viernes, mayo 31, 2024

Trump no será amnistiado

Ayer fue un día de vergüenza en España, un día que pasará la historia, que será olvidado por muchos pero que marcará a la democracia de nuestro país por ser traicionada por sí misma, con el beneplácito de no pocos. Ayer los malos, los sediciosos, los golpistas, ganaron, no como en la transición, donde perdieron. Por eso lo que sucedió hace tantos años tiene el valor moral que reluce a lo largo del tiempo, y lo aprobado ayer será una mancha absoluta para los que lo han organizado por un crudo tacticismo de poder. Los que ayer votaron sí traicionaron su mandato electoral, su promesa a los electores. Y a muchos de ellos, conscientes, nada les importa.

Ayer, también, un jurado en Nueva York consideró, de manera unánime, culpable a Donald Trump de los delitos de los que estaba acusado. El juicio analizaba no la relación sexual de Trump con Stormy Daniel, la tormentosa actriz porno, sino el desvío de fondos electorales para ser usados como soborno para comprar su dinero, es decir, cuestiones de falsedad documental y desvíos de dinero. El veredicto es claro y la condena del juez será segura, por lo que a Trump ya se le puede calificar de delincuente sin el presunto delante. Sus abogados han dicho que no van a tardar ni un solo segundo en presentar apelaciones y tratar de dilatar la firmeza de la sentencia, pero ayer fue la primera derrota judicial del magnate ante un tribunal que le puede complicar mucho la existencia. Curiosamente, se convierta en firme o no, esta sentencia no le inhabilita como candidato a las elecciones de noviembre, por lo que puede seguir en la carrera electoral, y está por ver hasta qué punto será afectado por el veredicto. A lo largo del juicio, convertido en todo un espectáculo mediático, la táctica de Trump ha sido la de siempre, recurrir al falso victimismo, a la conspiración, a la acusación injusta y a que todo es fruto de bulos contra su persona. No se si a ustedes esto les suena de algo, muy muy cercano. Y en las semanas de show alrededor de sus comparecencias y de las del resto de testigos ante el tribunal las encuestas no han reflejado, ni mucho menos, una pérdida de popularidad entre sus votantes. Es más, se ha consolidado una cierta ventaja entre su candidatura y la de Biden, y en los estados bisagra, los que realmente van a decidir la elección en noviembre, las posiciones siguen siendo ajustadas, pero por ahora Trump parte con ventaja suficiente en varios de ellos como para considerar que su reelección es lo más probable. A partir de hoy, con una condena expresa, la campaña demócrata lo tiene fácil para acusar a Trump de lo que es, y él irá a por todas en su estrategia de victimización y de ser el que lucha contra los poderes ocultos que tratan de hundirlo. Ya se ha agarrado al inevitable ardid de calificarse como preso político, esa expresión basura en el contexto de las democracias, en la que sólo la combinación inversa, político preso, tiene sentido. Sus partidarios acérrimos se sentirán aún más iracundos frente al sistema que ha condenado a su líder, y es probable que eleven los decibelios de sus protestas, pero lo interesante será ver si la sentencia provoca movimiento de voto entre los tibios, aquellos que votan a Trump sin gran convencimiento, sin la fe de sus acólitos. Los que consideran que un condenado es indigno de representar un cargo público, de esos que parecen no abundar mucho en España, deben decidir allí si es correcto votar no a un presunto, sino a un ya condenado. Y si el porcentaje de los que mueven su voto por esta sentencia es suficiente el margen de Trump en los sitios disputados puede revertirse y costarle la elección. Esa es la esperanza de los demócratas para retener la Casa Blanca, y también la de los que, como yo, consideramos que Trump es un candidato basura, un populista destructor de consensos, un vulgar agitador carente de idea alguna, dado que su ego ha usurpado toda su mente. Trump es lo peor que le ha pasado a la política americana en mucho tiempo. Su derrota en noviembre sería una gran noticia.

Al menos me queda el consuelo de que, si pierde, nadie le va a amnistiar, ninguno de los demócratas venderá su orgullo por el favor de un sujeto como Trump, y menos al ridículo precio al que los socialistas se han humillado aquí ante los sediciosos y sus jaurías. Sólo, si Trump gana, existe la posibilidad de que se autoamnistíe, lo que sería tan horrendo como lo que vivimos aquí ayer. Derrotas de los que cumplen la ley a manos de los que la violan impunemente, ese parece ser el destino de no pocas de nuestras naciones. No cuenten conmigo para esa indignidad, sólo la repulsión de ver como esos sujetos manchan con sus manos la ley con la que nos regimos es lo que me llega y llena. Día obsceno el de ayer aquí, algo esperanzado en EEUU.

jueves, mayo 30, 2024

Artículo cuatro mil

El contador de artículos publicados de Blogger, el servicio de Google en el que cuelgo este blog, sirve también para hacer viajes en el tiempo. Arrancando desde el cero, atravesé la caída del imperio romano, la larga edad media y el descubrimiento de América, y hubo dos momentos que me parecieron relevantes. Uno, cuando superé el año en el que me encontraba, por lo que me adentré en el futuro. Otro, cuando superé el número de libros comprados desde que estoy en Madrid, que ahora anda por los 2.800. Desde entonces me adentro en el futuro profundo, aunque sea una expresión algo contradictoria.

Hoy el contador me dice que he llegado al artículo cuatro mil, una cifra redonda, que no significa mucho en sí misma, y creo que denota más mi persistencia en la tarea que otra cosa. Es sencillo escribir artículos como estos, porque lo que hago no es periodismo de investigación ni de análisis, no paso horas recopilando información y datos para argumentar tesis, sino que me dedico a esa tradición tan hispana de opinar sin dejar de hacerlo, a veces con un cierto conocimiento sobre la materia, en muchas ocasiones de oídas, cada vez más, si me apuran, dado que la complejidad de los hechos que nos rodean parece crecer más deprisa que nuestro conocimiento sobre ellos, o desde luego el mío. Esto que hago no deja de ser una columna de opinión, como muchas de esas que se publican en prensa a diario y que tanto me gustaban cuando era un crío. Me siguen gustando, pero es cierto que con los años la opinión en prensa ha ido derivando a un posicionamiento mucho más cerrado y, a la vez, su influjo se ha extendido de una manera casi total en el resto de secciones de los medios, por lo que ahora mismo encuentra uno opinión en todas partes. Evidentemente es más sencillo de hacer que el artículo periodístico de verdad, y mucho más barato, y por eso también triunfa. En mi caso, opinar tiene coste escaso, apenas unos quince o veinte minutos a unas horas en las que apenas hay nadie en la oficina, y nulo ingreso, no hay nada monetario en todo esto que escribo. Lo hago en un archivo de Word que empieza en enero y acaba en diciembre, en el que encabezo mes y luego fecha y texto, con una extensión más o menos equivalente en cada jornada y una estructura que trato sea similar, porque me encuentro cómodo en ella. No hago experimentos con diálogos y cosas por el estilo porque eso es difícil y tendría que dedicarle tiempo de verdad para pulirlos y darles un aire de veracidad para que al lector no le sonasen a impostado. Escribir párrafos opinativos sobre temas de actualidad es fácil, o al menos eso me lo parece, y aunque la temática suele ser variada, en los últimos tiempos me decanto más por la actualidad internacional que por la nacional, porque la política, que me gusta, se ha convertido en un ejercicio de onanismo infantil por parte de unos tacticistas cutres que no merecen mi atención. Verán que apenas hablo de deporte, asunto que no me motiva y del que apenas se, y muy poco de mi vida personal. Esto es curioso en tiempos tan autorreferenciales en el mundo de las redes sociales y en el de la literatura, donde la autoficción es un género muy extendido. No tengo nada en contra de él, pero me pasa lo mismo que con todos, demando una historia interesante y bien contada. Y si miro a mi vida personal no encuentro apenas nada de interés en ella, en comparación con las de otros. Ahí, como dice Sergio del Molino, entra el genio del escritor, que cogiendo hechos que pueden ser nimios, sabe relatarlos de manera que el lector queda atrapado. Y, la verdad, mis dotes de escritor de ficción son tan escasas que, más que por pudor, me parecería ridículo aplicarme a ello en comparación con lo que otros son capaces de narrar de una manera mucho más perfecta. Los pocos artículos en los que me he centrado en mi mismo me parecen los menos relevantes de todos, y creo que aportan poco a un lector que acuda por aquí a la búsqueda de información, entretenimiento y, en definitiva, pasar un buen rato, que es lo que todos ansiamos cuando no estamos sujetos a las obligaciones diarias.

El lector…. Es obligado decir que esto sólo tiene sentido hacerlo si hay lectores más allá. Suena a veces a frase hecha, pero no por ello deja de ser cierta. En tiempos de fragmentación máxima de gustos, de sobreoferta de casi todo y de pérdida de relevancia de formatos como el del artículo, sea cual sea su soporte, saber que alguien lee lo que uno escribe sigue siendo una enorme responsabilidad. Es consciente todo autor que lo que fabrica gustará más a unos que a otros, pero lo hace porque desea hacerlo, no por otra cosa, porque encuentra un sentido en ello. Escribir un blog casi diario no es una obligación, sino un entretenimiento que me permite, en medio del ruido, levantar la manita, decir “hola” de una manera extensa y seguir viendo la actualidad. ¿Hasta qué futuro llegará el contador de artículos? No lo se.

miércoles, mayo 29, 2024

El fenómeno Taylor Swift

El verano pasado, en una tarde de esas en las que no pasa nada, me puse cerca de una hora a ver vídeos en youtube de canciones de Taylor Swift, para saber cómo sonaba la cantante que, ya entonces, se había convertido en la más importante del mundo. Me quedé un poco como quien ve un río pasar y no se moja, agradable, pero nada más. Es un pop de estilo comercial, blanco, cuyas letras en inglés no entiendo, y que suena bien, pero al menos a mi no me dejó huella. No había melodías que fuesen muy pegadizas y, la verdad, si no la conociera de nada, la hubiera puesto entre otras muchas sin nada destacable. No tengo ojo para la industria musical.

Hoy es el primer concierto de los dos que la artista tiene programados en Madrid, en un Bernabeu que va a llenar consecutivamente en una muestra de poderío, una más a lo largo de su gira, cuyas dimensiones se escapan, sea cual sea la variable que se utilice para medirlo. Los aledaños del estadio, y mucho más, están llenos de material del equipo de montaje de escenarios y similares, con puestos de marketing que llegan hasta la zona donde está la oficina en la que trabajo, donde ya hay seguidores de la cantante que deben estar desde hace muchas horas. Los dos próximos días y noches van a ser muy calurosos en Madrid, lo que facilita este tipo de acampadas de fanáticos, sea de lo que sea. Me interesa Taylor Swift no por su música, que es preferible a toda esa ola reguetonera que nos asfixia, sino por lo que supone como evento social, económico, comercial, industrial…. Ahora mismo es la organizadora del mayor espectáculo del mundo, por el que se paga más para acudir, por el que millones de personas se mueven a lo largo del planeta para conseguir entradas a sus conciertos, a unos precios estratosféricos. El efecto de la visita de Swift a una ciudad se mide en decenas de millones de euros, en un arrastre de demanda asombroso y en todo un chute económico para distintos sectores equivalente a que el gran premio global de la lotería les escoja como agraciados. Hoteles, vuelos, restaurantes, bares, locales de ocio de todo tipo, apartamentos turísticos, medios de transporte, tiendas de ropa… lo que sea, se ve ocupado por miles y miles de propios y visitantes que acuden con un presupuesto de gasto desorbitado y se dejan allí donde han conseguido acceder al concierto cifras que equivalen a varias nóminas acumuladas. La industria Swift factura miles de millones de euros y genera efectos macroeconómicos que la FED norteamericana ha llegado a cuantificar en lo que supone de aportación al crecimiento del PIB de aquel país, y quizás más de una décima de sus registros provenga de la movilización de los fans de la cantante. Embarcada ahora en su gira europea, más o menos se puede decir lo mismo en las urbes donde ha acudido, y París, Londres, Lisboa, Madrid y otras son testigos de un fenómeno que, ahora mismo, no tiene parangón. Nadie es capaz de movilizar semejantes masas de acólitos y de dinero, ni siquiera esos que pegan patadas al balón y que, antaño, eran los que utilizaban en exclusiva el recinto en el que hoy Swift conquistará a su público. La capacidad de influencia de la cantante en el mundo es enorme, pero en EEUU aún va más allá y es una de las personas más poderosas del país, capaz de alterar la rutina del mismo con sus gestos, decisiones y opiniones. De cara a las elecciones de noviembre, hay enormes presiones por parte de ambos partidos para que Swift movilice a los votantes y les diga a quién escoger. Hace algunos años ya manifestó su preferencia por los demócratas, y no es descartable que, sin mucho bombo, esta vez haga lo mismo a medida que se acerque la fecha de los comicios. Su poder es enorme.

Habrá que esperar al final de la gira, pero esta, que se llama el Eras Tour, puede que alcance los registros económicos más altos jamás conseguidos por una banda o cantante en la historia. Hay que remontarse a las gira de Michael Jackson o Madonna en sus tiempos para ver algo así. NI U2 ni los Rolling o Sprengsteen se han acercado a las dimensiones de lo que Swift está logrando movilizar, en masas y en dinero. Es todo un fenómeno digno de estudio que merece ser analizado, desde la parte comercial, empresarial y psicológica. Algunos dicen incluso que sus letras son muy buenas y merecedoras de premio. A saber. En todo caso, disfruten del espectáculo los que a él acudan. Será un evento memorable.

martes, mayo 28, 2024

Israel está perdiendo la guerra

Una de las novedades de estos tiempos respecto a las guerras es la disponibilidad, casi al instante, de imágenes de lo que sucede en los frentes. Si uno quiere, puede acceder a material grabado a casi a diario que los protagonistas suben a las redes. En él se recogen escenas de una atrocidad muchas veces insoportable, con el fondo de las llanuras ucranianas o las ruinas arenosas de Gaza, según se trate. De otras guerras, como la de Sudán, sabemos mucho menos, y vemos menos aún, pero los horrores serán muy similares. Simplemente, hay un consenso global de que esa matanza africana no nos da igual, mientras que la europea o la de Gaza sí.

Israel, como fuerza atacante sobre el territorio habitado de Gaza, debiera ser consciente de que va a ser fiscalizada con un celo mucho mayor que el que sufrirá Hamas, organismo fantasmal, red de asesinos cuyas cabezas se encuentran a refugio en naciones cercanas, e inexpugnables, como las monarquías del Golfo o Irán, su patrocinador. Además, Israel, como potencia occidental, debe tener un escrúpulo moral mayor que su atacante, que es un islamista radical dominado por el odio. Por eso, los errores, como los llama el gobierno de Netanyahu, le cuestan tan caros a ojos de una comunidad internacional que sólo ve civiles masacrados en medio de ruinas, civiles con aspecto palestino, que están tan indefensos como uno sea capaz de imaginar, y mueren de las maneras más crueles posibles a manos de un ejército que actúa sin miramientos. Realmente Israel no comete errores, su gobierno sabe que eliminar a cada uno de los miembros de Hamas puede costar una decena de veces o más su número en forma de civiles inocentes, pero le da igual. De hecho, para alguno de los componentes del gabinete hebreo, sólo es bueno el palestino muerto, y por eso sigue su ofensiva con el mismo ardor que en un principio, cercando cada vez más a la masa de población de una franja convertida ya en una escombrera. A medida que el horror crece, la imagen de Israel se deteriora en todo el mundo y el coste para el país se dispara, en términos económicos, sí, pero sobre todo en forma de oprobio global. Mi idea de que lo que buscaba Hamas con el horror que desató el 7 de octubre era forzar a Israel a una guerra que le hundiera emocionalmente ante el escenario global se ve reforzada a cada día que pasa. Las IDF conquistan una parte de la franja, la arrasan, convierten en refugiados a todos sus habitantes, los obligan a desplazarse a otro lado, donde en breve reemprenderán los combates, disparando el número de bajas, escombros y refugiados, y así localidad tras localidad. Y cuando se han conquistado ya tres zonas de la franja en la primera resurgen focos de resistencia de Hamas, que actúan contra las tropas y atacan, en la medida de sus posibilidades, territorio israelí, por lo que lo que parecía un terreno asegurado se vuelve frágil nuevamente para las IDF. Los secuestrados por Hamas siguen en el territorio, aunque con cada bombardeo las posibilidades de que sobrevivan se reducen, y la división cree en el seno de la sociedad israelí sobre la gestión de la guerra, los esfuerzos reales que se hacen para rescatar a los refugiados y el papel de un gobierno cuyo máximo dirigente y alguno de sus aliados están más cómodos si los combates siguen que si cesan. Esta es la secuencia de acontecimientos que se repite una y otra vez desde octubre, y que se profundiza cada vez que se conoce que un rehén ha fallecido, o que un nuevo error ha causado decenas de muertos en un campamento de refugiados civiles que ya tenían pocas posibilidades de seguir vivos al día siguiente por el mero hecho de no saber qué comer. El prestigio de Israel está tocado en lo más profundo, y cada vez más, para sus aliados, se está convirtiendo en una incomodidad. EEUU será el último que lo abandone, pero en la UE la secuencia de naciones que se ponen de frente ante la actitud de Netanyahu y su gabinete no cesa, y Francia y Alemania, los que acaban dictando la posición de la Unión en todas las materias, ya están más por el abandono a Israel que por seguir a su lado. Pocos dirigentes han hecho tanto daño a su nación como Netanyahu, pocos le van a causar una herida más profunda a su pueblo, confundido injustamente con la gestión de su líder político.

Al poco de los atentados de Hamas del 7 de octubre, un analista norteamericano escribía un artículo en el que decía entender el dolor por el que pasaba Israel, equivalente al que sufrió EEUU tras el 11S, pero les instaba a aprender de la errónea respuesta que la nación norteamericana dio ante aquel golpe. La invasión afgana fue correcta, pero todo lo que vino después fue un desastre que supuso décadas de enormes daños, evitables. Una nación tan poderosa como EEUU puede seguir adelante a pesar de tales errores, pero Israel, pequeña y dependiente, no. El afán de venganza ante el dolor sufrido y la horrenda manera de gestionar la guerra por parte de Netanyahu le están llevando a conquistar el terreno, y perder el combate. Es todo un desastre absoluto. Sólo los líderes de Hamas y sus financiadores pueden estar satisfechos.

lunes, mayo 27, 2024

Zelensky en España

Hoy llega Zelensky a Espala de visita oficial. Este viaje tuvo que ser cancelado hace unas semanas cuando Rusia abrió un nuevo frente en la frontera nororiental, conquistando algunas localidades y acercándose peligrosamente a Jarkov, la segunda ciudad del país. El plan de la visita es sencillo y rápido, con reunión con Sánchez a las 12 horas en la Moncloa y, dos horas después, visita al rey en la Zarzuela. Entre medias, se firmará un acuerdo de colaboración armamentística entre ambas naciones y en él se incluirá una partida ligeramente superior a los mil millones de euros de material que, fabricado por las empresas españolas, irá a Kiev.

Dada nuestra industria militar, no es demasiado lo que podemos aportar en la guerra, pero sí importante. No construimos cazas o blindados, y las fragatas que desarrolla Navantia no son lo que más necesita la tropa ucraniana, pero así podemos elaborar camiones y, sobre todo, munición, mucha munición, para nada en las cantidades en las que se requieren en el frente, pero sí algo que sirva para abastecer las bocas de fuego ucranianas. Ahora mismo el diferencial de munición existente entre ambos ejércitos se estima de cinco a uno a favor de los rusos, y eso hace que sus castigos de artillería puedan ser mucho más intensos y efectivos que los ucranianos, razón principal, junto al déficit de personal, del avance de las tropas del Kremlin. Agotados casi todos los stocks derivados de los tiempos soviéticos, Rusia está produciendo cañones y munición de una manera extensa, a lo loco, lo que le permite mantener una situación casi de pleno empleo en su industria armamentística y auxiliares. Además, recibe suministros militares de Corea del Norte e Irán, y cuenta con el apoyo de China, no consta por ahora que, con el acceso directo a armas, pero sí es probable que a metales industriales, energía y todo tipo de insumos intermedios. Kiev, por su parte, se abastece fundamentalmente de lo que los aliados occidentales podamos darle. También ha agotado sus reservas de lo que pudiera disponer de la era soviética, y tiene un primer problema logístico derivado de ese punto, porque si no estoy equivocado, el calibre soviético no es el mismo para los cañones autopropulsados y otro tipo de elementos de disparo. Eso exige mantener una doble línea de suministros, una para la artillería “rusa” propia o adquirida, y otra para la occidental, lo que tensa mucho más la logística de Kiev. Ese mismo problema se da en el caso de los tanques, donde los de la serie T, los rusos, no tienen el calibre de los Leopard, así que uno y otro son incompatibles. Lo mismo pasa para repuestos y reparaciones, y esto es crucial, porque una cadena de oruga rota inmoviliza a todo el blindado, y si no se tienen piezas adecuadas para repararlo sirve de bien poco. Las empresas españolas, como Santa Bárbara o Explosivos Alaveses pueden fabricar munición para artillería con los estándares occidentales y otro tipo de explosivos, como granadas o demás, de uso libre, que los ucranianos saben cómo adaptar a drones para convertirlos en improvisados cohetes que son capaces de eliminar piezas mucho más caras, como tanques o lanzaderas. Los costes de fabricación españoles son competitivos y permitirían dotar de suministros a un ejército necesitado de ello. Eso sí, Zelensky no va a poder llevarse de aquí grandes piezas de artillería o sistemas complejos, ya que, aunque hay empresas españolas que participan en su producción, como Escribano o INDRA, no son las que lideran el desarrollo ni poseen las patentes del arma en su conjunto. Lanzadores y misiles antiaéreos, que ahora son más necesarios que nunca, sólo pueden entregarse a Ucrania por parte de EEUU. Tengo mis dudas incluso que el resto de naciones europeas no pueda hacer otra cosa que dar los stocks que ellos tengan de este tipo de armamento, porque no hay capacidad en suelo europeo de producirlo. Las pocas baterías Patriot que tenemos en España, pensadas para disuadir a Marruecos, aunque no se diga, no sirven de nada sin un suministro de misiles abundante, y nuestras reservas en este caso son limitadas. El coste de cada uno de esos misiles es bastante elevado, y se fabrican exclusivamente en suelo norteamericano. No, no tenemos capacidad para dar a Zelensky lo que más necesita.

Este fin de semana Rusia ha mostrado nuevamente lo cruel que puede ser, con el ataque a un centro comercial a las afueras de Jarkov, causando decenas de muertos y heridos, con un único proyectil. El coste del ataque ha sido casi nulo, sus efectos, en forma de mortandad y miedo, elevados. Jarkov, a pocos kilómetros de la frontera rusa, menos tras su ilegal ampliación de estas semanas, está a tiro de piedra para las tropas de Putin, y su anuncio de no querer conquistarla suena más a chiste macabro que a plan estratégico. Con la llegada de junio se teme una nueva ofensiva rusa que tensione aún más los frentes, y Kiev, que lucha por su libertad y nuestra seguridad, necesita ayuda, ahora más que nunca.

viernes, mayo 24, 2024

Disturbios en Nueva Caledonia

Sí, la situación nacional es cutre hasta el hartazgo, pero uno mira por ahí fuera y apenas encuentra consuelo, síntoma quizás de que estemos en un momento decadente, o todo lo contrario, sólo la historia nos lo dirá en el futuro. Si cruzamos los Pirineos y llegamos a Francia podemos ver que, a escala, está sufriendo un momento noventayochista como el que sufrió España a finales del siglo XIX. La evaporación de su poder en África está siendo acelerada, casi tanto como la velocidad a la que debe repatriar tropas y enseres de lo que antaño fueron sus feudos. Los dictadores locales mantienen pisazos en París, pero ahora son otros los que se los financian, normalmente rusos y chinos.

Y en la otra punta del mundo las cosas no les van mejor. Nueva Caledonia está lejos, muy lejos, al este de Australia y al norte de Nueva Zelanda, no es nuestra antípoda pero se le acerca. En este territorio de ultramar, de soberanía francesa, se llevan produciendo serias revueltas desde hace varios días, que han causado algunos muertos, y han obligado a la metrópoli a trasladar hasta allí contingentes de tropas desde suelo europeo para tratar de encauzar la situación. La causa de los enfrentamientos ha sido una reforma de la ley electoral local que rebaja el número de años que los ciudadanos franceses deben estar viviendo allí para otorgarles derecho de voto. Esto ha sido visto por los locales, despectivamente apodados como canacos por parte de los franceses, como una manera de quitarles poder y dárselo a los franceses que allí acuden, en su mayor parte para ocupar puestos de relevancia en la administración o en empresas locales donde el capital francés es el mayoritario. La sensación de que las elecciones pudieran ser amañadas de una manera u otra ha encendido una chispa que arde en un terreno fértil para ello, porque la renta de los locales y sus posesiones son bastante inferiores a las de los naturales franceses, y los disturbios han sido realmente violentos, con saqueos, incendios y descontrol bastante generalizado. Para París ese territorio siempre ha sido visto como algo exótico, más como una muestra de hasta dónde llegó su gloria imperial que otra cosa. Recordemos que ahí es donde Francia hizo sus últimos ensayos nucleares en los noventa, con Chirac, si no recuerdo mal, nueva muestra de lo que supone para el gobierno nacional un lugar al que puede destinar lo más complicado y tóxico que sea capaz de realizar. ¿Hay un movimiento independentista en la isla? No lo se con certeza, pero no es descartable que algo de eso haya también en el origen de las protestas, o que puedan ser utilizadas para alentar una idea de separación de la metrópoli. Además, dada la presencia de capital chino extendiéndose en todo el sureste asiático y ya sentado en la zona norte de Australia, para nada se puede descartar que algunos de los locales vean a ese nuevo poder y fuente de riqueza como una alternativa al ya conocido y decadente poder gabacho. No conozco plenamente la realidad de lo que allí sucede pero es probable que se de un poco de todo lo que le está sucediendo a occidente en el mundo, con una progresiva pérdida de poder, léase también control, a manos de nuevas potencias emergentes, léase China, que invierten sin freno en busca de recursos y se ofrecen como liberadoras. Supongo que la intervención militar francesa logrará calmar los ánimos y, al menos, hará que los disturbios remitan, por lo que si hasta ahora apenas nos hemos enterado por aquí de lo que allí sucede es probable que después la opacidad sea total, pero lo que allí está pasando es una crisis en toda regla, que golpea a una nación que no pasa, ni mucho menos, por sus mejores horas, y que muestra que su capacidad de disuasión es baja, y su atractivo como centro político, cultural y económico es algo bastante venido a menos. Desde el Elisio Macron podrá disimular lo que quiera, y lo hará, pero no podrá ocultar una sensación de descontrol, algo que no ha hecho sino aumentar en estos últimos años. Francia está desapareciendo en África, ¿lo hará también en el Pacífico?

Curiosamente, en un par de meses tendrán lugar los juegos olímpicos en París, uno de los mayores acontecimientos globales, que suelen servir para poner de largo la ciudad organizadora y el país anfitrión. A estas alturas, y con el panorama geopolítico que vivimos, la seguridad del evento es una de las mayores preocupaciones de todos los involucrados en su desarrollo, y el riesgo de atentados, o de que mismamente los fallos que se han visto en los dispositivos de seguridad galos en otros actos deportivos masivos se repitan está presente en todos los analistas que hablan de los juegos. Francia puede dar una buena imagen o convertirse en el centro de la noticia por algo ajeno a lo deportivo. Esperemos lo primero, pero el temor a lo segundo es palpable. ¿Cuántos verán las pruebas parisinas desde las islas del Pacífico?

jueves, mayo 23, 2024

15.700 millones de euros

Cada vez entiendo menos el criterio con el que se elaboran los titulares de las noticias. Ayer, sin ir más lejos, todos los informativos de la noche abrían con una decisión del presidente del gobierno de escasísimos resultados prácticos y con un supuesto debate en el Congreso que ejemplarizaba, nuevamente, la decadencia de la política en nuestro mundo. Rifirrafes, teatro y posturas vacías que eran encumbradas por los informativos de todas las cadenas como lo más importante. Hoy, en las portadas de papel, se repetirá el mismo esquema y el alboroto que de ahí surge llenará horas y horas de tertulias y espacios de opinión, se supone que autorizada.

Ayer, también por la mañana, Amazon Web Services, AWS para simplificarlo, la división encargada del negocio de centros de datos y de la nube del gigante logístico norteamericano, anunció un plan de inversión para ampliar los centros de servidores que ya posee en Aragón, y construir alguno más, con el objetivo de que ese lugar sea el principal polo de su negocio en el sur de Europa. El anuncio se concretó en un plan dotado de la fabulosa cifra de 15.700 millones de euros, una barbaridad que es muy difícil de entender de golpe, pero que, para empezar, supone la mayor inversión tecnológica realizada por una empresa extranjera en España en toda la historia. Ahora que el gobierno nuestro, y el del resto de naciones europeas, se dedican a gastar en masa con su presupuesto y deuda mediante instrumentos, que aquí se han denominado PERTEs, enmarcados en el plan de recuperación derivado de la pandemia, una empresa norteamericana, una sola, va a invertir en nosotros una cifra que equivale a bastante más de la mitad de todo lo que el FEDER tiene previsto destinar a ayudas en el conjunto de España durante un periodo de siete años. Es algo descomunal. Comparemos esto con algunas cifras de nuestra economía. Ayer, al cierre del Ibex, la capitalización de Telefónica, lo que la empresa vale en bolsa, era de 23.837 millones de euros. Repsol casi alcanzaba, sin llegar, los 18.000 millones, y la mayor multinacional española, Inditex, marcaba un valor de 135.973 millones de euros, algo así como diez veces la inversión anunciada. Un solo proyecto de Amazon supone la décima parte de todo el valor de la empresa española más globalizada y conocida. Es espectacular. El PIB anual de España en 2023 alcanzó un valor de 1,46 billones de euros, por lo que la inversión anunciada supone, ella sola, el uno por cien de todo ese importe, algo que no tiene parangón en los tiempos pretéritos. Para una región como Aragón el valor anunciado ayer supone, directamente, el treinta por ciento de todo su PIB regional, y estamos hablando de una comunidad en la que se asienta una de las mayores ciudades del país, Zaragoza, grandes empresas agrarias y una industria como la de la planta de Stellantis en Figuerueasl, antigua Opel, que ha sido desde antaño el gran motor económico de la región. Pues bien, de golpe y porrazo, una empresa de primer orden mundial, no un señor dueño de unos casinos o algo por el estilo, decide que las cifras económicas que definen la región se dan la vuelta y trastocan por completo, poniendo a Aragón a la vanguardia mundial en el sector de los centros de datos, una de las empresas punteras en tiempos de accesos web a todo desde todas partes. El anuncio cuantificaba los empleos a crear en una cifra algo inferior a la de los 7.000, que son muchos, pero uno hace las cuentas y ve que la ratio inversión empleo arroja un valor disparatado, muestra de lo intensivo en capital que es el sector tecnológico. Estamos hablando de empleo de servicios de muy alta cualificación, donde el perfil más demandado tendrá relación con la ingeniería de software, sistemas de vigilancia ante intrusiones (hackers) y cosas por el estilo. En el proceso de construcción de las instalaciones se demandará mano de obra y servicios de todo tipo y las instalaciones en sí mismas requerirán la fabricación de componentes electrónicos en medio mundo, de los más punteros que existan. La decisión de ayer es revolucionaria para la economía de todo el país.

Es importante ver que el poder que están alcanzando las empresas tecnológicas, prácticamente todas ellas norteamericanas, es enorme, y realmente difícil de acotar. Amazon, Meta, Nvidia, Alphabet (Google) Microsoft, Tesla… son conglomerados que facturan cifras disparatadas, con valores de cotización ampliamente superiores en algunos casos a nuestro PIB, y que toman decisiones de inversión que alteran las economías globales, que se mueven en función de sus resultados y los avances que de las tecnologías que desarrollan. Frente a ellos nuestros estados apenas pintan nada, y lo mejor que pueden hacer es poner facilidades para que las inversiones nos lleguen. El mundo está en sus manos.

miércoles, mayo 22, 2024

Desmadre inmobiliario

Es probable que tengan a alguien conocido, o en su entorno cercano, buscando piso para comprar o alquilar. En ese caso es bastante probable que les haya comentado la pesadilla que vive en medio de un mercado desatado en el que los precios no dejan de subir y la oferta es, cada vez más cara. Si se trata de compra, los requisitos del banco para conceder la hipoteca será un tema recurrente, pero si el tema es de alquiler, los temas de conversación se pueden extender por materias tan absurdas como el casting al que el alquilador le ha sometido, junto al resto de candidatos, o la manera de descubrir dónde están las vistas a la calle en el sótano que ha visitado, donde lo único que sobra son ceros en el precio a pagar al mes.

Lo cierto es que el acceso a la vivienda y su coste se está convirtiendo en un señor problema, sobre todo en aquellos sitios en los que la gente desea vivir, léase aquí grandes ciudades. Hay tres grandes diferencias con la burbuja que vivimos a principios de siglo. Una es que se construyen muchas menos viviendas al año que entonces, por lo que la oferta no crece. Otra es que no se construyen pisos en descampados aislados que luego quedarán convertidos en islas, la demanda requiere que las promociones estén en zonas consolidadas, ya habitadas, por lo que en medio del desmadre sigue habiendo promociones de la época burbujil que siguen ahí pudiréndose. Y la tercera diferencia, enorme, es que no existe una burbuja hipotecaria, los bancos están siendo serios y no conceden hipotecas a lo loco, como sucedió entonces. Este último aspecto es fundamental y garantiza que, pase lo que pase en el mercado, no se producirá un arrastre financiero en caso de desplome de ventas, como pasó entonces, liquidando el sistema de cajas de ahorro. Pero si uno mira los precios de venta y alquiler tiene la extraña sensación de que estamos replicando lo que vivimos en esos años, con unos valores cada vez más altos, que expulsan a franjas cada vez mayores de demandantes de un mercado en el que la exclusividad no deja de aumentar. La demanda de vivienda crece en un país como el nuestro en el que la población aumenta con fuerza, fruto de la llegada de inmigrantes que mantienen el dinamismo del mercado de trabajo y ocupan más de la mitad de los empleos que se crean. Grandes ciudades como Madrid, Barcelona, Málaga, Valencia o Zaragoza ven como el número de sus residentes crece año tras año y la demanda de lugares donde vivir también lo hace. El alquiler, que antes cubría parte de esa demanda, ahora empieza a ser residual, porque el mercado de pisos en oferta para alquiler residencial clásico está cayendo en picado. La causa, simplificando, es doble. Por un lado, las cada vez más garantistas normas para defender al alquilado hacen que el arrendador se lo piense dos veces antes de sacar su piso al mercado, con el miedo de que si se lo queda alguien que luego pueda tener un componente pícaro se acabe metiendo en un problema irresoluble. Por otro lado, gran novedad, la explosión del mercado de viviendas turísticas está convirtiendo a la mayoría de la oferta de alquiler en nicho de residencia temporal de fines de semana o de días sueltos entre ella para que los que vienen de visita a la ciudad los ocupen. El rendimiento económico de un piso turístico es muchísimo más alto que el de un alquiler convencional, y la tentación de sacar dinero de esa manera es elevadísima. En una ciudad como Madrid, en la que el turismo ha explotado como industria en estos últimos años, hay ya decenas de miles de pisos dedicados a esto en zonas como el centro, donde la oferta de alquiler y venta convencional ya es casi inexistente, y la mancha de este tipo de vivienda no deja de extenderse a barrios aledaños, a medida que las zonas turísticas clásicas se colmatan y la demanda no frena. Los ayuntamientos empiezan a ver que se está creando un enorme problema en el que el negocio del turismo, que genera enormes ingresos para las ciudades y sus comercios, cada vez canibaliza más a la propia vida de los que viven en ellas de manera permanente, y les impide acceder a barrios que, si en un tiempo fueron de esos “de toda la vida” ahora son casi más zonas de exposición y alterne. La presión para regular este tipo de pisos crece y la actuación fuera de la ley de muchos de sus dueños, también.

Dice la teoría económica que sólo hay dos vías para contener los precios, aumentar la oferta o contener la demanda. En el caso del alquiler y compra residencial la construcción de nuevos pisos es algo lento, demasiado, por lo que será necesario actuar más intensamente en el parque de vivienda ya existente, y habrá que restringir de manera seria el negocio turístico para que el número de los dedicados a alquiler convencional crezca, pero mientras la demanda de ocio y vacaciones siga creciendo como lo está haciendo en estos últimos años va a ser difícil que el fenómeno se frene. Hay que construir mucho más y ser muy severo en las inspecciones sobre lo que ya existe, pero eso no creo que sirva a corto plazo para los miles que buscan, no encuentran y no pueden pagar lo que les piden. Esto es un serio problema.

martes, mayo 21, 2024

Milei, broncas y redes

Javier Milei, el presidente de Argentina, es un broncas, un tipo de personaje que antes habitaba en la esquina de la barra de casi todos los bares del país y ahora se ha trasladado al mundo virtual y expandido con toda la fuerza del mundo. El mandatario argentino, que presume de una ideología que no practica, como otros tantos, insulta sin cesar a todos los que no le siguen la corriente, como otros muchos, y ahora estamos embarcados en un conflicto diplomático entre nuestra nación y Argentina por lo que dijo de Sánchez y su mujer, donde, sin entrar en el fondo del asunto, estuvo faltón, maleducado y soez. Vamos, lo que ahora triunfa en el mundo.

Sí, lo expresó muy claro el ministro de Fomento, Óscar Puente, sujeto patibulario donde los haya y poseedor de un lenguaje osco y chulesco que apenas llega a igualarse en las películas de quinquis que estaban de moda hace unas décadas. “Juego duro en las redes porque es como se logra triunfar ahí” vino a decir en una frase que resume muy bien en lo que se han convertido, en gran parte, las redes sociales en estos tiempos, y más X, la antigua Twitter, donde el componente de falso hedonismo impostado que domina en Instagram y otros entornos está bastante ausente. El matón se ha crecido en un mundo en el que el ruido se hace el dominante, en el que explicar, argumentar, debatir con las antiguas formas de la conversación ha sido relegado al ostracismo por el éxito del intercambio de “zascas” apelativo cómico a lo que no son sino cortes, zancadillas verbales y demás tipologías de agresión literaria que pueden llegar hasta el insulto descarnado o la amenaza. A Óscar Puente, a Milei y a toda esa gente que va por la vida pegando codazos, verbales y, si pudieran, reales, no les interesa la realidad de las cosas, menos aún la gestión que se deriva del cargo que ocupan, donde lo único que les importa es la cantidad de dinero que pueden sacar y la notoriedad que les proporciona. Se comportan igual que si estuvieran, como antaño, en el bar, chuleando, despreciando a los que pasaban a su lado mirándolos por encima y haciéndose los gallitos entre los suyos. Las grandes diferencias que había en el pasado respecto a la actualidad es que bastaba por no pasar por el bar para librarse de la influencia de esos sujetos y, si acaso, no frecuentar otros lugares por donde iban expandiendo su pestilencia. El mal que generaban quedaba físicamente acotado. Además, existía un cierto consenso social sobre su bajeza, esos personajes se ganaban el respeto por el temor que infundían en el entorno en el que se movían, como si fueran mafiosillos de pacotilla, pero eran unos mierdecillas, una nada fuera de ahí, y el resto de la gente los consideraba como tales. Ahora no. Resulta que a todos esos sujetos patéticos la tecnología les ha regalado un altavoz universal, de tal manera que todas las bobadas que sueltan sin cesar ya no quedan circunscritas a ese ámbito restringido de barra de bar en la que los desvaríos no cesaban, no. Ahora todo el universo conocido puede acceder a sus exabruptos, disponen de la misma capacidad de comunicación que todos los demás, y ellos la emplean para lo mismo de siempre; para insultar, para malmeter, para ensuciar. Además, los algoritmos que gestionan las redes, en su empeño de aumentar el tráfico en las mismas y la relevancia de la propia red, hace tiempo descubrieron que no hay nada como una buena bronca para generar tráfico, conversación, reacciones y, en definitiva, flujos que pueden llegar a monetizarse de una manera o de otra. Por ello, los perfiles violentos y descarnados consiguen una mayor audiencia, y son recompensados con más relevancia. Como a todo miembro de una red social le encanta no estar aislado y unirse a grupos, comprueba que esto funciona y que es la vía más rápida para ascender del anonimato a la fama virtual, y el mal comportamiento deja de verse como una tara social para, justo lo contrario, fomentarse, por ser el abono perfecto. El consenso social que antes existía sobre lo que representaban estos sujetos se derrumba, y empiezan a convertirse en líderes a imitar. Lo peor de lo peor se retroalimenta. Sumen a eso la capacidad de actuar de manera anónima en la red y tendrán el cóctel perfecto para que la mayor cantidad de mierda posible sea la que lo enfangue todo, en medio del aplauso atronador de la masa.

Se llama ahora “política sin complejos” a lo que siempre fue, y es, pura mala educación, mera soberbia, apestosa chulería. Hay partidos especializados en esos comportamientos, que viven de ellos, en España destacan Vox, Pablemos y algunos indepes catalanes, y el resto de formaciones han incorporado a perfiles similares, atraídos por el éxito que suscitan entre su exacerbada militancia, carente ya de escrúpulos. Esto se da en España y el resto de naciones., y no se circunscribe a la política, no, sino que otras profesiones aledañas se han contaminado por completo de esta nauseabunda forma de comportamiento, destacando especialmente el periodismo, sector profesional herido de muerte en estos momentos. Así está el panorama de enmierdado, dominado por sujetos basura.

lunes, mayo 20, 2024

Accidente mortal en Irán

El otro día, al homenajear al fallecido escritor Paul Auster, mencionaba, como lo han hecho todos los que han glosado su figura, el papel que daba al azar en sus relatos, tema que el resto de escritores, y personas, tratamos de obviar, como si no existiera. Sin embargo, los hechos casuales existen, y generan efectos significativos. Llamémosle suerte, accidente o como se quiera, pero son situaciones que escapan de nuestro control y, quizás por eso, preferimos cerrar los ojos ante ellas. Sin embargo, ahí están, y como sucedió ayer en las montañas que separan a Irán de Azerbayán, pueden darse, y crear efectos totalmente inesperados.

Tras una visita del presidente de Irán, Raisi, y su ministro de asuntos exteriores, a Azarbayán, para supervisar las obras de construcción de una presa financiada con capital persa, la delegación oficial de Teherán partió de vuelta a casa en un convoy de tres helicópteros, que atravesaron una zona montañosa en la que la niebla era intensa. Poco después de despegar se supo que, al menos uno de los aparatos, había tenido que realizar un aterrizaje brusco, sea eso lo que sea, y que se había perdido el contacto con él. Las agencias internacionales empezaron a difundir la noticia y la sensación generalizada era que el presidente de Irán estaba metido, de golpe, en un señor problema. A lo largo de la tarde la información fue confusa, pero todo apuntaba a un accidente aéreo que dejaba muy pocas probabilidades de supervivencia a la cúpula iraní. La agencia oficial de noticias persa, escueta como siempre para temas serios, se limitaba a señalar que se había dado ese aterrizaje brusco al que me refería anteriormente y que se estaba tratando de acceder al lugar para tener más información. Las imágenes que llegaban de la zona eran la de un erial montañoso, con apenas arbolado, estepario, dominado por una niebla cerrada y una sensación de frío que se percibía con mirar un rato a la pantalla. Si alguien es capaz de sobrevivir en ese entorno después de un accidente tiene un cierto componente de héroe. Al parecer ha sucedido lo que uno podía esperar tras escuchar las primeras noticias y ver esas escenas. Los restos del helicóptero siniestrado han sido encontrados, completamente calcinados, y sin superviviente alguno, por lo que los medios oficiales iraníes ya dan por segura la muerte tanto del presidente como del ministro de asuntos exteriores, lo que es un golpe de primer orden a la estructura de poder del régimen. No es el definitivo, ni mucho menos, pero sí serio. Irán tiene un sistema de poder extraño, difícil de explicar y más de entender, en el que los cargos teológicos mandan más que los civiles, y donde el Ayatolá supremo es realmente el que dirige la nación. Ese papel ahora recae en manos de Ali Jamenei, que sigue vivo, a una edad muy avanzada, pero que se prodiga en público y mantiene el control del régimen con mano firme. Raisi fue elegido tras las últimas elecciones y representaba la corriente dura del islamismo chií que dicta todos los destinos de lo que sucede en aquella nación. Frente a otros caracteres más aperturistas, Raisi era partidario de la represión a la disidencia interna y de una postura de fortaleza de cara al exterior, alineado completamente con el consejo de clérigos que pastorea Jamenei. Bajo su mandato, que empezó hace poco, se ha producido la escalada de ataques entre Israel e Irán, con el primer intercambio directo de disparos entre ambas naciones, tras años de guerras proxy a distancia. Es más que seguro que la respuesta iraní que comenzó esas hostilidades abiertas, como contragolpe ante el ataque israelí al consulado iraní en Damasco, estuvo aprobada por Raisi y Jamenei, pero es realmente difícil saber hasta qué punto fue el presidente el impulsor de esa decisión o actuó en grupo sin ser él realmente el que más fomentó ese movimiento armado. La toma de decisiones en Irán es un misterio en cierta medida y nunca queda claro cuáles son las cadenas de mando que se establecen, más allá de la última palabra del Ayatolá supremo.

Por este motivo, resulta difícil saber cuáles serán las consecuencias de este accidente, más allá de un luto oficial y unas exequias que se organizarán para que sean lo más multitudinarias y propagandistas posibles, y que serán vistas por los terroristas suníes como una nueva oportunidad para atentar contra el régimen. Es probable que Raisi sea relevado por alguien de los duros, dado que son los que parecen tener ahora mismo el control del poder en el país, y que la sociedad civil iraní siga sometida al mismo control, férreo e inmisericorde, que la asfixia desde hace décadas, pero como todo acontecimiento imprevisto, y más en una zona que está caldeada hasta el extremo, habrá que ver qué es lo que pasa en los próximos días en Teherán, y los movimientos que se hagan desde la cúpula del poder.

viernes, mayo 17, 2024

Guerra de clarisas

Con la creación de la figura literaria del esperpento, Valle Inclán daba forma de relato a acontecimientos que se escapaban de lo normal, empezando por su propia vida y actos, llenos de sorpresa, irracionalidad y, también, carcajada. Lo esperpéntico se ha convertido en una denominación de origen, y la actualidad española siempre ha estado bastante dispuesta a ofrecer historias con las que llenar ese tipo de crónicas. Si no fuera por su importancia y gravedad, casi todo lo que pasa en nuestra política entra de lleno en esa categoría, donde el ridículo que provocan los personajes y las tramas que crean sólo inducen a pensar en un teatro irracional.

Lo de las clarisas de Belorado, Burgos, entra de lleno en la definición, y hasta el mismo Valle Inclán hubiera disfrutado de lo lindo con el tema. Unas monjas de clausura que, en un momento dado, se dicen poseídas por la verdad religiosa y abjuran del catolicismo del último medio siglo, o un poco más, en busca de pureza espiritual que no encuentran. Un convento en la localidad vizcaína de Derio, que las clarisas burgalesas pretenden vender para, con ese dinero, hacerse con otra propiedad monástica en Orduña, Vizacaya, en el linde con Burgos, y formar allí su comunidad de religión verdadera. Una operación inmobiliaria de compra venta en la que hay bastante dinero en juego, al que se suma el que las monjas obtienen por los dulces que fabrican, que les ha llevado a ser famosas en medio mundo y a aparecer en congresos tipo Madrid Fusión junto a restauradores de varias estrellas Michelín. Una madre superiora que actúa como tal, gestionando las redes sociales del convento (lo de clausura con Instagram debe ser como una de esas recetas modernas con maridaje de los cocineros estrellados) y se erige en portavoz de todas ellas. Y, desde luego, la presencia de un personaje estrafalario, un sujeto que se hace pasar por Obispo, un tal Pablo de Rojas, alguien que ni es cura ni obispo ni nada, que reside en un pisazo de la Gran Vía de Bilbao decorado con el mal gusto típico de Donald Trump, que se dice preconciliar, admirador de Franco, encarnado de las virtudes teologales y mundanas, con un señor adjunto que actúa de portavoz que va de serio pero no puede ser más ridículo, y que se convierte en el faro de pureza teológica al que las clarisas, que reniegan del pecado en el que han vivido tantos años, se ofrecen como servidoras. El Pablo ese las acoge en su seno, a ellas y a todas las propiedades materiales e inmobiliarias de las que sean titulares, y les ofrece crear una iglesia cierta, donde refulja la luz de Cristo y el pecado de los impíos se consuma en zarzas siempre ardientes, siempre bajo la protección del invicto caudillo. Uno junta todos estos elementos, sin copas de alcohol de por medio, y obtiene una ensalada mental de alta graduación capaz de volver lisérgico a cualquiera. Los medios de comunicación, en este caso tan asombrados como el resto del mundo por una historia sin pies ni cabeza, han intentado hablar con las monjas, con el renacido Papa bilbaíno y con las autoridades de la iglesia católica, que por ahora no salen tampoco de su asombro y ven como su institución es objeto de cierta mofa ante el desarrollo de un guion más loco que cualquier comedia imaginada. Las similitudes de lo que se puede estar cociendo aquí son altas con la historia del Palmar de Troya, de aquella secta que organizó el autodenominado Papa Clemente en las marismas de Doñana, y que era una de las historias más cachondas que se podían leer en sus tiempos, con toda la parafernalia del mundo al servicio de una estafa organizada, que lograba generar ingresos más que sustanciales para mantener una basílica, empleados y demás. En sus tiempos hubo bastante turisteo por los alrededores de aquel tinglado, hoy casi olvidado.

¿Es esto un cisma? Más bien me parece una mezcla de chaladura y estafa a partes iguales. Creo que el Pablo ese ha visto que las clarisas tienen bastante más dinero que él y ha decidido hacerles una OPA de absorción, sin descartar que haya convencido por su parte a la madre superiora de una u otra manera. Los familiares de las monjas de clausura están preocupados por las decisiones que se puedan tomar por parte de esta banda sobre sus allegadas, pero lo cierto es que, por ahora, domina el cachondeo absoluto en un serial del que aún quedan por escribir varios capítulos, sin guion alguno. ¿Cuánto tardará alguna de esas ávidas plataformas en hacer la serie? El tal Pablo de Rojas da para mucho pero, eso sí, con el compromiso de que los beneficios los done a los pobres y necesitados, sin que un solo euro llegue a sus bolsillos.

jueves, mayo 16, 2024

Intento de magnicidio en Eslovaquia

Ayer Robet Fico, el primer ministro de Eslovaquia, sufrió un atentado que le sigue teniendo a estas horas entre la vida y la muerte. Tras la celebración de un consejo de ministros en una ciudad mediana lejos de Bratislava, la capital, salió a la calle, donde se concentraba un número de ciudadanos, a los que se acercó a saludar. De repente, uno de ellos sacó una pistola y efectuó cinco disparos, alcanzando al político en varias extremidades y, uno de ellos, en el abdomen, donde se localizan las heridas más graves. Trasladado a toda prisa a un hospital, las últimas informaciones señalan que podrá salvar la vida, pero su estado sigue siendo muy grave.

Eslovaquia es uno de esos pequeños países europeos en los que no suele pasar nada que trascienda sus fronteras y se convierta en noticioso para el resto de la UE; menos para el mundo global. De hecho el propio Fico, quizás el político más famoso de aquel país, no es sino un desconocido para la mayor parte de nosotros. Su trayectoria en la política eslovaca lo ha llevado a ser prácticamente de todo, a entrar y dejar el poder en varias ocasiones, y a dar varios giros ideológicos, que le han llevado desde unas posiciones de social democracia clásica a la versión del populismo identitario que asociamos a personajes como el húngaro Víctor Orban. De hecho, tras la derrota de Ley y Justicia en Polonia, Fico era el mayor socio que le quedaba a Orban en su cruzada en contra de muchas de las decisiones de la UE y en sus coqueteos con el Kremlin, que es visto por ambos como un aliado más que como un enemigo. La oposición a la ayuda a Ucrania también está entre las posturas que ambos mandatarios defienden sin cesar. Por lo tanto, y como es casi seguro que estamos ante un acto de motivaciones políticas, no nos encontramos en este caso ante el sencillo y fácil supuesto de un político de centro izquierda que es atacado por un reaccionario de la extrema derecha, como ha pasado con algún candidato alemán en estas últimas semanas, sino puede que lo contrario, o en todo caso el atacado está en el grupo de los populistas que van a ser un gran quebradero de cabeza en el próximo parlamento de la UE. Lo más relevante del atentado de ayer, sin embargo, no es la ideología del atacado ni las presuntas motivaciones de su atacante, sino el hecho mismo de que se haya producido un ataque terrorista de cariz político contra un dirigente de la UE, y a tres semanas de los comicios europeos. El caldo de división, de enfrentamiento, de incomunicación creciente que se ha asentado en nuestras sociedades motivado por el sectarismo político empieza a hacer más probable que sujetos individuales decidan acabar con lo que consideran un problema político asesinando al que ven como fuente de su desgracia. Este pensamiento, irracional, estúpido, delictivo, es algo que durante décadas proliferó en nuestro continente de manera organizada, con bandas terroristas que enarbolaban supuestos argumentarios ideológicos para excusar el hecho de que deseaban alcanzar el poder. Años de persecución policial y deslegitimación social contribuyeron a acabar con esos movimientos, y llevar a la cárcel a sus integrantes, que es donde debían estar, pero tras décadas de tranquilidad, un nuevo germen de violencia parece estar anidando entre nosotros. Y esta vez es algo diferente. Es difuso, no se engancha a una corriente ideológica extremista, no es algo tan minoritario, sino que parece extenderse de manera liviana pero generalizada por amplias capas de la sociedad, donde no se ve con desagrado que un político pueda ser eliminado, dado que es el causante de todos los malos que nos atenazan. Como suele ser habitual, EEUU es el caso en el que todos nos miramos y de donde surgen muchas de estas modas, y el asalto del Capitolio del 6 de enero de 2021 es el inicio de la legitimación de la violencia política en aquella nación. Trump, que alentó aquel golpe, quiere volver a la presidencia para, entre otras cosas, amnistiar (vaya vaya) a los insurrectos de aquella fatídica jornada. Suena irreal, pero no lo es para un enorme porcentaje del votante norteamericano, puede que mayoritario en las elecciones del próximo noviembre.

La condena al atentado que ha sufrido Fico ha sido unánime y ha venido de todo el espectro ideológico europeo, lo que es de agradecer, pero es obvio que, con las elecciones europeas ya aquí, el miedo a que actos de violencia marquen la campaña se está disparando. La seguridad de las autoridades tendrá que ser reforzada tras este intento de magnicidio, y la sensación de que hay gente partidaria del uso de la violencia para arreglar problemas políticos nos debe reafirmar en que ese nunca, nunca, nunca, es el camino para arreglar nada. Supongo que acabaremos conociendo el ideario y motivaciones del atacante de Fico, pero eso no justificará su acto, sólo servirá de marco a un acto criminal que, esperemos, no llegue a sus últimas consecuencias.

martes, mayo 14, 2024

Contrataque ruso

De mientras aquí damos vueltas y vueltas a los resultados de las elecciones catalanas y las infinitas posibilidades que se abren para el desgobierno, los rusos han estado bastante ocupados abriendo un nuevo frente en el norte de Ucrania. A través de la provincia de Berlgorod, tropas y material acorazado han penetrado en territorio ucraniano y han conquistado algunas localidades cercanas a la frontera. Lo más relevante de este movimiento es que, a penas a una veintena de kilómetros de ahí, está Jarkov, la segunda mayor ciudad de Ucrania, con más de un millón de habitantes antes del inicio de la guerra. Una pieza de caza mayor.

Este movimiento, que muestra la iniciativa que ahora poseen las tropas del Kremlin y los apuros de la defensa ucraniana, se da en medio de un movimiento de peso en la cúpula del poder ruso. Ya investido para su nuevo de zar, Putin ha destituido a Shergei Shoigú como ministro de defensa, cargo que ocupaba desde hace bastantes años. Putin y Shoigú son íntimos desde hace mucho tiempo, y las críticas que, desde muchos estamentos, militares y no, se han hecho contra el ministro por su ineficacia en tiempos de guerra, y el fracaso de sus promesas de modernización, a las que supuestamente había destinado cantidades enormes de dinero, hasta ahora no habían hecho mella en su posición de poder. Ni siquiera la asonada de Wagner y los insultos que su cabecilla Prigozhyn le dedicaba día sí y día también supusieron el más leve cambio en la posición de poder que ha ocupado Shoigú. Hasta el domingo. Su papel va a ser ahora ocupado por Andrei Belousov, un civil, Shoigú es militar, y economista. El mensaje que se ha transmitido desde el Kremlin es el de continuidad, y los analistas han visto en este movimiento una manera de reforzar lo que se ha llamado la economía de guerra. Se estima que, en estos momentos, Rusia dedica en torno al 6% de su PIB al esfuerzo militar en Ucrania, y esa cifra no tiene pinta sino de ir creciendo. La estructura productiva del país se va amoldando a unas sanciones poco operativas y al desvío de recursos destinados a la vida civil hacia el suministro militar. La industria logra construir en torno al millar de tanques al año, los drones iraníes que tan buen resultado han dado a las ofensivas rusas ya se pueden producir desde plantas situadas en territorio ruso, y, en definitiva, la nación está virando su economía desde una visión más comercial y civil, convencional, a una en la que el ejército y las necesidades de guerra sean lo básico. ¿Busca Putin que Belousov sea su Albert Speer? En tiempos de guerra la eficacia de la producción militar, la logística y sostener el coste que ello supone para las arcas públicas es una de las bases que pueden permitir mantener un esfuerzo bélico en el tiempo. Los recursos que obtiene Rusia, principalmente de la venta de hidrocarburos y otras materias primas, se destinan cada vez más a ese esfuerzo militar, y es probable que lo que recibe la población en forma de servicios en las ciudades rusas sea cada vez más escaso, descontando el hecho de que ya antes de la guerra la precariedad social en aquella nación era alta. Desde ese punto de vista el nombramiento de Belousov puede tener sentido. Desde otra óptica, la de la inefable corrupción rusa, quizás también. Si Shoigú prometió maravillas con el dinero gastado y el rendimiento militar mostrado en estos años por el ejército ruso ha sido tan deplorable parece obvio deducir que muchas de las inversiones prometidas para modernizar materiales y tácticas se han ido por el desagüe de las mordidas, así que quizás Belousov llegue con órdenes de limpiar la casa y hacer, en efecto, un proceso de modernización en las formas y los procedimientos, tanto de gasto como de gestión. Es pronto para saberlo, pero es un perfil bastante distinto al de Shoigú, así que es probable que cambien cosas, y nombres.

De momento el exministro no ha sido desahuciado a la manera putinesca, sino ascendido a un cargo en un consejo de representación federal que no se si es un ascenso formal o el preludio de un misterioso y mortal accidente. Gerasimov, segundo de Shoigú, y jefe de las operaciones militares en Ucrania, continúa, pero se rumorea que por poco. Coge fuerza la vuelta a primeras posiciones en la cadena de mando de Surovikin, general que fue defenestrado durante la revuelta Wagner por su presunto apoyo al cabecilla levantado en armas. Habrá que ir viendo qué cambios se producen y cómo afectan al curso de la guerra. En el frente, de momento, despacio, pero sin pausa, Rusia avanza y Ucrania retrocede. Las cosas van mal para Kiev. Van mal para nosotros.

Mañana es fiesta local en Madrid, San Isidro. Nos leemos el jueves 16.

lunes, mayo 13, 2024

Gran victoria del PSC en Cataluña

Hay alguna cosa segura tras el resultado de las elecciones de ayer en Cataluña. La obvia es que la victoria del PSC es incontestable, siendo la primera fuerza en votos y escaños. La segunda es que el independentismo no suma mayoría en la cámara, ni en votos ni en escaños, y que dentro de él, el sedicioso Puigdemont se ha convertido en líder al mejorar sus resultados, mientras que Esquerra, que ha disfrutado del Govern durante estos años, sale como la formación derrotada de la noche. Aragonés, Junqueras y compañía van a tener que hacer frente a una cruel digestión de los resultados y sus opciones tras ellos.

Lo que no queda nada claro es quién va a gobernar en Cataluña ni cómo, ni las consecuencias a nivel nacional. A priori, con estos dos resultados, hay dos opciones. Una es que el tripartito PSC Esquerra Comunes, que suma justo los 68 que dan la mayoría absoluta, lidere investidura y gobierno, lo que requiere el apoyo obvio de Esquerra, que no parece estar de momento por la labor. Sus manifestaciones de ayer de que los votos le han mandado a la oposición es una muestra de que no quiere participar en un nuevo gobierno, aunque podría apoyarlo desde fuera y chantajearlo de una manera u otra. Esa alternativa está en manos de ellos. La otra suma es la de PSC Junts, un pacto contra natura, pero es lo que ocurre en la práctica en el Congreso de los diputados. Puigdemont ha sacado un buen resultado, pero insuficiente para presentarse a una investidura. Sin embargo, cuenta el traidor con un arma que todo el mundo conoce, el chantaje que pueda hacer a Sánchez en Madrid, de tal manera que, si le retira su apoyo, el gobierno central quedaría en minoría en el Congreso y, en la práctica, la legislatura embarrancaría. Este escenario ha sobrevolado por la mente de muchos analistas, que ven a Puchi extorsionado y a Sánchez forzando al PSC a que se abstenga para permitir una investidura del sedicioso. Los números dan para ese escenario, pero se me antoja muy difícil que el PSC tragase con una idea semejante tras el resultado que ha logrado. Lo cierto es que si Illa logra gobernar en Cataluña es poco probable que Sánchez logre mantenerse en Madrid, por lo que las opciones de un adelanto electoral general crecen, aunque sólo lo veo posible si Sánchez estima que electoralmente le va a ir bien, en el sentido de poder reeditar una investidura válida. Ya en este 2024 estamos sin presupuestos y la perspectiva de que así sigamos bastante tiempo no es descartable, y es sabida la habilidad del inquilino de Moncloa para permanecer en el poder aunque, en la práctica, no pueda ejercerlo. Una vez que, a finales de mayo, se apruebe en el Congreso la infame ley de amnistía, si no hay nada que lo impida, nada obliga ya a Puigdemont a sostener el gobierno, y todos los escenarios se abren. Los plazos a corto están bastante tasados, porque dentro de dos semanas, el viernes 24, se abre la campaña de las elecciones europeas, y es casi seguro que antes del domingo 9 no va a haber acuerdo de ningún tipo, aunque creo que la mesa del Parlament se constituye justo antes del fin de semana electoral. Sea quien sea el presidente de la mesa, y ahí ya veremos que acuerdos se están negociando a escondidas, es casi seguro que Illa acudirá a la investidura, por lo que empezaría a contar el reloj de cara al plazo máximo de una investidura viable, que son dos meses. Si en ese tiempo no se logra, ya saben, repetición electoral, escenario que a día de hoy nadie quiere, y menos una Esquerra que, si es vista como la causante de volver a votar, puede ser completamente triturada. Así que durante estas semanas estaremos atentos a rumores de uno u otro tipo sobre qué conversaciones existen entre los partidos y qué se rumorea desde Moncloa al respecto, porque desde hoy la negociación pasa tanto por ese lugar como por el Parlament de Barcelona.

El resto de partidos pintan poco y hay resultados dispares. Los Comunes bajan, siguiendo la senda de todas las elecciones en las que Yolanda lidera su marca, pero pueden entrar dentro del tripartito, salvando así la cara. Vox mantiene sus 11 escaños y no se ve favorecido por el ambiente indepe y el PP sube a 15 escaños desde sus ridículos 3, una ganancia evidente pero que no le sirve para decidir nada. En todo caso, pueden estar más que satisfechos al conseguir en Cataluña un resultado presentable. El Vox catalán entra en el Parlament con dos escaños, que pudieron ser más si hubiera alcanzado el 3% de voto en Barcelona, que rozó. Y Ciudadanos, ay, no debió presentarse para así tener un funeral digno.

viernes, mayo 10, 2024

BBVA y Sabadell, segundo asalto

El otro día puse un tuit que resultó ser gracioso. Comentaba cómo el BBVA había recibido nuevamente calabazas por parte del Sabadell, lo que demostraba lo difícil que es ligar para un vasco, sea cual sea el contexto. Y sí, son dos veces las que el banco vasco, aunque en gran parte ya sólo lo sea de nombre y sede social, ha intentado una operación de fusión con el Sabadell, y en todas las ocasiones la cúpula de la entidad catalana se ha negado. Lo que ocurre es que algo tonto habita en los genes norteños que nos lanza a obtener calabazas una y otra vez por mucho que nos cierren la puerta. No aprendemos, somos tontos.

La oferta lanzada por BBVA se basaba, sobre todo, en un canje de acciones, y una incorporación de la directiva del Sabadell al consejo de administración de la nueva entidad fusionada, con dos sedes operativas, Madrid y Alicante, y una social, Bilbao. La junta del Sabadell consideró que la oferta era escasa, y basada principalmente en papelitos, léase acciones, y dijo que si no se ponía mucho más efectivo encima de la mesa no habría nada que hacer. Tras la ruptura de las negociaciones entre los directivos, y unos días de espera sin noticias, el BBVA ha decidido lanzarse a una OPA directamente al accionariado, con las mismas condiciones que las que presentó a la directiva. El canje es de una acción de BBVA por cada cuatro y poco del Sabadell, y ahora se abre el plazo para que los inversores del banco catalán escojan y muestren si aceptan la oferta. Entre su accionariado hay miles de minoristas de todas las procedencias posibles, inversores institucionales y fondos de inversión que también aparecen en el listado inversor del BBVA. Si la mitad más uno de la masa accionarial acepta la oferta la OPA se lleva adelante sea cual sea la opinión de la junta directiva. Creo que no existe lo que se llama un núcleo duro en el Sabadell, es decir, un paquete accionarial de referencia con peso capaz de decidir en caso de que el porcentaje de accionistas que acudan a la OPA sea elevado, pero no alcance un punto crítico. Desde todas las instituciones públicas la opinión mostrada ha sido coincidente, y contraria, quizás también porque estamos en plena campaña de las elecciones catalanas y defender la pérdida de la titularidad de un banco en pleno mitin debe ser una buena razón para perder votos. La contundencia ha sido curiosa, y veremos si tras el escrutinio se mantiene. El único que ve con buenos ojos la operación es el BCE, el supervisor, que desea que las entidades europeas se refuercen y sabe que un banco grande y saneado es más sencillo de inspeccionar que dos, uno de ellos pequeño y más sujeto a los avatares del mercado. Desde el BCE y el resto de reguladores se repite que la operación deberá respetar las leyes de competencia entre entidades y con los consumidores, y se mira de reojo la segura pérdida de empleos que supondrá. Esto último es una excusa cogida por los pelos, porque las plantillas de banca van a seguir disminuyendo en todas las entidades en paralelo a un proceso de digitalización incesante que es ajeno a las operaciones corporativas. Pregunte en su entorno cuántos tienen instaladas apps de fintech o la última vez que visitaron una entidad para un trámite. Lo ideal para el BCE, y para mi, es que estuviéramos ante una operación intraeuropea, es decir, que el BBVA comprase otra entidad de otra nación o que una de otro país comprase Sabadell, porque eso supondría una integración financiera real en el marco de la UE y la creación de nexos entre nuestras naciones. Sería una operación deseable, pero en este caso la oposición de los gobiernos nacionales sería aún más rotunda, como ha sucedido en ocasiones pasadas, y eso es un escollo enorme para este tipo de operaciones.

¿Qué va a suceder? La historia de las OPAs hostiles, hostiles para la entidad que puede ser comida, no es muy halagüeña en España, con el recuerdo de lo que se vivió en el mundo de la banca en la época de Mario Conde y el culebrón de Endesa. Sin descartar la presencia de un caballero blanco, el tercero que aparece al rescate del que está en riesgo para ser él el devorador, el mercado por ahora castiga claramente a BBVA y revaloriza Sabadell, en una valoración de urgencia, de meros costes de la operación, que no tiene mucho que ver con lo que pudiera ser el comportamiento de una entidad unificada. No lo tiene fácil el BBVA para lograrlo y que las autoridades políticas se lo permitan, pero la historia, que puede ser larga, merecerá seguirse.

jueves, mayo 09, 2024

Tercer día de Europa en guerra

Hoy es 9 de mayo, día de Europa, festividad oficiosa de la UE en conmemoración de la llamada declaración Schumann, que es la que puso los cimientos de lo que llegaron a ser las Comunidades Europeas, surgidas de las ruinas de la IIGM. Es una fiesta extraña, que conmemora algo importante, pero que no es festivo como tal en ninguna ciudad ni país de la UE, que sólo supone un día feriado para los que trabajan en las instituciones europeas, y que es celebrado de manera institucional por varios organismos públicos a lo largo del continente, pero desde luego sin la relevancia que la fecha tiene, y merece, para todos nosotros.

Surgida para evitar guerras que nos destruyeran nuevamente, la UE celebra su tercer día de Europa con la guerra de Ucrania activa, y con sensaciones encontradas. Si la primera celebración en guerra, la de 2022, estuvo marcada por el shock de la invasión, el horror de las matanzas rusas y la supervivencia de Ucrania, y el segundo festivo, el de 2023, lo estuvo por la esperanza en una anunciada contraofensiva ucraniana que consolidara los avances logrados en el otoño anterior, la sensación que se palpa en esta primavera de 2024 es más deprimente. La famosa contraofensiva del año pasado se estrelló en la línea defensiva construida por el ejército ruso y, desde entonces, y gracias también a la desidia occidental a la hora de entregar armamento a Kiev, se producen pequeños pero constantes avances de las tropas del kremlin en toda la línea del frente. Son pocos kilómetros cuadrados cada mes, pero constantes, y la imagen que ofrecen los combates es la de un ejército ucraniano que cubre con dificultad sus bajas y anda muy escaso de armamento y un ejército ruso que ha aprendido de sus errores pasados y lucha de una manera más efectiva, con suministros militares abundantes tanto de fabricación propia como entregados por sus aliados iraníes y norcoreanos. Las nuevas levas anunciadas en Kiev se han encontrado con protestas entre su población y escasez de efectivos, mientras que en Moscú se ha decretado una nueva movilización contra la que no consta que haya habido grandes protestas, más que nada porque todo el que se oponga sería detenido sin muchos miramientos. Los bombardeos rusos y las oleadas de misiles y drones siguen golpeando puntos más allá del frente, especialmente en las zonas de Jarkov y Odesa, y la escasez de armamento antiaéreo ucraniano está haciendo que, aunque aún son bastantes los proyectiles interceptados, cada vez sean más los que, en cada oleada, llegan a su objetivo, aumentando día a día los daños en infraestructuras vitales como las energéticas o las logísticas. El aprovisionamiento en el frente por parte de Ucrania se debilita y, pese a sus audaces ataques con drones a instalaciones rusas situadas muy al interior del país, como ha sucedido con varias refinerías, los golpes que propicia al enemigo están siendo contados y sin capacidad para desbaratarlo, como sucedía antaño. Desde hace unos meses, en definitiva, Rusia está ganando la guerra y Ucrania perdiéndola. El reciente desbloqueo de la ayuda militar norteamericana, retenida de manera irresponsable por los republicanos en el Congreso, puede aliviar algo la penuria de Kiev, pero está por ver cómo responderá ante la previsible ofensiva rusa de verano, que debiera empezar en breve, a medida que las llanuras del este dejan de ser el barrizal de primavera y se convierten en polvorientas pistas en las que desplazarse a alta velocidad es posible. Cada kilómetro que avanza Rusia nos acerca a su mandíbula, y el temor entre las naciones de la UE que se encuentran al este crece y crece, por motivos más que obvios. Sí, en Ucrania no hay mucho que festejar este 9 de mayo.

Rusia, por su parte, usa este día para conmemorar la victoria de las tropas soviéticas sobre los nazis en la IIGM, con un alarde militar que llena la plaza roja de Moscú de tropas y vehículos, a mayor gloria del caudillo Putin, que esta semana ha jurado la constitución, que manipula a su antojo, para un nuevo mandato de seis años, sin oposición alguna. Convertido en un apéndice económico de China, subido a una economía de guerra a la que destina recursos ingentes, el caudillo de Moscú se relame la sangre que cada día se cobra en el frente y mira con odio a una atribulada y postmoderna Europa, que no sabe muy bien cómo hacer frente a lo que puede venir si, de una manera u otra, la guerra acaba siendo favorable a los intereses rusos.

miércoles, mayo 08, 2024

Paul Auster, escritor

Más de una vez contó Paul Auster una anécdota referida a su infancia que le marcó para el resto de su vida. Era un crío y, junto al resto de compañeros del cole, estaba en una excursión por el campo. De repente, se desató una tormenta y el grupo, alumnos y profesores, empezaron a correr por el descampado en el que se encontraban en busca de refugio. En ese momento cayó un rayo e impacto en el chico que estaba más cerca de Auster, matándole en ese mismo instante. La conmoción para todos fue enorme, y para Auster dejó un poso para siempre, por el trauma de lo vivido y, sobre todo, por su absurdo, por el puro azar que había supuesto esa muerte, que perfectamente podía haber sido la suya.

Eso le animó a llevar una vida activa que le hizo trabajar de casi todo y residir en varios países, especialmente en Francia, durante años en los que perfeccionó su estilo, porque escribir siempre estuvo entre sus amores más profundos. Afincado definitivamente en Brooklyn, un barrio que en sus tiempos no era ni mucho menos la zona residencial de lujo que es hoy en día. Perteneciente a Nueva York, situado en el lado este de la ciudad, tiene a Manhattan en frente, aunque gran parte de la historia lo ha tenido de espaldas. Auster situó gran parte de sus historias ahí, en el entorno urbano que conocía, en el que hizo deambular a sus personajes a la búsqueda de destinos esquivos en los que la suerte y las casualidades realizaban la mayor parte del trabajo que era propio del narrador. Sus novelas son fáciles de leer, pero eso se debe a que Paul era un escritor excelente, que conseguía narrar con una naturalidad asombrosa lo que quería. Sin frases alambicadas, trazo corto, toque ligeramente poético pero nada almibarado, sus textos son una delicia para el lector y, para el que gusta de la escritura, un reto, porque aunque no lo parezca, escribir sencillo y claro es una de las cosas más difíciles del mundo. En esa sencillez Auster planteaba a sus personajes problemas profundos, los ponía en tesituras difíciles, y no eludía dilemas morales de gran dimensión, pero eran perfectamente accesibles para el lector, que no tenía que enfrentarse a muros en forma de párrafos densos e inabarcables. Su técnica era tan depurada como transparente, llegando a lograr ser liviano en la descripción de situaciones de gran complejidad. Quizás por ello, y porque era casi imposible saber cómo se iban a resolver sus tramas hasta que el azar empezaba a jugar, disfrutó de un gran éxito comercial, que le convirtió en uno de los escritores más famosos de su generación. Ha sido raro el caso de Auster porque en él se ha dado una gran calidad literaria y un nivel de ventas propio de las estrellas. Su rostro era famoso en medio mundo, y las incursiones que hizo en otros géneros como el ensayo o el mundo del cine contribuyeron a darle fama global. Durante los ochenta y noventa los lanzamientos de novelas de Auster se convirtieron en fenómenos editoriales que trascendían por mucho el mundo de las letras. Sin embargo, no dejó que la fama le volviera loco, sabía que se debía a sus escritos y lectores, y que la vanidad inevitable que se asocia al éxito no es sino otra muestra del azar que tanto le gustaba, que a veces no tiene nada de merecimiento, y que con la misma fuerza con la que llega se puede ir. Estudioso de la literatura norteamericana, publicó algunos ensayos al respecto, demostrando que el bagaje de lecturas que tenía era enorme, y que en su campo, el de las letras, era todo un intelectual además de un creador. Su producción se fue espaciando a partir de la década de los dos mil, a medida que su vida personal se fue enrevesando. Su segundo matrimonio, con la escritora Siri Hustvedt, convirtió a ambos en una especie de pareja real de las letras norteamericanas. En todo momento ella siguió una carrera literaria propia, separada de la de su marido, y él no se inmiscuyó para nada en las novelas y ensayos de su mujer. Trabajaban juntos, pero cada uno en lo suyo.

El cáncer de pulmón que se le detectó hace unos años fue el inicio de una época de amargura total en su vida. Su hijo y nieto fallecieron hace poco, ambos por problemas relacionados con las drogas, en una serie de episodios truculentos hasta más no poder. Eso, y el tratamiento médico, le fueron debilitando y, finalmente, la semana pasada, el autor fallecía en su casa de su barrio de su ciudad. Deja una obra enorme cuya vigencia está más allá de las modas, una manera de escribir inimitable y apenas sucesores en el estilo y tramas. Su pérdida es enorme. Otro Nobel que la academia sueca decidió perderse, y que, esta vez sí, los Príncipes de Asturias supieron premiar.

martes, mayo 07, 2024

Confusión en Gaza

Siete de mayo, y se cumplen siete meses desde los atentados de Hamas que provocaron el estallido de la guerra de Gaza. En todo este tiempo, todo lo que podía haber ido mal, lo ha hecho. A lo largo del fin de semana se han sucedido los rumores de un posible acuerdo de alto el fuego como fruto de las conversaciones que delegaciones de Hamas y el gobierno israelí han trasladado a El Cairo, donde habitualmente se ejecutan estos procesos de negociación. De hecho ayer por la noche Hamas anunció que acordaba los términos de un posible acuerdo de canje de rehenes por prisioneros y una tregua de cuarenta días, creo.

Pero, en la práctica, la situación sobre el terreno dista mucho de la tregua. Hamás atacó el domingo un puesto militar fronterizo israelí, causando algunas bajas, y las alertas aéreas han vuelto a sonar en varias ciudades del sur de Israel ante posibles lanzamientos de cohetes. Por su parte, el gobierno de Netanyahu sigue haciendo oídos sordos a todos los llamamientos que le llegan y mantiene su plan de atacar la ciudad de Rafah, el principal asentamiento al sur de la franja y refugio de más de un millón de palestinos, que han huido de las localidades del norte a medida que eran arrasadas por las IDF. Alega el gobierno de Jerusalén que en Rafah se esconden varios batallones de Hamas y cientos de sus milicianos, lo que es posible dada la cantidad de gente que allí se encuentra, pero precisamente por esto último, y por la no existencia de alternativas de huida para la población civil, el intento de asalto militar a la ciudad es imposible que no acabe con un balance de víctimas civiles insoportablemente alto, y eso es lo que temen todos los gobiernos del mundo, expuestos ante la realidad incesante de una guerra que deja escenas de violencia duras a la hora de los informativos y solivianta a parte de la opinión pública. Ahora mismo los incentivos de Israel, mejor dicho, del Netanyahu, para detener la guerra son escasos, porque una tregua le pondría en la tesitura de tener que responder ante su sociedad por la gestión de la crisis de los rehenes, la sorpresa del ataque de Hamas, el fallo de seguridad de su gobierno y otras muchas cuestiones para las que, probablemente, no tenga respuestas. Así mismo una tregua hará que las causas que, antes del inicio de la guerra, acosaban a la figura del primer ministro (corrupción, intento de control de la justicia, etc) vuelvan al primer plano de la vida política israelí, y ahí Netanyahu carece de defensa. Por su propio interés, y por la presión del ala radical de su gobierno, que casi aspira a eliminar a los palestinos de todos los territorios en los que puedan, no hay incentivos para que ordene a las IDF parar la guerra. Por el lado de Hamas la situación es distinta, pero tampoco una paz puede venirles bien a corto plazo. La guerra ha destrozado gran parte de su infraestructura y acabado con un número muy elevado de los suyos, pero ha conseguido poner al conflicto palestino, otra vez, en el centro de la actualidad global, y lo ha gestionado de tal manera que su propia atrocidad del 7 de octubre ha quedado sepultada por la actuación de las tropas hebreas. Hoy en día el clamor que se escucha en muchas protestas en occidente no hace referencia a la liberación de los rehenes capturados por Hamás, no, sino a la actuación del gobierno israelí, a las continuas masacres que se dan día tras día en la franja. En su empeño por utilizar a los palestinos para su propia causa, Hamas no duda en sacrificarlos, y que ahora aparezca como el “bueno” ante los ojos de parte del mundo es todo un éxito para su propaganda, y supone también la derrota moral de Israel. Que Hamas quede más o menos arrasada tiene su importancia para Netanyahu, pero por cada escena de violencia desatada en Gaza sospecho que surgirán nuevos yihadistas en otras partes del mundo dispuestos a exigir venganza. Los dirigentes de Hamas, y sus jefes lo saben.

¿El desastre que pueda ocasionar Israel en Rafah es valioso para Hamas? No como entidad, pero quizás sí como ideología, como palanca para seguir movilizando a las sociedades musulmanas, a franjas cada vez mayores en ellas, para que se adhieran a su causa y rechacen las vías pacíficas de negociación. En un futuro escenario de dos estados en la zona, el único que puede garantizar una paz estable, forzado por terceros países, el peso de Hamas, su filosofía, será abrumador, una vez que vendan que su sacrificio es el que ha propiciado la victoria. Que todo esto suponga la muerte de miles de palestinos inocentes no parece importar nada a ninguno de los combatientes.