busca y te encuentra será palpable entre los que ofrezcan la rueda de prensa y, por extensión, todos nosotros.

jueves, septiembre 27, 2012

Cataluña o cómo fabricar un problema para tapar otro


Les confieso que me da mucha pereza escribir sobre el problema de Cataluña, o como quieran definirlo, porque dada la situación en la que se encuentra el país el órdago secesionista de Mas y compañía no deja de ser un nuevo y serio problema que se añade a todos los que ya tenemos, el principal de ellos nuestra absoluta quiebra económica y moral, y en momentos en los que sería más necesaria que nunca la unidad para salvar el barco que se nos hunde empiezan a cundir por todas partes las voces de tonto el último y sálvese quien pueda. Todo un espectáculo para los observadores extranjeros, algo patético para cualquiera que lo mire desde aquí.

De hecho ayer Mas, un día después de convocar (otras) elecciones anticipadas para el 25 de noviembre, fecha prenavideña donde las haya, reiteró su idea de una consulta soberanista sobre la relación de Cataluña con el resto de España, adelantando en parte cual va a ser su programa electoral, con el esperado resultado: Aplausos enfervorecidos por parte de los suyos, ola mediática de los medios que reciben ingresos de la Generalitat y desconcierto general en el resto de la bancada. Mi opinión es que todo esto no es sino un inmenso montaje, un fraude de fondo que, bajo la forma de independentismo, trata de cubrir la gestión de dos años de gobierno de CiU que han sido malos para Cataluña, en los que la crisis ah golpeado con dureza al sector industrial que rodea Barcelona, y el número de parados se ha disparado. Las medidas de recorte del gobierno de Mas, pioneras en España, han sido muy duras, aunque en la línea de lo desarrollado por el PP en el conjunto del país han ido a lo fácil, el grueso del gasto social, y no han tocado lo que más les importa a los partidos, que es su red clientelar y sus tentáculos de poder. En el caso catalán no se ha reducido nada del inmenso aparejo paraestatal que Mas controla desde el Palau de la Generalitat, a través de empresas públicas, contratas, subvenciones, y entidades como la Corporación catalana de medios audiovisuales, que gestiona la TV3 y todo el tinglado asociado, cuyo coste se estima en algunos miles de millones de euros. Sin reducir estos gastos de poco sirve cerrar hospitales y obligar a los niños a ir con tartera a clase, y sobre todo, no se hace ninguna pedagogía del recorte 8al ciudadano sí pero al gobernante no) y de mientras los ingresos de la Generalitat siguen bajando por el derrumbe de la actividad económica y el pinchazo inmobiliario, muy intenso allí tanto en la costa como en las ciudades. Consecuencia: la quiebra. La Generalitat apenas tiene liquidez en caja para financiar las nóminas de cada mes y no puede hacer frente a ninguna inversión digna de tal nombre, y se ve obligada a solicitar el rescate al odiado estado estatal estatalista llamado España. Todo un golpe de humillación para unos gestores que se presentaron como modélicos y que, como otros tantos, no supieron calibrar la dimensión de lo que se les venía encima y se ven abocados a sufrir el desencanto de la población en las urnas y la calle. ¿Solución? Doble y muy clásica. Por un lado busquemos un culpable fuera, al que llamaremos España derrochadora, o expoliadora, que suena aún más mezquino, y por otro apelemos al sentimiento patrio catalán como válvula de escape de la ciudadanía y que el amor a la patria haga olvidar el vacío de la cuenta bancaria. Así, Mas opta por envolverse en la senyera para eludir la situación de quiebra, y desde que ha empezado esta táctica ya nadie habla de los recortes, ni de los colegios, ni de los hospitales, ni del caso de las ITVs de Oriol Pujol ni de los dependientes, a los que ya no hacen caso ni los medios que antes los usaban como excusa para atacar al gobierno. Como cortina de distracción y táctica electoral, un diez.

Pero como estrategia política y económica, un cero. Exacerbar el sentimiento nacionalista catalán puede serle rentable a CiU a corto plazo, pero a medio lo único que logrará es revitalizar al extremismo de ERC, que le comerá votos por su izquierda, como siempre ha sucedido en el País Vasco. Y económicamente la secesión es un malísimo negocio para Cataluña y el resto de España, en el que todos perdemos. Mas y el resto de políticos de aquella región debieran pensar mucho menos en Cataluña y mucho más en los catalanes y sus problemas, idénticos a los del resto de españoles (la quiebra) Lo demás son juegos electoralistas cargados de pólvora, en algunos casos mojada, en otros peligrosamente caliente.

miércoles, septiembre 26, 2012

Carreras junto a la Carrera de San Jerónimo


Ayer estaba convocada una jornada de protesta en Madrid con el objetivo, difundido a través de las redes sociales, de tomar el Congreso. Aunque luego la movilización cambió su lema sustituyendo el “tomar” por el “rodear” el despliegue policial instalado en la Carrera de San Jerónimo, la calle madrileña donde se sitúan las Cortes, impidió acercarse a menos de varios centenares de metros de la sede parlamentaria a los manifestantes, que se concentraron en torno a la fuente de Neptuno. La concentración acabó en tangana más o menos intensa, con 64 detenidos y 28 heridos.

Más allá de la concentración de ayer, lo que hay que reiterar una y otra vez, hasta que a uno le echen de la sala por pesado, es que el Congreso es la sede de la soberanía popular, es el órgano elegido por el voto de todos nosotros, ciudadanos libres e iguales, que acudimos a las urnas a nuestra voluntad y expresamos en ellas nuestra opinión, con idéntico peso sea cual sea nuestra ascendencia, empleo o riqueza personal. La Constitución lo define como inviolable, pero para un demócrata es un lugar sagrado, es un templo que no debe ser mancillado ni violentado. Guste o no cada uno de los 350 diputados que allí se sientan cuentan con el respaldo de electores que han confiado en ellos, y mal o bien, los representan. La crítica, necesaria y más en estos tiempos, ante el mal funcionamiento del sistema político, la cualificación de nuestros gobernantes y la operatividad de las instituciones no debe caer en la demagogia asamblearia de pretender sustituir el Congreso por otra cosa que no se sabe lo que es por parte de aquellos que se atribuyen la representación del pueblo. Y es que en democracia nadie representa a nadie si no ha sido elegido previamente, y esta máxima es algo que en España no es que no hayamos interiorizado, es que no ah llegado a traspasar ni la capa más externa de la piel. Nacionalistas, ecologistas, taxistas, estanqueros, todos se lanzan a la calle enarbolando la representación del conjunto de la sociedad, y demasiadas veces así se lo hacemos creer. ¿Hay motivos para protestar contra el sistema político en España? Innumerables. ¿Hay que hacer reformas profundas? Sí, obviamente. Pero esa labor es de una complejidad enorme, y lo siento mucho por los bien intencionados, pero no va a poder surgir de una asamblea que se cite a debatir bajo unos árboles o sobre una plaza. Hay que elaborar un conjunto serio de propuestas de reforma, que contengan la manera práctica de pone en marcha las listas electorales abiertas, que modifiquen el sistema de selección de candidatos a cortes, que ahora se basa en poco más que en la afinidad del nominado con la dirección del partido, que elimine poder a esos mismos partidos que han usado mal los privilegios que se les concedieron al inicio del régimen, estudiar la reforma de la ley electoral para ver las ventajas e inconvenientes de un sistema mayoritario por circunscripciones pequeñas, a sabiendas que no hay régimen electoral neutro ni perfecto, etc Y todo esto hay que plantearlo en serio, a través de una plataforma pública de intelectuales de prestigio, que elabore unas normas o guías de cómo llevar esto a cabo, y que sea presentado a las cortes por parte de alguna agrupación política, o que mediante firmas pueda ser elevada a rango de proyecto de Ley, etc. La democracia tiene los instrumentos necesarios para poder ser reformada desde su interior, porque esa palabra, procedimientos, también tiene un enorme valor. Saltársela abre paso a la conculcación de la Ley y al derribo del sistema que tanto nos ha costado construir, que tan buenos resultados nos ha dado en estos treinta años y que debe ser puesto al día para que siga funcionando. Pero siempre en democracia. Fuera de ahí no hay nada. Sólo tinieblas.

Puede que la bronca de ayer sea la primera de varias, que a lo largo de este otoño invierno llenen portadas y nos acerquen al escenario griego, que es a dónde vamos, no tengo muchas dudas al respecto. Será una pena, pero era raro que tras tanta crisis y angustia social no surgieran brotes violentos de este estilo. Ha pasado en todos los países y aquí también ha llegado. Una razón más para que los políticos se pongan las pilas de una vez, se cree por fin un gobierno de unidad nacional, al menos con la presencia de PP y PSOE y que tenga en su seno varios técnicos alejados de los partidos, y que dirija la nave en medio de la tormenta que, créanme, va muy para largo.

Por cierto, hoy es el primer día que escribo el blog y llueve en Madrid desde… ni me acuerdo :-)))

martes, septiembre 25, 2012

Acemoglu y Robinson han escrito un libro maravilloso y obligatorio


A parte de ver a amigos y familiares, lo más intenso y placentero de estas vacaciones ha sido… un libro. Sí, sí, un libro. Me llevé seis para la semana y los acabé todos, cinco de ellos eran pequeños y de bolsillo y uno era grande, denso y pesado, pero fue el que más satisfacciones me produjo. Precedido de magníficas críticas en todo el mundo, y esta vez sin la habitual tardanza de las editoriales españolas ante textos especializados, editorial Deusto ha sacado este 1 de septiembre la edición española de Por qué fracasan los países, de Daron Acemoglu y James A. Robinson, libro llamado a ser un clásico.

Este libro trata de responder a esa pregunta tan compleja que siempre nos ha rondado en la cabeza, porque si todos los humanos somos iguales resulta paradójico ver que hay países ricos y triunfantes mientras que otros siguen sumidos en la pobreza, de la que no pueden escapar de manera alguna. Historias de frustración y miseria que desde antaño se han explicado en base a condicionamientos tales como la superioridad del pensamiento protestante frente al católico, origen de las diferencias entre el norte y sur de Europa, la existencia o no de restricciones medioambientales, causa a al que se achaca el colapso de la civilización maya, e ideas por el estilo. Los autores rebaten todas estas teorías y proponen una alternativa general, que basan en lo que se da en llamar la teoría institucional. Así, explican que hay dos tipos de sociedades posibles, unas son las inclusivas, en las que la mayor parte de sus miembros tienen algo de poder y fomentan la creatividad y el progreso tecnológico, y otras, denominadas extractivas, en las que una pequeña casta controla los recursos del poder y extrae la riqueza del resto de la sociedad, impidiendo que los demás miembros puedan acceder al poder y eliminando los incentivos a la innovación y el progreso. Así, las sociedades inclusivas crean círculos virtuosos de innovación, prosperidad tecnológica y desarrollo económico, mientras que las sociedades extractivas generan círculos viciosos de apropiación, usurpación y sometimiento, en los que la innovación se encuentra muy limitada al ser una posible fuente de nuevas clases y focos de poder y la tecnología no prospera. Tras explicar de manera más precisa todos estos conceptos, los autores se lanzan a un apasionante y, porqué no decirlo, maravilloso viaje en el tiempo desde el neolítico hasta nuestros días, analizando decenas de ejemplos de sociedades que en el mundo han sido, caracterizándolas según los parámetros antes expuestos y observando su evolución en el tiempo. Los asentamientos urbanos del creciente fértil, el imperio romano, el feudalismo, la edad media, Venecia, el imperio español, francés, los mayas, las diferentes culturas americanas del norte y del sur, los imperios africanos de la costa del índico y del atlántico, China, Japón y otros imperios del extremo oriente, etc todos ellos son diseccionados metódicamente, y el patrón que se observa es siempre el mismo. Mientras la sociedad que estudiemos tenga características inclusivas prosperará, al desarrollar una economía de corte inclusivo basada en la innovación y la tecnología, pero en el momento en el que, bien por una intervención exterior o por una dinámica interna, el modelo de poder dominante se vuelva extractivo, la economía también lo hará y comenzará un declive que puede acabar por hundir por completo al sistema económico y a la sociedad que lo alberga. Resulta escalofriante, a la par que luminoso, comprobar con qué exactitud se repite este patrón a lo largo del tiempo y en contextos geográficos, culturales y medioambientales completamente diferentes y, en muchos casos, carentes de contacto entre sí.

El libro da para miles de reflexiones, debates y aproximaciones, dada la riqueza de la información expuesta, pero una de las más importantes (y deprimentes) es que el comportamiento extractivo por parte de los dirigentes de un país es el más sencillo de sostener y de explicar para ellos mismos, y por tanto de justificar en aras del mantenimiento de sus privilegios. Este argumento es el que utilizó César Molinas en su ya famoso artículo de hace unas semanas en El País en el que detallaba el comportamiento extractivo de la clase política española y el porqué no cambia de actitud ni pide perdón por ello. En definitiva, un libro maravilloso, ilustrador, muy bien escrito y accesible para toda clase de público. Una joya.

lunes, septiembre 24, 2012

O totalmente conectados, o nada


Parece un hecho fruto del más divertido de los destinos, pero justo la semana en la que me cojo vacaciones se ha sucedido una catarata de noticias tan relevantes que, por su dimensión, merecerían cada una de ellas muchos comentarios. La dimisión de Esperanza Aguirre, la entrevista a Rubalcaba en TVE, la muerte de Santiago Carrillo o el órdago independentista de Artur Mas dan para varias entradas, pero me temo que, pasados ya unos días, mucho habrán leído ustedes sobre todo ello y poco puedo aportarles. Es el problema de no disponer de Internet en vacaciones.

Pensaba en esto ayer viniendo en autobús hacia Madrid, y el agobio que, hasta cierto punto, supone la incomunicación forzada, o la renuncia a unos medios que, pese a su reciente incorporación a nuestras vidas, ya consideramos tan naturales que no nos imaginamos que puedan fallar o no existir, y cosas por el estilo, pero a medida que avanzaban los kilómetros del viaje mi reflexión fue virando hacia el lado opuesto, no tanto por el libro que estaba leyendo, interesante, sino por mi compañera de asiento, una joven morena bastante guapa, todo hay que decirlo, que ya desde el momento en el que se sentó junto a mi y dijo una especie de ooo a modo de “hola” sacó de su bolso la blackberry y se conectó al whatsapp y empezó a teclear. Estando el autobús aún aparcado en Bilbao su novio, que estaba a pocos metros del cristal, también saco su móvil y empezó a escribir como un poseso, y se que eran pareja porque muy de vez en cuando se miraban de esa manera que sólo las parejas saben hacerlo, pero eran miradas fugaces, porque los ojos estaban fijados intensamente en el teclado, los dos pares de ojos. Sólo cuando el autobús empezó a deambular por el tortuoso camino de salida de Garellano, la estación de autobuses, ella levantó la vista del miniteclado y buscó furtivamente a su pareja, que estaba en una esquina para despedirla. Apenas dos o tres segundos de miradas intensas y de vuelta al teclado. Saliendo de Bilbao la chica escribía de manera compulsiva, sin parar, y yo empecé a darme cuenta de que no me iba a molestar mucho en el viaje, pero que tampoco aportaría nada. A medida que pasaban los kilómetros su voracidad de teclado disminuyó algo, e incluso trataba de echar una cabezadita de vez en cuando, pero el terminal, asido por las dos manos como si fuera su posesión más preciada (de hecho lo era) vibraba a los pocos minutos de que hubiera cerrado los ojos, y vuelta a teclear un montón de mensajes que, me pareció aunque no puedo asegurarlo, ya tenían no un único destinatario sino varios. Llegados a la parada intermedia del camino la chica se bajó, con su bolso colgando del hombro y la blackberry asida firmemente por ambas manos. Perdí un poco el tiempo en el área de descanso, como siempre, y cuando volví a subir al autobús, cinco minutos antes de la hora anunciada por el conductor, ya estaba mi compañera de asiento sentada en su lugar tecleando nuevamente. Le indiqué para que me dejara pasar, dado que yo tenía ventanilla, y ella, rauda y amable, pero sin dejar de escribir, se levantó y me cedió el paso. Dada mi innata torpeza personal yo hubiera sido incapaz de levantarme y escribir a la vez, pero ella demostró estar muy entrenada en hacer lo_que_sea y escribir, cosa hasta cierto punto admirable.

El resto del viaje fue similar. Acabé el libro que empecé al salir de Bilbao y el sol y las nubes de lluvia ofrecieron un atardecer precioso desde la ventanilla del autobús, pero ajena a los chubascos, resoles y arcos iris que de vez en cuando se veían a nuestro alrededor, mi vecina de asiento siguió escribiendo sin parar. Seguro que agradeció que a 60 kilómetros de Madrid nos pillase un atasco que nos hizo llegar tres cuartos de hora más tarde de lo previsto, por lo que podía escribir sentada aún más tiempo. Y seguro que así estuvo varias horas antes de irse a la cama, tecleando conectada sin parar. Qué contraste.

viernes, septiembre 14, 2012

¿Se han celebrado los juegos paralímpicos?


Una de las cosas más sorprendentes y difíciles de entender de la física cuántica es que la realidad sólo toma forma en el momento en el que el observador la escruta, ya que antes era un mero estado de probabilidad. El ejemplo del gato de Schrödinger, que está a la vez vivo y muerto encerrado en una caja hasta que el investigador levanta la tapa y descubre cual de los dos estados es el correcto es uno de los ejemplos más conocidos, aunque a mi me gusta otro aún más misterioso. Si en un bosque, en medio de la nada, sin que nadie esté a kilómetros a la redonda, un árbol cae al suelo, ¿cómo saber que realmente ese hecho se ha producido?

Estas reflexiones venían a mi mente el pasado fin de semana cuando los telediarios comentaban, deprisa, algunos aspectos de la ceremonia de clausura de los juegos paralímpicos celebrados hasta este Domingo en Londres, en medio de una general indiferencia por parte de los medios de comunicación y sin que se les haya dado la más mínima relevancia en la calle o en las conversaciones diarias. Sin embargo, un par de meses antes, todos los ojos estaban puestos en Londres, en el mismo escenario, cientos de millones de personas, miles probablemente, vieron la final de los cien metros de Usain Bolt, o los últimos partidos de baloncesto u otras pruebas similares. Londres era el centro del mundo y allí se dirigían todos los ojos, pero esa frase se puede leer exactamente a la inversa y adquiere otro significado, y es que el que todos los ojos se dirigieran a Londres la convertía en el centro del mundo. Dicha así resulta mucho más cierta, porque a lo largo de las dos semanas de paraolimpiada los ojos del mundo no han mirado a Londres, y esta ciudad no ha sido el centro de nada. En el mundo del deporte, y sin salir de España, la actualidad estaba centrada en la rabieta de un consentido niño rico porque quería más dinero, deseo humano comprensible pero obsceno dad su profesión y el estado de penuria que atraviesa el país, y a ese comportamiento, triste en todos los sentidos, se le han dedicado más páginas y comentarios que a todos los atletas que trataban de esforzarse hasta el final sobre la pista de Stratford. Las mismas torres de luces de forma triangular que coronaban el estadio, una de las imágenes que más me gustó de los juegos alumbraron a las estrellas de Agosto y a las de Septiembre, pero si a las primeras las deslumbraban los flashes de los medios de comunicación de todo el mundo, a las segundas sólo les acompañaban los disparos de las cámaras de los familiares y allegados. Pero no se llamen a engaño, si denominamos deporte a esfuerzo, superación, ganas de vencer, de darlo todo a cambio de un instante de satisfacción, eso es lo que sucedió en los paralímpicos. Si llamamos deporte al espectáculo de masas, a la fábrica de generar dinero y pasiones más perfecta que jamás se haya inventado, al negocio en su estado más puto y primitivo, a la sustitución de la guerra por el enfrentamiento incruento de países con un espíritu nacionalista desatado, eso es lo que todo el mundo aplaudió a rabiar a lo largo de finales de Julio y Agosto en Stratford. Como no me gusta el deporte ni lo aprecio, poco les puedo decir sobre las gestas de Bolt, la NBA o Phelps, pero sobre lecciones de sacrificio, superación y entrega tengo bastante claro cual de las dos competiciones ha sido la más pura, verdadera y, sin lugar a dudas, bella.

En la ceremonia de clausura de los paralímpicos, sin las miles de cámaras de las televisiones en directo, hubo un discurso que nadie ha emitido, pero todos debiéramos grabar. En el, Stepehn Hawking, quizá el mayor ejemplo vivo de condena física y libertar mental, reflexionó sobre su enfermedad, que le mantiene confinado en su silla, encarcelado en su cuerpo, pero que no puede evitar que su mente sea libre, brillante y prodigiosa. Desde su púlpito moral, animó a todos los presentes, afectados por enfermedades, dificultades y rechazos sociales, a no rendirse, a seguir luchando día a día por superarse y triunfar en la vida. En el fondo todos somos paralímpicos, poseedores de imperfecciones más o menos profundas, a veces visibles, otras escondidas, y Hawking habló por todos nosotros. Eso es grandeza, eso es olimpismo.

La semana que viene estaré de vacaciones en Elorrio, por lo que, salvo sorpresa, no habrá entradas hasta el Lunes 24. Sean muy felices.

jueves, septiembre 13, 2012

La muerte del embajador


Lo que pasó la tarde noche del 11 de septiembre en Bengasi es tan grave, extraño e insólito como misterioso, y sólo al cabo de unos días estamos empezando a conocer lo que realmente sucedió. Amparadas en la ira suscitada por una supuesta filmación colgada en youtube que ofendía a Mahoma, una turba asaltó el mencionado consulado de EEUU en Bengasi y arrasó con la delegación, incendiándola y matando al personal que allí encontró. Entre los fallecidos está Christopher Stevens, el embajador, que tras una vida de peripecia, y muy vinculado a la revolución Libia, encontró su muerte en aquellas arenas.

Esta era la versión más sólida que se podía leer por la mañana en Europa de lo sucedido, reforzada con el simultáneo asalto que también sufrió la delegación diplomática norteamericana en El Cairo, en la que no hubo muertos pero sí cuantiosos destrozos materiales. Sin embargo, a medida que avanzaba el día de ayer y se iban conociendo más detalles sobre el asalto, parecía que la teoría de la turba espontánea iba perdiendo fuerza frente a lo que tenía cada vez más pinta de ser un asalto organizado y planificado, que había contado con el apoyo de la gente, espoleada por la difusión de las noticias sobre la supuesta filmación irreverente, pero que todo estaba muy bien diseñado para acabar con los representantes de EEUU en la ciudad. Objetivo cumplido, y más en un 11S. Si esto es así la gravedad del hecho aumenta aún más, porque estaríamos ante un ataque en toda regla por parte de no se sabe muy bien quién ante EEUU. Se interpreta como lo más probable que sean salafistas, grupúsculos de Al Queda o, en todo caso, radicales islamistas los que hayan cometido el ataque, lo que vuelve a poner en el foco de la actualidad el terrorismo islamista, que últimamente no deja de golpear, pero de manera casi exclusiva en Irak, Afganistán y otros países limítrofes que cada vez tienen menso eco en las noticias vistas y seguidas en occidente. El ataque también se produce en un momento delicado, a menos de dos meses de las elecciones norteamericanas, y más allá de que sea usado de manera torticera por algún candidato, tendrá su reflejo en los debates y columnas de opinión, abriendo otro frente complejo a un Obama que apostó muy en serio por la llamada primavera árabe y que recibe como Pedrea esta desagradable noticia. Rápida de reflejos, Washington ha enviado un contingente de tropas a Libia para investigar sobre el terreno que es lo que ha sucedido y, si son capaces, dar con los autores y castigarlos. No es elegante hacer estos juicios, pero de encontrarse a los culpables y ajusticiarlos, o detenerlos en un Guantánamo aún abierto, Obama se apuntaría un tanto ante el electorado más radical y complaciente con la política de mano dura, mientras que Romney sacaría ventaja si en unas semanas no se ha descubierto nada o, escenario aún más complejo, se produce algún nuevo asalto en otra ciudad, que una vez abierta la espita nada es descartable. El hecho en sí mismo demuestra lo compleja y extraña que se ha vuelto la gestión internacional. Antaño el ataque a una embajada era un “casus belli” de libro para iniciar un conflicto y, en la mayoría de los casos, la guerra. Tras lo sucedido en Bengasi, ¿Quién es el enemigo? ¿Dónde se esconde? ¿Cómo se le combate? ¿Qué se ataca? En una época mucho más sencilla Reagan atacó la residencia de un Gadafi que, en los ochenta, patrocinaba el terrorismo internacional. Hoy eso sería impensable no por el hecho del ataque, sino por la ausencia de figura objetivo. Todo se ha hecho mucho más difuso y nebuloso, y difícil.

Unas últimas palabras para la figura del embajador Stevens que, paradójicamente, fue uno de los más entusiastas defensores de la revuelta que acabó con el dictador Gadafi el año pasado en Libia. Hablaba el árabe, hecho menos frecuente de lo debido en la diplomacia norteamericana, y tenía amplio conocimiento sobre el terreno de las vicisitudes de todo el Magreb. Su muerte es un cruel asesinato y un acto de estupidez inmenso por parte de quienes lo han cometido, y una nueva muestra de que Libia es, de momento, un caos absoluto en el que nadie gobierna, candidato perfecto a un estado fallido que, dada su posición estratégica, puede ser muy peligroso en el futuro para EEUU y, sobre todo, Europa.

miércoles, septiembre 12, 2012

La soberanía española está en Karlsruhe


Ayer tuvo lugar en Barcelona una gran manifestación solicitando la independencia de Cataluña de España. Como Lince, la empresa que medía las audiencias a las manifestaciones, tuvo que cerrar porque a nadie le gustaban sus resultados, nos queda la duda de saber cuánta gente acudió, pero es indudable que fueron muchos, cientos de miles. Lo que más me asombra de estas convocatorias es que cuando la crisis demuestra el fracaso de un país como España y la necesidad de unirse para arreglar los problemas, y que esa solución pasa por la integración europea y la cesión de soberanía ante Bruselas, el independentismo regional siga en sus trece.

De hecho lo que va a suceder hoy en Karlsruhe, Alemania, demuestra hasta que punto el gobierno que tenemos en Madrid no pinta nada y que las decisiones que nos afectan hace tiempo que se han escapado de la Moncloa, encargada en todo caso de aplicarlas, pero no de determinarlas. En esa localidad alemana está la sede de su Tribunal Constitucional, y hoy emitirá veredicto sobre si el MEDE, Mecanismo Europeo De Estabilidad, el fondo de rescate permanente de la UE creado en el Consejo Europeo de finales de Junio, atenta contra la soberanía constitucional alemana o no. Este fondo es la principal herramienta de financiación de los rescates nacionales, está dotado de mucho más volumen financiero que su predecesor, el EFSF, y sobre todo es, como su propio nombre dice, un instrumento permanente, destinado a perdurar en el tiempo como una herramienta más de la construcción europea. Creo que son diecinueve los magistrados que, con sus rojas vestimentas, emitirán veredicto al respecto, y de esa decisión depende la propia existencia del MEDE, los rescates previstos y, desde luego, al estabilidad financiera de Europa y de España. Lo más lógico, y por lo que apuestan casi todos los analistas, es que el veredicto sea favorable y encuentre constitucional el MEDE. A lo sumo se espera un sí condicionada, de tal manera que, para generar mayores garantías constitucionales, por ejemplo, cada decisión del MEDE exija una ratificación en pleno del parlamento alemán, el Bundestag, lo que ralentizaría las actuaciones del fondo pero no las impediría. Una respuesta negativa sería una enorme y grave sorpresa, porque dejaría empantanada la arquitectura diseñada para los rescates y abriría una crisis europea aún mayor que la que ya tenemos, que es inmensa. Es difícil decir esto, pero no creo equivocarme si afirmo que los magistrados constitucionales habrán recibido llamadas, sugerencias y comentarios, que nadie habrá podido llamar presiones, desde todas las instancias gubernativas europeas y alemanas, para que el veredicto no suponga un problema, y el día de hoy quede despejado. Para enlazar este asunto con el anterior de la manifestación, baste señalar que una votación negativa impediría, probablemente, el rescate de España y la abocaría a la quiebra, y la cuasiquebrada Cataluña se convertiría directamente en insolvente. Los tiempos en los que “Madrid” decidía han terminado hasta para los propios madrileños. Quienes nos gobiernan son nuestros acreedores, y uno de ellos, uno de los más importantes, se pronuncia esta mañana envuelto en togas judiciales. Creo que poca gente, estuviera ayer o no en la manifestación de Barcelona, o del resto del país, es conciente de esta realidad, y sigue actuando como si no fuera con ella, y esa es la mejor manera de llegar al desastre, financiero y político.

Por cierto, una comparación entre tribunales constitucionales. Si el MEDE se aprobó en junio el tribunal alemán va a emitir su sentencia tres meses después!!!, con las vacaciones de por medio, y sabiéndose el día de la emisión del veredicto desde hace semanas. Mientras, aquí, nuestro Tribunal Constitucional tarda quinquenios en decidir cualquier cosa, y jamás se sabe cuándo se producirá resolución. El estatuto de Cataluña en su momento, o la aún no publicada sentencia sobre el matrimonio homosexuales, muchos años después de puesta la demanda, muestran que no sólo en la economía Alemania es otro mundo respecto a España.

martes, septiembre 11, 2012

Once años del 11S


Hoy se cumple el undécimo aniversario de los atentados que destruyeron las torres gemelas de Nueva York y parte del Pentágono en Washington, causando miles de muertos. Mientras que en la capital pocos son los recuerdos que quedan de aquel evento, en Manhattan un nuevo bosque de rascacielos crece rodeando lo que fue el emplazamiento original de las torres. Si cada día miramos al cielo admirados por el tamaño de esos colosos, hoy es el día para volver la vista al suelo, a donde yacen los restos de aquellos que murieron en esa maldita fecha, y con un pequeño silencio y oración, recordar su presencia eterna, homenajear a los que dieron su vida por salvar a cuentos pudieron, y acompañar a las familias en su duelo.

lunes, septiembre 10, 2012

César Molinas y un artículo de premio


Y fíjense que han pasado cosas el fin de semana para hablar de ellas, como la tormenta del sábado, que por fin regó Madrid tras mes y medio en el que sólo han caído rayos de sol, o el final de los juegos paralimpícos, que todo el mundo alaba pero sólo a cuatro importan, o el estreno de Raquel Martínez como presentadora de los telediarios del fin de semana, pero cuando se publica un artículo de la profundidad, seriedad y alcance como el que César Molinas firmaba ayer en El País el resto de asuntos pasan a un segundo plano, y cualquier glosa que se haga del mismo, y esta ni les cuento, palidecerá ante el original.

Molinas teoriza sobre la clase política española, dando argumentos a los que consideramos que su actual diseño es uno de los problemas que la crisis económica ha puesto de manifiesto con toda la crudeza posible. Y sobre todo lo hace justificando el término de “clase” que se le otorga al estamento, como grupo diferenciado, privilegiado, y cuyo fin principal es el de sostenerse así mismo y mantener su cuota de poder. Parte del origen del sistema de partidos creado en España en la transición, sistema que en aquel momento era el más conveniente, dad la inexistencia de los mismos y el tratar de crear una democracia tras el erial social y político que habían supuesto las décadas de dictadura franquista. Se definió una estructura de partidos fuertes, jerarquizados, controladores de todo, poseedores de los escaños y de los votos de ellos emitidos, con listas electorales cerradas y bloqueadas, que dan el menor peso posible al voto y el máximo a la organización electoral que asigna candidatos en esas listas. Es un procedimiento muy rígido y nada transparente, pero que en aquel tiempo sin embargo quizá fue necesario para dotar a los partidos de esa estabilidad que carecían. Con el tiempo, a medida que las estructuras se consolidaban, hubiera sido necesario ir desmontando esa rigidez en los partidos y en las listas, haciéndolas abiertas y eliminando poder de las cúpulas de las organizaciones, pero ha sucedido exactamente lo contrario, y ahora partido político, que debiera ser sinónimo de democracia, es visto como un concepto peyorativo, arcaico y pseudodictatorial. En paralelo a todo esto, la organización territorial de España en diecisiete reinos de taifas ha permitido la creación de organizaciones políticas territoriales tan posesivas y ansiosas de poder como los aparatos centrales, convirtiendo su terruño en su mundo y, tratando desde allí, en convertirse en fuerza hegemónica que convierta sus prebendas en derechos adquiridos y su monopolio en algo natural. La deriva de todo este proceso ha sido perversa y arrasadora, de tal manera que no hay institución, organismo regulador ni ente de carácter más o menos público que, a todos lo niveles de gobierno, no haya sido cooptado por parte de los partidos, convirtiéndose en meros apéndices de sus estructuras de poder y en premio objeto de reparto entre vencedores y de consolación entre perdedores. Entre tanto la gestión del día a día, la correcta administración de las cuentas públicas, la eficiencia en el gasto y la lógica del buen gobernante han sido destrozadas con el ánimo de esquilmar recursos y mantenerse en el poder a toda costa. Es lo que el ya famoso libro de Acemoglu y Robinson “Por qué fracasan los países” (que acabo de comprar) califica como clases extractivas, tal y como referencia el propio Molinas. En todas las naciones existen comportamientos similares, sí, pero en España la dimensión de la extracción (saqueo me salía en primera instancia) ha alcanzado tal dimensión que amenaza con acabar con al estabilidad y sostenibilidad de la nación. Mientras la burbuja creció, alentada por todos, los recursos pudieron abastecer todo este sistema, pero el derrumbe inmobiliario muestra a las claras la insostenibilidad del mismo.

De ahí Molinas extrae muchas conclusiones, explicándose el porqué de que ningún político haya pedido perdón por lo sucedido, porque nadie se disculpa cuando defiende sus propios intereses, o cómo la ciencia, la investigación y al educación, palancas para el desarrollo económico, social y (ojo) mental, son siempre despreciadas y marginadas en los presupuestos por parte de aquellos que las ven como fuente de crecimiento de riqueza y, por tanto, creadores de “rivales” a la hora de compartir el poder de la sociedad, y muchas otras cosas. Un artículo largo, denso, que se lee en un instante y que, como los buenos, te deja todo el día dando vueltas a su revulsivo y, esta vez sí, revolucionario contenido.


Por cierto, esta noche, si no pasa nada raro, haré una retransmisión comentada vía twitter de la entrevista de Rajoy, a ver que tal me sale, y a ver si el hombre contesta a alguna pregunta

viernes, septiembre 07, 2012

Masturbarse ante la inquisición


El caso de la concejala de Yébenes que ha visto como un vídeo privado de contenido sexual ha sido divulgado por la red sin su consentimiento pone de manifiesto muchos de los problemas reales que tenemos para controlar el mundo privado en el que vivimos en este contexto de desarrollo tecnológico que nos invade, pero la respuesta que el suceso ha tenido en su localidad toledana muestra que por mucha tecnología que tengamos a nuestro alcance y por mucho siglo XXI en el que vivamos el atraso, la incultura y los zafios prejuicios siguen firmemente instalados en los más hondo de nuestros pensamientos.

Olvido Hormigos, que así se llama la protagonista de la historia, y que además de ser guapa posee un nombre muy literario (que gran novela podría escribirse con una protagonista así llamada) se masturbó un día en su casa, cosa que hace todo el mundo con una cierta regularidad, y se grabó. Desconozco los fines de la grabación, pero es un asunto de ella, y como tal debió quedar la cosa. Sin embargo, y el hecho sigue bajo investigación judicial, esa grabación circuló más allá de la persona de olvido, no se sabe si por su voluntad o no, y alguien acabó colgándola en youtube, accesible a todo el mundo. Y ahí se armó la escandalera, Olvido vio su intimidad violada y lo primero que pensó fue en dimitir (que aprendan los responsables de los aeropuertos fantasmas, las Bankias infernales y tantos otros). El interés mediático del asunto creció a lo largo de la semana y las muestras de apoyo a Olvido también, y ayer la concejala manifestó que daba marcha atrás en su intención de dimitir. Y yo le apoyo, porque no debe dimitir, porque no ha hecho nada malo. Es más, ella es la víctima de un delito de violación de la intimidad y de daño a su imagen por parte de quien ha difundido el vídeo, acto que se ha hecho muy probablemente con el objeto de hundir su imagen, quien sabe si en un arrebato de venganza o por pura maldad. Olvido en esta historia sólo ha cometido un error, el más habitual, en el que caemos todos, que es el de ser demasiado confiada. En estos tiempos en los que todo el mundo lleva en el bolsillo un aparato capaz de grabar, fotografiar y difundirlo todo por Internet la intimidad es algo tan relativo y estrecho que se nos escapa de las manos. No somos conscientes de que los principales defensores de nuestra intimidad, y muchas veces los únicos, somos sólo nosotros mismos. Las redes sociales y estas cosas están muy bien, pero tienen riesgos, y si colgamos en ellas fragmentos de nuestra intimidad corremos el riesgo de que escapen a nuestro control y sean utilizados por terceros para saber con que fines. Uno cuando va en el metro no le dice a todo el vagón, frecuentemente formado por desconocidos, cómo se lo pasó anoche en la juerga con los amigos, pero eso es exactamente lo que hacemos cuando subimos fotos de esa juerga a nuestro perfil de facebook o lo contamos por twitter. Hay que ser cuidadosos y tener un mínimo sentido de la precaución. En el asunto de las grabaciones caseras de alto voltaje, como es el caso de Olvido, la precaución debe ser doble. Hay personas a las que les pone ser grabadas o ver este tipo de vídeos, o los demandan de sus parejas para en los momentos de soledad, recordarlos, o que les sirvan de inspiración para sus propios ejercicios onanistas, o por cualquier otro motivo. Ahí las precauciones deben ser máximas, ya que en caso de traición, como le ha pasado a Olvido, las consecuencias pueden ser serias, pese a que no se haya hecho nada malo.

Y es que las consecuencias del acto las determina el entorno, y en este caso ese entorno ha demostrado ser digno heredero de la inquisición más burda, zafia y nauseabunda. Ayer, a la entrada del primer pleno al que acudía Olvido desde los hechos, varios vecinos se apostaron a la puerta del Ayuntamiento y la insultaron, vejaron y llamaron de todo, en un acto vergonzoso, humillante y digno de un auto de fe de la España más rancia de hace varios siglos. Muchos de esos hipócritas que ayer gritaban en la calle seguro que esta noche se han masturbado pensando en lo que hicieron, orgullosos de sus actos. Ellos debieran dimitir de sus responsabilidades, empleos y cargos, ellos debieran ser acusados por la policía, ellos son la imagen del oprobio y la vergüenza, y no Olvido, que fue víctima con la difusión de las imágenes y lo volvió a ser ayer en medio de los insultos de la masa embrutecida.

jueves, septiembre 06, 2012

Ángela I de Alemania y España


Quizás desde Carlos I de España, el V de Alemania, nadie había mandado tanto sobre las dos naciones como lo hace ahora mismo Ángela Merkel, canciller de la República Federal de Alemania, gobernante sobre aquel territorio, decisoria sobre el conjunto de la Unión europea y la mujer más influyente y poderos del mundo. Subestimada por todos sus rivales, que han acabado orillados a su paso, despreciada por muchos por su sexo, origen y apariencia, a todos ha vencido Ángela, que alcanaza ahora una popularidad de entorno al 60% en su país de origen y no encuentra a nadie que la tosa dentro ni de su partido ni de toda la nación.

Pues esa misma Ángela es la que viene hoy de visita a Madrid, en un encuentro que en Alemania no ha despertado mucha atención pero que en España se espera con todos los focos y ojos centrados sobre su persona. Vísperas de mucho, días de nada, suele decirse, y hoy es uno de esos días marcados con muchos círculos en el calendario, en el que esta visita se junta con la supuesta decisión del BCE sobre la compra de deuda de Italia y España en busca de la salvación financiera de ambos países. Es difícil saber qué es lo que va a suceder hoy finalmente, porque el gobierno español va a tratar de vender como positivo el resultado de la cumbre sea este el que sea, y la realidad puede ser muy divergente. Les voy a contar mi teoría al respecto, que puede ser más o menos acertada, pero me parece la más lógica. Creo que ante los ojos de Ángela el gobierno de Rajoy ha perdido ya toda la credibilidad, como anteriormente le sucedió a ZP. Muchas palabras y promesas, pero luego no se hace nada, bien porque no se puede acordar con las CCAA, o por protestas sociales, o miedos internos de los partidos. Se parchea, pero no se soluciona nada, y la falta de ese “ordung” que señalaba Garicano en su columna del Domingo exaspera a los germanos y el resto de países que, no lo olvidemos, PUEDEN financiarnos. Por ello creo que en esta reunión Merkel va a traer a Madrid el borrador del MoU, el acuerdo de rescate de España, en el que la troika (los hombres de negro) detallan como se va a intervenir en el mercado de deuda primaria, cómo se va a aliviar la situación financiera del estado central, las CCAA y la seguridad social, y cuánto dinero se va a aportar al reino para garantizar su solvencia futura. Eso será el contenido del anverso. En el reverso vendrán las condiciones exigidas, que seguramente pasarán por una nueva ronda de ajustes (bajada de pensiones, despidos de empleados públicos, reforma administrativa y territorial con al supresión de municipios y fusión en primera instancia de CCAAs, etc, y no serái de extrañar la exigencia de, al menos, una reforma del gobierno de Rajoy, con el cese de los ministros económicos y la creación de una vicepresidencia económica fuerte que actúe como portavoz único y acabe de una vez con el desmadre que existe entre las distintas áreas de gobierno. Rajoy sólo tendría la opción de decir “sí“ o “también”. En caso afirmativo Mario Draghí, el gobernador del BCE, que habla en rueda de prensa a la vez que lo harán Rajoy y Merkel, se uniría al paquete de ayuda con su plan de compra esterilizada de deuda a corto plazo (tres años). Si Rajoy se niega, o empieza con su baile eterno de “sí pero no pero puede que a veces” su propia cabeza peligrará, Draghi soltará uno de esos discursos en los que dice mucho pero no anuncia nada, las expectativas se verán frustradas, y Rajoy verá como el ocaso de su presidencia llega con el aniversario de la victoria electoral. Puede que no suceda nada de todo esto, pero no me extrañaría nada que algo así fuera el contenido de la cita de hoy.

Además de ese encuentro, Merkel y un grupo de empresarios alemanes se reunirán con empresarios españoles para hablar del modelo alemán de formación y aprendizaje, que tan buenos resultados ha logrado allí. Más allá de las protestas estériles que suscite la visita, la España que acoge a Merkel es una país sumido en una profunda depresión económica y social, en el que los jóvenes hacen cola en las escuelas de idiomas para aprender alemán y los que pueden se largan en busca de un futuro que esta tierra parece que nunca podrá ofrecerles. Esa es la imagen real del país que recibe a Ángela. Veamos a ver cuáles son los frutos de este día.

miércoles, septiembre 05, 2012

El caos financiero del estado autonómico


Si ayer les hablaba de la deriva política y administrativa de las CCAA hoy quiero incidir un poco más en el problema de sostenibilidad financiera. Ahora que se ha puesto una carrera en marcha entre todas ellas al grito de “tonto el último” para solicitar los (exiguos) fondos del FLA, creo que conviene echar un vistazo a ver cómo funciona el sistema de financiación, si es que lo hace, y dónde está la que creo que es la base del problema. Para empezar, el País Vasco y Navarra disfrutan de cupo y sistema fiscal propio, por lo que van de libres en este juego.

El resto de CCAA se enmarcan en lo que se denomina sistema “común” que posee particularidades para los casos de Canarias, Ceuta y Melilla que no vienen al caso. Todas las CCAA tienen dos vías principales de financiación, a través de recursos propios y de transferencias. Los recursos propios vienen derivados de ingresos por gestión de su patrimonio, tasas y precios públicos que cobran por servicios que ofrecen e impuestos propios, entre los que destaca el de transmisiones patrimoniales y actos jurídicos documentados que, para entendernos, es el confuso nombre que se le da al IVA en las ventas inmobiliarias de segunda mano. Esta fue la principal fuente de ingresos durante la burbuja, que ahora languidece. La otra vía de financiación son las transferencias, que pueden venir de fuera de España, fondos estructurales de la UE principalmente, y de la recaudación que realiza la Administración General del Estado (AGE) y que luego reparte entre los territorios. La vía transferencias es la principal fuente de financiación de las CCAA, y desde el pinchazo de la burbuja su importancia porcentual no deja de crecer. Los fondos estructurales de la UE han sido muy importantes en el pasado, pero su papel tiende a disminuir a medida que nuevos países se han incorporado a la UE y España recibe menos aportaciones (trabajo en ello así que se de lo que hablo). La otra parte es el reparto que hace la AGE de los recursos, que es una cosa de una complejidad infame, que nadie sabe muy bien como funciona, pero que está llena de distorsiones y problemas de cálculo. En esencia la AGE recauda las figuras tributarias principales, IRPF, IVA e Impuestos especiales, (Sociedades se lo queda en exclusiva) y crea una bolsa común. Luego, a partir de complejas fórmulas matemáticas en las que se incorporan muchas variables de las CCAA (población, dispersión, renta per cápita, envejecimiento, tasa de escolaridad, etc) reparte esos fondos con la idea inicial de dotar a cada ciudadano de una financiación percápita homogénea, viva donde viva, y luego realiza ajustes para lograr el grado de solidaridad que se pueda, de tal manera que los residentes en las regiones pobres reciban más financiación que los que residen en las ricas. Con esos fondos, transferidos a las CCAA, los gobiernos regionales financian el gasto de cada territorio, principalmente sanidad y educación, aunque el peso de los dispendios y locuras localistas ha ido creciendo en el tiempo sin límite alguno. Obsérvese que en todo momento son los ciudadanos los que pagan los impuestos, no las regiones, por lo que los ricos extremeños y catalanes pagan más que los pobres extremeños y catalanes. Sólo a la hora del reparto aparece el concepto de región, y de ahí surgen las quejas y agravios entre unas y otras. ¿Cuál es el problema de fondo de este sistema? En mi opinión que las CCAA carecen de responsabilidad fiscal, porque no recaudan los impuestos que gastan. El separar ambas figuras ha creado perversos incentivos para el gasto por parte de los gobiernos regionales, que no soportan el coste y la impopularidad derivada de subir los impuestos (Rajoy sube el IVA aunque el 55% de la recaudación se destine a las CCAA)

¿Cómo se soluciona esto? Sólo veo dos vías. Una es avanzar en el federalismo fiscal, manteniendo las competencias de las CCAA y que estas recauden ellas mismas el grueso de sus ingresos, lo que implicaría reforzar los sistemas de solidaridad porque algunas CCAA serían viables y otras no. Otra solución es mantener el sistema de recaudación y recentralizar algunas competencias, eliminando el papel de la CCAA, pudiendo en algunos casos plantearse la misma existencia de alguna de ellas. En todo caso algo hay que hacer, porque la situación actual no es sostenible. El problema añadido es la urgencia en el tiempo y la complejidad de la tarea.

martes, septiembre 04, 2012

El derrumbe del estado autonómico


La petición de rescate que realizó Cataluña la semana pasada al aún no constituido Fondo de Liquidez Autonómico (FLA), la calificación de su deuda como bono basura por parte de S&P y el apremio con el que ayer demandó una solución provisional para financiarse este mes es la muestra más calara de que la crisis económica no sólo está destrozando nuestro tejido productivo, sino que pone al entramado institucional que llamamos España ante un brete de muy difícil salida. Junto con las reformas económicas, debemos rediseñar el país de arriba abajo, y la existencia misma de eso que llamamos CCAA está puesta en entredicho.

Las CCAA son un invento moderno que tarta de paliar un viejo problema, que se crearon de manera improvisada y que se han demostrado válidas en determinados aspectos pero, en función de su diseño, inviables. Al diseñar la Constitución de 1978 uno de los problemas a lidiar era la existencia de regiones mal llamadas históricas, País Vasco y Cataluña, a las que luego se sumó Galicia, que exigían un estatuto diferenciado del resto del país. Frente a la postura de hacerlo de esta manera triunfo otra idea, basada en la creación del ente “Comunidad Autónoma” mediante el que cualquier región española podría articular una autonomía más o menos limitada, permitiendo así encajar a las históricas en el conjunto de España sin generar agravios comparativos. Se pensó que, de todas maneras, hubiera CCAA de primera y de segunda, en función de sus distintos techos competenciales, pero distintos avatares políticos, en los que el referéndum de autonomía de Andalucía supuso un rubicón, llevaron a la práctica lo que se llamó el “café para todos” de tal manera que todas las CCAA lucharon por conseguir el nivel den competencias más elevado que pudieran obtener, y para aplacarlas el estado empezó a renunciar a obligaciones suyas y a transferirlas a los entes regionales, con lo que el problema de la gestión del estado central no desapareció y, a cambio, surgieron diecisiete miniestados cada vez más orgánicos y menos funcionales. Políticos y autoridades locales encontraron aquí un filón en el que expandir su cuota de influencia y el número de cargos, consejerías, puestos de influencia y entidades de representación fue creciendo exponencialmente a medida que las CCAA se convertían en repositorios de políticos desahuciados y cuna de emergentes líderes. Poseyendo cada una de ellas una estructura económica muy diferenciada y perdiendo las economías de escala derivadas de la agrupación nacional, la gestión autonómica en materias como sanidad y educación ha estado asociada a unos costes crecientes derivados no sólo de la carestía propia del servicio, sino sobre todo de la ineficiencia señalada asociada a la dispersión. Ver como los laboratorios farmacéuticos organizaban algo parecido a una subasta para saber que CCAA pagaría más por ellos era tan sangrante como ridículo, amen que rentable para el negocio de las pastillas, y así hay muchos más ejemplos. Sucesivos gobiernos de distinto signo no han hecho nada en estos años para evitar todos estos problemas, y nos encontramos hoy en día con una estructura cuasifederal pero que no dispone de las herramientas de coordinación de las federaciones reales. Un quiero y no puedo de muy difícil gestión.

A ello se debe sumar, y es el gran problema de fondo, la asimetría derivada de que la supervivencia económica de las CCAA no se deriva de lo que recaudan, sino de las transferencias que reciben de la caja central, de tal manera que el político regional que inaugura la obra en el pueblo no es el que pone impuestos a los residentes en el municipio, disfrutando por tanto sólo de los beneficios del cargo y no de las insatisfacciones de la recaudación. Un sistema perverso y suicida que ha exacerbado los gastos sin fin, llevando a un punto en el que, sostengo, la mayor parte de las CCAA españolas son inviables y deben ser disueltas. ¿Cómo lo hacemos en medio de este temporal? ¿Quién tiene valor para ello?

lunes, septiembre 03, 2012

La primera entrevista de Rajoy


Empieza el curso político de verdad en este Lunes 3, que es de esos Lunes que, pese a lo que impone ahora la RAE, debe ir en L mayúscula por su relevancia y significado. Para arrancar la temporada política ayer ABC publicaba la primera entrevista en prensa concedida por Mariano Rajoy desde que llegó a la Moncloa. El que este hecho se haya producido diez meses después de su triunfo revela hasta que punto la gestión de la comunicación en el gobierno Rajoy es nefasta, ridícula y, hasta cierto punto, incomprensible de lo mala que resulta. Parece que algo quiere cambiarse en este aspecto, porque el Lunes que viene será entrevistado en TVE.

En lo que hace al contenido de la misma, muy extensa, y en la que participaron miembros de otros tres medios de comunicación europeos, el principal mensaje que lanza Rajoy es el de asumir el incumplimiento de su programa electoral aduciendo que la realidad se lo impide. Un punto a favor por lo primero, admitir su giro de postura, y un punto en contra por lo segundo, porque todo el mundo sabía que la realidad era la que era y excusarse ahora mismo en ella es hasta cierto punto ridículo. El PP quería ganar las elecciones, lógico, y gran parte de la campaña se la hizo un PSOE a la deriva. Una vez en el poder, el PP se encontró con que lo que todo el mundo le decía era verdad, y empezó a cometer los mismos errores en los que incurrió el PSOE, que son básicamente dos. Pensar que la realidad no existe, y actuar en función de los intereses del partido y no de la nación. Es con esas dos claves con las que se puede entender el irresponsable comportamiento de ZP durante su presidencia y el, por ahora, desnortado e incomprensible devenir de Rajoy en sus diez primeros meses. Como ejemplo práctico, el Viernes se aprobó la tercera reforma financiera de este gobierno, primera de las impuestas por Bruselas, en vista de que las dos anteriores eran meros parches, por no usar calificativos de las que se aprobaron en la época anterior. Y ese es el ritmo de actuación del gobierno. Parcheo, prueba y error, tratar de aguantar unos meses a ver “si las cosas mejoran” y de mientras a esperar y ver. En ese sentido fue triste, aunque la entrevista no incidía en ello, el mensaje que Rajoy lanzó el Sábado en Pontevedra de que en verano de 2013 estaremos mejor, volviendo al viejo discurso de ZP de que en unos meses todo pasará, discurso no sólo vacío de contenido, sino que es capaz de provocar irritación en una población angustiada y que ha visto como todas esas promesas no eran sino cortinas de humo para ocultar la realidad, la maldita pero consistente realidad. El hecho de que ayer, a sólo diez meses de su victoria, Rajoy ya hiciera referencia a “ganar las próximas elecciones” como fruto de sus medidas económicas demuestra hasta que punto se ha convertido en un político profesional, como otros tantos, y no en un gestor del interés común, que es para lo que se elige a los representantes. Pensando en las próximas elecciones gallegas y vascas, Rajoy puede estar tentado a cometer el mismo error en el que incurrió antes de las elecciones andaluzas, retrasando decisiones en función de un cálculo electoral que, además, se demostró erróneo. Con lo que no cuenta Rajoy es que su capacidad de decisión disminuye día a día, a medida que el ratio deuda / PIB crece y la prima de riesgo sube, y que cada vez más será en Bruselas donde se decida qué y cuándo en lo que hace a la economía y la política española.

Ayer, en el suplemento negocios de El País, Luis Garicano escribía un sensacional artículo, como todos los suyos, en los que confrontaba el comportamiento cortoplacista, tactista y, hasta cierto punto, infantil, de España, frente a la estrategia firme, ordenada y segura de Alemania, y de los resultados que ambas ofrecen y de cómo son valoradas por terceros países. Allí indicaba Garicano qué es lo que debe hacer el gobierno español si quiere ayudar al país, aunque eso le suponga, sin duda alguna, perder elecciones regionales, aumentar su desgaste y conducirle a la caída. Sería un sacrificio político y personal en aras del venid el país. ¿Está Rajoy dispuesto a ello? Aunque no lo crea, se le acaba el tiempo para decidirse.