jueves, febrero 28, 2013

Necesario Y posible (para Javier Gomá Lanzón)


Ayer tuve la oportunidad de asistir a una experiencia ciertamente interesante, y curiosa. Fui a la presentación de un libro en la que se alcanzó el lleno en el auditorio escogido para el evento, algo ya a remarcar dada la competencia de ofertas del día a día y lo poco de moda que están los libros, pero es que además se trataba de un libro de filosofía!!! Sí, no era un ensayo sobre sometimiento sexual corolario de Grey ni nada por el estilo, no sino filosofía. Milagro, sí. El autor de semejante prodigio tiene nombre y apellidos y se llama Javier Gomá Lanzón.

Presentaba Gomá su cuarto libro, el que en palabras del autor completa la tetralogía que diseñó desde su juventud con el tema principal de la ejemplaridad y la experiencia de la vida. Este cuarto volumen, titulado “Necesario pero imposible” se escapa un poco de la temática de los tres anteriores y trata de conjugar la necesaria esperanza que tiene el ser humano de que la muerte no sea el final de su recorrido, confrontándolo con la experiencia de que la muerte es el final. Cree Gomá que la inmensa e indisoluble dignidad que acompaña a cada ser humano por el mero hecho de serlo, aspecto reconocido recientemente en el curso de la historia, se trunca con su muerte, un hecho indigno, inasumible, y que es necesario realizar un canto a la esperanza de un algo más. Es un tema muy religioso, sí, pero Gomá huye de la religión, al menos de lo que tradicionalmente entendemos como tal, de su lenguaje, de su formalismo, de sus estructuras clásica. Usa la referencia de Jesús de Nazaret como muestra de superejemplaridad, de aquel que llegó más lejos con su vida y obras en pos de su mensaje, pero olvídense de teologías, rezos y jaculatorias, no. Gomá va al fondo del asunto y escapa del lenguaje clásico de la religión, con la intención de crear un nuevo lenguaje, una nueva manera de relatar las cosas, de describirlas y analizarlas, desde un plano filosófico, tras más de dos siglos de alejamiento de la filosofía de este tema, cosa que Gomá denunció con vehemencia en su alocución. La figura de Gomá emerge en el panorama narrativo español hace ya algunos años, con sus primeros libros filosóficos y sus artículos en prensa, de una densidad desacostumbrada y, paradójicamente, aunque no debiera ser as´, plenos de modernidad, de actualidad. Su obra tetralógica, iniciada con “Imitación y experiencia”, del año 2003, y “Aquiles en el gineceo” de 2007, logra romper las barreras del mundo filosófico y alcanza plena relevancia social con su tercer libro, “Ejemplaridad pública” de 2009, que aunque no iba exactamente de eso, posee un título que debiera ser grabado con letras de oro (o fuego, escojan ustedes) en la frente de los dignatarios y representantes de la sociedad. Gomá logra con este libro el aplauso no sólo de la crítica, sino del público en general, y abre la filosofía a personas que poco o nada han tenido que ver con esa materia. Quizás junto con Fernando Savater se ha convertido en el gran divulgador de esa rama del conocimiento, arrumbada a una esquina por los planes de estudios y asociada demasiadas veces a lo aburrido, complejo y oscuro. Pero Gomá logra el éxito sin renunciar a la profesionalidad ni a la profundidad. Sus libros son densos, complejos, llenos de conceptos y cargas de profundidad, logran que el lector se plantee varias preguntas por página, y quizás al final de su lectura uno sepa más, pero descubre que sabe mucho menos de lo que pensaba al inicio de la misma. Lograr eso sin perder un ápice de calidad ni de fuerza narrativa es muy meritorio. La joven y brillante pianista Judith Jáuregui ha dicho algunas veces que pretende ponerle pantalones vaqueros a la música clásica, porque tarta de que mucha gente que la rechaza se acerque a ella, si elitismos, pero dando lo mejor de sí, ofreciendo al oyente la interpretación más bella posible. Es lo que Gomá hace con su obra, y logra plenamente.

Un último apunte sobre el título de mi artículo, y es que he jugado con el del libro, cambiando el adversativo “pero” por el copulativo “y” y mostrando que puede ser posible, y es que Gomá anunció ayer que va a reducir su exposición a los medios para centrarse en su familia y vida personal. Se lo merece, pero le rogaría que no lo hiciera en exceso, porque es necesario su magisterio, y es posible aprender de él tanto, es necesario su ejemplo de virtud ética y profesional, más en estos tiempos de zozobra, y es posible que personas que jamás pensaron que iban a leer filosofía lo hagan gracias a él. Y eso también es esperanzador.

miércoles, febrero 27, 2013

La guerra de divisas


Era previsible lo que pasó ayer en la bolsa europea y en las primas de riesgo de los países periféricos. El resultado de las elecciones italianas nos pegó un castañazo de los gordos y los descensos de unas y aumentos de otras acabaron por configurar una jornada negra teñida de rojo. Sin embargo quiero hablarles hoy de un concepto, el de la guerra de divisas, que desde hace un par de meses ha cogido bastante auge y merece la pena ser analizado. Qué es, existe realmente y nos viene bien o mal son cuestiones que, pese a su complejidad, debiéramos tener claras para afrontar este problema, otro más, surgido de la persistencia de la crisis. Y como todos la niegan, haberla hayla…

Una guerra de divisas es un proceso en el que una serie de países empieza, de manera declarada u oculta, una carrera de devaluación de sus monedas con objeto de que sus exportaciones sean más baratas y así poder quitar mercados a los competidores. Recordemos que desde hace varias décadas vivimos en un complejo sistema de flotación de las divisas en las que su valor se obtiene en función de la oferta y demanda de las mismas en un mercado abierto y transparente. Hay excepciones, la más significativa es la de la moneda china, el yuan, que no cotiza, pero el resto sí lo hace, en un régimen que se denomina “flotación sucia” y lo de sucia viene de las posibles manipulaciones que puedan alterar la flotación del mercado. Devaluar es empobrecerse frente al exterior, pero ayuda a vender más fuera, y en una situación como la actual, en la que la crisis se ha vuelto endémica en ciertas zonas, especialmente Europa, y el crecimiento internacional es débil, la tentación de competir vía devaluaciones es muy intensa. El nuevo gobierno japonés ha sido el primero en llevar a cabo esta táctica, de manera muy descarada y pública, con incluso presiones y controles a su banco central, y una vez abierta la espita otros se han sumado, como el Reino Unido y EEUU, los primeros de una manera abierta y los segundos encubiertamente, dado que sus programas de expansión cuantitativa, en el fondo, también son una manera de debilitar el dólar. Parece obvio pensar que si todos devalúan a la vez nadie gana, y en el fondo esto es lo que ocurre. Lo que pasa es que, como en todo juego, existen tentaciones de dar primero el golpe y llevarse la ventaja inicial, pese a que luego sea diluida por la pérdida colectiva. Estos comportamientos, digámoslo claramente, son erróneos, peligrosos e inútiles desde el punto de vista económico. Tradicionalmente se ha usado la expresión “políticas de empobrecimiento del vecino” para calificarlos y es una frase muy descriptiva y acertada de lo que significan. Las devaluaciones tienen sentido cuando un país, por su crisis u otros factores, no es capaz de sostener una cotización dad de su moneda, y debe empobrecerse “nominalmente” para reflejar esa pérdida “real”. Esto es el caso de la devaluación del bolívar venezolano decidida hace un par de semanas, la bajada de un tercio en su valor de intercambio internacional refleja la aguda crisis por la que atraviesa la economía de ese torturado país, pero las bajadas que están experimentando el yen japonés o al libra británica no tienen nada que ver con eso. Reflejan el nerviosismo de sus gobiernos porque las políticas aplicadas para recuperar la economía no han dado resultado, y tratan de recurrir a esa argucia. Y eso, no lo olvidemos, es un error que les acabará perjudicando a todos, ellos incluidos.

¿Y desde España, como nos afecta? Pues como si nos viniera impuesto de fuera, porque no tenemos el control del euro, nuestra moneda. Si otras divisas se devalúan es lógico suponer que el euro se revalúe, encarezca, respecto a ellas, y eso es lo que está pasando. Para nosotros es malo, muy malo, ya que aunque abarate la factura petrolífera, resta competitividad a nuestros productos, ahora que estamos realizando un ajuste muy duro para lograrla, como bien lo reflejó Ángela Merkel en una de las frases más duras que jamás le he leído, y hace que turistas de fuera del euro, británicos, por ejemplo, vean como sus hoteles mediterráneos son este años mucho más caros. Así, perdemos desde el principio. Malo, por lo tanto. Huyan de las guerras, de esta y de todas las demás.

martes, febrero 26, 2013

El caos italiano


Los platos de pasta me gustan mucho, sin condimentos, sin aditamentos, pasta sola con poco tomate y nada más. Y son un buen reflejo de la política italiana. Nutritiva, siempre sabrosa y enredada hasta el límite. Es imposible coger un espagueti sólo de un plato, y es igualmente imposible deducir un resultado electoral antes de que las urnas se cierren. Al votar, los italianos son el país más sorpresivo, pasional y caótico del mundo. Quizás en Bruselas se hayan negado a admitirlo, pero ahora no les queda otro remedio que hacerlo, a ellos y a nosotros.

Y es que el resultado de las elecciones italianas de ayer es, como mínimo, complejo, y entrando a analizarlo, horroroso. Bersani, el gris y plano líder del centro izquierda, el PSOE local, gana en el Congreso, por apenas un puñado de votos a Berlusconi, pero gracias al premio en escaños que consigue el partido que resulta vencedor obtiene la mayoría absoluta y por tanto el control de esa cámara. Pero en el senado la cosa es distinta, dado que los regalos a los ganadores en forma de escaños extra se dan por circunscripción regional, y así un ganador en votos en el conjunto del país no tiene porqué hacerse con la cámara, como de hecho parece haber sucedido, dado que Berlusconi es el que más senadores posee, aunque les suene increíble oírlo, como a mí. El tercer partido en discordia en ambas cámaras es el movimiento populista y antipolítica de Bepe Grillo, que ha obtenido un resultado aún mejor que el que pronosticaban las encuestas, con un impresionante 25% de los votos. Grillo, un histriónico, para mucho un bufón, para mi un peligro, mantiene un discurso populista en extremo, faltón, zafio y destructivo, y ya ha anunciado que no piensa pactar con nadie porque su objetivo es que todos los políticos se vayan a tomar por el culo, que así rezaba su eslogan de campaña. Si a esto unimos que el partido de Mario Monti, el tecnócrata, el serio profesor, el que ha sacado a Italia de la debacle durante un año, el que fue impuesto por Bruselas, ha obtenido un triste 10% de los votos nos encontramos con que probablemente las dos cámaras italianas estén controladas por fuerzas opuestas, y lo que apruebe una lo revoque la otra, y así una y otra vez. Italia se levanta hoy volviendo a los años noventa, ochenta, setenta, sesenta…. Eras cuasieternas de gobiernos frágiles, que apenas duraban un año, imposibles de sostener de ninguna manera, que sólo se rompieron cuando tangentópolis, el escándalo de corrupción transversal que afectó al país en los noventa, arrasó con la democracia Cristiana y el Partido Socialista, y emergió un tal Silvio Berlusconi, que fue el que mantuvo los gobiernos más sólidos, estables y duraderos desde el final de la Segunda Guerra Mundial. Suena a chiste malo, pero es así. La incertidumbre que desde esta mañana se asienta en el poder de Roma generará una onda de choque en toda Europa, que tal como hizo ayer con la bolsa norteamericana, desestabilizará los mercados y llevará a nuestra prima de riesgo de paseo por las nubes, pero más allá de los efectos a corto plazo, abre una situación no sostenible que tiene difícil arreglo. O se organiza un gobierno de salvación nacional, en el que la presencia de Berlusconi en el mismo ya invalida el concepto de “salvación” o existe la posibilidad de que vuelva a haber elecciones, como sucedió en Grecia, y creo que Grillo es quien más desea que se produzca ese evento.

La verdad es que ayer, a medida que el recuento avanzaba, mi incredulidad crecía, no tanto por el resultado de Grillo, sino por el de Berlusconi, uno de los sujetos más repugnantes que imaginarse uno pueda, que tras amagar con presentarse o no durante meses, en apenas semanas de campaña ha conseguido casi ganar unas elecciones en las que no contaba para nada allá por las navidades. ¿Por qué la gente vota a Berlusconi? ¿Aspiran a entrar en sus fiestas bunga bunga y acostarse con sus bellinas si les prestan su voto? ¿Envidian su riqueza y creen que algo les caerá? Sinceramente no me lo explico, aunque siendo política italiana nada tiene porqué tener explicación.

lunes, febrero 25, 2013

Amor, de Haneke


Ya ha tenido lugar la ceremonia de los Oscar de este año 2013, en el que había bastantes películas en competencia y ninguna de ellas llegaba con vitola de favorita. Argo ha sido premiada como la mejor, Ang Lee como director por la Vida de Pi, Daniel Day Lewis como actor por la perdedora oficial, Lincoln, y Jeniffer Lawrence como actriz por el “Lado bueno de la vida”. Ni “La noche más oscura” ni “The Master” se han llevado nada, lo que me da pena, porque ambas son obras recomendables y necesarias de ver.

Y Michael Haneke ha ganado el premio a la mejor película extranjera por Amor, que pondré sin comillas y mayúsculas de ahora en adelante por la falta que nos hace. Con esta película me ha sucedido una cosa curiosa. Fui a verla y me encantó, me conmovió, me llenó. Al salir, sin embargo, entendí que hubiera gente que no le apeteciera verla porque lo que en ella se relata, la decadencia de la vida producto de la enfermedad, es un plato de gusto amargo, y uno los fines de semana busca relajo, entretenimiento y evasión después de una semana que puede haber sido muy dura, o muy vacía, que es incluso peor. A todo el que me preguntaba por ella le advertía que era una película seria, pero muy buena, y le añadía el calificativo de “necesaria”. Sin embargo en gran parte de mi entorno mucha gente no quería verla, asustada tanto por la trayectoria del director, excepcional pero proclive a propiciar golpes impactantes en el espectador, como por el tema en sí. Afortunadamente las personas que conozco que la han visto comparten mi impresión, pero creo que va a haber muchas que se la van a perder por el miedo a pasar ese mal rato, esa angustia. Y créanme que hacen mal si dejan pasar el tiempo y no ven Amor. Es magnífica. Si la observan desde el lado cinematográfico tienen ante sí un duelo interpretativo entre dos grandes del cine francés que componen unos papeles con una precisión y un cariño excepcional, convirtiendo su presencia en prácticamente un duelo teatral de enormes proporciones. Pero lo más importante de Amor no es cómo lo cuenta, sino lo que cuenta, la degradación, la caída en el abismo no deseado empujado por la enfermedad que, sin avisar, acude a romper la vida de una pareja de jubilados activos, cultos y encantadores. Esa enfermedad destruye la vida de uno de ellos y, arrastra a la del otro al abismo. Es muy triste contemplar esa decadencia, ese inevitable camino al final que no se puede eludir. Quizás mucha gente ponga reparos a verla porque en su entorno familiar (padres y / o abuelos especialmente) haya pasado una situación semejante, pero es en esos casos cuando es más necesario que nunca ir, porque en el fondo creo que esta película, y desde el mismo título se indica, es un homenaje al cuidador, al que está junto al enfermo, al que ha vivido la vida con él cuando era joven, adulto y vital, y ahora, en el final, es cuando entrega su amor verdadero, desinteresado, puro, limpio e infinito, amor devocional, platónico hasta el extremo, a sabiendas de que no será correspondido, de que el fruto de la entrega será la muerte, de que el sacrificio será en vano a la hora de salvar la vida de la amada, que nadie reconocerá esa entrega, que todo sucederá en silencio, en la intimidad de una habitación que nadie más comparte. Eso es el amor con A mayúscula que Haneke ofrece a un espectador que, acostumbrado a una versión del amor más sexual, liviano, volátil y efímero, puede sentirse perturbado.

La crítica ha alabado Amor y la ha encumbrado como una de las obras maestras del autor, creador de otras grandiosas e, igualmente, perturbadoras, y es de agradecer que la academia de Hollywood, estandarte habitual de películas muy distintas a esta, la nominase no sólo a mejor film extranjero, que es lo que ha ganado, sino también a categorías de primera como la de mejor actriz principal, película y director. La academia norteamericana no la ha encumbrado al olimpo, hubiera sido muy rupturista, pero sí ha visto en Amor una historia profunda que le ha llegado al alma. Véanla, si es posible con su pareja.

viernes, febrero 22, 2013

50 sombras de Bárcenas


Durante una semana los dirigentes populares y el resto de la población han comprado ávidos los ejemplares de la novela titulada “Estado de la nación”, intenso thriller que incluye duelo en las tribunas y que ha vendido mucho durante su celebración, pero no ha logrado desbancar al “bet seller2 de ventas en España que, en paradas de autobús, supermercados, y pasillos de oficinas, arrasa desde hace muchas semanas. Intriga, sexo, violencia y dependencia sin fin se juntan en esa novela, titulada “50 sombras de Bárcenas” que a todos tiene absortos.

La trama es compleja pero apasionante. Un candidato político, llamado Anastasio Rajoy, llega a la sede de su partido en la calle Génova y poco a poco va conociendo los entresijos del lugar.  Circula por allí el rumor de que el auténtico poder se esconde en un despacho de la planta quinta, ocupado por un tal Christian Bárcenas, que a todos tiene atribulados y contentos. Anastasio comprueba que quien entra en ese despacho cabizbajo y enfadado sale alegre, contento y con sobres bajo el brazo, y la duda le corroe. En la soledad de sus noches sueña con Christian, y la fuente oculta del placer que surge de su escritorio. Incapaz de resistirse, una noche tormentosa de primavera Anastasio entra en el despacho de Christian, se presenta y se pone a hablar con él, y lo que al principio era una conversación amable e ingenua se convierte en un torrente de pasión. Anastasio Rajoy queda prendado de las palabras, formas y carácter de Christian Bárcenas, siente como se derrite en su interior cada vez que le susurra listas de donantes, de perceptores…. perceptores… qué palabra más ffffuerte…. Así cuando Christian propone a Anastasio que vayan a la casa del primero a cenar y estudiarlo todo Rajoy no puede resistirse. El hogar de Bárcenas le deslumbra, lleno de antigüedades, joyas, floreros y recuerdos del Canadá, con champán y ostras en grandes fuentes sitas sobre la mesa de la cocina. En esa noche Anastasio pierde su virginidad de manos de Christian, éste le factura sin piedad, sin descanso, sin tregua, y en el camino de vuelta a casa Anastasio no sabe ni como sentirse, ni cómo describir lo que ha visto y padecido. Pasa el tiempo y la relación entre ambos se enfría, ya que otros, el Sepulvedano, la que mata y los chicos del confeti llenan el corazón de Christian, ante lo que Anastasio poco puede hacer. Con el tiempo Anastasio se convierte en un hombre importante y poderoso para la ciudadanía del país en el que vive, pero se da cuenta de que su pasada relación con Christian puede resultarle peligrosa para lograr sus objetivos. Por ello, tras mucho pensarlo, vuelve a llamar a Bárcenas y, con el recuerdo de la primera noche, vuelve a quedar en su casa con el objeto de hacer olvidar todo lo que pasó y que nadie más lo sepa. El champán sigue en la mesa, como siempre, pero las ostras están algo más amargas. Tras los prolegómenos, Bárcenas somete a Rajoy y, para el asombro de éste, cambia de táctica. Le golpea con facturas, le clava sobres, le introduce papeles manuscritos por la entrepierna y le hace sufrir muchísimo. Aterrado, Anastasio se revuelve y, en medio de una noche tórrida de verano, huye sin lo puesto camino a su casa confundido y muy nervioso. Al poco, consciente de que esto no puede quedar así, Anastasio acude al despacho de Christian en Génova parta aclarar lo sucedido, pero éste le arrincona contra la esquina y, entre lametones y caricias obscenas, le saca más facturas y pagarés, que amenaza con hacérselos comer. Rajoy se revuelve y logra salir del despacho, pero se refugia en el baño y llora sin parar por el amor perdido, trastocado en terror sádico.

¿Conseguirá Anastasio Rajoy librarse de Christian Bárcenas y de sus métodos violentos? ¿Podrá librarse de la correa con la que Christian le amenaza cada vez que se ven? ¿Logrará Christian que Anastasio vuelva al redil y se someta a nuevas sesiones de pasión y lujuria? ¿Se romperá su amor de tanto torturarlo? ¿Las ostras de la cocina Christian esconden un oculto significado lúbrico? Con este argumento miles de lectores españoles y de medio mundo devoran los nuevos capítulos del serial Bárcenas, envueltos en sus sombras, atados en sus correas, golpeados por su indecencia, pero ansiosos por saber y compartir la fuente del placer.

jueves, febrero 21, 2013

El mal estado de la nación


En una fecha poco habitual, alejada del inicio del verano al que se asocia, pero metafóricamente dentro del invierno meteorológico y social que vivimos de una cruda manera, ayer tuvo lugar la primera sesión del debate sobre el estado de la nación, el más sustancioso del año, que no el más importante, pero sí el que más expectación mediática levanta, porque en él se dan los duelos más largos e intensos entre el presidente del gobierno, el líder de la oposición y el resto de grupos parlamentarios. Tras varios años en la oposición, ha sido el primero para Rajoy como presidente y el primero para Rubalcaba como oponente.

¿Y quién ha ganado? Si normalmente esta pregunta ofrece una respuesta de poco valor, en la situación actual aún se encuentra más devaluada, pero no rehuiré de la cuestión. Creo que al salir del Congreso Rajoy lo hizo mejor que cuando entró y Rubalcaba peor, y curiosamente hubiera esperado un resultado distinto si me hubieran preguntado por la mañana. Asediado por la corrupción internas, con una economía en estado comatoso que no responde y un país angustiado, Rajoy subía a la tribuna en uno de los peores momentos imaginables. Y pese a ello fue capaz de lanzar un discurso articulado, complejo, con propuestas (que veremos a ver en que se quedan) y dando la sensación de no verse derrotado. En su intervención de la tarde Rubalcaba estuvo duro y mordaz, pero se deslizó demasiado por el lado de la demagogia, y en todo momento gravitaba sobre su discurso la pregunta de por qué no hizo nada de lo que decía que quería hacer cuando estuvo en el gobierno, hace apenas un año. Si a eso le sumamos la puñalada trapera y cruel que el lanzó el líder del PSC catalán Pera Navarro, sobre la necesidad de la abdicación del Rey, restándole protagonismo y mostrando descarnadamente las heridas que siguen abiertas en el seno de la familia socialista, su posición era más débil de lo necesario para afrontar el debate. De hecho el gran problema que evidenció ayer el debate entre los dos grandes líderes es que la falta de credibilidad de ambos es inmensa, y sus propuestas y denuncias por ello son débiles, vacías y llenas de humo. Rajoy propuso un pacto contra la corrupción y el endurecimiento de la legislación al respecto, lo que me parece muy bien, pero el PP es incapaz de explicar nada de lo relacionado con Bárcenas sin que parezca que el portavoz de turno se la esté pillando con la bragueta de mientras habla. Rubalcaba pide una reforma de la ley hipotecaria para acabar con los desahucios y la reforma de la constitución, pero en sus últimos ocho años de gobierno no hizo nada para evitar las prácticas dolosas de los bancos y si preguntas a cuatro miembros de la ejecutiva del PSOE te darán, al menos, cinco modelos distintos de estado federal plurinacional asimétrico descoordinado. Y así es imposible que la ciudadanía pueda confiar en los mensajes y propuestas que ayer se lanzaron desde el hemiciclo al país. Si no nos fiamos de nuestros líderes y no creemos en su palabra, cómo esperar que actuemos ante sus mensajes y proclamas? La crisis de la política española se escenificó ayer en toda su crudeza, y pese a que el tono del debate fue más elevado y menso bronco de lo que esperaba, lo que me alivia en parte, creo que pocos frutos podremos extraer de la sesión de ayer. Ojalá se alcance algún tipo de pacto anticorrupción pero sería un magro resultado antes los problemas acuciantes que vivimos.

El resto de intervinientes de la jornada mostraron perfiles y discursos esperados. Duran y Lleida certificó su ruina político mejor valorado con un discurso de apoyo a los emprendedores marca de la casa trufado de reivindicaciones soberanistas, los portavoces de la izquierda plural fueron muy críticos y duros, y uno de ellos, Coscubiela, se mostró muy insolidario con el resto al tratar de ocupar el mayor tiempo posible, dando lugar a una escena muy divertida con el Presidente de la Cámara, Jesús Posada, y Rosa Diéz, a eso de las 22 horas y con muchísimos escaños vacíos, hizo el discurso más rupturista, honesto, realmente crítico y sentido de la jornada. Seguro que no le vio casi nadie.

miércoles, febrero 20, 2013

La (olvidada y necesaria) reforma local


Hoy tiene lugar en mi edificio la reunión de la Red de Iniciativas Urbanas, una asociación de ciudades beneficiarias de la inversión de los Fondos Estructurales de la UE que se juntan para debatir sobre el estado de sus proyectos en curso y futuras actuaciones. Como tendré que estar en esa reunión gran parte de la mañana el acto me sirve de excusa para comentar la propuesta de reforma de las administraciones locales que se presentó en el Consejo de Ministros del Viernes, reforma que creo bien intencionada, pero que falla en tres aspectos: Dimensión, competencias y financiación.

Dimensión, porque en España sobran ayuntamientos. Cerca de ocho mil quinientos son los que se encuentran ahora mismo constituidos, algunos de inmensas dimensiones, como el caso de Madrid o Barcelona, demasiados con poblaciones inferiores a los mil habitantes. Se hace necesaria una reordenación de ese mapa administrativo, unificando municipios colindantes, fusionándolos y, de esta manera, reduciendo el número de concejales de las nuevas entidades, ahorrar en costes de funcionamiento y generar economías de escala. Creo que los alcaldes y concejales deben cobrar, pero para reducir el gasto en esas partidas lo lógico es reducir el número de “cobrantes”, no determinar que no cobren. Esta idea de la fusión, revolucionaria, ya se está llevando a cabo en otros países rescatados, y aquí deberá efectuarse tarde o temprano. El segundo punto son las competencias. La reforma trata de aclarar cuáles son las competencias que corresponden a ayuntamientos y cuáles a las CCAA, loable y necesario, pero mantiene en vigor la figura de las Diputaciones Provinciales, encargadas de llevar a cabo las labores asignadas a los ayuntamientos que éstos, por motivo de dimensión o recurso, sean incapaces de desarrollar. Esto no tiene lógica. Fíjense que parte de ese problema lo solucionábamos con la medida anterior, porque al unificar municipios la capacidad de actuación del ente resultante, mayor, cubre las necesidades que antes no se podían llevar a cabo por parte de las entidades más pequeñas, pero es que teniendo ya definidos un nivel local y otro autonómico, ¿para qué necesitamos el provincial? Las diputaciones deben desaparecer, porque se han quedado obsoletas y carentes de sentido desde que se crearon las CCAA. A excepción de las diputaciones forales vascas, que tienen un régimen muy especial, el resto de las españolas debieran ser desmanteladas y sus atribuciones ser otorgadas a las CCAA de turno, produciéndose ahí un ahorro considerable, una eliminación de burocracia innecesaria y una clarificación absoluta de competencias, porque lo que no es del ayuntamiento es de la CCAA, y viceversa, sin que haya un organismo extraño de por medio. El tercer asunto es la financiación local, el gran problema. Y es que los ayuntamientos sufren un endémico problema de falta de financiación, porque los impuestos y tasas que cobran no cubren en lo más mínimo los presupuestos municipales. Durante años se han recurrido a transferencias de órganos superiores, CCAA y Gobierno central, el endeudamiento con bancos y cajas y, sobre todo, el uso de la política del suelo para obtener ingresos fáciles e instantáneos. La burbuja inmobiliaria lleno las arcas municipales con un chute de dinero que se transformó en enormes y, en gran parte, inútiles infraestructuras que, una vez pasado el boom, malviven en estado latente, algunas sin terminar, otras clausuradas, las más abandonadas. Dado que la burbuja no va a volver la financiación local vuelve a estar sometida a un grave estrés que le impide prestar los servicios que le competen. ¿Cómo arreglar este grave problema? No se sabe.

En definitiva, y aunque bien orientada, creo que la reforma local peca de timidez, de falta de ambición. En la situación límite en la que nos encontramos el gobierno está ante una gran oportunidad de modernizar la estructura de gestión local, adaptándola al siglo XXI, y dejando atrás muchas de las rémoras que provienen de una demarcación y forma de trabajo del siglo XIX que es, a todas luces, obsoleta e ineficiente. Esto generará disputas, enfrentamientos y polémicas, sin duda, pero esas situaciones se van a dar de todas todas. Al menos que sea por una reforma profunda y audaz, no por un tímido intento que pueda quedarse en muy poca cosa.

martes, febrero 19, 2013

Floreros con micrófonos


Sinceramente, la acumulación de casos de corrupción que se da en España en esta temporada es insoportable, tanto por la sensación de absoluta podredumbre que se desprende como por la incapacidad material de seguirlos, relatarlos, analizarlos y evaluarlos. Sería necesario un equipo de varias personas encargadas de analizar todo lo que cada día se publica en los medios de todas las operaciones para saber realmente como van. Y encima la última descubierta siempre es la más jugosa y surrealista, como sucede con el caso del espionaje político en Cataluña.

Parece ser que ir a comer al restaurante la Camarga era lo más parecido a entrar en un estudio de radio pero sin necesidad de usar auriculares. Floreros con micrófonos adosados en varias mesas garantizaban a los dueños del restaurante, la empresa de espionaje que los instalaba y los múltiples clientes que los utilizaban horas y horas de conversaciones que, sin duda, tendrán contenidos interesantes, más allá de la valoración de los platos que se ventilaban los espiados. Lo que comenzó con una denuncia de la dirigente del PP catalán Alicia Sánchez Camacho sobre el posible espionaje de una conversación suya mantenida con la ex novia de Jordi Pujol hijo se ha convertido en un inmenso escándalo en el que todos los partidos espiaban a todos, e incluso a sí mismos, contando para ello con los servicios de la agencia de espionaje Método3, que tonta no era y cobraba de todas las bandas posibles. Escuchas cruzadas de todos hablando con todos, que podían ser usadas para obtener información relevante del enemigo político o del odiado compañero de partido, notas manuscritas, transcripciones de charlas de café y copa que a buen seguro eran utilizadas para chantajear, extorsionar, presionar y controlar a partidos, asociaciones y personas. Un comportamiento mafioso y secretista extendido a lo largo y ancho de toda la estructura política catalana, en un remedo cutre de esa gran película que era “La vida de los otros” en la que se reflejaba como en las sociedades totalitarias el gran esfuerzo del poder se encamina no a aliviar los problemas de los ciudadanos, no, sino a espiarlos, investigarlos, desnudarlos, para así poder presionarlos y amedrentarlos. La sensación de repugnancia que uno obtiene al profundizar en el caso de las escuchas es total. El watergate original de Nixon era algo muy similar, con escuchas ilegales a los miembros del partido demócrata que se alojaban en el hotel de idéntico nombre en WDC. Allí un presidente norteamericano cavó su tumba y en ella fue enterrada, ¿creen que sucederá lo mismo en esta ocasión? Tiempo le ha faltado a Ms y otros dirigentes de CiU, que se sepa no espiados, pero puede que sí espiadores, en calificar estas informaciones como presiones externas en contra del proceso soberanista catalán. Quizás visto lo visto empieza a entenderse la prisa con la que Mas desea dotarse de independencia fiscal y judicial, porque así sería posible enmascarar los contratos y costes de operaciones como estas y, de paso, garantizarse que un sistema judicial catalán no llevará a la cárcel a ninguno de los responsables de cometer actos delictivos de la gravedad de la que estamos hablando. El mero hecho de que sea la policía nacional y no los Mosos de Escuadra los que han destapado el caso demuestra hasta qué punto el virus nacionalista está inmerso en las instituciones regionales de Cataluña, como ya sucedió en el pasado en el País Vasco en lo que hace a la lucha contra el terrorismo. El eterno deseo de ser el jefe de un corralito genera siempre vicios y vergüenzas como estas.

La detención ayer de cuatro miembros de la empresa de espionaje relacionada con este asunto puede ayudar mucho a aclarar lo sucedido y las múltiples derivadas que se abren. Pero lo que está claro es que la famosa teoría del oasis catalán se derrumba a cada día que pasa. La idea de que Cataluña era una arcadia feliz, limpia y pulcra, ajena a los corruptos métodos caciquiles empleados en el resto de España se ha comprobado, una vez más, como falsa. Cataluña es un lodazal corrupto tan sucio y putrefacto como lo es el conjunto del país, y las grabaciones son la punta del iceberg del 3% que, como mínimo, cubre todo lo que allí tiene que ver con la política. Para salir corriendo y no volver.

viernes, febrero 15, 2013

La noche del asteroide 2012 DA14


Para rematar una semana pródiga en acontecimientos celestiales, rayos sobre el Vaticano incluidos, esta noche tenemos nos visita a los terrícolas un asteroide, llamado oficialmente 2012 DA14, que pasará muy cerca de nosotros, menos de 30.000 kilómetros de distancia de la superficie, y que ofrecerá un espectáculo visual interesante para aquellos que puedan presenciarlo, dado que su trayectoria de aproximación hará que el continente norteamericano y parte de África no puedan observarlo de ninguna manera.

Pese a que pueda parecer algo extraño, todos los días la Tierra sufre el impacto de objetos provenientes del espacio exterior. En su inmensa mayoría se trata de polvo dispersado pro cometas, bolas de hielo sucio que al aproximarse al sol se evaporan en parte y generan colas de material. Ese polvo al penetrar en la atmósfera su vuelve incandescente y se volatiliza, siendo para nosotros una estrella fugaz en la noche, fenómeno que es difícil que no se produzca todos los días, más allá de los picos tradicionales de San Lorenzo o fechas similares. Otra cosa es la aproximación de objetos de dimensiones considerables y, por tanto, potencialmente peligrosos. Se estima que todo elemento de tamaño superior a los diez metros de diámetro lograría atravesar la atmósfera e impactar sobre el planeta, generando consecuencias más o menos intensas en función del tamaño con el que llegue a la superficie y su velocidad de colisión. Para evitar riesgos existe una red internacional de vigilancia de objetos que trata de catalogar todo lo que pueda ser peligroso y se mueva por ahí arriba. Su nombre en inglés es Near Earth Object Program, Programa de objetos cercanos a la tierra, y esta es su web principal. Cuanto mayor es el tamaño del asteroide más peligroso es, pero también es más fácil de detectar y de calcular su trayectoria que, en todo caso, al ser objetos muy pequeños en relación a los planetas y el sol, puede sufrir alteraciones difíciles de estimar. Esta red está formada por multitud de observatorios en todo el mundo, algunos muy sofisticados, otros aficionados, que escudriñan el cielo sin parar buscando posibles candidatos de riesgo. Impactos sobre la tierra de objetos de tamaño superior al kilómetro tendrían consecuencias globales, tanto en lo que hace al área destruida como a los efectos climáticos, y a partir de 6 o 7 kilómetros un asteroide sería lo suficientemente grande como para acabar con la vida sobre la tierra tal y como la conocemos. Estos son los objetos preferidos por los guionistas de las películas, los que ponen a todo el mundo en peligro y demandan la presencia de héroes que vengan a salvarnos. La realidad es bastante más prosaica, dado que existen algunos planes conceptuales de cómo podríamos desviar la trayectoria de un objeto de esas dimensiones en caso de un impacto estimado sobre la Tierra, pero de momento son sólo ideas, algunas consistentes, otras peregrinas, la mayor parte de ellas teóricas, que esperemos no haya que llevar nunca a la práctica, tanto por el riesgo que implicaría esa situación como por el coste de una misión así y la inestabilidad social que se generaría en caso de que el riesgo para la humanidad fuese plausible. En las estimaciones que existen para las próximas décadas no se prevé ningún impacto significativo, y aunque hace algunos años Apofis fue catalogado como potencialmente peligroso, nuevos cálculos de su trayectoria alejan el riesgo de que finalmente impacte sobre nosotros. De todas maneras el trabajo de NEOP es decisivo, y los recortes presupuestarios también le afectan, lo que aumenta un poco más nuestro riesgo. Ellos son nuestros vigilantes del muro..

En el caso que nos ocupa 2012 DA14 es pequeño, pero respetable. Con poco más de cuarenta metros de diámetro, algo así como una manzana de casas, va a pasar muy cerca, por debajo de la órbita de satélites geoestacionarios, como los GPS o el Meteosat, por poner algunos muy conocidos, dejando una bonita estela que mañana podremos ver en televisiones de todo el mundo. El principal riesgo que tiene su paso es que colisione con algún satélite artificial y lo destruya, pero es muy difícil que ocurra algo así. Para los observatorios y aficionados de todo el mundo 2012 DA14 es un regalo del cielo, literalmente, que, por cierto, fue descubierto por un observatorio de…. Mallorca!!! Enhorabuena

jueves, febrero 14, 2013

Mario Draghi en España


Si no hubiera sido por la bomba informativa de Benedicto XVI, el asunto más interesante que ha sucedido esta semana en España y que habría centrado mi atención hubiera sido la visita de Mario Draghí, el presidente del BCE, y su comparecencia ante el Congreso de los Diputados, celebrada el pasado Martes. Sin embargo el anuncio de dimisión papal por un lado, y al nefasta gestión de la comunicación por otro, impidiendo que la comparecencia fuera pública, ocultaron por completo el mensaje de Mario y el hecho mismo de su presencia, importante y hasta cierto punto excepcional.

Draghi es la persona más poderosa que ha comparecido ante el Congreso de España desde hace años, décadas me atrevería a decir. Quizás los diputados allí presentes no fueran conscientes de ello, pero un solo gesto, una frase de Mario dicha de una u otra manera puede salvar al país o sentenciarlo en la picota de la prima. Y paradojas de la vida, Draghi tiene todo ese poder sin que haya sido votado jamás por electorado alguno, representa a una institución técnica cuyo consejo de gobierno es acordado por jefes de estado de los países de la zona euro y rinde cuentas ante el consejo de esa institución, y nada más. Comparecencias como las de esta semana son extrañas, y sirven para que Draghi exprese opiniones, y los diputados del país anfitrión hagan lo mismo, pero en ningún caso pueden censurar, reprochar o rechazar las medidas del BCE y su presidente, al menos de manera efectiva. Así, la figura de Mario Draghi representa el mayor de los triunfos de lo que podemos denominar como tecnocracia, el gobierno de los técnicos, los expertos, ajenos a los políticos y al margen del debate electoral y del sufragio electivo. Si a eso unimos que el estatuto del BCE, su constitución, declara expresamente al independencia del organismo de los gobiernos del área euro y la inviolabilidad de sus decisiones y componentes, podemos afirmar que el BCE es lo más parecido a un Sanedrín, un órgano externo imbuido de poderes extraordinarios y que contrapesa en todos los sentidos imaginables al resto de poderes establecidos. No sólo es que esa teoría de los tres poderes de Montesquieu haya de ser reformulada para incorporar a un cuarto, el Banco Central, sino que dado que los tres poderes clásicos están dominados por el ejecutivo, directa o indirectamente, casi podemos hablar de una bicefalia entre gobiernos y Banco Central. En el caso de los países rescatados, con gobiernos débiles y economías maltrechas, como es el de España, esa bicefalia es ficticia, dado que el BCE tiene mucho más poder que cualquier gobierno electo, sea el pasado, el presente o el futuro. ¿Ha sido esto siempre así? No, pero si responde a un proceso histórico de paulatina independencia del Banco Central del gobierno para impedir que este último mangonease en la política monetaria, con objeto de financiarse sin límite, se dedicara a la creación sin fin de dinero, generando procesos inflacionarios e inestabilidades muy peligrosas. Esta teoría de la separación encuentra sus fundamentos en Europa en el estatuto del Bundesbank alemán, y a partir de ahí todos los países, antes del euro, fueron hacia ese modelo de independencia y separación. La creación del BCE, un Banco Central que gobierna sobre una moneda extendida sobre un territorio en el que no hay gobierno político unificado, supone el sumun de esta idea de independencia. ¿Es igual en otros países? Sí, pero con matices. Como en el resto del mundo existe una correspondencia entre el Banco Central y el gobierno, dado que ambos actúan sobre un único e idéntico país, se dan casos de “presiones” y “colaboraciones” más o menos intensas.

En EEUU esa relación es cordial, manteniéndose la separación pero creándose sinergias entre uno y otro poder. En Japón también era así, pero desde un tiempo existe una corriente política en el país que trata de acotar la independencia del BoJ, su Banco Central, para que esté al servicio del gobierno, deshaciendo todo el camino teórico de la separación desarrollado en el siglo XX. Allí se está librando ahora mismo un pulso muy intenso e interesante entre los políticos y las autoridades monetarias, y no está claro quién va a ganar. Pase lo que pase Draghi no se verá afectado a corto plazo. Su problema, complejo e inmenso, es lograr que el euro sobreviva en medio de las tensiones que van y vienen, pero que no cesan.

miércoles, febrero 13, 2013

Benedicto XVI y la renuncia del poder


Sigamos con el asunto de la renuncia o dimisión del Papa, pero desde una visión muy mundana. Si nos fijamos un poco lo que ha hecho Ratzinger es totalmente excepcional, no sólo en el plano histórico y religioso, sino también en el humano y político. Investido de la máxima autoridad en su mundo, coronado como Rey por los suyos, Ratzinger ha tomado la decisión más difícil que un hombre poderoso puede adoptar, que es la de renunciar a ese poder. Utilizar su poder para deshacerse de él, algo insólito y que requiere mucho más valor que el necesario para encumbrarse en el olimpo.

Y es que las tres ambiciones que mueven al hombre en el mundo, sexo, dinero y poder, muchas veces se solapan de tal manera que la posesión de una de ellas abre las puertas de las demás. En estos tiempos en los que vivimos es el dinero el gran hacedor, y su tenencia garantiza poder y sexo a raudales. En épocas pasadas era el poder, el dominio sobre el territorio y los hombres conquistado mediante la fuerza, lo que otorgaba el resto de prebendas. Esto es muy fácil de ver si uno se fija en la época medieval, o sigue la serie de Juego de Tronos. Allí la fuerza bruta y la capacidad de cortar la cabeza de tus enemigos es lo que te hace mantenerte en el poder. Y obviamente renunciar al poder es algo que está proscrito, entre otras cosas porque conseguirlo es el gran objetivo de la vida y por el que se han hecho todos los sacrificios imaginables. Sin embargo la renuncia del poder es algo que está en el fondo de muchas novelas e historias, en las que la moraleja fundamental se basa en que el poder corrompe, y el poder absoluto corrompe absolutamente, y la liberación del hombre se encuentra en la renuncia al poder. Más allá de las obras de Shakespeare, maestras en esta y otras facetas de la condición humana, y para usar un ejemplo conocido por todos, El Señor de los Anillos es un libro maestro en este aspecto. Allí el poder maléfico se encuentra encarnado en ese anillo que todos desean poseer, y buscan con ansia, pero su portador, al que le ha caído en gracia, desea por encima de todo librarse de él. A medida que avanza la historia el poder del anillo empieza a destruir el armazón moral del portador, le contamina, le engaña, le tienta, y el deseo de poseerlo empieza a anidar en su corazón. Realmente el camino de Frodo a Mordor es el de la perdición del alma del hobbit ante la tentación del poder oscuro, y de la lucha que desgarra su interior cada vez con más fuerza. Es importante notar que ni Frodo al final de la historia, ni Bilbo al principio, pese a ser personajes nobles, renunciaron al anillo de poder por sí mismos, fueron forzados por otros, porque el poder ya había arraigado en ellos. Afortunadamente para ellos acataron el mandato (o no tuvieron más remedio que hacerlo) y no plantaron batalla, y así salvaron su alma y vida, pero lo que vemos en la vida real es que nadie renuncia al poder sin luchar por él, sin matar, sin arrasar el dominio que posee buscando no perderlo. La historia de las cajas españolas en la crisis financiera muestra hasta qué punto el ansia de poder de sus dirigentes las ha llevado a la ruina, y la mayor parte de las guerras que contemplamos hoy en día, Libia el año pasado o Siria ahora mismo, no son sino ejemplos palmarios de luchas fratricidas por conservar el poder por parte de aquellos que ya lo han perdido en parte, pero que no son capaces de renunciar a él. El destino habitual de los que no son capaces de desprenderse del poder, de los que plantean batalla frente a su destino, suele ser la muerte, cruel y vengativa, por parte de quienes se lo arrebatan.

Por eso, entre otras muchas cuestiones, el gesto de Ratzinger es excepcional. El monarca de la iglesia, el Rey coronado, renuncia al trono y muestra al mundo como la negación del poder es posible. Para dictadores, enarcas, adoradores de poltronas, inmovilistas y usurpadores de moqueta el mensaje que ha lanzado Ratzinger es letal, porque si el Papa, el vicario de Cristo en la tierra, puede renunciar e irse, qué excusa puede poner para no seguir una actitud similar un dictador como Castro, una ministra como Mato o un dirigente como Asad, por poner unos nombres, cuando ellos son y representan mucho menos? Ratzinger ha mostrado ser el más poderoso de los hombres de nuestro tiempo, porque ha arrojado el anillo de poder a los fuegos del destino por su propia voluntad. Si, señores, Historia de la de verdad.

martes, febrero 12, 2013

La histórica renuncia de un Papa


¿Qué es un hecho histórico? Si hacemos caso a los seguidores del deporte, histórico es el resultado de un partido de esos “del siglo” que se produce más o menos cada dos semanas. Para los cronistas políticos histórico es el resultado de cada elección, transcurra entre ellas cuatro años o cuatro meses, y así podríamos encontrar numerosos ejemplos de cómo hemos degradado este adjetivo hasta dejarlo vacío de contenido y significado. Cuando todo es histórico ya nada lo es, y ese es el riesgo de vivir tan pegados al día a día como lo hacemos, carentes por completo de perspectiva.

Por ello, ¿cómo se puede calificar el hecho de que un Papa renuncie al pontificado, cosa que sucedió por última vez con Gregorio XII en 1415? Si esto es histórico, que lo es, todo lo anterior es trivial y mundano, que lo es. La noticia de la dimisión, renuncia o abandono de Ratzinger del trono del Vaticano conocida ayer fue una bomba, una sorpresa total, algo que nadie tenía previsto, la perfecta definición de ese evento que desde su definición en el libro de Nasim Taleb se denomina “cisne negro”, un evento altamente improbable no previsto en absoluto y de potencialmente grandes consecuencias. El cisne negro ayer iba vestido de blanco y conmocionó al mundo. ¿Por qué renuncia Ratzinger? En su alocución en latín, justifica el abandono por no encontrarse con las fuerzas necesarias para continuar su labor. Frente al sacrificio vital que ofreció Juan Pablo II hasta su muerte, Benedicto XVI opta por una postura racional de servicio y de renuncia cuando ese servicio no puede ser ofrecido con garantías. Es coherente, pero creo que incompleto. Creo que Ratzinger se va físicamente tocado, pero moralmente hundido. Ya hace un año, cuando estalló el escándalo del Vatileaks, el robo de documentación y las conspiraciones infinitas que acechaban el papado, muchos escribimos que nos daba la sensación de que el Papa era más un rehén de la curia que su dirigente. Desde el principio de su mandato he tenido la percepción de que Ratzinger no estaba a gusto vistiendo la mitra papal, y que a mediad que pasaban los años esa sensación era creciente. Él, un hombre reflexivo e intelectual, se encontraba de pronto en medio de la batalla de poder que se vive desde hace cientos de años en los pasillos de un Vaticano que, si fue iglesia en el pasado, hace mucho que lo ha olvidado. De entre los graves problemas que Ratzinger ha tratado de afrontar estos años de papado ha habido dos que han mostrado claramente hasta qué punto su mandato menguaba de poder día a día. Uno es el de los escándalos de pederastia, asunto vidrioso y que durante años fue tratado a escondidas con ánimo de ocultarlo y evitar responsabilidades. Benedicto XVI adoptó una postura valiente, tratando de permitir que los tribunales civiles fueran competentes, como deben serlo, a la hora de juzgar estos casos de abuso, pero se encontró con grandes grupos de poder interno, empezando por los legionarios de cristo, cuyo fundador Marcial Maciel fue acusado ya en vida de graves delitos sexuales, que a su fallecimiento se confirmaron y quedaron pequeños ante el rosario de pecados que se le atribuyeron. El otro gran problema, menos conocido para la opinión pública, pero a mi entender fuente de todos los males internos del estado vaticano, es la gestión del instituto para las obras de la religión, el banco vaticano, una entidad opaca, oscura y que se encuentra envuelta en todo tipo de acusaciones de fraude, blanqueo de capitales y ocultamiento de patrimonios. En los momentos del Vatileaks pasó desapercibida la dimisión del responsable de la entidad, y su miedo a ser eliminado ante lo que en el banco se escondía y él había visto. En este aspecto Benedicto XVI no ha hecho nada, o no le han dejado.

¿Han sido estos casos, y la sensación de estar rodeado por una camarilla que lo controla e impide actuar, lo que ha llevado a Ratzinger a la renuncia? Es difícil decirlo, pero yo soy de la opinión de que han sido la causa principal de la decisión tomada ayer. Creo que Ratzinger, un hombre bueno, ya no soportaba la situación en la que se encontraba, no podría seguir un día más viviendo en la disyuntiva entre lo que predicaba y lo que veía, y ha optado por la renuncia, el abandono y el ostracismo. Hace falta mucho valor para hacer lo que ha hecho, sea cual sea la causa última. Y desde luego, si hasta el Domingo hizo historia, ayer la escribió con una H mayúscula como no se veía desde hace seis siglos.

lunes, febrero 11, 2013

Madrid y la nieve


Este está siendo un invierno “como los de antes”, expresión muy querida por muchos para dar a entender que es de verdad, de frío y nieve. En el norte las precipitaciones están provocando inundaciones día sí y día también en multitud de comarcas, y los espesores de nieve alcanzados en Pirineos, sistema cantábrico, ibérico o central son muy destacables. Pero lo de los Pirineos es exagerado, se han llegado a acumular más de cinco metros de nieve en algunas cotas, y no en las cumbres, dejando paisajes sepultados y localidades como Canfranc reducidas a formas onduladas bajo montañas de nieve.

¿Y en Madrid? Bueno, de momento nada. La relación de Madrid con la nieve es de amor odio, como la de todas las grandes ciudades, que ansían verse cubiertas por el manto blanco para limpiarse y ofrecer una cara muy distinta a la habitual, pero temen el caos que los copos pueden producir en sus calles y carreteras, y que la nieve, como colesterol del malo, colapse sus vías y les aboque al desastre absoluto. Hoy vuelve a ser un día de aviso de nieve en la capital, de elevado riesgo de que caigan copos del cielo y de escasas posibilidades de que acaben cuajando. Ya llevamos un par de días similares en los que, finalmente, la nieve no ha aparecido. Hace un par de semanas cayeron copos durante unos diez minutos, no más allá, y me hice ilusiones de que esta vez sí, pero finalmente tampoco, los copos se diluyeron y convirtieron en aburrida y común agua, y el suelo, en el que no habían logrado cuajar, se empapó aún más. Y yo desde la ventana de mi oficina contemplaba como el amago de nieve se había quedado en nada. Profeta de modelos meteorológicos, avisador a todos del riesgo de nevada, a medida que los copos se fundían mi prestigio se disolvía con ellos, y la esperanza débil que anidaba entre mis compañeros de trabajo de nevada se transformó en risas hacia mi predicción e incredulidad generalizada. Y es que así es la nieve en Madrid. Amenaza, amaga, asoma la patita, pero cuando piensas que sí, te dice que no, se esconde y te deja con el deseo en los labios, goteando. Puede que hoy se repita la misma situación. Los modelos señalan riesgo de nevada en cotas bajas en el centro de la península, ahí estamos, y ahora mismo en el cielo de la ciudad luce unas amenazadoras nubes que, si se empeñan, pueden lograr hacer realidad el sueño de una nevada madrugadora. Supongo que ante la previsión todo el mundo habrá sacado su coche, chubasqueros y botas gordas, por lo que es muy probable que, incluso si no cae nada de nada, el atasco que se organice hoy sea de los gordos, con miles de conductores atrapados en sus calentitos coches esperando a ver los copos que tanto han anunciado. Si llegan y caen la gente al menos pensará que el atasco ha tenido sentido, pero como no precipite hoy será un nuevo día en el que poner a parir a los de “el tiempo”, por su alarmismo infundado, por la previsión que no se ha cumplido, por las botas que he traído, que no son cómodas salvo que haya copos por el suelo, etc, y de paso pillar por banda a todo aficionado a la meteorología y aprovechar el fallo de la predicción para meterse con él y reírse un poco ante su credulidad, sus ganas de fiarse de los modelos, y su esperanza de ver la blanca nieve sobre la gris Madrid.

Yo, hombre de fe en la meteorología, no pierdo la esperanza, y confío en que alguna de estas nubes nos de una grata sorpresa, y que dado que se va a organizar un caos de tráfico de todas todas, que al menos sea con causa. Quizás a media mañana, o por la tarde, se anima el cielo y empieza a soltar copos que, esta vez, no se acobardan y se juntan con otros muchos, y logran cubrir el suelo de la ciudad de un tenue pero continuo manto blanco. Quizás cuando los niños salgan del colegio se encuentren con una alfombrita blanca a la puerta del recinto, en el camino a casa, en su portal…. no pierdo la esperanza de que acabe nevando en Madrid.

viernes, febrero 08, 2013

Atasco en la cumbre de Bruselas


A estas horas de la mañana de Viernes, amaneciendo sobre España y con el sol ya luciendo en la tradicionalmente gris Bruselas, sigue el desacuerdo entre los jefes de estado y de gobierno que acuden al Consejo Europeo encargado de aprobar las llamadas perspectivas financieras, que es la pomposa manera de denominar a la senda presupuestaria de gasto que va a regir las políticas de la Unión en el periodo 2014 -2020. Tras el esperable fracaso de Noviembre, esta cita es mucho más importante y, de no lograrse un acuerdo, grave. Esta vez es necesario que los políticos vuelvan a casa con algo.

Y va a ser difícil, muy difícil, porque en esta negociación se está repitiendo nuevamente el esquema que ya ha polarizado todo el debate de la UE en estos últimos años, y que se basa en la existencia de dos bloques de países antagónicos. Por un lado los austeros del norte, que pagan la fiesta, encabezados políticamente por Alemania, y cuyos principales portavoces son Holanda, Dinamarca, Finlancia y Suecia, que reclaman una mayor austeridad presupuestaria y una reducción de los fondos comunes por la vía del ahorro. A este grupo se les ha unido el Reino Unido, encantado de todo lo que suponga reporte de gasto, porque es sinónimo de recorte de políticas comunes. Frente a ellos se encuentran los países más beneficiados por las políticas de cohesión de la UE, lo que incluye a los rescatados del sur y a gran parte de los países del este que se unieron al club en 2004. Políticamente este grupo está encabezado por Francia, el gran beneficiado de las políticas agrarias comunes, y sus socios más vociferantes son Italia, Polonia y España, aunque es cierto que la etiqueta de “rescatados” ha hecho que España y el resto de países del sur en esa misma posición hayan perdido mucho peso político en la negociación. Además pudiera parecer que estos dos frentes están muy unidos entre sí, pero esa sensación no es muy real. De hecho, en el grupo de los países peticionarios hay profundas divisiones y rencillas, y es que si, por ejemplo, España pierde fondos de cohesión es probable que otro país los gane, manteniéndose el presupuesto de la partida de fondos inalterable desde la perspectiva conjunta, por lo que en las negociaciones previas a estas cumbres, que llevan desarrollándose desde hace años, ha habido luchas encarnizadas entre “pobres” que se disputan las migajas unos a otros a sabiendas de que poco será el pan que caiga de la mesa. La necesidad de alcanzar un acuerdo hoy es, sobre todo, política. ¿Se puede vivir en la UE sin acuerdo? Sí, prorrogando año a año el techo de gasto establecido en 2013 y tirando para adelante, pero eso impediría establecer políticas plurianuales de gasto, establecidas mediante decisión legal comunitaria vinculante, y daría la sensación de que la Unión sería de todo menos algo unido. Aunque ese techo de gasto de 2013 es más elevado que la media de las propuestas presentadas por la Comisión para el periodo nuevo, sería muy engañoso tratar de recurrir a esa argucia por parte de los países pobres de cara a forzar la ruptura de las negociaciones. Para el caso concreto de España me temo que, si lo hay, sea un mal resultado el que hoy se pueda lograr. Con la imagen del país por los suelos, un gobierno tocado por los escándalos de corrupción, una economía lastrada por la depresión y unas finanzas públicas que siguen teniendo el rescate como temor en el horizonte la posición negociadora es muy enclenque, y salvo que Italia y Francia se nos unan plenamente la duda hoy será cuanto perderemos de lo que ya tenemos, si bastante o mucho.

En lo que a mi me toca, trabajo…. Bueno, mejor dicho, vivo en la unidad del actual Ministerio de Hacienda encargada de la gestión del FEDER en España, así que las cifras que aquí se aprueben me influirán notablemente, para bien por lo que de ellas salga de trabajo y para mal, porque me va a tocar hacer cuadros comparativos, estadísticas y análisis variados al respecto, peor siempre sobre cifras acordadas. A esta hora, 8:10 AM, señala el mundo que hay acuerdo sobre los grandes números, rebaja de fondos a España incluida, pero que se sigue negociando. A ver qué sucede a lo largo de la mañana, cuánto nos toca, cuánto ganamos y cuánto perdemos.

jueves, febrero 07, 2013

Los drones y la guerra del futuro


Quizás en estos últimos días haya oído hablar mucho del concepto de “drone” pero no lo ha llegado a entender, y ha pasado a otro asunto por no considerarlo muy relevante. Hace mal, los drones son una de las mayores novedades tecnológicas que están a punto de entrar en nuestra vida y poseen implicaciones en campos que van mucho más allá de lo que se pueda imaginar, y es todo tan nuevo que la propia palabra “drone” no es reconocida por el diccionario del Word 2010, así que procederé a agregarla al mismo para evitar las líneas rojas surjan por doquier mientras escribo estas líneas.

Un drone no es más que un pequeño avión teledirigido, pero no tiene nada que ver con las avionetas de aeromodelismo que nos enseñaban cuando éramos unos críos en los ochenta, no. La tecnología ha permitido crear drones que pueden volar a miles de metros de altitud, surcar grandes distancias y portar cargas y, obviamente, armamento. Quizás les suene el concepto al oírlo asociado a esos helicópteros de juguete que se controlan por el móvil, cuadricópteros que ejecutan piruetas imposibles y que parecen más moscas zumbonas que auténticos aparatos mecánicos. Eso también son drones, e internet está lleno de vídeos en los que enjambres de cuadricópteros controlados por ordenador levantan estructuras, muy interesantes y que le dejan a uno algo mosca. Pero por lo que los drones están adquiriendo relevancia es por su cada vez más intensivo, y efectivo, uso militar. Israel en un principio, fue la introductora de este tipo de armamento. Barato, fiable, seguro para el ejército que lo opera y de escaso coste en caso de fallo, supone un arma maravillosa para operaciones en territorio enemigo. La escasa dimensión de los aparatos dificulta su detección por parte de los radares enemigos, la precisión del armamento que portan puede ser muy elevada, aunque la potencia de fuego no sea demasiado alta, y al poder ser controlados a distancia se pueden manejar con un riesgo nulo para el ejército que los usa. Un chollo. Estados Unidos vio rápidamente las posibilidades de esta arma y disparó sus inversiones al respecto, y hoy en día seguramente sea el líder mundial en el sector, no estoy seguro de si en fabricación, pero sin ninguna duda respecto a la posesión de efectivos y uso. Afganistán ha sido el país en el que los drones atacantes han sido más usados, y de ahí se ha extendido su campo de operaciones a Pakistán y otros países del entorno. Usados principalmente para operaciones selectivas de eliminación de presuntos terroristas, células insurgentes o grupúsculos localizados, la guerra mediante drones se parece demasiado a un maldito videojuego, en el que un militar acude a una oficina, que puede estar en el teatro de operaciones, o en un país aliado, o junto al centro comercial de su barrio, en pleno EEUU, se sienta delante de una pantalla que representa el área de visión del drone, y ejecuta su operación, no teniendo muy claro si en caso de acierto el programa otorgará también puntos y ranking de los jugadores más exitosos. Esto puede parecer una broma macabra, pero es como se está ejerciendo la guerra ahora mismo en aquellas latitudes por parte de EEUU. Poseyendo una base de naves en Arabia Saudita, los avioncitos pueden actuar en todo oriente medio con una capacidad de despliegue y operatividad muy superior a la de cualquier fuerza terrestre, y a un coste económico ridículo, sin contar con que es casi imposible que se produzcan bajas en las fuerzas norteamericanas, salvo quizás de tráfico en el trayecto del militar desde su pantalla de juego hasta casa, pasando por el centro comercial de marras. Esta trivialización de la guerra abre enormes debates éticos y morales, carentes de respuesta en su mayoría, pero que demuestran que, como en otros tantos aspectos, la tecnología y su uso no dejan de suscitar nuevas cuestiones para las que aún no estamos preparados del todo.

Para evitar polémicas legales, el gobierno de Obama, el mayor defensor de la utilización de esta tecnología, prepara la cobertura legal necesaria para poder eliminar de esta manera a ciudadanos con pasaporte norteamericanos fuera de las fronteras de EEUU, y que lo que hoy en día sería un asesinato de estado sobre los propios conciudadanos se convierta en un acto protegido por las leyes federales. Un asunto polémico a más no poder y que poco a poco está generando un debate que va ganando en intensidad y contenido. La reciente operación francesa en Mali va a suponer también la oportunidad para que EEUU cree allí una base de drones y extienda esta forma de ataque al escenario del norte de África. Los drones han venido para quedarse.

miércoles, febrero 06, 2013

Eduardo Torres-Dulce como Gary Cooper


No se si ustedes veían el mítico programa “Qué grande es el cine” que durante varios años presentó José Luis Garcí en TVE. En él Garci, junto a un grupo de amigos selectos, montaban una tertulia en la que, tras una larga introducción, echaban una película y luego debatían hasta muy altas horas de la madrugada, envueltos en humo de tabaco y admiración enfervorecida a lo que habían visto. Era un programa curioso, interesante, en el que se podía aprender mucho si echaban una peli que a uno le gustaba o llegar a un punto de no entender nada de lo que allí se decía. Marcó una época, indudablemente.

Uno de los contertulios más asiduos a la mesa de Garci era un señor de gafas de pasta, pinta seria, voz suave y que sabía una barbaridad de cine, que se llamaba Eduardo Torres Dulce, y que en lo que a su profesión se le presentaba como fiscal. Era curioso. Uno se imaginaba a los fiscales como gente gris y aburrida o, justo en el espectro contrario, influenciado por las películas americanas, como apuestos y atrevidos caballeros modernos en su lucha contra el crimen. Oyéndole hablar Torres Dulce parecía más uno del primer grupo, pero era evidente que su pasión por el cine era absoluta, y así lo demostraba cada noche. Han pasado algunos años desde entonces, y tras las muchas vueltas que ha dado el mundo, Torres Dulce ocupa uno de los puestos más importantes y controvertidos del país, el de Fiscal General del Estado, el jefe de todos los suyos, nombrado por el gobierno del PP ni hace un año. Y ha querido la casualidad que ante su mesa se haya presentado uno de los casos más importantes de las últimas décadas, el caso Bárcenas, con sus múltiples ramificaciones, tales como la financiación ilegal del PP, fraude fiscal o la evasión amparada en la amnistía fiscal del gobierno. Torres Dulce tiene ante sí una de las responsabilidades más grandes que imaginarse uno pueda, y depende de cómo la lleve a cabo pasará a la historia con letras de oro o de barro. Tradicionalmente el papel del Fiscal General del Estado ha sido triste, considerado como un empleado más por el gobierno, se le ha obligado a plegarse a sus intereses y ha actuado muchas veces como mera correa de transmisión de lo que el poder político deseaba, hundiendo el prestigio de la institución y enlodazándolo en el debate político del día a día. Es cierto que desde los tiempos de Eligio Hernández, “el pollo del pinar” que fue seguramente cuando el cargo tocó fondo, la figura del Fiscal General ha ido recuperando empaque, pero su independencia siempre ha sido puesta en entredicho, habitualmente con razón. Pues bien, ha llegado el momento de la verdad. Ante el caso Bárcenas Torres Dulce debe optar entre servir más o menos fielmente al gobierno que le ha nombrado y adoptar una actitud pasiva ante el caso o actuar como lo hace un fiscal, valorando las pruebas y solicitando penas y resoluciones en función de los indicios de delito, sin dejarse influenciar por el nombre de los acusados y las consecuencias de sus posibles condenas, y sin penar en ningún momento si eso es bueno o malo para el gobierno, sólo dejándose guiar por el hecho de que sea justo o no. Si así actúa Torres Dulce habrá logrado situar a la Fiscalía en el olimpo judicial español, le habrá otorgado un aire de independencia y superioridad moral incuestionable y se convertirá en el ocupante de ese puesto más valioso, respetado y querido de todos los que por él han pasado. Si no, la fiscalía se hundirá en el desprestigio que ya cubre sin remedio a otras instituciones abocadas a su reforma o, simplemente, derribo. ¿Cómo empieza la cosa? Bien, porque anticorrupción ha llamado a testificar hoy a Bárcenas para que empiece a hablar de sus papeles, cuentas y evasiones. Si a estos pasos de Torres Dulce unimos el constante y concienzudo trabajo del juez Pablo Ruz creo que al menos, ante el terrible panorama en el que nos encontramos, hay dos luces en las que apoyarse. Torres Dulce y Ruz pueden ser nuestra salvación.

¿Cuántas veces habrá visto el cinéfilo Torres Dulce “Solo ante el peligro”? Seguro que muchas, todas ellas extasiado, admirado ante el papel de Gary Cooper, emocionado ante el valor que muestra en el metraje, pero seguro que nunca con la sospecha de que iba a llegar el día en el que él mismo iba a sentirse como un Gary Cooper que se lanza, sólo, en los juzgados de España, a la búsqueda de la verdad. Me lo imagino asustado, nervioso, con miedo en el cuerpo, pero a aparte de darle ánimo, quiero recordarle que los valientes son aquellos que sufren el miedo un minuto más tarde que los demás, por lo que no tema, siga firme y no vacile. El país está con usted, es nuestra esperanza frente a los malhechores.

martes, febrero 05, 2013

Ricardo III y el Juego de Tronos


El desplome del Ibex y el disparo de la prima de riesgo de ayer acabaron por dar la razón, ojalá que así no hubiera sido, a los que opinábamos que la estrategia defensiva de Rajoy es un desastre, pero no quiero hablarles de esto todos los días. Ayer se produjo un noticia fascinante que da mucho juego, y es que se ha confirmado por análisis sofisticados que los restos humanos encontrados bajo un aparcamiento en Leicester, Inglaterra, corresponden nada más y nada menos que a Enrique III, el Rey que inmortalizó Shakespeare y que, con su vida, crueldad y muerte caracterizó una de las épocas más convulsas de Inglaterra.

La muerte de Ricardo III supuso el final de su línea dinástica, la de la casa de York, y el advenimiento de los Tudor, a los que seguramente muchos ya les ponen cara tanto histórica como televisiva. Sin embargo es este tercero de los ricardos el final de una historia poco conocida fuera de Inglaterra pero que es apasionante, y que comienza a mediados del muy lejano siglo XII, cuando la casa de Plantagenet logra el trono de Inglaterra, que logra conservar con sus ocasionales y acostumbradas guerras, hasta el final del siglo XIV. En este punto se produce una disputa entre los herederos del trono, que se organizan en torno a dos casas nobiliarias que pretenden ser las legítimas sucesoras de la dinastía Plantagenet. Las dos casas son la de York, cuyo emblema es una rosa blanca, y la de Lancaster, cuyo emblema es una rosa roja. Así, como se podrán imaginar, poco tardan en surgir las hostilidades, y el siglo XV está marcado en Inglaterra por la disputa de ambas casas por el trono, en unos enfrentamientos que han pasado a la historia como la guerra de las rosas. Con momentos de calma y otros de salvaje enfrentamiento, las dos casas, y el conjunto de nobles que las apoyaban, que iban cambiando de bando en función de lo que se les ofrecía y de cómo evolucionaba el enfrentamiento, se desangraron mutuamente a lo largo de décadas de enfrentamientos en los que lo mejor de la nobleza inglesa se lanzaba espada en ristre frente a frente, acabando muchas cabezas en el campo de batalla y otras tantas colgadas de picas a las puertas de los castillos respectivos. Durante todos esos años el poder osciló entre representantes de ambas casas que, por periodos más o menos estables, lograban retener su corona, mediante batallas o acuerdos bajo cuerda con algunos nobles renegados, hasta que la situación de equilibrio se rompía y nuevamente el trono cambiaba de bando. En definitiva, una larga y cruenta guerra civil que asolaba los campos y debilitaba a la economía y sociedad inglesa, arrastrándola por la pendiente del salvajismo hacia la nada. El cadáver aparcado en Leicester, Ricardo III, es el último de los reyes de la casa de York. Cruel, deforme y receloso, el retrato que de él realiza Shakespeare es para salir corriendo ante su mera mención, pero es probable que fuera un soberano muy en la medida de lo que se estilaba en aquel momento, dado que si no eras hábil con la espada ni duro con tus enemigos tu garganta sería rebanada por ellos a la primera oportunidad. De hecho, su sucesor reafirma esta idea. Ricardo III muere el 22 de agosto de 1485 en la batalla de Bosworth a manos de Enrique Tudor, apoyado por los Lancaster. Tras su victoria, Enrique, coronado como VII, toma dos decisiones muy importantes que garantizan la pervivencia de los Tudor en el trono y el fin de la batalla dinástica. Una es la de casarse con Isabel de York, la que mejor podía reclamar el trono por parte de su casa tras la muerte de Ricardo III, y la otra es la de matar a todo posible descendiente que quedase vivo, eliminando así toda la competencia y garantizándose la tranquilidad. Enrique VII funde en una misma insignia las dos rosas, roja y blanca, y la denomina la Rosa Tudor, y acabada la guerra empieza una época de tranquilidad en el reino y el inicio del renacimiento inglés.

Recapitulemos. Casas enfrentadas por el reino, descendientes de un linaje antiguo de gran poder nobiliar, intrigas, celos, matrimonios conjuntos, guerras continuas, nobles traidores, territorios en disputa y una capital, Londres, sita en el sur del territorio y cerca del mar…. Esto se parece mucho a Juego de Tronos, verdad??? Se parece tanto que si uno se da cuenta de que en el norte de Inglaterra aún quedan restos del muro que Adriano construyó para separar el territorio romano civilizado de los salvajes del más allá la analogía es completa. Sí, lo más seguro es que JRR Martin se inspirase en esta apasionante historia para crear la suya, y aunque no consta que hubiera enanos en la realidad, el esqueleto aparcado muestra grandes deformidades, como se decía que tenía el tercer Ricardo…

lunes, febrero 04, 2013

La incomunicación de Rajoy


El sábado pudimos ver a Mariano Rajoy compareciendo ante los miembros de su partido, primer error, a través de una señal televisiva en abierto a todo el mundo, segundo y garrafal error. En ese acto Rajoy juró que no ha recibido nunca dinero negro, y hasta tres veces dijo que todo es falso, y que se demostrará. ¿Le cree usted o no? El discurso fue bueno, consistente y firme, pero apela a la fe del escuchante para que éste emita un veredicto, se debe creer en lo que se afirma, porque no hay pruebas que los avalen. ¿Es usted creyente o no? ¿o se declara agnóstico?

En lo que quiero fijarme hoy, dados los múltiples análisis que se han hecho desde entonces, es en las formas, impresentables desde todo punto de vista y que me hacen pensar que, si existe algún encargado de comunicación en Moncloa debe estar contratado por el ala más dura del PSOE, porque sino es totalmente incomprensible. Habitualmente la estrategia de comunicación del PP ha sido bastante mala, pero nunca habíamos llegado a los extremos a los que el marianismo ha osado alcanzar. Ausencia total de la figura del presidente cuando es requerida, escapismo, ruedas de prensa sin preguntas y sin respuestas, notas de prensa contradictorias, etc, y sobre todo, la ocultación del personaje, la pura ausencia de Rajoy de la escena pública, salvo en actos controlados, protocolarios, de discurso cerrado, aclamativo y sin riesgo. Ya en la legislatura pasada con ZP, tuvimos un episodio desastroso de comunicación que mostraba tanto la incompetencia en esa materia como la cobardía del presidente, que fue su ausencia durante varios días tras el atentado de la T4 de Barajas, con dos muertos, que sepultó la tregua de ETA bajo sus escombros y acalló al presidente durante jornadas que se hicieron interminables. Ahí se acabó ZP para muchos. Pues bien, ante el caso Bárcenas Rajoy ha adoptado la misma evasiva y cobarde respuesta. Escapismo puro y duro, y a la hora de dar unas palabras, hacerlo en el formato más retorcido posible. La imagen de la sala de prensa del PP, en la que un televisor retrasmitía la señal de la sala de reuniones y los periodistas grababan al monitor era de antología, o más bien de vergüenza. Por ello es lógico que hayan proliferado chistes, viñetas y chascarrillos ácidos al respecto. Supongo que en el ánimo de los responsables de comunicación de Moncloa (por cierto, que cobren dado el mal trabajo que hacen tiene su mérito) estará el tratar de no sobreexponer al presidente y no situarle en una posición incómoda, por ejemplo, una rueda de prensa en la que se muestre vacilante y sin rumbo. Loable objetivo del subordinado respecto al jefe, pero lo que es obvio es que en momentos de crisis es cuando el liderazgo, o su ausencia, se demuestran, y uno puede responder de mejor o peor manera, pero lo que nunca, repito, nunca, debe hacer es huir. Huir, esconderse, ocultarse tras otros, es un mensaje en sí mismo, es una señal de debilidad, es el clásico intento de sacrificar peones y ganar tiempo a la espera de que surjan noticias que calmen el ambiente, y eso es un error. En las crisis el liderazgo se hace presente, acierte o no, pero no huye. Asume responsabilidades, y la ciudadanía, al verlo, se siente representada por aquel a quien ha elegido. En esto los norteamericanos nos llevan milenios luz de distancia, pero no es necesario hacerlo tan bien como ellos, me conformo con que no se cometan errores de bulto como el del Sábado, que generan unas escenas ridículas, inasumibles tanto desde el plano político como desde el periodístico, que deslavazan la idea de democracia como lugar de debate, y que, paradojas de la vida, al que más perjudican es al que teóricamente se pretendía preservar, al propio Rajoy.

Como daño colateral, hoy mariano visita a Angela I de Alemania y España y no podrá evitar comparecer en rueda de prensa junto a ella en cuerpo presente y vivo, así que algunas de las preguntas que logró que no se le hicieran en Madrid se las harán en Berlín delante de la que decide nuestro futuro, en un espectáculo que promete ser tan interesante como ridículo. Mi consejo, despidan a todos los que trabajen en comunicación en Moncloa, sin indemnización alguna por su manifiesta incompetencia, y contraten a unos nuevos, a quien sea. Es imposible hacerlo peor.

viernes, febrero 01, 2013

Rajoy ante sus horas decisivas


Lo primero que hay que hacer en estos casos es felicitar al diario El País porque, tras un par de semanas muy difíciles, en las que el error de la portada de Hugo Chávez y el estar a rebufo de El Mundo en el caso Bárcenas le había granjeado malas críticas y caída de ventas, la exclusiva de los papeles de la contabilidad secreta de Bárcenas que publicó ayer fue un bombazo mediático que, entre otras cosas, agotó la edición impresa del diario. Negocio redondo y relevancia absoluta, el máximo deseo del periodista hecho realidad, enhorabuena.

Ahora vayamos a lo relevante, que es el papel de Rajoy en todo esto. La acusación que pende sobre él y muchos otros miembros de la ejecutiva de su partido de haber cobrado dinero en negro es muy grave, tanto que impide que Mariano adopte su habitual táctica de evasión y huida, que en el año que lleva como Presidente se ha demostrado inútil desde todo punto de vista para gestionar los asuntos serios que lleva aparejado su cargo. Lejos de escudarse en Cospedal o en otros cargos, Rajoy debe comparecer en público, habiéndose estudiado muy bien qué va a decir y que no va a decir, y anunciando en esa comparecencia cosas sustanciales, no auditorias amañadas, perdón por la redundancia. Y esas cosas sustanciales son ceses, relevos en la cúpula de un partido que, a ojos de gran parte de la sociedad, aparece manchado, cubierto por la oscura sombra de la financiación ilegal. Es decir, Rajoy debe cortar cabezas en la plaza pública para apagar el incendio que se puede descontrolar en cualquier momento. Si no lo hace, pronto y ejecutivamente, el incendio le devorará. Y eso no es sólo una expresión, sino la constatación de una realidad que ayer aparecía en todos los medios de comunicación del mundo, la imagen de un presidente del gobierno acorralado, abrasado por completo a poco más de un año de celebradas unas elecciones generales que ganó por goleada, con la imagen de un país corrupto, tramposo y endeudado que escalaba posiciones en la escaleta de las portadas a medida que avanzaba el día y con unos titulares cada vez más gruesos y feos. El golpe que sufrió ayer la marca España fue tremendo, y está en manos de Rajoy, y sólo en las suyas, actuar y frenar esta hemorragia. ¿A qué alternativas se expone? Pensándolo ayer por la noche la actual situación me recuerda, salvando las distancias, a Italia en dos épocas diferentes, ambas de máxima gravedad. A corto plazo la tensión y el desprestigio del gobierno Rajoy empieza a ser similar a la que sufrió Berlusconi hace un par de años, cuando ya era inviable su gobierno y, en un movimiento orquestado desde, al menos, Berlín y Washington, le fue retirado el cargo de primer Ministro para dárselo a Mario Monti, inaugurando la regencia de los tecnócratas, en un fin de semana oscuro y que aún queda por explicar, y en el que se orquestó un golpe de estado palaciego para arrebatar el poder a un irresponsable que había sido votado pero que no era capaz de llevar a cabo política alguna. Rajoy no es Berlusconi, pero ante una situación de inacción y deterioro institucional, ¿sería factible pensar que la UE y otras fuerzas organizasen un movimiento similar en España y relevaran a Rajoy? No lo descarten, sobre todo porque, como les estoy contando, es algo que ya hemos vivido con anterioridad. De lo que no tengo dudas es que ayer a Rajoy le llamaron desde alguna embajada y gobierno extranjero conminándole a que haga algo, presionándole, forzándole a actuar. Por ello, por esa presión externa, por saberse rodeado y atenazado entre los que realmente mandan y los de su partido, acorralado, sólo le veo dos opciones. O actuación o eliminación. Puedo equivocarme, claro, pero ese es mi diagnóstico.

El otro punto en el que nos parecemos a Italia es de carácter mucho más general y hay que remontarse décadas en el tiempo para retomarlo, y es el carácter estructural, sistémico, que ha alcanzado la corrupción en España, en los partidos políticos y las instituciones. En los ochenta, creo recordar, estalló en Italia la llamada tangentópolis, en la que se demostró que todos los partidos estaban corruptos y cobraban comisiones cruzadas. Eso acabó destruyéndolos y arrasando el sistema político que regentaba el país desde el final de la Segunda Guerra Mundial. ¿Es Bárcenas la prueba definitiva de la tangentópolis española? Bien pudiera ser.