viernes, octubre 24, 2025

Entre Escila y Caribdis, entre EEUU y China

Escila y Caribdis son dos monstruos mitológicos que están en las dos orillas de un mar que Ulises debe atravesar en su camino de vuelta a Ítaca, sin que esté muy claro cual de ellos es más peligroso o genera peores corrientes para la navegación. Tradicionalmente se ha asociado a las dos orillas del estrecho de Mesina, y nombrarlos en una expresión viene a querer decir que la llevamos clara, porque si nos libramos de uno nos toca el otro, y viceversa. Hay que ser muy espabilado para sortear ambos riesgos, o ser valiente para asumir los costes que supone sobrevivir a semejante reto.

Esta comparación viene a cuento ahora que la UE se encuentra en un mundo cada vez más hostil en el que el número de aliados se reduce notablemente, y entre la disputa de las dos grandes potencias su futuro se ensombrece. Esta semana se ha vivido un episodio que no ha trascendido mucho en los medios, centrados en niñerías, que es muy significativo, y que, además, permite entender cómo la geopolítica global genera efectos reales en nuestras vidas y en las de los que nos rodean. El gobierno de Países Bajos procedió hace unas semanas a expropiar a la empresa Nexperia, un fabricante de chips que está allí, cuya matriz es una empresa china, llamada Wingtech Technologies. Esa entidad asiática ha sido incluida en la lista de la sujetas a restricciones comerciales por parte del gobierno de EEUU en su intento de que China no se haga con la más alta tecnología posible en el mundo de los chips. El gobierno holandés alego que se estaba produciendo una transferencia tecnológica no permitida hacia China desde su territorio y que eso ponía en peligro la seguridad del país y de la UE. Como en muchas de las empresas tecnológicas e industriales, China también es parte del proceso productivo que realizan en Europa, de tal manera que algo se hace aquí, se manda allí para ser rematada y vuelve casi a punto de comercialización. El caso de Nexperia también es así, y la respuesta que han decidido dar las autoridades chinas a lo que consideran una confiscación es bloquear la cadena de suministros en el eslabón que se realiza en su territorio. Los chips salen parcialmente montados de Holanda, llegan a China pero, vaya, ahora no se completan y no vuelven. El flujo se ha interrumpido y eso afecta a toda la cadena. Nexperia tiene un stock de chips terminados y está tratando de sobrevivir con ellos, pero los raciona, evidentemente, dado que entran muchos menos de los que salen. ¿Y cual es el principal destinatario de estos chips? No son de ultimísima generación, por lo que aquí no se ve afectada la IA y otro tipo de tecnologías tan disruptivas, no. Se trata de la automoción. Nexperia es uno de los mayores suministradores de chips para las empresas automovilísticas alemanas, especialmente para el grupo Volkswagen. Un coche eléctrico tiene unos mil doscientos chips instalados, y uno de motor de combustión cerca de la mitad. Algunos de ellos son simplones, como los que controlan los elevalunas y dispositivos sencillos, pero otros son muy modernos, como todos los relacionados con el control de la batería, conducción, sistemas de GPS y demás. Sin el suministro adecuado de Chips el coche puede funcionar, pero sin muchas de las posibilidades que requiere, y desde luego no puede salir de la planta de producción. Y en esas estamos. Volkswagen ha comunicado esta semana que puede tener que paralizar las líneas de producción del Golf de Wolfsburgo, donde se encuentra la sede de la empresa, por escasez de suministros de chips. Eso supone que miles de empleados de la empresa, de todo tipo y nivel, se vean abocados a un paro forzoso no por causa de unas ventas menores, no, sino porque la fábrica ha roto stocks y no puede seguir produciendo como es debido. Y eso, para la empresa, supone unos costes desorbitados, y para los empleados un gran problema. Si la situación se reconduce en pocos días la cosa puede quedar en poco y esa parálisis se comerá jornadas vacacionales o similar, lo que es un fastidio enorme, pero si se prolonga, la opción de entrar en algo parecido a un ERTE es posible. Y todo por unos chips chinos que no se pueden fabricar en la UE porque no tenemos ni la tecnología necesaria para ello ni los costes que la hacen competitiva.

Así, la UE se encuentra ante un antiguo gran socio llamado EEUU que ahora le trata con desidia, impone aranceles y deja desguarnecido en lo que hace a seguridad, y ve como el otro gigante, China, acude al mercado europeo con buenos modales pero con criterios despiadados en los que su superioridad es manifiesta y su capacidad de hace daño, si se le molesta, indudable. Entre ambos gigantes, las naciones europeas, pequeñas y más divididas de lo debido, se enfrentan a un contexto peligroso, en el que pueden, podemos, salir perjudicadas por ambas partes tratando de buscar un camino alternativo, o jugando a veces con uno de los bandos o con el otro. ¿Qué gigante es menos lesivo? ¿Cómo sortearlos? Ay, Homero, ¿qué hacemos?

Subo a Elorrio el fin de semana y me cojo dos días de ocio. Nos leemos el miércoles 29.

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