Marzo de 2023. Rusia golpea con saña y sin descanso el este de Ucrania, recuperando posiciones en torno a Bajmut y causando decenas, cientos de víctimas entre las filas propias y las de la defensa ucraniana, millones de personas dialogan sin cesar con bots de inteligencia artificial que simulan escribir de manera humana de una manera fría pero con tanta nitidez que asombran a los que los testan, China emerge de una ola de covid que ha matado a millones de personas, o a dos o tres, como afirma su oscurantista gobierno, y su despertar puede condicionar la evolución de la economía global en este y los próximos años…..
Y de mientras todo esto pasa, en España, las corruptelas siguen siendo asunto de fajos sucios de billetes, putas y drogas. Como si no hubiera pasado el tiempo desde las películas de Esteso y Pajares, quizás porque no las valoramos como el documental antropológico que realmente son. Uno esperaba que, tras las tramas descubiertas en el pasado, tras los Correa, Bárcenas, EREs y demás conchabeos los corruptos se modernizaran, se hicieran algo más sofisticados. No te digo que se pasasen al blockchain y tuvieran sus mordidas en monederos electrónicos de bitcoins depositados en webs asiáticas, pero no se, algo intermedio. Pues no. Nada de modernidades. Lo de siempre. Unos políticos corruptos, con un congresista del PSOE como cabecilla, y veremos a ver si con más compañeros de bancada, un cargo de la Guardia Civil que acumula billetes como si fueran galones, un mediador que da nombre a la trama, empresarios extorsionados que pagaban para conseguir favores, lucro inmenso de todos los participantes, fiestas nocturnas, cocaína a raudales, putas y sexo a tutiplén para aderezarlo todo. No falta ningún ingrediente de lo que habitualmente definimos como sórdido, y que no es, parece, sino lo que hacen muchos y no el que esto les escribe. La figura del congresista Fuentes Curbelo, al que al menos hay que reconocer que tiene unos apellidos con empaque lo ha elevado todo al rango político a menos de tres meses de las elecciones municipales y autonómicas, y ha servido para que Patxi López y otros portavoces del PSOE hagan un espantoso ridículo tratando de evadirse de un serial que tiene todos los ingredientes para tener atrapado al público, que asiste a un “sálvame” coreografiado en el Congreso, con un nivel de zafiedad telecinquera que, bien saben en la cadena de Fuencarral, es garantía de interés y audiencia. No aparecen en este caso ni paraísos fiscales ni vistas a Suiza al estilo Bárcenas, en una trama que presentaba algunas características propias de lo que asociamos al mafioseo corporativo. Comparado con estos personajes Bárcenas era un señor, tan corrupto y mangante como ellos, pero daba impronta de película de Coppola, de personaje de padrino. Quizás, como era el caso de esas películas, la realidad no es tan elegante. Íñigo Domínguez tiene escrito un libro sobre la mafia titulado “paletos salvajes” en el que describe como la realidad de todos esos grupos de delincuentes no tiene tanto de elegancia peliculera como de simple cutrez asesina y extorsionadora, y que tras el éxito de las novelas y las películas, algunos de los jefes de la mafia real empezaron a imitar esos comportamientos que tanto habían triunfado en la pantalla, pero sin dejar de ser unos cutres, sádicos, incultos y asquerosos asesinos y extorsionadores. Me da que las tramas corruptas que se muestran en muchas de las series que tanto éxito tienen pecan también de esa sofisticación que le permite presentarse tanto modernas como atractivas. La realidad es bastante distinta, con reservados en restaurantes de superlujo frente a la Puerta de Alcalá en los que lo único que hay es billetes por el suelo, coca en las mesas y mucho guarro tirándose a las que se les ofrecen como postre a las cenas que organizaba el “tito Berni” que ya ha adquirido, por pleno derecho, su entrada al panteón de golfos nacionales, en el que ocupará un lugar de honor. Seguro que suscita más envidias que rechazos.
El PSOE ve como le explota un caso de corrupción económico y con la peor de las estéticas en su propio grupo parlamentario, y el proceso de erosión del poder socialista parece haber entrado en una senda que se antoja irreversible. La “baraka” parece estar abandonando a los de Sánchez y, aunque es pronto para hacer pronósticos (y estas tramas pueden tener ramificaciones en el resto de partidos en Canarias) el daño electoral para dentro de pocas semanas puede ser incluso más intenso de lo que se esperaba. Visto lo visto, poco les importaba eso a los que iban a las fiestas de Berni, donde no existía problema alguno. ¿Cuántos diputados, como Fuentes Curbelo, escribían mensajes a favor de las mujeres a la vez que dejaban que les hicieran de todo en el reservado? Sólo por zafia curiosidad. Al menos permítanme eso.
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