viernes, septiembre 29, 2023

El PNV, en crisis

Desde que en 2015 la política española se descompuso, las estrategias clásicas de los partidos se han deshecho y se han obligado a un ejercicio de recolocación constante para tratar de salvaguardar sus intereses, que es lo que realmente les importa. La actitud de Sánchez de no tener palabra y de mentir descaradamente a todo el mundo le ha servido para mantenerse en el poder, pero a costa de hacer de sus promesas un vacío que todo el mundo conoce como tal. Que tu palabra no valga nada es algo que no deja de ser llamativo, pero es lo que hay. Algunos partidos se han amoldado mejor a este juego, otros no.

El PNV fue el que inició el disparate de 2015 dejando caer el gobierno de Rajoy un día después de aprobarle los presupuestos, y durante un tiempo ha sacado tajada de esta coyuntura volátil y peligrosa, pero desde hace unos años se encuentra en una posición cada vez más incómoda. Es curiosa la posición del PNV, un partido de la derecha más clásica y, en ciertos aspectos, rancia, que coincide mucho más con Vox de lo que alguno pudiera imaginarse, travestido de “progresista” con tal de llevarse réditos económicos que engorden aún más la fortuna de sus dirigentes de los que los apoyan. Pocos partidos hay en España que tengan tan claro cómo funcionan los entresijos del poder que el PNV, que sean tan profesionales a la hora de amarrar lo que es trascendente para mantenerse al frente de instituciones o presupuestos, y que posean visión no de estado, sino de cuadrilla, en el sagrado sentido vasco que se otorga a ese extraño concepto de amistad. Las estructuras del PNV se han filtrado por todos los resquicios de poder del País Vasco y, tengan capacidad institucional para ello o no, mandan allí. El votante de derechas de toda la vida es el suyo, y lo saben, y ahí el PP siempre ha pinchado en hueso, porque su electorado prototipo es peneuvista. Pues bien, los seguidores del legado del racista Sabino Arana están en crisis. Llevan cayendo en votos desde hace algunas elecciones y, aunque mantienen el control absoluto sobre Vizcaya, en Guipúzcoa y Álava se encuentran bastante disminuido. En su fuero vizcaíno también contemplan con temor la pérdida de ciertos municipios que se les han escapado desde hace ya algunas votaciones, y son incapaces de retomar. ¿quién está ocupando el espacio que deja el PNV? Bildu. Es una gran sorpresa, y en parte se debe al trabajo intenso que ejercita Sánchez sin cesar para blanquear a los batasunos, vistiéndolos de moderna formación progresista donde hay poco más que un proyecto etnicista y orgulloso de la violencia terrorista. Los años que han pasado desde la disolución de ETA, junto al efectivo trabajo de los nacionalistas, amparados por el gobierno nacional, en ocultar crímenes y demás matanzas han permitido que ya exista una primera protogeneración de votantes en el País Vasco que contemplan el panorama electoral en la dicotomía clásica de PNV derecha Bildu izquierda, y se decantan por los batasunos porque les prometen más ayudas para viviendas y cosas por el estilo (sin aclarar que no saben gestionar la economía y que pueden arruinar hasta la región más rica de España si se lo proponen). La cosa es que el electorado del PNV, envejecido y asediado, mengua, y el de Bildu crece, y de cara a las trascendentales elecciones autonómicas de julio del año que viene, si no hay adelantos, se puede dar, por primera vez una victoria en votos de Bildu en el conjunto del País Vasco. Si la aritmética lo permite PNV y PSE se reeditaría el pacto que ahora mantiene a Urkullu al frente del gobierno vasco, pero eso ata al PNV en Madrid a apoyar al gobierno de Sánchez, sino la venganza en Lakua, sede de la Lehendakaritza, puede ser letal.

Se sabe asediado el PNV, están asustados. No son capaces de controlar un escenario en el que siempre han actuado como los chantajistas más profesionales y efectivos y, ahora, con fuerzas menguadas, otros les empiezan a ganar la partida de la extorsión. No hay que precipitarse en enterrar a un partido que es mucho más que eso, pero lo cierto es que la perspectiva de los peneuvistas es complicada. Si tuvieran las manos libres no verían mal un gobierno de Feijóo, encantados estarían de dejar caer al Sánchez que ha alimentado de tal manera a su rival batasuno, pero están atados. Caen las nueces, sí, pero empiezan a no ser ellos los que deciden cómo golpear el árbol ni cuántas recoger. Y eso, para el tradicional cacique del pueblo, es trágico.

jueves, septiembre 28, 2023

Azerbaiyán aplasta a Armenia

La semana pasada tuvo lugar una guerra de un día entre Armenia y Azerbayán, por el siempre conflictivo enclave de Nagorno Karabaj, territorio de población armenia enclavado en el país vecino. Varias son las guerras y trifulcas que se han dado en años pasados vinculadas al control de este territorio, que ambas naciones consideran propio. En la última ofensiva, del año pasado, los azerbayanos arrinconaron a las tropas armenias y mostraron que su capacidad militar era superior a la que podía desplegar Ereván. La semana pasada, directamente, las fuerzas de Bakú arrollaron a las armenias, mataron a unos doscientos oponentes y se han hecho con el enclave.

Azerbaiyán ha contado siempre con el apoyo de Turquía, con la que comparten estrategia y fe, y Armenia ha sido el valido de Moscú, recurriendo al apoyo ruso cuando lo necesitaba. Esta vez Rusia no ha aparecido en escena porque su ejército, nauseabundo, se encuentra muy ocupado con el frente de Ucrania y, si allí no es capaz de avanzar, menos puede acudir a otras batallas lejanas. Los movimientos de cierta colaboración entre Armenia y EEUU de los últimos tiempos también han sido vistos con recelo desde Moscú, por lo que ante la llamada de auxilio armenia desde el Kremlin se ha actuado con una displicencia mayúscula, dejando solo al antiguo socio. Desde el bando opuesto, los azerbaiyanos han sido los primeros en la región en aprovechar lo que parece ser la debilidad de las fuerzas rusas para imponer su norma sobre el terreno. El miedo a la intervención de las tropas del Kremlin ha mantenido sujetos muchos conflictos regionales en los que Rusia toma partido por uno u otro bando, y el contrario sabía que actuar suponía entrar en riesgo de colisión con el ejército ruso. El desempeño de éste en el frente de ucrania ha mostrado al mundo su inoperancia, antigüedad e impericia, y el lobo ya no da tanto miedo. Agobiadas por la contraofensiva de Kiev, no hay tropas rusas ni material que puedan acudir a sofocar revueltas en otras regiones limítrofes, por lo que alguno puede aprovechar su oportunidad. Bakú no se lo ha pensado y ha lanzado una ofensiva enorme que ha desarbolado a las tropas armenias y, si no ha finiquitado el conflicto, sí lo ha decantado de una manera decisiva. La derrota de Ereván ha dejado abandonados a su suerte a los algo más de cien mil armenios que viven en ese enclave que, presas del pánico, han comenzado una huida desesperada para abandonarlo. Enormes atascos en retorcidas carreteras son el testimonio del éxodo de una población civil que teme las represalias de las tropas azerbaiyanas, sabidos como son los precedentes de genocidio vividos en Armenia a manos de fuerzas islámicas, empezando por lo que los turcos hicieron en el siglo XX. El desolador espectáculo de la huida es algo propio de épocas pasadas, nuevamente retrotrae a escenas que uno imagina en la Primera y Segunda Guerra Mundial, pero hay móviles que lo están grabando en tiempo real y subiéndolo a la red, por lo que nos encontramos ante un hecho que se desarrolla hoy mismo, ante nosotros. Esos refugiados desean atravesar la franja de territorio azerbaiyano que separa el enclave de suelo armenio y, una vez llegados allí, solicitar acogida en su país y escapar de lo que pueda suceder al otro lado de la frontera. Como siempre, algunos podrán huir fácilmente y otros, sin medios, o con una avanzada edad, no serán capaces de marcharse así como así. Las autoridades azerbaiyanas no van a tener muchos problemas para hacerse con el control total del territorio, realizar un efectivo apagón informativo e impedir que el resto del mundo se entere de lo que va a pasar en Nagorno Karabaj a partir de ahora. Que se desaten pogromos contra los restos de población armenia es algo que nadie descarta. Hay venganzas que el lado azerbaiyano lleva tiempo queriéndose cobrar, y nunca ha tenido una oportunidad mejor que esta para ello.

En Armenia, la derrota deja al gobierno muy tocado, y al país sumido en la zozobra. Su vecino del este le ha vencido y se convierte en dominante. Al oeste está Turquía, la potencia regional que apoya a Azerbaiyán y contempla encantada la secuencia de acontecimientos. Al sur Irán mira y no hace nada, pero un avance del islam siempre será bien visto desde Teherán. Georgia al norte es el único vínculo que le queda a Armenia con lo que fue el mundo soviético, que ahora recela de ellos. La situación de esta pequeña nación del Cáucaso es de gran debilidad y riesgo, su viabilidad futura puede estar en entredicho.

miércoles, septiembre 27, 2023

Melancolía en el Congreso

Recuerdo como, hace no muchos años, seguía con pasión cada uno de los grandes debates que se daban en el Congreso de los Diputados. Las investiduras eran bastante ocasionales pero los del estado de la nación eran cada año y luego había algunos, relacionados con las decisiones de los consejos europeos, que tenían bastante enjundia. Uno sabía más o menos lo que iba a pasar antes de celebrarse, pero pese a ello tenían su gracia. Y no eran exactamente debates, sino argumentaciones de la posición de cada uno, obviando los del contrario. A veces se organizaban broncas y la cosa se acaloraba. No me hacía mucha gracia.

Desde que en 2015 el sistema de partidos se fue al garete y la mal llamada nueva política llegó a nuestras vidas las sesiones del Congreso han vivido un proceso de degeneración constante, convirtiéndose en un bochornoso espectáculo carente de gracia alguna. Los partidos populistas como Podemos y Vox, y los sediciosos catalanes han sido los grandes creadores de episodios por los que las madres de cada uno de nosotros nos hubieran pegado una gran paliza de haber sido protagonizados por mi o por conocidos, pero es de justicia señalar que tanto PP como PSOE se han sumado a la degeneración con saña y, entre todos, han convertido a ese hemiciclo en un lugar irrespirable, ajeno no ya a la cortesía, sino a la simple educación. Contemplar debates en los que la carrera por quién la decía más gorda y lo tuiteaba antes se convertía en una pesadilla deprimente, y opté por dejarlo, porque me ponía nervioso y triste asistir a aquello. Desde entonces, curioso, creo que ha habido más sesiones de investidura que estados de la nación, dada la inestabilidad absoluta a la que nos hemos acostumbrado, con coaliciones de gobierno cada vez más disparatadas y mentiras soltadas desde la tribuna con un descaro inigualable. ¿Aporta algo a la convivencia decir esas barbaridades en el lugar más solemne posible? El Congreso es la sede de la soberanía nacional, el lugar en el que los elegidos para representarla tienen el poder para hacer leyes, y debiera tener un carácter ejemplarizante en su actuar y proclamar, pero es justo lo contrario. No hemos llegado al nivel de los parlamentos coreanos, famosos por sus broncas físicas que, de vez en cuando, nos llegan convertidas en memes o breves de telediario, pero sí a un nivel de bajeza en las formas y discursos que es, simplemente, impresentable. Nuevamente son Vox Y Podemos los principales baluartes de este proceso de degeneración. Su incapacidad intelectual y el vacío ideológico en el que viven, rellenado de pensamientos sectarios y totalitarios, se manifiesta en declaraciones de desprecio a todos los que no son ellos, y con la aquiescencia de algunos logran protagonizar día sí y día también sesiones parlamentarias que abochornan a cualquiera. El intento de algunos diputados de elevar el debate, o al menos no hacer que se enfangue más, choca con el muro de los desquiciados y el éxito absurdo que esas poses logra en unas redes sociales donde el ruido triunfa y lo elegante jamás ganará a lo zafio. ¿Hay posibilidades de reconducir la situación? En privado muchos parlamentarios y cronistas confiesan que es una vergüenza lo que contemplan en su día a día y que ellos no quieren participar en eso, pero es difícil luchar contra la corriente de malos modales que se hace fuerte en las bancadas. Y aunque me guste la política, lo cierto es que eso que se ve en el Congreso no es política, es simplemente suciedad, embarramiento, ruido, que aleja a los pocos ciudadanos que pueden estar interesados en ello y convierte a una institución en un despojo. Quizás sea ese el plan de más de uno.

Ayer, en el inicio de su investidura condenada al fracaso, Feijóo hizo un discurso suave. Sin estridencias. Se puede estar a favor o en contra de sus propuestas y estilo, pero no hubo insultos ni mala maneras, Por la tarde Sánchez decidió despreciar el debate y lo embarró sacando a Óscar Puente, un macarra de primer orden, conocido no sólo en el Valladolid que ha administrado como alcalde, para dar una réplica faltona y barriobajera, ante la que los propios medios pro gubernamentales no tenían más remedio que avergonzarse. Y eso se vende, desde Moncloa, como un “golpe de efecto”. Ese es el nivel.

viernes, septiembre 22, 2023

Un mal día para Ucrania

Ayer Zelensky visitó Washington por segunda vez desde que empezó la invasión rusa de su país. Antes había estado pronunciando un discurso ante la asamblea general de la cada vez más devaluada ONU, que siendo la excusa de su viaje a EEUU, era lo menos relevante de la misma. Lo mollar se decidía en la reunión de ayer con miembros del Congreso y con el presidente Biden. La administración demócrata sigue manteniendo un firme apoyo a Kiev, pero ayer Zelensky comprobó que la frialdad con la que no pocos republicanos ven la resistencia ucraniana se manifiesta en gestos y críticas al gasto norteamericano en la guerra. Sabe Kiev que las elecciones norteamericanas del año que viene son vitales para sus intereses.

Si en imágenes, la visita de ayer no fue como la del año pasado, tampoco el resto del día resultó ser positivo para el bando ucraniano. Uno de sus mayores aliados en la UE, Polonia, país que, ideológica e históricamente siente aversión a Rusia, anunció que entregará las armas que, hasta ayer, tenía comprometidas para Kiev, pero que no dará nada más. Varsovia ha sido uno de los donantes más generosos y de los que más han insistido, cada vez que una presunta línea roja en forma de un sistema de armas no previsto entraba en las discusiones, para saltársela y no dudar en apoyar a Kiev con lo que fuera. ¿A qué viene el cambio de postura polaco? El grano es el problema de fondo, el que las exportaciones de cereal ucraniano favorecidas por la UE hacen mella en los precios e impactan en la producción de grano polaco, arruinando a los agricultores locales, y en no muchas semanas hay elecciones en Polonia, en las que el muy conservador partido gobernante necesita los votos rurales para mantenerse en el poder. Esto puede significar que, si el partido renueva el gobierno en Varsovia, decida revertir la decisión tomada ayer, en otra muestra de que digo una cosa y hago otra en función de mis intereses (el sanchismo también abunda fuera de aquí, aunque no llegue al grado de cinismo que nos desborda) pero, en todo caso, a corto plazo las municiones y materiales polacos no irán camino del este, y Ucrania necesita de todo para sostener ofensivas y mantener retaguardias. Zelensky lo dijo ayer claramente, si no nos ayudan, perdemos la guerra. Tanto en lo militar como en lo económico, Ucrania depende completamente de los suministros occidentales, y lo que los ucranianos aportan en la guerra es valor, cuerpos, tierra, destrozos y muertos, pero lo que disparan es nuestro. Sin ese abastecimiento constante las opciones de aguantar frente a las crudas defensas rusas y los insistentes lanzamientos de misiles se antojan muy escasas. A pocas semanas de que empiecen a llegar las lluvias y los fríos a aquella parte del mundo el balance de la contraofensiva ucraniana de verano es magro, escaso. Muy escaso si lo comparamos con las expectativas que se vendían en la primavera, escasísimo si recordamos los grandes avances del año pasado cuando se derrumbó el frente ruso en Jersón, apenas significativo teniendo en cuenta la batalla interna que ha habido en el lado ruso a cuenta del affaire Wagner y la rebelión y posterior asesinato de Prigozhin. Las conquistas ucranianas han sido de algunos kilómetros cuadrados, logrando romper la brecha defensiva rusa en varios puntos pero sin lograr penetrar en ningún momento de manera consistente. El gran objetivo de cortar la franja de territorio conquistado por Moscú que permite llegar a Crimea desde tierra por territorio continental y partirla, dando acceso a los ucranianos al mar de Azov, no se ha logrado. Este movimiento permitiría aislar a Crimea y el frente sur, por lo que los acosos que sí se dan contra la península serían efectivos y, cortadas las líneas de suministro, parte de ese frente ruso podría caer, pero sin haber llegado hasta ese punto se puede decir que las conquistas ucranianas han sido anecdóticas. Ambos bandos han disparado munición como si no hubiera mañana, dejado la tierra baldía y sembrado de cadáveres el suelo, en bajas que son difíciles de precisar, pero que acumulan hasta la fecha balances ampliamente superiores al centenar de miles de muertos para unos y otros.

El invierno supondrá no sólo la congelación de los frentes de batalla, sino una nueva oportunidad para que la crueldad rusa se manifieste en forma de ataques a los sistemas de abastecimiento y suministro de energía ucranianos, generando apagones y fríos mortales. Será el segundo invierno de la guerra, minando la capacidad de resistencia del país y abocándolo a una destrucción progresiva. No podemos dejar de apoyar a Ucrania con todo lo que tengamos y seamos capaces, pero teniendo delante a un enemigo que desprecia tanto a sus propias tropas como aquellas a las que combate, las opciones de victoria son las que son. Esto no pinta bien.

Subo a Elorrio el fin de semana y me cojo dos días. Nos leemos el miércoles 27. Pásenlo bien

jueves, septiembre 21, 2023

Sánchez amnistiará

Pocas dudas tengo de que, si se lo pide, Sánchez hará vicepresidente al indigno Puigdemont y lo venderá como un fichaje necesario para afrontar tiempos de cambio. Si Calviño consigue su puesto en el Eurogrupo es probable que ya haya algún articulista escribiendo en Moncloa un loable texto a favor de los conocimientos económicos del sedicioso Carles, que lo encumbraría hasta las más altas de las esferas de la gobernanza financiera española, y el coro de palmeros que se dicen periodistas tendrían apenas unas horas para aprenderse un argumentario que les sonaría a chino, pero que repetirían con la misma fe que lo hacen en Beijing los afectos a Xi Jinping.

Que Sánchez traicione su palabra, su compromiso, sus promesas, es algo que no debiera sorprender a nadie. Pocas personas quedan en este mundo con menos palabras que él. Eso mismo no se puede decir del traidor Puigdemont. Es un delincuente cobarde, felón, sectario, racista y oligárquico, que se muestra muy orgulloso de los delitos que ha cometido y que no tiene empacho en pavonear sus ofensas. Es como un Rubiales pero no sexual, la misma memez, el mismo chuleo, la misma capacidad de ofensa. Eso sí, como sus siete votos en el Congreso son decisivos para elegir al presidente del gobierno va a pasar de ser prófugo a líder de la democracia catalana y europea en un enjuague perpetrado por la maquinaria de propaganda y mentiras de Moncloa que no pocos tragan sin apenas emitir queja alguna. Entiendo a los que, trabajando en algunos medios, cobran poco, se han embarcado en hipotecas caras y pagarlas exige traicionarse a sí mismos y a las ideas por las que, presuntamente, escriben artículos que no son sino sesiones diarias de peloteo al poder que garantiza sus nóminas mensuales. Creen que son periodistas, pero son meros siervos, y como tales, incapaces apenas de salir de la opresión en la que se encuentran. Abandonen todas esperanza de que cambien de opinión, al menos hasta que terminen de pagar las cuotas del piso. Los que no tienen excusa alguna son los que ya tienen la vida asentada, los jefes de esos siervos, sin ir más lejos, que cobran mucho más que ellos, que yo y que, probablemente, usted, querido lector. Personajes que han medrado peloteando al poder y conseguido puestos de relevancia en empresas, medios y chiringuitos oficiales o creados directamente para ellos, que viven de maravilla y que desayunan hipocresía con leche todas las mañanas. Sólo creen en su ingreso y en el amor cerrado a quien se lo garantiza. Sus ideas hace tiempo que dejaron de existir, y todas las mañanas reciben el mantra de Moncloa de lo que deben opinar, lo leen antes de pasárselo a los siervos que lo difundirán sin freno, y de ahí a otro día de no trabajo, de figurar, de hacer caja, de que nada les importe más allá de cómo luzcan en las fotos. Esos sí que no tienen excusa alguna a la hora de ser señalados como colaboradores de la felonía que pretende Sánchez con tal de agarrarse al poder. Cambian de opinión como las veletas porque, como las veletas, carecen de opinión, es el viento que sopla el que la determina. Si hoy a Sánchez le toca decir A para seguir en el poder, dicen A con la boca muy abierta, y si mañana hay que decir NO A, lo gritan a pecho descubierto, niegan haber dicho A apenas unos días antes y, los más osados, o sinvergüenzas, reconocen que dijeron A, pero como las circunstancias cambian, ellos también. Son unos buenos émulos de su maestro jefe, aunque carecen del aplomo que emana del de Moncloa para mentir con el estilo maestro con el que lo ejercita el jefe. Que por algo lo es.

Sigo pensando que la mejor estrategia de Sánchez es no ceder y acudir a unas elecciones repetidas como aquel que no se bajó los pantalones ante el capullo puigdemoniaco, pero también creo que a Sánchez no le da ningún apuro mentir y desdecirse en todo porque nada le importa más que el mantenerse en el poder. Sabe que, fuera de él, todos conocen su falta de palabra y no podrá comprar voluntades para acallar el vacío que lo domina. Por eso, la probabilidad de que conceda amnistía, condonación de deuda del FLA, cargos a Puigdemont y la obligación de que todos se plieguen al paso del sedicioso, postrados, y le denominen “molt honorable” mientras le arrojan pétalos de flores es muy alta.

miércoles, septiembre 20, 2023

Chantaje con IA en Almendralejo

Una de las primeras cosas que todo el mundo vio claro cuando se hicieron públicos los resultados de las distintas aplicaciones de IA era que esa tecnología era capaz de crear objetos prácticamente indistinguibles de la realidad. Imágenes, archivos de sonido o de vídeo, escenas gráficas… su realismo es enorme y la posibilidad de confundir al que los analiza igualmente alta. En seguida se pensó en la manipulación política como una de los mayores mercados para estas tecnologías, dado lo que se miente de normal para alcanzar el poder, pero la retorcida mente humana es capaz de hacer cosas más oscuras y a mayor velocidad de lo que los analistas esperaban. Y sí, cómo no, con el sexo de por medio.

El chantaje efectuado por parte de unos críos a unas chicas en la localidad extremeña de Almedralejo recoge, en un solo caso, toda la podredumbre moral, retorcimiento y desarrollo tecnológico que nuestro tiempo es capaz de aunar de una manera tan exacta como perturbadora. Esos críos, que no se muy bien cómo denominar, cogieron fotos de chicas de su colegio o alrededores, y con una aplicación de IA que es gratuita y se puede ejecutar desde el móvil, fusionaron los rostros con cuerpos desnudos, de tal manera que la composición ofrecía como resultado la sensual imagen de una niña posando como un putón. No contentos con la mamarrachada, comenzaron a delinquir distribuyendo algunas de esas imágenes artificiales entre sus contactos, haciéndolas pasar como por ciertas, y se dedicaron también a la extorsión, amenazando a algunas de las chicas con hacer eso mismo, la difusión de las imágenes, si no se sometían al chantaje que ellos decidieran. Está aún por ver la dimensión del caso al que nos enfrentamos, pero ya son más de una decena las familias de chicas que han denunciado los hechos, y algunas fuentes apuntan hasta la treintena las afectadas. Tanto ellos como ellas tienen edades que alcanzan, como máximo, los catorce años, y es probable que no haya pocas con una edad más cercana a la decena que a la quincena., Eso no son sino detalles concretos que poco aportan al caso, porque basta con que una fuera la perjudicada, sea cual sea su edad, para que estuviéramos ante un comportamiento tan asqueroso como sorprendente. El caso da mucho que pensar, porque es tan repugnante que es imposible quedarse indiferente, pero nos encontramos con una combinación letal para que sea castigado como sea debido. La utilización de una tecnología no regulada, de acceso libre y sin coste, y la edad de los sujetos que han cometido estos actos, todos menores de edad, incluso puede que muy menores, deja a los juzgados ante un problema de difícil abordaje. No se han robado imágenes ni se ha producido delito alguno en el mundo real, sino que todo es virtual, artificial, pero con unas gravísimas y evidentes consecuencias en el mundo real. Las chicas están asustadas, se sienten indefensas, muchas no quieren salir de casa y ven como su mundo se derrumba de una manera que, a buen seguro, no son capaces de comprender plenamente. Las familias de esas chicas tienen la sensación de que, de una manera muy extraña, alguien las ha violado, ha entrado en la intimidad de sus vidas y las ha deshecho. Ha abusado de ellas, pero sin poner un dedo en el cuerpo, sólo en la pantalla de un móvil. Imágenes manipuladas de ellas, con ese rostro auténtico y personal, circulan por ahí sin control alguno y pueden acabar en lugares más depravados y oscuros de lo que uno sea capaz de imaginar. La denuncia de los padres para defender a sus hijas es un movimiento obvio, pero no está nada claro cómo se va a poder llevar a cabo la defensa real de las mismas una vez que los hechos han sido creados y circulados. ¿Qué reparación cabe? ¿Qué condena resarce de semejante agravio? ¿Cómo interpretamos unas leyes, pensadas para el mundo real de adultos, en un contexto artificial, y donde los delincuentes son los niños? ¿Qué hacemos con los capullos, esos hijos de … que han creado esas escenas y las han usado para eso? ¿Cómo plantear una reeducación ante hechos semejantes? ¿Cómo es posible que algunos de esos niños respondan ante los hechos con un orgullo desmedido?

Uno de los pensamientos que me surgió al enterarme de la noticia es qué estarán pensando los padres de los autores de semejante disparate. Seguramente son lo habitual en nuestra sociedad, padres y madres que defienden a sus hijos ante todo, que consideran que son los mejores, los más listos y especiales, que están por encima de la media en todo, que tienen sólo derechos y nada de obligaciones. Este parece ser el patrón de los padres de hoy, según cuenta cualquiera que trabaje en colegios y tenga reuniones con ellos. ¿Qué castigo pueden imponer a sus hijos? ¿Cómo sobrellevan lo que está pasando? ¿Qué sensación de culpabilidad tienen? ¿Creen que se han equivocado en algo?

martes, septiembre 19, 2023

Barril de petróleo a 90 dólares

Ayer las dos principales referencias en las que cotiza el crudo, Brent para el mercado europeo y West Texas para el norteamericano, cerraron claramente por encima de los noventa dólares, un precio que no se veía desde agosto del año pasado, cuando aún no estaban nada claras las consecuencias de la invasión rusa de Ucrania (siguen sin estarlo). El euro, por su parte, lleva debilitándose frente al dólar desde hace un par de meses y está cotizando en los 1,06 dólares por moneda comunitaria, cuando hace no muchos meses llegó a cotas de 1,12. Esto significa que, tanto por el valor del barril como por la cotización del dólar, el petróleo se nos está encareciendo a los europeos a lo loco. Y creo que es algo que no estaba muy previsto.

Los constantes tambores de recesión, que llevan sonando desde hace más de un año, y que han fallado calamitosamente, tienen como corolario que la demanda global de crudo debe caer si se produce una contracción de la economía, y más aún si China muestra datos flojos como los que se han visto en los últimos meses. Cierto, no tenemos una recesión, y sí unos PIBs crecientes, pero el incremento de los precios del crudo de una manera tan brusca no cuadra mucho. ¿A qué se debe? Así, de golpe, se me ocurren dos ideas, una de largo plazo y otra de corto. La de largo es que precios baratos como los vividos en los años pre y pandémicos, sumados a medidas de transición energética como la anunciada prohibición del uso de vehículos de gasolina a partir de un futuro no muy lejano en numerosos países han empezado a pesar en las cuentas de las empresas que producen y extraen crudo. Para ello deben hacer enormes inversiones, algunas de las cuales lograrán dar con pozos y otras no, y esas inversiones deben ser rentables. A 100$ el barril lo son todas, pero si en una década la demanda empieza a caer de manera significativa pocas lo serán, por lo que el ciclo inversor de la industria del petróleo puede haber empezado ya a declinar, y eso hace que la oferta potencial de crudo no vaya a crecer con fuerza y se produzcan tensiones. A corto plazo, parece que esta subida viene motivada por la decisión de algunos productores, especialmente Rusia y Arabia Saudí, de recortar sus volúmenes de extracción para lograr que los precios sean altos, y así hacer negocio. Hay un límite puesto por las sanciones internacionales al crudo ruso, que se debe vender a precios bajos, pero con un barril legal tan caro el contrabando de crudo ruso se disparará, y el que esa nación y los de Riad hayan decidido tensar la cuerda de la producción es la vía directa para que los precios en el corto plazo suban. Si el objetivo de los magnates saudíes y demás sátrapas que controlan la producción de crudo era forrarse lo están consiguiendo, y pueden tener por delante un otoño de lo más rico. Otros factores coyunturales también ayudan, como el que la reserva estratégica de EEUU esté bajo mínimos y eso obligue a las autoridades de ese país a acaparar parte de su producción y reducir las exportaciones a terceros, limitando aún más la oferta global. El pico más reciente de precio del West Texas se alcanzó el 5 de junio de 2022 a 120,67$ para luego ir descendiendo. Fueron los meses posteriores al inicio de la guerra, cuando petróleo, gas y muchas otras materias primas se dispararon de precio por la tensión global, lo que obligó a medidas de apoyo público en los surtidores y a sectores profesionales como los transportistas. Ahora, otra vez, estos precios al alza impactan directamente en las estaciones de servicio, encareciendo el combustible sobremanera y afectando a los que usan el coche o camión como herramienta de trabajo. Si estamos ante un pico puntual las cosas no irán a más, pero si estos precios altos se mantienen durante el otoño es más que probable que asistamos a movilizaciones de los sectores afectados ante una escala de precios de los carburantes. En este caso, otra vez, el pudiente que se ha comprado un segundo coche eléctrico puede verse inmune ante este problema.

Y claro, si estos precios aguantan ahí arriba un tiempo podemos enfrentarnos a una segunda ronda de inflación de costes, de la más repugnante e inútil que existe, que se origine en los combustibles pero que se traslade a otros productos y suponga una nueva vuelta de tuerca al bolsillo del consumidor. Con los tipos de interés en máximos y una inflación que parecía estar camino de la domesticación, estos precios del crudo pueden ser una mala noticia y toda una pesadilla para banqueros centrales, previsores económicos y, desde luego, todos los ciudadanos que compramos y consumimos. El chantaje ruso saudí, de momento, empieza a hacernos daño.

lunes, septiembre 18, 2023

Lampedusa y la inmigración

Lampedusa es una pequeña isla que pertenece a Italia, está muy al sur, casi más cerca de las costas africanas que del continente europeo, y está poblada por poco más de siete mil personas, algo así como Elorrio, mi pueblo. Su posición geográfica y el que sea territorio UE la han convertido en destino predilecto de las mafias que trafican con seres humanos, o directamente de aquellos que buscan huir del caos y, desde la costa del norte de África, parten hacia un futuro mejor. La llegada de miles de inmigrantes a la isla la ha colapsado y creado enormes problemas, que no son difíciles de imaginar para los recién llegados, pero que también alteran toda la vida de los residentes, que no son capaces no ya de acoger, sino directamente soportar las llegadas.

El problema de la inmigración es uno de los más vidriosos, feos, políticamente incorrectos, sucios y difíciles que tiene la UE. Nuestra frontera sur es uno de los lugares donde se produce una mayor diferencia de renta per cápita entre las distintas zonas del mundo. Somos un grupo de países ricos, algunos muy ricos, estables, sin guerras ni violencia. Al otro lado del Mediterráneo se suceden las dictaduras, los regímenes autoritarios, la violencia y un futuro que no existe, y esa misma zona lo es también de paso para personas de otras partes del mundo que huyen de sus propios conflictos, como puede ser el Sahel o Afganistán. En Europa envejecemos aceleradamente, no tenemos niños porque no queremos y cada vez las cohortes de población capaces de ello son menores, lo que lleva a crecimientos vegetativos negativos en varias naciones desde hace años. El mercado laboral ofrece puestos que no se cubren y el reemplazo de muchas industrias y negocios peligra. Necesitamos la entrada de inmigrantes para que cubran ese hueco, trabajen y, entre todos, mantengamos nuestras sociedades, pero no queremos que vengan. El rechazo a la llegada de inmigrantes está generalizado en la población europea, con unos matices distintos, pero todos ellos ligados a un cierto aire de racismo y al miedo que le entra al rico cuando el pobre acampa junto a su casa. Ese rechazo social encuentra un canal político en las formaciones de extrema derecha populista, que son las que dicen de manera alta y bruta lo que piensan muchos, pero no se atreven a pronunciar. Por parte de los partidos de izquierda se enarbola un discurso integrador y de acogida, que es lícito y fácil de proclamar, pero esconde la hipocresía de que no se hace realmente responsable de cómo gestionar esos flujos y, desde luego, acoger a los inmigrantes que llegan. La izquierda critica con fuerza las políticas duras que enarbola el gobierno de Meloni en Italia, pero está encantada de que esa avalancha de inmigración se quede en Lampedusa, y no vaya, por nada del mundo, a las ciudades y barrios donde gobierna. La derecha lanza proclamas de dureza, de levantar muros y vallas, de impedir todas las llegadas posibles, pero luego en el gobierno comprueba que sus gritos no son útiles frente a la cruda realidad. Entre unos y otros se arrojan el problema para tratar de contentar a sus electorados, pero sin tener ni la menor idea sobre cómo afrontar el problema. Lo único que se la ha ocurrido a la UE para parar los flujos, y funciona, es pagar a los países que hacen de última frontera para que confinen allí a los inmigrantes y los tengan encerrados, sin que los ojos de los ciudadanos comunitarios lo vean. Turquía o Marruecos sacan dinero, millones de euros, haciendo de policía de fronteras, y la violencia que denunciaríamos sin freno de producirse en territorio UE se da día tras día, y con mucha mayor saña, en esas naciones y en los espacios que han habilitado para acoger, qué eufemismo, a los inmigrantes. Como Libia no es un estado real y Túnez está en problemas serios, sus costas no son controlables, y el flujo de pateras desde ellas no deja de crecer. Por su parte, Turquía y, sobre todo, Marruecos, usan este tema como vía de chantaje a las naciones UE más cercanas a su territorio, España por ejemplo, y a veces se dan avalanchas “permitidas”, lo que encarece el precio del acuerdo o les permite lograr otras compensaciones en asuntos de su interés.

Este problema lleva muchos años enquistados y no va a ir a menos, sino justo al revés, a medida que los europeos de toda la vida envejezcamos y nuestras sociedades se escleroticen. Cuanto más mayores, mayor será la necesidad y, paradójicamente, el rechazo. ¿Cómo arreglarlo? Lo ideal sería con un plan a largo plazo, acordado por toda la UE, en el que se reconoce y cuantifican los millones de inmigrantes que se necesitan, y se organiza su llegada y distribución por la UE, de una manera transparente y con fronteras establecidas, pero no se ni cómo lleva eso a la práctica, ni cómo se paga ni, sobre todo, como sería aprobado por los electores en una votación.

viernes, septiembre 15, 2023

Los extraterrestres no están aquí

Ayer la NASA dio una rueda de prensa que muchos esperaban con ansiedad. En ella, la Agencia norteamericana iba a exponer sus conclusiones sobre el fenómeno OVNI, que ahora se llama FANI, y algunos confiaban en la disección del cuerpo de un marciano delante de las cámaras. Con sensacionalismo a raudales emitido desde varios medios a lo largo de las últimas semanas, muchos se quedaron frustrados cuando la NASA anunció que, evidentemente, no hay constancia de extraterrestres, que la inmensa mayoría de los fenómenos con los que se les relaciona tienen explicación, y que son muy interesantes los que no pueden explicarse, pero eso no es indicio suficiente de nada. Seguirán investigando.

Sí, conspiranoicos del mundo y amantes de lo oculto, ya lo siento, la realidad es muy tozuda. No hay extraterrestres entre nosotros, aunque no pocas de las personas que pueblan el mundo se lo parezcan. Una cosa es que tengamos esperanza en que haya vida en otros mundos, cosa que estadísticamente puede ser probable dada la inmensidad del cosmos, otra es que esa vida se haya desarrollado hasta un grado de inteligencia que le permita salir de su hábitat natural y otra es que llegue hasta aquí, un lugar que no es nada en medio del infinito estrellado que nos rodea. Deben darse muchos muchos muchos pasos, todos ellos muy complicados, para que eso se produzca. Pasos que no conocemos cómo se dan. Sabemos lo que es la vida porque nosotros estamos vivos y nos rodean seres vivientes, pero no sabemos cómo surgió la vida en la Tierra, y sólo conocemos un tipo de vida, sólo uno. Todo somos estructuras de proteínas que se copian a través de la información contenida en una cadena de ADN que usa ARN como portadora para la lectura y composición de las cadenas proteicas, con la química del carbono como base. Todo es así. Plantas, animales, esporas, líquenes, lo eran los dinosaurios, e incluso lo son los que fabrican los argumentarios basura de Moncloa de cada día. Todo es así. Sólo conocemos un ejemplo de vida, por lo que ansiamos buscarla en otras partes, pero estamos constreñidos a la idea de vida que nos domina, y eso limita nuestras posibilidades de encontrar otra. Se han hallado restos de moléculas orgánicas en asteroides, lo que permite suponer que, bajo ciertas condiciones y tiempo, la química del carbono puede crear estructuras complejas como hidrocarburos o incluso aminoácidos, pero pasar de ahí a un ser vivo como una bacteria es un salto inmenso. Y que esa bacteria llegue hasta nosotros por sus propios medios… como mínimo muy difícil. Uno de los enormes problemas que se relacionan con el posible contacto con otras inteligencias extraterrestres, más allá de cómo comunicarse con ellas, es el de la distancia. La velocidad de la luz es un techo físico a la hora de desplazarse por el universo, y el mundo conocido es de una dimensión simplemente aplastante. Miles de millones de años luz de tamaño definen el universo conocido, siendo millones y millones de años la distancia que separa a las innumerables galaxias que existen. La probabilidad de que haya mundos con vida crece con ese exponencial crecimiento de planetas existentes, pero esa distancia condena a que las opciones de contacto sean prácticamente nulas. Hay una vieja historia en la que, mirando al cielo en una noche, un crío pregunta a su padre sobre si cree que estamos solos en el universo, y él le contesta que sí. Decepcionado, el crío repregunta Entonces, “¿No hay vida ahí fuera?” Y el padre contesta. “Sí que la hay, pero ellos también están solos”. Es muy probable que la posibilidad de que civilizaciones inteligentes capaces de salir de su mundo coincidan en el tiempo y en una distancia espacial tolerable sea nula, y eso condene a cada forma de vida interestelar a existir en la soledad de su mundo y, en algún momento, preguntarse si son ellos los únicos que miran el firmamento.

Carl Sagan, que era el maestro en todas estas cosas, y muchas más, estaba muy interesado en la exploración espacial como, también, vía para encontrar posibles trazas de vida exterior. Suyas son dos afirmaciones que deben estar siempre en nuestra mente en estos temas. Una, es que afirmaciones extraordinarias requieren evidencias extraordinarias. Unas luces raras en el cielo no demuestran nada. La otra es que la respuesta de si estamos solos en el universo sólo tiene dos posibles respuestas: Sí y no, y ambas son igualmente aterradoras.

jueves, septiembre 14, 2023

Dos asesinos juntos

Qué enternecedor es asistir al encuentro de dos viejos camaradas que tanto comparten y se añoran. Conmueve comprobar la cercanía de ambos, sus sinceras sonrisas, su sintonía, su aspecto distendido. Tiene cada uno en frente a alguien que sí les comprende, que ejecuta con la misma crueldad a sus enemigos, que mantiene una visión totalitaria de la vida que lo llena todo. Juntos podrán compartir información que les es relevante, cunetas sobre a cuántos se han cargado, rememorar anécdotas sobre aquella purga que sí que fue dura, no como las de ahora, y planificar nuevas aventuras, conquistas y exterminios. No me digan que no es tierno, ¿eh?

La reunión entre Putin y Kim Jong Un en el cosmódromo ruso de Vostochny permitió juntar a dos de los mayores asesinos que, ahora mismo, rigen sobre las naciones en el mundo. Corea del Norte no sale de sus fronteras, pero eso le basta al gordito Kim para mantener a raya su dictadura paranoica y someter no ya con un puño de hierro, sino simplemente con todas las mordazas del mundo a unos ciudadanos que son poco más que siervos de una paranoia que se vende comunista. Putin, en Rusia, tiene ambiciones imperiales, un ejército de nauseabunda capacidad y una saña violenta que le hace despreciar a los suyos tanto como a los que se opone. No le basta su nación, la más inmensa de todas las existentes, porque en su delirio etnicista tiene claro que los demás somos menos, y ahí seguirá empeñado en recordárnoslo y, de paso, asesinado a cuantos pueda. La reunión permite establecer una alianza entre dos naciones que se muestran débiles y acorraladas ante el mundo, pero que no por ello son menos peligrosas, ni mucho menos. A Kim le gustan los cohetes, en eso compartimos gustos, pero él los quiere destinar a fines destructivos. Necesita tecnología para mantener en pie su programa armamentístico, pero más aún petróleo y comida para que su país no muera de inanición en la oscuridad, y Rusia está más que dispuesto a darle esos recursos a cambio de arsenales. El stock de munición de Rusia no debe estar muy boyante tras año y medio de sádica guerra en Ucrania, y los almacenes norcoreanos, siempre hasta arriba por la paranoia de un régimen que se cree siembre al borde de la invasión capitalista, son un botín excelente para Putin. Además, los sistemas militares de ambas naciones son herederos del mundo soviético, por lo que la compatibilidad de calibres, cañones y demás elementos es plena. Basta con trasladar los proyectiles norcoreanos a suelo ruso para que sean llevados al frente para asesinar ucranianos, que plan más sencillo. Que Rusia llegue a acuerdos con el mayor paria de la Tierra es una muestra de que la nación eslava está en un estado de aislamiento más que evidente, pero eso es relativo. Muchas son las naciones que no quieren abastecer a Putin de material militar para su cruel guerra, pero es evidente que Irán lo hace y Corea del Norte lo hará. También parece comprobado que China no lo está haciendo, lo que es muy relevante, pero no opone resistencia alguna a esos movimientos, y está claro que su colaboración en el entramado global de sanciones tejido contra Rusia es escasa. Pese a ello, es mayor que la de la India, la otra gran nación de Asia, que no se corta un pelo a la hora de comprar petróleo ruso con descuento, fruto de las sanciones globales, y que desarrolla una actividad diplomática evidente para jugar a dos bandas en una contienda en la que sólo hay un agresor y un agredido. El que el G20, en su reunión del fin de semana en Nueva Delhi, emitiera un comunicado tan vago sobre la guerra es una muestra de que pocos suministran efectivos a Putin, pero más son los que le cubren las espaldas. El encuentro de ayer será obsceno por su escenografía, pero no es algo tan anómalo como pudiera parecer.

Que Kim declare el pleno apoyo a la guerra sagrada que desarrolla Rusia contra occidente es algo de agradecer, porque ha dicho en pocas palabras lo que casi todos sabemos, y tratan de ocultar los que en nuestras sociedades, desde posiciones ideológicas aparentemente enfrentadas, pero igualmente populistas y totalitarias, defienden la acción rusa y comprenden al caudillo del Kremlin. Kim no es un rusoplanista de los que se describen en este fantástico artículo. Al menos el dictador norcoreano rehúye la corrección política y los eufemismos, porque no los necesita en su reino de terror, y llama a la masacre putinesca lo que realmente es. Se agradece la sinceridad del gordito.

miércoles, septiembre 13, 2023

Derna, Libia, el desastre total

No se si están escritas, pero hay leyes en el mundo del periodismo sobre el impacto que una tragedia es capaz de lograr en la opinión pública y, con ello, la atención y negocio asociado. La proximidad, física y emocional, es determinante, y la espectacularidad del propio hecho junto con el número de víctimas. Cada mil kilómetros de distancia, entendida en todos los sentidos posibles, necesita unos miles de muertos más para llegar. Un gato atrapado en un árbol en Manhattan que resulta herido al ser rescatado cotiza como unos doscientos muertos en Nepal, más o menos. Puede sonar crudo, pero así es, porque así funcionamos. Nos guste o no.

¿Cuántos muertos son necesarios para que una tragedia en Libia ocupe titulares en las portadas? Por de pronto requerirá muchos, muchos, varios miles por lo menos, y algo de espectacularidad en el fenómeno para destacar entre los sospechosos habituales de la naturaleza causantes de desastres. A priori lo sucedido en la ciudad costera de Derna cumple con todos los requisitos necesarios para ello, pero aún así uno le echa un ojo a la prensa del día y, aunque logra colarse, debe hacerlo a codazos sobre la zafia y amnistiante actualidad política de nuestro país, y debe competir en dramatismo con las escenas que nos deja el terremoto en Marruecos, que cumple muchas de las leyes de proximidad no escritas para llegar a lo más alto de la escaleta de las noticias. El que Libia sea una nación en guerra civil desde hace años, fragmentada, donde la vida ya de por sí vale poco y la presencia de medios es casi testimonial por lo peligroso que resulta estar sobre el terreno hace que lo que allí suceda pase desapercibido casi por completo, y debe ser un hecho extraordinario, como el que ha sucedido en Derna, para que el ojo de la actualidad se gire y apunte a ese sumidero de la audiencia. Abrir un informativo con escenas que se deben verificar sobre los probables miles de muertos causados por una enorme tormenta que ha derrumbado presas y arrasado una ciudad costera es una decisión de riesgo que un programador difícilmente llevará a cabo. Puede que sí en un medio público, donde la audiencia es un tema no tan importante y la cuenta de resultados no determina la renovación mensual de un formato o presentador, pero sigue siendo una opción peligrosa. Casi nadie sabe dónde está Derna, hay que localizarla, poner mapas, carece de la más mínima referencia visual que pueda resultar llamativa al espectador, no hay iconos, ni figuras urbanísticas famosas. Nadie ha estado nunca allí, ni conocemos a alguien que viva en esa urbe o sus alrededores. Cualquier relieve de una llanura marciana nos suena tanto a la vista como el perfil de esa ciudad mediterránea que está en la costa del país, en la costa pobre de un mar que consideramos nuestro. Algunos asociarán estas costas al lugar desde el que las mafias hacen partir los botes que acaban arribando a Lampedusa y otras localizaciones en Italia, pero poco más. Uno ve los vídeos que se han podido atribuir expresamente a la catástrofe y encuentra escenas similares a las de una riada de esas que se dan en la costa valenciana o murciana a estas alturas del año, pero con un decorado que no le suena de nada. Aparecen edificios de hormigón y otros que no lo son, y se atisban minaretes, síntoma de que no estamos en las orillas occidentales del mar, pero poco más se puede afirmar al ver las escenas, muchas de ellas nocturnas, que acaban con imágenes de día en las que lo que parece ser la costa de la ciudad se ha convertido en una informe escombrera de piedras, coches, basura y cadáveres, depositados de la manera más masiva y caótica que imaginarse uno pueda. ¿Sirven esas escenas para conmover al espectador? ¿Son relevantes para programarlas por encima de lo que se sabe que puede vender? Preguntas como esas se las harán muchos periodistas a lo largo de estas horas, sin encontrar respuestas claras, y sin apenas fuentes sobre el terreno que les ayuden a contextualizar los hechos y dar una imagen de presencia y cercanía. No pocos, con lógica, optarán por darlo como un breve, quizás citándolo en la escaleta de titulares por los “miles de muertos” pero con poco más énfasis.

Derna ha sido arrasada en una catástrofe muy propia de cualquier película de desastre que nos tragamos de una manera disfrutona cuando se desarrolla en un paisaje conocido y sabemos que es ficción. Lo que ha pasado allí es una cruel realidad que desborda a todo lo imaginable, y resulta realmente difícil de explicar. Desastre natural unido a catástrofe en las infraestructuras que deja como resultado una ciudad arrasada en la que más del 10% de su población puede haber fallecido en apenas unos minutos. ¿Cómo relataríamos algo así si se produce en nuestro entorno? ¿Cómo hacerlo cuando se da en un lugar que nos es tan ajeno? ¿Cómo resistir el dolor de tanta pérdida humana?

martes, septiembre 12, 2023

Catástrofes en Marruecos y Libia

Ha querido la casualidad que dos naciones vecinas del norte de África hayan sido golpeadas estos días por catástrofes naturales que han causado miles de vidas y destrozos. Distintas entre ellas, de origen diferente, y acción muy dispar, pero generadoras de balances que se miden en miles de muertos, en daños físicos abundantes y en un nuevo golpe a sociedades y economías que no necesitan demasiado para despeñarse por la pendiente de la miseria. Uno de los fenómenos se ha dado en una nación coherente y que es regida con poca piedad, el otro en lo que antaño fue un país y hoy es poco más que un campo de enfrentamiento entre bandas rivales.

Por proximidad y vínculos de todo tipo, el terremoto de Marruecos se ha convertido en la noticia de estos días en España y gran parte de la prensa global. El viernes por la noche un temblor de tierra de gran intensidad se dio en la zona sur del Atlas, una región con un largo historial de terremotos, pero ninguno de la magnitud y extensión del sufrido esa noche. El alzamiento de la placa atlántica bajo la presión de la africana provocó un movimiento de muchos kilómetros de extensión que llegó a asentirse levemente en el sur de España o en las Islas Canarias, pero que ha sido letal para cientos de poblaciones que están diseminadas por esa región. Marrakech, la ciudad más importante situada en las proximidades del hipocentro, ha sufrido daños serios, no tanto en sus infraestructuras, pero sí en la medida y otras zonas históricas. Construcciones de adobe, baratas y endebles, que ante un terremoto normal se comportan inadecuadamente, nada pueden hacer ante un movimiento de la intensidad como la que se ha registrado, y desde primeras horas del sábado se era consciente de que el balance de lo sucedido iba a ser mucho mayor que los cientos de muertos que se anunciaban por parte de los medios oficiales. A estas horas de la mañana el gobierno marroquí, obsesionado más por el control de la información y de la sociedad que por auxiliar a los damnificados, eleva a dos mil y mucho las víctimas mortales de esta tragedia, pero son muchos los pueblos que están en medio de montañas y valles a los que aún no se ha podido acceder, y en ellos la supervivencia habrá sido muy escasa. Transcurridos ya algunos días desde el temblor inicial la esperanza de recuperar supervivientes de entre los escombros decae, y más dado lo que antes comentaba, las características de las construcciones arrasadas, que se desmoronan como polvo, dificultando mucho más que, como sucede con las estructuras de hormigón, se puedan crear cámaras o espacios intermedios en los que, bajo los restos, bolsas de aire puedan contener a personas y darles una oportunidad de aguantar. El trabajo de los voluntarios españoles sobre el terreno comenzó ya el fin de semana, y es muy intenso estos días, pero las esperanzas son pocas, y uno de los principales objetivos es, literalmente, abrir rutas que permitan acceder a todas las localidades, a sabiendas de que el panorama en cada una de ellas va a ser muy similar, y desolador. Las quejas de la población marroquí sobre la tardanza de su gobierno en reaccionar y en suministrar ayuda son acordes con el funcionamiento de un régimen cuyo gobernante disfrutaba de su enésima estancia parisina cuando se produjo el temblor, y tardó bastantes horas en regresar a un país que detenta como si fuera una finca arrendada, con el desinterés propio del terrateniente que luce orgulloso sus propiedades pero que desprecia a quienes en ellos residen y trabajan. El ejército marroquí será, supongo, el que esté al tanto de la situación y se encargue en parte de ayudar a la población y, sobre todo, acallarla si llega el caso, impidiendo que protesta alguna eleve su intensidad. El turismo, una de las principales fuentes de ingreso del país, queda muy tocado. Una compañera de trabajo iba a Marrakech con amigas este próximo fin de semana. El suyo es uno de los miles de viajes cancelados y de euros que Marruecos no ingresará.

En Libia, país ribereño del Mediteráneo, sumido en una guerra civil desde hace años, el desastre lo ha causado la tormenta Daniel, la DANA que azotó Grecia y países fronterizos, que luego ha bajado de latitud y se ha ensañado con la costa libia, dejando precipitaciones torrenciales que han arrastrado de todo. Parece que la localidad costera de Derna es el epicentro de esta tragedia, con algunas imágenes que muestran barrios engullidos por un mar de lodo, o deshechos tras ser desprendidos por la fuerza del agua, y con más de dos mil fallecidos en sus calles según se informa, pero la situación de Libia es tan precaria y la ausencia de periodistas casi total, así que es difícil que sepamos la magnitud de esta tragedia y que logre escalar posiciones en los medios.

lunes, septiembre 11, 2023

11 de septiembre

Hoy es 11 de septiembre. Se cumplen veintidós años desde el sádico atentado islamista que conmocionó al mundo en 2001. El fanatismo, en este caso yihadista, asesinó a miles de personas en Manhattan y destruyó las Torres Gemelas del World Trade Center usando como armas aviones cargados de pasajeros y combustible. Logos máximos de la tecnología empleados para arrasar iconos diseñados con ansias de perdurar, miles de vidas perdidas en una mañana aciaga. Sea hoy un día de recuerdo para ellas y sus familiares, y de homenaje a todas las víctimas que el terror ciego, el que es capaz de surgir sólo en una mente humana, ha creado y crea a lo largo del mundo.

viernes, septiembre 08, 2023

Un G20 dividido

Este fin de semana comienza en la India la cumbre del G20, principal foro de gobernanza global práctico del mundo. Existente desde hace tiempo, fruto de ampliaciones del original G7, languidecía hasta que la crisis económica de 2008 obligó a tomar medidas globales y el G20 fue el foro ideal para ello. Eso le otorgó una relevancia probablemente superior a la de sus capacidades reales, y algunos países pujaron para acceder a él aun sin pertenecer realmente al grupo. Es nuestro caso, España, que estamos como invitados desde hace ya varios años pero que nos autoconsideramos miembros permanentes. Sánchez, con Covid, no podrá acudir y se perderá la foto, una de esas que tanto le gustan.

Si en tiempos de crisis pasadas el G20 sirvió como instrumento para repararlas, en este momento en el que nos encontramos me da que sólo va a reflejar el creciente abismo que separa a dos formas de comprender el mundo que, cada vez, están más en disputa. Por un lado, las economías occidentales, basadas en sistemas democráticos, que diseñaron las estructuras de gobernanza global del siglo XX y se han, hemos, beneficiado de ellas. Por otro, países con autocracias más o menos severas, en los que la democracia es poco más que un formulismo, allá donde al menos se acuda a votar, que también se han beneficiado notablemente de la apertura comercial fruto del liberalismo económico, pero que quieren empezar a ejercer un poder global que ponga sus propios intereses por encima de los de los demás. El anfitrión, India, pertenece al segundo bloque de países. Desde este año es, oficialmente, el país más poblado del mundo, escala puestos entre los más contaminantes y, siendo como es una democracia, su gobierno resulta cada vez más populista y nacionalista hindú, lo que aumenta las tensiones internas entre los millones de no hindúes que residen en ese subcontinente. Su reciente éxito en la misión a la Luna le va a permitir presentarse a esta cumbre como un país en alza, una nación orgullosa que exhibe sus éxitos y quiere rentabilizarlos. Junto con China, y con Rusia agazapada, encabeza el grupo de naciones revanchistas, por llamarlas de una manera, y aunque tienen grandes diferencias entre ellas, en lo económico y geopolítico están de acuerdo en que su rival es occidente. Por nuestro lado, con EEUU como obvio líder, acudimos a esta cumbre con la guerra de Ucrania como una de las grandes fallas de las relaciones internacionales, y el soterrado enfrentamiento entre Washington y Beijing como telón de fondo. Muchas naciones africanas y asiáticas, donde la influencia rusa y china ha suplido al abandono de las inversiones occidentales, se muestran indiferentes ante los combates en las llanuras de Kiev, y no condenan como es debido la agresión imperialista de Rusia. La sucesión de golpes africanos de estos últimos meses hace patente la debilidad de un occidente, en este caso representado por Francia, que es expulsado de la zona entre vítores de la población y abundante presencia de intereses rusos, y de dinero chino. Algunas de estas naciones, cuyas poblaciones llevan sometidas a dictaduras desde hace décadas, están en tránsito de pasar de un poder exterior dominante a otro sin que la ciudadanía experimente mejor alguna. Probablemente el nuevo régimen se vista de coloridos discursos descolonizadores, que serán comprados por no pocos de los ilusos que viven entre nosotros, pero no serán sino tapaderas para enmascarar una explotación de recursos y personas que se mantendrá, y cuyos frutos cambiará de destino cuando, como siempre, salgan del país para encaminarse no en este caso a occidente, sino más probablemente a China. El foro de naciones, por lo tanto, puede ser en esta ocasión el ejemplo palpable de la división que cunde en el mundo y de la bipolarización, de la nueva versión de la guerra fría, con similitudes y diferencias, entre dos visiones de la vida y de los negocios que pretenden ser hegemónicas. Y los terceros países, como antaño, se verán forzados a escoger.

La guerra de los chips, Taiwán, aranceles comerciales, subvenciones proteccionistas, espionaje, la agonía de la OMC, la inteligencia artificial, la mala salud de la economía china, la creciente división política en EEUU, la desaceleración europea y los miedos a una recesión global que siguen en el aire… todos estos temas y muchos más estarán presentes en el foro del G20, pero es poco probable que se encuentre solución alguna a ellos. Más bien servirán de excusas para ahondar una brecha que parece ser ya insalvable en algunos aspectos, y eso es malo, porque problemas globales, como la reducción de emisiones de CO2 o el impacto de la tecnología en nuestras vidas sólo pueden afrontarse con la cooperación de todos.

jueves, septiembre 07, 2023

Batet se va

Ayer por la tarde, sin aviso previo ni rumores que hubieran llegado a medios conocidos o no tanto, Meritxell Batet hizo pública su decisión de abandonar su escaño, recién logrado en las elecciones de julio, y retirarse de la política, en la que lo ha sido todo en el PSC, la rama catalana del PSOE, y ha llegado hasta la tercera autoridad del estado, ocupando la presidencia del Congreso durante la tempestuosa última legislatura. En un hilo de tuits desea lo mejor al PSOE y da por segura la consecución de un gobierno “progresista” (las comillas son mías) presidido por Sánchez, pero no explica las causas o motivos que le han llevado a tomar esta decisión.

El PSC consiguió en julio unos excelentes resultados en Cataluña, unos datos que se les escaparon a todos los encuestadores y que son la base del aguante de Sánchez a nivel nacional. Un millón de votos en la provincia de Barcelona a la candidatura encabezada por Batet es una buena medida de un éxito incontestable. Por eso, después de algo así, resulta aún más sorprendente la noticia de la marcha de Meritxell, que ha desatado algunas especulaciones y sin duda será motivo de entretenimiento para comentaristas políticos durante algunos días. Huelga decir que no tengo ni la más remota idea del por qué se va. Me encantaría que fuese porque no soporta lo que su líder y partido van a hacer para contentar al delincuente puigdemoníaco y a su secta, pero no tengo información alguna. Sólo el deseo de que haya sido la honra y vergüenza la causa de su movimiento, y el anhelo de que al suyo sigan otros, pero sin contar con apenas esperanza de que esto sea así. De cara al 23J Sánchez diseñó unas listas en el PSOE destinadas a resistir en la posición que las urnas le otorgasen, llenas de fieles que no van a levantar la voz ante los designios de su jefe, entre otras razones porque de ello dependen sus ingresos. El partido, que siempre ha sido una estructura con corrientes y voces críticas, es desde hace tiempo una mera caja de resonancia de las consignas que se elaboran en Moncloa y que se empaquetan en los medios afines día a día, y la lealtad absoluta no sólo es algo que se supone, sino que debe ser demostrada sin disimulo en todo momento. Si hace un par de meses conseguir que Puigdemont compareciera ante la justicia era el mantra del PSOE, ahora lo es la “audacia” de la amnistía, y sin retorcimiento mental alguno. Toda discrepancia ante los bandazos y golpes de mano del sanchismo serán castigados con la sombra, y la ausencia de nómina. Las voces críticas que se escuchan en el PSOE provienen de jubilados que lo fueron todo en el partido pero que ahora, como mínimo, son despreciados por los que dirigen esas siglas. Los insultos que reciben González, Guerra y muchos otros por medios afines a pablemos y sus sectas, cuya alianza con los independentistas es plena y compartida, no son contestados en ningún momento por ningún dirigente socialista, que a buen seguro se indigna ante lo que ve y oye, pero que mantiene un silencio servil por la cuenta que le trae si quiere aspirar a algún cargo (remunerado) y cierta cota de poder. Los principios a cambio de pasta, algo que se ha dado siempre en política y en todas las formaciones, pero que en estos tiempos es tan sangrante y descarado que clama al cielo. Acastillado en mayoría absoluta de Castilla La Mancha, Page dice de vez en cuando cosas que Moncloa desprecia con la mayor de las fuerzas, pero aguanta por los votos que el líder regional ha aportado al conjunto nacional y por el propio poder que le da el ser un presidente autonómico, pero sabe Page que esa es su única defensa para mantenerse en una organización que le cesaría de todos los cargos si no hubiera alcanzado el poder tras las autonómicas. Parcialmente blindado, Page puede jugar algo por libre, pero que no se le ocurra hablar demasiado porque se puede topar con enemigos poderosos, que no se cortarán a la hora de insultarle y tratarle como lo que ellos creen que es, un vulgar paleto, un inferior. Y para los socios de Sánchez, lo peor y más degradado que se puede ser en el mundo, un español.

Durante varios años Batet estuvo casada con Jose Maria Lasalle, y hubo un tiempo en el que ella era líder de un PSC en Cataluña y el Secretario de Estado en el gobierno de Rajoy. Un día me crucé con ellos paseando por Madrid, y me gustó la imagen. De posiciones ideológicas distantes, pero no enfrentadas, pertenecientes a partidos cuya relación mutua cada vez es más hostil, eran un buen ejemplo de que la política es importante, pero ni mucho menos lo es hasta extremos absolutos. Aquella pareja se rompió, y hoy Batet abandona un mundo, el de la política, cuya degradación es total a ojos vista de todos los que la seguimos y que, cada vez más a nuestro pesar, nos interesa.

miércoles, septiembre 06, 2023

Telefónica y los saudíes

Anoche, mientras los informativos volvían a repetir las chantajistas condiciones del xenófobo Puigdemont saltó la sorpresa financiera, para muchos, entre los que me incluyo. Se conoció que STC, la empresa de telecomunicaciones de Arabia Saudí, había entrado en el accionariado de Telefónica y se convertía en el socio mayoritario de la empresa. Con una inversión de 2.100 millones de euros se queda con el 9,9% de las acciones y pasa de no existir a ser el primero de los accionistas de la empresa. No se sabe quién ha sido el que ha vendido sus participaciones ni cómo se ha gestado la operación, a ver si a lo largo del día sabemos más.

Telefónica es una de las mayores empresas españolas, de las más veteranas y, también, de las venidas a menos. Multinacional con presencia en numerosos países, especialmente latinoamericanos, antaño fue la reina de la bolsa española y el estandarte de la empresa internacionalizada, tras su proceso de privatización. Con los años, al igual que le ha pasado a otras operadoras de telecomunicaciones europeas, se ha ido jibarizando, perdiendo peso en el mercado global no tanto ante los competidores como ante empresas que han usado sus infraestructuras para explotar el negocio de la red. No han sido las telecos las ganadoras del dorado económico de internet, sino las tecnológicas, que no son lo mismo, ni mucho menos. Telefónica ha quedado en la bolsa española convertida en una de las grandes, sí, pero a distancia de los bancos o de otras empresas como Repsol o Iberdrola, y desde luego muy muy lejos de Inditex, que sí que es la gran multinacional española. El valor de las Matildes, las acciones de la telefónica, ha ido declinando con el paso de los años, y este que les escribe es uno de los miles y miles que las tiene en su cartera de bolsa a un precio de compra muy superior al que cerraron ayer en el parqué madrileño, siendo una fuente de pérdidas latentes que no deja de extenderse a lo largo del tiempo sin visos de corregirse. El consejo de administración de la empresa ha sido, desde su privatización, un sitio muy ansiado por el poder político, que ha acabado propiciando la llegada de gestores y consejeros o bien afines a las siglas del partido en el poder o bien que tenían deudas con él y la remuneración al frente de la operadora era una buena manera de cobrárselas. Pese a estas injerencias, no se han cometido errores de bulto en la gestión de la empresa, más allá de lo que antes comentaba de la pérdida de valor global, que es algo consustancial al sector. En los años de la burbuja Telefónica se endeudó sobremanera y desde hace una década la obsesión de la compañía ha sido la de ir reduciendo su apalancamiento, acotando los costes financieros que de él se derivaban y tratando mantener unas cuentas que, si bien en el negocio operativo eran correctas, quedaban lastradas por la carga de intereses. Desde que se produjeron los primeros desplomes de la acción por debajo de los cuatro euros el temor a que una empresa extranjera adquiriera una participación relevante en la operadora ha estado siempre presente, o que se produjera una operación de fusión entre telecos europeas en la que la española ocupase un puesto relevante. Esta segunda era la opción mejor vista por algunos analistas y el gobierno en el caso de que la española fuera la que llevase a cabo una operación similar como líder. En todo caso estaba vigente el límite del 10% de compra del capital a partir del que, como empresa estratégica que es considerada, el gobierno debe dar el visto bueno a la operación. El apurar hasta el 9,9% es una muestra de que se ha llegado justo hasta donde se podía sin permiso alguno, por lo que la jugada saudí debía estar pensada y planificada con tiempo y visión. Ha dicho STC que espera obtener un rendimiento financiero de su inversión pero que no ejercerá papel alguno en la gestión de la empresa, pero con una toma de capital tan relevante se antoja difícil que, si bien no a corto, a medio plazo Riad no tome decisiones en la marcha del negocio y en su estrategia.

Como ven, desde Arabia Saudí no sólo se compran sujetos que pegan patadas al balón, sino también activos occidentales. Las arcas de los países exportadores de petróleo empiezan a volver a llenarse con un barril que roza los 90 dólares (mucho ojo a esto) y la desalineación de la estrategia de Riad respecto a occidente y su cada vez mayor compromiso con China y Rusia es una señal de alerta ante el poder que esos petrodólares pueden ejercer en el ecosistema empresarial occidental. La noticia de ayer, en medio de las infamias de un prófugo y la rendición de un gobierno en funciones, es muy relevante, no sólo para España, sino como muestra del sutil pero progresivo traspaso de poder que se produce en el mundo global.

martes, septiembre 05, 2023

En defensa de AEMET

Como aún nos quedan por ver muchas y aún más humillantes escenas del tipo de las que contemplamos ayer, con la vicepresidenta del gobierno rindiendo pleitesía al prófugo de Waterloo, vamos a hablar hoy de predicciones, incertidumbre y necedad política. Ahora me saltará alguno diciendo que lo de la política lo íbamos a dejar para otro día, pero estamos tan rodeados de necios que dicen gobernarnos, a todos los niveles, que es imposible escapar de su pegajoso influjo. Gracias a ellos AEMET ha sido la destinataria de numerosos insultos cuando ha hecho su trabajo lo mejor que ha podido, y con un grado de acierto muy muy alto.

Desde hace varios días los modelos meteorológicos señalaban que se iba a dar una DANA en las proximidades de la península, en las costas atlánticas, y que su área de influencia podía afectar a casi todo el país. Diferentes salidas de esos modelos iban perfilando el alcance y dimensión del fenómeno, y todos coincidían en que estábamos ante algo potencialmente grave. Sin embargo discrepaban sobre las zonas que podían ser más afectadas. Las DANAS son fenómenos complejos, lo que significa que se comportan de una manera cuasi impredecible, alterados por características tales como la orografía del terreno, que alteran mucho hacia donde pueden dirigirse. En su conjunto la meteorología es una ciencia en la que la complejidad es inmensa y su capacidad de predicción choca con las reglas matemáticas que impiden saber el rumbo cierto de un fenómeno que, por definición, no puede ser predicho. La tecnología y los medios han mejorado de una manera extraordinaria estos años y la precisión referida a la previsión meteorológica lo ha hecho en consonancia, pero es imposible encontrar la exactitud ahí, y más ante episodios bruscos que se salen del comportamiento normal esperado para la atmósfera en estas latitudes. Para el viernes noche sábado por la mañana los modelos consensuaban que la zona centro del país sería la más afectada por las lluvias, y la comunidad de Madrid y el norte de Castilla la Mancha recibirían el domingo, a partir del mediodía, lo más intenso del temporal. En consonancia, AEMET elevó las alertas en estas zonas al rojo y protección civil empezó a tomar medidas. El domingo se produjo el aviso a los móviles de la Comunidad de Madrid y se tomaron muchas medidas en la capital y en el resto de localidades de la región. Algunas salidas de los modelos ofrecían acumulados de precipitación superiores a los 100 litros por metro cuadrado en Madrid ciudad y cerca de los 200 en localidades del sur, cifras estas últimas que se consideraron como imposibles por muchos, no sólo porque jamás se había registrado algo así en esta región, sino por corresponder a acumulados propios de zonas de levante, en los que, entre otras cosas, la influencia directa del mar permite alcanzar registros tan salvajes. Y aquí el mar está lejos. A lo largo de la tarde del domingo llovió en Madrid y alrededores, menos de lo previsto en la capital, pero, desgraciadamente, se alcanzaron cotas históricas en municipios del sureste. Si uno consulta los datos del domingo 3 podrá ver los 202 litros en Fresnedilla de la Oliva, los 158 en Navalcarnero, 165 en San Lorenzo del Escorial…. Valores tremendos que son causantes de destrozos y desgracias como las que aún nos quedan por lamentar. ¿Cayeron cien litros en Madrid ciudad? No, pero sí a unos cincuenta kilómetros de distancia en línea recta. Por muy poco nos hemos librado de la desgracia en la capital. ¿Y qué han hecho muchos en vez de celebrarlo? Acusar a los meteorólogos de fallo de previsión, achacarles el haber tomado unas medidas que ahora consideran desproporcionadas pero que, al implantarlas, permitieron que los servicios de emergencia trabajasen más rápido y mejor donde hicieron falta.

La incultura y la desvergüenza se han hecho dueñas de gran parte de las declaraciones de unos políticos y gobernantes que son incapaces de cuadrar un presupuesto, que no logran que una obra acabe jamás en los plazos previstos, que atascan con burocracia insoportable y críptica cualquier trámite al que el ciudadano se enfrenta, pero que exigen que alguien les prevea con exactitud milimétrica si un fenómeno de una complejidad inabarcable como una DANA va a afectar a su portal o al de su segunda, tercera o cuarta residencia. En el caso concreto de Madrid, frente al comportamiento sensato y responsable de Ayuso, el alcalde Almeida se ha comportado como un patán que debe ser reprendido y debiera pedir excusas a todos los científicos del mundo.

lunes, septiembre 04, 2023

Tormentas, alertas y estúpidos

Supongo que, a medida que avance la mañana, veremos la dimensión real causada por los destrozos de la DANA en el suroeste de la Comunidad de Madrid y en la provincia de Toledo, lugres que ayer por la tarde noche fueron los más afectados por las lluvias torrenciales. Por la mañana fue la costa de Tarragona y de Cádiz la que sufrió los embates del temporal, y esta noche, en tres episodios bruscos, a las 01, 04 y 06, la propia ciudad de Madrid ha sido testigo de lluvias tremendas que a esta hora causan cortes en numerosas líneas de metro, atascos considerables y que, en general, convierten a este primer lunes de septiembre en un caos.

Afortunadamente, a esta hora, no hay que lamentar víctimas por el temporal, aunque sí daños considerables. Entre otras cosas esta fortuna se debe a la correcta actuación de las autoridades y el aviso de protección civil que ayer se transmitió a los móviles de quienes estaban en la Comunidad de Madrid, una vez que la alerta roja meteorológica quedó decretada. A mi no me llegó el aviso porque tengo una versión de Android más antigua de la 11.0 que es la que soporta este servicio, pero a muchísima gente sí que le sonó su dispositivo, de forma estridente y reiterada, por lo que parece. Es la primera vez, creo, que se usa este sistema de aviso para alertar a la población ante posibles fenómenos peligrosos. Y sí, la causa estaba justificada. La previsión sobre Madrid capital y área metropolitana era realmente seria, y aunque toda previsión está sujeta a un riesgo de incertidumbre, el riesgo de eludirla era excesivo. Al final la línea principal de tormentas se situó unos cincuenta kilómetros al oeste de Madrid, y pese a que cayó una potente tormenta de 15:00 a 16:30 el resto de la tarde se quedó cubierta pero sin precipitación, por lo que las incidencias en la urbe fueron menores de las que cabía esperar. Hemos tenido mucha suerte, porque viendo las escenas de localidades como Navalcarnero y alrededores, o el propio Toledo, da miedo pensar hasta qué punto serían enormes los destrozos si esa línea de precipitación se hubiera situado sobre la ciudad. Imagínense cuatro o cinco horas de lluvia torrencial como las que se han producido esta noche, a intervalos, pero sin parar. La decisión de emergencias de tomarse en serio los avisos de la AEMET y actuar en consecuencia es loable y así debe ser destacada. Lo que ocurre es que vivimos en el mundo de la estupidez rampante, y toda esa estupidez tiene muchos cauces para expresarse, más amplios que los que no son capaces de dirigir las aguas desatadas. Al poco de darse la alerta a los móviles se sucedieron los mensajes de personas indignadas por la pérdida de privacidad que eso suponía, por la intromisión del gobierno en su móvil y un montón de teorías conspiratorias, a cada cual más imbécil, que empezaron a llenar las redes con su tóxico contenido. Lo mejor es no hacer caso a los que se dedican a decir tonterías, sea en persona o en virtual, pero aclaremos las cosas por si acaso en dos puntos fundamentales. Uno, la magnitud de la predicción era lo suficientemente peligrosa como para decretar el aviso, y si finalmente no se ha cumplido en su totalidad sobre la ciudad de Madrid debemos dar gracias. Dos, los avisos de emergencia se dan mediante la emisión de una señal de radio desde las torres de telefonía que ofrecen cobertura, y son captados potencialmente por todos los móviles que se encuentran en la zona, funcionando como si fuera una emisora de radio de alcance local. No tiene nada que ver el empadronamiento, la titularidad de la línea, la empresa que nos da cobertura, etc. No es necesario que el gobierno sepa el móvil de nadie. El aviso se lanza en las torres de las zonas que se consideran de riesgo y todo terminal que, tecnológicamente, sea capaz de captarlo, lo hará. No hay una intromisión en la vida privada de nadie ni una conspiración, sino una alerta para prevenir un riesgo e intentar salvar vidas y enseres ante un fenómeno peligroso, incontrolable y caprichoso. Tan sencillo como eso, al parecer, tan difícil de entender.

Muchos son los viajeros que han pasado horas tirados en estaciones, atrapados en trenes o en atascos, y que se han visto en una situación comprometida por el temporal que estamos viviendo. Lo que ha sucedido no ha sido divertido, sí espectacular, pero también peligroso, y si no hay heridos o víctimas es algo de lo que debemos alegrarnos, vistas algunas de las imágenes de riadas que llenan las redes. Confiemos en que así siga la cosa, que a lo largo de estas horas las labores de limpieza permitan cuantificar daños, que todo vuelva a la normalidad, y que los estúpidos se callen. Quizás consigamos todo menos lo último. Pena.

viernes, septiembre 01, 2023

Un agosto lunar

Ya es septiembre. A lo largo del mes de agosto que acaba de concluir se han desarrollado dos importantes intentos espaciales de dos naciones con el mismo objetivo; conseguir alunizar en las proximidades del polo sur de nuestro satélite. Con apenas días de diferencia fueron lanzadas desde Rusia la misión Luna 25 y desde la India la Chandrayaan 3. La previsión era que casi coincidiesen en su momento de tomar tierra en el satélite y se llegó a suscitar una pequeña disputa diplomática entre ambas naciones sobre quién iba a ser el primero en hacerlo. La sonda incida partió antes pero su trayectoria era menos directa que la rusa. ¿Atasco selenita?.

La misión rusa era la primera que intentaba la agencia Roscosmos al satélite desde hace mucho tiempo, tras los éxitos acaecidos en la etapa soviética en lo que hace a la llegada de sondas robotizadas. Era un proyecto que ya sufrió algunos retrasos desde sus inicios, por causas variadas, entre las que también se encuentran las sanciones tecnológicas que vive aquella nación ya desde la invasión de Crimea en 2014. Era importante que Rusia lograse un éxito con esta misión, entendiendo como tal no tanto el rendimiento científico de la misma sino, directamente, el lograr llegar y aterrizar. Lamentablemente no ha sido así. Al parecer un fallo en la duración del encendido de una de las fases de aproximación provocó que al inicio de la cuarta semana de agosto se perdiera el contacto con la sonda, lo que se consideró como un síntoma grave. Finalmente Roscosmos hizo público al día siguiente lo que muchos temíamos. La aproximación había fallado y la sonda se había estrellado sobre la superficie lunar. El golpe a la industria espacial rusa es grave, deja el prestigio de la nación en ese campo en bastante mal estado y demuestra fallas internas en los procesos de producción, calidad y mantenimiento que hacen dudar de las capacidades futuras del programa espacial ruso. Tiene pinta de que siguen viviendo de los réditos de una tecnología soviética que, cada vez, está más forzada en sus límites. Tras el fracaso ruso todas las miradas se dirigieron a la misión india, una vez que se había terminado la infantil disputa sobre cuál de los dos llegaría antes. La de India era una misión algo más compleja que la rusa, con un módulo de aterrizaje que portaba instrumentación y un pequeño rover capaz de moverse en la superficie del satélite durante un “día lunar”, catorce días terrestres. Para el caso de India era el primer intento de alunizaje de su programa espacial, y en esto, en lo de la virginidad, compartía galones con naciones como Israel, Corea del Sur o Japón, que han logrado alcanzar órbita lunar pero no aterrizar de una pieza, por así decirlo. Tras unas horas tensas llenas de procedimientos y fases, la agencia india hizo públicas las primeras imágenes de la superficie del satélite tomadas desde el módulo de aterrizaje, posado ya sobre el regolito lunar, por lo que desde Delhi se festejó por todo lo alto, y con motivos, el éxito de la misión. India se acababa de convertir en el cuarto país del mundo que ha llegado a la superficie de la luna, tras la URSS, EEUU y China, entrando en un club muy selecto. El éxito de la tecnología india se ratificó posteriormente cuando, a los pocos días, pudimos ver las primeras imágenes del rover descendiendo de la rampa del módulo y posando sus pequeñas ruedas sobre el satélite. La escena, modesta, era un éxito completo para el programa espacial hindú y un chute de orgullo para una nación que sigue creciendo en el contexto internacional, justo en el año en el que, oficialmente, se ha convertido en la más poblada de la tierra. Ambas misiones, la fracasada y la exitosa, tenían el reto, frente a todas las anteriores, de ir a una zona de aterrizaje más complicada, la del polo sur, que exige una trayectoria orbital de entrada mucho más forzada. Por ello el mérito de lo logrado por los hindúes es aún mayor, y como tal debe reconocerse. Son los que más cerca han logrado situarse de cuantas misiones lunares ha habido del extremo sur de la Luna.

¿Por qué ese interés ahí? Varios estudios realizados por los satélites que estudian a la Luna han mostrado la posible presencia de trazas de agua y de isótopos de hidrógeno en cráteres que se encuentran en esa zona, y si puede haber agua es posible que una base permanente pueda ser construida en esa zona, porque el agua permite beber y fabricar combustible criogénico para cohetes, haciendo posible tanto la investigación como la explotación de los recursos mineros de la Luna, o poder convertirla en plataforma de lanzamiento y repostaje de futuras misiones a Marte. India ha dado un gran paso en una nueva carrera lunar en la que el interés científico se suma al comercial y monetario.