viernes, enero 30, 2015

Podemos alcanza su techo y empieza a bajar

Para mañana Sábado, y con una previsión de chubascos ocasionales, viento y descenso de temperaturas, tiene convocada el movimiento Podemos una gran manifestación en el centro de Madrid, como primera prueba de fuerza y demostración de convocatoria de cara al ciclo electoral que está a punto de empezar. Seguramente será miles, y no pocas, las personas que se reúnan en torno a la figura del mesiánico Pablo Iglesias y sus correligionarios, y más allá de las cifras, mostrarán que el movimiento, surgido de las tertulias televisivas, es una realidad política con la que, guste o no, hay que contar.

Y a mi no me gusta Podemos. Como he dicho a cada uno que me ha preguntado, abonado en el fértil terreno de la crisis, la corrupción y el hastío, Podemos ha surgido con fuerza casi imparable, pero responde a un cabreo global, general, contra todo. Es una fuerza de rabia, “anti”, como la fiebre que golpea al cuerpo enfermo de gripe, que lo revuelve pero no cura. Podemos denuncia cosas que son ciertas, pone el dedo en muchas llagas (no en todas, por cierto) pero no aporta soluciones, y lo que así denominan ellos son un recetario que hace muchas décadas, y en un contexto muy distinto y favorable, ya fracasó en otros países. Pero como antes decía, Podemos está ahí, existe, es la mayor revolución política, al menos en el campo de las encuestas, que se ha dado en España desde el desplome de la UCD, y en un par de meses, empezando por Andalucía, veremos a ver cómo esos sondeos se traducen en votos reales y escaños. Creo, y es una afirmación arriesgada, que la formación ha alcanzado una especie de máximo en lo que hace a su valoración social, y está empezando a transitar un camino de descenso, que será suave o no en función tanto de lo que ellos mismos hagan como del bombardeo al que le sometan sus adversarios. En el adanismo de la formación entraba la idea de que su castidad, ajena a la podredumbre de la casta, les iba a inmunizar de ataques por parte de unos rivales que se quedarían sentados mientras recibían estopa sin fin por parte de Iglesias y compañía. Eso, obviamente, no iba a ser así. Cada día tenemos una nueva denuncia, magnificada o no, que pone de relieve que, hasta donde han podido llegar, la ética no ha sido precisamente la guía o pauta de actuación que ha marcado el norte de sus dirigentes. La familia de Tania Sánchez quizás no haya cometido delitos administrativos en el Ayuntamiento de Rivas, pero lo que han hecho es tan parecido…. Y Monedro ha dejado claro que su apellido le guía en todo lo relativo a su propio bolsillo, de manera inversamente proporcional a lo que opina que debe existir en los bolsillos de los demás. Pero más allá de estas denuncias, que tendrán que ser probadas en todo caso, la actitud de Iglesias muestra el flanco más débil de la formación. Esa verborrea continua, fácil y demagógica ha degenerado en un comportamiento chulesco e impresentable, que este pasado sábado alcanzó cotas vergonzosas en una presunta entrevista que tuvo lugar en la sexta, llamada por algunos telepodemos, que se frotaba las manos viendo como la audiencia se disparaba contemplando a un Iglesias que despreciaba a los periodistas que trataban de preguntarle, y sólo obtenían epítetos presuntamente graciosos, desplantes y gestos soberbios de un señor despatarrado en un sofá. Lo poco que vi me bastó para sentir vergüenza ajena, y creo que su asesores debieron pasar por el mismo trago.

No tengo duda alguna de que, en las siguientes elecciones, Podemos sacará buenos resultados, y que su emergencia no va a dejar de causar consecuencias (la más obvia, la destrucción de IU, tomada al asalto por los “podemistas” como si de su cielo se tratase). Pero reitero, Podemos no es la solución a nuestros problemas. Su discurso, vació de contenido, inteligencia y razonamiento, servirá sólo para derrumbar cosas e instituciones, funcionen bien o mal, pero no sirve para construir nada. Su voto canaliza una rabia y malestar social, pero de esa ira no puede salir una solución. “Cambiemos” sería un buen nombre para un movimiento regeneracionista sólido, intelectual y con peso, que se atreviera a remover todo lo que hay de malo, y es mucho, en nuestro país. Podemos no es la vía, créanme.

Subo el fin de semana y lunes a Elorrio con la ilusión de que el temporal deje nieve en el norte y pueda verla. Si todo va bien, hasta el martes 3 de febrero.

jueves, enero 29, 2015

Un soldado muerto en el Líbano


Me asombra la apatía con la que se sigue en España la actualidad internacional. La despreciamos, la vemos como algo ajeno por completo a nosotros, como si sucediera en otro planeta, una curiosidad apenas relevante a la que no otorgamos atención alguna. Quizás parte de esa desidia provenga del completo aislamiento en el que vivió el país durante casi todo el siglo XX, ajeno a los logros y guerras internacionales, y sumido en su propia guerra y autismo interior durante tantos años como para generar una costra. Una prueba de este aislamiento mental es que el domingo de manifestaciones de repulsa por el atentado de París ninguna recorrió calle española alguna.

Ayer, en un lugar sito entre Israel, Líbano y Siria, en el entorno de los altos del Golán, murió un militar español en medio de la refriega en la que se enzarzaron las tropas israelís y miembros de la milicia siria de Hezbola. Este militar, de 36 años, formaba parte, junto a cerca de quinientos efectivos, del despliegue español que conforma las tropas de la ONU en la zona, que se encuentran en misión de mantenimiento de la paz (alguno habrá empezado a sonreír irónicamente) en ese territorio desde hace ya algunos años, concretamente desde la última guerra del Líbano. Cuando esta misión, denominada FINUL, se creó, la zona era un polvorín y el riesgo era alto. Con los años el riesgo no ha disminuido, pero si ha crecido tanto en otras partes del mundo que ha restado protagonismo mediático a esa operación y ya sólo aparece en los medios cuando se procede al relevo de los contingentes por tropas frescas, y las imágenes de despedida de familiares y amigos en un puerto o aeropuerto alcanza el grado de “breve” en la escaleta de noticias de los informativos. Para desgracia de los componentes de FINUL, no sólo les rodea el abandono de la prensa, sino también la guerra. El mencionar a Siria en cualquier escrito remite inevitablemente a la eterna, cruel y devastadora guerra que desde hace ya casi cuatro años devasta aquella nación y que, como un cáncer, está contaminando a toda la región de oriente medio. Las milicias de Hezbola, asentadas en Siria, reciben financaición de Irán y buscan sobre todo desestabilizar el Líbano para derrocar al régimen laico que allí mantiene el poder, en busca de una islamización del país que permita unirlo a la órbita siria y, en general, chií, en esa zona del mundo. El debilitamiento del gobierno de Asad durante estos años de guerra ha hecho mucho daño a Hezbola, que ha visto como uno de sus patrocinadores, y el que le proporcionaba techo, cobijo y refugio, se ha visto a sí mismo necesitado de recursos y refugios en medio de la guerra. Esa ha sido una de las causas por las que el frente libanés, sin despreciar atentados o escaramuzas, ha estado más o menos tranquilo, sobre todo si lo comparamos con el frente sur de Gaza. Sin embargo parece que el escenario se está revolviendo. Hace unos días se produjo una intervención militar israelí cerca de la frontera en la que, mediante el lanzamiento de misiles, varios miembros de Hezbola y, se cuenta, militares iraníes desplazados para entrenarles, fueron abatidos, en lo que parecía una operación preventiva de Israel para impedir una nueva ofensiva por parte de la milicia en la zona. Hezbola juró venganza y ayer lanzó un ataque que provocó la muerte de, que se sepa, dos soldados israelíes y varios heridos. En la respuesta de Jerusalén es, donde, al parecer, falleció el soldado español. La dinámica de acción reacción, que tan claramente hemos visto en la franja de Gaza, parece que empieza a revolverse también en la frontera norte de Israel, y es difícil saber si estos episodios irán a más o no. El principal patrocinador de Hezbola, Irán, está ahora metido en problemas por la caída del precio del petróleo, por lo que pudiera pensarse que no querrá, mejor podrá, estimular ese frente, pero es muy difícil saberlo con seguridad.

Entre otras cosas porque realmente tampoco sabemos lo que sucede en el interior de Siria, ni en las zonas orientales, en las que el EI domina territorios, corta cabezas y desata todo el mal posible, ni en las occidentales, en apariencia bajo el control del dictador Asad, que sigue ganado parte de la guerra en su refugio de Damasco. De todo este infinito lío de muy mala solución, una de esas noticias internacionales que no nos importa, es de donde ayer llegó la muerte para un malagueño de 36 años, casado, que iba a ser padre en breve, y que ya nunca podrá abrazar a su hijo ni volver a besar a su mujer. De esos polvos olvidados vienen estos lodos de lágrimas.

miércoles, enero 28, 2015

Monumento a la hipocresía en Arabia Saudí


Muchas veces se utiliza la expresión “el elefante en una habitación” para referirse a un problema gordo, grave, complejo, que inevitablemente nos va a causar disgustos, pero que negamos de manera continua, que no queremos afrontar, que rechazamos ver. Hacemos como que el elefante no existe por miedo a enfrentarnos a él y a sus consecuencias. Eso normalmente sólo origina un engorde del elefante con el tiempo, hasta que la habitación se llena de trompas y orejas y no queda más remedio que actuar, con unas consecuencias peores que si lo hubiéramos hecho en su momento. Y luego, el arrepentimiento. Siempre funciona igual.

Arabia Saudí es uno de esos enormes elefantes que lleva engordando desde hace tiempo, y criando nuevos elefantes de paso, en el tablero internacional, y que no recibe ni la atención debida ni, me atrevo a afirmar, el castigo merecido. Poseedora de las mayores reservas de crudo (conocidas) y con un bajísimo coste de extracción (prácticamente no pierde dinero a los precios actuales) ha actuado como la gasolinera del mundo durante la mayor parte del siglo XX, logrando enormes contratos con empresas occidentales de todo tipo, especialmente energéticas y militares, y se ha convertido en un aliado fiel y estable. A cambio, hemos mirado hacia otro lado a la hora de juzgar al régimen que rige en Riad, su capital, una monarquía absoluta feudal, controlada por la casa Saud, fundadora del estado, en el que el Corán se aplica de manera rigorista, los derechos humanos no existen ni en pintura y las restricciones políticas, morales y sociales lo asemejan mucho más al estado islámico que a cualquier otro régimen que nos podamos imaginar. Bañados en ese petróleo y los dólares que proporciona, el régimen saudí ha exportado a todo el mundo el islam que practica, basado en la corriente wahabi, una rama integrista y sectaria de carácter sunita surgida en las arenas de ese desierto en el siglo XIX, que aliada con los Saud, ayudó a la formación del poder político a cambio de la cesión de las almas de los siervos por él sometidos. Mezquitas, escuelas coránicas y centros de difusión del islam en todo el mundo, financiados sin límite por el dinero saudí, llevan décadas enseñando esta rigorista versión de una religión que es muy fácil de manipular, sembrando el odio en los corazones de pequeños y jóvenes, que son adoctrinados en su paranoico credo. Como guardianes de los lugares santos del islam, y como los más ricos de entre todos ellos, los saudís siempre han tenido una voz decisiva en todo lo que hace a la interpretación de las palabras de Mahoma. Si en ellos rigiera una doctrina aperturista el mundo sería muy distinto, pero no es así. Ese yihadismo implantado en medio del petrodólar ha generado monstruos como Bin Laden y su organización Al Queda, y en cada operación antiterrorista que se produce en el mundo existe un rastro, tenue a veces, claro en otras, que lo vincula con instituciones o fuentes de financiación que acaban llegando a la casa de Saud. Sin ir más lejos, tres cuartas partes de los terroristas que destruyeron las torres gemelas eran, sí, sí, saudíes. Pero pese a estas evidencias, y a la flagrante violación de los derechos humanos que se produce día tras día en ese país, las relaciones de los saudíes con el resto del mundo son prácticamente idílicas. Engrasadas con millones de barriles de crudo diarios, los Saud compran la voluntad del mundo y siguen siendo un factor de inestabilidad local que, con la emergencia del ISIS y el terrorismo yihadista, los hace peligrosos a nivel global. La actual guerra de precios del petróleo, creo que provocada por ellos, busca que sigan siendo necesarios y, vía quiebra del fracking, volver a atar al socio norteamericano.

Este pasado fin de semana, con motivo de la muerte del Rey Abdalá y la sucesión en su medio hermano Salman, casi todos los dirigentes mundiales han acudido en peregrinación a Riad a rendir tributo a la memoria del fallecido dictador, que lo era, y alabar la figura del nuevo dictador, que lo va a ser. Y todo por petróleo. El espectáculo ha sido de una hipocresía y sonrojo difícilmente superable, sobre todo porque muchos líderes occidentales sabían, en lo más profundo de su interior, que daban el pésame a unos señores que, por la espalda, financian a grupos que, o ya han atentado en nuestras ciudades, o lo harán cuando menos lo esperemos. Urge hacer algo con Arabia Saudí, y convertirlo en el paria internacional que, por su comportamiento, debiera ser. Pero no se actuará, y el elefante engordará hasta a saber cuándo.

martes, enero 27, 2015

Susana Díaz adelanta las elecciones andaluzas


Gran sorpresa donde las haya. Enseñando cada día un poquito del brazo, remangándose poco a poco el jersey, Susana Díaz se lo quitó ayer del todo y mostró en toda su extensión el brazo incorrupto en forma de nuevas elecciones andaluzas, que se convocan para el domingo 22 de marzo. Si hace unas semanas hacíamos chistes sobre las numerosas citas electorales del año y les advertía de que, cuidado, podían caer también las andaluzas, lo más crudo del calendario se ha confirmado, y mes sí mes no tendremos campaña, propaganda, ruido y soflamas. No se quejarán de lo divertido que va a ser 2015.

Entiendo las causas que han llevado a Susana a la convocatoria, dado el constante boicoteo que IU le practicaba desde hace tiempo, actitud en parte condicionada por la emergencia de Podemos y por la disolución que sufre IU por la marcha de militantes a la nueva formación y por el empeño de sus dirigentes en destruir el partido. Sin embargo tenía la presidenta de la junta otras alternativas. Podía gobernar en minoría todo el año, con unos presupuestos ya aprobados, a sabiendas de que PP e IU no iban a llegar a acuerdo alguno. Y de adelantar elecciones, tampoco entiendo la fecha. ¿Por qué no juntarlas con las autonómicas y municipales de mayo, dos meses después? ¿Busca Díaz la absoluta relevancia de protagonizar una campaña en la que ella, dueña y señora, gane a PP, Podemos y todo lo que se le ponga por delante? ¿Cree que juntándola con las locales su victoria quedaría diluida, difuminada? No lo se. Muchas de estas preguntas pueden tener su respuesta en el debate, más bien navajeo, que existe entre los dirigentes del PSOE, donde el actual secretario general Pedro Sánchez observa como día sí y día también todos los que tienen o han tenido poder en el partido lo utilizan para darle duro, desestabilizando su aún débil poder, y haciéndole en todo caso la vida imposible. El papel de Susana Díaz en todo esto es muy relevante, porque todo el mundo le señala como la “lideresa” la que puede llevar al PSOE a una victoria, o al menos alejarle de la derrota absoluta que le pronostican las “podemistas” encuestas. Pero esta idea, que tiene mucha lógica, choca de frente con la posibilidad de que Díz sea elegida en marzo para el gobierno de la junta de Andalucía. Sinceramente sería una estafa monumental al electorado que, pocos meses después de las elecciones autonómicas, la candidata Díaz encabece un nuevo cartel electoral de cara a unas generales. Si se presenta ahora en marzo debe, moralmente, renunciar a cualquier aspiración nacional, al menos para las próximas elecciones generales. Me dirán ustedes que soy un ingenuo al pensar que este deber moral puede coartar en algo la ambición de Díaz, amplia como la de cualquier otro político, y que casos similares hemos visto en ocasiones precedentes, como el nombramiento de ministro de Justicia de Alberto Ruiz Gallardón en 2011 a los siete meses de ser reelegido como alcalde en Madrid. Sí, puede suceder, pero sería un fraude, sobre todo para los que van a ser llamados a las urnas en Marzo. En todo caso, no tengo dudas de que las luchas dentro del PSOE y las aspiraciones nacionales de Díaz también han influido, y mucho, en la convocatoria de estos comicios regionales.

Van a ser las primeras elecciones desde la irrupción de Podemos y el estallido de la desazón política, por lo que serán muy interesantes como test verdadero para medir si lo que anuncian las encuestas son meras elucubraciones o reflejan una corriente de fondo. Díaz, que es muy buena política, saldrá a ganar y es muy probable que lo consiga. El PO, tocado por la crisis, debilitado por su gestión, y con un candidato de perfil nulo y capacidad mediática inexistentes, Juanma Moreno Bonilla, cosechará un mal resultado, y Podemos es la incógnita absoluta. Sospecho que Díaz intuye que va a ganar, y por eso convoca. Veremos a ver.

lunes, enero 26, 2015

Syriza se hace con el poder en Grecia


Es un vicio que las encuestas y sondeos se cumplan. Da por bueno el dinero invertido en ellas, simplifica el trabajo de los analistas y ofrece una imagen de realidad perceptible y controlable que deja tranquila a mucha gente. En las elecciones griegas todas las encuestas daban por segura la victoria de Syriza, y es lo que finalmente ha sucedido, quizás incluso con mayor margen de voto del esperado. Tras la obtención del bonus electoral de los cincuenta escaños la coalición ganadora se queda en 149 escaños, a dos de la absoluta. En la práctica controla el parlamento y puede formar gobierno.

Si hasta ahora estábamos en la parte interesante de la historia, ahora hemos llegado a la importante. Tras años de oposición y crítica Tsipras, que va a ser el próximo primer ministro, accede a un poder recortado y dependiente de la financiación exterior. Su hacienda, pese a genera déficit primario (cosa que en España aún no somos capaces) es débil, posee agujeros inmensos y no recauda lo debido, y el tejido productivo del país, corrupto y agrietado antes de la crisis, es ahora un páramo. Su intención es la de renegociar con la troika las condiciones de financiación de la deuda griega, cuya parte pública está en torno al 170% del PIB, inasumible para el país, como por lo bajo señala casi todo el mundo. Sin embargo, y sospecho que Tsipras lo sabe, su margen de negociación no es tan amplio como el que se proclamaba en los mítines electorales. Es imposible que los socios que hemos aportado parte del rescate (España unos 26.000 millones) aceptemos una quita como tal, por lo que tras mucho teatro y declaraciones, lo más probable es que se alcance un acuerdo en el que se aumenten los plazos de devolución y, en la práctica, la quita se transforme en un proceso de repago infinito, dando por tanto un margen amplio al gobierno. Pero este, que muchos presentan como el gran problema del país, no es sino uno de los muchos que le afligen. Como antes comentaba Grecia depende de la financiación internacional para abrir la persiana todos los días, carece de crédito exterior, no emite en los mercados de deuda y no puede realizar políticas de gasto porque no tiene con qué pagarlas. Seguramente Tsipras luchará por reducir la carga impositiva de los griegos, por eliminar algunos de los recortes que estos años han sufrido, en cuantía y dimensión infinitamente mayor que los que nosotros conocemos, pero su margen de maniobra no es tan grande como pudiera pensar. Si no logra reactivar la economía helena no podrá desviar partidas de gasto hacia fines sociales, e internamente debe acometer una reforma muy dura para eliminar las ineficiencias y corruptelas que asolan el tejido público y privado del país. ¿Está dispuesto a hacerlo? No lo se. De momento conocemos la imagen mitinera y de campaña de un político joven, de buena planta, y que lleva varios años en el escenario público. A partir de hoy comenzaremos a conocer al gobernante Tsipras, que espero nos de una positiva sorpresa, entre otras cosas porque cuanto mejor lo haga mejor le irán las cosas a sus compatriotas y, de paso, al resto de europeos. Toca esperar y ver.

Y el resto de Europa, que ha estado muy pendiente de estas elecciones, empieza hoy una nueva fase de la interminable crisis, ésta en forma política, en la que las formaciones que han sostenido el equilibrio político de manera tradicional, encarnadas en Grecia en al centroderecha de Nueva democracia y en la socialdemocracia del PASOK, se ven relegadas o a un segundo puesto o a la irrelevancia. Partidos nuevos, o veteranos radicalizados se aprestan a tocar poder y a condicionar las políticas no sólo de salida de la crisis, sino todas las que determinan el rumbo del país. Desde hoy el riesgo que representa Podemos en España, o el frente Nacional en Francia, dejan de ser hipótesis para convertirse en escenarios factibles, con todas sus consecuencias. Sí, ayer no sólo cambió Grecia, lo hizo toda Europa. Aquí también toca esperar y ver hacia dónde.

viernes, enero 23, 2015

La gran votación griega


Puede que Bárcenas tuviera prisa ayer por salir de la cárcel tras enterarse de que Draghi va a gastarse 60.000 millones de euros al mes en comprar deuda, y quisiera quedarse con un trozo del pastel, o que le interese el resultado de las elecciones griegas de este Domingo, pudiendo así seguirlas desde el cómodo salón de su casa, sin las penurias del camastro y los barrotes, viendo si al final Syriza gana los comicios y quién puede formar gobierno en una Atenas ruinosa, no sólo en la parte histórica, que él podría restaurar, incluso comprar, si le dejan usar su agenda de contactos durante unas pocas semanas.

Sí, las elecciones griegas del Domingo son nuestras primeras grandes elecciones, y digo bien “nuestras” porque lo que allí pase puede servir no sólo de termómetro respecto a todas las que nos vienen, sino porque su resultado va a condicionar mucho la política, evidentemente la griega, pero también la europea y la local española. A estas alturas de la película parece evidente quién va aganar. Las encuestas, que allí se pueden hacer hasta el final de la campaña, tras un cambio legislativo que bien podríamos copiar aquí, son unánimes, y muestran una victoria de la coalición de izquierdas Syriza. En esta web pueden ver la media de los sondeos de estos últimos días. Grecia se halla en una suerte de bipartidismo alternativo, entre el centro derecha de Nueva Democracia, equivalente al Pp, y el izquierdismo extremo de Syriza, que es algo parecido, para entendernos, a IU y Podemos. El resto de partidos alcanzan valores muy discretos. Frente al 30% de voto estimado que alcanzan los dos mencionados ninguna de las demás fuerzas llega al listón del 7%. ¿Dónde está la social democracia? El PASOK, un histórico de la política europea, el equivalente al PSOE, no languidece. Agoniza y apenas llega al 5% de estimación de voto, un resultado deprimente que puede ser aún peor dado que el anterior ministro socialista, Yorgos Papandreu, el que lideraba el país en los tiempos del primer rescate, ha decidido escindirse de la formación y crear una nueva quizás para salvar su propio escaño, pero que es seguro que restará votos, pocos pero algunos, a un PASOK que amenaza cierre por derribo. Con estos datos la victoria es clara para Tsipras y sus huestes, pero no está claro que puedan formar gobierno. La ley electoral griega, reformada también hace pocos años, es muy proporcional, en línea con la española, pero para forzar la creación de mayorías estables determinó que el ganador de las elecciones recibiría en el parlamento un bonus de 50 escaños sobre los 300 que lo conforman, de tal manera que en las elecciones del Domingo se van a escoger 250 parlamentarios en total. Hasta ahora el partido gobernante, Nueva Democracia, lo era gracias a haber conseguido 79 escaños en elección más los cincuenta de bonus, por lo que con 129 escaños era la formación mayoritaria. La mayoría absoluta son 151, por lo que Syriza debe alcanzar al menos cien escaños en la votación para lograrlo, y es difícil, pero no imposible, que eso suceda. En todo caso empieza a darse por hecho de que son los vencedores de la votación y que tendrán el grupo más numeroso en la cámara de Atenas, y a partir del lunes Tsypras, de apenas cuarenta años, será en funciones el nuevo primer ministro griego, el interlocutor de la Troika, las autoridades comunitarias y del resto de presidentes de la UE y el mundo. Y un nuevo capítulo en este folletín interminable de la crisis europea habrá comenzado. El de la revolución política y el ascenso al poder de los movimientos indignados surgidos en medio del desastre económico.

Tsipras va a gobernar a una Grecia arruinada, cuya situación no es imaginable ni siquiera desde nuestro punto de vista, en la que la corrupción anida de una manera tal que España puede ser considerada una eficiente Alemania a su lado. Con una deuda pública descontrolada e impagable, su gobierno tratará de renegociar una quita, que logrará, bien en cuantía o en plazo, con los acreedores internacionales (entre ellos nosotros, sí, sí, usted y yo también) y de su estilo y éxito (o no) de gobierno dependerá que Podemos, UKIP u otras formaciones, a las que sólo les une el ser “antitodo” logren llegar al poder en sus respectivos países. Así que ya saben, lo del Domingo es importante, y Bárcenas lo verá desde su casa. ¿Qué opinará?

jueves, enero 22, 2015

Hoy el BCE hará historia con el QE


Hoy, aunque no sean conscientes de ello, es un día histórico para la UE. Por primera vez, el Banco Central, el querido BCE asentado en Frankfurt, va a proceder a la compra de deuda de los estados miembros, en un programa que se denomina con las siglas QE, que derivan de la expresión anglosajona “Quantitative Easing” que podríamos traducir como “expansión cuantitativa” una manera muy farragosa de decir que el BCE va a financiar la deuda de los estados, cierto que en mercado secundario, violando la filosofía de sus tratados, en lo que es política monetaria intervencionista de la más dura posible.

¿Es esto bueno o es malo? ¿Es necesario? ¿Llega a tiempo? El debate está servido y hay opiniones para todos los gustos. La FED norteamericana fue la que, hace ya varios años, puso en marcha este tipo de políticas una vez que las medidas clásicas, las rebajas de tipos de interés, se mostraron incapaces de estimular la economía. Con unos tipos prácticamente del 0% y una economía real anémica, la FED se decantó por lo que llamó medidas “no convencionales” y el QE era la estrella. Un auténtico chorro de dinero para financiar el déficit público que permitiría aumentar el gasto inversor del estado, llevar en la práctica unos tipos nominales del 0% a valores negativos y, de paso, debilitaría al dólar, haciendo así la economía de EEUU más competitiva. En la práctica, el QE se desarrolla durante un tiempo definido y acotado, en el que la FED, ahora el BCE, procede a comprar un volumen fijado de miles de millones de títulos de deuda al mes, desembolsando al final un importe que en el caso de la versión europea puede superar el medio billón de euros, que van a engrosar el balance del BCE. Cuando la FED comenzó esta política, eran muchas las voces que señalaban que el BCE debía hacer lo mismo, y con más ímpetu aún, dado el marasmo que se vivía en la eurozona frente a una crisis, grave, pero acotada, que registraban los EEUU. Pero aquí los obstáculos para desarrollar estas medidas han sido enormes, tanto económicos como, sobre todo, políticos. Algo que recuerdo siempre a todo el mundo cuando me compara ambas instituciones y orillas del Atlántico es que Europa es una idea, pero no un país. Está formado por un conjunto diverso, y a veces opuesto, de naciones, en las que prima el interés propio. Alemania ve con muy malos ojos las medidas no convencionales, y ha tratado de frenarlas. Los países del sur, agobiados por sus (impagables) deudas, las llevan pidiendo desde hace años, y otras naciones, que se sitúan en posición intermedia, basculan su opinión en función de lo que puedan sacar en claro de este movimiento. Por ello es difícil determinar si la medida es buena o mal, así, de manera rotunda, si como espera Draghi, suponga el estímulo perfecto para de una vez por todas, traer el crecimiento a la zona euro o, por el contrario, como dicen algunos, sólo servirá para inflar aún más una burbuja de deuda que hace que, desde hace meses, la rentabilidad de los bonos de la zona euro alcancen récords negativos. Quizás, como algunos señalan, llega tarde, en un momento en el que EEUU ya ve un horizonte de subidas de tipos de interés, y que esa tardanza puede hacer que los efectos sean no deseados. Como les digo, es muy difícil hacer una previsión. De momento, y tras la filtración de algunos detalles de ayer, las bolsas subieron, como llevan haciéndolo toda la semana, dando por hecha la medida.

Pero aún queda que sea cierto y que Draghi lo cuente, y de muchos detalles sobre qué cantidad, en qué tipo de títulos, si habrá mutualización de deuda o cada país hará frente a la compra de la suya con respaldo del BCE, si Grecia estará incluida en el programa independientemente del resultado de las elecciones del Domingo. Como pueden ver, una jornada importantísima para el devenir del euro, y quien sabe si marcará un antes o un después. O, como en ocasiones precedentes, será sólo un paso más en el tortuoso camino que recorremos desde hace ya demasiados años en busca de la estabilidad y la prosperidad. Pasadas las 14 horas empezaremos a salir de dudas.

miércoles, enero 21, 2015

Bárcenas va a salir de la cárcel


En un año sumamente electoral como este, el que Luís Bárcenas esté a punto de salir de la cárcel es una noticia de enorme alcance, para el PP y toda la oposición. La decisión de la Audiencia Nacional de ponerle una fianza de 200.000 euros hace que, una vez que algunos de sus amigos aflojen calderilla, pueda abandonar la prisión de Soto del Real y volver a su humilde morada madrileña. El juzgado le obliga a personarse por allí tres días a la semana y le retira el pasaporte para que no se vaya de España. Su fuga, de producirse, cosa que dudo, sería una reedición de lo que vivimos en los noventa con Roldán.

No voy a reiterarme aquí en lo que pienso de Bárcenas, su actitud y la de sus compinches, en eso creo que estamos todos de acuerdo. Lo que sí quiero señalar a riesgo de que alguno me tire un teclado a la cabeza, es que Bárcenas ha pasado año y medio en la cárcel sin estar juzgado, como todos los presos preventivos que hay en España, que son un montón. En principio la prisión preventiva es una medida excepcional que el juez decreta sobre un acusado para evitar que, principalmente, o bien se fugue, o destruya pruebas o sea un peligro para la sociedad. Pero recordemos que se le priva de libertad sin juicio ni condena. Si luego resulta condenado a los años que fuesen, el tiempo de condena que ha pasado en preventiva se le descuenta de la sentencia definitiva, lo que es lógico. Pero supongamos que el presunto delincuente resulta ser declarado inocente. En ese caso no hay condena alguna y se puede ir a su casa, pero el tiempo que pasó en prisión no se lo resarce nadie y, con la sentencia en la mano, fue causa de una decisión injusta. ¿Qué quiero decir? Que por encima de todo el ruido político derivado de la decisión de ayer, la salida de Bárcenas del talego no implica respecto a su futuro juicio y, presumiblemente, condena. Ni se pudo meter a Bárcenas en prisión preventiva por afán de venganza ni se le puede sacar alegando que eso es una amnistía. No, ambas expresiones son falsas, ilegales y, sobre todo, injustas. Parece que el juez Ruz tiene la instrucción del caso muy avanzada, la fiscalía ha pedido para el juicio penas que, para Bárcenas, suman varias décadas de cárcel, y es probable que en un año se celebre la vista oral y se dicte sentencia. El problema es la política, la utilización del caso y su manipulación. Patética por parte del PP, que se presenta como víctima de las tramas de Luis y sus amigos, y quiere desvincularse de lo que, a todas luces, parece una estrategia de financiación ilegal del partido consentida, orquestada y organizada por altos cargos del mismo. Su intento de aparecer como perjudicado que no sabía nada resulta tan inútil como ridículo. Y también es criticable la estrategia de utilización del caso por parte de la oposición. Comprensible, pro ser un dulce y enorme caramelo puesto al alcance de su mano, pero no deja de ser curioso cómo el efecto arrojadizo de los casos de corrupción siempre se basa en utilizar los de los demás, nunca los propios. En fin, que ante las pocas elecciones que nos esperan Bárcenas va a volver a ser un elemento de uso y acusación, los SMS volverán a la palestra, como lejanos recuerdos de un mundo si whatsapp, y la expresión “Se fuerte” se volverá a poner de moda y perseguir, en este caso, a un Rajoy que nunca quiso afrontar la corrupción como es debido y ahora se le despierta en forma de fantasma del pasado que sigue arrastrando pesadas y ruidosas cadenas por la sede de Génova.

La peor pesadilla que se me ocurre ahora mismo que pueda llegar a pasar con Bárcenas es que se convierta en personaje mediático. A las puertas de la libertad, ¿cuántas cadenas de televisión estarían dispuestas a pujar para conseguir una entrevista en exclusiva con este personaje? ¿Y cuánto pagarían? Seguro que la fianza misma y mucho más. Ya tenemos el triste precedente de Sonia Castedo, horrendo personaje que apesta en casi todos los sentidos, y que entrevistada en una de esas pseudotertulias políticas de la noche de los sábados es recibida con aplausos por parte del público y abrazos por los periodistas que la preguntan. Ojalá no, pero avisados quedan en caso de que un día vean a Luis "el cabrón” liderando los índices de audiencia.

martes, enero 20, 2015

Argentina llora al fiscal Nisman


Parece una novela de espionaje, o un episodio desatado de una serie estilo “House of Cards”, pero es muy real. A pocas horas de que el fiscal argentino Alberto Nisman compareciese ante una comisión del congreso bonaerense para desvelar las pruebas que, según él, permitían acusar al gobierno de Crstina Fernández de Kirchner (CFK) de encubrir a los autores de la matanza contra la sede judía de la AMIA en los noventa, su cuerpo fue hallado con un tiro en la cabeza en la bañera de su domicilio. Las fuentes oficiales hablan de suicidio, pero es una teoría que casi nadie da por cierta en un país en el que nada ya es fiable ni creíble.

Pobre Argentina, no se me ocurre otra cosa. Un país de una riqueza y potencial incalculable que, desde hace muchas décadas, vive continuamente sometido a un desgobierno populista que le ha llevado por los más profundos caminos de la ruina económica y social. Desde hace ya bastantes años gobierna en la casa rosada la dinastía de los Kirchner, una extraña fórmula política en la que el marido, Néstor, peronista, ganador de elecciones, falleció, y su esposa, CFK, viuda oficial, amante de la cirugía estética y los lujos desenfrenados, compungida ante las cámaras como pocas y con una notable destreza mediática, se presentí como sucesora natural de su marido, haciéndose con las riendas del poder, ganando las elecciones e imponiendo su estilo de gobierno, basado como muchos otros en una esplendorosa fachada de cartón y un absoluto vacío ideológico y técnico por detrás. Durante algunos años ha soplado el viento a favor de la economía argentina, viento procedente principalmente de Asia. China se ha convertido en la gran inversora en la región, y para Pekín Argentina se ha convertido, sobre todo, en fuente de proteínas, animales con su ganado y vegetales con sus inmensas plantaciones de soja. Este afán inversor y potencia exportadora ha sido dilapidado por el gobierno de CFK en subsidios y otras medidas populistas que son muy bien recibidas por la población, pero que siempre esperan su momento para ser pagadas como es debido. La inflación en el país es desconocida, pero no por inexistente, sino por inmedible. Nadie se cree las cifras que proporciona el Ministerio de Economía, que es tan respetado y fiable como un gabinete de astrología, con cifras oficiales que se sitúan en el entorno del 20% anual pero que muchos analistas doblan con tranquilidad. La pobreza sigue siendo un problema endémico en el país y las desigualdades han crecido mucho en estos años de potencial, pero desaprovechado, crecimiento. Ante este panorama la política de CFK ha sido de puro gesto, como sucedió en el caso de la expropiación de YPF. Medidas impactantes de cara a la opinión pública, pero ausencia de estrategia, conocimiento, profesionales técnicos y todo lo que se podía esperar de un supuesto gobierno. En el fondo la casa rosada se ha convertido en la casa de CFK, su familia y los suyos, un clan que se ha hecho con grandes resortes del poder a base de nombramientos públicos y en empresas controladas. La imagen de la presidenta no deja de caer desde hace meses, acosada cada vez más por una economía que, ya no pueden ocultarlo, se ralentiza a medida de que China frena su crecimiento, y tocada también por la caída del precio del petróleo, que empieza a convertir al gran yacimiento de vaca muerta, una de las esperanzas de CFK para conseguir ingresos, en más o menos un cementerio de vacas, a no ser que el barril vuelva a subir a medio plazo. En medio de esta ola de descontento, las acusaciones de estas pasadas semanas de colaboración con Irán y de encubrimiento del atentado de la AMIA empezaban a ser muy difíciles de gestionar para CFK, que se empezaba a sentir acorralada.

Y el cadáver de Nisman puede ser su tumba política. Como imagen es letal, indicativo de hasta qué punto se ha deteriorado la estructura de poder en el país, y el daño que puede provocar al gobierno puede ser definitivo, aunque está por ver cómo y cuándo se materializará (de hecho no consta que CFK haya abierto aún la boca al respecto). Sobre quién ha podido ser el asesino, si es que como casi todo el mundo sospecha ha sido un asesinato, hay teorías para todos los gustos, desde las retorcidas a las fantásticas, con menor o mayor grado de conspiranoia. En todo caso, una noticia letal que enturbia aún más un caso muy sórdido de por sí y que empuja un paso más a la Argentina hacia un nuevo precipicio político y social. Y sabemos por experiencia que a Buenos Aires le gusta dar saltos en el vacío…

lunes, enero 19, 2015

Cuando falla la previsión meteorológica (para Silvia Laplana)


Creo que fue el físico Niels Bohr, aunque tengo mis dudas, quien dijo esa frase de que hacer predicciones es un ejercicio muy arriesgado, sobre todo si son referidas al futuro. Día tras día tratamos de prever qué pasará mañana, es un anhelo humano irrefrenable, y siempre cometemos errores, de una dimensión variable y, en demasiadas ocasiones, incontrolable. Yo, que soy economista, qué les voy a contar sobre predicciones a futuro que no se cumplen, ni en la macro ni en los mercados ni en otro contexto. Pero inasequibles al desaliento, ahí seguimos prediciendo y arriesgándonos a un nuevo error.

Ayer lo que fallaron fueron las previsiones meteorológicas, que han mejorado muchísimo con el tiempo (no es un juego de palabras) pero que aún no son fiables por completo. Todos los modelos, webs, empresas y la propia AEMET preveían nevadas de intensidad variable, pero extensas, en amplias franjas del centro peninsular a lo largo de todo el día. La joya de la previsión de nieve, que es saber si va a caer o no en Madrid ciudad, la lucían todos en forma de inequívocos símbolos de estrellas cayendo de una oscura nube sobre la ciudad. 4 centímetros era el tamaño de la capa prevista y el ayuntamiento y comunidad, de acuerdo con los avisos decretados, esparcieron sal en las bocas de metro y salmuera sobre el asfalto de muchas calles para evitar que el manto blanco convirtiera a Madrid en una bella postal que atrapa en su interior a todos los coches que por ella tratan de moverse. El domingo por la mañana llegó, frío, muy frío, con una temperatura poco por encima de los 0 grados, y un cielo completamente cubierto, las condiciones ideales para que se pusiera a nevar. La cota, en efecto, incluía a toda la ciudad y gran parte de las zonas bajas de la comunidad y de Castilla la Mancha. Sin embargo, del cielo no caía nada. A medida que pasaban las horas de la mañana y la situación era inamovible (frío, oscuridad y ausencia de precipitación) empezaba a ser obvio que la nieve, como mínimo, llegaba más tarde de lo previsto. Pero cuando consultaba en la web las imágenes del radar para saber dónde se encontraba la precipitación que traería el manto blanco la decepción era lo único que caía sobre el suelo de Madrid. Nada. Ni una sola mancha de precipitación se veía por el radar a cientos de kilómetros de Madrid, no importa hacia qué dirección se observara. Llovía con fuerza en el sur peninsular, como también se había previsto, pero más o menos la precipitación se acababa a la altura de Córdoba, y desde ahí hacia el norte… nada. Era imposible que nevase. La borrasca que se suponía iba a envolvernos con su blanca manta sólo aportaba pesadas nubes que sufrían una especie de gatillazo, una “nieves interruptus” causada quizás por el miedo escénico de cubrir la ciudad y oír desde las alturas los gritos de júbilo de unos o los chillidos de enfado de otros. Al mediodía ya era evidente que el pronóstico había fallado, no solo en Madrid, sino en casi todo el centro de España, y el cachondeo empezaba a surgir en Internet, cubriendo todo el país de una risa sarcástica en la que se hablaba de bloqueos por la intensidad de lo no caído, de un seiscientos cubierto de nieve que indicaba la cota a la que iba a precipitar, etc. Muchos comentarios se cebaban en los hombres del tiempo, que llevaban días anunciando la nevada y habían provocado la movilización y alerta de los servicios públicos de protección civil y todos los relacionados con el tráfico. Me imagino que muchos meteorólogos, entristecidos al no ver al nieve, debieron pasar una tarde muy dura sintiendo en su interior lo que, de manera injusta, de ellos se comentaba.

Injusta porque la previsión meteorológica, pese a los avances que ha registrado, que dejan a la economía en el más absoluto de los ridículos, sigue siendo un arte muy complejo y difícil, en el que equivocarse es mucho más fácil de lo que parece, y debemos ser comprensivos. La nieve, como acordándose de los pobres hombres y mujeres del tiempo, fue compasiva, y a eso de las 23 horas, al poco de acabarse el día, empezó a caer en Madrid y a colapsar algunas de las vías de acceso a la ciudad, por lo que siendo rigurosos ayer sí nevó en Madrid, por los pelos, pero con la sensación de que realmente no lo hizo. Habrá que seguir esperando, y ojalá la próxima vez sí se cumpla el pronóstico y la ciudad se quede blanca del todo.

viernes, enero 16, 2015

Bélgica, nuevo escenario de la amenaza yihadista


Ayer le tocó a la apacible Bélgica, un país dividido entre flamencos y valones pero que, de cara al exterior, muestra una imagen aburrida, apacible y sosa, como de lugar en el que no sucede nunca nada, hasta que pasa. La policía, en un intento de desmantelar una célula yihadista en una localidad al este del país acabó a tiros con los terroristas y dos de ellos murieron, en una refriega de disparos de alto calibre que parecía por momentos una balasera mejicana. Parece que esa célula iba a actuar de manera inminente y está por ver si tenía conexiones con los atentados de París o iba por libre.

Los atentados de París han cambiado notablemente la valoración del riesgo del yihadismo en Europa y los modos de actuación de la policía. Ahora mismo la sensación de inseguridad es muy alta en todas las capitales de la UE, vista la existencia de células en ellas, durmientes o no, que pueden actuar en cualquier momento. Algunas están controladas, y se sabe qué recorrido vital y “profesional” si se me permite la expresión, han llevado a cabo en estos últimos años, pero también se sabe que hay terroristas no fichados y que se desconoce por completo su identidad, carácter e intenciones. La policía también ha cambiado mucho. Visto que la actitud de estos terroristas no pasa por la negociación, sino por el uso intensivo de material militar que puede hacer mucho daño, la orden es primero disparar y luego preguntar, con el objetivo de salvar al mayor número posible de agentes. De hecho que un asalto como el belga de ayer se salde con la muerte de los terroristas sólo es comprensible a la luz de lo sucedido en París hoy hace una semana. Todos estos hechos también muestran hasta qué punto vamos retrasados en la lucha contra este terrorismo. Las autoridades europeas, en coordinación con las internacionales, se plantean ahora la creación del registro de pasajeros de avión para saber quiénes acuden a las guerras de oriente medio para formarse y retornan, medida que puede tener su utilidad, no lo niego, pero que no va a servir para nada a la hora de identificar a los cientos de militantes que YA han vuelto y están aquí, como los hermanos Koauchi o, se sospecha, los muertos ayer en Bélgica. Además, para más escarnio, ahora se ha sabido que Coulibaly, el asesino del supermercado judío, y su novio (manda “eso” que esta gente pueda tener novia) estuvieron pasando la noche vieja y el final de año en Madrid. Parece que llegaron aquí el 31 y se fueron el 2 de enero, ella vía avión rumbo a Estambul, para luego dirigirse a Siria, y él en coche a París, ciudad de la que ambos llegaron igualmente pagando los peajes de las autopistas que van desde el extrarradio de la urbe francesa hasta Burgos, siendo el resto gratuito hasta la Puerta del Sol. En este caso el registro de avión hubiera sido completamente inútil, y no hubiera permitido extraer conclusión alguna. Parece que Coulibaly sí estaba fichado por la policía francesa, pero no su novia, que además no voló a Siria, sino a la turística Estambul, que recibe miles y miles de pasajeros todos los días con el deseo de perderse en sus bazares y sentirse enanos bajo la cúpula de Santa Sofía. ¿Qué quiero decir? Que vamos tarde, que muchas de las medidas que se están comentando estos días pueden tener cierta utilidad, pero mucha de la misma ya está perdida por la tardanza con la que se han aplicado, tardanza derivada de la falsa sensación de seguridad europea ante el problema yihadista. Los periodistas llevan meses, años advirtiendo del flujo de combatientes locales hacia los destinos de guerra y de su retorno, y aparentemente, no se ha hecho lo debido para controlarlos.

Tras lo sucedido en París y en Verviers, la localidad belga del tiroteo de ayer, las alarmas no dejan de crecer en las sedes de gobierno, inteligencia e interior de toda Europa. Parece evidente que con este año se ha iniciado una especie de campaña terrorista en Europa por parte de Al Queda, el Estado islámico o todos ellos, que se llevan mal pero más nos odian a nosotros, que se va a convertir en una constante sombra para nuestra existencia. La coordinación entre países europeos en este caso es vital, teniendo en cuenta de que, aunque actuemos de la manera más perfecta posible, es casi imposible que no se produzca un ataque terrorista exitoso en alguna otra parte.

jueves, enero 15, 2015

2015, ningún día sin elecciones


Me asombra la capacidad de Artur Mas para ejecutar piruetas en público que llaman la atención sobremanera y consiguen convertirle en el centro de todas las atenciones. Su necesidad de ser el foco al que todo el mundo mira es patológica, digna de estudio profesional, y como lo es la astucia que hasta ahora ha demostrado para, pese a dirigir un gobierno inoperante y asediado por la corrupción, mantenerse en el poder. Ayer, en otro de sus mítines camuflados como rueda de prensa, procedió otra vez a adelantar las elecciones, a ocho meses vista, por lo que el 27 de septiembre se votará en Cataluña.

Si no les gustan los procesos electorales y todo lo que llevan asociados, les aconsejo que busquen un monasterio de clausura que ofrezca el alquiler de estancias y pasen allí un retiro hasta, al menos, las próximas navidades, porque 2015 va a ser un año de constante campaña electoral, continua propaganda, mítines sin parar y elecciones, resultados, análisis y opiniones sin fin. El año arranca con las elecciones griegas del 25 de Enero, dentro de do domingos, en las que nos jugamos bastante, y en las que ya se empieza a intuir, por si tenían dudas, de hasta qué punto nuestro futuro no sólo depende de lo que nosotros decidamos. En Mayo, a finales, tendrán lugar las municipales en toda España y las autonómicas en todas las Comunidades Autónomas a excepción de las mal llamadas históricas (País Vasco, Cataluña, Galicia y Andalucía) y por esas fechas también acudirán a votar los británicos en unas elecciones generales que pueden ser determinantes para la futura presencia o marcha del Reino Unido de la UE. Tras el verano, con los nuevos ayuntamientos ya constituidos, tendrán lugar las elecciones catalanas convocadas ayer, casi cuatro meses exactos tras las municipales, y en Noviembre, aunque hay posibilidades legales para atrasarlas algo, tendrán lugar las generales, en las que Rajoy se juega sus barbas y Pedro Sánchez, seguramente, su figura. Y no crean que eso es todo. La cada vez más inestable situación del pacto de gobierno en Andalucía entre el PSOE e IU hace que Susana Díaz tenga enormes tentaciones de adelantar las suyas (quizás para hacerlas coincidir con las municipales?) En todo caso háganse a la idea de que, lejos de disminuir, este calendario todavía puede apretarse un poco más. Además del número, todas estas elecciones van a ser muy especiales, porque en ellas veremos por fin el resultado que obtendrán nuevas formaciones políticas que ahora ocupan el escenario mediático y demoscópico, pero que no están presentes en ningún centro de poder, sea del nivel que sea. De cara a las municipales las candidaturas de “Ganemos” versiones descentralizadas y franquiciadas de Podemos, pueden dar la sorpresa en muchas ciudades, incluso en capitales de provincia, y condicionar la estrategia electoral del resto de partidos para los siguientes comicios. Si los resultados de Ganemos son tan buenos como predicen las encuestas que PP y PSOE no toman en serio, el miedo les entrará en el cuerpo de verdad. Las catalanas de septiembre también servirán para medir en primera instancia la fuerza de Ciudadanos, el partido de Albert Rivera, que tras anunciar que quiere presentarse en toda España, ha irrumpido en los sondeos, relegando a UPyD a la esquina del 5%. Un buen resultado de Rivera en el 27S catalán puede ser el preludio de una gran cosecha de votos en todo el país, y un nuevo varapalo para el binomio ganador que ve cada vez más precaria su posición.

¿Y cuál va a ser la consecuencia más notable de tantas y tantas elecciones? Ruido, mucho ruido. No sólo de mítines y megáfonos, sino sobre todo de discursos y comunicación. Ruido en forma de mensajes, de tertulias, de eslóganes que unos y otros se van a tirar a la cabeza para tratar de conseguir el voto, y que van a lograr que el votante mediano, el que quiera encontrar algo de luz en las propuestas o en la realidad económica y social, acabe hastiado. Prepárense para un año continuo de campaña electoral desde todos los frentes, los viejos y los nuevos, cómprense unos buenos tapones para los oídos y ármense de paciencia. Esto va a ser largo y duro.

miércoles, enero 14, 2015

El yihadismo y el problema de la religión


A lo largo de estos días, cada vez que ha surgido el tema de los atentados parisinos, los debates acaban convergiendo en el asunto de la religión, en la influencia del islam, y en el integrismo de las creencias que lleva a cometer actos salvajes como los que hemos visto. Lo primero que hay que dejar claro, como bien lo hizo ayer el primer ministro francés Manuel Valls, es que estamos en guerra, sí, pero contra el yihadismo, contra el fanatismo, no contra una religión. Así como gritábamos hace años “vascos sí, ETA no”, ahora debemos gritar “musulmanes sí, yihadistas no”.

Personalmente siempre he tenido una visión ingenua de la religión que la realidad, machacona, se empeña en llevar la contraria. Educado en un ambiente católico, en un País Vasco en los setenta y ochenta en los que la religión lo era todo, he tenido épocas de creencia más intensa y épocas de menor compromiso. Creo que con los años esa fe se ha ido diluyendo y, aunque persiste, es débil. He llegado a la obvia conclusión de que la religión es un ámbito privado de las personas, que se puede expresar en público, pero que no puede condicionar el devenir de toda una sociedad, porque en ella hay pluralidad de creencias o increencias. Es fácil, pero no. También desde pequeño tenía un problema, que sigo manteniendo, con el concepto de integrista. Dado que los evangelios hablan de amor, de entrega a los demás, de poner la otra mejilla, y presentan en general a un Jesús que no es violento, pensaba en mi infancia que los integristas religiosos debían ser los más pacíficos, mansos y amorosos del mundo. Cuando conocía la existencia de las comunas hippies de los sesenta me recordaron mucho a esa imagen que tenía del integrista, como fuente de amor compartido y de paz (en los evangelios no se fuma, pero eso eran detalles de contexto, atrezo). Sin embargo en los medios de comunicación la imagen del integrista era, y es, la de un señor muy enfadado, rabioso, que ordena a sus acólitos cometer barbaridades y que enarbola la violencia como auténtica palabra de Dios. A lo largo de la historia el integrismo, de todas las confesiones religiosas, ha derivado en violencia sectaria y en episodios de crueldad que son completamente antirreligiosos. A mi modo de ver se da la paradoja de que, quienes se confiesan como integrista son, en realidad, los mayores pecadores posibles, porque atentan contra todos los principios de la fe que dicen defender, pero que violan, vejan y afrentan en cada uno de sus actos. En el caso de la religión católica, que nos pilla más de cerca, durante siglos hemos logrado domesticarla hasta convertirla en una creencia personal y ajena a la violencia, pero en ocasiones vemos comportamientos, como los casos de abusos sexuales a menores, o la violencia que emplean ciertos grupos antiabortistas en EEUU, que son completamente irracionales y ajenos al evangelio. Se puede estar en contra del aborto, pero justificar en base a ello el asesinato de un médico no solo es estúpido y delictivo, sino también una tergiversación de la fe que la mancilla por completo. No soy experto en el Corán, y pese a que es cierto que la religión musulmana posee preceptos que mezclan más que otras la gestión de la vida pública y la privada, no me queda duda alguna respecto a que la práctica normal y “domesticada” de esa religión es pacífica, tranquila y respetuosa con los demás. El integrismo que nos afecta, y que sigue un pequeño pero no despreciable porcentaje de los musulmanes, es un grave problema que, sobre todo y en primer lugar, interesa atajar a los propios musulmanes que defienden y quieren su religión, no esa versión rigorista y fanática que pretende secuestrarla.

En las sociedades occidentales actuales, muy descreídas, el papel de la religión ha sido ocupado por otro tipo de creencias como, por ejemplo, el amor a los colores de un equipo de fútbol, que levanta pasiones y, bien lo sabemos, violencia irracional. La fuerza de la religión, que apela a lo más íntimo de las personas y nos enfrenta al dilema sin fin de la vida y la muerte, es enorme, y su mal uso puede generar monstruos como los que vemos estos días en acción, pero esos monstruos han sido creados por personas que han cogido unos textos y los han violado, los han corrompido. La religión no es el problema, es el uso y el abuso que de ella hacemos. Y eso es lo que debemos controlar, perseguir y castigar.

martes, enero 13, 2015

Debemos atacar la financiación del terrorismo


Debido a los atentados de París, a la psicosis generada y a la necesidad que tienen los gobiernos de ofrecer respuestas, sean estas cuales sean, se está volviendo a discutir la necesidad de crear nuevas leyes que permitan mayor control de los pasajeros en vuelo y que, llegado el caso, restringirían el acuerdo de Schengen, ese que hace posible que, entre otras cosas, usted y yo nos movamos entre países que lo han firmado, principalmente UE, sin trabas. Puede que algunas de estas medidas sean necesarias y útiles, pero creo que no abordan los aspectos fundamentales del yihadismo, que ya está aquí.

Uno, básico, es el de la financiación. Sean de mayor o menor envergadura, las operaciones terroristas hay que pagarlas, las estructuras de apoyo, formación y captación requieren dinero, y desde luego hace falta mucho dinero para enviar gente a la guerra de Siria y mantenerles activos allí durante meses o años. Esos flujos de dinero, junto con el fanatismo, son la sangre que alimenta esa hidra maldita, y deben ser cortados. ¿De dónde viene ese dinero? Pues no está claro, lo cual ya indica qué poco hemos avanzado en este campo, y a medida que las cantidades implicadas aumentan también lo hacen la sospecha y los miedos a meterse en un conflicto internacional. Por una parte hay ingresos para el terrorismo que podemos denominar informales, provenientes de donativos de adeptos, trapicheos, aportaciones voluntarias de sueldos, empresas tapadera, desvíos del zakat, limosna para los pobres, que es uno de los preceptos de obligado cumplimiento del islam, etc. Mediante fuentes de este tipo es posible mantener personal activo y células en los países occidentales, y una mínima estructura, pero no permiten grandes alegrías. Quizás sí comprar algún tipo de armamento, pero no organizar planes de alta complejidad como el 11S. Y desde luego no proporcionar el entrenamiento ni la oferta de viajes “de prácticas” que existen hoy en día. Para eso debemos irnos a fuentes financieras mucho más importantes. El Estado Islámico las posee en forma de petróleo, que sigue vendiendo en el mercado negro a un precio aún menor al que se registra en los desplomados mercados, ya por debajo de 50$, y recursos varios, fruto de la rapiña de los territorios que conquista. Parece también probado que algunos magnates islámicos aportan no poca de su fortuna a la causa yihadista, quizás queriendo emular al propio Bin Laden que, recordemos, uso su enorme riqueza, creada por su familia, constructores, para fundar Al Queda y dotarle de medios y personal. Pero aún más importante es la sospecha que ronda en la cabeza de muchos, y no es otra que el papel que juegan determinados países, especialmente las monarquías petroleras del Golfo Pérsico, en todo este asunto. Arabia Saudí es la principal fuente de financiación de las escuelas coránicas de todo el mundo, escuelas en las que, si son controladas por los Saud, se imparte el wahabismo, una versión integrista del islam que es fácilmente derivable hacia el terror fundamentalista. Recordemos que, como principal potencia sunita del mundo, los vínculos entre el yihadismo sunita y el pensamiento que rige en la casa de Saud son obvios, y ante ellos tanto el chiismo como el occidentalismo se presentan como enemigos absolutos.

Y la introducción de estos países en el flujo financiero del terror nos pone de frente con uno, otro más, de los problemas de este asunto, que es la hipocresía global. Puede que el mismo dinero que alimentamos día a día en el surtidor de gasolina, y que organiza eventos deportivos globales como mundiales de fútbol o atletismo, y que estampa su nombre en camisetas de equipos de fútbol u otros deportes, sea el que lleva los kalashnikov a las manos de terroristas como los hermanos Kourachi o paga los vuelos, estancias y guerras en las que se embarcan los fanatizados de occidente. ¿Cómo frenamos esto? Pero antes, ¿Cuándo empezaremos a investigarlo en serio? Con eso me conformaba, para que vean que escéptico soy.

lunes, enero 12, 2015

¿Sirve de algo manifestarse contra el terror?


Ayer millones de personas se echaron a las calles de París, y otras ciudades francesas, para lanzar un grito unánime contra el terrorismo, para deplorar la barbarie que el yihadismo criminal ha cometido en los pasados días en la redacción de Charlie Hebdo y en un supermercado judío, y para decir alto y claro que no vencerán, que la sociedad luchará por sus libertades frente al miedo y el fanatismo. Era emocionante ver por la tele a esas multitudes y, en cierto sentido, mi corazón, y el de muchos otros en todo el mundo, marchaba con ellos, se encontraba en la plaza de la república de París.

¿Sirve de algo manifestarse frente a una salvajada así, frente al fanatismo? Sinceramente, y ahora que no nos oye nadie, les confieso que no, pero es algo necesario que hay que hacer. Crímenes como el de la semana pasada conmocionan a la sociedad de una manera tan honda que exigen una acción, algo que permita gritar, exorcizar los miedos y mostrar el dolor en público. En Madrid vivimos algo similar después de la carnicería del 11M, en una manifestación gigantesca, bajo una lluvia continua, en la que Madrid lloraba su dolor, a sabiendas de que los autores de la acción seguían por ahí y amenazaban con nuevos atentados. Esa manifestación, como la de ayer en París, fue la válvula de escape de una sociedad que, viviendo en común, también sufre en común. Por ello es útil y necesaria, pero dudo de que sirva para convencer a los fanáticos para que desistan de sus crueles propósitos, dado que no atienden ni a razones ni a emociones. La constatación, cruel, de que esto es así la viví en persona, junto con otros muchos, durante el secuestro y asesinato de Miguel Ángel Blanco, en el verano de 1997. ETA lo secuestró y amenazó con ejecutarlo en un plazo tan breve que era obvio que no se iba a poder hacer nada para salvarlo. En una época sin internet, redes sociales ni la parafernalia actual, ETA innovó en el arte del terror y realizó la primera ejecución “en directo” de las sociedades occidentales, de la que no hay muestra gráfica porque en ese momento no existían los citados medios. Muchos acudimos el sábado 13 de Julio a una manifestación enorme en Bilbao, bajo un sol espléndido y con un calor meteorológico y ambiental insuperable. Esa jornada, dos días después del secuestro del concejal, se acababa el plazo para que el gobierno cumpliera las exigencias etarras. Cuando la masa de gente desfilaba por la Gran Vía, que se quedó pequeña como nunca, Blanco estaba vivo, pero muchos sabíamos cómo iba a acabar ese día. Gritábamos, caminábamos en silencio, aplaudíamos, no hacíamos nada, todo ello en función de la ola que llegaba de la cabecera o la cola de la manifestación, pero sobre todo nos apoyábamos entre todos para conjugar el dolor que, sospechábamos, vendría en unas horas. La imagen del Arenal bilbaíno repleto de gente, como pocas veces habrá estado, reclamando la libertad del Miguel Ángel no se me olvidará nunca, ni tampoco la sensación de que, pese al sol que brillaba en el cielo, la nube del terror no se disipaba, y que se acercaba el momento del llanto. En el camino a casa los silencios dominaban a los que regresábamos, silencios de cansancio y abatimiento, porque no era yo el único que sospechaba que ese enorme esfuerzo no iba a servir para salvarle la vida al secuestrado. Horas después ETA, al igual que Al Queda o el EI, ejecutaba su sentencia de muerte sin conmiseración, piedad ni remordimiento alguno.

Visto así, era inútil manifestarse, no iba a provocar un cambio de actitud de los terroristas. Y así fue. Evidentemente al terror se le gana con policía, investigación y eficacia, pero la sociedad, su movilización, es necesaria, quizás no tanto para doblegar al fanático, sino para que la misma sociedad se refuerce a sí misma, encuentre un apoyo en su seno para poder aguantar estos golpes, y los que vengan, y no se desgarre fruto del dolor y la ira. Ayer París fue el orgullo de Europa, y los islamistas que vieron a esa masa, seguramente, la despreciaron con saña. Que al menos esa sensación de rabia que quizás salió de sus enfermas mentes sea nuestra victoria.

viernes, enero 09, 2015

Días de psicosis terrorista


Ayer por la tarde, al salir del trabajo, me encontré con el caos. Un paquete sospechoso había desatado todas las alarmas en la macroestación de Nuevos Ministerios, y la habían desalojado por completo. Tres líneas de metro y varias más de cercanías que por allí pasan se encontraban cortadas hasta saber qué es lo que había sucedido. Mi trabajo, cuya línea de metro pasa por ahí y está a dos paradas de distancia, se encontraba en la zona de desalojo. Gran parte de la Castellana sentido bajada a Madrid estaba cortada, las paradas de autobuses, atestadas, y muchas personas consultaban sus móviles tratando de saber cómo salir de ahí.

La matanza terrorista de Charlie Hebdo en París, el nuevo y confuso ataque a un policía, que resultó muerto, sucedido ayer por la mañana también en la capital francesa, el saber que los autores del ataque siguen sin ser detenidos, y sobre todo, la sensación de que el islamismo, como elemento de peligro, ha arribado a Europa definitivamente, han convertido a estos días en continuos momentos de tensión y nervios. Las sospechas se disparan, objetos abandonados en cualquier parte se convierten instantáneamente en potenciales paquetes bomba, y las alertas saltan por doquier. Es normal. Y de la misma manera que este nerviosismo se ha extendido, se irá disipando poco a poco a medida que, ojalá, no se produzcan nuevos atentados en un futuro cercano. Pero, aunque se produjesen, las sociedades acaban acostumbrándose a vivir con un cierto nivel de miedo y siguen adelante, en un ejercicio de supervivencia que, en el fondo, además de natural, es la mejor manera para derrotar a esos fanáticos que, en última instancia, desean destruir nuestras sociedades. Madrid, ciudad castigada por el terrorismo etarra durante varias décadas, se acostumbró a vivir con esa amenaza, con el riesgo de saber que quizás algún día un coche bomba de los terroristas pudiera acabar matando o hiriendo a alguien cercano, o a uno mismo, pero la ciudad siguió adelante. Lo mismo se puede decir de Londres en la época del IRA, que golpeaba con relativa frecuencia la capital británica. El terrorismo islamista tiene matices importantes que lo hacen más peligroso, especialmente por la dimensión de sus atentados y la sensación de que no se entienden sus causas ni lo que buscan, y el riesgo de generar una fractura en nuestras sociedades, pudiendo culpabilizar a todos los miembros de una creencia, fe o modo de vida de las actitudes de unos fanatizados. Pero pese a sus distintas tácticas operativas, de organización y de creencia, todos los terrorismos son similares, y se basan en la creencia en la debilidad de nuestra forma de vida, en nuestro miedo absoluto al descontrol, en la asunción de que, como niños, hemos creado una sociedad ultraprotectora que nos cuida y vigila en todo momento, y que cualquier destrozo que se produzca en ella tendrá consecuencias inmensas. Parte de ese razonamiento es cierto, y por eso el terror busca golpes indiscriminados en poblaciones grandes, en las que sabe que acabará matando sí o sí, sin que importen quienes sean sus víctimas, ni cuantas. Y eso es la más efectiva siembra del terror posible, la que nos mete en el cuerpo, la que hace decir a la gente que mañana no cojas el metro o el tren, por si hay un atentado. Ese el objetivo que buscan los terroristas, amedrentarnos y destruir la forma en la que vivimos.

Por eso, y por duro que suene, creo que una de las maneras más efectivas que existen de luchar contra el terror es ignorarlo. Como ciudadanos nada (o casi) podemos hacer para evitar atentados, estamos en manos de los cuerpos y fuerzas de seguridad, y sobre todo de la inteligencia y el espionaje. Pero a cada uno de nosotros nos toca seguir con nuestras rutinas, ejercerlas, mantener nuestra vida, lanzando así una señal a los totalitaristas de que no nos podrán vencer. De que tenemos miedo, sí, pero que no nos rendimos, de que no nos pueden someter a sus designios. Puede sonar tonto, pero coger estos días un transporte público es un gesto de desafío al terror, de lucha personal contra el miedo, de batalla librada y ganada.

jueves, enero 08, 2015

Je suis Charlie Hebdo


El vídeo, que todas las televisiones y webs muestran sin cesar y sin emborronar parte alguna, a excepción de TVE, muestra a dos hombres vestidos de negro, tapados por completo, que se mueven por las aceras de París como si estuvieran en las arenas de Siria, y que utilizan sus armas con una precisión y frialdad asombrosa, propia de militares profesionales entrenados para matar sin límite ni conmiseración alguna. La imagen del hombre, postrado en el suelo, y ejecutado sin piedad alguna lo dice todo, y hace que sea muy difícil añadir algo más.

Lo que sucedió ayer en París no fue exactamente un atentado terrorista, no, aunque haya generado las mismas consecuencias. Ayer en París se produjo una cacería, un asalto en el que un par de hombres entrenados para matar, servir al fanatismo y dar su vida hasta que su reino triunfe, se levantaron por la mañana de su casa y, tras haber estudiado detenidamente a quiénes eliminar, se fueron en coche a ejecutarlos. En compañía de un tercero, apenas mayor de edad, los asesinos se movieron por las calles de París hasta llegar a la sede del semanario satírico Charlie Hebdo, amenazado desde hace años por publicar caricaturas de, entre todos los demás personajes imaginables, Mahoma. Aparcaron junto a la sede de la publicación, salieron del coche pertrechados con armamento militar, y en unos pocos minutos entraron en la redacción, asesinaron a los que allí se encontraban, buscando especialmente al director de la revista y a señalados dibujantes de la misma, y la policía que escoltaba la sede del local apenas supuso un estrobo en sus planes, siendo eliminados con la misma frialdad y sangrienta eficacia. Por cada disparo que salía de sus armas, los asesinos trataban de acallar la libertad de expresión de ese medio y de todos los demás, y de todos nosotros. Cada uno de los muertos que caía en la redacción era un mártir por nuestra libertad, y los asesinos mandaban en cada ráfaga un mensaje muy claro. Si no os sometéis, os mataremos. Y los dibujantes de Charlie Hebdo, como los londinenses durante el Blitz nazi, o como muchos otros resistentes, no se doblegaron ante las amenazas y el temor, ante el fanatismo. Semana a semana siguieron dibujando, poniendo de vuelta y media a Mahoma, al Papa, a Le Pen, a Sarkozy, a Obama o a quien fuera, con el arma del humor, aquella que todo lo puede y que es la más odiada por los fanáticos, que no saben reírse de ellos mismos ni de los demás. Por ello, hoy sólo puedo poner en este blog, que no es sino una pequeña, ínfima ventana de mi propia libertad de expresión, un par de viñetas de esta publicación, rendir homenaje a los caídos por la libertad, por nuestra libertad, y decir a grito pelado.

Je suis Charlie Hebdo!!!

¡¡Viva la libertad de expresión!!

miércoles, enero 07, 2015

Vuelve la crisis griega


Año nuevo, problemas viejos que parecen eternizarse. A finales de 2014 vivimos, otra vez, el despertar de la crisis griega, con retransmisiones en directo en nuestras pantallas de las sesiones del pequeño parlamento de Atenas en el que, en un griego claro y absolutamente incomprensible, al menos para mi, se sucedían discursos y votaciones para elegir a un presidente de la república, carente de poder pero sí de cargo. El no acuerdo en esa elección ha precipitado la convocatoria de las elecciones para este 25 de enero y con ellas ha vuelto la histeria a los mercados sobre el compromiso de pago de la inmensa deuda griega.

Creo que en estos días asistimos a un peligroso e interesante juego de apuestas, de envidos, de faroles y amenazas. Por un lado, con Syriza al fondo, los electores griegos deben escoger nuevo gobierno, y las encuestas señalan que ante el descrédito de las formaciones tradicionales será esa coalición de izquierdas la vencedora de los comicios, probablemente sin mayoría suficiente para gobernar en solitario, pero ganadora a fin de cuentas. De una posición maximalista de impago Syriza va poco a poco amoldando su discurso, bien por convicción o por interés, hacia una renegociación de la deuda y la aplicación de quitas, siempre manteniéndose dentro del euro. En frente, la oposición a esta coalición no la realizan los partidos griegos, curiosamente, sino parte de la opinión pública e institutos económicos europeos, especialmente alemanes, que desde que se produjo la convocatoria electoral han vuelto a sacar a pasear el fantasma de la salida griega del euro en el caso de que el gobierno de Atenas caiga en manos de la izquierda y se incumplan los compromisos ya firmados con la troika y resto de acreedores. Día sí y otro también se filtran rumores, interesados, sobre escenarios de salida de Grecia de la moneda única, probabilidades, posibilidades, alternativas y demás supuestos, y la Comisión Europea debe aparecer cada mañana diciendo que todo eso es falso y que ningún país saldrá de la moneda común. Tantos rumores sientan mal a los mercados, y desde que ha comenzado el año el Ibex, junto con el resto de bolsas, no deja de caer y perder niveles que parecían consolidados, el último el de los 9.900 puntos. ¿Qué es lo que está pasando aquí? Difícil precisarlo, pero me da que todo es una representación teatral, algo muy griego por otra parte. Todos los actores dan por hecho que la victoria de Syriza es casi seguro, y empiezan a preparar el terreno para una negociación a cara de perro entre ese nuevo gobierno y los intereses de los acreedores. Esta campaña del miedo en la que vivimos busca debilitar el voto de izquierda heleno, cierto, pero sobre todo hacerle ver a Tsypras, el probable nuevo primer ministro de Atenas, que su victoria no le dará el poder para hacer con los acreedores lo que desee. Lo cierto es que ambas partes tienen mucho que ganar si llegan a un acuerdo que permita aliviar la carga de la deuda, porque todos dan por hecho de que Grecia jamás pagará lo comprometido, pero el grado de incumplimiento depende mucho de la fortaleza que adquiera Syriza en las urnas y de la “alegría” con que su triunfo sea recibido en otras capitales, especialmente Berlín. De ahí que la secuencia de informes y estudios sobre escenarios de salida del euro vaya a seguir hasta que llegue el día de las elecciones y después, los votos dirán.

En la práctica Grecia no puede salir del euro, porque todos saben que ese escenario sería un desastre absoluto para el país y sus ciudadanos, condenados a un corralito ruinoso que los convertiría en parias, y para el conjunto de la UE supondría una conmoción muy difícil de asumir, pese a que haya voces que digan que ahora es factible enfrentarse a ese reto. Además Grecia es el primer país de la UE en el que los populismos postcrisis ven la posibilidad de tocar poder real. UKIP en Reino Unido en Mayo serán los siguientes, y Le Pen en Francia y Podemos aquí miran con detalle lo que suceda en Atenas que, nuevamente, se convierte en alumno adelantado en este nuevo episodio de la interminable crisis europea.

lunes, enero 05, 2015

Poseídos por el Señor de los Anillos en el Auditorio Nacional


Llenazo en el Auditorio Nacional, todo vendido, noche de esas que prometen ser épicas. Ante nosotros, un escenario lleno con una orquesta atiborrada de instrumentos de percusión en el fondo, junto a las tradicionales secciones de viento y cuerda, aparentemente reforzadas. Un coro enorme mixto en los asientos de la derecha y uno, más modesto, de voces blancas, en los de la izquierda. Un despliegue de medios a tono con la imagen que, proyectada, cubre parte del escenario y el órgano. En ella se puede leer “The Lord of the Rings”.

Y tras los aplausos de rigor, con una emoción enorme, empieza la proyección de la película, en la que la orquesta y coro nacionales de España van a ejecutar, en directo, la integral de su banda sonora. Empieza con la introducción de Galadriel, contando la historia de cómo se forjó el anillo único, con toques suaves de la orquesta, introduciendo ya alguno de los temas que van a dar su contenido y personalidad a toda la partitura. Y con la primera batalla el estruendo de los timbales y el coro dejan a todos anonadados. La fuerza de la música arrolla a las ya de por si impactantes imágenes que se ven, y su progresión no cesa. Suave, como en las escenas que se desarrollan en la comarca, durante la fiesta del centésimo décimo primer cumpleaños de Bilbo, o raudas como los jinetes negros que asedian la comarca en busca del portador del anillo, la música coge toda la fuerza posible en cada momento, envuelve el Auditorio y deja asombrados a todos los que allí estamos. Con el mismo ímpetu con el que Arwen espolea su caballo para huir de los Nazgûl camino a Rivendel, las trompas y contrabajos corren imponiéndose en el fondo del foso, y llegamos al concilio de Elrond con la sensación de que esa orquesta que toca en el fondo es la paz y fuerza que anida en la morada del viejo gran elfo. Tras un intermedio en el que los comentarios que pude captar, no sólo de mis acompañantes, eran de asombro y admiración, comenzó la segunda parte, marcada por los solos orquestales que acompañan a la comunidad en su caminar hasta llegar a las montaña, donde se ven detenidas, y con un creciente tronar de timbales que anuncian la llegada de Moria. Es ese uno de los pasajes más intensos y oscuros de toda la película, y que más exigen a todo el equipo de percusión, pero nuevamente la orquesta se impone, y aunque Gandalf caiga con el Balrog en el puente de Kazhad-Dûm, los acordes de la música lo elevan, y acompañan a los supervivientes hasta el bosque de Rivendel, donde coros y soprano tienen uno de los papeles más difíciles de toda la partitura, que cubren con enorme solvencia. Tras abandonar el bosque de Galadriel, la comunidad se encamina hacia su punto de ruptura, asediados por los orcos que provienen de Isengard y por la discordia que el anillo siembra entre sus componentes. La partitura se torna cada vez más sombría, y la orquesta, exigida al máximo, llega al clímax de la muerte de Bóromir, una de las escenas más bellas y emotivas de toda la trilogía, con acordes de adagio sostenido, de emoción viva, de entrega de su último aliento a su Rey, mientras que violines y demás cuerdas lloran al son que marca la imagen, y hacen llorar a todos los que allí nos encontramos. Frodo, sabedor de que su carga es intransferible y letal, huye en busca de su destino en el monte de Sauron, sólo con la compañía de Sam, y con una imagen de fondo de la tierra de Mordor, la partitura se acaba para dar paso a los títulos de crédito, donde se interpreta un conjunto de temas pertenecientes a todo el metraje.

Y la pantalla se funde a negro, la orquesta cesa, el coro calla, y el público estalla en un aplauso enfervorizado, desatado, en el que todos nos ponemos de pies, tras cerca de tres horas de magnífica música interpretada de una manera formidable. Y nadie se va de su sitio a pesar de la hora que es, y los aplausos no cesan, y el director tiene que volver a salir a saludar y la soprano y los coros no dejan de recibir aplausos y vítores sin parar. Ayer, en el Auditorio, se vivió una noche memorable, mágica, asombrosa. Y como dice Elrond respecto a la batalla de Isildur, yo puedo decir que estuve allí, y que viví esa magia.

Mañana, día de reyes, no habrá entrada. Hasta el Miércoles 7