miércoles, mayo 31, 2023

Auge y caída de Ciudadanos

La historia de Ciudadanos es una de las más interesantes, bonitas, ilusionantes y frustradas de la política española de las últimas décadas, quizás desde que comenzó la democracia y se consolidaron los partidos clásicos. Surgió en medio del marasmo catalán, con el crecimiento del sectarismo secesionista catalán, como respuesta democrática y liberal a las ansias separatistas. A partir de ahí, de un comportamiento valiente y coherente, junto con una campaña moderna y un candidato novedoso, un tal Albert rivera, logró un protagonismo en los medios nacionales en un momento en el que, en el conjunto del país, PP y PSOE se iban a enfrentar a la gran recesión y a los daños que iba a provocar.

Ciudadanos salta a la política nacional en el momento en el que se inaugura la llamada “nueva política” la surgida tras esa catarsis que fue el 15M y que originó en un movimiento social de base amplia, que luego sería hábilmente secuestrado por una formación de extrema izquierda llamada Podemos. Ciudadanos y Podemos encarnaban dos formas muy distintas de abordar los problemas que asolaban al país, pero ambos surgían de una sensación social de fracaso de la partitocracia existente. El PSOE de ZP no quiso ver la que se le venía encima con la crisis y quedó arrasado. El PP llegó al poder pero, maniatado por la realidad económica y una visión funcionarial de la vida, propia del registrador que era Rajoy, completamente ajena a la pulsión social, nada empática, se fue desangrando. Además, la corrupción empezó a ser relevante en el panorama y los casos se iban multiplicando. La respuesta a todo ese caso, que era muy intenso, afortunadamente no tuvo ningún componente violento, y se canalizó hacia las dos formaciones novedosas, uno de extrema izquierda y otro de corte liberal. Como decía mucho en aquellos momentos, esos partidos no eran la solución al problema, pero sí fruto de él, una fiebre, un síntoma del malestar. Frente a la visión de izquierda setentera que vendía Podemos, Ciudadanos encarnaba un enfoque liberal que en España siempre se ha frustrado por una u otra vía. Era moderno en su concepción e ideario, se atrevía a proponer cosas como el contrato único y medidas avanzadas en economía, que se suelen tachar simplistamente de derechas, junto con una visión social de los derechos que, simplistamente, se suele tachar de izquierdas. Con una evidente falta de complejos y un equipo joven y muy preparado, Ciudadanos logró escalar hasta lo más alto de la política nacional y, en lo que iban a ser las primeras generales de 2019, se colocó como tercera fuerza política del país, a muy pocos escaños de un PP desmadejado, con un PSOE victorioso pero con escaso margen. Fue en ese momento cuando Ciudadnos, Rivera, tuvieron en su mano el destino del país, la oportunidad de cambiarlo para bien. Y un poco como Isuldur ante los fuegos del destino, la codicia le traicionó. Un pacto de Rivera con Sánchez otorgaba una cómoda mayoría absoluta, una estabilidad parlamentaria y una estrategia que hubiera moderado las pulsiones locas de un Sánchez al que no conocíamos entonces. Pero Rivera no pacto. Sánchez quería o no, eso seguirá en discusión eternamente, pero Rivera se obnubiló con la posibilidad de desbancar al PP, al que veía desde su bancada a tiro, herido gravemente, casi desangrándose. Rivera tuvo que escoger entre ser un seguro vicepresidente o entre el sueño de presidir un gobierno encabezado por él tras unos nuevos comicios en los que superase al PP y alcanzara al PSOE. Las brujas de Macbeth se le aparecieron y, que capullamente sabio era Shakespeare, ejercieron el mismo poder de influencia. Rivera se ahogó en su ensueño y se lanzó como poseso a la repetición electoral de aquel deprimente año, que le otorgó un resultado desastroso. Los ciudadanos que vieron al partido como útil para pactar lo abandonaron al comprobar que no pactaba y perdía su utilidad. El voto se fue en parte al PP y algo al PSOE, y no poco se quedó en casa. El resto, el pacto de Sánchez con Iglesias, lo conocemos de sobra.

Desde ese otoño de 2019 Ciudadanos no ha dejado de perder votos y representatividad. Rivera dimitió tras aquella debacle e Inés Arrimadas asumió el mando de una nave tocada y con un destino titánico, como el del barco. Su voluntad y arrojo no podían hacer nada para enderezar el rumbo y tapar vías de agua, y apenas contó con el apoyo de nadie en un ejercicio de capitanía condenado al heroísmo, entendido como el de la muerte del protagonista de la gesta. La decisión de ayer de no concurrir a las generales de julio es el colofón de una historia amarga, que compara lo que pudo ser, lo que a muchos nos ilusionó, con lo que ha acabado siendo. La realidad puede llegar a ser mucho más cruel que el más árido de los malvados deseos.

martes, mayo 30, 2023

Sorpresa, elecciones generales

Ante la debacle electoral de este domingo, ya por la noche empezaron a surgir ruidos y disputas dentro de un PSOE herido, que había sufrido una enorme pérdida de poder. Barones destronados, altos cargos y un montón de contratados, todos los partidos los tienen, afrontaban el paro al perder ellos o sus jefes los cargos que les daban sustento económico. Era obligado que Sánchez, que no acudió a un Ferraz desolado, hiciera algo, aunque sea para aliviar la marejada del partido. El hundimiento del socio podemita también dejaba al gobierno colgado de la brocha. Algo tenía que hacer Sánchez.

Pensando en la noche del domingo al lunes se me ocurrían tres alternativas, de menor a mayor relevancia. La primera, floja, era una declaración solemne reconociendo los resultados pero diciendo que todo estaba bien y demás mensajes lisérgicos, con la idea de tratar de parar el primer golpe y diseñar la estrategia posterior. La segunda era la más obvia y sencilla, una crisis ministerial en la que se cesasen a algunos ministros de la parte socialista y a todos los de Podemos, como señal de que la debacle en votos significaba perder poder. La tercera, la más arriesgada, es que como Sánchez había planteado estas elecciones como un plebiscito sobre sí mismo, al haberlo perdido, anunciase que todo seguía igual pero que él no sería el candidato del PSOE a las elecciones de diciembre, de tal manera que convocaba un Congreso extraordinario, o un proceso de primarias, o tiraba del dedo, para escoger a alguien que representase al partido en los propios comicios. Si el sanchismo resta votos, se elimina ese factor y se preserva la marca socialista. Para cada una de estas estrategias se fabricarían argumentos desde Moncloa y se encargarían a los medios afines, en shock desde las diez de la noche del domingo, para vestir la decisión acordada como valiente, audaz y correcta, propia de un líder que es tan providencial como salvador (esto parece una frase de recochineo pero es lo que se desprende de lo que escriben los articulistas adeptos). Cuando ayer, a media mañana, se anunció una convocatoria a la prensa en Moncloa se dispararon los rumores y empecé a valorar cuál de estas opciones sería la escogida por Sánchez, y en mis cálculos la segunda, la de reformar el gobierno a fondo, era la más viable, por sencilla y clásica. Evidentemente me equivoqué, como creo que casi todo el mundo. Sánchez entendió que, en efecto, había perdido él las elecciones, pero decidió que subía la apuesta y convocó generales para el 23 de julio con el objeto de hacer un todo o nada, es decir, que ahora sí la votación fuera sobre la continuidad de su mandato como presidente. Esto cogió por sorpresa a todo el mundo, empezando por los propios dirigentes socialistas que, como siempre desde que Sánchez ocupa el poder, nada pintan y apenas pueden balbucear ante las decisiones alocadas y sin rumbo a las que les somete su líder. Como la idea del adelanto ha sido cocinada a toda prisa por el líder y apenas alguno más también pilló por sorpresa a los medios afines, que no sabían muy bien cómo responder, pero el gabinete de comunicación y propaganda de Moncloa trabajo con intensidad a lo largo del día, de tal manera que por la tarde ya era común ver en todos ellos que la decisión acordada se calificaba como valiente, audaz y correcta, propia de un líder que es tan providencial como salvador (esto, ahora sí, es recochineo pero es lo que escribieron ayer los articulistas adeptos). Nuevamente, me compadezco de la honra profesional de todos los que escriben y opinan al servicio de un poder esquizofrénico que, en estos años, ha mostrado una manera de dar bandazos que asusta a cualquiera. Supongo que la necesidad de pagar hipotecas lo justifica todo, y la probabilidad de que en dos meses el que provee de nóminas ya no esté justifica todo tipo de alabanzas a una decisión que era tan obvia y brillante que nadie, nadie, la vio llegar.

¿Qué va a pasar en esas elecciones? Bueno, la encuesta más certera es la que vivimos el domingo en las elecciones municipales, en las que el PP sacó casi 800.000 votos al PSOE, por lo que se convertiría en la primera fuerza del país, aunque seguro que el CIS ya está fabricando una encuesta que da ganador al PSOE en las generales por un millón de votos, por lo menos. La extrapolación del domingo en escaños, ejercicio arriesgado, acerca mucho a la suma de PP y Vox a una mayoría absoluta. De aquí a ocho semanas el objetivo del PP es anchar ese margen y el del PSOE que no crezca. Y del de no pocos, ir buscando empleo alternativo por si el gobierno cae. La probabilidad es alta, pero todo es posible.

lunes, mayo 29, 2023

La ola azul arrolla a Sánchez

Uno de los chistes más divertidos que se pudieron leer ayer en twitter, ya muy avanzada la noche electoral, era de la cuenta de Coronavirus, y decía que el CIS, en su última encuesta, indica que tú haces el amor doce veces a la semana. Si alguno, ingenuo, ha hecho caso a las encuestas manipuladas del CIS de estas últimas semanas, meses, años, se habrá sorprendido por el resultado electoral de ayer. Sino, era evidente que la posición de ventaja con la que contaba el PP le iba a hacer ganar las elecciones, aunque es cierto que la ventaja que ha conseguido en algunas regiones ha resultado incluso mayor de lo que los pronósticos más optimistas indicaban.

Hoy es un día de luto par el gobierno, que cosecha una derrota estrepitosa. La idea extravagante de Sánchez de transformar la campaña municipal y autonómica en un plebiscito sobre él mismo le dio al PP la oportunidad de hacer lo que quería, que era eso mismo, enfocar estos comicios como una primera vuelta de las generales. Y el resultado es palmario. La pérdida de poder que experimentan los socialistas es tremenda, con el derrumbe de la mayoría de los gobiernos en los que, vía coalición, regían autonomías y municipios. Se vendió Valencia, comunidad y ayuntamiento, como termómetro para medir la victoria o derrota electoral, y en ambos campos el PSOE y sus socios han perdido. A esa comunidad se suma La Rioja, Aragón, Extremadura, Baleares, Canarias… Permanecen bajo mandato socialista Asturias, Navarra con el permiso de Bildu y Castilla la Mancha, donde Page, el barón más crítico con Sánchez, es el único que revalida su mandato. Esto mismo es una medida del signo del voto emitido. Sánchez se ha convertido en una marca tóxica que hace perder votos allá donde se presente. Sus políticas a lo largo de estos últimos años, y los enormes errores, siendo benévolos al llamarlos así, de sus socios de gobierno, que el avala día tras día manteniéndolos en sus cargos, han hundido a un socialismo que es, por primera vez en la historia democrática, derrotado en las elecciones municipales en Andalucía. Cerca de 800.000 votos son los que ha sacado el PP al PSOE en esa elección, la única realizada en el conjunto de todo el país. Ese resultado es el que permite elevar la moral de Feijóo y los suyos hasta poder pensar que la Moncloa es algo que se encuentra al alcance de la mano. El desastroso papel que han tenido las candidaturas a la izquierda del PSOE resulta llamativo, siendo en las urnas donde esas formaciones han sido castigadas por sus medidas absurdas y peligrosas. Por sólo mencionar una, durante meses el empecinamiento del gobierno en no alterar la ley del sólo sí es sí ha sido una sangría obvia que todos veían, menos los propios y allegados a esas formaciones. Podemos se ha convertido en un enorme lastre mientras que Sumar sigue siendo una entelequia, lo que ha dejado a un debilitado PSOE sólo en el lado de la izquierda. Curiosa y tristemente, uno de los más beneficiados por los pactos del PSOE es Bildu, que ha sacado unos excelentes resultados allá donde se ha presentado, desbancando a la propia marca socialista en no pocos escrutinios y desesperando al PNV, la derecha local vasca, al ver como algunos de sus feudos empiezan a ser asediados por Otegi. Alguien debiera pensar muy seriamente en Moncloa sobre el hecho de que Bildu, que sigue orgullosa de sus crímenes pasados, les ha dado una puntilla en la campaña electoral con la decisión de las listas y les ha quitado votos en sus fueros, a cambio de hacerles perder miles y miles de votos en el resto del país. Los estrategas del gobierno y sus medios afines han realizado una serie de pactos muy peligrosos, que no han sido entendidos por nadie, ni entre sus filas ni entre las ajenas, y que han propiciado que la marca socialista esté gravemente herida. A seis meses de las generales las opciones de Sánchez de remontar se antojan casi imposibles, y con una enorme marejada interna por la pérdida del poder.

En el PP cunde la euforia, con la que siempre hay que tener cuidado. El hecho de que varios de sus posibles gobiernos dependan de un pacto con un Vox que resiste sea un detalle que envenena la imagen. A favor de Génova está que ahora podrá negociar con los de Abascal en una posición de fuerza que no tuvo, ni por resultados ni por directiva, en el caso de Castilla y León. De los azules es la victoria de ayer, y Ayuso y Almeida, con Moreno Bonilla de fondo, encarnan el éxito, desde distintas formas de hacer política, que les ha otorgado la vuelta al poder local. De los fracasos, esperado y total en Ciudadanos, quizás pueda decirles algo mañana.

viernes, mayo 26, 2023

Tormentón en Madrid

El año 2023 está siendo bastante intenso en lo que hace a meteorología, y se ha propuesto dejar recuerdo por la dureza de sus fenómenos. Tuvimos unos meses de invierno con temperaturas frías en la parte final de enero y febrero, pero ya apuntaba maneras por lo seco, y en ese tiempo el campo apenas recibió riego del cielo. Los agricultores, tras un diciembre generoso, empezaban a mosquearse. Los meses de marzo y abril, primavera, frescos y lluviosos según se suelen recordar, se travistieron de verano puro, especialmente un abril que pasará a la historia por unas temperaturas impropias, casi al borde de los cuarenta. Y nada de agua, nada. La sequía se agudizó y se hizo dueña de todo el país. El campo se moría.

Mayo está siendo un mes de contrastes, que comenzó veraniego y camina otoñal hacia el final de sus días. No estamos en una época en la que los frentes nos visiten con regularidad, y si lo hacen ya suelen llegar debilitados, por lo que las esperanzas que había de lluvia provenían de la aparición de tormentas, preludio del verano que suelen darse en estas fechas. En sus inicios el mes empezó como acabó abril, agostándolo todo y desesperando a todo el mundo, le importase el tiempo o no. Los pronósticos a medio plazo indicaban que la racha seca se rompería y que el avance del mes dejaría inestabilidad acusada, pero era asomarse al Madrid del verano anticipado y resultaba casi imposible de creerlo. Algunos de los que trabajan con modelos predictivos y saben de esto anticipaban un final de mes movido, pero incluso ellos habían perdido parte de la esperanza en que algo así pasase, tras varias señales falsas de precipitación en los meses precedentes que se habían traducido en pura frustración. El paso de la quincena y San Isidro empezó a traer un cambio en la dinámica. Los cuatro días que estuve en Elorrio llovió con ganas, pero fue una situación local, que afectó al Cantábrico Oriental y poco más. Lo que sí supuso ese episodio fue la ruptura del bloqueo anticiclónico que nos afectaba desde marzo, gracias a fuertes vientos de norte que sí lograron bajar la temperatura en el conjunto del país. Rota la barrera, la dinámica que se instaló a partir de finales de la semana pasada fue la de entrada de lo que ahora se llaman DANAs, zonas de aire muy frío en altura, aisladas, que permiten que la humedad que hay en superficie pueda condensar y convertirse en nubes de tormenta. Es un error creer que el calor y la humedad van siempre asociados a tormenta. Son necesarios, sí, pero si no hay aire frío en lo más alto de la atmósfera para permitir la convección no hay nada que hacer. Basta recordar el enorme y sostenido calor del verano pasado, y la ausencia total de tormentas. Esta vez sí que se han juntado todos los ingredientes necesarios, y la dinámica se ha revelado de lo más agitada, con formación de cúmulos tormentosos que, en un principio, han afectado principalmente al sureste peninsular (Almería, Murcia y sur de Valencia) y al interior y zona costera de Cataluña, todas ellas zonas muy necesitadas de lluvia, y que, con el paso de los días, se han ido reproduciendo en casi todas partes, también en el valle del Guadalquivir, uno de los lugares más afectados por la sequía. Curiosamente es Galicia y el Cantábrico Occidental el área en el que el tiempo se está mostrando más estable y sereno, con poca precipitación y, si acaso, tormentas aisladas. Desde hace unos pocos días, la zona centro también se está viendo beneficiada por unas lluvias que allí son extremadamente necesarias, especialmente en Castilla la Mancha y Extremadura, donde las zonas de cultivo están ya dañadas para lo que resta del año. ¿Solucionan estas lluvias la sequía y sus efectos? No y no, como respuesta corta, pero son un alivio para determinados cultivos y, sobre todo, para las especies arbóreas, frutales o no, que estaban pasándolo horriblemente. En muchos casos las cosechas de esas especies están perdidas, pero todo esto que cae salvará el árbol, y regará los montes, tan necesitados, y eso es un regalo del cielo. Además, y esperemos que así siga la cosa, pese a algunos sustos, no se están produciendo desgracias materiales y humanas como las vividas hace una semana en Italia.

¿Y Madrid? Llega un momento, cuando el calor se hace fuerte en la ciudad, que parece que las nubes la esquivan, le tienen miedo y se apartan. Y no llueve. Hace falta que la atmósfera coja toda la fuerza de la que es capaz y organice un tormentón salvaje, como el que ayer barrió la zona este de la urbe, aeropuerto incluido, para que se empape un suelo en el que las lluvias de los pasados días habían empezado a refrescar pero aún no empapar. Amanece Madrid tras una noche de lluvia intensa, persistente, tozuda, vivificante, que ha dejado charcos en todos los jardines, muestra de que ha logrado traspasar la superficie y empezar a empapar en el interior. Y las semanas que vienen parece que seguirán siendo inestables. Mayo marzeando, el único refrán que por ahora se cumple en este retorcido, y duro, año 2023

jueves, mayo 25, 2023

El coste de comprar un voto

Una de las escasas novedades que hemos conocido en este subtramo de campaña electoral que se acaba el domingo es que ya tenemos una idea aproximada de cuánto cuesta un voto electoral en España. Por lo que se ha ido conociendo de los sumarios en marcha, cada papeleta oscila entre los 100 y los 200 euros, parece que, por lo general, más cerca del primer valor que del segundo. No se tienen datos de si la inflación que vivimos también ha afectado a este precio, pero ya sabemos lo que nos puede costar comprar unas elecciones en un municipio. Multiplique por una media de esta horquilla la cuarta o quinta parte del censo y tendrá una mayoría lo suficientemente sólida para, en poco tiempo, recuperar los costes invertidos.

Y es que, a falta de una trama, tenemos dos. La grave y peligrosa es la de Melilla, pero ha aparecido otra en Mojácar, Almería, una localidad más pequeña, con un modus operandi bastante similar, mediante el compro de papeletas que se solicitan por correo. Alguno de los implicados es independiente, el resto del PSOE, y tiene pintas de que todo está relacionado con temas urbanísticos, dado que hay implicados que participan activamente en esos negocios. Si el ayuntamiento es mío no tengo problemas para darme permisos, licencias o recalificaciones, ha debido pensar alguno de los espabilados que están en el juego. Como el secreto de sumario sigue en vigor esto que aquí les cuento es una película que me he inventado, pero me da que puede estar bastante cerca de la verdad. Donde no hay espacio para películas y sí para tramas sucias es en Melilla. La cada vez más clara presencia de contactos marroquíes entre los implicados en la trama del voto por correo empieza a dejar claro que, aunque llegue a ser difícil de probar, el reino alauí está metido de una manera o de otra en todo lo que allí está pasando. Nunca ha ocultado Coalición por Melilla, el partido que está en el centro del huracán, sus afinidades hacia los deseos de Rabat, y varios han sido los rumores a lo largo de estos años de financiación marroquí sosteniendo las cuentas del partido, sin que ninguno se haya llegado a probar. Marruecos no deja de estar obsesionado con Ceuta y Melilla, y sigue tratando de hacer que su influencia sobre esas ciudades sea tan determinante que al final la toma de las mismas se convierta en un hecho irreversible. “La amenaza específica del sur” es una expresión que suele usarse en análisis de geoestrategia referidos a España y al problema que tenemos con Marruecos, que no se da en ninguna otra nación europea. Eso no ha sido óbice para que los servicios secretos marroquíes, que son muy profesionales, hayan sido descubiertos entramas corruptas en otras naciones europeas, y recordemos que también estaban presentes en el escándalo de comisiones a la vicepresidenta del parlamento europeo, la bella Eva Kayli. Rabat sabe qué piezas tiene que tocar y cómo engrasarlas para obtener sus objetivos, y carece de reparo alguno al hacerlo. En el caso de estas elecciones, parece haber optado por una táctica novedosa, pero muy eficaz si llega a buen puerto. Amaño los votos para que mis partidarios se hagan con el poder en la ciudad y, como caballo de Troya, trabajen para que la plaza sea cada vez más dependiente del vecino o, incluso, sea posible que logren una unificación mediante la apertura de la verja, el permiso de entrada a tropas marroquíes o, quizás, a lo Putin en Crimea, “hombrecillos verdes” que tomen la posición y se logre una situación que tense tanto las cosas como para que España sea incapaz de actuar de una manera diplomática…. Nuevamente me estoy montando una película sobre el tema, pero si en el caso de Mojácar la cosa puede ser mera corruptela inmobiliaria, en este caso estamos ante un posible problema de soberanía nacional y de defensa del territorio ante la agresión por parte de una nación vecina, por lo que la gravedad de los hechos es muchísimo mayor. El extraño silencio en el que se mueve el gobierno ante la gravedad de lo que sucede en Melilla dispara las dudas sobre lo que pasa y eleva la inquietud en muchos: Por ello, y de manera no prevista, el escrutinio allí este domingo será seguido con mucha atención por los medios.

Un corolario a todo esto en relación con el voto por correo y los amaños. Trucar las elecciones es muy difícil, ya se lo dije hace unos días, pero es cierto que si alguien mete una papeleta porque otro le ha pagado poco se puede hacer. Lo que sí están demostrando estos casos es que la petición de DNI en el proceso de voto a distancia debe hacerse no sólo, como hasta ahora, cuando se solicita, sino también cuando se entrega, evitando que alguien distinto del votante pueda llevar las papeletas, cosa que en este mismo instante es posible. El agujero es pequeño, pero permite que en localidades pequeñas se puedan entregar votos por terceros. Y esa brecha se puede cerrar con usa simple reforma legal. ¿Se hará?

miércoles, mayo 24, 2023

Fútbol e hipocresía sin límites

Cada vez me da más la risa floja cuando veo el tema polémico de la semana, el asunto por el que todo el mundo se rasga las vestiduras desde el lunes, amenaza los pilares de la sociedad y luego se olvida por completo, arrumbado por otro. En general son polémicas que tienen de fondo un problema real, exacerbadas hasta el extremo por los medios, y salpimentadas de demagogia, oportunismo e hipocresías hasta unos límites vergonzosos. Normalmente las obvio, en ocasiones no. La de esta semana tiene que ver con que hemos descubierto que hay racismo en el fútbol, y ahora todos pontifican ante un problema que han “descubierto” y nos “interpela”.

El fútbol es uno de los mayores espacios de impunidad que existe en nuestro tiempo, y en la práctica apenas se conoce delito que no se comta en ese mundo semana tras semana, aquí y en otros países. Desde el principio, cuando los críos son llevados a practicar ese deporte, se inculca el amor a unos colores dados y el odio absoluto a los del rival, el desprecio a las normas, la ganancia por encima de todo y el abuso de la norma si eso permite meter goles. Los árbitros son objeto de insultos sin freno y las gradas de los encuentros son el perfecto retrato de comportamientos zafios que se justifican por todos por el “amor a unos colores”. De ahí en adelante todo es un proceso de degradación, aderezado de enormes cantidades de dinero capaces de comprar todo lo que haga falta. Desde la cúspide, equipos y selecciones nacionales funcionan como asociaciones paramafiosas, con el permiso para saltarse todo tipo de normas fiscales y de otro tipo, y sus dirigentes apenas esconden sus hechuras de personajes de padrino de serie B, carentes de todo estilo y porte, y sí de los degradados vicios asociados a las organizaciones de delincuentes. Sobornos, compra de árbitros, maletines, comisiones ilegales, mordidas, amaños, el fútbol es la cantera perfecta en la que, si se quisiera y permitiese, cualquier juzgado encontraría trabajo para varios años, pero ni lo uno ni lo otro. Las acusaciones de fraude fiscal a jugadores de varios equipos han mostrado escenas inenarrables en las que aficionados se agolpaban a las puertas de los juzgados pidiendo autógrafos de aquellos que, como buenos ladrones, les habían robado dinero a los que, aunque quieran, no pueden evitar pagar impuestos. Hasta en los mismos juzgados donde se han realizado las vistas de estos casos se han dado casos de fiscales y magistrados que pedían a los presuntos culpables no tanto la pena y el arrepentimiento, sino firmas en camisetas para ellos o allegados, en una muestra del poder absoluto con el que esos que pegan patadas al balón y sus jefes se mueven por este mundo. En el caso de las aficiones, y aunque se ha avanzado algo en el control de ellas, se sigue alentando por parte de las directivas los comportamientos insultantes, vejatorios y salvajes que son la norma en las gradas. En cualquier estadio se corean, semana tras semana, insultos salvajes en los que el racismo, el machismo, la zafiedad y, en definitiva, la basura, se adueñan de aficiones, con la complacida sonrisa de directivas y autoridades locales, que ven en esos cánticos la expresión de sumisión a una entidad que obtiene ingresos sin fin gracias a la amnistía social que esa masa enfervorecida le demuestra. La polémica de esta semana, los insultos racistas de una grada en un campo hacía un jugador de otro equipo, es una manifestación más, la de esta última semana, de comportamientos intolerables que no se consienten en ningún otro ámbito, pero que son reídos sin disimulo por parte de los responsables y seguidores del equipo insultante. Esta semana el insultante y la causa es uno, la que viene será otro, y así día tras día. No veo novedad alguna estos días en ese lodazal que es el mundo del balón.

Lo que me asombra de todo esto es la absoluta hipocresía de quienes hoy, esta semana pongamos, denuncian unos comportamientos que son basura cuando la que viene serán ellos los que los practique, porque para mi equipo todo es gloria, y para el resto mierda. Seguidores, medios de comunicación, directivos, políticos… el listón del cinismo que se muestra en ese mundo ya fue elevado a niveles estratosféricos por su máximo dirigente cuando se escudó en “valores” para justificar las mordidas que, presuntamente, cobró de los qataríes para que el último mundial se celebrase en las arenas de aquel desierto, pero veo estos días que todo es superable. Como diría el gran comisario Renault en Casablanca “qué escándalo, aquí se juega”

martes, mayo 23, 2023

La desolación de Bajmut

Como no tengo cuenta de acceso no puedo ver el reportaje que publicó ayer el New York Times, basado en tomas aéreas de drone sobre lo que una vez fue la ciudad ucraniana de Bajmut, pero si entran en el enlace, tengan o no acceso, verán la imagen de portada del trabajo que resulta ya de por sí lo suficientemente escalofriante como para hacerse una idea de lo que puede venir a continuación. Bajmut era una localidad de unos setenta mil habitantes, no precisamente un villorrio, de los cuales apenas un puñado reside ahora allí. La mayor parte han huido a medida que los combates se han aproximado a la ciudad y, sobre todo, cuando la batalla se adueñó de la urbe hasta arrasarla.

En un reportaje de este domingo de El País, visitando zonas castigadas por bombardeos y ocupaciones rusas, una de las residentes, mayor, hablaba de la “russky mir” el concepto de paz y hermandad que aúna a los pueblos eslavos, sean o no rusos, y que está detrás de la ideología nacionalista supremacista que lleva a Putin a justificar su guerra como la limpieza, por parte de los hermanos rusos, de las incrustaciones impuras que anidan en el vecino pueblo ucraniano. Mirando a lo que era su casa, su barrio, ahora destruido, esa testigo de la guerra señalaba lo que una vez fue el lugar en el que vivió y creció, convertido ahora en nada, y decía a los periodistas “esta es la russky mir de Putin” y pocas palabras más son necesarias, sobre un escenario de destrucción, para darse cuenta del horror de la guerra que ha desatado el Kremlin sobre comunidades de vecinos que llevaban décadas en paz, viviendo en cierta penuria, pero saliendo adelante en medio de inviernos durísimos y los restos de décadas de dictadura soviética. Ahora gran parte del este de Ucrania es un lugar arrasado, invivible, sometido a un bombardeo de saturación como no se ha visto desde las guerras mundiales del siglo XX, que ha arrasado ciudades y campos, desvencijado terrenos y levantado suelos hasta convertirlos en escombreras y cementerios. Bajmut es el último ejemplo de la táctica de guerra rusa de tierra quemada, que ya fue ensayada nada más alcanzar Putin el poder en la guerra de Chechenia, que acabó con la conquista de Grozni, o de lo que una vez fue esa ciudad, convertida en un modelo de ruina que sería la seña de identidad del salvaje e ineficaz ejército ruso. La invasión de Ucrania, que comenzó como una operación militar convencional junto con una de asalto a la capital, buscando decapitar el poder establecido en Kiev, ha derivado en un enfrentamiento sádico en el que Rusia va destruyendo sin piedad alguna todo el territorio que conquista, matando sin cesar, deportando niños y convirtiendo ese espacio en una tierra de nadie en la que sólo los buitres, si son capaces de aguantar el intercambio de disparos de artillería, pueden darse un festín. La visión de Bajmut convertida en una escombrera no debe ser muy distinta de la que ofreció Mariupol hace apenas un año, cuando fue la primera gran ciudad ucraniana conquistada, el primer paso para la creación del pasillo de tierra que une a Crimea con el territorio de lo que era Rusia antes de la guerra. En esa ciudad costera las tropas ucranianas aguantaron lo que pudieron, pero los sádicos del Kremlin ordenaron la destrucción de la urbe, y casa a casa, bloque a bloque, manzana a manzana, Mariupol fue exterminada del mapa. Si en cada derrumbe eran varios los civiles que morían por los impactos de la artillería, fiesta que decretaban en el estado mayor ruso, por balas que se ahorraban sus tropas de las futuras ejecuciones previstas a los supervivientes. La guerra, que entonces estaba recién iniciada, iba a ser corta según muchos analistas. Hoy, más de un año después de su inicio, la intensidad de los combate sigue siendo elevada, el número de militares muertos, tanto rusos como ucranianos, se puede contar por centenares de miles, y el horror causado no tiene comparación posible salvo que nos remontemos a la maldita década de los cuarenta del siglo XX.

Los que huyeron de Bajmut cuando pudieron, los que han desarrollado allí toda su vida, los que de allí eran y en esa urbe han creado sus recuerdos de infancia y adolescencia, ¿cómo afrontan el hecho de que nada de eso exista ya? ¿Cómo sobrellevar que, probablemente, sean refugiados para siempre de su lugar de origen? Se verán obligados a crecer y rehacerse en otras ciudades del oeste de Ucrania, o en otros países, pero su memoria siempre va a recordar unas calles, jardines y paseos en los que crecieron, pedalearon por primera vez, se enamoraron, besaron a una chica o chico sin que nunca antes hubieran sentido algo así… Putin, el maldito Putin, ha destruido eso para siempre, se lo ha arrebatado. Bajmut ya sólo existe en la memoria de los que de ella pudieron huir.

lunes, mayo 22, 2023

El G7 y China

Hace no mucho se denominaba a las cumbres del G7 como la reunión de las siete mayores economías del mundo. Como la realidad avanza mucho más deprisa de lo que somos capaces de asumir esa expresión ha perdido todo su sentido de la realidad, y ahora se usa una coletilla del tipo “democracias más industrializadas del mundo” para reflejar que los que se reúnen en esos encuentros no son el gran poder económico que eran antaño. Siguen representando un poder enorme, pero en el mundo cambiante en el que estamos, menguante, y no deja de ser paradójico que el principal protagonista del encuentro fuera una nación que no estaba allí.

Y en este caso no me refiero a Ucrania, apoyada por las siete naciones del grupo, sino a China. Gran parte de las discusiones del foro y del comunicado de la cumbre tienen relación con China, por ámbitos tan variados como lo comercial, lo político o la misma guerra de Ucrania. Que las antaño naciones más poderosas concentren sus esfuerzos para solicitar algo a otra nación dice mucho sobre la hegemonía del poder global y cómo está evolucionando nuestro mundo. Uno de los mensajes que han surgido de este encuentro es el de intentar enterrar el término “desacople” que se estaba empleando con frecuencia entre medios y analistas para referirse a las relaciones económicas entre China y occidente. Se ha creado la idea de que podemos permitirnos un desarrollo y crecimiento sin depender de China, parcelando el mundo en dos bloques opuestos, y en parte a ese escenario vamos, pero parece que los que saben y rigen las cosas, que normalmente no son los mismos, han llegado a la conclusión de que es inviable el cortar amarras por completo con el gigante asiático. Su peso en las cadenas de producción y el tamaño de su mercado son tan enormes que, simplemente, un mundo sin China no tiene sentido, y de ahí que de la cumbre salga un mensaje más conciliador hacia Beijing en lo que hace a cuestiones económicas. Se alienta la cooperación mutua y se pide reducir la dependencia de los suministros chinos por parte de los países occidentales, pero no se lanza un mensaje de ruptura. ¿Estamos ante un avance? En parte sí, porque la ruptura total implicaría unos costes inasumibles para nuestras economías y los daños en forma de inflación e ineficiencia serían colosales, pero sobre todo creo que estamos ante el reconocimiento de una realidad global por parte de naciones que antaño dominaron el mundo y que ahora empiezan a no hacerlo. China, con la India de socio, está creando una red de aliados internacionales que empiezan a configurar un bloque, sino homogéneo, sí bien unido por intereses comunes. El papel de Beijing en América Latina, como principal inversor y destino de la producción agraria de esa zona hace que Brasil y el resto de grandes naciones de la zona se empiecen a mostrar como serios socios de China y respalden sus políticas internacionales, lo que es clarísimo en el caso de la guerra de Ucrania, pero también en otros asuntos no tan llamativos, pero sí importantes. El papel mediador de Beijing entre Arabia Saudí e Irán, que ha logrado fraguar un acuerdo diplomático entre enemigos irreconciliables le ha dado un enorme protagonismo en una zona que, tradicionalmente, ha sido de enorme relevancia para EEUU, logrando que la casa de Saud, que debe su poder a Washington, trate con desprecio a los enviados norteamericanos y se preste a apoyar las iniciativas que surjan del que puede acabar siendo su primer cliente a la hora de venderle petróleo, el ávido consumidor chino. En África las piezas del tablero van cayendo una tras otras en el área de influencia de Beijing, bien a través de acuerdos de inversión que les atrapan en una espiral de deudas o por la aparente importancia que China les otorga a naciones que han sido olvidadas por occidente, y ahora se creen reivindicadas, y todo ello, como en el caso latinoamericano, con la explotación agraria y los recursos naturales del continente al servicio del mercado chino, que las necesita para comer y seguir desarrollando su industria.

Lo cierto es que la configuración global se ha polarizado en dos bloques a una elevada velocidad, y eso nos ha pillado a las naciones occidentales con la guardia baja, especialmente a las europeas, con una relevancia global muy decreciente. EEUU mantiene una obsesión por la geoestrategia fruto de su preminencia global, y sabe que los movimientos de China buscan crear una fuente de poder alternativo, y ve como algunos frutos empieza a obtener. Cada vez más el G7 está adquiriendo el aspecto de un foro defensivo frente a ese nuevo poder emergente, y eso nos debe importar mucho, porque como país pequeño y poco relevante, del mundo occidental, deberemos actuar en aguas cada vez más turbulentas. De la mano de nuestros socios, pero a sabiendas de que en el mar hay otro gran pez que nos observa.

viernes, mayo 19, 2023

Posible fraude electoral en Melilla

Antes que nada, la realidad. Es prácticamente imposible amañar unas elecciones en España. El sistema es tan analógico, garantista, lleno de pasos y comprobaciones que, una vez que la papeleta está en la urna lo que allí se contiene se convierte en escrutinio. Desde hace un tiempo, y como en todos los temas, surgen conspiradores en las redes que denuncian intentos e falseo en los recuentos y demás basuras, que no merecen relevancia alguna. Que haya personas que den credibilidad a semejantes bobadas dice más de lo crédulos que son o desnortados que están muchos que otra cosa. Sí, las elecciones en España son limpias.

Entonces, ¿qué es lo que pasa en Melilla? La explosión de solicitudes de voto por correo, que se ha disparado hasta alcanzar casi el 20% del censo de la localidad ha extrañado a mucha gente, y se ha abierto un proceso judicial para investigar si detrás de ese fenómeno hay algo fraudulento. En este caso el fraude estaría antes de emitir el voto, comprando al votante. Alguien podría pagar a ciudadanos para que vayan a votar, haciendo que no sean abstención, o que cambien de papeleta en el supuesto de que sí tenían pensado ir a votar. Ofrece una cantidad de dinero en metálico y se asegura que la papeleta que va en el sobre es aquella que debe, según el corrupto que la compra. No es tanto fraude electoral como del proceso de votación, porque una vez que las papeletas han sido depositadas el recuento es limpio. Evidentemente comprar voto es ilegal, porque el voto es algo privativo del ciudadano, un derecho perteneciente a su esfera personal y muy protegido. Si uno pregunta en una tertulia de bar más de uno estaría dispuesto a venderlo, mal hecho, pero pocos admitirían estar dispuestos a comprarlo. Este tipo de fraude no es capaz de generar efectos en unas elecciones generales o, digamos, en comicios de amplio censo, como el de las grandes ciudades, pero en localidades pequeñas, en las que los resultados se pueden decidir por un pequeño número de sufragios, actitudes de este tipo sí que pueden ser relevantes. Pensemos en el típico pueblo en el que hay dos partidos que se reparten el poder y que, habitualmente, uno gana a otro por poco. Puede haber tentaciones para que ambas formaciones compren un pequeño número de papeletas, pocas para que el escándalo no trascienda, vitales cada una de ellas si las diferencias finales son escasas, y así amañar el resultado. Dado que en una trama de estas hay, al menos, tanta gente como votantes, las posibilidades de que alguien se vaya de la lengua son elevadas, y eso mismo favorece que un supuesto como el que les he contado no sea muy voluminoso. En Melilla, con un censo de unos 50.000 votantes, estamos hablando de 10.000 solicitudes de voto por correo, que son muchas más de las registradas en pasados comicios. Y eso hace pensar mal. Comprar miles de votos en una localidad tan pequeña es posible, pero supone un elevado riesgo por lo que antes les comentaba, son miles los comprados, y es poco probable que ninguno de ellos sepa de dónde procede el dinero que alguien les ha dado para que introduzcan la papeleta. Algunas informaciones de ayer apuntaban a Coalición por Melilla, partido pro marroquí, y una de las fuerzas que ya tenía representación en la alcaldía de la ciudad, a la formación que estaba detrás de todo este asunto, y eso elevaría aún más la peligrosidad del tema del que estamos hablando. Las posturas políticas a favor de Marruecos en un territorio en el que el comportamiento del vecino resulta determinante y su hostilidad manifiesta no dejan de ser algo a observar con mucho cuidado. ¿Estamos ante una trama organizada que busca poner al frente de Melilla a una formación pro marroquí para, desde dentro, suplantar la soberanía española de ese territorio?

La mera pregunta esconde un escenario feo, complicado, pero, no me lo nieguen, posible. A lo largo de estos últimos años la presión de Marruecos hacia Ceuta y Melilla no ha dejado de aumentar por todas las vías posibles, y eso ha coincidido con el abrupto, y no explicado, cambio de postura español sobre el Sahara, aceptando la posición marroquí sobre ese territorio y renunciando a la clásica postura española sin que se sepa la causa de ese movimiento. La investigación abierta sobre lo que pasa en las oficinas de correo melillense debe ser rápida, exhaustiva y dejar claro, en no muchos días, ante lo que estamos. Si el recuento de dentro de dos semanas ofrece un vuelco en los resultados a favor de la formación pro marroquí estaríamos ante la prueba de un posible amaño electoral de muy graves consecuencias.

jueves, mayo 18, 2023

Elon Musk y el teletrabajo

Elon Musk es un tipo genial para algunas cosas y un auténtico bocazas en no pocas ocasiones. Todos somos poliédricos, él también. Pena que en mi polígono personal ninguna de las aristas sea genial, pero es lo que hay. Musk no deja indiferente cuando le pone un micrófono delante, o se lanza a tuitear de manera salvaje, como si fuera el adolescente irresponsable que no es. En su comparecencia ante la junta anual de Tesla lanzó una enorme crítica al teletrabajo, calificándolo como inmoral y denigrándolo por completo. No está sólo Musk en este ataque y, frente a ellos, otros muchos defienden los puestos en remoto la manera alternativa de trabajar.

En EEUU hay un enorme debate en torno al teletrabajo, que acabará llegando a nosotros, a buen seguro que tarde y distorsionado. Musk lo califica de inmoral porque unos privilegiados pueden hacer uso de él y otros, los que realizan trabajos que requieren manipulación física, no pueden. No es ese el fondo de lo que se discute en aquel país. Hay dos factores que están en el centro de la mesa de debate y que tienen más importancia de lo que parece. El primero es el de la productividad de las empresas. ¿Ha aumentado con la normalización del teletrabajo o no? Pues, como sucede muchas veces, depende. Ya es difícil medir la productividad como para ser categóricos a la hora de hablar de impactos sobre ella, pero muchos CEOS y directivos dicen que sus empresas no son lo productivas que pudieran ser por, entre otras causas, el teletrabajo. Para algunas funciones estar en remoto supone una ganancia enorme (piense en el tiempo perdido en viajes de trabajo para reuniones de poco tiempo) pero en el día a día su implantación masiva, alegan, debilita los equipos, deshace la cultura corporativa de la empresa y diluye la capacidad de crear conjuntamente entre los empleados. Muchas empresas han empezado a recortar los planes extensos de teletrabajo que tenían y han ordenado una paulatina vuelta a las oficinas, movimiento que ha suscitado críticas por parte de muchos de los empleados, algunos de los cuales lo han acatado y otros no. El tema de las oficinas, y el inmobiliario asociado, es la otra gran línea de debate allí, y se ve influenciada por el diseño de las ciudades norteamericanas, algo artificioso desde el punto de vista europeo. El teletrabajo masivo desalojó los centros urbanos y dejó a las torres de oficinas convertidas en cascarones vacíos, generadores de pérdidas para sus propietarios. La vuelta no completa de empleados ha hecho que no se recuperen los niveles de ocupación previos a la pandemia, y los centros urbanos allí, vibrantes en las horas de trabajo, no son lo que eran, lo que repercute en pérdidas para los dueños de los edificios y los que tienen alquileres de negocios en las zonas. Parte de los problemas del sector bancario regional en EEUU, ese que se derrumba en este año, provienen de préstamos y tenencias asociadas a inmobiliario comercial y de oficinas, cuyo valor en libros es bastante más alto de la realidad, fruto del teletrabajo y la ausencia de empleados. En las ciudades europeas los centros son densos y las oficinas se mezclan con residencial, comercial y otro tipo de uso de los espacios. Hay zonas, como la Defense en París o el Cannary Wharf en Londres en las que predomina el uso de oficina, y notan este efecto de estar algo desangelados por el teletrabajo, pero son espacios concretos dentro de urbe más mezcladas. En EEUU, la distinción entre el centro de la ciudad urbano, como lugar de trabajo y negocios, y el extrarradio residencial es mucho más abrupta, y el que los centros urbanos languidezcan es un enorme problema, y no sólo económico, que también. La inseguridad de un lugar poco frecuentado crece, y es sabido que la violencia en EEUU es un problema de primer orden. Si los centros urbanos volvieran a llenarse, la economía y seguridad de los mismos resurgiría, según dicen los expertos.

Así, es posible que, sin tener en cuenta los meses de encierro pandémico, que fueron excepcionales, hayamos visto el pico en el uso del teletrabajo en nuestros sistemas de oficinas, o al menos que la corriente que pide recortarlo coge fuerza frente a la idea, hasta ahora mayoritaria, de extenderlo. ¿Qué es mejor? Pues depende, la verdad. Supongo que hay que tratar de compatibilizar el negocio de la empresa, que es lo primero (sin ello no hay ni empresa ni empleos) con el bienestar de los empleados y con las distintas preferencias de todos los implicados, llegando a acuerdos que, en función del tipo de negocio de que se trate, sean más o menos presenciales, pero en las grandes empresas tiene pinta de que vienen “telerecortes” en la distancia respecto a la sede. Ya veremos.

miércoles, mayo 17, 2023

Hipocresía electoral con lo de Bildu

No hay un solo atisbo de piedad ni de decencia. La ética arrumbada, la moral, sepultada. Sólo cálculo electoral, estrategas que miden tendencias, estiman a diario los votos que se pueden cosechar, mantienen vivas series de datos permanentemente actualizadas, miden impactos de lo que sucede en forma de votos ganados y perdidos y, en función de ello, recomiendan cambiar discursos y deshacer lo que hasta hace minutos era A por una B. Sólo hay eso, nada más que eso. Queda el consuelo de que siempre puede ser peor, pero el despliegue de mentiras que se quieren hacer ver como verdad es tan obsceno que asombra que sigan siendo efectivas.

El papelón al que Bildu ha arrastrado al PSOE es de los que merecen la pena ser recordados en un futuro. Si el PSOE ha gobernado ha sido por el apoyo de Bildu, y parece que no hay nadie en el viejo partido de Ferraz que se haya parado a pensar cómo reaccionar cuando un socio tan repulsivo realice actos indignos y supongan coste para la marca del puño y la rosa. Cuando nadie piensa pasa lo que pasa. Ya les comenté que Bildu incluyó a asesinos condenados en sus listas porque está muy orgulloso de lo que esos personajes hicieron, y decidió llevarlos en las localidades donde mataron para dar el mensaje, clarito, de que en esos pueblos ellos mandan, y que lo que se mató una vez bien matado está y no hay nada más que decir. Pura mafia. Nada sorprendente. Ante la noticia, la reacción socialista, y del gobierno, fue la del silencio para tratar que una polémica no esperada que ha irrumpido en campaña se diluyera lo más rápido posible. Primer control de daños, que pase el cáliz y que no se hable de ello. La labor de denuncia de Covite es cogida en volandas por muchos, no pocos nos indignamos, y la polémica no deja de crecer. Los estrategas del PSOE empiezan a escoger a unas declaraciones tibias de que no les gustan esas listas frente a la respuesta inicial de escapar de los medios, y los que trabajan en la sala de máquinas electoral empiezan a detectar que la polémica hace daño, que ha generado una vía de agua por la que se van votos. Los medios afines al gobierno tratan de tapar la brecha de una manera tan voluntariosa como triste, pero es tarde. La bronca crece y, con ella, los daños. Algunos barones socialistas empiezan a decir que con Bildu nada de nada, después de tres años de legislatura en la que con Bildu todo de todo, y la posición de Ferraz y Moncloa empieza a ser insostenible. La oposición ni se cree el regalo que le ha caído y lo explota con toda la capacidad de la que es posible, como es de esperar, porque en campaña las desgracias de uno son alegrías de otro. Ayer, Bildu decide dar una especie de marcha atrás y anuncia que los siete condenados por delitos de sangre no estarán en las listas, pero dice en su comunicado que todo es fruto de la intoxicación de las cloacas del estado y que ellos son pacifistas y demás morralla fruto del delirio. Lo único cierto es su experiencia propia en el tema de las cloacas y demás residuos. Tras ese anuncio se sucede la catarata de reacciones y, evidentemente, de entre los que más se alegran por la decisión de renuncia de Bildu son los que primero no se pronunciaron al respecto, es decir, Moncloa y Ferraz, que se felicitan por una medida que ni por asomo solicitaron ni quisieron valorar. En cuatro días de escapar de la prensa para eludir comentarios a convocarla para expresar su satisfacción por la decisión de sus socios necesarios. ¿Se puede ser más hipócrita? Pásmense, pero sí. Hay tenemos el caso de Podemos. Si los socialistas han pasado de huir del tema a sacarle rédito, los morados directamente han hecho el viaje completo, porque como muy amigos que son de Bildu, y en este caso con orgullo manifiesto, alabaron en su momento la capacidad que tenían los exbatasunos de hacer con sus listas lo que quisieran, dando así su apoyo a que la mafia se comportase como tal, y ayer alababan el gesto pacificador de los de Otegi, en un cambio de declaraciones que es tan cutre y falso como impostado. Teatro del malo.

¿Alguien se salva de la quema de este triste episodio? La oposición ha hecho leña del árbol caído, porque los del PP y cía también tienen un equipo que detecta cada voto que se mueve, y han visto en este episodio el sueño de sus deseos, pero también hemos visto al PP en situaciones chusquísimas en las que no ha dejado de cometer errores y tomarnos por tontos. Curiosamente, el PNV ha mantenido desde el principio una postura muy dura contra Bildu, pero ahí los que se encargan de contar las expectativas de voto en Sabin Etxea, la sede bilbaína del partido, también cuentan, de cara al enfrentamiento a cara de perro que ambas formaciones van a vivir en muchos municipios vascos. Sí, sólo Covite puede mostrar con orgullo que ha ganado una batalla contra los etarras y sus colaboradores. El resto, cenizas, tierra baldía, y sin rastro del arte de TS Eliot.

viernes, mayo 12, 2023

Llevar asesinos en las listas electorales

Hoy subo a Elorrio de puente largo. Si recuerdan, a la vuelta de la Semana Santa, les conté el aquelarre organizado por las juventudes batasunas en mi pueblo y el orgullo que exhibían de los crímenes cometidos durante los años de existencia de ETA. Por eso, resulta bastante lógico, desde la óptica totalitaria que reina en ese mundo, que incluyan a asesinos profesionales en las listas electorales para los municipios de este próximo mayo. No es que sean de los suyos, sino que son directamente lo que les domina y dirige. En este sentido, la coherencia que muestra Bildu es completa, casi elogiable. Son una mafia orgullosa y actúan como tal.

Lo que es incomprensible, y de impresentable hacia arriba, es la condescendencia con la que otras fuerzas políticas han reaccionado ante las listas presentadas por los herederos de ETA. No ha resultado sorprendente que Podemos, un partido que ve con comprensión las acciones etarras y que, en cierto modo, añora los tiempos de las bandas terroristas europeas de los años setenta, que veían como vanguardia revolucionaria, reaccione con la mayor de las condescendencias ante un hecho así. Aliarse con Bildu es el destino natural de Iglesias y los suyos, y las preferencias que el líder supremo de esa formación muestra cada día hacia el mundo batasuno son indudables. Resulta indignante, sí, pero también muestra algo de coherencia por parte de esa formación. Quienes se han quedado colgados de la brocha, frase hecha que escoge para no ser demasiado hiriente, son los miembros del PSOE. Una de las mayores infamias que ha cometido Sánchez en estos años de gobierno ha sido la de elevar a Bildu a nivel de fuerza de gobierno. Sus escaños han sido decisivos para poder aprobar un montón de normas y el mantra que ha salido de los propagandistas de Moncloa durante estos años es que, como formación legal que es, Bildu es un partido más, que en nada se diferencia de, pongamos, Teruel Existe. Por mucho que se repita una mentira no deja de ser cierta, y sí, Bildu es legal y puede presentarse a las elecciones, pero pactar con ellos implica asumir una serie de realidades que son las que son. No sólo esa formación no ha mostrado propósito alguno de arrepentimiento por los asesinatos y demás horrores causados durante los años de vigencia de la banda sino, que, como ven, no desperdicia ocasión alguna en despreciar nuevamente a las víctimas y así hacer ver que lo que mató, extorsionó y secuestró bien matado, extorsionado y secuestrado estuvo. Cuando uno escoge a este tipo de socios para su desempeño político realiza una especie de pacto fáustico en el que vende su alma. En estos años el PSOE ha pasado de una posición de pactar con Bildu por necesidad a hacerlo con la mayor de las naturalidades posibles. De ahí el patético comportamiento de los dirigentes socialistas cuando se supo que las listas batasunas eran un reguero de exconvictos. Un silencio cómplice, furtivo, de vergüenza manifiesta, pero de cumplimiento de órdenes. Una docilidad militante al servicio del aparato propagandístico de Moncloa, cuya orden era salir corriendo y no decir nada, y esperar a que la polémica amaine. Como no lo hacía ayer hubo orden desde donde se manda que empezaran a salir a declarar que no están de acuerdo con esas listas y que les parece mal. Es probable que si les hubieran ordenado decir que las listas son un invento de Donald Trump lo hubieran dicho. La capacidad de repetición de las consignas por parte de la actual dirigencia del PSOE demuestra no sólo su total incapacidad política, sino la plena sumisión a la única voz que manda, dicta, y decide si el resto siguen cobrando a final de mes o no. La ideología, la ética o, simplemente, la vergüenza, es lo de menos. En todas las formaciones políticas, sí, pero como se ha visto en esta semana, en el PSOE casi como en ninguna otra.

¿Saben lo que es más patético de todo esto? Que si un partido legal hubiera incluido en sus listas a, pongamos, ex convictos de bandas latinas, declarados neonazis o violadores de niños, por poner algunas categorías delictivas graves, todas las fuerzas políticas se hubieran posicionado radicalmente en contra. Y con razón. Esto, lo único que significa, es que existe un sector del electorado, que se identifica con la extrema izquierda, que ve con buenos ojos el que ETA matase hasta el día en el que dejó de hacer, que entiende sus crímenes y comparte sus causas. Es así de simple, de cruel y nauseabundo. Al menos la mafia batasuna lo dice de manera explícita. No da lugar a engaños. Como Putin, no engaña, sabemos qué tipo de sujetos son.

El lunes 15 es festivo en Madrid y el martes 16 me lo cojo. Subo a un frío y lluvioso norte. Ojalá llueva también en el resto del país. Nos leemos el miércoles.

jueves, mayo 11, 2023

¿Tenemos un problema con la IA?

Desde que se produjo la explosión de Chat GPT a finales del año pasado el tema de la IA ha escalado hasta lo más alto de las portadas de los medios y ha resurgido como uno de los habituales en los foros de debate y discusión de todo el mundo. No es la primera vez, ya en ocasiones pasadas sucedió algo similar y luego llegaron los llamados inviernos, en los que las promesas de esa tecnología eran frustradas y se veía que lo que se esperaba no llegaba. Esta vez, sin embargo, puede que estemos ante algo diferente, porque una tecnología que es capaz de escribir y crear imágenes indistinguibles de lo que lo haría un humano resulta rompedora.

Ha habido una carta, firmada por varios expertos de todo el mundo, que solicita una moratoria en el desarrollo de los sistemas de redes neuronales con aprendizaje, la tecnología que soporta a Chat GPT y sus émulos, hasta que se pueda determinar si estamos ante una amenaza real o no, y cómo elaborar estrategias que nos permitan hacerle frente. El texto es voluntarioso, pero se condena al fracaso desde el primer momento, dado que es sabido que una tecnología no es “olvidable”. Una vez descubierta, se desarrolla hasta el máximo de su potencial y de lo que puede dar, en cuestiones tecnológicas y, sobre todo, económicas. En este caso tenemos una carrera de empresas privadas de tecnología por desarrollar cuanto antes estas herramientas para que sean sus principales activos de negocio. Microsoft con Open AI y Google con Deep Mind encabezan este pulso, regado de miles de millones, pero hay otras empresas que también están en ello y, desde luego, los gobiernos, con el norteamericano y, sobre todo, el chino a la cabeza. Ahora mismo hay toda una carrera competitiva para explotar las posibilidades de esta tecnología y hacerla rentable, aunque por ahora haya sido sólo un sumidero de recursos. Por eso, la llamada a la moratoria resulta, cuanto mínimo, ingenua. No son pocos los que, al hablar de la necesidad de un parón y supervisión de esta tecnología la comparan con la nuclear, donde existen organismos internacionales de supervisión y tratados de no proliferación, y naciones gamberras que se los saltan. No me gusta esa comparación por dos motivos. Uno, basto, es que la tecnología nuclear es muy física, en todos los sentidos, requiriendo inversiones de infraestructura, minería, etc que dificultan que alguien la desarrolle por las buenas, mientras que aquí hablamos de software. Sí de enormes inversiones en procesadores y tecnologías asociadas, pero lo que corre por ellos es software, tan liviano como cualquier otro. El otro motivo por el que no me gusta la comparación es que todos sabemos muy bien de qué es capaz el arma nuclear cuando se emplea. El hongo atómico e Hiroshima están en la mente de todos cuando Corea del Norte prueba misiles, o Irán aumenta el grado de enriquecimiento con el que explota su uranio, y eso hace que tengamos bastante claro a qué tipo de riesgo nos enfrentamos. Por así decirlo, ya hemos visto en el caso nuclear el desastre que puede llegar a suponer, ya nos ha metido el miedo en el cuerpo, y la regulación y control surgen de ese miedo. En el caso de la IA no tenemos nada parecido, más allá de las novelas de ciencia ficción, en las que dominan escenarios apocalípticos en donde la IA tiene, como objetivo principal, eliminarnos, lo que es un potente argumento para el desarrollo de una trama interesante, pero que no tiene por qué tener que ver con una realidad a la que no somos capaces de saber cómo va a desarrollarse. Siendo sinceros, el vértigo empieza a ser creciente pero no tenemos ni idea de a lo que nos enfrentamos, por lo que la prudencia parece un criterio bastante razonable, pero ni el alarmismo ni la complacencia son los mejores consejeros.

Por empezar, no sabemos si quiera qué es ser inteligente ni lo que supone. Sí, puede que nosotros lo seamos, pero, ¿lo es un hormiguero como ente autoorganizado formado por millones de individuos? ¿Tiene inteligencia un pulpo? Inteligencia sin consciencia ni sentimientos, ¿qué supone? Resolver una serie de problemas de enorme dificultad y no saber pillar un chiste, ¿denota comportamiento inteligente? Las preguntas en torno a este tema crecen como espigas en un campo cultivado sobre el que sí haya llovido, y cada una de ellas surgen otras, y todas son complicadas. Hablaremos bastante del tema de la IA, y tiene pintas de que para ella ha llegado una primavera muy prolongada.

miércoles, mayo 10, 2023

Subastas electorales

Iba a decirles que, cuando llega la campaña electoral, se produce un disparo de ofertas para intentar seducir, o engañar, a los electores, pero como vivimos en campaña permanente desde hace años no está claro cuándo empieza el proceso de subasta y cuándo termina. En todo caso, resulta curioso que los políticos piensen que este tipo de ofertas de gasto discriminado arrastran votos, que las califiquen como cañón electoral, dejando claro que su única intención con esos anuncios no es la de hacer algo a favor de los ciudadanos, sino sólo conseguir su voto para luego, como siempre, olvidarlos. Si lo hacen será porque funciona, y si así es, triste es.

En este juego, que todos practican, Sánchez vuelve a ser innovador en fondo y forma. El grupo de propagandistas que no descansa que vive en Moncloa inventa nuevas ideas de gasto que serán sufragadas por la ingente deuda pública, que no cesa de crecer. Elaboran en paralelo un discurso mitinero para el jefe y un extracto para los medios afines, para que haya coordinación entre el líder y los periódicos, radios y televisiones que trabajan a su servicio. Sánchez sube a la tribuna de un polideportivo o lugar lleno de gente en fin de semana en el mitin que toque, y anuncia lo que el Consejo de Ministros aprobara el martes, con el citado incremento de gasto no presupuestado como único punto en común con todos los anuncios. Al poco de ese mensaje ya algunos medios propios empiezan a difundirlo como la buena nueva de la semana, aunque sea algo sin contenido, sin viabilidad, sin capacidad de llevarse a cabo. Qué más da, es propaganda. No pasa mucho tiempo hasta que el resto de formaciones políticas responden al anuncio, y de los primeros suelen ser los socios de gobierno. Por lo general se muestran muy críticos con lo que Sánchez pregona, usando para ello incluso términos duros, soeces. Se escandalizan de una forma impostada, falsa, porque a los dos o tres días del anuncio tendrán en la mesa del Consejo de Ministros, el que se supone que es de verdad, el texto del anuncio redactado en formato BOE, trabajo realizado por el equipo de Moncloa. Y ahí, dóciles y mansos, los miembros de Podemos votarán de manera unánime con sus compañeros socialistas, a los que insultan sin cesar, pero de los que dependen las elevadísimas nóminas que los altos cargos morados se llevan todos los meses a casa. La rueda de prensa tras el Consejo de Ministros es una prolongación del mitin del fin de semana, sin tanta alharaca porque no hay público que aplauda (algunos de los periodistas allí presentes quizás lo harían, por gusto u obligación) y se anuncia la nueva a los cuatro vientos. Supongo que la tarde del martes será libre en Moncloa y el personal descansará tras el ímprobo trabajo realizado, y a partir del miércoles nuevas reuniones de ideas para ver qué se anuncia el fin de semana que viene, que toca mitin en otro recinto urbano. Cuánto gasto nos sacamos de la manga para promocionar otra idea que afecte a un segmento del electorado que nos ha abandonado por nuestra incompetencia y debemos recuperar recomprando, y cómo estructurar los párrafos del anuncio y los artículos de la prensa para mantener la tensión. En una de esas reuniones alguno de los asistentes puede que mencione el que de las medidas anunciadas hace un par de semanas, o tres, ya se ha visto que, en la práctica, no se va a poder hacer nada de nada, y que todo es un bluf que apenas se aguanta, pero ahí aparecerá uno de sus jefes, recordándole que nadie se acuerda de lo que se prometió hace tres semanas. El efecto que se consiguió entonces conseguido fue, y ahora hay que repetirlo, y que da igual lo que se anuncie, sea bueno malo, realista o falaz. Esto es propaganda, no gestión. Y el empleado dudoso se pondrá al trabajo con la ilusión del primer día.

Una de las causas de la desafección del ciudadano con la política es esa sensación de que los gobernantes nos toman por tontos, y en campaña, o pre, prometen todo lo posible, a sabiendas de que no lo harán. Pero parte de la culpa de ese proceso de mentira consentida la tenemos los propios ciudadanos, a los que nos encanta que nos adulen y nos hagan la pelota, también a sabiendas de que los cariños que nos manda el gobernante son tan falsos como los títulos de deuda griegos de 2012. En este juego mutuo de mentiras nos movemos todos, políticos y gobernados, y poca cosa seria puede surgir. Lo único seguro es que el gasto no dejará de aumentar, y de que como nada es gratis, alguien acabará pagándolo. Y será usted o yo, no el político.

martes, mayo 09, 2023

Día de Europa, en Ucrania

Festejamos este nueve de mayo el segundo día de Europa en guerra con Rusia, lo que le hace diferente de todos los demás. El año pasado, sujetos aún a la conmoción del ataque de Putin, algunos auguraban el fin cercano de la guerra en el entorno de estas fechas. Hoy, tras doce meses, nadie hace pronósticos claros de hasta cuándo el sátrapa de Moscú decidirá que ha destruido suficientes vidas y posesiones para darse por satisfecho. Sólo en su mano está acabar una guerra que él decidió comenzar. Si Ucrania frena las hostilidades, es invadida. Si Rusia frena las hostilidades, se acaba la guerra. Es así de sencillo, y cruel.

Este va a ser el primer nueve de mayo festejado en Kiev como conmemoración de la UE y no como la victoria ante el nazismo en la II GM. En la antigua URSS esta jornada era de enorme exaltación ante lo que se consideraba la victoria en la gran guerra patriótica, que así como ellos llaman al segundo intento global de suicidio del siglo XX. Stalin logró que sus tropas derrotaran a las nazis en todo el frente oriental y llegó a un Berlín convertido en una mezcla entre morgue y escombrera. Esta jornada era aprovechada por los líderes soviéticos para exaltar los valores de su régimen, exhibir músculo militar y mostrarse como un poder global en el mundo. Más o menos es lo que pretende hacer Putin en Moscú en el desfile de este año, con enormes medidas de seguridad tras el incidente del dron sobre el Kremlin. El ejército de Putin ha demostrado ser una ineficaz antigualla para lograr la conquista del territorio, pero una eficiente máquina de asesinar a propios y ajenos, y el orgullo que mostrará su líder y los que le rodeen en el desfile de Moscú estará a la altura de la atrocidad que, día a día, lleva a cabo en el este de Ucrania. Frente a tanto músculo militar y orgullo soviético, la conmemoración de la UE tiene un origen mucho más prosaico, gris, cutre si me apuran. Se celebra la llamada declaración de Shumann, en la que el entonces ministro francés puso las bases de la creación de las llamadas Comunidades Europeas, embrión de lo que ahora es la UE. Un texto funcionarial, burocrático, en el que se ensalzaba no el logro de grandes objetivos, sino la necesidad de avanzar en pequeños pasos que se hagan por común acuerdo. Europa era aún entonces un continente derrotado, dividido por el telón de acero, en reconstrucción, con varias naciones del flanco sur, como España, Portugal o Grecia, bajo regímenes militares, con un este sometido al yugo soviético, con ciudades destruidas y poblaciones empobrecidas en gran parte de las naciones beligerantes en la guerra, y con unos EEUU dominantes en el mundo occidental y, en general, en todo el mundo. La UE surge de las cenizas de una Europa destruida para evitar que la destrucción siga. Es la “transición” que los ciudadanos del continente acuerdan para que el fantasma del pasado no les atrape por completo. Europa busca en valores democráticos y en el respeto a la ley la manera de escapar del fantasma de Auschwitz, que siempre permanecerá en su seno como recordatorio de hasta qué punto la depravación puede llegar a hacerse con el poder. De la necesidad, virtud. Europa como proyecto, anhelado en siglos pasados, se hace realidad tras la derrota de todas las naciones europeas, tras la asunción interna de cada una de ellas de que no son capaces de vencer, de que terceros, EEUU y la URSS, les han ganado, les dominan y condicionan. Los países que crean la CEE buscan establecer unas relaciones comerciales que les beneficien y permitan avanzar en la reconstrucción tras la guerra, sí, pero también quieren crear unos vínculos de confianza que eviten que el pasado de enfrentamientos se vuelva a repetir. El sueño europeo de unidad surge de la absoluta pesadilla que deja la mayor guerra de la historia. No debemos olvidarlo nunca.

Con sus problemas y defectos, que los hay, como en todo, la UE es uno de los proyectos más extraños que se han dado entre naciones soberanas, y sigue siendo un ejemplo global de cooperación y prosperidad. Hoy, los enemigos de la UE están claros, empezando por Putin y quienes les apoyan, que buscan por la fuerza dinamitar la unidad de los socios y, por el poder de las armas, socavar el imperio de la ley. Pero también es enemigo de la UE el olvido de dónde venimos, la pérdida de los supervivientes de los campos, el no tener presentes las heridas que provocaron la necesidad de recuperarnos. Kiev, hoy, es el escenario en el que la idea de Europa se vuelve a enfrentar a sus demonios. No hay otro lugar más apropiado para conmemorar este día que la plaza Maidan, con la sombra de Bucha, a unos pocos kilómetros de allí.

lunes, mayo 08, 2023

Coronación de Carlos III e imagen

Es la monarquía británica la única del mundo, si no me equivoco, en la que el Rey se corona como tal, poniéndole encima el símbolo de la realeza y otorgándole todo tipo de atributos que le designan como el elegido. Ni la japonesa, la única que le puede competir en tradición histórica, realiza una ceremonia con ese ritual. El resto de monarquías se proclaman. El heredero es investido Rey al fallecer su antecesor, y todo se realiza en los momentos o días más contiguos al de la muerte del anterior Rey. Carlos III ya era rey a los minutos del fallecimiento de Isabel II. La ceremonia de este sábado, por tanto, no tiene relevancia legal o constitucional.

Si la tiene en dos aspectos que son relevantes, aunque no lo parezcan. Uno es el religioso, y es que también en esto el Reino Unido es diferente. Desde que Enrique VIII descubrió que sí el mismo se nombraba “Papa” de su religión Roma no le impediría hacer lo que le viniera en gana con sus esposas, el rey de allí lo es también jefe de la iglesia anglicana, una versión del protestantismo venida a menos en tiempos de laicismo y descreencia, y que tiene al soberano de Londres como el principal responsable. Eso obliga a realizar un ceremonial religioso especial, que las devotas de nuestro país y otros observan con envidia, pero que es muy pecaminoso visto desde la óptica católica, porque el arzobispo de Canterbury, la cabeza de la estructura eclesial anglicana, jura pleitesía al Rey, y esto, desde la óptica de las pías que ven arrebatadas el ceremonial, es puro sacrilegio. El otro aspecto, es más etéreo, pero, curiosamente, importante en tiempos como los actuales, es el ceremonial, el de la imagen, la teatralización. El marco de la abadia de Westmisnter es magnífico para coreografiar un rito que se lleva repitiendo desde 1066, y eso da una continuidad y tradición de la que pocos pueden presumir, y claro, en tiempos como los actuales, donde la imagen lo domina todo, la coreografía de lo que se celebra lo domina todo. El boato, la pompa y circunstancia, que tan bien musicalizó Elgar, la relevancia de la figura del Rey se eleva en un acto algo ajeno al tiempo en el que vivimos pero que resulta perfecto para ser televisado, que atrapa por su magnificencia, y vuelve a convertir a la monarquía británica en una institución inmensamente rentable, en la que su imagen es poco distinguible de la del conjunto del país en el que se halla, y sirve como señuelo y enganche para los que, desde fuera, lo visitan. El negocio que se genera en torno a la casa de Windsord, los personajes que a ella pertenecen y no, es enorme. No hay turista que no quiera pasearse por los escenarios de los enlaces y actos reales, compre algo de merchandising y se quiera imbuir del espíritu de los “royals” locales, con una intensidad y desembolso económico como no sucede con ninguna otra casa real del mundo. En este sentido la monarquía británica lo ha hecho genial, se ha convertido en una marca global, reconocida en todo el mundo, con admiradores que están dispuestos a dejarse mucho dinero para visitar los lugares que ellos frecuentan y las cosas que tocan. Sólo Roma y los Papas han logrado hacer algo similar, pero en ese caso el peso de lo religioso es tal que, aunque la fama universal sea total, limita el mercado potencial de clientes que pueden acudir al Vaticano a gastar dinero. En Londres no, lo mundano y lo real se cruzan en balcones de palacio, jardines de altas verjas, biografías de príncipes destronados y escándalos sexuales de toda índole. La empresa familiar de los Windsor es una de las mayores del Reino Unido y la simbiosis entre ellos y la nación otorga grandes réditos financieros al país, por lo que la supervivencia de la casa, sea cual sea la aceptación popular de la misma, tiene ahí una base sólida y difícil de rebatir. Ceremonias como las de este sábado se traducirán en miles y miles de nuevas visitas a Londres y en nuevos ingresos. Carlos no será nunca Isabel, y se equivocará si a eso aspira, pero la imagen de la realeza seguirá siendo muy muy rentable.

Un detalle no menor de la ceremonia del sábado. El Reino Unido tiene un enorme patrimonio musical de siglos, y lo lucen a la más mínima ocasión. La profesionalidad de los coros de aquel país es absoluta, y en sus voces las melodías de Tallis, Byrd, Häendel y otras lumbreras suena a gloria. Junto a ellos se pudieron escuchar composiciones compuestas expresamente para la ceremonia, una de ellas de Anthony Lloyd Weber, piezas de góspel, una coral ortodoxa griega, solos de órgano… el sábado tuvo lugar un fantástico concierto de música sacra en un templo gótico en el que las notas reverberaban de una manera perfecta, y retransmitido por la BBC. El mejor del Proms de este año ya ha tenido lugar.

viernes, mayo 05, 2023

Derrumbe bancario en EEUU

Una de las consecuencias directas de la subida de los tipos de interés que han llevado a cabo los bancos centrales ha sido aumentar el rendimiento de las letras y demás valores de deuda pública de los gobiernos. En paralelo, los bancos comerciales han hecho lo que suele ser normal en estos casos, que es encarecer sus créditos, pero no la contraparte, que es aumentar la remuneración de los depósitos. El ahorrador ha visto cómo el dinero depositado en el banco no renta cuando meterlo en letras del tesoro de, pongamos, España, rinde por encima del 3% sin riesgo. Sacar dinero de los depósitos es un movimiento que se está dando en todo occidente, y tiene toda la lógica el mundo.

Este movimiento provoca descapitalización en los bancos, porque el depósito de sus ahorradores es la base del capital con la que hacen préstamos. Cobrar más por los segundos de lo que se remunera por los primeros y controlar la gestión de tiempos es el alma del negocio bancario. Cuando el volumen de depósitos cae el banco puede empezar a tener problemas para respaldar su cartera de préstamos, y debe recurrir a otro tipo de activos para convertirlos en liquidez y mantener respaldo. Esto fue lo que le paso al Silicon Valley Bank, además de profundos problemas de gestión, y lo convirtió en el primero de un rosario de quiebras de bancos regionales en EEUU que, lejos de amainar, sigue progresando. El pasado fin de semana el First Republic fu ele último de los rescatados por las autoridades y la gran banca nacional, tras un derrumbe de su valor en bolsa. Los ahorradores que recurren al uso de estas entidades observan con temor como una tras otra se están metiendo en problemas, y la retirada de depósitos por ahorro empieza a ser sustituida por la huida con miedo. El efecto financiero es el mismo; descapitalización. A lo largo de la semana nuevas entidades medianas han caído con fuerza en la bolsa norteamericana y, ahora mismo, el panorama al que se enfrenta el sector bancario regional en el país es desolador. Ya en los ochenta se vivió lo que se llamó la crisis de las “save & loan” entidades que, con bastantes matices, podríamos asimilar a nuestras cajas de ahorros, a las que la inflación de aquellos años y la agresiva subida de tipos decidida por Paul Volcker al frente de la FED para combatirla las arrasaron. ¿Estamos ante un episodio similar? Se parece, desde luego. El tejido bancario norteamericano es bastante distinto al nuestro. Allí las entidades viven del depósito y el crédito, como aquí, pero la financiación empresarial es un asunto secundario para ellos frente a las nuestras. España es un país mucho más bancarizado que EEUU, si así se puede decir, porque allí el capital riesgo y los fondos de inversión son los que lideran los flujos de dinero que soportan la financiación empresarial. La banca, por tanto, es más aburrida y centrada en los particulares. Las grandes entidades financieras del país, las que ocupan portadas (Goldman Sachs, JP Morgan, etc) son, sobre todo, enormes bancos de inversión que tienen una división paralela menor de banca comercial, mientras que hay una miríada de entidades locales centradas en la banca clásica que apenas operan en mercados financieros. Son estas las que están sufriendo la oleada de pánico. El uso de las apps y demás tecnologías de hoy en día acelera la velocidad de los pánicos y puede descapitalizar entidades a golpe de dedo en el móvil en apenas horas, sin que reguladores y entidades más grandes puedan actuar, simplemente por falta de tiempo para planificar soluciones. La FDIC, el fondo de garantía de depósitos de allí, asegura unos capitales mínimos que cubren a gran parte de los ahorradores, pero ante una catarata de caídas bancarias el miedo es difícil de frenar.

En todos estos movimientos estamos viendo el patrón común de que las entidades quebradas acaban siendo absorbidas por las grandes, por lo que la concentración del sector en el país avanza sin que se esté analizando los problemas que pueden surgir, principalmente de colusión, falta de competencia o riesgo sistémico por la creación de entidades “demasiado grandes para caer”. Ahora mismo el problema es apuntalar un sector que se está deshaciendo y minimizar los daños, pero es evidente que el panorama bancario que surja de esta purga va a ser muy distinto en aquel país, no tanto para los urbanitas de Manhattan o San Francisco, pero sí para el común de los ahorradores. 2023 ya es un año de crisis bancaria en EEUU.

jueves, mayo 04, 2023

Drones en el Kremlin

La imagen es bastante clara y resulta llamativa. Se observa una de las cúpulas del complejo del Kremlin, creo que es la que cubre el Senado, no estoy seguro, y en un momento dado un pequeño aparato volador aparece en la escena, proveniente del lado izquierdo de la imagen, y explota junto a la linterna que corona la cúpula. La explosión no parece causar daños en la estructura, aunque sí un pequeño incendio que no va a más. El resultado práctico es más aparatoso que efectivo y no ha dejado ni heridos ni destrozos en la fortaleza moscovita, pero la fuerza de la escena es grande, y su capacidad para abrir todos los informativos del mundo, indudable.

Si la escena es fácil de interpretar, mucho más complicado es saber quién está detrás de ella. Hubo una carrera entre las acusaciones rusas y los desmentidos ucranianos que fue mucho más rápida que la velocidad de vuelo del dron. Moscú, indignado, calificó el acto como intento de asesinato de Putin, de magnicidio, por parte del gobierno de Kiev, y dejó claro que un acto así tendrá respuesta. Por parte de Dimitri Mevdeved, ex primer ministro, antaño un rostro amable y pro occidental del poder ruso y hoy en día camorrista primero de la guardia pretoriana putiniana, se expresó el deseo de asesinar a Zelensky como respuesta a la altura de lo que había sucedido. El presidente ucraniano, que no estaba en ese momento en el país, afirmó que nada tenía que ver con lo que había pasado, que no quiere matar a Putin, sino ganarle la guerra, y llevarlo ante un tribunal internacional para que sea juzgado como el criminal de guerra que es. Ante esto es evidente que saber quién ha sido el autor del acto resulta, como mínimo, difícil. Ambas partes tienen intereses a los que les conviene una imagen como la sucedida. Ucrania dispone de drones que, por distancia, pueden llegar desde su frontera hasta Moscú, y parece evidente que lo que enseña la escena no es la actuación de un dron de gran potencia o capacidad. Putin normalmente no duerme en el kremlin, y la idea de atentar contra el con un petardo de este estilo resulta absurda, pero Kiev, si es el autor, podría estar muy orgulloso al haber demostrado la inutilidad de los sistemas de defensa rusos, que han permitido que la aeronave se cuele hasta el corazón del poder de Putin. Si fuera Kiev y el objeto de la acción fuese realizar un acto de propaganda y humillación a Rusia, objetivo logrado. La otra opción es que sea una acción rusa, es decir, un acto de lo que se llama falsa bandera, autoataque, o intento de algo similar, para enardecer a los propios y aumentar la tensión sobre la población rusa, permitiendo así que los reclutamientos estén más justificados o que nuevas acciones de campaña rusas en territorio ucraniano se puedan vender como respuesta a la agresión. Desde la maquinaria de propaganda rusa se sigue insistiendo machaconamente en las ambiciones nazis e imperialistas de Zelensky y del peligro que supone para la madre Rusia la acción del gobierno de Kiev, y un acto así puede estar dirigido a meter el miedo al ucraniano entre la población de Moscú, urbanita, que vive ajena a la guerra, donde las levas de soldados apenas se han dado entre su juventud, y que poco ha notado los efectos de lo que sucede más allá del aumento de la represión del estado y el cambio de logotipos de empresas antaño occidentales, convertidas ahora en réplicas rusas. No son infrecuentes las operaciones de este tipo, autoinflingidas, en momentos en los que se quiere movilizar a los propios y aumentar el odio ante el enemigo, y Rusia es experta en este tipo de operaciones. Por lo tanto, ambos bandos poseían intereses para que algo así sucediera, y eso dificulta mucho esclarecer quién se encuentra, realmente, detrás de lo que ha pasado.

En todo caso no parece que estemos ante un movimiento determinante en el curso de la guerra. El lanzamiento de la muy anunciada contraofensiva ucraniana y la respuesta de las atrincheradas defensas rusas será lo determinante para saber si el estancamiento de los frentes que se viven desde hace meses se romperá o no. La sangría mutua de material y soldados se mantiene, con miles de víctimas en Bajmut y localidades próximas, y con un constate proceso de degradación de las fuerzas de ambos ejércitos. Se supone que esta primavera verano serán determinantes para el futuro de los combates. Entre tanto, la distracción y la propaganda pro rusa no cesa, y la posición de Kiev es más débil de lo que me gustaría. La prolongación de la guerra beneficia más a Putin que a Zelensky.

miércoles, mayo 03, 2023

Todo lleno en todas partes

Ayer fui al Museo del Prado, cosa que hago dos o tres veces al año. Se lo recomiendo. La exposición temporal de Guido Reni está muy bien. Adquirí la entrada por internet antes del puente y tenía fijada una hora de entrada, por la mañana, pero como soy un petardo profesional, me levanto muy pronto y me sobra tiempo, fui con un gran margen. Al llegar al entorno del Museo comprobé que aquello estaba atestado de gente como si se tratara de una estación de ADIF sometida a la suspensión de servicios por alguna incidencia, y vi que la cola de la puerta que me tocaba era enorme, y que si no me ponía ya tendría problemas. Hice cuarenta minutos de espera y entré en el horario que tenía asignado.

La sensación de que en este puente todo ha estado lleno en todas partes, parodiando el nombre de la película que se ha llevado, de manera incomprensible, tantos Oscar, es generalizada. Tres semanas después de una Semana Santa de enorme trajín y lleno en todos los destinos, se han vuelto a repetir escenas de atascos en las entradas y salidas de las ciudades, y costas repletas al calor de, nunca mejor dicho, unas temperaturas elevadas y apenas cuatro gotas fruto de las tormentas. Imagino que los que hayan escapado a destinos costeros podrán contar historias sobre colas en los chiringuitos, terrazas abarrotadas y demás costumbrismo típico del verano, pero serán solapados por los que han huido a destinos rurales de interior, donde tampoco cabía nadie más, y las escenas de lleno se sucedían. El hecho de que el 1 de mayo sea festivo en gran parte de Europa ha contribuido a que este puente, aderezado con un extra en Madrid, sea aprovechado por muchos para organizarse unas minivacaciones (en algunos casos no tan minis) y el movimiento haya sido extraordinario. La cuenta de resultados de las empresas de ocio y turismo está por calibrarse, pero la sensación de euforia es generalizada. A pesar de la enorme subida de precios que se ve a pie de terraza, los llenos garantizan una caja que permite al hostelero hacer frente a sus propios ascensos de costes y le lleva no sólo a cuadrar las cuentas, sino a hacer recaudaciones que, sin duda, también serán históricas. Si recuerdan aquellos mantras de la época pandémica, ya tan olvidada, de “vamos a salvar la XXX” donde se podía pensar en la Semana Santa, Navidad o el puente que usted prefiera, podemos decir que los hemos salvado sin problema. La hostelería vive ahora mismo un boom tremendo al que no frena ni la inflación ni la cada vez más asediada cartera de los clientes. ¿Cómo se explica esto? No lo se. Afrontar los gastos de tanto ocio supone un reto en tiempos de precios crecientes y euríbor disparado, pero es evidente que una parte relevante de la población o tiene recursos para permitírselo o a priorizado este tipo de consumo frente a otro. Es de suponer que, a medida que precios e hipotecas siguen creciendo el importe destinado a este apartado de ocio debiera verse mermado, y con ello el impulso vacacional, pero por ahora no se observa nada de esto. ¿Cuál es la explicación? No lo se. Hay posibles fuentes, y una de ellas, el ahorro generado en la época de la pandemia, pudo explicar el impulso inicial en los años 2021 y 2022, pero me da que está ya bastante agotado. Las otras tres vías que se me ocurren son la del recurso al crédito, el cambio de preferencias tras el episodio pandémico por una actitud más lúdica de la vida y las ganas de recuperar tiempos perdidos en episodios de encierro. Todas estas son tendencias de fondo que pueden aguantar más o menos, y el crédito es la más peligrosa de todas, pero se sostienen en un mercado de trabajo que sigue funcionando a buen ritmo, y que aumenta el número de personas que obtienen ingresos por su trabajo. Más renta y nuevas preferencias pueden explicar este movimiento lúdico tan intenso. Lo cierto es que su fuerza y duración en el tiempo nos tiene a muchos tan sorprendidos como escamados, pero así es.

Así, en cada nuevo puente u ocasión de escape (el lunes 15 es festivo en Madrid ciudad) volvemos a asistir a una lucha entre la demanda de consumo y la necesidad de ahorro, con fuerzas como los intereses pisando el freno de la demanda de manera constante desde hace meses. ¿Cuándo se va a observar en la realidad el encarecimiento del crédito y su restricción que las medidas monetarias y los problemas bancarios ya están provocando? Nuevamente, no lo se. De momento, el sector del turismo ya se prepara para un verano espectacular y sus previsiones dejan atrás el máximo de 2019. Ojalá la cosa siga.