Si recuerdan, la semana pasada escribí algo sobre un posible enfrentamiento entre Israel y Hezbollah, y el reto que eso supondría para las IDF, el ejército hebreo. La milicia chií libanesa no es ningún juguete, sin todo un ejército bien armado y entrenado, y les ponía sobre la mesa el riesgo de una guerra a varios frentes para una nación pequeña como la israelí. Pintaba un panorama difícil para Tel Aviv en caso de confrontación abierta. Como habrán comprobado, mi capacidad para hacer vaticinios es nula, casi la inversa de lo que soy capaz de equivocarme, y es que la realidad siempre nos da lecciones que no somos capaces de intuir.
Tras el golpe causado a miles de miembros de la milicia libanesa con la audaz acción de la explosión de sus buscas y walkies talkies, Israel ha decidido atajar el problema de raíz, y desde el jueves comenzó una operación de bombardeos selectivos en el Líbano, principalmente en Beirut, en busca de la jefatura de la milicia, a la que tenía plenamente identificada y localizada, gracias a sus dispositivos electrónicos y, más que probablemente, datos provenientes de infiltraciones de inteligencia. Los golpes eran duros, letales, una especie de caza al hombre no a tiros, sino a bombazos, y el viernes por la tarde se produjo el ataque crucial. Varias bombas antibúnker, de cerca de una tonelada de peso cada una, capaces de perforar blindajes hormigonados y detonar en lo profundo del subsuelo, fueron arrojadas sobre uno de los suburbios de Beirut, donde Israel había identificado que se encontraba, bajo varios edificios residenciales, el cuartel general de la milicia y las oficinas de su jefatura, con Hassan Nasrallah, su líder, al frente. Las imágenes tomadas desde edificios cercanos no dejan muchas dudas sobre la enorme potencia de lo que se lanzó contra el objetivo, con inmensas detonaciones, hongos amedrentadores y nubes de polvo y fuego. Nada de lo que estuviera situado en el objetivo del ataque podría sobrevivir a algo así, y en efecto, es lo que sucedió. A mediodía del sábado la propia organización chií hacía oficial lo que ya adelantaban las fuentes israelíes desde primera hora de la mañana, el fallecimiento de su líder, y de los que con él se encontraban. Según algunas fuentes ello incluye a altos mandos de la guardia revolucionaria iraní, una de los poderes fácticos del régimen persa y parte de la élite de sus fuerzas armadas. Se supone que estarían reunidos con la jefatura de Hezbollah analizando lo que estaba pasando, los daños sufridos en los ataques de la semana anterior y la capacidad de respuesta que les permitía su situación. Nadie de esa cúpula sigue vivo, todos fallecieron en el ataque del viernes. Desde entonces Israel ha vuelto a golpear algunas zonas de la capital libanesa y aledaños, consiguiendo en cada uno de sus ataques cobrarse la vida de alguien que pertenecía a la estructura de mando de la milicia. La falta de respuesta por parte de Hezbollah ante estos ataques ha sido suplida por el lanzamiento de misiles desde Yemen por las milicias hutíes contra Tel Aviv, con pocos efectos prácticos, pero la respuesta israelí de ayer mismo, con un intenso bombardeo a las instalaciones del puerto de Hodeida, en Yemen, donde se encuentra la principal base de los hutíes, ha vuelto a dejar clara cuál es la estrategia del gobierno de Netanyahu ante todos aquellos que amenazan la seguridad de las fronteras de Israel. La erradicación. El balance de lo que llevamos de ofensiva en el Líbano es ya de varios cientos de civiles fallecidos, refugiados huidos de la ciudad y alrededores que se cuentan por centenares de miles, y decenas de altos cargos de la milicia chií exterminados. Las imágenes difundidas por Israel, en las que se ve el organigrama de Hezbollah con las caras de sus representantes, estando todas ellas tachadas, resulta devastadora. En unas pocas semanas Israel ha descabezado a todo un ejército y lo ha convertido en un caos desorganizado y lleno de miedo.
Si tras los ataques de los buscas en la milicia, y en el propio Irán, debió cundir la paranoia sobre hasta dónde ha podido infiltrarse la inteligencia iraní en los movimientos patrocinados desde Teherán, tras lo sucedido estos días la sensación que debe existir en todo ese mundo es de auténtico pánico. Israel ha mostrado una superioridad tecnológica en lo armamentístico y de eficacia en la inteligencia que ha asombrado al mundo, y ha dejado claro que, ahora mismo, no tiene rival en la zona, que puede golpear cuándo, cuánto y como quiera, y que ni sus proxis ni el propio régimen de los Ayatolas tiene es rival militar para las IDF. Lo de estos días es pura historia militar, se estudiará durante mucho tiempo como una de las operaciones más exitosas llevadas a cabo por ejército alguno.