viernes, septiembre 05, 2025

María Pombo no lee

Esta semana he conocido a María Pombo o, más bien, le he puesto cara. Y sí, es muy guapa. Me sonaba ligeramente pero no la tenía ubicada, dado el poco caso que hago al mundo de los influencers, fenómeno que no logro entender del todo. Busqué algo para saber quién era después de unas declaraciones suyas que le han dado relevancia a lo largo de la semana, y la trayectoria que tiene se me hace ajena a más no poder. En todo caso es evidente que la vida, al menos en lo material, ha sido bastante más gratificante para ella que para mi, por lo que en lo que respecta a la supervivencia, me gana de calle. Para eso no le ha hecho falta leer, desde luego.

Pombo ha dicho que las personas que leen no las hace mejores respecto a las que no leen, y que el mero hecho de leer está sobrevalorado. Esto ha generado mucha polémica, ruido en las redes y respuestas de todo tipo, en general críticas hacia ella. Eso le ha obligado a reconocer que algún libro se ha leído, y ha mencionado a unos cuantos de autoayuda y el principito. Más allá de que la fama de Pombo sea merecida o no, creo que no pero eso da igual, en parte tiene razón con sus declaraciones, al menos respecto a la bondad personal asociada a la lectura, porque creo que las buenas personas, las que son mejores, no tienen por qué leer, o no es algo que sea distintivo en ello, pero eso mismo se puede decir de mil facetas distintas de la vida. Uno puede ser bondadoso e iletrado, culto y capullo, devorador de libros y generoso, amante de la cultura y racista, etc etc. La gente, en estos tiempos en los que todo es blanco y negro, no logra entender que las personas somos complejas, tenemos un montón de facetas distintas en nuestra personalidad, combinaciones de todo tipo de gustos, preferencias, recuerdos, historias, hechos que nos han marcado, etc, y suele ser el efecto de todo eso lo que determina cómo somos. Leer es una manera intensa de aprender y acceder a conocimientos acumulados por la humanidad, y genera empatía respecto a las historias que se cuentan de esta manera, pero eso puede generar efectos de todo tipo en cada persona y a algunos volverles más receptivos respecto a lo que pasa en el mundo y a su alrededor y a otros no. La superioridad moral, de la que tanto presumen determinados colectivos e ideologías que pululan entre nosotros es, a mi entender, un oxímoron, porque quien así se manifiesta está cayendo en un desprecio hacia los demás, lo que es un comportamiento poco moral. Pombo, a quien no conozco de nada, puede ser una bellísima persona, o lo contrario, o ni fu ni fa, haya leído o no. A mi, que la lectura me encanta, me resultará mucho más interesante alguien a quien también los libros le digan algo, porque tendré allí una afinidad común que es muy relevante en mi vida, pero yo no leo porque me crea que eso me hace ser mejor que otros, por la misma razón que cuando como espaguetis no me creo superior a quien come ensalada. Ese pensamiento es una estupidez profunda. Leo porque me gusta aprender cosas, porque me seduce el hecho de sumergirme en un contexto no visual en el que lo que se cuenta debe ser complementado por la imaginación para conformar un relato. Leo porque me gusta que me cuenten historias, igual que si vas al cine o escuchas un poadcast en el que se relatan anécdotas. Leo porque me lo paso bien, porque me entretengo, porque me parece una manera fantástica de pasar el rato, porque me produce placer sentarme en un banco, o en casa, o en donde sea, abrir un libro y meterme dentro. Leo principalmente por el mero hecho del entretenimiento, del disfrute. Decía Savater que de pequeño le caía alguna bronca en casa por estar “ahí, leyendo, sin hacer nada” y el respondía que leer es hacer algo, y que no había momento en el que se lo pasase mejor que metido en las novelas y ensayos que le absorbían. Leer por placer es, para mi, una excelente manera de pasar la vida, y el montón de obligaciones de la vida adulta (en mi caso no tan adulta como lo normal, lo que genera menos debes) quita tiempo para ello, pero una vida de horas libres para poder leer lo que se quiera es una buena idea de paraíso.

Leer, escuchar música, asistir a conciertos o exposiciones, visitar museos…. Todo ese tipo de actividades que asociamos con la cultura son buenas porque, en general, otorgan a quien las practicas mayores criterios y recursos para enfrentarse a la vida, por lo que puede ser de utilidad. Pero, por encima de todo, pueden resultar actos gratificantes, estéticos, de gozo, de pasarlo bien, de sonreír mientras se ejecutan. Dudo que la cultura nos haga ser mejores personas, hay contraejemplos profundos al respecto, pero al menos, a los que nos gusta, nos va a hacer pasar buenos momentos y aliviar el paso vital. Y eso, que esté tranquila, no afectará al elevado nivel de facturación del negocio de María Pombo.

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