miércoles, marzo 26, 2025

Rusia quiere tener acceso al SWIFT

Es lo que tiene que, en una presunta negociación, la parte que ejerce como mediadora, en este caso EEUU, sea un mero apoyo de uno de los dos que se sientan a la mesa, en este caso el agresor, Rusia, de tal manera que los pactos que se pueden alcanzar no son sino cesiones impuestas por los que pueden al que es atacado y se encuentra en una posición de clara debilidad. Nada de lo que está sucediendo en estas conversaciones mal llamadas de paz, es un diálogo, sino una mera imposición forzada revestida de formalismo. Es de esperar que el proceso de cesiones a las que se va a forzar a Ucrania siga y siga sin cesar.

En el acuerdo presentado ayer, se habla de una tregua marítima de treinta días, de tal manera que el Mar Negro vuelva a ser un lugar de tráfico marítimo sin obstáculos, necesario entre otras cosas para que la exportación de cereal desde los puertos ucranianos y rusos sea posible. No se dice nada en este pacto de cómo se va a verificar y garantizar, quién va a controlar que no se viole y nada por el estilo. En todo caso, Rusia, que controla la mayor parte de la costa norte de ese mar tras las incorporaciones ganadas en la guerra, exige que, para cumplirlo, una de sus entidades financieras vuelva a tener acceso a SWIFT. Alega Moscú que ese banco se encarga de las transacciones financieras que se derivan de la compra y venta de cereales, como si fuera una financiera especializada en agro, y que por ello debe tener acceso al sistema de pagos para poder llevar a cabo realmente el proceso de exportación, que tiene una variante física y otra monetaria. Qué cachondos. El SWIFT es el sistema por el que interoperan la mayor parte de las entidades financieras internacionales, y es allí donde se registran las transferencias que se realizan entre ellas, de tal manera que es un nodo fundamental para operar de manera global. Sin acceso a él, un banco, caja o lo que sea de la UE, por ejemplo, no puede compensar movimientos con otros y está aislado del mundo. SWIFT es un consorcio internacional pero opera desde la UE, desde Bruselas concretamente, y es desde allí donde se levantan sanciones o se aplican. La expulsión de las entidades rusas del sistema SWIFT fue una de las medidas que estaban en los primeros paquetes de sanciones que la UE, junto con otras naciones como EEUU cuando los EEUU eran lo que eran, puso en marcha como respuesta a la invasión rusa de Ucrania. Es una de las piezas clave de ese entramado de sanciones y, sin ser la más visible, es de las que más problemas prácticos ha podido causar a la economía rusa. Pues bien, en el pacto de ayer se pide que una entidad de esa nación vuelva al sistema, y EEUU, por supuesto, lo avala. ¿Y la UE? Como no estamos ni de invitados a esa mesa trampa de negociación los representantes europeos se enteraron de esto a la vez que usted y yo, y sin que haya respuesta oficial al respecto, es obvio que un pacto de este tipo es una violación de los paquetes de sanciones, y la decisión de levantar la restricción para esa entidad es un asunto serio en el que la UE tiene mucho que decir. Si ese banco vuelve a operar, en el fondo, se abre la puerta a que sirva de puente para que el resto de entidades financieras rusas dejen de estar aisladas de occidente, de tal manera que flujos de capitales retenidos en entidades europeas podrían encontrar una vía de escapatoria y volver a circular rumbo a Moscú. La idea de incorporar esta clausula en la negociación por parte del Kremlin es muy buena para sus intereses, una de esas cartas que dice Trump que ellos tienen y Ucrania no, y que EEUU la avale supone, directamente, una traición al acuerdo que imperaba a ambos lados del Atlántico sobre la unanimidad en las sanciones a Rusia. La brecha que se abre en el charco entre los aliados se ahonda y por ella quiere colarse Moscú, sacando beneficio de una injusticia manifiesta.

En el fondo, esto no es sino el reflejo del pensamiento que impera en la Casa Blanca, y que se ha visto perfectamente reflejado en ese chat que organizaron altos cargos par preparar el ataque a los hutíes de hace una semana en el que, por error, incorporaron a un periodista. En él, entre otras cosas, el secretario de defensa y, anteriormente, presentador de la Fox, califica a los europeos de patéticos y dice estar harto de tener que salvarnos una y otra vez. Si tu gran aliado piensa eso de ti y actúa en consecuencia no nos debe extrañar que pacte con el agresor del este en su intento de desestabiliza a Europa. Así estamos, cada vez más rodeados.

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