miércoles, enero 31, 2024

Liberty Valance no redactaba leyes

Volvamos por un momento a la película de ayer. El tema principal de la misma no es tanto el duelo entre pistoleros y la historia de amor como la llegada de la ley al oeste, al salvaje oeste. El abogado que encarna James Stewart es la primera señal de orden, de estado de derecho, que arriba a un mundo donde el poder se expresa a tiros y el más rápido es el que manda. En una situación de desamparo Balance representa la ley del más fuerte y Doniphon, el amigo del abogado, es el contrapeso, pero con el mismo tipo de herramientas. Si el miedo que provoca es superior al de Valance, logrará que éste huya, pero no hay norma, juicio y juez alguno.

Cuando la película comienza, años después de los hechos principales, el pueblo es una localidad normal en la que las instituciones del estado ya se han asentado, el ferrocarril lo comunica con otros pueblos y la sociedad se desarrolla de manera estable y convencional. Habrá delitos y problemas, siempre los hay, pero ya dentro de un marco ordenado. El oeste, como concepto, empieza a ser leyenda, y como tal se cuenta e imprime, como señala uno de los periodistas al final en una certera descripción de lo que, muchas veces es ese oficio. La ley ha mandado a los hombres fuertes al desván de la historia, y el miedo que producían ya no es ni recuerdo. Y es que la ley, el estado de derecho, es lo que permite a los débiles, a los pobres, sobrevivir en un mundo arbitrario en el que unos serán siempre más fuertes que otros, poseerán menos escrúpulos y estarán tentados a ejercer su influencia por las vías que sus manos, terminadas en armas, les señalan. Sólo la ley y el monopolio de la violencia por parte del estado establecen las bases para que una sociedad se pueda estructurar y, no ya prosperar, que también, sino mínimamente ser definida como tal. Si la ley está escrita desde la arbitrariedad y el poder se ejerce de manera monopolística por una minoría que ejerce la fuerza estamos ante lo que se denomina dictadura, y entonces los derechos de los ciudadanos, el respeto a las minorías y demás cosas que consideramos básicas en toda sociedad libre desaparecen. Por eso la democracia, la separación de poderes, la justicia independiente y esas cosas que a veces recitamos sin darnos cuenta de su importancia son instituciones tan valiosas y, a la vez, frágiles. Vivimos en un país y en un entorno en el que se tratan con cuidado, se defienden, porque se sabe hasta qué punto el infierno se puede desatar si se derrumban, pero otras naciones no tienen la suerte que tenemos nosotros, y eso provoca que muchas de las personas que en ellas viven no tengan otra opción que huir, que escapar de una situación en la que las alternativas que tienen pasan por la miseria y el sometimiento a un poder injusto. La libertad, los derechos civiles y el estado de derecho son un poco como el aire que respiramos, al que no damos valor porque está ahí, no se nota y, simplemente, se respira, pero si nos falta un par de minutos la sensación de ahogo es completa y el riesgo vital se dispara. Los enemigos de la democracia también están entre nosotros, respirando ese mismo aire, el físico y el derivado de la ley que a todos nos ampara. Ejercen poder y toman decisiones para alterar el sentido de las normas y la estructura de los estados con el único fin de que ellos, los suyos, sean los únicos que tengan derechos, mientras que los otros, todos los demás, queden sometidos a su merced. A veces lo hacen de manera directa, eliminando a sus oponentes, matándolos, sembrando el terror, como pasó con ETA y otras bandas terroristas que actuaron en Europa en su momento, o con las tácticas islamistas de DAESH, pero en tiempos presentes se da más una forma sibilina de destrucción de las instituciones que es desde dentro, consiguiendo su control y, como termitas, deshaciéndolas para dejar las convertidas en carcasas inútiles, o en mero trampantojo. Trump en EEUU, Orban en Hungría, muchos de los presidentes latinoamericanos habidos y presentes… sus acciones son igualmente graves y lesivas para el derecho y las sociedades en las que actúan, pero se esconden tras procedimientos aparentemente democráticos. Sueñan con dar un golpe de estado, pero están aprendiendo a hacerlo sin necesidad de sacar tanques a la calle.

En 2017 Carles Puigdemont y sus secuaces, al frente de la Generalitat de Cataluña, institución legal perteneciente al entramado estatal que configura la nación española, dio un golpe de estado interno con el objeto de finiquitar el estado de derecho en una parte del país e imponer un régimen en el que él y los suyos se atribuyeran de todo el poder. Fracasado, huyó, y desde su mansión belga ha redactado una ley infame mediante la que busca absolverse de las culpas de sus presuntos y extensos delitos, ejerciendo para ello un chantaje mafioso de lo más burdo al gobierno más débil y carente de escrúpulos de nuestra historia moderna. Ayer su intento de convertir el privilegio en injusta ley fracasó en el Congreso. Ojalá nunca llegue a consumarse semejante ignominia.

martes, enero 30, 2024

¿Conocen a Liberty Valance?

Ayer por la noche La2 de TVE echó “El hombre que mató a Liberty Valance” excelente película de John Ford, una de las mejores de la historia. El western que cierra la etapa clásica del género, que la abrió el mismo director con “La Diligencia”. Es una obra cumbre en la que la acción está mezclada con profundas reflexiones sobre la política, la ley, la violencia, la educación y todo lo que hace que las sociedades avancen o se hundan en el salvajismo. El reparto, sobresaliente, es capaz de transmitir el miedo que domina a los personajes, el amor que les corroe... emociones con una puesta en escena sobria que atrapa al espectador. Es una obra digna de Shakespeare.

Bien, no quiero hablarles de la película, ni de delincuentes que se ponen a escribir leyes, como los que ahora mismo nos gobiernan, sino del mero hecho de si saben ustedes de qué película les hablo. Ayer, en la oficina, al ver en la web que esa noche se iba a emitir esa cinta lo comenté en alto, y descubrí que en mi entorno la mayor parte de los que me rodeaban no sabía de qué estaba hablando. Afortunadamente hemos tenido incorporaciones en el trabajo para cubrir jubilaciones que llevaban tiempo sin ser reemplazadas, y un grupo de tres personas, de los veinte muchos a los treinta y pocos, han venido a suplirlas. Son buena gente, con carácter suave y ganas de trabajar. De ellos, dos, las más jóvenes, que no alcanzan los treinta años, no tenían ni idea de qué película les estaba hablando, ni sabían quién era John Wayne o James Stewart, los dos principales protagonistas. Ampliando algo más el foco vi que otro de mis compañeros, y un excelente amigo, de cuarenta y pocos años, tenía nociones sobre Wayne, pero de esa película no le sonaba nada, salvo que suponía que sería vieja y en blanco y negro. A la hora de la comida, que por causas diversas ha hecho que se acabe convirtiendo en una reunión en la que abunda gente de edad algo superior a la mía, y bastante más graduación profesional (yo soy el de menor rango de mi trabajo) probé a sacar el tema para ver cuántos conocían la película en cuestión, y el resultado fue relevante. Pocos. En este caso se trata de un clásico absoluto del cine, de una de las cintas más reverenciadas por la crítica de todos los tiempos y una obra de temas universales que no ha envejecido en lo más mínimo, pero para ciertas generaciones es algo que, en la práctica, no existe. Uno podría encontrarse con una situación así ante obras de cine algo más complejas, destinadas desde un momento a no ser un producto de gran consumo, pero la filmografía de John Ford buscaba tanto la grandeza en la obra como la comercialización, el éxito, y lo tuvo a raudales. A lo largo de la tarde, haciendo cosas en la oficina, no dejaba de fondo de darle vueltas al tema, y sacando recuerdos y sensaciones de estos últimos años, y de testimonios de amigos de edad menor a la mía, iba llegando a la conclusión de que la época dorada del cine hace tiempo que se acabó, entendiendo por dorada no la de sus mejores creaciones (en esto también hay mucha discusión) sino como aquella en la que el cine era la industria cultural que marcaba tendencias, que ofrecía los productos que había que ver, que era consumida en masa por una población con recursos económicos y ocio. En el verano de 2023 dos películas han resucitado la taquilla global, Oppenheimer y Barbie, pero se han convertido en excepciones en un negocio que lleva años declinando frente a otras alternativas de ocio como la televisión y su burbuja de series o, sobre todo, la infinidad de contenidos que están al alcance del móvil, que en algunos casos también son películas, pero sobre todo son otras cosas. El consumo de cine es menos relevante de lo que lo era antaño, las salas cierran por doquier por motivos de demanda y de cambio tecnológico, y la relevancia de los estrenos va bajando poco a poco. El grueso del negocio del entretenimiento ya no está allí, la industria de las películas está ya en su fase decadente.

¿Quiere decir eso que el cine se ha acabado? No, como no se han terminado otras artes como el teatro o la ópera o los conciertos de música clásica, que siguen existiendo, y tienen su público, pero son secundarios en el mercado del entretenimiento. Probablemente nunca se consuma tanto cine como se hizo en el siglo XX, y Hollywood no vuelva a ser lo que era, ni financiera ni como anhelo, pero aun así el valor de todo lo que esa industria ha creado es enorme, y ahora la tecnología permite que alguien, con muy pocos recursos, pueda ver esas obras desde su casa cuando quiera, sin someterse a la rigidez de horarios o desplazamientos a salas que puedan estar muy lejos de su localidad. ¿Quién habrá que, habiendo visto la peli de John Ford, no le haya gustado? Esa debiera ser la pregunta relevante

lunes, enero 29, 2024

Tres soldados de EEUU muertos en Jordania

Los intentos por contener la guerra de Israel con Hamas a la franja de Gaza se han topado, desde el principio, con la actitud hostil de un conjunto de milicias apoyadas por Irán, dependientes en mayor o menor grado de lo que se dicte en Teherán, que llevan jugando con las tropas norteamericanas desplegadas en todo oriente medio desde el inicio de los combates tras los atentados del 7 de octubre. Con distintos argumentos, la táctica es la misma. Hostigamiento, ataques a distancia y búsqueda de causar daños y bajas, menores dado el tipo de ofensiva de que se trata, pero relevantes al ser la gran potencia la atacada.

En este juego de tensión han sido los hutíes de Yemen los que han causado más disrupciones globales y se han llevado casi todos los titulares, pero las milicias que operan en Irak y Siria han actuado de manera constante contra las bases estadounidenses que se encuentran en su zona de acción. Las tropas de EEUU habían neutralizado, hasta la fecha, todos los ataques, sin que se hubieran producido bajas de ningún tipo, aunque siempre con la sensación de que se estaba cerca, y finalmente las temidas víctimas han llegado. Tres soldados norteamericanos fallecidos y decenas de heridos en el ataque que ayer sufrió una base enclavada justo en la esquina fronteriza entre Jordania, Siria e Irak, en el lado jordano. Los responsables del ataque no están muy claros, dada la zona limítrofe en la que se ha producido, pero son, sin duda, milicias que actúan desde Irak o Siria, en las que la mano financiadora de Irán es obvia. Es probable que sean grupos poco organizados, nada que ver con Hamas o Hezbola, pero coincidentes en ideología islamista y en origen del material y dinero que les sirve para mantener su fuerza militar. En medio de los arenales de esa zona se camuflan con rapidez y mantiene el control, o la simpatía, de poblaciones locales en las que el chiismo de origen iraní se ha hecho tras el resultado habido de guerras como las de Irak o Siria. La hostilidad hacia las tropas norteamericanas en la zona es elevada y Jordania se mantiene como la única nación musulmana del entorno en el que un destacamento de EEUU puede estar medio seguro, aunque siempre vigilante. ¿Es grave este incidente? El tiempo nos lo dirá. A priori supone una escala de la tensión en la zona y obliga a EEUU a mover ficha, dado que la llegada de cadáveres a casa siempre es algo doloroso y, en año electoral, fuente de votos perdidos para la administración gobernante. Es probable que la respuesta de EEUU sea un ataque, a distancia, vía aérea, sobre posiciones de esas milicias, en sus retaguardias, más fácilmente en el castigado territorio sirio, donde la presencia norteamericana es testimonial, que en el conflictivo Irak, donde aún permanecen tropas estacionadas. Una acción de castigo que cause bajas que puedan ser vendidas a la opinión pública norteamericana como una respuesta ante aquellos que han causado la muerte de sus soldados y logren volver a un escenario de tablas. De ahí en adelante es poco probable que la cosa vaya a más, porque aunque se retan con saña, desde Teherán no se busca una guerra abierta en la zona porque la nación estaría en una posición débil para desarrollarla y desde Washington también se elude un conflicto a gran escala en un escenario del que mantiene un muy mal recuerdo desde la aventura iraquí. A priori, por tanto, hay intereses entre las jefaturas de ambas naciones para que la tensión no vaya a más, pero eso no quiere decir que ese sea el resultado final obtenido. En estos juegos en los que trato de pillarte y ver hasta dónde aguantas se pueden producir errores de cálculo y graves equivocaciones que desencadenen respuestas inesperadas. Irán es la gran potencia regional y lo que sucede en Gaza, aunque suponga la eliminación de sus milicianos de Hamas, refuerza su posición ideológica de odio a Israel entre el resto de naciones y, sobre todo, sus poblaciones, por lo que no tiene prisa en lanzar una guerra local que pudiera acabar ganando sin disputarla.

Lo último que necesita Biden es un tercer frente militar en el que disolver esfuerzos, recursos e inteligencia, visto como los otros dos son pasto de la disputa política interna y se convierten, cada vez más, en lastres para su propia campaña. Con unas encuestas muy a la baja su administración está obligada a responder ante estas muertes, pero sospecho que su deseo sería que este asunto se extinguiera en los medios lo más rápido posible. En el caso de los rebeldes hutíes la necesidad de mantener abierta una ruta primordial para el comercio global es un argumento que se entiende allí y en todo el mundo, pero en los arenales de Irak o Siria la estrategia norteamericana tiene bastante que perder y, me da, ningún voto que ganar para una administración demócrata.

viernes, enero 26, 2024

Muerte por amor en Morata

Lo de morir de amor tiene su épica romántica, y hacerlo con el preludio de Tristán e Isolda puede ser el sumun de lo orgiástico, pero en la práctica es un triste final. El amor, su existencia y ausencia, es algo que marca nuestras vidas de una manera profunda, aunque a veces no seamos conscientes de ello. Sigo sin tener clara como es la vida amorosa plena, aunque reconozco que cuando uno está prendido la sensación es muy llamativa, como esa manida expresión de estar a unos metros sobre el suelo. Ya si ese sentimiento es correspondido lo metros se transformarán en kilómetros, quizás, y durante un tiempo nada será relevante. Luego habrá aterrizajes más o menos forzados, pero volar, volar, se habrá volado.

De esa sensación se pueden aprovechar algunos que buscan abusar en la herida que sea más fácil de hurgar, y en el enamoramiento las barreras se bajan hasta extremos irracionales. El suceso que se ha conocido estos días en Morata de Tajuña, con el asesinato de tres hermanos envueltos en una estafa amorosa ha causado impacto por el número de fallecidos, elevado, pero también por la manera absurda, tremendamente estúpida, vista desde fuera, de la situación que ha desembocado en tan horrible crimen. Engañadas las hermanas con un viejo timo en el que, por las redes sociales, alguien se hace pasar por un adorable jubilado que se enamora de ellas, pero que vive en EEUU y necesita dinero para visitarlas, el corazón de las hermanas solteras de Morata creyó encontrar alguien con quien llenar su vacío. Solas, a una edad en la que las oportunidades escasean y la sensación de que esto se acaba se acrecienta, picaron en algo tan inconcebible porque, ay, querían seguir enamorándose, echaban de menos a alguien que les quisiera, como nos pasa a todos, y en su ingenuidad encontraron en internet y en la foto del presunto amor trasatlántico el cariño que la vida real no les había dado. A partir de ahí, el objeto de la estafa empezó a cobrarse sus frutos en forma de transferencias de dinero a la cuenta del adorable jubilado, en un importe creciente y, cada vez, más ruinosos. Ellas seguro que pensaban que compraban la felicidad del amado, ciegas en su ensoñación, y no se pusieron a pensar en todo lo que les estaba suponiendo ese desembolso. Llegó el momento en el que se les acabó el dinero, pero no el sueño, y empezaron a pedir prestado, y a partir de ahí el cuento de príncipes y princesas rana se transforma en una historia tipo Scorsesse con prestamistas, chantajes, impagados, amenazas y miedo. El final de este tipo de historias suele ser más o menos sangriento, pero todos ellos comparten un drama y, habitualmente, algún cadáver. En este caso más de uno. La investigación, aclarada por la confesión de un sospechoso de haber sido él el asesino de los tres hermanos, dilucidará los detalles de todo lo sucedido y la secuencia de pagos y amenazas, y el cómo las víctimas se empezaron a preocupar más de lo que debían que del amor que esperaba allende los mares. Con el tiempo no descarten que se elabore una miniserie con toda la trama, en la que se conjugan varias de las pasiones que arrebatan a la audiencia, incluyendo un dramático final en forma de atestado criminal de esos que llenan de cintas los barrios impidiendo el traspaso de los curiosos y los que se hacen pasar por periodistas para luego contar en televisión detalles macabros y sacar su particular tajada del suceso. Tertulias, opinadores, expertos… el tema da para mucho y la producción televisiva recalcará el morbo del crimen, el miedo creciente de los hermanos, las llamadas nocturnas de los prestamistas chantajeando, todo muy de noche, sombríamente, lleno de malicia. Peliculón al canto, seguro que la incluyen en la lista de las ciento treinta cosas que no puedes dejar de ver la semana en la que se estrena para no seguir siendo un enteradillo.

No me interesa para nada esa trama, me da igual, es la misma de siempre. Me interesa, y mucho, lo anterior, lo que las lleva a pedir dinero, lo que realmente las enloquece, que es su enamoramiento, su soledad, su necesidad de querer y ser queridas, su angustia infinita por el vacío en el que viven y que no son capaces de llenar con nada ni con nadie de los que se encuentran en su entorno: Quieren que alguien las abrace, las quiera, las ame, las sobe, las folle, las sobe, las arrope, las acueste, las comprenda, las escuche, les haga sentir importante, les de la sensación de que están vivas. Y en la soledad de su casa no hay nadie, nada, el vacío, al igual que en el fondo de su corazón. Y entonces se agarran a un perfil falso de internet como si fuera el último salvavidas que pudiera evitar que se ahoguen para siempre en su soledad.

jueves, enero 25, 2024

La situación de Ucrania empeora

Parece que, finalmente, sí fueron las fuerzas ucranianas las que derribaron el avión que ayer se estrelló en las afueras de la localidad rusa de Belgorod. Según fuentes rusas, era un transporte que, además de la tripulación, llevaba más de sesenta presos ucranianos que iban a ser liberados. Según Kiev, el avión se identificó como un transporte de armamento para el abastecimiento de las tropas rusas y se decidió abatirlo. En Belgorod, que está cerca del límite de lo que eran las fronteras rusas antes de la guerra, se han producido varios ataques por parte de Ucrania y numerosos incidentes, algunos de ellos no aclarados.

Parcialmente opacada por lo que sucede en Gaza y el desmadre de oriente medio, la guerra de Ucrania continúa siendo una eficaz picadora de carne en la que rusos y ucranianos mueren cada día en condiciones nauseabundas en un escenario que es el de hace más de un siglo en la Europa central de la Gran Guerra, pero con tecnología actual que nos permite verlo y sentir en directo la repulsión que produce. Constatado el fracaso de la contraofensiva ucraniana del verano, esfuerzo traducido en avances nimios, las líneas de frente se mantienen estabilizadas, desde ellas se producen escaramuzas más o menos intensas para conquistar escasos kilómetros cuadrados de terreno y localidades pequeñas, pueblos abandonados convertidos en ruinas, mientras los soldados de ambos lados malviven en condiciones infames, en espacios heladores e infestados de ratas, suciedad y despojos. De lo más parecido al infierno que uno pueda imaginarse. El invierno en la zona, que puede ser más o menos rigurosos, pero siempre es la estación predominante, contribuye a frenar los intentos de avance y la guerra en tierra, por ahora, no parece ir a ninguna parte. Los ataques rusos se están incrementando en el frente aéreo, con crecientes oleadas de misiles y drones que se lanzan de manera coordinada contra algunas de las principales ciudades ucranianas, con Kiev y Jarkov siempre en el punto de mira, y la población civil como principal destinatario de sus efectos. El objeto de estos ataques es matar a cuantos más civiles sea posible y que el resto se mantenga en un estado de pánico que contribuya a desmoralizar el país. Abastecido por recursos materiales de China, militares de Irán y Corea del Norte, traficando con su petróleo gracias a India, China, navieras griegas y redes en las que participa medio mundo, Rusia mantiene a flote una economía de guerra en la que el gasto sobre el PIB destinado a mantener el esfuerzo bélico sigue creciendo sin que se vea la manera de que eso acabe generando un colapso de su economía. El uso intensivo de misiles muestra que ya es capaz de producirlos para reabastecer sus stocks y que construye más de los que dispara, por lo que no parece que vaya a tener problemas para utilizar ese tipo de armamento. Inicialmente importados, también parece ya ser capaz de producir drones como los que le suministró Irán en un principio, que se han demostrado como armas muy eficaces y baratas a la hora de saturar las defensas antiaéreas y causar daños en las ciudades ucranianas. A Putin la muerte de sus soldados en el frente le trae al pairo, y si necesita reemplazarlos dicta nuevas órdenes de leva y recluta a nuevas hornadas de jóvenes que han tenido la desgracia de nacer en el seno de una dictadura cruel y despiadada como la que se dirige desde los muros del Kremlin. En marzo se celebrarán una pantomima de elecciones en las que el dictador ruso será reelegido para otro porrón de años y es probable que sólo “el hecho biológico” como se decía de Franco sea capaz de acabar con el régimen de Putin. ¿Será el del Kremlin otro dictador que muera en la cama? Probablemente, aunque si no es así las apuestas son a que no habrá una revolución popular que lo destituya, sino una conspiración entre la mafia que rige el país que cambie de efigie. De momento, el maldito Vladimiro parece tenerlo todo controlado.

En el lado ucraniano las cosas no van bien. El esfuerzo de guerra sigue desangrando al país, literalmente, y allí cada vida perdida sí tiene un coste emocional y económico. Completamente dependiente de las transferencias de dinero y el suministro de armamentos por parte de occidente, el freno de las ayudas norteamericanas y la incapacidad de la industria militar europea abocan a una reducción creciente en la disponibilidad de munición y en los frentes y en los sistemas antiaéreos. Si las ayudas no vuelven con la intensidad debida Kiev no podrá mantener el esfuerzo militar demasiado tiempo. Ahora mismo el reloj corre a favor de Moscú, y si Trump llega a la Casa Blanca su victoria militar sería casi segura por el abandono de los aliados. Pinta mal.

miércoles, enero 24, 2024

Trump gana en New Hampshire

Mientras el humillante desgobierno que padecemos se dedicaba a trasgredir nuevamente la más elemental de las éticas para que los sediciosos estén libres de todos los cargos, terrorismo incluido, se celebraban en el pequeño estado de New Hampshire las primarias entre los candidatos a la presidencia de EEUU. Este es el primer sondeo oficial verdadero y, como se esperaba, ha ganado Trump, con un margen no escandaloso, 54,8% frente al 42,2%, pero dado que esta era una de las elecciones en las que Haley contaba con más opciones es de esperar que en futuros estados ese margen se amplíe. Ella no se retira de la campaña, pero el resultado final parece estar bastante claro.

A partir de aquí debemos empezar a pensar en la siguiente “pantalla” y tratar de imaginar cuáles son las opciones reales de que Trump vuelva ser elegido presidente de EEUU el próximo 4 de noviembre. Este va a ser uno de los temas del año, y ya les aviso que les voy a dar bastante la plasta con él. Una elección norteamericana es un espectáculo en muchos sentidos y una larga carrera de fondo en la que, hasta que termina el recuento, nada está decidido, y todos sabemos lo largo y complicado que puede ser el escrutinio. Puede haber sorpresas hasta la última hora, por lo que hay que ser prudentes, pero a día de hoy, con lo que dicen las encuestas y la percepción, un nuevo enfrentamiento entre Trump y Biden puede saldarse con una victoria del magnate y su vuelta al despacho oval, lo que sería todo un terremoto global. Conviene ir haciéndose a la idea de que un escenario así es perfectamente posible y de que debiéramos estar preparándonos para él, especialmente zonas del mundo como Europa, que saldríamos muy perjudicadas en el caso de que un Trump vengativo volviera al poder. Durante su primer mandato ya vimos lo que puede ocasionar una manera de gobernar caótica, ruidosa, sectaria y llena de odios, algo en lo que Puigdemont y otros amados socios del desgobierno son expertos, por lo que no debiera sonarnos extraño nada de todo eso. La principal diferencia es que la alianza entre Puchi y el mentiroso de Sánchez sólo tiene capacidad para destrozar nuestro país y nuestra democracia, mientras que Trump, desde el despacho con más poder del mundo, puede causar daños globales sólo con la mera actitud que pueda llevar como estilo de hacer las cosas, independientemente de lo que haga. Un Trump insultante, que quiera poner coto a las limitaciones del poder presidencial para garantizarse inmunidad, que sueñe con ser un minidictador desde la Casa Blanca pone los pelos de punta, por no pensar en las consecuencias que tendría su inmediata rendición ante Putin, al que admira y envidia, en el desarrollo de la guerra de Ucrania, lastre enorme en el este para una UE que está sumida en una crisis sistémica aunque se niegue a reconocerlo. Sin el paraguas defensivo de EEUU, no sólo ya por la falta de suministros militares, sino directamente con un discurso en el que la OTAN sería desautorizada por su principal miembro, quizás incluso abandonada, la defensa y seguridad europea recaería por completo en los incapaces sistemas militares de cada una de nuestras naciones, por lo que para enemigos como Vladimiro la tentación no tanto de invadir más naciones, como de lanzar pulsos y amenazas a todo el flanco este de la UE sería algo tan sencillo como efectivo. Sin el tío Sam la UE no posee una capacidad de disuasión efectiva, por mucho que una de sus naciones como Francia tenga armamento nuclear y otra vecina, Reino Unido, no de la UE, también disponga del arma definitiva. Hay muchos análisis sobre las posibles consecuencias económicas de una nueva presidencia de Trump marcada por el aislacionismo y el proteccionismo a ultranza, y el golpe que eso le puede suponer a naciones eminentemente exportadoras como Alemania, que llevan ya tiempo en crisis por el estancamiento del comercio internacional, pero el plano geoestratégico es, si cabe, aún más inquietante dado como están las aguas militares globales.

Por encima de todo, la victoria de Trump es la derrota de un concepto de democracia y de gestión de las élites que lleva funcionando décadas en occidente, y que está empezando a ser superado por movimientos populistas irracionales que gana adeptos a base de mentir y mentir sin reparo alguno (¿se acuerdan de que hubo una ve un partido llamado PSOE?). Una victoria trumpiusta es, también, un fracaso de Biden y de la visión del partido demócrata, que también está corroído por graves peleas internas y sólo un anciano con aspecto senil es capaz de darle una cierta unidad en tiempos duros. Trump en Washington exacerbaría la división de la sociedad norteamericana y la llevaría a grados de tensión desconocidos, y peligrosos. Debemos plantearnos muchas preguntas a lo largo de este año.

martes, enero 23, 2024

El demérito tiene premio en España

Ayer supimos, por boca de la portavoz del grupo de Pablemos, que el gobierno de Sánchez le ofreció una embajada a Irene Montero, la de Chile concretamente, a cambio de que dejara de hostigar al ejecutivo y que así su marcha del Consejo de Ministros fuera tranquila. Montero rechazó el ofrecimiento y Belarra, en una de sus clásicas sobreactuaciones tan impostadas, afirmó que se puso a llorar al escuchar semejante oferta. Quizás las lágrimas existieron porque ella apostaba porque algo el acabaría cayendo también, reflejando no pena sino envidia. En todo caso, ni la mujer de Iglesias es embajadora ni la portavoz del matrimonio es ya nada en la política.

Imagino cómo debió quedarse ayer algún diplomático de carrera al ver cómo se subastan las plazas, pero, sobre todo, no quiero imaginarme a algún opositor, alguien que lleva meses, años, encerrado en casa, deslomándose estudiando un temario absurdo, idiomas y un montón de cosas más, sabiendo que su esfuerzo, si recibe la recompensa de aprobar todas las pruebas y sacar una nota que le sitúe en el grupo de los escogidos, no será premiado con un destino acorde a sus capacidades, no, sino que una política de necedad más que acreditada, una incompetente en grado sumo causante de la excarcelación de cientos de violadores y pederastas le va a superar y conseguir, por mero designio digital, de dedazo, un puesto al que él, con todo sus estudios, puede que llegue tras años de larga carrera profesional. ¿Cuántos de los que están encerrados en el monástico régimen del opositor habrán pensado que todo es una mierda y que para qué están perdiendo el tiempo? Renta mucho más hacerse amigo del poder, medrar a cuenta de contactos, comilonas, fiestecillas y peloteos varios, escoger bien a qué necio que se hace pasar por tipo brillante hay que servir para garantizarse el ascenso y, desde el mundo de las oportunidades que ofrece el politiqueo, pillar un buen puesto público, pagado por el esfuerzo de todos los ciudadanos pringados que trabajan día a día, mejor o peor, para que la vidorra padre obtenida a base de inutilidad se mantenga y dure todo el tiempo posible. Esta nauseabunda actitud se da en todas las ideologías y formaciones políticas. Hace pocos años vimos el caso del pequeño Nicolás, un gilipollas listillo que embaucó a más de uno y estuvo a punto de convertirse en “algo” gracias a los contactos que logró. Afortunadamente su carrera descarriló porque era tan ambicioso como imbécil y cometió errores de bulto, pero en el mundo de la derecha, que es por donde él se movía, dio una lección de amiguismo y corruptela a escala que era bastante indicativa de cómo se mueven muchos de los que, en un momento dado, alcanzan puesto de relevancia y cargos de libre designación. La política es una tarea profesional, pero, también, humana, de constante trato personal, y a la hora de dirigir, liderar y llevar a cabo un plan político hay gente muy buena que puede tener o no carrera, estudios y bagaje. No vienen mal, no, pero si uno tiene instinto es difícil que el que no lo posee le haga sombra por mucho que estudie. Pasa algo parecido en la empresa, donde los hay con capacidad comercial, con visión de futuro y visión de negocio, hayan estudiado o no, y son capaces de poner en marcha un proyecto empresarial exitoso mucho mejor que cualquiera de los muchos que estudian en escuelas de negocio cada día. Por tanto, el ascenso de algunos que carecen de carrera estudiantil puede tener sentido en determinados casos, pero debe justificarse convenientemente y, sobre todo, si el rendimiento del ascendido no es ni el esperado ni el necesario, ser relevado lo antes posible. El daño que un parásito es capaz de causar en una organización es enorme, y la velocidad a la que sea extirpado de la misma es clave para limitar el destrozo. Pero claro, en política, hoy en día, y especialmente en nuestro país, parece que la necedad es condición necesaria para ascender y la pura negligencia lo que te condecora con un puestazo.

Hay una corriente de opinión, defendida desde algunas posiciones influyentes en EEUU, que ataca a la meritocracia porque la considera injusta, y aquí se pueden poner de corrido un montón de adjetivos tan de moda hoy en día en todo eso que se hace llamar discurso “woke”. Evidentemente Irene Pablemos, el pequeño Nicolás, Belarra, Carromero y todo ese grupo de sujetos están muy a favor de esas ideas, porque en un mundo con un poco de justicia y cierto respeto por el mérito y la capacidad no llegarían a ser nada, no conseguirían ningún cargo de relevancia y su vida sería bastante más difícil. Atacar a la meritocracia es la alternativa que han encontrado los inútiles para tratar de quitarles los puestos a los que realmente los merecen. Como el título de esa excelente novela, la conjura de los necios.

lunes, enero 22, 2024

DeSantis abandona

Comentábamos la semana pasada el resultado de los caucus de Iowa, con una vista puesta ya a lo que sucedería el martes que viene, mañana, en las primarias de New Hamnpshire, las primeras de votación convencional. A ella llegaban tres candidatos republicanos, los dos en liza que se pegan por el segundo puesto y Trump, que hace campaña por su cuenta y supone que va a arrasar allí como lo hizo en los caucus. No he utilizado el verbo “llegaban” sólo porque me estuviera refiriendo a un artículo de la semana pasada, no, sino porque ya no habrá tres candidatos en las opciones posibles tras el anuncio, algo sorprendente, de retirada por parte de Ron DeSantis de la carrera a la nominación.

El caso DeSantis ha sido un buen ejemplo de cómo las expectativas pueden ser elevadas pero la realidad se encarga de ponerlas en su sitio. Como gobernador de Florida logró una exitosa reelección en noviembre de 2022 y fue de los pocos republicanos que sí lograron unirse a la ola de votos que se suponía iban a recaudar y se quedó en bastante menos de lo esperado. Con un discurso muy trumpista en el fondo, pero con formas convencionales, DeSantis suscitó la atención de muchos analistas al verlo como un posible candidato que mantuviera las esencias ideológicas del partido pero que no fuera motivo de escándalo y de líos judiciales como Trump. Algo así como un Trump balnqueado. Con sus poco más de cuarenta años, aunque aparente más, una familia clásica que exhibe como otro de sus logros y un hablar tan pausado en la forma como contundente en el fondo, los medios conservadores empezaron a elevarlo para darle una talla de presidenciable, cosa que lograron, y tras esto el anuncio de su candidatura a las presidenciales se daba por hecho. Se auguraba una disputa reñida frente a Trump, y para ello se pertrecho con un amplio y caro equipo, dispuesto a hacer una señora campaña en un país en el que el coste de estas actividades es disparatado. Las primeras encuestas, sin embargo, empezaban a dar una imagen no prevista, en la que DeSantis era uno más de los aspirantes republicanos, en aquel momento casi cerca de la decena. Estaba el primero entre todos ellos, sí, pero a muy escasa distancia unos de otros. Y lo más relevante, a decenas de puntos de un Trump que se mostraba intratable. Al equipo de DeSantis estos números empezaron a no gustarle y, más allá de criticar a los encuestadores (sí, pasa en todos lados) arreció en la intensidad de su campaña, lo que se tradujo en grietas en su equipo y las primeras bajas que fueron luego un goteo constante. El equipo de campaña tiene una importancia descomunal en la actividad del candidato, desarrollando un trabajo de promoción, protección y gestión de la figura del político que es mucho más profundo de lo que se puede uno imaginar desde este lado europeo. Sin equipo el candidato está muerto. El que la campaña de DeSantis fuera más noticia por las bajas que por sus discursos empezó a mostrar las debilidades de un candidato que, por lo que fuera, no remontaba lejos de su exitosa Florida. Desde hace un par de meses, a medida que iban renunciando candidatos que carecían de opciones, De Santis no remontaba de la tercera posición en los sondeos, tras una Nikey Haley que está siendo la sorpresa de estas primarias. Con el aparato y coste creado DeSantis no podía ser segundo, y menos tercero. El resultado de Iowa, donde quedó segundo, sacando escasa distancia a Haley, dejó claro a ambos dónde se encuentra Trump y que las opciones del gobernador eran escasas. Tras ello, anunció que se iba a centrar en New Hampshire, estado en el que Haley fue gobernadora y juega en casa. Los sondeos le otorgaban un tercer puesto bastante inútil. Ha optado por dejarlo y frenar la sangría de gasto y de imagen dilapidada.

Se estima que DeSantis se ha gastado más de cien millones de dólares en lo que lleva de campaña, con unos resultados descorazonadores. Su decisión de apoyar como candidato a Trump es subirse al carro del ganador después de haberle acusado de errores y presuntos delitos a lo largo de estas semanas. Dado como es el magnate, si gana, sólo le ofrecerá desprecio. De cara a la votación de mañana la única duda es lo competitiva que puede ser Haley. Si no queda segunda con un resultado muy alto me da que el proceso de elección republicana ha terminado, y que Trump será elegido por aclamación. Sus opciones para la reelección presidencial crecen día a día.

viernes, enero 19, 2024

Fracaso de la misión lunar Peregrine

Cada lanzamiento espacial es un acto lleno de esperanzas y riesgos, sobre todo de estos últimos. Sigue siendo una tecnología algo precaria que se enfrenta a un entorno totalmente hostil en el que un fallo, uno sólo, puede ser el último. Lo que está logrando SpaceX al convertir en rutina lanzamientos con sus Falcon para colocar satélites en órbita baja, con una fiabilidad casi absoluta en todo el proceso hasta la recuperación de la primera fase es algo excepcional, y conviene no confiarse, porque el desastre puede estar siempre al acecho. Desde que el cohete se pone en marcha las cosas pueden torcerse mucho más de lo que uno imagina.

A principios de este año la NASA lanzó la misión Pregrine, uno de los frutos de su programa de colaboración con empresas privadas para crear misiones pequeñas, de coste controlado, destinadas a testar tecnologías y que, de paso, produzcan resultados científicos y de promoción de la carrera espacial. En este caso el objetivo era aterrizar un módulo en la Luna, uno pequeño, dotado de algún instrumental científico y óptico, e incluso un rover de juguete que pudiera salir y pasearse por ahí. La idea era demostrar la capacidad de llecgada al satélite y el proceso de alunizaje, que es muy difícil, y si todo iba bien, lanzar más sondas similares para que sirvan de utilidad al programa Artemisa, cuyo fin es volver a llevar humanos al satélite. La misión, lanzada con el nuevo cohete Vulcan de la empresa ULA, participada por Jeff Bezos, de Amazon, tenía cuatro fases críticas; el propio despegue y la inserción de la misión en órbita baja, la ignición de una fase posterior que llevase la sonda y equipamiento auxiliar a una trayectoria de contacto con la Luna, el frenado e inserción dentro de la órbita lunar y todo lo relacionado con la separación de la sonda de su nodriza auxiliar y el descenso a la superficie del satélite. Todas las misiones lunares son similares, y en las que hay componente tripulado se complica mucho más, entre otras cosas por el soporte vital necesario para mantener viva a la tripulación y luego hay que hacer una secuencia similar para el viaje de vuelta. En misiones no tripuladas al menos el viaje se acaba cuando se llega allí, cuando el objeto es ese. Recordemos que hace año y algo China consiguió el gran logro de una misión robótica de ida y vuelta que logró traer muestras hasta aquí en lo que, sin duda, fue un hito tecnológico de primera magnitud. Pues bien, el lanzamiento de Peregrine se desarrolló sin incidencias significativas y el cohete Vulcan realizó su trabajo correctamente, depositando el resto de la misión en la órbita baja. A partir de ahí, tras unas comprobaciones sobre el estado general de los sistemas, se debía dar paso a la segunda fase del vuelo, el abandono de la órbita baja y la inserción en una trayectoria de aproximación a la Luna, pero desde el control de la misión se empezaron a detectar anomalías, no en la sonda y su sistema auxiliar de alunizaje, sino en el encargado de realizar esa segunda maniobra. Se detectó una pequeña fuga de combustible en los tanques de propergoles, oxígeno e hidrógeno criogenizados, que son los que se queman en los cohetes para generar el impulso, y al poco tiempo la dimensión de la fuga resultó ser lo suficientemente severa para, con los cálculos correspondientes, determinar que no había el suficiente combustible como para llegar a la Luna. La misión ya no podía alcanzar su destino. Imagino carreras, nervios y preocupación en todo el equipo de trabajo ante un señor problemas. Se intentaron algunas cosas desde el control de Tierra, que son capaces de arreglar unos problemas, pero no todos, desde luego, y con el paso de las horas quedaba claro que no se podía hacer nada. Peregrine no iba a alcanzar nunca la Luna y toda su tecnología se iba a convertir en algo inservible.

Como la órbita en la que estaba colocado todo el complejo tras la primera fase se diseñó como meramente instrumental, un aparcamiento temporal previo a la segunda fase, es más baja que la de los satélites convencionales o la Estación Espacial, que están a unos 400 kilómetros de altura. Sin cohetes que le sirvan para mantenerse en ella, porque no estaba pensado que lo tuviera que hacer, el complejo Peregrine comenzó el proceso de decaimiento que le llevará los próximos días a una reentrada descontrolada en la que se chamuscará completamente al rozarse a muy alta velocidad con las capas bajas de la atmósfera. Todo se destruirá, y la misión se habrá perdido. El espacio puede ser tan bello como cruel.

jueves, enero 18, 2024

Trump parece imparable

Los caucus de Iowa son una rareza dentro del proceso de primarias presidenciales en EEUU. El término caucus hace referencia a asambleas informales, reuniones de comunidades de vecinos, parroquianos de una iglesia y cosas por el estilo, reminiscencias de la época agraria no urbana en la que las comunidades de los pueblos se juntaban en asambleas para discutir sobre si hace un nuevo granero, cómo gestionar la cosecha, repartos de tierras y cosas por el estilo. Son encuentros informales que denotan un sentimiento de comunidad profundo, en un estado rural, del medio oeste, poco poblado, en el que el maíz define el paisaje.

Lo importante de Iowa es que es el primero de los que realmente vota en el proceso de selección de candidato, abre la carrera, y en todas las disputas la salida y la meta son los lugares que más atención suscitan. A otros estados algunos candidatos acuden o no en función de sus cálculos sobre las opciones de que disponen o el presupuesto de la campaña, pero a Iowa van todos, para que se les vea en esa foto. No es un Ohio en el sentido en el que anticipa el resultado final, pero tiene su importancia simbólica. En él se puede empezar a ganar y a perder. Y por lo visto esta semana la idea de que Trump puede ganar ya no es sólo un temor, sino una posibilidad cierta. Eran tres los candidatos republicanos en liza con opciones. Nikkey Haley, la revelación de la campaña, que ha ido de irrelevante a más, y que algunos la sitúan como el posible salvavidas del republicanismo convencional ante la ola trumpista. Las encuestas le daban como segunda, y finalmente fue tercera, por lo que sale de los maizales con una sensación amarga. Su carrera sigue en los siguientes estados, en principio algo más proclives a ella. Ron DeSantis, gobernador de Florida, era el otro candidato en liza. Al contrario de Haley, su campaña ha ido de un inicio prometedor a un proceso de desinfle bastante evidente, con fallos de comunicación, bajas en su equipo y problemas varios. Definido por The Economist como un Trump con cerebro, comparte gran parte del discurso del magnate en todos sus aspectos, pero no insulta ni se hace declaraciones de matón de barrio a la primera oportunidad. Además, en su caso la presencia de la fe religiosa parece incluso ser algo cierto, siendo su familia uno de sus puntales en mítines y comparecencias. En Iowa ha quedado segundo, por poco, pero segundo, lo que le hace salir de allí con un optimismo mayor que con el que llegó, pero en todo caso lejos de las expectativas que logró suscitar entre parte del conservadurismo clásico tras revalidar su cargo de gobernador en las elecciones de 2022. Da la apariencia de que la campaña ya se le está haciendo larga y de que no logra contactar con su público. En todo caso se dirige ya a los siguientes estados en liza y tratará ahí de asentar alguna de sus escasas opciones de futuro. El resto de candidatos republicanos, una especie de mariachis con nulas opciones, ya han salido de Iowa triturados por las cosechadoras de maíz, de tal manera que casi todos ellos ya han abandonado. Sus opciones eran nulas en todo sentido y las campañas sólo les suponían un coste que no lograban cubrir con las magras aportaciones que estaban recaudando. La política norteamericana es muy cara y necesitan dinero, mucho dinero, para mantener una campaña. Al abandonar, esos candidatos han expresado sus preferencias sobre cuál es, de entre los que quedan, el que respaldan para que sus votantes les hagan caso, y aquí hay división de opiniones, con decantamientos a favor del magnate como el caso del libertario Ramaswamy, una de las sorpresas de las semanas previas a los caucus, y llamadas al voto moderado por parte de Christie, antaño figura pesada republicana y cuasi perpetuo gobernador de New Jersey, hoy apenas una sombra de lo que fue, superado por la ola de trumpismo que ha desarbolado las bases clásicas del partido. Ellos ya están fuera de la carrera, sólo siguen Haley y DeSantis.

Bueno, y Trump. La incógnita de Iowa no era quién iba a ganar, descontada la victoria de Donald, sino por cuánto, como medida de su poder real entre las bases. Ha superado, por poco, la mitad de los sufragios emitidos, por lo que se puede decir que ha arrasado. De momento no hay una división en las filas republicanas entre la racionalidad y la histeria, y el desatado Donald sale de los campos de iowa como inmenso ganador en su bando y, de momento, con todas las opciones en la mano para lograr ser nominado como el candidato republicano a las presidenciales. Quedan muchas votaciones, pero los caucus han podido marcar una tendencia clara y, me temo, irreversible.

miércoles, enero 17, 2024

Estar en la cama, oyendo llover

Poco después de las cuatro de la mañana de hoy ha empezado a llover en Madrid con intensidad, de manera racheada, con ráfagas de viento intermitentes que aumentaban la intensidad del ruido que se percibía desde casa. Las primeras gotas no se hacen notar demasiado, pero una vez que lleva un rato cayendo las tejas, balcones, voladizos exteriores, cajas de aire acondicionado y todo lo que uno piense que pueda estar saliente gotea y hace ruidos, las gotas se arrojan sobre todos los objetos posibles y una sinfonía desordenada de ruidos empieza a llenarlo todo. A veces, como hoy, con el bajo continuo de los golpes de viento.

Lo habitual es que a eso de las cinco de la mañana esté despierto en la cama, esperando a que suene el despertador a la hora habitual y hago tiempo bajo las mantas sin pensar en casi nada, o al menos intentándolo. Cuando fuera no sucede nada esa espera se hace más tediosa, pero en noches ruidosas como esta estar ahí en el refugio se vuelve hasta placentero. Uno se arrejunta consigo mismo y se hace consciente de hasta qué punto la casa le protege del exterior. Ahí fuera llueve, hace frío, el viento sopla, la incomodidad es constante, pero en el espacio intrauterino artificial en el que uno convierte su habitación la sensación de confort, sea la que sea, se vuelve infinita. Tienes la impresión de que nada de lo que puedan suceder más allá de la persiana te afecta, ni lo meteorológico ni lo social. No hay gobiernos infames que se rindan ante sediciosos golpistas, la guerra del este de Europa está a una distancia inabarcable, la inflación también duerme de noche y los precios están quietos mientras los humanos que los fijan no son capaces de cambiarlos, no hay un señor loco con aspecto naranjil camino de volver a presidir el país más poderoso del mundo… y sobre todo, uno no se moja con la lluvia que golpea la persiana. A veces, como hoy, me levanto alguna vez y subo ligeramente la persiana, abro la ventana y saco la cabeza para comprobar que lo de ahí fuera sigue siendo desagradable. Dado el mal diseño de las casas en Madrid, carentes de alero en su mayoría, eso se suele traducir en que me mojo ligeramente la cabeza, pero esa sensación, molesta si uno está medio dormido, apenas me afecta, ya desvelado por completo, y entonces me reafirmo en la seguridad del entorno, vuelvo a bajar la persiana y cierro la ventana. Me encamino a la cama y readopto una posición fetal de cómoda seguridad, solo en la cama, con la idea de que aún queda bastante para que suene el despertador y el tiempo de lujo a resguardo se prolongará lo suficiente. ¿Hay un disfrute en ese momento? No voy a negar que un poco sí. Estas noches son muy distintas a las de verano, las tórridas que sólo se entienden cuando uno vive en Madrid, en las que se está encima de la cama tirado sin nada, también a la espera, pero sin esa sensación de refugio, porque el exterior, en esas horas de la madrugada, es cuando ofrece algo de cobijo, alcanzando su mínima. En esas noches la estancia sobre la cama, no en ella, se vuelve más desagradable, uno debe tratar de moverse lo menos posible para mantener el confort. Por el contrario, en las de invierno, la movilidad está permitida bajo las mantas, a veces resulta incluso agradecida para desentumecerse. Hay un cierto deseo infantil en anhelar que la situación se prolongue sin límite, que no acabe, que las horas se extienda. Algo parecido a lo que desean los que duermen sin problemas y buscan que su sueño no cese. Para los que dormimos mal, la sensación es consciente, de deseo no realizado, pero sí sentido, para nada soñado.

Suena el despertador y me levanto, a la misma hora que el resto de días de la semana, y realizo la rutina habitual ejecutando una especie de algoritmo que tiene todos los pasos estructurados, mientras que el ruido de la lluvia y el viento sigue golpeando ahí fuera. Cada vez quedan menos minutos para que fuera deje de tener sentido como concepto, y a la hora prevista, cierro la puerta de casa y llamo al ascensor, sabiendo que en apenas un minutito el refugio quedará atrás, el paraguas hará de casa y la lluvia y el viento serán quienes me den los buenos días al salir del portal, rumbo a la oficina, para otro día más, en el que veré llover desde ella.

martes, enero 16, 2024

Carlos Franganillo y Marta Carazo

Cerca del final de 2023 se produjo una gran conmoción en el panorama audiovisual al conocerse la noticia de que Mediaset había fichado a Carlos Franganillo, presentador del telediario de las 21:00 de TVE para ocupar el puesto de Pedro Piqueras, que se jubilaba con el final del año, y hacerlo así responsable de unos nuevos informativos en una cadena de total ausencia de tradición en estos temas. Piqueras, y el resto de presentadores de noticias de Tele Cinco, llevaban años sometidos a un ostracismo y desprecio impropio, con un estudio que ya sería añoso en los años noventa y una falta de relevancia social clarísima. El fichaje fue un bombazo.

Franganillo, desde que fue nombrado presentador del telediario, ha conseguido un prestigio enorme a base de hacer las cosas bien y con seriedad. Sin dejarse arrastrar por el espectáculo del morbo, ha liderado unos informativos a los que ha logrado sacar oro a base de exprimir recursos y a los profesionales de la casa. Suyas han sido las iniciativas de rodarlos fuera de estudio cuando la actualidad así lo demandaba, con especiales en Ucrania, en un colegio toledano o a pie de inundaciones, en espacios que ya son objeto de estudio en las escuelas de periodismo. Curioso, conocedor del medio y apasionado de la actualidad internacional, Franganillo aportaba credibilidad a una marca que, en España, siempre está sometida a los designios del gobierno que rige y considera a RTVE como uno de sus principales altavoces. Esto es ajeno a ideologías y tradicionalmente ha lastrado a la casa, con acusaciones de partidismo más o menos obsceno y tensiones internas enormes, que muchas veces se podían apreciar en las realizaciones en directo. Sólo Ana Blanco, como un tótem, aguantaba, y sigue sin saberse muy bien por qué fue relevada de su cargo como presentadora perpetua. En su ausencia Franganillo se convirtió en la cara de la información de la cadena, y en medio del irrespirable ambiente político en el que vivimos, logró que sus telediarios fuesen un lugar de rigor. Se notaba la mano de Moncloa en ciertas decisiones a la hora del peso y sesgo que había que darle a ciertas informaciones, pero eso, tristemente, parece inevitable en nuestro país, y es una de las causas por las que TVE no será nunca la BBC. Quizás el aumento de esas presiones y la tensión interna en la casa hayan sido motivos para alentar su fuga, unido evidentemente a una oferta económica que, sin duda, debe ser mucho mayor que la que le ofrecía el ente público. Para Franganillo la marcha es un salto de máximo riesgo, porque aunque la cadena ha creado un nuevo estudio para los informativos, uno que parece de verdad, la ausencia de músculo en la redacción y en los medios de que dispone le obligan prácticamente a crear equipos de profesionales casi desde cero, e incluso la propia marca de informativos en una cadena donde lo relevante es la continua telebasura que no deja de emitir a todas horas, y que es la fuente de sus ingresos. Su proyecto allí requiere tiempo para asentarse, paciencia por parte de los directivos de la casa y espera para ver si las audiencias responden al cambio, acostumbradas ya a un liderazgo claro por parte de una Antena3 intocable y al duelo de segundones entre una TVE que iba al alza y una Tele Cinco en decadencia, con el resto de canales a una distancia sideral. No creo que, al menos hasta el verano, podamos hacer un juicio certero de sí la decisión de Carlos ha sido la correcta o no, y de si su proyecto, de un inmenso riesgo profesional, se consolida o se convierte en una continuidad en la irrelevancia informativa de su nueva cadena. La ventaja es que lo tiene todo por hacer, pudiendo crear casi desde cero. El inconveniente es que lo tiene todo de cara, en una cadena que es sinónimo de vergüenza.

Para responder al golpe de su marcha, duro, TVE tenía varias opciones, y ha optado por una relativamente conservadora y, a mi entender, óptima. Ha tirado de la cantera de profesionales que son de la casa y ha colocado a Marta Carazo, hasta diciembre corresponsal en Bruselas, como nueva presentadora. Carazo no es amante del espectáculo, es una mujer seria, como Carlos, y tiene un perfil neutro, alejado de filias y fobias políticas, no como alguno de los nombres que sonaron en un principio. Llega a un portaviones con varias fugas de agua que Carlos trato de poner a navegar a toda máquina. Desde ayer se enfrentan a las 21:00 en la pantalla en una rivalidad en la que ambos disputan y, también, se admiran. Me tocará verlos a trozos.

lunes, enero 15, 2024

Vaya vaya, que Junts es xenófobo

Una de las consecuencias del patético pleno parlamentario del viernes pasado es que muchos acaban de descubrir que Junts, la secta que comanda Puigdemont, es de derechas, muy de derechas, tirando a xenófoba y extremista. La extraña derivada por la que Sánchez sacó dos de sus decretos a cambio de ceder las competencias de inmigración a una Generalitat en la que Junts no gobierna ha abierto los ojos a algunos, no a los más convencidos de la falacia en la que vivimos, sobre la ideología profunda de Junts y lo que supone su discurso. Me ha dado bastante la risa viendo a algunos opinadores rasgándose ahora las vestiduras por descubrir, pobres ignorantes, que los puigdemoníacos son como los de Vox. Bienvenidos a la realidad.

Lo divertido es que, como buenos nacionalistas, los Puigdemoniacos y todos los demás partidos que así se denominan son xenófobos en mayor o menor grado, porque la base profunda de su ideología es la defensa de la superioridad de unos, los suyos, frente a todos los demás. Con argumentos falaces, excusas baratas, historias inventadas y mitologías que son grandes patrañas, todo partido nacionalista busca discriminar, obtener privilegios de unos sobre otros, y por eso el odio a la ley y el estado de derecho es profundo en estas formaciones, porque es el estado de derecho el anatema, el crucifico ante el que el vampiro nacionalista retrocede. Eso de que uno sea juzgado igual que otro, que lo que es delito lo sea para uno y para otro no entra en la cabeza del nacionalista. Para él los suyos, los puros, los superiores, son buenos, no delinquen, no merecen castigo, si acaso alguna reprimenda o correctivo, pero con enseñanzas y pedagogía. Son los de enfrente, los otros, los inferiores, los que delinquen, roban, violan, asesinan, quitan trabajo, se llevan las subvenciones, se aprovechan de las ventajas del estado…. En definitiva, los parásitos que viven a cuenta de los que sí tienen derecho a vivir. Esos parásitos deben ser controlados de una manera u otra, y es en ese proceso de control donde se mide el grado de xenofobia y racismo profundo del nacionalismo en cuestión. El vasco ha sido, tradicionalmente, muy etinicista, obsesionado con la raza, la sangre y bobadas por el estilo, y de ahí a hacer correr la sangre de los impuros por las calles no hay mucho, por lo que la deriva que degeneró en ETA, además de su contexto histórico, tiene unas bases ideológicas profundas, el maketo debe ser eliminado. El catalán y el español no han tenido un componente racial tan intenso, aunque se intentó una deriva en este sentido en los primeros años de la dictadura franquista, que no llegó muy lejos. Se han agarrado más a mitos e historias pasadas para señalar la excepcionalidad de los habitantes de este trozo del mundo, lo que es una payasada como un templo, pero curiosamente funciona en algunas cabezas. El componente religioso también es común en ambos, y en el vasco, creyendo estar siempre en una cruzada permanente frente a los infieles, sean moriscos, gays, o lo que toque ser lapidado en cada momento. Curiosamente, o no, los creyentes en esta doctrina no se cortan mucho a la hora de expresarla, de ahí que sean numerosos los testimonios de próceres del nacionalismo, de antaño como Sabino Arana o de nuestros tiempos como Arzallus o Quim Torra, que dejan bien claro y por escrito sus ideas sobre la superioridad de unos sobre otros, sobre el hecho que el mundo está dividido en razas, unas destinadas a dominar y otras a obedecer, y que ellos, como obvio y legítimos representantes de la raza superior que domina el territorio en el que se encuentran, tienen el absoluto derecho a sojuzgar, a controlar, a hacer que la ley no sea igual para todos, porque no todos son iguales, ya que unos están por encima y otros por debajo. Este conjunto de bobadas, peligrosas, no generan respuesta política cuando a los que se trata como inferiores es al resto de los españoles, pero sí cuando dentro del saco de los dominados se incluye a inmigrantes y, en general, nacionales de terceros países. Entonces el racismo que se esconde bajo estas opiniones queda bastante claro y se genera un rechazo por parte del grupo de bienpensados oficiales, los que bien regados de subvención dictan lo que es políticamente correcto y lo que no. Todo estúpido, sí, pero así es.

En el fondo, Junts y Vox son lo mismo, si quieren un ejemplo práctico. No son más que una banda de egoístas descerebrados que se envuelven en un trapo, cada uno de un color distinto, para ocultar su necedad, su falta de ideas, y dar suelta a sus prejuicios. Son extrema derecha en el sentido identitario del término, en el racista que conlleva, y sus discursos son exactamente el mismo, procediendo a sustituir el término España por Cataluña en ambos, y dejando todo lo demás igual. Si es patético pactar con Vox, que lo es, no menos resulta hacerlo con Junts, y lo que ya es de chiste es que se nos venda como “progresista” un acuerdo en el que ellos participan. Es asombroso como, a lo largo de la historia, la basura nacionalista sigue cosechando adeptos.

viernes, enero 12, 2024

Respuesta de EEUU a los ataques hutíes

La pista la dio ayer por la noche el gobierno de Reino Unido cuando convocó una reunión de emergencia de su gabinete para tratar la situación en el Mar Rojo, en la que nos e descartaban acciones unilaterales de respuesta. A lo largo de esta semana los buques norteamericanos situados en la zona han repelido numerosos ataques con drones y misiles que han ido intensificándose con el paso de los días, y era de esperar que, tarde o temprano, se ofreciera una respuesta contundente por parte de, al menos, EEUU, dada el escaso apoyo de una coalición internacional, que fue la primera de las alternativas planteadas por los militares norteamericanos. Recordemos que nosotros fuimos de los primeros que nos escaqueamos.

El ataque, principalmente con fuerzas de EEUU y con una muy menor presencia de efectivos de Reino Unido, ha sido esta madrugada, se ha desarrollado mediante el uso de cazas que han partido desde los portaviones enclavados en la zona y ha consistido en bombardeos contra posiciones controladas por los hutíes, sin que a esta hora esté muy claro si se trata de núcleos de población, bases militares, zonas desde las que los rebeldes lanzan sus ataques o un poco de todo. No hay balance alguno del conjunto de efectivos utilizados, los daños causados, si hay víctimas sobre el territorio yemení ni de si estamos ante un golpe aislado o el inicio de una campaña de respuesta para eliminar por completo la amenaza hutí en esas aguas. La capacidad militar norteamericana es capaz de laminar las costas de Yemen y acabar con todo tipo de bases operativas de gran dimensión, pero el uso actual de drones y equipamientos similares, pequeños y fáciles de esconder, ofrece a los hutíes oportunidades para, guareciéndose en la abrupta geografía de Yemen, mantener una presión mediante ataques esporádicos. Puede que el objetivo de la misión sea pegar un puñetazo en la mesa y lanzar el mensaje a los rebeldes de que se acabaron las tonterías y que dejen de hostigar a los buques que transitan por la zona. En todo caso, sin conocer el alcance pleno de lo que se está desarrollando en la zona, se trata de la primera intervención militar directa de Washington en la guerra de Yemen y, también, en una de las derivadas de la guerra de Israel y Gaza, y también, tres por uno, el primer enfrentamiento directo entre el ejército norteamericano y una de las fuerzas proxys de Irán. Esta es, quizás, la derivada más interesante, e inquietante, de todo el asunto. Es de esperar que tanto las fuerzas hutíes que controlan parte de Yemen como el régimen de Teherán emitan comunicados de dura condena ante lo sucedido y de negación absoluta de responsabilidad en los ataques a los buques, diciendo una y mil veces que ellos son pacíficos y que nada tienen que ver con los que disparan a los barcos o tratan de secuestrarlos. Más allá de la retórica esperable, ahora mismo en Teherán se estará calibrando lo sucedido, haciendo cálculos de las fuerzas empleadas por los norteamericanos y viendo si conviene, por una vía indirecta, responder de manera militar o templar las cosas y esperar a otro momento para diseñar una respuesta. Irán, desde que comenzó la guerra entre Hamás e Israel, se ha mantenido en un difícil equilibrio entre la retórica incendiaria de sus declaraciones y la inacción de sus fuerzas. Más allá de su apoyo a Hamas y a sus atentados del 7 de octubre, Teherán ha contenido a las fuerzas de Hezbolla en el Líbano y no se ha decidido a lanzar una guerra indirecta total, quizás porque no se ve ganadora, quizás porque espera otro momento, quizás porque prefiere que el terreno internacional sea más propicio tras la contemplación de los efectos de la despiadada respuesta israelí en Gaza. Sea por lo que sea, ha actuado de una manera prudente, para lo que son los islamistas chiítas. Justo han sido los hutíes de Yemen, otros de sus apadrinados, los que sí han decidido pasar a la acción, en un escenario militarmente secundario, pero, geoestratégica y económicamente, fundamental.

En el juego de ajedrez de oriente medio el movimiento de hoy es un nuevo golpe al tablero en el que EEUU, sometido a tensiones propias y con una imagen debilitada, trata de dejar claro que no consentirá que ciertas líneas rojas se traspasen, y una de ellas es la de la logística del comercio global, en la que ellos, y nosotros, nos jugamos varios puntos de inflación. Cuando quede clara la intensidad del ataque veremos a ver si los hutíes responden de alguna manera, y si gracias a esta escaramuza el frente del Mar Rojo se tranquiliza o asistimos al inicio de un juego militar entre la flota norteamericana y sus fuerzas aéreas y los hutíes. La situación es tensa, muy interesante y, potencialmente, peligrosa.

jueves, enero 11, 2024

La SEC autoriza los ETC sobre Bitcoin

Si vuelvo a leer el titular del artículo de hoy soy consciente de que mi madre no sería capaz de pasar de la primera palabra sin entender nada, por lo que voy a ver si soy capaz de explicar, de manera comprensible, que es lo que dice y por qué es importante ese hecho, y las ventajas y riesgos que supone la creación del nuevo vehículo inversor asociado a la más importante de las criptomonedas que existen. En pocas palabras, se democratiza la inversión en este tipo de activos, por lo que ahora cualquiera va a poder arriesgarse al pelotazo, y a perderlo todo, gracias a la evolución de un archivo informático al que el mercado le otorga miles de euros de valor

Hasta ahora, invertir en bitcoins era una cosa sólo apta para valientes. Uno podía hacerse con grandes equipos informáticos y proceder a minarlos, resolviendo los complejos problemas matemáticos que, como solución, generan bitcoins. Es un trabajo caro, pesado, muy exigente en recursos de computación y energía, necesita miles y miles de euros de inversión y es arriesgado, porque renta si la cotización del bitcoin supera los costes, sino es ruinoso. Otra opción era comprar bitcoins en plataformas que mercadean con ellos. Las dos líderes del mercado son Coinbase y Binance, ambas envueltas en escándalos de todo tipo. Son mercados no regulados, sin supervisión legal, en los que uno adquiere cosas sin garantía de que eso le sea realmente entregado. Esas plataformas ofrecen también un servicio de custodia de los bitcoins comprados, porque uno puede adquirirlo y llevárselo a su ordenador personal, pero si lo borra por error o el ordenador sufre algún percance y el archivo se vuelve inaccesible lo hemos perdido, y todos sabemos lo que fastidia perder un documento que no vale las decenas de miles de euros a los que cotiza ahora mismo el bitcoin. Para evitar todo esto está la industria financiera, que crea productos en los que uno, desde su entidad bancaria o plataforma de trading, puede invertir dinero en las cantidades que se desee no en acciones de Ibex, sino en cualquier otro producto o bien sin tener que tener realmente el bien. Los ETF son las siglas en inglés de fondos cotizados, fondos en los que uno invierte comprando participaciones en ese fondo que fluctúa de valor en función del subyacente al que esté anclado. Hay fondos de todo tipo, de autor y no, activos y pasivos, cotizados y no. En un ETF normalmente el fondo replica un índice y se comporta de igual manera. Si el Ibex un día cierra subiendo un 0,3% el ETF del Ibex sube un 0,3% y si yo había comprado a la mañana una participación en el fondo por valor de 1.000 euros al final de la jornada mi participación vale 1.003. Si voy a la bolsa puedo comprar acciones de empresas del Ibex por mi cuenta, pero no puedo comprar “Ibex” porque es el índice, pero sí un ETF que lo replique, por lo que el trabajo de diversificación de la cartera que supone el índice ya lo ha hecho el ETF al replicarlo. Como todo fondo, poseen comisiones de mayor o menor grado y su liquidez depende tanto del activo al que se fijen como del número de participantes y el interés que tenga el mercado en ese momento. En un ETF sobre Bitcoins no necesito tener bitcoins reales, minarlos, comerciar con ellos ni nada por el estilo, sino que compro una participación en un fondo que replica la cotización del Bitcoin, y me llevo sus subidas y bajadas, con la ventaja de la liquidez y de que, ahora sí, estoy en un mercado regulado en el que la SEC, el organismo regulador de la bolsa y valores en EEUU, audita las cuentas y realiza inspecciones a los que participan en el mercado y ofrecen títulos y productos a la venta. Muchos ETF son creados por bancos de inversión, gestoras de fondos y empresas por el estilo dentro de su cartera de productos, y el cliente que a ellos acude puede optar por contratar uno o varios de estos en función de su apetencia al riesgo, liquidez, deseos y cualesquiera variables se les ocurran.

Dado que la cotización del bitcoin es una montaña rusa, el que meta ahí dinero va a ver subidas y bajadas a lo loco, por lo que estos ETF se van a convertir en productos de riesgo, de esos en los que se puede perder y ganar mucho, por lo que, dado lo primero, no se los recomendaría a mi madre. Se espera una demanda muy alta de inversores ávidos de entrar en este mercado y eso ha hecho que el rumor del lanzamiento de estos productos, que lleva tiempo circulando, haya concluido esta semana con el hackeo de la cuenta de X, antiguo Twitter, de la SEC, realizando un anuncio falso de la aprobación de los ETF un día antes de que realmente tuviera lugar, lo que permitió a alguno pegar un buen pelotazo con Bitcoins al contado. En fin, emoción en el parqué.

miércoles, enero 10, 2024

Desgobierno chantajeado

Tras los resultados del 23 de julio Sánchez pudo escoger, tenía una opción de la que carecía Feijoo. Pudo negociar con los sediciosos, no asumir sus posturas y forzar una repetición electoral a la que acudiría con la baza de no haber renunciado ante ellos, lo que le hubiera otorgado un plus de votos ante una derecha noqueada por un resultado que no era el que esperaba ¿Le hubiera permitido los segundos comicios formar un gobierno estable? No lo se, pero es casi seguro que se lo podría plantear desde una posición de mayor fuerza que la que obtuvo, escasa, tras las votaciones de julio. También pudieran haber pasado otras cosas, pero esa era, a mi entender, su mejor jugada.

Escogió otra, la del acceso rápido y directo al poder mediante la traición de su palabra y de todas las promesas habidas. Sánchez se plegó a todo lo que querían los sediciosos a cambio de sus votos en la investidura, sin importarle la concesión de infamias como las de la amnistía y otro tipo de prebendas que degradan el escenario político nacional. Lo único que importaba era mantener el cargo, y luego ya se verá. El problema de Sánchez es que, en su proceso de degeneración política, que no tiene límites por si tienen dudas, el presidente se ha unido a un grupo de chantajistas profesionales, encabezado por el sujeto puigdemoníaco, a los que sólo les importa su privilegio y lo que puedan obtener, nada más. Los propagandistas de Moncloa y sus medios afines crearon el absurdo discurso de que el acuerdo con los sediciosos era una vía para volver a la concordia y crear un gobierno progresista, todo ello mentiras inmensas, pero machaconamente repetidas gracias al riego financiero de una Moncloa que sabe cómo vender motos averiadas, incluso inexistentes. Desde el momento de la investidura quedó muy claro que todas las votaciones a las que se enfrentasen las medidas del gobierno, todas, requerían la unanimidad de todos los partidos que habían respaldado la investidura, formaciones que van desde la extrema izquierda comunista, pablemos, a la derecha dura independentista, Junts, unidas por el mero interés de que sean sus deseos los que prevalezcan, nada más. Era evidente que cada votación de cualquier norma iba a ser un examen durísimo en el que las posibilidades de perder eran elevadas, y hoy tenemos el primer test, la convalidación de los Reales Decretos que tienen medidas en las que se prorrogan ayudas que están en vigor desde la crisis de la inflación y una montaña de cuestiones agrupadas mediante la nefasta técnica legislativa que tan de moda se ha puesto últimamente. Pues bien, resulta que una de las cuestiones que va en esos decretos, al parecer requisito comunitario, no le gusta a Junts porque cree que puede entorpecer la tramitación y posterior aplicación de la indigna ley de amnistía, y han dicho bien alto y claro que van a votar que no. Que a ellos todo lo demás les da igual, ni las ayudas ni las prestaciones por desempleo ni nada de nada. Ellos sólo piensan en la amnistía y en los privilegios que tratan de arrancar para eludir la ley, y si ven un resquicio por el que pueda peligrar la abusiva posición que han conseguido, no van a dudar ni un segundo. Los propagandistas de Moncloa y sus medios, que son los que más trabajan del desgobierno, llevan unos pocos días insistiendo en que las negociaciones entre el PSOE y Junts se mantienen y es posible que haya finalmente un acuerdo, quizás mediante ilegal multa a las empresas que, amparadas en la libertad que reconoce la Constitución y los tratados europeos, escogen implantar su sede donde más les place, como ustedes si quieren cambiar de residencia. Pero claro, una cosa es la propaganda vacía de presuntos periodistas y palmeros bien pagados y otra la realidad. A horas de que los decretos se voten Junts permanece en el no y si decaen será una buena muestra de lo necia que va a ser esta legislatura, en la que todo será tiempo malgastado.

Asociarse con chantajistas profesionales es un mal negocio, y ese partido antes llamado PSOE, que ahora ya no es ni socialista, ni obrero ni español, va a ser arrastrado por el fango día sí y día también por parte de aquellos a los que ha unido su destino. A la persona que ocupa la Moncloa, a la que todo le da igual menos tener bien regado el ego que crece en su interior, el que su partido sea maltratado a ojos de todos y que la ausencia de principios e ideas sea el lema por el que se rige no parece importarle lo más mínimo. Al resto de partidos y ciudadanos sí, pero eso es algo que a Sánchez no le preocupa. Si nos tiene que vender a cada uno de nosotros para mantenerse en el sillón no duden de que lo hará. Pero los chantajistas con los que se ha juntado son su mayor peligro, y cuando lo consideren oportuno, lo descabalgarán.

martes, enero 09, 2024

Un secretario de defensa de EEUU desaparecido

Es difícil comparar, y criticar, a otros gobiernos dada la incompetencia de lo que tenemos nosotros, pero es verdad que por ahí fuera suceden cosas raras que, me da la sensación, antes no pasaban, y si se dan en naciones que se toman por serias a sí mismas qué esperar de nosotros, que no dejamos de insultar a nuestra propia figura. Últimamente EEUU está haciendo unas cosas que no son muy habituales, y no sólo me refiero a la siniestra figura de Trump y todo lo que le rodea, sino a cierta sensación de falta de profesionalidad en los que se encargan de regir la policía del país más poderoso del mundo, que cuenta con un ejército que nos arrasaría a todos los demás. Imprudencias gestionando ese poder no se pueden consentir. Ni una sola.

Se ha sabido ahora que, durante varios días, desde el 1 de enero, el secretario de defensa de EEUU, Lloyd Austin, el jefe del Pentágono, ha estado en coma inducido en un hospital militar en Washington sin que nadie, empezando por el presidente Biden, lo supiera. Al parecer, todo esto dentro de las dudas que rodean el cargo, Autin se sometió a un chequeo médico poco antes de navidad, sin que trascendieran consecuencias de ningún tipo, pero a finales de año empezó a sentirse mal, no se sabe por qué, y fue ingresado. Al parecer ahora ya está recuperado de lo que fuese, pero recalco el “al parecer” porque no hay información fiable al respecto. Durante esos días en los que estuvo incapacitado para el cargo su mando se traspasó al adjunto en el departamento de defensa, pero nadie más fue informado de que se estaba produciendo una situación así. La Casa Blanca, el gobierno de ese país, se enteró por los rumores que empezaban a circular por los medios y ha acabado admitiendo que del 1 al 4 de enero no sabía que el altísimo cargo del gobierno no estaba para nada, que carecía de información alguna sobre su estado, y que ningún tipo de comunicación se había producido entre el gabinete del secretario de defensa y el equipo gubernamental de Biden. Con dos guerras desatadas en dos puntos muy calientes del mundo, con acciones militares llevada a cabo por las tropas norteamericanas en zonas delicadas, ¿Cómo se ha gestionado la cadena de mando? ¿Hay documentación que respalde el traspaso de poderes temporales dentro del departamento de defensa? ¿era pleno ese traspaso? ¿cuándo alguien llamaba al pentágono y recibía una respuesta de mando, quién la emitía? Uno se puede empezar a hacer preguntas de todo tipo y, a medida que se acumulan, la sensación de desconcierto crece. Los republicanos, que no necesitan nada para atacar a Biden, encuentran aquí un nuevo filón para denunciar el lamentable estado de gestión del gobierno, pero esta vez también representantes demócratas han salido a la palestra para expresar su extrañeza por este episodio, para considerarlo como grave, y para pedir explicaciones detalladas de qué es lo que ha pasado y cómo de mal se han hecho las cosas. En sus comunicados oficiales, pillada en un buen marrón, la casa Blanca opta por el cierre de filas, minimizar lo sucedido y respaldar a Austin, lo que es una manera de tratar de echar balones fuera ante un problema que no ha sido capaz de gestionar. El propio Austin, sin que se le siga pudiendo ver en público, ha sacado un comunicado admitiendo que ha gestionado mal el asunto y que debió informar a sus superiores de que su situación incapacitante lo era tal, para que estuviesen al tanto y obraran en consecuencia, y que en todo momento pudieran gestionar la información de la mejor manera posible. El escándalo en EEUU es considerable, dada la relevancia del cargo implicado, del momento militar global que se vive y la situación de lanzada precampaña en la que se convierte la totalidad del año electoral presidencial. El fallo de la administración Biden ha sido grave y las excusas para ocultarlo, muy débiles.

Y todo este asunto de salud se produce en medio del gran revuelo que existe en ese país por la edad de los candidatos a la presidencia. Trump lo que quiere intentar al final de la setentena y Biden se presenta a la reelección a los 82 años, siendo ese su principal hándicap para gran parte del electorado. La sensación de que una gerontocracia anquilosada y falta de capacidad gestiona la nación existe en parte del electorado norteamericano, y por ello, las malas maneras de afrontar esta crisis, de salud personal, son un toque de atención muy serio para una campaña demócrata en la que la propia fragilidad que exhibe Biden en muchas de sus apariciones hace peligrar cualquier posibilidad de gobierno estable. Buen gol en propia meta es lo que acaban de cometer los demócratas.

lunes, enero 08, 2024

La guerra y sus dinámicas

La guerra es uno de esos fenómenos que, una vez desatados, posee propiedades que escapan a los que participan en ella y la vuelven incontrolable. Los contendientes poseen planes y estrategias que, normalmente, se convierten en basura a medida que los acontecimientos se desarrollan. En muchas ocasiones, a posteriori, el que inició las hostilidades no lo hubiese hecho de saber lo que le esperaba, porque lo que se prometía como una victoria rápida y sencilla se había convertido en una derrota, una masacre y todo un desastre ¿Pensaba Putin descabezar el gobierno de Kiev en una operación relámpago que durase un par de semanas y hacerse así con el control de Ucrania? Probablemente. En febrero esa guerra cumplirá los dos años.

Ahora mismo en Israel se vive una situación similar en una guerra multifrente y multiopositor que puede descontrolarse por completo, y hay fuerzas que buscan ese incremento de las hostilidades y otras que tratan de frenarla como sea por el miedo al desastre total. En el escenario principal de los combates, Gaza, las milicias de Hamas parecen estar siendo tan masacradas como la población civil entre la que viven, sin que el ejército de Israel tenga excesivos problemas, ni miramientos, a la hora de convertir el terreno urbano en escombreras. La imagen de Israel en el mundo se deteriora a pasos agigantados y las operaciones de combate prosiguen lentas pero sin pausa. Sospecho que este era uno de los objetivos buscados por Hamas, tentar a la maquinaria israelí para que entrase de manera salvaje en la franja y exponer ante el mundo la crueldad de los ataques a los civiles palestinos, que las cámaras de las televisiones globales expondrían en todos los salones. No hemos visto muchas imágenes de las matanzas de Hamas en su ataque del 7 de octubre por el pudor de los israelitas, pero a diario vemos escenas desgarradoras ente los palestinos que inclinan la balanza global de los sentimientos y exacerban el odio a Israel. Las poblaciones árabes están claramente decantadas por los palestinos y, aunque sus gobiernos no hagan mucho más que emitir declaraciones grandilocuentes, apenas son capaces de contener una ira que se sigue larvando. A Irán, archienemigo de Israel, la situación le viene ni que pintada, es ideal para su deseo de acabar con la nación judía, pero si se fijan, además de muchos comunicados de odio y griteríos en las plazas, el gobierno de Teherán no está atacando a Israel con toda la fuerza que podría emplear. Su proxy en Gaza, Hamas, está siendo liquidado ofreciendo escasa resistencia, y los demás proxys que posee en la zona, especialmente Hezbola, no se deciden a entrar en conflicto abierto. Al respuesta contundente y despiadada del ejército israelí también ha sido, en sí misma, un mensaje al resto de actores que pudieran estar tentados a entrar en combate. Un mensaje algo así como “no os metáis, que os matamos a todos” que mete el miedo en el cuerpo. El frente de los hutíes es, a corto plazo, el más peligroso para aspectos como el comercio internacional, pero el de Hezbola lo es, de manera estratégica, en todo lo relacionado con el devenir militar de la guerra y la reconfiguración de la zona. Hay fuerzas dentro del gobierno israelí, los ultranacionalistas, que ven en la guerra actual la gran oportunidad para llevar las fronteras de la nación hasta su extremo y acabar de una vez con el problema palestino y libanés, de una manera inaceptable para el resto del mundo. Entre los islamistas arden los deseos de venganza y quieren también que esta sea una guerra total en la que, sino ganar, infrinjan suficiente daño a Israel como para que quede debilitado en un futuro y no sea capaz de mantener una posición de control en la zona. Un conflicto militar total en dos frentes, Gaza y Líbano, pondría en serios apuros a las capacidades militares de Israel y requeriría la movilización total de una sociedad que, ahora sí, estaría ante un riesgo existencial. La economía de la nación, ya muy tocada, se hundiría, y el estado estaría ante su mayor reto.

Frente a esta dinámica, hay fuerzas dentro de Israel, y fuera, como la UE, EEUU y las naciones del golfo, que presionan para que el desastre actual no se extienda y la guerra no se escape de las manos. Para sus aliados, el actual gobierno de Israel se ha convertido en un socio muy poco manejable dado el peso que tiene el extremismo ortodoxo en el gabinete y parte de la sociedad hebrea, por lo que ahí el trabajo de “apaciguamiento” es más que difícil. En Teherán está la principal clave sobre las posibilidades que tiene la guerra de extenderse o no. Sospecho que habrá Ayatolas que lo desean y otros que no, en una división bastante similar a la que se vive en el gabinete israelí. ¿Quién logrará ganar la partida?

viernes, enero 05, 2024

La guerra de Gaza se descontrola

Han sido unas navidades desastrosas en Palestina e Israel. Sin nada de turismo, y con la violencia descontrolada fruto de la tensión de la guerra, Belén ha lucido en 2023 como una aldea fantasma, apenas recuerdo de lo que allí sucedió hace dos mil años y algo. Las imágenes que nos llegan de Gaza, con cadáveres acumulados y niños sufrientes han permitido a muchos hacer las comparaciones de rigor entre Netanyahu el moderno Herodes que asesina niños para saciar su venganza. En su guerra en la franja, Israel sigue perdiendo apoyo de la comunidad internacional, Hamas lavando su imagen a costa de los palestinos muertos y estos, los palestinos, caen bajo bombas, escombros y desastres de todo tipo.

Uno de los objetivos que el resto de naciones deseamos, desde nuestra hipócrita visión de la realidad, es que la guerra, cruel, no se descontrole y se expanda más allá de la frontera de Gaza. Tres son los posibles escenarios para que el conflicto se extienda y se convierta en toda una guerra regional de alcance mucho más importante; Líbano, por el norte de Israel, por la presencia de Hezbola, El mar rojo, a través de las milicias hutíes y los altos del Golán y Siria en el este de Israel. La actividad en esos tres frentes está aumentando a lo largo de los últimos días, con acciones armadas de los distintos grupos anti Israel tratando de mostrarse fuertes y chantajeando, especialmente en el caso de los hutíes, al mundo occidental mediante el asalto de buques y la ruptura del tráfico comercial del mar rojo y el canal de Suez. Detrás de todos estos posibles frentes está Irán, la gran potencia regional, que alimenta, financiera e ideológicamente, a todas las milicias que actúan sobre el terreno en ellos. Hezbola no es sino un gran ejército proxy de Irán que mantiene una posición de dominio en el Líbano y que es mucho más poderoso que Hamas. Los hutíes llevan recibiendo apoyo de Teherán desde hace años, en su guerra contra los invasores saudíes, y se han hecho con la mitad del montañoso y pobre Yemen, convirtiéndose de facto en soberanos de parte del territorio y de las aguas que dan acceso al mar rojo, y en la zona del Golán Siria operan milicias que se reabastecen directamente del cercano Irán, en un territorio descontrolado que antaño fue de Siria y que ahora, quizás, nominalmente lo siga siendo, pero tras la guerra civil que asoló aquella nación sólo depende de Damasco de manera nominal, siendo una marca, o zona de frontera para los intereses iraníes. Las escaramuzas que han tenido más desarrollo, y que en apariencia son las más graves para la extensión directa de la guerra, son las que tienen como protagonista a Hezbola. Su capacidad militar es muy elevada y dispone de una profundidad estratégica para reabastecerse y buscar refugio en el territorio libanés de la que carece Hamas, arrinconada en la franja de Gaza. Recordemos que militares españoles llevan tiempo enclavados en la zona dentro de una misión de mantenimiento de la paz de la ONU tras la última guerra entre Israel y Líbano (Hezbola) que no fue precisamente un juego de niños. Diariamente se lanzan algunos proyectiles desde ambos lados de la imprecisa frontera y las poblaciones civiles israelíes llevan meses desalojadas en previsión de que las cosas vayan a más. El líder de Hezbola ha lanzado duros comunicados contra Israel y su acción militar en Gaza, pero no ha ido más allá de palabras amenazantes, quizás también impactado por la actuación militar israelí, y deseoso de que sus milicias no sufran numerosas bajas en combate. La muerte de un alto cargo de Hamas en Líbano en lo que parece un atentado planificado por Israel ha levantado todas las alertas y, casi, forzado una respuesta militar.

Curiosamente, durante los días navideños, han sido los hutíes de Yemen los que más guerra han dado, literalmente, con los ataques a buques mercantes, forzando en la práctica un cierre del mar rojo al negarse muchas navieras a transitar por él ante la falta de seguridad. El intento norteamericano de crear una misión de seguridad en la zona y la negativa de varias naciones europeas a aportar ayuda, o a hacerlo de una manera tan testimonial como ridícula, muestra que las relaciones globales se están tensando más de lo que muchos esperaban por los acontecimientos en Gaza, que no dejan indiferente a nadie. El riesgo en la zona aumenta

jueves, enero 04, 2024

Viento frío en Navidad

Las dos últimas navidades norteñas, la del 2021 y 202, fueron de viento sur moderado, sin rachas duras, y con temperaturas propias de zonas costeras mediterráneas. La comida de año nuevo de 2023, en casa de mi hermana, la hicimos en el jardín a unos 23 grados y sensación de plena primavera avanzada. Luego hubo brotes invernales a lo largo de enero y febrero pero, en general, fue aquel un invierno liviano y para nada riguroso. Llegó a nevar en Elorrio, cosa que no hace ya todos los años, pero lo cierto es que, para nada, el frío fue el dominante. Y desde luego, durante los días festivos, la terraza dominó.

En este final de 2023 la cosa no ha sido todo lo contrario, pero sí es verdad que frío ha hecho, y el viento, los días que ha soplado, pese a ser de componente sur, era bastante más desapacible y generaba una sensación fría mucho más intensa de lo que se pudiera esperar. Durante el tramo de Nochebuena Navidad dominaron los cielos despejados, estabilidad plena y heladas, no muy rigurosas, pero sí intensas, que llenaba de escarcha los amaneceres y te hacían imaginar eso de la blanca Navidad de la canción, al menos durante las muy primeras horas de la mañana. Luego el Sol derretía el manto blanco de juguete y, a pesar de que estuviéramos en los días más cortos del año, era más que suficiente para que al mediodía, con algo de abrigo, la sensación fuera agradable. A partir de ahí, cuando se escondía, la temperatura bajaba en picado y lo agradable se quedaba dentro de los muros de casa. Desde el 27 en adelante la componente predominante ha sido la de viento sur, sin heladas, con temperaturas nominalmente altas pero con una sensación térmica mucho más baja fruto de un viento que, por momentos, y especialmente durante un par de noches, ha soplado con gran virulencia. La sensación de estar a resguardo en casa bajo las mantas oyendo aullar el viento fuera posee la curiosa sensación de mezclar inquietud con un toque placentero propio de saberse a salvo de lo que está desatado ahí fuera. En cierto modo es un regalo. Se levantaba uno por la mañana y, a veces, había suerte y el viento moldeaba las nubes de tal manera que en la salida del Sol se podían disfrutar de amaneceres rojizos y llamativos, pero han sido pocas las ocasiones para ello. Hubo uno precioso, sí, pero el resto bastante frustrados, y los atardeceres ha sido una decepción constante, con nubes que se quedaban decorativas, ahí en lo alto, perfectas para servir como pantalla ante un Sol decadente, pero que no mostraban color alguno porque más allá, al suroeste, por los valles de Álava tras la crestería de Amboto, las nieblas eran bastante intensas y ocultaban el Sol antes de su puesta, impidiendo que los últimos rayos y sus ocultación generasen contrastes de color adecuados. Tres intentos he hecho, subiendo paseando a un barrio de las afueras de Elorrio que tiene muy buenas vistas hacia el ocaso, para tratar de captar atardeceres, y tres frustraciones me he llevado, aderezadas con rachas fuertes de viento que hacían desagradable estar allí a la espera de algo que no llegaba. No hubo suerte, por lo que lo más potable de esos intentos consistió, a la vuelta de los mismos, en acabar en una mesa ante un café caliente y poder recuperar algo de temperatura mientras fuera, ya de noche, las hojas sueltas que seguían en el suelo eran agitadas por el viento que moldeaba nubes para un ya ausente escultor cromático. En esto de los amaneceres y atardeceres la suerte juega bastante, y en esta Navidad ha faltado, pero bueno, sigue habiendo numerosas oportunidades por delante. Todo un año, casi.

Llover ha llovido poco, especialmente lo hizo la noche del 30 al 31, con una última mañana del año que apareció plomiza y con lluvia generosa, que fue frenando y dejó un mediodía agradable. Desde entonces 2024 ha comenzado sin lluvia, con mucha nube con ganas de dejarla, pero sin que se haya materializado más que alguna gota suelta fruto del viento. La previsión anuncia un temporal de invierno para estos días que será sentido por el frío en todo el país y por la precipitación, sobre todo, en la zona norte. Confiemos en que, al menos, 2024, nos traiga la necesaria lluvia y palíe la sequía allá donde sigue, fachada mediterránea y sur especialmente. Y, sí, también, muchos y bellos atardeceres.