No hay un solo atisbo de piedad ni de decencia. La ética arrumbada, la moral, sepultada. Sólo cálculo electoral, estrategas que miden tendencias, estiman a diario los votos que se pueden cosechar, mantienen vivas series de datos permanentemente actualizadas, miden impactos de lo que sucede en forma de votos ganados y perdidos y, en función de ello, recomiendan cambiar discursos y deshacer lo que hasta hace minutos era A por una B. Sólo hay eso, nada más que eso. Queda el consuelo de que siempre puede ser peor, pero el despliegue de mentiras que se quieren hacer ver como verdad es tan obsceno que asombra que sigan siendo efectivas.
El papelón al que Bildu ha arrastrado al PSOE es de los que merecen la pena ser recordados en un futuro. Si el PSOE ha gobernado ha sido por el apoyo de Bildu, y parece que no hay nadie en el viejo partido de Ferraz que se haya parado a pensar cómo reaccionar cuando un socio tan repulsivo realice actos indignos y supongan coste para la marca del puño y la rosa. Cuando nadie piensa pasa lo que pasa. Ya les comenté que Bildu incluyó a asesinos condenados en sus listas porque está muy orgulloso de lo que esos personajes hicieron, y decidió llevarlos en las localidades donde mataron para dar el mensaje, clarito, de que en esos pueblos ellos mandan, y que lo que se mató una vez bien matado está y no hay nada más que decir. Pura mafia. Nada sorprendente. Ante la noticia, la reacción socialista, y del gobierno, fue la del silencio para tratar que una polémica no esperada que ha irrumpido en campaña se diluyera lo más rápido posible. Primer control de daños, que pase el cáliz y que no se hable de ello. La labor de denuncia de Covite es cogida en volandas por muchos, no pocos nos indignamos, y la polémica no deja de crecer. Los estrategas del PSOE empiezan a escoger a unas declaraciones tibias de que no les gustan esas listas frente a la respuesta inicial de escapar de los medios, y los que trabajan en la sala de máquinas electoral empiezan a detectar que la polémica hace daño, que ha generado una vía de agua por la que se van votos. Los medios afines al gobierno tratan de tapar la brecha de una manera tan voluntariosa como triste, pero es tarde. La bronca crece y, con ella, los daños. Algunos barones socialistas empiezan a decir que con Bildu nada de nada, después de tres años de legislatura en la que con Bildu todo de todo, y la posición de Ferraz y Moncloa empieza a ser insostenible. La oposición ni se cree el regalo que le ha caído y lo explota con toda la capacidad de la que es posible, como es de esperar, porque en campaña las desgracias de uno son alegrías de otro. Ayer, Bildu decide dar una especie de marcha atrás y anuncia que los siete condenados por delitos de sangre no estarán en las listas, pero dice en su comunicado que todo es fruto de la intoxicación de las cloacas del estado y que ellos son pacifistas y demás morralla fruto del delirio. Lo único cierto es su experiencia propia en el tema de las cloacas y demás residuos. Tras ese anuncio se sucede la catarata de reacciones y, evidentemente, de entre los que más se alegran por la decisión de renuncia de Bildu son los que primero no se pronunciaron al respecto, es decir, Moncloa y Ferraz, que se felicitan por una medida que ni por asomo solicitaron ni quisieron valorar. En cuatro días de escapar de la prensa para eludir comentarios a convocarla para expresar su satisfacción por la decisión de sus socios necesarios. ¿Se puede ser más hipócrita? Pásmense, pero sí. Hay tenemos el caso de Podemos. Si los socialistas han pasado de huir del tema a sacarle rédito, los morados directamente han hecho el viaje completo, porque como muy amigos que son de Bildu, y en este caso con orgullo manifiesto, alabaron en su momento la capacidad que tenían los exbatasunos de hacer con sus listas lo que quisieran, dando así su apoyo a que la mafia se comportase como tal, y ayer alababan el gesto pacificador de los de Otegi, en un cambio de declaraciones que es tan cutre y falso como impostado. Teatro del malo.
¿Alguien se salva de la quema de este triste episodio? La oposición ha hecho leña del árbol caído, porque los del PP y cía también tienen un equipo que detecta cada voto que se mueve, y han visto en este episodio el sueño de sus deseos, pero también hemos visto al PP en situaciones chusquísimas en las que no ha dejado de cometer errores y tomarnos por tontos. Curiosamente, el PNV ha mantenido desde el principio una postura muy dura contra Bildu, pero ahí los que se encargan de contar las expectativas de voto en Sabin Etxea, la sede bilbaína del partido, también cuentan, de cara al enfrentamiento a cara de perro que ambas formaciones van a vivir en muchos municipios vascos. Sí, sólo Covite puede mostrar con orgullo que ha ganado una batalla contra los etarras y sus colaboradores. El resto, cenizas, tierra baldía, y sin rastro del arte de TS Eliot.
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