viernes, marzo 31, 2023

Miguel Ángel venció a Savonarola

Uno de los muchos sitios que tengo pendiente de visitar es Florencia. Entre las innumerables obras maestras que allí se encuentran está el David de Miguel Ángel, una enorme estatua de mármol expuesta en la galería de la Academia. Es uno de los puntos culminantes del renacimiento italiano, que entre otras cosas, supuso un redescubrimiento no sólo de las técnicas y estilos del clasicismo griego y romano, sino también la puesta en el centro de la expresión artística de la figura humana, con sus proporciones, órganos y atributos. El hombre de Vitrubio de Leonardo Da Vinci ejemplifica al ser humano como el canon de la proporción.

No sólo arte surgió en la Florencia renacentista, también oscurantismo. Savonarola es el ejemplo perfecto del intolerante que, fanatizado, logra hacerse con el poder y arrasa lo que encuentra a su paso. Fraile dominico, aprovecha el estado corrupto de la gobernanza de los Medici para, con un discurso centrado en la ejemplaridad y el castigo a los poderosos, imponer su propio régimen de terror. Y lo logra parcialmente, llegando a ser durante un breve tiempo la máxima autoridad de la urbe. Durante su dominio una de las cruzadas que emprende es contra el nuevo arte renacentista, degenerado, obsceno a sus enfermos ojos. Savonarola clama contra esas pinturas y esculturas que exhiben cuerpos desnudos, posturas obscenas, situaciones de ofensa a Dios y a la moral. Organiza aquelarres públicos en los que, con la excusa de destruir posesiones que los ricos de la ciudad habían acaparado, sirven para lanzar a la pira obras de arte que odia por encima de todo. Supongo que esas escenas no diferirían demasiado de las vistas en los años treinta en la Babelplatz berlinesa y otras localizaciones, con arengas nazis alentando a la turba a arrojar al fuego libros y creaciones anti arias. El reinado de terror de Savonarola cayó, él mismo fue conducido finalmente a una hoguera y sus cenizas se esparcieron por el río Arno para que lo que quedaba de sus seguidores no las utilizaran como reliquia. La calma volvió a la ciudad y el gobierno retomó su patrocinio de las artes, la corruptela generalizada y las conspiraciones típicas de los Medici, que han dado el sibilino sentido que tiene a la palabra “florentino”. Entre las obras que han llegado desde entonces a nuestro mundo el David destaca por su tamaño, precisión y por haberse convertido por sí mismo en un icono de la época y de lo que entendemos por belleza clásica. Siglos después de su creación, el nombre de Miguel Ángel Buonarroti es universal y el de Savonarola no le suena a muchos, siendo generoso. La historia ha sido justa en este caso y ha ensalzado a quien se lo merecía y condenado al olvido a quien sólo creo dolor y destrucción, pero a lo largo del tiempo, allí, aquí y en todas partes, los humanos demostramos que es mucho más fácil crear Savonarolas que Miguel Ángeles. Para lo primero sólo hace falta fanatismo, ansia de poder y, si me apuran, un cierto grado de inteligencia para sacar rendimiento a la maldad. Para lo segundo se requiere genialidad, que por definición escasea, enorme capacidad de trabajo, sacrificio, entrega, dedicación absoluta y algo de suerte. Los muchos Savonarolas de nuestros días se agazapan en las redes sociales y las utilizan para dictar sentencias instantáneas ante todo lo que suceda, a buscar en la masa gregaria la fuerza que no tienen sus argumentos, pero sí emana de su dogmatismo. Sin embargo, en la vida fuera de las redes también abundan los censores y emuladores de estos personajes. Hace unos días una profesora de arte de EEUU, del estado de Florida, tuvo que dimitir de su puesto, y dejar su colegio, por mostrar en clase imágenes del David. Los padres de algunos alumnos, al saberlo, pusieron el grito en el cielo, alegando que esa obra es pornografía, y que era totalmente inapropiada para ser enseñada a sus hijos o a cualquier otro. La presión fue de tal calibre que la profesora optó por huir y dejar su trabajo, en medio de la indefensión total por parte de autoridades educativas y la indignación de todos aquellos que hemos conocido la noticia. ¿Todos? No. En ese colegio de Florida, por ahora, los Savonarolas han triunfado

El ayuntamiento de Florencia ha decidido dar un premio a esa profesora en reconocimiento a su labor y, supongo, como desagravio ante lo que ha vivido. Bien por la institución municipal, pero este suceso, lamentable, muestra que la intolerancia que se vivió en los tiempos en los que la obra se creaba sigue con nosotros, y de hecho se ve reforzada por el enorme altavoz que las redes sociales otorgan a los descerebrados que, en su ignorancia, sólo ven el mal donde no lo hay. La historia, como antes señalaba ha juzgado y dejado claro quién es el triunfador de la contienda, pero nos corresponde a nosotros, en nuestro mundo y tiempo, seguir trabajando para que los Savonarola que no dejan de surgir no lleguen a causar daños. Y también, ya puestos, buscar a algún Miguel Ángel, que no nos vendría nada mal en este mundo tan clónico y grisáceo.

jueves, marzo 30, 2023

Luz en la oficina (para FMC, LBB, GMA y SGJ)

El trabajo no es la vida, y no vivimos para trabajar, pero trabajar es necesario para obtener ingresos y vivir a cuenta de ellos, es una responsabilidad personal y, en cierta manera, un compromiso social. A veces es cierto que el trabajo realiza, otras es una pesadilla, pero no deja de ser la manera en la que hemos organizado nuestras sociedades. Pasamos muchas horas al día en el trabajo y establecemos en él relaciones personales que tienen una valía sólo por el hecho de que otras personas también están como nosotros. Distintas en casi todo, iguales en sus deseos de mejora, de búsqueda de ingresos, de una vida mejor para ellas y los suyos.

Ayer, en un día un poco especial para mi, un grupo de compañeros de una rama hermana del Ministerio en el que trabajo me hicieron un pequeño agasajo y regalo, que para mi fue tan inesperado como ilusionante. Ellos, junto al resto de miembros de esa rama hermana, ocupan provisionalmente parte de las oficinas en las que nosotros trabajamos habitualmente, a la espera de que les proporcionen unos espacios propios en un edificio cercano. A estos compañeros, en concreto, les han juntado a lo bruto en una sala de reuniones interior, sin ventanas, con una de las cuatro paredes hecha de cristal, pero cubierta en parte con un envoltorio plástico translúcido que tiene su sentido cuando la sala se usa para encuentros de trabajo, pero supone una venda para los ojos si, permanentemente, está ahí dentro. Ayer, sin embargo, estos compañeros consiguieron crear luz de verdad en su angosto hueco, y puede ser beneficiario de ella, lo que me supuso una gran sorpresa e ilusión, y me hizo pensar mucho, a lo largo del día, sobre cómo en cada una de nuestras jornadas, más allá de que hagamos lo que debemos hacer por nuestra responsabilidad profesional, vamos sembrando luces o sombras en nuestros entornos de trabajo. A lo largo de unos cuantos años ya de carrera profesional me he ido encontrando con muchos tipos de compañeros, la mayor parte de ellos han ejercido labores de jefe, porque en este empleo no tengo cargo alguno y debo hacer lo que casi todos me piden que haga y, en general, mis experiencias han sido positivas. Cada uno es como es, con sus particularidades, ventajas e inconvenientes, pero los entornos de oficina como este obligan a compartir labores, deberes, vidas y problemas, y más en espacios diáfanos como los que se llevan ahora en este mundo, donde la intimidad es algo que casi se busca ocultar. No he tenido problemas serios con ningún compañero y a más de uno de los que aquí han estado y permanecen les puedo llamar amigo, y es cierto que al trabajo uno no va a hacer amigos, pero se pueden encontrar aquí perfectamente. Hay personas de valía extraordinaria de las que he aprendido mucho, tanto en lo profesional como en lo personal, también hay algunos otros más cascarrabias, que se salen poco de las vías por las que transitan y uno debe saber hasta dónde puede llegar y cuándo apartarse para no ser arrollado, y así poco a poco se va confeccionando un catálogo de recuerdos de momentos en el trabajo que se quedan mucho más que los hitos laborales que se debieron alcanzar (ya puestos, sí, se logran) y de los números que rodean en todo momento lo que hago en el día a día. Quizás llegue un momento en el que las inteligencias artificiales nos manden a todos a casa y tengamos un serio problema de productividad, ingresos y de sentido social, pero hasta entonces, cada día, somos personas y trabajamos con personas, a ellas nos debemos y con ellas compartimos atardecer, problema, obligación y desempeño, y es de las relaciones con las personas, de sus detalles, de tus errores y arrepentimientos, de lo que uno al final se acaba acordando por encima de todo. El trabajo es un entorno de relaciones que deben ser cuidadas en extremo, y no por el interés de una carrera de ascensos, no, sino por mera deferencia a los que nos rodean. Y cuando, como ayer, uno es objeto de esa atención, no puede sino dar las gracias, reconocerlo, y guardar en un lugar especial de su memoria el recuerdo de lo vivido, un lugar que sea seguro, custodiado como merece por el gran valor de lo que guarda.

Aprovechando que era una tarde distinta, salí un poco antes de la oficina y me di un paseo de camino a otra estación de metro, no la más cercana. Era la de ayer una tarde en la Madrid se vestía de verano, la primera del año de esas en las que esta ciudad te muestra su cara más cálida. Niños por doquier en las aceras al ser jornada escolar, tráfico intenso, negocios atestados, vitalidad de primavera con árboles que ya muestran sus hojas, pero sin alcanzar la plenitud. Una tarde luminosa, sin apenas nubes ni viento, serena y apacible como diseñada a propósito. Una tarde, pensaba, que cerraba un día laboralmente bueno, excelente en lo personal, en el que la luz había conseguido llegar hasta lo más profundo de un gris y burocrático edificio del gobierno.

miércoles, marzo 29, 2023

Tik tok, tik tok

Si exceptuamos las aplicaciones dedicadas a la mensajería instantánea, tipo Whatsapp o Telegram, probablemente Tik Tok sea la red social más utilizada del mundo en este momento, y sólo Youtube le pueda disputar el número de usuarios, aunque no sea exactamente una red. Facebook no vive sus mejores tiempos, twitter, que siempre ha sido una red de nicho, sigue convulsionada cada vez que el excéntrico Musk anuncia algo que pueda afectar a su funcionamiento, y sólo Instagram le hace sombra en cuanto a intensidad de uso por parte de sus enganchados y, sobre todo, capacidad para monetizar, hacer negocio y viralizar contenidos.

Una cosa fundamental distingue a Tik Tok del resto. Es china. Mientras que las demás redes sociales son norteamericanas, y sus sistemas, diseño y gerencia se encuentran en el entorno de Silicon Valley, Tk Tok es de propiedad china, de una empresa radicada allí llamada Bytedance, que a lo mejor a usted no le suena mucho. Propiedad china implica participación del gobierno de Beijing, dado que nada de lo que allí sucede es ajeno al totalitario régimen que dirige el país, y por ello las acusaciones sobre el uso que esta red social hace de los datos de los usuarios, que son generalizadas al resto de empresas de este tipo, se mezclan con el presunto espionaje que efectúa el gobierno chino, usando Tik Tok como tapadera. ¿Es esto así? Casi tan seguro de que es cierto como de que de la misma manera opera el gobierno norteamericano con la información que recopilan las redes sociales radicadas en su territorio, y casi con la misma certeza de que nuestro gobierno no tiene datos de nosotros por esa vía porque las aplicaciones que usamos no son españolas. El espionaje no es algo que sea voluntario por parte de los gobiernos, sino que es consustancial a los mismos, todos lo hacen, y con todos los medios de que dispongan, y es obvio que las naciones más poderosas y capaces lo realizarán con mayor eficacia. Por tanto, no debemos escandalizarnos a priori porque China nos espíe a través de sus apps, sería ingenuo pensar que no lo hace. El problema es que, embarcados como estamos en una pseudo guerra fría entre EEUU y China el que Beijing pueda saber cosas de los ciudadanos norteamericanos mediante la app de los vídeos cortos es algo que, con cierta lógica, obsesiona a Washington. Amparado en la demanda de la privacidad de los usuarios, que recordemos no exige a las empresas propias, el gobierno y legislativo norteamericano ha emprendido una campaña de pesquisas y comparecencias que pueda acabar con un dictamen que prohíba Tik Tok en aquel país. Por el momento no se permite la instalación de esa app en los teléfonos corporativos de los empleados del gobierno, y esa medida también ha sido adoptada entre los de los funcionarios de la Comisión Europea, y es probable que se extienda más redes corporativas gubernamentales occidentales. En una de las últimas comparecencias ante el Congreso de EEUU, uno de los mayores responsables de ByteDance explicó que la gestión que hacen de los datos de los usuarios norteamericanos se realiza por parte de personal norteamericano y en servidores situados en el territorio de EEUU, sin que la matriz china tenga acceso a ellos. El ejecutivo sonaba convincente en su declaración, aunque es probable que estuviera ocultando gran parte de la verdad. Lo cierto es que, para el gobierno chino, y para las apps de inteligencia artificial que está desarrollando, el caudal masivo de información que generan los usuarios de Tik Tok en el mundo es una joya de valor incalculable. Miles de millones de usuarios, dentro del país y fuera, utilizan a diario la app para el ocio, la divulgación, el entretenimiento o para todo lo que uno se le pueda ocurrir. Lo cierto es que en el mundo virtual en el que nos encontramos, el enfrentamiento entre EEUU y China también es ya total, y Tik Tok es ahora un campo de batalla abierto.

El principal problema que tiene Tik Tok, es que, admitámoslo, es un éxito absoluto, funciona. Quienes la conocen afirman de manera unánime que su algoritmo es el más preciso y eficiente de entre todos a la hora de recomendar vídeos y contenidos que sean adictivos para el usuario, y eso hace que su capacidad de enganche sea bestial. Ha superado a las redes norteamericanas en su eficiencia a la hora de tener atrapado al usuario, y actualmente no tiene competencia en ese aspecto. Que China haya logrado algo así asombra, y asusta, porque no estamos ante un mero caso de copiado de tecnología occidental. En este caso el imitador ha superado al maestro.

martes, marzo 28, 2023

Grave crisis en Israel

Una de las peores herencias que va a dejar esta legislatura es la de la descarnada lucha partidista por el control de las instituciones judiciales. PSOE con sus socios y el PP se han lanzado a la batalla arrojándose portavoces y componentes del CGPJ y demás órganos de gobierno de los jueces, lo que ha servido para bloquearlos y degradar tanto sus funciones como la respetabilidad que a ellos es debida. Es seguro que este era el fin último de algunos de los sediciosos y otros amigos del gobierno actual, pero es responsabilidad de los dos grandes partidos mantener la seriedad institucional y es suya la culpa del estado en el que quedan los órganos judiciales. ¿hasta dónde serían capaces de degradarlos si tuvieran mayorías suficientes?

Quizás lo que intenta hacer Netanyahu en Israel sea una respuesta, siniestra, a esa pregunta. Allí, con un montón de causas abiertas por corrupción contra ese primer ministro, eterno factótum de la política israelí, Netanyahu ha descubierto que la manera más directa que tiene para verse libre de los delitos de los que se le acusa es la de nombrar, desde el gobierno, a los jueces que componen el Tribunal Supremo, buscando así la vía directa para que si, alguna de las causas llegue a esa última instancia, sea sobreseída por quienes le deben el favor de sentarse en ella. La reforma judicial que plantea el gobierno de Israel es un atropello a la separación de poderes, una burla al estado de derecho, y otra muestra más de esa preocupante ola de populismo que se filtra por todas las naciones, que otorga legitimidad plena a los gobernantes salidos de refrendos populares y considera que no hay tribunal alguno que pueda oponerse a sus designios. Frente a una elección del pueblo, ¿quién es un juez para llevarle la contraria? Este argumento es algo resbaladizo y muy peligroso, porque la ley, que nos somete a todos, es la garantía última de que el que tiene poder se vea controlado, y el que no lo tiene, no sea sometido. Si los tribunales no pueden revocar decisiones del ejecutivo, entonces nada separa de una presidencia elegida de un gobierno dictatorial, sólo un refrendo previo en las urnas que es usado como coartada para legitimar todo tipo de decisiones arbitrarias. Este comportamiento, que asombra tanto como asusta, ha estado confinado durante décadas en naciones sometidas a dictaduras clásicas, siendo Latinoamérica el escenario perfecto donde más se ha llegado a utilizar esta infame manera de ejercer el poder, pero es algo que en los últimos tiempos se extiende de manera peligrosa por nuestro ámbito político. Cuando desde la incompetencia de los ministerios de Podemos se ataca a los jueces por la aplicación que hacen de la nefasta ley del sólo sí es sí se está incurriendo en ese vicio. Cuando el desalmado de Trump llama a la movilización de sus fieles para denunciar que está siendo sometido a cacería por parte de los tribunales que estudian sus numerosos presuntos delitos está buscando que la masa le amnistíe y condene a los que usan el estado de derecho para regular los comportamientos. En definitiva, actitudes infames que hace no mucho hubiéramos visto como inconcebibles se expanden en nuestras sociedades, en nuestras estructuras políticas, fomentadas por personajes que buscan su propia supervivencia y seguir asidos al poder como único objetivo vital, siendo lo demás obstáculos que deben ser removidos para ello. Demagogia, mentiras, discursos retorcidos, propaganda construida y difundida por medios afines, todo sirve para enmascarar lo que no es sino un acto ilegal, una violación de la ley, un intento de eludir las responsabilidades desde el poder y, también, un ataque a la democracia entendida como lo que es, un régimen de derechos y libertades con control del poder y sometimiento a la ley.

Las mayores manifestaciones que se recuerdan en las ciudades israelitas en mucho tiempo han logrado que Netanyahu, ayer, anunciara que aplaza durante un tiempo su reforma judicial. Busca el mandatario aplacar la ira de una sociedad que ha visto en él lo que es, un soñador de autocracias, y confía en que un tiempo de espera sirva para disolver las protestas y le permita ganar tiempo para volver a intentar la reforma en el futuro. Pero la sociedad israelí, bastante más madura que la nuestra, visto lo visto, se niega a ello, y aunque ahora afloje la presión ha demostrado que valora mucho más la democracia y el régimen de libertad en el que vive que lo que un político obseso por el poder podía ser capaz de imaginar. La ley ha ganado esta batalla en Israel, pero la guerra a la que la somete Netanyahu continua.

lunes, marzo 27, 2023

Peligro por exceso de velocidad

Las señales de peligro por exceso de velocidad en la carretera tienen sentido porque se puede correr mucho. No aparecen en los caminos peatonales, porque es imposible que andando o corriendo alcancemos velocidades peligrosas. El tener cuidado con la velocidad es algo que llegó con los trenes y coches, y lo tenemos interiorizado, pero el concepto de velocidad en nuestras vidas ha llegado más recientemente, y aún no hemos aprendido a asimilarlo, y la aceleración que conlleva trae también el incremento de posibles accidentes, ya no sólo en la carretera. En los mercados financieros, y de otro tipo, es algo que cada vez influye más. Y es más incontrolable.

Ayer al mediodía un analista puso en twitter un gráfico en el que comparaba los balances de determinadas entidades financieras de la eurozona según su exposición al crédito inmobiliarios de tipo comercial (oficinas, locales de negocios, etc) y el riesgo que eso suponía, y la entidad que peor parada le salía de Europa era la española Bankinter. El tuit empezó a circular, en un domingo con los mercados cerrados, y al poco rato los responsables de comunicación del banco, y algún que otro analista, publicaron mensajes en los que denunciaban que el gráfico estaba mal hecho. Había confundido préstamos con garantía comercial con los de garantía real, hipotecas sobre viviendas principalmente, de tal manera que la exposición al riesgo que quería denunciar el analista original era mucho menor para el banco español de lo que parecía. Al ver todo esto me apreció obvio que se estaba empezando a crear un problema donde no lo había, e hice mi pequeña y, a buen seguro, insignificante aportación, difundiendo entre otros analistas económicos de prestigio la información del banco y la de aquellos que habían detectado el fallo en el gráfico original. Si todo ha ido como es de esperar, hoy Bankinter sufrirá en bolsa o no, en función de cómo reaccione el mercado a lo que pasó el viernes, pero no más que el resto de entidades. Si no se llega a reaccionar tras las primeras informaciones de ayer es bastante probable que la entidad hubiera recibido hoy un castigo en los mercados y su nombre empezase a sonar entre las entidades con “problemas” que se están sucediendo estos días. En apenas unas horas la actuación diligente de los equipos del banco y de algunos expertos en balances bancarios (yo no lo soy) lograron atajar un inicio de crisis reputacional, que podría haber degenerado en otro tipo de crisis mucho más grave. La información en twitter y demás redes sociales corre a una velocidad de vértigo, y los usuarios de la banca ya no necesitan hacer cola delante de sus entidades para sacar el dinero y llevarse a otro lado. Silenciosamente abren sus apps y operan con ellas, modificando el saldo de sus cuentas y alterando el balance real del banco con sus actos por internet. El pánico bancario, la corrida de depósitos, todo eso se puede dar sin escenas en las calles, porque la virtualidad ha llegado a ese mundo. Y claro, todo a una velocidad de vértigo, ante la que las decisiones clásicas son demasiado lentas, y los mensajes a la calma no logran el efecto que sí podían tener en parte de la población que, ante problemas, debía acudir físicamente a su entidad. La vorágine de internet es capaz de devorar no sólo la imagen de un famoso, o de cualquiera, por medio de una campaña de acoso, como comprobamos desgraciadamente a diario, en procesos inquisitoriales que, vía efecto manada, se producen de un día para otro. También puede liquidar la solvencia de una entidad en horas si los depositantes, apps en mano, actúan movidos por el nerviosismo. En este caso la aceleración que se ha producido en todos los procesos es bárbara y la velocidad a la que se desarrollan tan fulgurante que las probabilidades de que se produzcan accidentes es elevadísima, Y aquí aún no tenemos señales de peligro asociadas a lo rápido que puede circular la información, porque ni si quiera somos plenamente conscientes de ello.

Como corolario de lo de ayer, no pude evitar pensar la cantidad de gente que, en banca y sistemas financieros, debe de estar ahora trabajando de guardia, día y noche, sin descanso, en un momento de tensión como el que vivimos. No hay festivos ante un mundo que no cesa y cientos de profesionales deben estar relevándose para que las redes y gestión de datos de los bancos de todo el mundo estén al quite de lo que se publica en todo momento y puedan salir al paso para dar su versión y atajar lo que puede ser una vía de agua en sus cuentas. Hoy en día el poder de la información es brutal, y su uso requiere de un cuidado exquisito. No todos son conscientes de ello. Y lo que es peor, algunos, que quieren hacer el mal, sí que lo son.

viernes, marzo 24, 2023

París es una bronca

También habría podido titular el artículo de hoy como “arde París” y es que la capital francesa da juego para frases hechas y desvaríos. Resulta un lugar de lo más bucólico y cursi cuando quiere explotar eso de la luz y el amor, pero el ramalazo bronco francés es capaz de transformar el más encantador boulevard en un campo de batalla lleno de incendios, barricadas y enfrentamiento entre fuerzas del orden y manifestantes que protestan por cualquier cosa. La degeneración violenta que sufren las manifestaciones en Francia es algo que llama mucho la atención, sobre todo desde aquí, donde somos acusados de bárbaros atrasados y contadas son las ocasiones en los que los antidisturbios deben intervenir tras una protesta.

Esta vez han sido las pensiones. Macron tenía su reforma como uno de los hitos fundamentales en el programa electoral, pero el caos pandémico retraso el proyecto. La anterior gran revuelta, la de los chalecos amarillos, demostró que hay un caldo de cultivo de ira en la sociedad francesa que puede saltar con cualquier cosa, y este tema es lo suficientemente sensible como para aunar a los que se oponen desde ópticas muy distintas y los que lo ven como la excusa perfecta para atacar a un gobierno que consideran distante y elitista. El problema de las pensiones es algo que afecta a todas las naciones europeas, con una longevidad extrema, natalidad deprimente y envejecimiento acelerado. Súmenle a ello una productividad menguante, en la que la dinámica demográfica también juega para frenarla, y tendrán un cóctel económico bastante tóxico. El que la masa de pensionistas sea cada vez mayor en el conjunto de la sociedad, léase aquí electorado, hace que las decisiones de los gobiernos cada vez se sesguen más hacia sus intereses, creando agravios que, en naciones como la nuestra, son sangrantes, con el sueldo juvenil bastante por debajo de la pensión media. Francia tiene, como nosotros, un sistema de jubilación generoso, siendo aún más injusto en su caso por albergar privilegios heredados de sectores que usaron su poder para otorgarse ventajas respecto a otros (todo el que tiene poder está tentado a ejercerlo en su propio beneficio) y con una edad media de retiro menor a la de otras naciones europeas. La reforma de Macron busca pulir ambos asuntos, extendiendo un régimen general común, recortando así ventajas de profesionales muy concretos, y alargando la edad de jubilación media de los 62 a los 64 años. Dado el sistema político francés, centralista y presidencialista en extremo, Macron no necesita si quiera el aval de las cámaras para llevar a cabo su reforma. Siempre quedaría más legitimada de tenerlo, pero puede optar al decreto, como ha hecho, hurtando al parlamento el debate y votación de la norma. Es lo que tiene tener un presidente elegido por sufragio directo de los ciudadanos y una constitución que, en el fondo, mantiene una nostalgia de los reyes versallescos, aunque Francia fuera la nación revolucionaria que los decapitaba. Las formas y el fondo han servido de aglutinante a protestas y huelgas de todo tipo, legítimas, y a broncas callejeras organizadas por alborotadores profesionales que llevan causando destrozos en París y otras ciudades galas desde hace semanas. Como siempre en estos casos, el argumento de los que protestan debe ser escuchado y estudiado, mientras que los que destrozan cosas carecen de argumento. La tensión que se vive en la política y sociedad francesa es elevada, y Macron confía en que el mero tiempo sirva para hastiar a los manifestantes y los vaya llevando poco a poco a la irrelevancia, pero es verdad que, al poco de empezar su segundo mandato, a poco más de un año de su reelección y con aún cuatro por delante, su presidencia se encuentra en horas bajas, con un rechazo popular elevado y con la sensación de que parte de la sociedad no le respeta.

Francia, en cierto modo, es el reflejo de una Europa sumida en problemas profundos, de largo plazo, más allá de lo que son las miserias políticas diarias que nos lanzan los gobiernos y sus medios. La demografía menguante, economías que no crecen con fuerza, la dependencia del exterior para la seguridad y la energía, los destrozos causados por la guerra de Ucrania… una cierta sensación de agotamiento y miedo existencial al futuro se apodera de parte de nuestras ricas sociedades, que temen dejar de serlo ante la pujanza de otras que vienen pisando con fuerza, con China y, en general, Asia, como rivales aparentemente inalcanzables. El debate que existe en Francia sobre cómo construir nuestro futuro social, y que aquí se elude, es mucho más importante de lo que parece, y por ahora hay más preguntas que respuestas.

jueves, marzo 23, 2023

Dictadores, banderas e intereses

Mientras en España perdíamos el tiempo debatiendo de manera absurda algo que no era nada, en otros lugares del mundo personajes con poder sí trazaban planes y fortalecían alianzas. A buen seguro han visto esa imagen, en el lujosísimo salón de San Jorge del Kremlin, en la que Putin y Xi Jinping posan junto a dos inmensas banderas de Rusia y China. Los mástiles son más bien postes y los lienzos patrióticos que cuelgan de ellos parecen mantelería de boda por su dimensión. Imagino a podemitas y voxeros muertos de emoción, y también envidia, al contemplar a los líderes a los que tanto admiran en secreto y envidian en público. Ya les gustaría a ellos mandar como esos dos dictadores.

La visita de Xi a Moscú ha dejado claro, por si alguno tenía dudas, en que bando milita China respecto a la guerra de Ucrania, y hasta qué punto su plan de paz es un guion trazado para que Kiev realice concesiones a Moscú, pero lo más interesante de este viaje es que se convierte en otro ejemplo del cada vez mayor impulso de la diplomacia china por hacerse un hueco en el mundo. Hace unas pocas semanas el gobierno de Xi aparecía como el muñidor de un acuerdo casi inimaginable entre Orán y Arabia Saudí, las potencias chií y suní, que llevan años enfrentándose a través de fuerzas indirectas en la cruel guerra de Yemen, y que son enemigos acérrimos en lo geopolítico y lo religioso. Pues bien, ahí aparecía en la escena el ministro de asuntos exteriores chino dando la mano tanto al representante del gobierno de Teherán como al del Riahd, en una escena de un enorme poder simbólico. Una zona convulsa, riquísima en petróleo, en la que occidente ha dictado fronteras, regímenes y acuerdos comerciales de todo tipo y que ahora pasa a estar bajo la influencia de China. El poder, como la naturaleza, aborrece el vacío, La huida de EEUU de Afganistán en el verano de 2021 fue vista por casi todos como lo que era, un repliegue de la superpotencia de un escenario en el que ha ordenado y mandado durante décadas. La pérdida de influencia de Washington en ese escenario es palpable, y quedó al descubierto cuando, al inicio de la guerra de Ucrania, el régimen saudí, tradicionalmente una extensión de la política y empresa norteamericana, no sólo se negó a condenar los hechos, sino que directamente se plantó ante la petición de Biden de que aumentase sus exportaciones de crudo para compensar las tensiones de precios en los mercados energéticos globales. La gasolinera del mundo, la nación a la que más barato le sale extraer y exportar el crudo, empezaba a no actuar como subsidiario de EEUU, y esto es un cambio radical, dado que el dominio que la casa de Saud ejerce sobre el territorio al que otorgó su nombre se debe, en origen al acuerdo con la Estándar Oil para la explotación de un recurso, el petróleo, que se intuía cambiaría el mundo. Y vaya que si lo hizo. Este vacío de poder de EEUU lo está ocupando China, que se presenta ante los regímenes autoritarios de la zona como el socio perfecto. Por el lado comercial, ofrece inversiones en caso de que el país lo necesite y una sostenida demanda de crudo para alimentar la economía china que va a garantizar negocio a los productores de crudo, y por el lado político… nada. Frente a los pesados occidentales que insisten en hablar de derechos humanos y transiciones a la democracia, China resulta ser una nación tan dictatorial como la de los sátrapas del golfo, los Ayatolas iraníes o cualquier otro dictador de la zona, y entre autócratas los acuerdos son mucho más sencillos. Y si alguien protesta tanto Riahd como Bejing saben hacer desaparecer a los periodistas o a quien ose alzar la voz con una eficacia criminal devastadora. Así, los pactos surgen, y el poder de China crece en una de las zonas estratégicas del globo.

En el fondo, y ahora que no nos oye nadie (espero que leer alguno sí, jeje) pactar con China es un peligro, es lo más parecido al abrazo del oso. La inseguridad jurídica que reina en la nación asiática y la posición de dominio que está adquiriendo lo convierten de facto en el socio determinante de toda relación, y su capacidad de extorsión a aquellos a los que exige cumplir lo que desea puede ser más que asfixiante, como bien experimentan ya varias naciones africanas, en las que China rapiña cada vez más productos. En el encuentro de Moscú, en aparente igualdad, Putin puede acabar siendo un vulgar subalterno de Xi y Rusia convertida en un territorio de explotación minera al servicio de China. Beijing reconfigura el mundo delante de nuestras narices.

miércoles, marzo 22, 2023

Lo de Tamames

Ramón Tamames es mucho más listo y culto que todos los parlamentarios que hoy en día se sientan en el Congreso, empezando por los incompetentes que le han reclutado para este triste espectáculo que se desarrolla ante nosotros. A sus noventa años conserva aplomo, capacidad de respuesta y un cierto gracejo. Es bastante probable que yo no llegue a su edad y, si lo hago, en unas condiciones mucho peores, por lo que no esperen de mi alusiones sarcásticas a los años que tiene o al aspecto que presenta. No tiene él la culpa de lo que sucede en estas sesiones, sino aquellos que, en un monumental ejercicio de pérdida de tiempo, han decidido crear este sainete.

El populismo es ruidoso, sectario, bronco, falso y, además de todo eso, ineficiente. Durante los años de esta deprimente legislatura hemos tenido la oportunidad de comprobar cómo se las gasta en su versión extrema izquierda, soltando mentiras sin cesar, escribiendo leyes mal redactadas y causando daños allí por donde avanzan. Apenas nada se puede salvar del paso de Podemos y demás tropa por unas instituciones que han arrastrado por el fango con su actitud, formas y decisiones. Frente a ellos, nada agazapados, espera el reverso para llegar al poder, el populismo que se envuelve en la bandera patria para esconder la misma incapacidad, brutalismo y afán sectario. Vox apenas ha tocado poder en algunas regiones y todas sus medidas han sido disparates absurdos, meteduras de pata y declaraciones en las que el concepto de bocazas quedaba perfectamente definido por la gracia de quien las emitía. La indigencia intelectual, elevada en el conjunto de la clase política nacional, sumidero de personas de poca valía, en la que aquellas que más capaces son tratan de huir, es sumaria en las formaciones populistas, que viven a golpe de tuit zafio y ruido mediático autogenerado por sus cámaras de eco, que replican sin cesar propaganda de un nivel nauseabundo, que deja a las mentiras impulsadas a diario por Moncloa en piezas dignas del museo de la retórica. El espectáculo de una moción de censura absurda que contemplamos estos días es fruto de las inteligencias de Vox, a las que Chat GPT supera en todos los test que puedan realizarse. Visto desde la óptica del estratega político, que piensa en frío y actúa en función de cómo evoluciona el entorno, el declive en el que se encuentra el gobierno de coalición, fruto de errores propios y de la división entre sus componentes, es la mejor de las bazas para que la oposición saque rédito. Como recordaba hace no mucho Felipe González, preguntado ante el último disparate emanado de la boca del vicepresidente Iglesias, no movería un dedo para sacar del error a mi adversario, y por cada uno que cometa nada haré para evitar que siga en ello. Dejar que el gobierno se vaya cayendo ante la realidad y las consecuencias de sus errores es la táctica más limpia y práctica que tiene ahora la oposición. Por ello, organizar este espectáculo de censura sólo sirve, la verdad, para que Sánchez y Yolanda Díaz puedan mitinear desde la tribuna del Congreso sin límite de tiempo, frente a un candidato a presidente, Tamames, ninguneado por la propia formación que lo ha propuesto para el cargo. Dada la velocidad a la que se desarrollan los acontecimientos es muy probable que en una o dos semanas todo esto que vemos se haya quedado en el baúl de los recuerdos y apenas genere efectos. Las vacaciones de semana santa y, tras ellas, el esprint de la campaña electoral de las municipales y autonómicas lo llenarán todo. Quedan dos meses casi exactos para esos comicios, y las encuestas muestran una erosión del voto socialista y ascenso del PP, pero con el determinante papel de los populistas de izquierda y derecha para condicionar la gobernabilidad tras los resultados. Pasar del chantaje podemita al voxista no es un avance, sino quedarse en donde estábamos.

Se las razones que permiten que estas formaciones cosechen votos y se los quiten a los partidos clásicos, leo y escucho a los que de esto controlan y los argumentos son convincentes y reiteraos, y se dan aquí y en otras naciones, pero, en el fondo, no entiendo cómo alguien puede votar a semejante panda de inútiles, a los que ninguno de nosotros contrataría para darle un trabajo, o confiaría para cualquier cosa que nos importase. Millones de papeletas tendrán impresas, en las siguientes elecciones, unas siglas que se basan en el odio y la mentira, y cuyo único fin es obstaculizar, perseguir al contrario, impedir el avance. Bien los sabe Tamames, que fue encarcelado por un sectarismo por el hecho de militar en el otro sectarismo de la época.

martes, marzo 21, 2023

Suiza, tocada

Recordaba ayer Juan Ignacio Crespo un dicho atribuido a Voltaire, y que reza que si ves a un banquero suizo saltando por la ventana, corre tú también a hacerlo, porque seguro que es una manera de ganar dinero. El nivel de riqueza alcanzado en ese montañoso país centroeuropeo resulta tan elevado como oscuras han sido las tácticas empleadas para atesorarlo. Neutral de hecho, aliado de todos para conservar sus riquezas, su secreto bancario ha sido tan profundo como las raíces alpinas de las montañas que llenan sus paisajes. Belleza natural extrema, según cuentan los que allí han estado, y precios a tono de las fortunas atesoradas.

Por eso el derrumbe de Credite Suisse es una de esas noticias que marcan un antes y un después, algo que uno cree que sólo pasa en países que considera mediocres, como el propio, y nunca en los idealizados ajenos, donde todo es bello y fantástico. Así es el papanatismo del pobre y sus complejos. El Credite llevaba en la picota de los medios desde hace ya bastantes meses, agobiado por claros fallos de gestión propia y problemas generales, pero su apellido, que denota su origen, era su principal salvaguardia. No hubo piedad con el Banco Popular ante una situación no tan grave como la de la entidad suiza, pero el Popular era un banco mediano de un país pobre y que no ejerce ningún papel en la zona euro, y su liquidación fue hecha sin remilgos. Cada vez que un analista comentaba cómo los números del Credite eran insostenibles se escuchaba un silencio por parte de las autoridades comunitarias, que nada podían hacer con esa entidad, pero que sí eran capaces de hablar con sus colegas helvéticos para que metieran mano en un pozo que empezaba a ser demasiado infecto. Ya a la vuelta del verano el ruido en torno al Credite empezó a ser sostenido, y la acción comenzó a caer sin remedio, y nunca volvería a subir. El marasmo organizado por el derrumbe de SVB originó la tormenta que ha pillado al Credite como lo que era, un cascarón tocado, y lo ha hundido definitivamente. Lo que no iba a tener consecuencias más allá de un petardazo en Silicon Valley ya se ha cobrado su primera gran víctima europea, en este caso fuera del área euro, y en uno de los paraísos mundiales de la banca, alojamiento de fortunas de todo el mundo a las que, por encima de todo, les encanta la discreción. Que en Suiza se hunda un banco es un notición. Que el gobierno y el banco central suizo se pasen todo el fin de semana trabajando para elabora un plan de rescate financiero y apagar el fuego de un pánico es algo que no sucedió ni tras la crisis de Lehman, y por ello lo de este fin de semana pasará a la historia de las finanzas globales. También lo hará la manera en la que se ha resuelto el entuerto, otorgando en la práctica a UBS el monopolio de la gestión privada de la banca en aquel país, y dotándole aún de un mayor carácter sistémico del que ya tenía. Suiza no ha dejado que entidades de otras naciones se queden con lo que era suyo, o metan las narices para ver lo que era de otros, y la UBS, con el respaldo del gobierno y banco central, se hará con el control de todo lo que tuviera en el balance el descuajeringado Credite, tanto lo gozoso como lo ponzoñoso. También se recordará durante tiempo las condiciones acordadas en lo que hace a la prevalencia de pérdidas, de tal manera que los accionistas han visto salvadas parte de sus carteras pero los tenedores de “Cocos” bonistas con opción a ser parte del capital de la entidad, cuyas participaciones se definen con un grado de seguridad mayor en caso de quiebra, sí van a ver cómo todas sus inversiones se esfuman. Es justo lo contrario de lo que dicta la normativa europea y norteamericana, que considera al accionista como un inversor de riesgo y se la juega y al bonista como un aportador de capital y, por ello, a proteger en caso de problemas. El que suiza haya decidido hacer las cosas al revés que el resto no tiene explicación clara, pero bien rápido han salido el BCE y al FED a decir que ellos no lo harían así. Eso frenó la sangría de las cotizaciones bancarias de ayer, que abrieron muy rojas y cerraron algo verdes.

Que Suiza se meta en problemas financieros supone la caída de un mito, de uno de esos baluartes que se consideran perpetuos en la mente de todos. No hay trama corrupta o defraudador de todo tipo que no haya llevado a Suiza parte del dinero que se ha apropiado, con la vista buena, o incluso agasajo, de las autoridades helvéticas, que saben mejor que nadie la oscuridad de las fuentes que financian su privilegio. Ahora el Bárcenas de turno ¿a dónde llevará sus mordidas? ¿Se verá obligado a esconderlas en casa en fajos de billetes? ¿Cuántos defraudadores de todo el mundo habrán perdido lo evadido en la caída de Credite? ¿Quiénes, entre ellos, fueron los más listos y derivaron sus cuentas a UBS cuando el barco empezaba a hacer aguas?

viernes, marzo 17, 2023

¿Se acerca ya la recesión?

Esta semana ha sido una pesadilla para los financieros y, en general, para todo lo relacionado con la economía. El que el lunes 20 sea festivo en Madrid le vendrá genial a más de uno para descansar. Hemos visto sustos de todo tipo que han empezado a tambalear la estabilidad de bancos, activos y demás variables del mundo del dinero, y es probable que esto sólo haya empezado, porque los tipos siguen altos y, tras la decisión de ayer del BCE de subirlos el medio punto que estaba previsto, más tiempo van a estar ahí en lo alto y causando efectos. La economía financiera ha entrado en un periodo de inestabilidad.

¿Y la economía real? Si recuerdan, a la vuelta del verano estábamos todos nerviosos porque las previsiones, y sensaciones, nos auguraban un otoño invierno muy duro. Finalmente no ha sido para tanto y esto ha resultado ser una de las mayores sorpresas, positiva, de los últimos tiempos. Quizás el precio de la energía, disparado en agosto, flojo en invierno, nos ha ayudado mucho más de lo esperado. Puede que también los restos del ahorro pandémico, que dan para mucho, hayan seguido tirando de la demanda, o el mero hecho de desear el disfrute por encima de todo lo demás para superar el recuerdo del encierro vivido hayan logrado que, desde septiembre, las estadísticas macro hayan recogido una subida suave de las variables y, en ningún caso, el desplome de la recesión que se temía y anunciaba. En las bolsas se produjo un suelo en septiembre octubre y, desde entonces, los mercados han subido con solidez, con inusitada solidez si me apuran desde enero, y sólo estas últimas semanas se ha visto un agotamiento de esa fuerza alcista, junto antes del gran tropezón de estos días. Podemos acudir a un montón de encuestas, fuentes de datos y nos mostrarán una economía que, a pesar de todo, resiste. Y no les voy a engañar, me tiene muy sorprendido, gratamente, pero sin saber muy bien el por qué. Si, como señalaba el pasado domingo Rafael Domenech, jefe del servicio de estudios del BBVA y uno de los maestros del análisis y previsión macroeconómica en España, si nos dijeran en septiembre que en marzo íbamos a estar con los datos que tenemos no nos lo hubiéramos creído. En medio de la sorpresa, los organismos internacionales han ido cambiando sus escenarios de previsión y, de manera unánime, han elevado las estimaciones de crecimiento de PIB sea cual sea el área y la temporalidad analizada. ¿Se pecó de pesimismo entonces? Visto desde ahora parece obvio que sí ¿Se peca de pesimismo ahora? Sólo el tiempo nos lo dirá, y semanas como esta que se acaba recuerdan que las bases que sostienen la estabilidad financiera y la confianza de los agentes pueden ser mucho más frágiles de lo que parecen. No se han conocido episodios históricos en los que ascensos de tipos como los que estamos viviendo no hayan generado luego caídas en la economía. La inversión de la curva de tipos (rinde más un título de deuda a corto plazo que a largo) se prolonga ya desde hace muchos meses y suele ser un indicador casi seguro de recesiones. Si uno escarba entre los datos podrá llegar a conclusiones de todo tipo, y eso me hace, personalmente, tener la extraña sensación de no saber dónde estamos. Desde que el otoño se encontraba avanzado y las economías occidentales no caían empecé a tener una sensación creciente de desorientación, de no saber el por qué de lo que sucede, la falta de certezas. Algo nos estamos perdiendo todos a la hora a analizar datos y recopilarlos que nos confunde ¿Empiezan a hacer efecto la riada de fondos europeos de recuperación? ¿La digitalización impulsada por el Covid ha hecho aflorar economía sumergida al mundo real y ahora vemos en el PIB cosas que antes estaban ocultas? ¿Es la disparada inflación lo que modifica el comportamiento de los agentes y leva a las estadísticas por donde no se esperaba? ¿Ha cambiado algo en la estructura de nuestras economías que está generando efectos reales?

Estas preguntas, y otras muchas, son apasionantes. Lamentablemente no tengo respuesta para ellas, y me temo que por ahora casi nadie ofrece alternativas. El miedo a que lo anunciado como recesión inevitable en otoño se presente en primavera crece tras días como los vividos, pero la prudencia, y la modestia, obliga a ser precavidos y a analizar la realidad con el máximo cuidado, a sabiendas de que estamos en una coyuntura volátil, cambiante y con pocas certezas sobre a dónde nos dirigimos, y expuestos constantemente a factores externos, la guerra como uno de los determinantes, cuya evolución es una variable completamente desconocida y sobre la que nada podemos hacer. Confiemos en que no llegue la recesión, pero preparémonos por si, como parece cada vez más probable, lo hace.

jueves, marzo 16, 2023

El BCE en su laberinto

El calendario de reuniones del BCE con decisiones de política monetaria se hace público al inicio del año, y hoy toca. La decisión prevista para esta reunión se anunció hace ya meses y es la de subir los tipos un 0,5% para seguir luchando contra una inflación que sigue desatada en la zona euro. Hasta aquí todo conocido, pero ahora viene el mundo real, que está lleno de incertidumbre. Nadie podía prever que en la semana de marzo en la que se reúne el BCE iba a desatarse un terremoto financiero que, iniciado en California, ya afecta a entidades europeas, hechas polvo desde antes, sí, y no de la zona euro, pero europeas.

A unas horas de la decisión, hoy a las 14:15 hora española, hay muchas dudas sobre lo que va a hacer el BCE. Las opciones son variadas. Un grupo de expertos dice que debe mantenerse en sus trece, llevar a cabo la subida de tipos prevista, porque su obsesión debe ser controlar los precios y manda así un mensaje de firmeza, y que en la posterior rueda de prensa debe tratar de infundir calma al mercado bancario europeo garantizando apoyo y líneas de liquidez si llega el caso. Otro grupo de expertos opina que una subida de tipos del BCE en la coyuntura actual es, pese a estar anunciada, muy peligrosa, y que contribuiría mucho más a exacerbar el caos financiero que a luchar contra los precios. Entre estos expertos hay subdivisiones, porque la mayoría opina que una solución de compromiso es que suba los tipos un cuarto de punto, la mitad de lo previsto, como señal de que le importa lo que le pasa en el mercado financiero, con el discurso de apoyo y estabilidad que antes mencionaba, y otro subsector de expertos opina que, directamente, el BCE no debe subir los tipos hoy, que debe quedarse en posición de “esperar y ver” y, con el discurso apaciguador que todos recomiendan, no mover ficha hasta que la marejada financiera se calme. Los defensores de las subidas creen que un movimiento de renuncia del BCE a mover tipos le dejaría a merced de los mercados, destruiría parte de su credibilidad en la lucha contra la inflación y dejaría a ese gran problema desbocado. Los defensores de que el BCE no suba los tipos opinan que el daño que puede causar con la subida a los balances bancarios en momentos de alta tensión puede ser mucho más intenso y rápido que todo lo sirva para frenar a medio plazo los precios, y que debe optar por el mal menor de la incertidumbre de precios frente al riesgo inmediato de fallas en entidades europeas que son objeto de supervisión por parte del regulador. Todas estas opiniones aquí mostradas son ciertas, y tienen gran parte de razón, y se basan en argumentos reales y en percepciones que no son nada desencaminadas. El problema es que no hace falta ser un genio para darse cuenta de que son incompatibles entre ellas. El BCE no puede subir y no subir los tipos. Más allá de las decisiones que tome vía rueda de prensa, donde Lagarde no es el sibilino genio que demostró ser Draghi, la verdad es que tiene que optar por algo. Los 0,5, el 0,25 o la nada. Leyendo a varios comentaristas ayer las apuestas se decantan porque optará entre la primera o segunda de las alternativas, es decir, que algo sí subirá los tipos, pero de no haber duda alguna sobre lo que iba a hacer a la situación actual hay un mundo, que es el desplome de la banca que se vive en todos los parqués bursátiles. La posibilidad de que estemos ante una tormenta intensa pero pasajera o ante el inicio de una recesión también es objeto de discusión entre muchos expertos, y a medida que pasan las horas la opinión se vuelve más lúgubre sobre lo que va a pasar en los próximos meses. Ha querido la fortuna que sea hoy el BCE el primero que tenga que examinarse ante una plaza llena de astados peligrosos, dejando a la FED la oportunidad de hacerlo después, por caprichos del calendario.

Los defensores de que el BCE no actúe con los tipos defienden, sin decirlo muy alto, un argumento perverso pero que tiene su aquel, que es que, si como parece, esto es el acto inaugural de la recesión a la que vamos, la inflación caerá por la destrucción de demanda fruto de la propia recesión, así que no es necesario tensar demasiado los tipos, que ya han provocado lo que buscaban. Puede ser, pero el problema es que sabremos si esto es realmente así dentro de unos meses, y las urgencias bancarias, suizas o no, están aquí y ahora, y los precios siguen disparados, en EEUU y en Europa. Hoy el BCE tiene una de las reuniones más difíciles de su historia, y todas sus opciones poseen un reverso, todas son malas desde algún punto de vista.

miércoles, marzo 15, 2023

La FED y el BCE, acorralados

Guárdate de los idus de marzo, rezaba el augurio que escuchó Julio César antes de que un día como hoy, 15 de marzo, hace unos dos milenios y poco, fuera asesinado por una turba organizada, Bruto entre ellos. No se van a producir escenas similares en los acristalados despachos de las dos instituciones monetarias a las que nombro en el título, pero lo cierto es que en estos idus la sensación que va a rodea a sus gobernantes es la de sentirse acorralados, asediados, tomados como rehenes por una situación endiablada que convierte su trabajo, habitualmente muy difícil, en algo casi imposible. Están obligados a hacer dos cosas que, simultáneamente, son imposibles.

La quiebra de SVB ha disparado las presiones para que las autoridades monetarias frenen en su proceso de subidas de tipos de interés. Ese banco se ha hundido por recurrir a la venta de su sobrecargada cartera de bonos soberanos, que se han hundido en valor por las subidas de tipos de los bancos centrales. Estas subidas se han ejecutado para combatir la inflación, en un movimiento clásico de la política monetaria restrictiva. Subidas de tipos y reducción de balance son las vías convencionales por las que un banco central busca enfriar la demanda para así controlar los precios, en lo que es su función principal. Mucha de la inflación que ahora no tenemos no es de origen monetario, sino de problemas de oferta (guerra en Ucrania, problemas logísticos, sequías, etc) pero el banco central actúa sobre lo que puede, que no es el frente de Bajmut ni la gestión de los silos de contendedores de los puertos chinos. Los tipos se han disparado en poco más de un año y esto lo ha alterado todo, y SVB ha abierto la espita a los problemas financieros derivados de esa subida. El que este banco californiano sea el último en quebrar es algo que, en parte, depende de que el resto de entidades gestione muy bien sus carteras de bonos y la liquidez, y subidas adicionales de tipos aumentarán las pérdidas de balance de las entidades cargadas de bonos y disparará la probabilidad de que vuelva a pasar algo así. El euríbor, en su cotización diaria, ha caído con fuerza tanto lunes como martes, reflejando un movimiento que anticipa el fin de las subidas de tipos. Esto probablemente no impida que mañana el BCE suba el medio punto que casi todos esperamos y que la semana que viene la FED suba otro cuarto, pero las apuestas a que estas sean las últimas subidas se han disparado, cuando hace una semana, tras otro agresivo discurso de Powell, se empezaba a temer que la subida de tipos se prolongase mucho más en el tiempo y en intensidad. Para los hipotecados que los tipos no suban es una consecuencia maravillosa derivada de todo este marasmo, sí, pero al BCE no le importan los hipotecados, sino la inflación, y los precios no aflojan. Ayer se conocieron las cifras de España y EEUU. Las de allí no fueron muy malas, las de aquí sí. En ambos casos la subyacente se muestra fuerte y sin ganas de bajar, y eso es lo que quita el sueño a las autoridades monetarias. Si no hay una recesión pronto, con un proceso sostenido de contención de la demanda que deje de presionar a los precios, el parar las subidas de tipos será visto como un gran error, y los gobernantes de las naciones verán como sus votantes les empiezan a odiar con mucha más fuerza ante una cesta de la compra que no afloja. Y si los bancos centrales deciden pasar de la presión de las entidades y se mantienen en sus trece de endurecer los tipos hasta que la inflación caiga, el riesgo de que se sigan “rompiendo cosas” y que nuevas quiebras afloren también aumentará, lo que sin duda tendrá costes para los políticos (que temen la palabra rescate más que un nublado).

¿Qué hacer? Los analistas están bastante divididos y una postura de consenso mínimo sería la de permitir las subidas que se esperaban para estas semanas de marzo y, a partir de ahí, esperar y ver, que las autoridades monetarias cambien su discurso y calendario de subidas anunciados y se muestren expectantes a la evolución de los precios y la solvencia del sistema financiero, y que se muevan en función de cómo respondan ambas variables. Esto es una manera de cargarse la “forward guidance” o pautas anunciadas, que otorgan credibilidad y certidumbre al mercado sobre la actitud futura del regulador, y nos deja en un escenario de aún mayor incertidumbre si cabe. Para el BCE y FED la situación actual es una absoluta pesadilla.

martes, marzo 14, 2023

Riesgos de la quiebra de SVB

Es inevitable que, ante la noticia de la quiebra de un banco norteamericano, surja el espectro del pasado y un fantasma llamado Lehman Brothers se nos aparezca a todos en la mente. No es que el recuerdo de la pasada crisis financiera esté cercano, no, es que aún no se han corregido todos los problemas que originó aquel colapso, que supuso un auténtico parteaguas. Lo primero que hay que suponer es que, dado que aquella crisis fue enorme, es poco probable que se produzca una de dimensiones similares, por el mero hecho de que, aunque posible, es muy difícil que a alguien le toque dos veces el gordo de la lotería.

SVB no es Lehman, pero la probabilidad de que genere un “evento Lehman,” siendo baja, no es cero. La situación de las finanzas globales, privadas y públicas, no es la misma que en 2008 y cada crisis tiene sus particularidades que la hacen diferente y especial, afectando más a unos sectores que a otros. SVB es un banco bastante más pequeño de lo que era Lehman, mucho menos interconectado en el sistema financiero global, muy de nicho en lo que hace a su negocio y de un tamaño mediano en el conjunto del sistema norteamericano. Era una entidad centrada en el capital riesgo, usado para financiar emprendedores del valle californiano y no un banco global dedicado a la intermediación financiera. El contagio que puede generar su derrumbe es más por el miedo que a todo el mundo le surge al ver ahorros comprometidos que por las participaciones cruzadas u operaciones en las que SVB haya podido estar implicado con las entidades del resto del mundo, que son casi inexistentes. El nerviosismo es lógico, pero dice la teoría que no debiera ir mucho más allá. Las autoridades norteamericanas han decretado medidas extraordinarias de liquidez que, por su volumen, debieran ser capaces de frenar la marcha de depositantes de otras entidades, y el peligro corporativo se encuentra más en la mediana y pequeña banca estadounidense que en las entidades sistémicas, de allí y de aquí. Eso no quita para que el golpe que ayer sufrieron las bolsas de todo el mundo no fuera doloroso, o muy doloroso, con un Santander cayendo un 8% o el Sabadell el 12%, por no irse muy lejos. Si las cosas transcurren como es de esperar, el problema de SVB se puede acabar encapsulando en el sistema financiero norteamericano y convertirse en una tormenta que no llegue a desembocar en un huracán. Lo que sí es cierto es que allí muchos van a tener que dar explicaciones serias sobre lo que han hecho, y lo que han dejado de hacer, para llegar a este punto. No había analista financiero español que, a lo largo del fin de semana, viendo el balance del SVB, expresara su asombro ante la desproporción de la cartera de títulos de deuda que acumulaba y el enorme peligro que eso suponía en un entorno de tipos al alza como el presente, y todos decían no entender cómo el regulador, la FED, no había expresado objeción alguna al respecto. Términos como “irresponsabilidad”, “conducta suicida” o, directamente, “incompetencia” se dedicaban sin cesar a los responsables del banco californiano ante lo que han sido decisiones de inversión claramente equivocadas ante la agresiva política de subida de tipos, que es el pan nuestro de cada día en los mercados desde hace un año. El que haya sucedido un desplome de este tipo es responsabilidad de los gestores de la entidad, sí, pero también de un regulador que, o no ha hecho lo que debía o no se ha enterado de lo que tenía ante sus narices. La presión política sobre Powell, el responsable de la FED, que ya antes era elevada en el contexto de subidas presentes y anunciadas de los tipos de interés, ahora se va a convertir en asedio por parte de los políticos en EEUU, que ya ven en su figura a uno de los que va a tener que comparecer ante medios y comisiones legislativas para explicar este desaguisado, y hacerse responsable de los costes que todo esto pueda generar. El daño a la credibilidad de la FED y el condicionamiento que esto suponga a sus políticas de lucha contra la inflación sí puede ser un efecto de alcance global que nos afecte a todos.

Donde sí que esta quiebra es un terremoto enorme es en el ecosistema emprendedor de Silicon Valley. Acostumbrados a la entrada de dinero sin muchas preguntas, emprendedores de todo el mundo han conseguido amasar fortunas con negocios de todo tipo, algunos exitosos, otros no tanto, muchos rentables antaño, otros sufrientes ante la deuda acumulada y los tipos al alza. Varias empresas tecnológicas se han quedado pilladas en el derrumbe de SVB y el miedo que este suceso va a causar, unido al encarecimiento del crédito y la deuda, van a ser un duro golpe para el ecosistema del valle, poco acostumbrado a tener que sufrir. Ahí sí que los efectos de SVB pueden ser duraderos y graves. En el resto del mundo, por ahora, precaución, sangre fría, y confianza en que las medidas consigan apaciguar los contagios.

lunes, marzo 13, 2023

La quiebra de Silicon Valley Bank

Probablemente ustedes no sabían que existe un banco en California llamado Silicon Valley Bank. Lo cierto es que yo me enteré hace algo más de una semana, cuando su cotización, que tiene como etiqueta la sigla SCB, empezó a derrumbarse en la bolsa norteamericana entre rumores de problemas. Para un banco los rumores son algo peligroso, dado que la confianza es un elemento esencial en su extraño modo de hacer negocios. Finalmente el SVB quebró y fue intervenido por los reguladores el viernes para evitar un pánico que ya empezaba a extenderse por otras entidades, de allí y de aquí.

El SVB es un banco algo especial, muy centrado en la financiación a innovadores y empresas emergentes de la zona más famosa del mundo para albergarlas. Las operaciones principales de ese banco no eran hipotecas o créditos al consumo, como la banca comercial, o cobros por gestión de fondos y operaciones corporativas, sino líneas de crédito a empresas y, sobre todo, a grupos de capital riesgo (Venture Capital) que utilizaban la entidad como plataforma para poder operar. Decenas de miles de millones de dólares estaban en el balance del banco destinados a esas operaciones, y son muchas las empresas tecnológicas del valle que operaban con él para su financiación recurrente, el pago de nóminas y, en general, para proyectos de inversión a largo plazo. La quiebra de la entidad deja a todas estas empresas ante un evidente riesgo de insolvencia y extiende el fantasma de cuáles van a sobrevivir y cuáles no. La causa de la quiebra es doble; una, propia de la entidad, es la manifiesta mala gestión que han ejercido sus responsables de los fondos y recursos bancarios, con una forma de comportamiento que se aleja mucho de los estándares de calidad bancaria que se estilan en el resto de entidades y que, desde el derrumbe de 2008, se exigen sí y también a todo el que opera en el mercado financiero. Ahí la FED, el regulador norteamericano, va a tener que dar muchas explicaciones sobre cómo se le ha podido escapar del radar la supervisión de esta entidad que, siendo de tamaño medio, no sistémico, no era precisamente un chiringuito de cuatro amigos. La otra causa, más generalizada en el conjunto de la banca, y que esta quiebra ha destapado, son las pérdidas latentes de la cartera de bonos que las entidades atesoran en sus balances, bonos adquiridos en su mayor parte durante estos últimos años de tipos nulos o negativos, que ven perder su valor ante la actual subida de tipos. Esto es peligroso, porque tengo en balance algo escrito como que vale 100 pero que realmente vale 40 o 50, pero no tiene por qué causar problemas si dispongo de otros recursos para obtener liquidez o capital. El problema está en si se pilla los dedos y, sin otra cosa de la que tirar, el banco recurre a la venta de algunos de esos bonos. Entonces es cuando esa pérdida se convierte en realidad y el agujero en el balance crece y crece. Los bancos, para evitar este problema, que conocen, no acumulan bonos a lo loco, y menos en época de tipos muy bajos, porque en algún momento subirán, pero los gestores de SVB transformaron gran parte de sus depósitos en carteras de bonos, llenando hasta los topes sus balances de ellos, e incurriendo en un riesgo que se ha mostrado letal cuando la entidad ha tenido que recurrir a ellos. Las pérdidas se han hecho efectivas y la entidad se ha hundido. Es esta causa común al resto de entidades la que siembra más miedo, porque todas tienen pérdidas latentes fruto de las compras de bonos realizadas en los últimos años, y volvemos a estar ante un episodio de desconfianza colectiva sobre cuántos bonos devaluados sobrevivirán en los balances de las entidades ¿Les suena de algo? Lo que a lo largo del jueves y viernes se convirtió en la mayor quiebra bancaria en EEUU en bastantes años se ha transformado, el fin de semana, en un manojo de nervios globales sobre sí este episodio nos puede poner ante otra crisis financiera como la vivida en el pasado.

A priori, la respuesta es no. Los balances de la banca son ahora mucho más sanos de lo que lo eran en 2008, y la supervisión más efectiva, pero el riesgo cero no existe. La FDIC, que es como el Fondo de Garantía de Depósitos de allí, garantiza saldos a los depositantes de hasta 250.000$ aunque en ese banco los que tenían cuenta poseían volúmenes mucho mayores por las citadas operaciones de capital riesgo, así que habrá quitas, pérdidas, y dolor. Las autoridades federales llevan dos días lanzando mensajes de tranquilidad (ay ay ay) y negociando con otras entidades privadas para tratar de subastar lo que queda de la entidad y que no se produzca un efecto contagio. Confiemos en que así sea pero, en todo caso, esta semana será muy nerviosa en los mercados.

viernes, marzo 10, 2023

Sólo no está solo

Usamos el idioma para comunicarnos, para expresar ideas, y la vieja discusión sobre si el lenguaje conforma nuestro pensamiento o viceversa se mantiene entre algunos expertos, aunque ya bastante más atenuada. La vieja teoría de Sapir Whorf sobre la influencia que posee el lenguaje a la hora de estructurar la mente se considera superada, pero a todos, sea cual sea nuestra lengua, nos surgen en ocasiones problemas para expresar una idea en palabras, y cómo son las que usamos y cómo las representamos es algo que condiciona el cómo expresamos nuestro pensamiento. Pasa y pasará siempre, porque hay cosas que no sabremos nuca cómo decir.

En la discusión del solo con y sin acento yo he sido siempre de los tildistas, de los que opinan que debe llevarlo cuando lo necesita y no cuando no, porque es una manera sencilla de distinguir claramente dos significados que, en no pocas ocasiones, se prestan a equívoco. En el lenguaje hablado es muy difícil poder separar a veces el concepto de soledad del de unicidad y eso da lugar a juegos y equívocos, pero en el escrito, que tiene sus propias reglas, es posible establecer perfectamente la diferencia entre ambos significados sin tener que recurrir a contextos que pueden ser obvios para quien los escribe pero obtusos para otros. Se tira de tilde y ya está. Tiene su lógica que en esta discusión los escritores hayan sido siempre muy partidarios de la acentuación frente a los lexicógrafos. Éstos, los técnicos, conocen las reglas del idioma y se han inclinado habitualmente por no utilizar el acento, pero los escritores, que son los que más y mejor explotan una lengua a la hora de llevarla al extremo de lo que es capaz, se encuentran con territorios ignotos que crean de la nada y en ellos las palabras caminan como sombras, sin que las reglas que las soportan puedan ayudarles en exceso. Ahí, en esos mundos, todo lo que sea precisión y posibilidad es necesario, y por ello la batalla en la RAE ha estado siempre muy segmentada entre ambos grupos de profesionales. Durante un tiempo la regla gramatical ha caído del lado de los técnicos, lo que ha hecho que escribir sólo con acento cuando el, pongamos, periodista, lo consideraba necesario, fuera objeto de corrección por parte de la empresa editora al imprimir el artículo, eliminando todos los acentos y dejando solo a solo, no sólo cuándo solo era correcto. Ahora, tras la decisión conjunta y unánime de ayer, escribir sólo con acento no será nunca falta, dado que la acentuación queda a merced de quien lo escribe, y su sentido del contexto a la hora de decidir sí es necesario marcar o no. Algunos optarán por ser muy estrictos, otros laxos y no lo harán nunca, pero queda libre el acento sobre la o de la discordia, y todo aquel que sea puesto ya no se considerará falta. El tuit que puso Pérez Reverte la semana pasada avisando de que iba a haber bronca en la Academia al respecto elevó las expectativas de que la sesión de ayer fuera una especie de repetición de la trifulca vista entre los miembros del desgobierno que nos rige, pero los académicos, que son gente bastante más educada, sabia y lista que cualquier político, se encargaron de ejecutar una sesión plenaria llena de morbo previo que se saldó con acuerdo, ninguna bronca, nula disputa y plena concordia, solucionando un problema que llevaba tiempo dando vueltas. De paso, dieron un ejemplo a los señores, es una forma de llamarlos, que rigen la política de nuestro país, que sólo saben solucionar una de sus trifulcas creando una más gorda que sepulta a la anterior, y deja a la sociedad sola ante sus avatares, a sabiendas de que quienes gobiernan el barco, o eso dicen hacer, son los más peligrosos de entre todos los tripulantes. La RAE volvió a dar una lección y, desde el cielo, Javier Marías pudo festejar la victoria de los que no estaban solos, sólo cargados de razón.

La historia de este acento demuestra que los idiomas que hablamos están vivos, cambian, mutan con el tiempo gracias al uso que de ellos hacen los que los utilizan. Expresiones que van y vienen, términos cuyos significados se amplían, restringen o mueven en sentidos no esperados, palabras nuevas, otras que envejecen y se van al purgatorio… no se hablaba igual hace algunas décadas ni se hará como ahora dentro de unas pocas, porque la lengua estará en un contexto vital distinto, con objetos y vivencias diferentes a las que referirse. El idioma no está solo, es una de las herramientas vitales de nuestra vida, pero no la única. Es fascinante comprobar cómo evolucionan estas cuestiones. Alex Grijelmo, que de esto se lo sabe todo, fascina con cada una de sus columnas al relatar historias de la lengua y su acomodo.

jueves, marzo 09, 2023

El proteccionismo en EEUU va a más

Hablamos poco de la IRA, que no es una feminización del movimiento terrorista católico irlandés del pasado, ni lo que genera ver el debate político e intelectual de nuestro país, sino las siglas de Inflation Reduction Act, una norma promulgada por Biden en EEUU que, con la idea de luchar contra la inflación y dar un impulso verde a su economía, ha diseñado un gigantesco paquete de subvenciones y ayuda para los productos que sean fabricados en territorio norteamericano. Es la plasmación, en normativa y presupuesto, del “America first” que proclamaba el faltón de Trump, pero desarrollado por un demócrata como Biden. Quizás por eso no se le critique como es debido.

La potencia financiera de esa norma, dotada con cerca de 400.000 millones de dólares, es tremenda, inalcanzable no ya para cualquier nación europea, sino para el conjunto de la UE. Es un estimulante enorme que contribuye a dopar a la economía norteamericana y genera un efecto de competencia desleal casi imposible de vencer. Frente a ello las ventajas fiscales que ofrecen los Países Bajos o Irlanda, tan de moda en estos últimos días, son limosna. Las empresas globales ven como la posibilidad de abrir una planta de producción en EEUU les conlleva un riego de millones como no son capaces de lograr en ningún sitio, dinero que compensa los costes de producción y, durante un tiempo, las enormes nóminas que cobran los trabajadores de allí frente a empleados de terceros países, que son bastante más asequibles. Así, se empieza a producir un éxodo de compañías hacia el gigante que no sólo afecta a las empresas locales, que tienen más fácil el rediseñar sus líneas de producto y llevar de vuelta a casa algunas de las que se trasladaron a terceros países (pensemos en Europa y, sobre todo, China). No, la intensidad y volumen de estas ayudas es tal que las empresas de todo el mundo se ven atraídas de manera irremediable, como lo haría usted si fuera el gestor de una de ellas. La noticia de ayer no puede ser más explícita. Volkswagen traslada su proyecto de planta de baterías que tenía pensado levantar en el este de Europa a EEUU y recibirá una ayuda de 10.000 millones. Ahí queda eso. Volkswagen es bastante más alemana que Ferrovial española, y la industria europea necesita subirse como sea al carro del coche eléctrico y sus tecnologías, siendo como es ahora mismo totalmente dependiente de EUU y China, por lo que todos los grandes proyectos de este tipo son un sueño para la nación en la que caen y un espaldarazo a las posibilidades industriales de la UE de ser competitiva en un futuro. Pues bien, esa planta de baterías, que sin duda iba a tener u arrastre muy fuerte en empleos directos e indirectos, y en inversiones de I+D+i para el suelo europeo cruzará el charco y se instalará en EEUU. Una oportunidad perdida, cazada, subastada al mejor postor, y nadie tiene más chequera que el tío Sam. La Comisión Europea ha ido incrementando el tono de sus declaraciones con respecto a la política proteccionista de Washington, pero sigue sin enfrentarse directamente a ello, quizás porque sabe que carece de elementos que puedan contrarrestarla, más allá de la imposición de sanciones que puedan entenderse vinculadas a la violación de las reglas de competencia. El presupuesto comunitario llega hasta donde llega, que no es poco, pero apenas nada frente al federal norteamericano, e iniciativas de inversión como los fondos Next Generation, de gran volumen, se pensaron para un contexto de cooperación internacional y recuperación de los efectos de la pandemia, no para una situación en la que la guerra de Ucrania y la competencia desleal de EEUU asedian a la economía comunitaria. Por su cuenta, algunas naciones con capacidad, como Alemania o Francia, han desarrollado paquetes de ayuda a sus empresas con la misma filosofía que el norteamericano, pero no pueden ser, ni mucho menos, tan ambiciosos, por falta de presupuesto y por el decoro a la hora de respetar un poco la legislación comunitaria de ayudas a empresas.

Esas naciones, ante los embates de Washington, buscan ahora que la UE relaje su corsé normativo y permita intensidades de ayuda mucho mayores y que retire el foco en la competencia entre naciones para posarlo en la necesidad de que las empresas no se vayan. Algo así como “si el resto juega sucio, no perdamos nosotros por respetar las reglas” pero no está claro si finalmente habrá acuerdos en este sentido. De mientras las discusiones prosiguen, y Rusia no descansa en su ofensiva, la decisión de ayer de Volkswagen es un mazazo enorme para nuestras expectativas europeas de inversión y tecnología futura. El mundo se nos está poniendo cada vez más cuesta arriba a los miembros de la UE.

miércoles, marzo 08, 2023

China muestra sus objetivos

Estos días tiene lugar en Beijing la reunión de la Asamblea Nacional Popular, una reunión de lo que en China se denomina el parlamento, que poco tiene que ver con lo que aquí entendemos como tal. El encuentro se produce en el mismo gigantesco auditorio en el que se reúne el partido comunista en sus asambleas y, la verdad, es una segunda versión de ese cónclave. Los representantes de la Asamblea no han sido votados por nadie, no hay elecciones ni campaña electoral ni nada por el estilo. Todos son representantes escogidos por el partido en los territorios que conforman la nación y se deben a él y a los objetivos que marque.

Tampoco es un parlamento en el sentido de debate, porque lo que hace es aprobar por aclamación las propuestas que la dirigencia presenta para que sean ratificadas y, de esta manera, se conviertan en ley. Actúa más como un teatro, una representación, que un órgano deliberativo. Allí sería impensable una discusión como la que tuvo lugar ayer en nuestro Congreso. Bueno, lo cierto es que allí sería impensable un gobierno como el nuestro, pese a que en el que dice regirnos también aloje a comunistas. En esa asamblea el equipo de Xi Jinping, lo que significa sus portavoces, han presentado los presupuestos y objetivos para este 2023. Estiman el crecimiento económico a alcanzar en el entorno del 5% y elevan más el presupuesto de defensa, con un aumento del 7,2%, por lo que sigue el proceso de rearme del gigante, que ya se ha convertido en el segundo inversor mundial en defensa por detrás de EEUU. En las alocuciones de esta Asamblea EEUU ha aparecido poco como tal pero mucho de manera indirecta, porque no ha habido intervención en la que no se destaque el crecimiento y liderazgo chino en un mundo multipolar, frente a la visión monopolar de Washington, y el derecho de China a tomar sus decisiones con plena autonomía, frente a la necesidad de supervisión de una consenso global en el que las decisiones de EEUU pesan mucho. Problemas globales como el cambio climático requieren la colaboración de todas las naciones, y no vendía mal que la más contaminante, China, y la segunda, EEUU, se reunieran y actuaran conjuntamente, pero ni lo uno ni lo otro. De Taiwán se ha hablado bastante, también con mensajes de fondo para EEUU, aumentando la intensidad de la retórica empleada y usando no pocas veces la expresión de “líneas rojas” al referirse al ineludible derecho chino a reincorporar a la isla bajo su jurisdicción. La tensión entre ambas potencias en todo el mar del sur de China, y especialmente en torno a Taiwán, es algo que va a más y que corre riesgo cierto de convertirse en un polvorín. Nuevamente, en este caso es más que necesarios que, a pesar de las declaraciones altisonantes desde ambos extremos, se establezca un cauce de comunicación fluido y discreto entre Washington y Beijing para evitar que malentendidos o accidentes de cualquier tipo puedan disparar el problema y convertir la crisis en un enfrentamiento directo. Nadie lo quiere, aunque no pocos lo buscan. EEUU defiende a Taiwán como sede de la más relevante empresa mundial en la producción de semiconductores (TSCM) y como democracia que es frente a la dictadura china. Beijing ve a Taiwán como un territorio propio desgajado como consecuencia de la guerra civil que tuvo lugar en el país, la que llevó al ascenso del partido comunista al poder, y considera que el estado natural de la isla es el de volver a ser territorio nacional. El proceso con el que se están liquidando las libertades en la excolonia de Hong Kong es una muestra de lo que china entiende por “volver a ser nacional” y muchso taiwaneses, educados desde hace años en un sistema de vida asiático pero con libertades y sistema político a la occidental no quieren acabar bajo el yugo de Beijing. Ha quedado claro que la disputa en torno a este enclave seguirá en todo lo alto y que Xi no renuncia a él. No se sabe muy bien cómo aspira a conquistarlo, usando en este caso todas las acepciones que le quedamos dar a esa palabra.

De lo que apenas se ha hablado en esta asamblea es de Ucrania. El modo en el que China obvia el drama que se vive en el país europeo y la complacencia con la que actúa con su socio ruso produce escalofríos. Si poco se ha dicho sobre el tema, menos aún sobre la posibilidad de mandar armas para apoyar a los soldados de Putin. China sigue mirando desde su barrera lo que pasa sobre el terreno, se beneficia de las ventas de petróleo ruso a bajo precio, apoya moralmente a la satrapía de Moscú sabiendo que la evolución de la guerra desgasta al vecino y que puede salir como ganadora de lo que quede de una Rusia exhausta. El cinismo y la paciencia son grandes armas del régimen chino, y las usa con maestría. Nos guste o no.

martes, marzo 07, 2023

El Congreso empieza a corregir el “sí es sí”

No deja de tener su cara irónica que el gobierno que llegó al poder encumbrado en el lema del “no es no” se esté deshilachando por una ley llamada del “sí es sí”. Cualquiera que desconozca las vicisitudes de nuestra política, además de ser más feliz, pensará al leer todas estas tautologías que somos una nación absurda y empeñada en el simplismo. Si es así acertará de pleno. Reducir la complejidad a lemas pegadizos y baratos es uno de los artes de la propaganda, política y no, pero el grado de simplismo al que se ha llegado en estos últimos años abochorna hasta a los que no son capaces de entender que es lo que pasa. Haber dejado el poder a dogmáticos y estalinistas es lo que tiene.

Hoy el Congreso, salvo sorpresa gorda, validará la proposición de ley del grupo socialista para enmendar la ley del “sólo sí es sí” con una aplastante mayoría. Repugna a casi todo el mundo que violadores, asesinos y delincuentes de este tipo hayan visto rebajadas sus penas por un texto legal aprobado por la totalidad del Consejo de Ministros, desde su presidente hasta el último de sus miembros, que sólo era un mero instrumento de propaganda del sector morado del ejecutivo. El peaje por el que Podemos seguía apoyando al ejecutivo era que le dejasen aprobar su juguete de ley, un texto lleno de fallos, que desde su tramitación fueron advertidos por muchas voces, y que nada más entrar en vigor ha generado cientos y cientos de revisiones de sentencias, todas ellas rebajando penas. El escándalo es mayúsculo, infame hasta lo insoportable, y el ala socialista sólo se puso a ello cuando vio que la propaganda que salía de Moncloa era incapaz de sobrevivir a una realidad indignante. ¿Y Podemos? Nada, a lo suyo. Su líder supremo, el gran machista Iglesias, que de manipular sabe mucho, se inventa la expresión “código penal de la manada” para referirse a toda norma legal que no haya sido dictada por su propio puño y letra y convierte a este eslogan en el santo y seña de todas las comparecencias de los cargos del Ministerio de Igualdad y de los de su secta morada, lanzándolo con la mayor de las agresividades a quien se ponga por delante. Y si el que se pone es del PSOE, con más saña si cabe. Resulta increíble que los altos cargos de Podemos que ocupan responsabilidades en el gobierno y cobran decenas y decenas de miles de euros por ello no dejan de insultar al gobierno al que pertenecen, al resto de compañeros del ejecutivo y, en conjunto, a toda la sociedad, con un grado de incompetencia y soberbia que roza lo patológico. Como es evidente que Sánchez no va a cesar a nadie de Podemos pase lo que pase, los morados saben que tienen bula (y sueldazo garantizado) hasta el día de las elecciones generales, y ya les da igual todo. Se van a dedicar a destrozar lo que puedan hasta el momento en el que, espero, deje de cobrar porque el gobierno cambie. No hay nada que salvar ni de honra ni de discurso en ese lado del ejecutivo ¿Y en frente? Ayer Margarita Robles, que tiene el valor que le falta a su presidente, no se dejó amilanar por Belarra y sus secuaces, y le dijo bien claro, a la cara, y mentando su nombre, que ella ya luchaba por la igualdad antes de que las dirigentes de Podemos hubieran nacido, y que desde luego no eran esas incompetentes nadie para darle lecciones en esos temas (y en ningún otro, añado yo). Robles debe estar como gran parte del socialismo, asqueada del vil comportamiento de sus socios de gobierno, y muy enfadada con un Sánchez que decide ponerse de perfil en todo momento, siendo el mayor responsable de todo lo que suceda, porque de sus decisiones e inacciones surgen estos problemas. Si tuviera algo de valor cesaría a Irene Montero, y que entonces decidan los morados si quieren romper el gobierno e ir a elecciones o aguantar lo que queda de legislatura. Pero no, Sánchez no hará eso.

La votación de hoy es el primer paso para que la reforma de la ley llegue a buen curso y, a partir de entonces, deje de producirse ese sangrante goteo de rebajas de penas, pero nada podrá evitar que los cientos y cientos de indeseables que ya se han beneficiado no lo hagan, el error cometido, cometido queda. Dejar que el sectarismo se haga con los mandos del poder es peligroso, porque a su ceguera ideológicas se le suele sumar la ineptitud. Podemos, Vox, Trump… todo ese tipo de partidos y personajes no sólo poseen discursos tóxicos, sino que, llegados al poder, perjudican la vida de la gente, destruyen cosas, alientan delitos. Maldita la hora en la que el populismo arraigó en occidente y engañó a los votantes.

lunes, marzo 06, 2023

La caída de Bajmut

Hace un año no sabía que hubiera una ciudad en Ucrania llamada Bajmut. Realmente no sabía si ese nombre era real y a qué hacía referencia en el caso de oírlo. Menos controlaba su papel como nudo ferroviario en el este del país, como importante nodo de abastecimiento de suministros y enseres en el camino que lleva desde Kiev hasta el Donbás. De sus setenta mil habitantes menos hubiera podido decir, empezando porque no sabía ni si era un lugar poblado. Con esa cifra Bajmut no era un pueblo perdido, pero tampoco una gran capital en una nación de una población similar a la española. Nada sabíamos sobre ese lugar hace un año.

Ahora, un año después, ese lugar desconocido va camino de ser un no lugar, un espacio arrasado por la conquista rusa y destruido hasta sus entrañas por el sádico bombardeo de la artillería de Putin. No pocos de sus habitantes han fallecido en los combates que se desarrollan desde hace semanas en su perímetro, aunque la mayor parte han optado por huir hacia el oeste, y abandonarlo todo mientras han podido. La resistencia de las tropas de Kiev ha tomado Bajmut como estandarte frente a los rusos, y ha empeñado gran parte del material y tropas que posee en defender ese enclave e impedir su caída para lanzar el mensaje de que Rusia no va a ir más al oeste pero, lamentablemente, todo parece indicar que el heroico esfuerzo desplegado por la infantería ucraniana no ha sido capaz de frenar a la horda rusa, que está consiguiendo rodear la localidad. Ante el riesgo de un embolsamiento, una situación en la que unas tropas quedan rodeadas por enemigos y carecen de vía de retirada, Kiev ha empezado a mandar señales de retirada, y es lo más inteligente que puede hacer. Ahora mismo la ciudad ya no existe, es pura ruina, la posición no aporta ventajas estratégicas y la infraestructura está completamente destruida. Lo más práctico es tratar de conservar toda la munición, pertrechos y soldados posibles y organizar una retirada lo más efectiva y rápida, tratando de no perder más. Las tropas que han defendido la urbe deben estar exhaustas y, casi seguro, escasas de todo tipo de provisiones. Salvarlas y que puedan refugiarse varios kilómetros más allá es lo más sensato que puede ordenar la inteligencia ucraniana, que se ha batido el cobre en la ciudad pero que no ha podido, por lo que parece, conservar la posición. La toma por parte de Putin de este enclave será vendida como un triunfo en la guerra por parte de la propaganda rusa, y cierto es que será la primera victoria significativa desde hace semanas, casi meses, en un frente estancado, de trincheras, en el que ambas posiciones se castigan cruelmente sin que se hayan producido movimientos significativos. ¿Cuántos efectivos rusos han muerto en la toma de la ciudad? Es fácil que las cifras que hablan de cientos de muertos diarios sean bastante certeras, conociendo la crueldad e ineficacia con la que la dirigencia rusa maltrata a los suyos. En el caso de Bajmut el papel de la milicia Wagner ha sido determinante, y ahí tenemos día sí y día también a Prigozhin, el oligarca que controla a este ejército paralelo, presumiendo sin cesar de cada uno de los edificios convertidos en carcasa que ha arrasado en las calles de lo que antes fueron lugares habitables. Wagner ha utilizado a presos y demás personal reclutado en el interior de Rusia como, literalmente, carne de cañón para colapsar las defensas ucranianas y desabastecerlas de munición. Sin importarle lo más mínimo las bajas de unas personas mandadas al matadero de una forma cruel, esos cadáveres han alfombrado el avance de las tropas más preparadas, que no han podido utilizar medios mecanizados porque la precisión occidental de la artillería suministrada a Kiev los arrasa. La guerra de Bajmut ha sido una de puro sadismo, de enfrentamiento calle por calle, casa por casa, de muertos en cantidades industriales por ambos lados combatientes y de regodeo de la infamia militar rusa en cada uno de sus avances. La densidad de muerte que allí se ha alcanzado probablemente supere a la registrada en la toma de Mariupol, y se sitúa claramente a la altura de episodios de la IIGM, que cada vez es recreada con mayor eficacia por parte de una guerra que no deja de escalar en sadismo.

Si, como parece, Bajmut cae, Kiev pierde una de las localidades importantes de la zona y ve como se le abre un flanco en el frente que es peligroso. La determinación de Putin en seguir con su conquista, más bien guerra de exterminio en el este, contrasta con la voluntad de Kiev, que se sostiene con el apoyo militar y financiero que le suministramos desde occidente, pero eso puede no ser suficiente en el caso de que la guerra se prolongue meses y meses. Las pérdidas que ha sufrido Kiev, en material y tropa, son más difíciles de reemplazar que las rusas y, sobre todo, dado que a Ucrania sí le importan sus propios soldados, el dolor que genera la derrota es mayor. Estas últimas semanas están siendo malas para el ejército ucraniano. Y todo en puertas de temidas ofensivas rusas en primavera.

viernes, marzo 03, 2023

Las fiestas del tito Berni

Marzo de 2023. Rusia golpea con saña y sin descanso el este de Ucrania, recuperando posiciones en torno a Bajmut y causando decenas, cientos de víctimas entre las filas propias y las de la defensa ucraniana, millones de personas dialogan sin cesar con bots de inteligencia artificial que simulan escribir de manera humana de una manera fría pero con tanta nitidez que asombran a los que los testan, China emerge de una ola de covid que ha matado a millones de personas, o a dos o tres, como afirma su oscurantista gobierno, y su despertar puede condicionar la evolución de la economía global en este y los próximos años…..

Y de mientras todo esto pasa, en España, las corruptelas siguen siendo asunto de fajos sucios de billetes, putas y drogas. Como si no hubiera pasado el tiempo desde las películas de Esteso y Pajares, quizás porque no las valoramos como el documental antropológico que realmente son. Uno esperaba que, tras las tramas descubiertas en el pasado, tras los Correa, Bárcenas, EREs y demás conchabeos los corruptos se modernizaran, se hicieran algo más sofisticados. No te digo que se pasasen al blockchain y tuvieran sus mordidas en monederos electrónicos de bitcoins depositados en webs asiáticas, pero no se, algo intermedio. Pues no. Nada de modernidades. Lo de siempre. Unos políticos corruptos, con un congresista del PSOE como cabecilla, y veremos a ver si con más compañeros de bancada, un cargo de la Guardia Civil que acumula billetes como si fueran galones, un mediador que da nombre a la trama, empresarios extorsionados que pagaban para conseguir favores, lucro inmenso de todos los participantes, fiestas nocturnas, cocaína a raudales, putas y sexo a tutiplén para aderezarlo todo. No falta ningún ingrediente de lo que habitualmente definimos como sórdido, y que no es, parece, sino lo que hacen muchos y no el que esto les escribe. La figura del congresista Fuentes Curbelo, al que al menos hay que reconocer que tiene unos apellidos con empaque lo ha elevado todo al rango político a menos de tres meses de las elecciones municipales y autonómicas, y ha servido para que Patxi López y otros portavoces del PSOE hagan un espantoso ridículo tratando de evadirse de un serial que tiene todos los ingredientes para tener atrapado al público, que asiste a un “sálvame” coreografiado en el Congreso, con un nivel de zafiedad telecinquera que, bien saben en la cadena de Fuencarral, es garantía de interés y audiencia. No aparecen en este caso ni paraísos fiscales ni vistas a Suiza al estilo Bárcenas, en una trama que presentaba algunas características propias de lo que asociamos al mafioseo corporativo. Comparado con estos personajes Bárcenas era un señor, tan corrupto y mangante como ellos, pero daba impronta de película de Coppola, de personaje de padrino. Quizás, como era el caso de esas películas, la realidad no es tan elegante. Íñigo Domínguez tiene escrito un libro sobre la mafia titulado “paletos salvajes” en el que describe como la realidad de todos esos grupos de delincuentes no tiene tanto de elegancia peliculera como de simple cutrez asesina y extorsionadora, y que tras el éxito de las novelas y las películas, algunos de los jefes de la mafia real empezaron a imitar esos comportamientos que tanto habían triunfado en la pantalla, pero sin dejar de ser unos cutres, sádicos, incultos y asquerosos asesinos y extorsionadores. Me da que las tramas corruptas que se muestran en muchas de las series que tanto éxito tienen pecan también de esa sofisticación que le permite presentarse tanto modernas como atractivas. La realidad es bastante distinta, con reservados en restaurantes de superlujo frente a la Puerta de Alcalá en los que lo único que hay es billetes por el suelo, coca en las mesas y mucho guarro tirándose a las que se les ofrecen como postre a las cenas que organizaba el “tito Berni” que ya ha adquirido, por pleno derecho, su entrada al panteón de golfos nacionales, en el que ocupará un lugar de honor. Seguro que suscita más envidias que rechazos.

El PSOE ve como le explota un caso de corrupción económico y con la peor de las estéticas en su propio grupo parlamentario, y el proceso de erosión del poder socialista parece haber entrado en una senda que se antoja irreversible. La “baraka” parece estar abandonando a los de Sánchez y, aunque es pronto para hacer pronósticos (y estas tramas pueden tener ramificaciones en el resto de partidos en Canarias) el daño electoral para dentro de pocas semanas puede ser incluso más intenso de lo que se esperaba. Visto lo visto, poco les importaba eso a los que iban a las fiestas de Berni, donde no existía problema alguno. ¿Cuántos diputados, como Fuentes Curbelo, escribían mensajes a favor de las mujeres a la vez que dejaban que les hicieran de todo en el reservado? Sólo por zafia curiosidad. Al menos permítanme eso.