viernes, agosto 31, 2007

31 de Agosto

Hoy es uno de los días simbólicos del año, pero es que mañana aún lo es más. 1 de Septiembre.... Septiembre, sólo ese nombre nos daba pánico a los niños cuando llegaba. Significaba el final de las vacaciones, el final del verano y del tiempo de ocio, y para recordártelo , y que no tuvieras dudas, allí estaba esa horrible campaña de “la vuelta al cole” del Corte Inglés, golpeando donde más dolía. Anuncios de niños sonrientes, ansiosos de estrenar mochilas, cuadernos, jerséis y otras prendas inverosímiles, y decenas de trastos inútiles que jamás llegabas a ver en las aulas.

Poco han cambiado las cosas. Los niños del cuento, que son los de este año, ya han sustituido a la tropa de Cámara Café y sus rebajas alucinantes. Hemos salido perdiendo con la marcha de Carolina Cerezuela y Cañizares, y la llegada de unos pérfidos diablos que miran las carteras y tarjetas de crédito de sus padres con una cara de sadismo infinito. Pero no solo en esos infantes derrochadores se nota el final del verano, no. De unos años a esta parte se ha considerado a Septiembre, junto con el tradicional Enero, como el mes del replanteo de la vida, en el que hay que empezar a hacer nuevas cosas, labores y tareas. Una oportunidad para arrancar de nuevo, quizás animados por el inicio del curso escolar y el deseo de retornar a nuestra infancia de escolares (sí, y alguien seguro que se lo cree). Por este motivo proliferan en la tele los anuncios de una de las especies de productos más extrañas e inverosímiles. Los coleccionables. Libros de meditación trascendente (habitualmente intrascendentes), enciclopedias, cursos de idiomas, figuritas de caballeros medievales, muñecas de Mariquita Pérez, maquetas de coches y de aviones, montaje de barcos, los cuentos de Calleja en formato winzip, los inefables sellos y minerales, y
otra serie de cachivaches que si no fuera por el formato de acumulación en serie nadie se atrevería anunciar, so pena de que todo el mundo se riera de él. La única consecuencia práctica de esta fiebre de colección es que los quioscos se transforman en gigantescos bazares, llenos de cartones enormes con letras rojas gruesas que se desbordan por las aceras como vómitos de papel, y que a veces hacen necesario el uso de conos y señales luminosas de advertencia “Atención, calle bloqueada por quiosco en septiembre. Disculpen las molestias.”

Porque veamos, amado público, ¿alguien conoce a uno que acabó una colección? Sí, muchos las empiezan, pero pasar de la tercera entrega supone un logro inaudito. Y es más, supongamos que
consigues tener los sesenta caballeros medievales en tu casa, dejándote bastante pasta en el asunto. ¿Qué haces con ellos? Tienes que quitarles el polvo, limpiarles, ordenarlos de vez en cuando, jugar a algo simulando batallas para que no se aburran.... Y si alguien llega a tu casa a ver como le explicas esa abundancia de caballerizas en el salón y las estanterías del baño. “No, es que un día fui al quiosco y fue como San Pablo pero al revés. Ya no pude dejar de subirme al caballo”.

jueves, agosto 30, 2007

Ladrones de libros

Seguramente ni los ladrones que hace pocos días sustrajeron algunas páginas en los incunables de la Biblioteca Nacional sabían el lío que se iba a organizar tanto en la institución bibliotecaria como en todo el Ministerio de Cultura. Este hecho, grave, pero difícilmente evitable, ha servido de excusa final para que la escritora Rosa Regás sea cesada del cargo de Directora de la Biblioteca, no sin antes efectuar un extraño y bastante zafio cruce de acusaciones con César Antonio Molina, nuevo Ministro de Cultura, personaje que parece ser tan raro como aparenta.

La verdad es que Rosa Regás ha sido una incompetente durante todo este tiempo, y merecía ser cesada por muchas cosas que ha hecho anteriormente. Ha sido bastante zafia en su comportamiento y, sobre todo, no ha sabido dejar su ideología a un lado para ejercer su puesto de manera profesional. Ella no se presentó a ningunas elecciones y por tanto no puede ejercer un cargo público con unas dosis de política como lo ha hecho. Lo que creo que ocurre ahora es que el PSOE se presenta a las elecciones en Marzo y quiere ganarlas, y está dispuesto a soltar lastre ideológicamente molesto, o simplemente sectario, para dar una imagen de centralidad y de respeto a los valores comunes de España. Y Regás ha sido la primera cabeza de truco, y probablemente no la última. La época de las declaraciones altisonantes se acaba, y se debe instaurar la balsa de aceite como sea, no vaya a ser que huyan votantes moderados. Es una táctica política correcta y lógica, y hace bien el PSOE en usarla. Pero el rifirrafe organizado ahora suena muy mal. Empezando porque la propia Regás dijo que el Ministro le acusó de no hacer nada en tres años al frente de la Biblioteca, declaraciones desmentidas por el referido, y porque ahora Rosa se descuelga con unas afirmaciones en las que
dice que de ser un hombre no le hubiera pasado esto. Pues no, Rosa, no, ese sexismo barato, de taberna cuartelaria es denigrante, sobre todo para la mujeres, porque la incompetencia y los errores, al igual que los aciertos, no entienden de sexo. Flaco favor les has hecho a las mujeres trabajadoras diciendo eso, lo que sin duda contribuirá a desprestigiar más la imagen de al escritora, viendo así como el rencor y la insidia aflora por sus venas tras un cese del cual el Ministro es plenamente competente y responsable. Así son los cargos, tan pronto como te llegan, te dejan.

Ahora bien, el Ministro Molina también parece un personaje extraño.
Su comparecencia ayer ante al Comisión del Congreso fue apoteósica. Su dicción y estilo de lectura de discurso era propio de un estudiante de segundo de parvulitos. Realmente los extranjeros estarán encantados de oírle, y si alguna vez hago algún examen de inglés exigiré que los “listening” estén efectuados a la misma velocidad y entonación que el habla del Ministro de Cultura de España. Creo que este hombre nos va a proporcionar varias tardes de gloria. Atentos.

miércoles, agosto 29, 2007

Obituarios

Ayer los telediarios y hoy los periódicos se llenan de obituarios, esquelas y crónicas necrológicas. Seguro que esto es algo que fastidia mucho a mi padre, que cada vez que sale la noticia de que se ha muerto algún famoso se queja, diciendo que todos los días e muere mucha gente y nadie se acuerda de ellos. Esa reacción es lógica si se ve el espectáculo montado el año pasado, sin ir más lejos, con la muerte de Rocío Jurado, pero lo de ayer estaba justificado, creo yo, y fue comedido, aunque espero que dentro de unas semanas no salvan unas vomitivas hormigas blancas para sembrar de estiércol los camposantos.

Ahora voy a quedar muy mal, pero es verdad. No he leído ningún libro de
Francisco Umbral, que murió en la Madrugada del Martes, curiosamente en la misma clínica en la que lo hizo Rocío Jurado, y tampoco he leído demasiadas de sus crónicas en El Mundo, que no suelo comprar habitualmente. Conocía mucho más al personaje Umbral que al autor Umbral. Personaje que, con su aspecto bohemio y sacado de una foto castiza del siglo XIX, como remedo de Valle Inclán, llenaba la pantalla de televisión con un tono de voz grave, flemático y profundo. Se hizo muy famoso en los noventa el encontronazo que tuvo con Mercedes Milá a propósito de su libro “He venido aquí a hablar de mi libro” Yo no vi esa escena en directo, pero aún hoy verla con el tiempo transcurrido me hace sonreír, tanto por lo ingenua que era la televisión entonces, que pagaba autores para hablar de libros, y no a las actuales meretrices y fulanas que llenan la pantalla para contar sus historias de cama. Pero quizás esa escena marcó a muchas generaciones sobre la figura de umbral, distorsionó su imagen para la gente más joven, y junto a Fernando Fernán Gómez, se elevó al altar de los irascibles patrios ajenos al mundanal ruido. Aprovechando su muerte, que aquí todo es negocio, es muy probable que las editoriales reediten algunos de sus títulos, y a lo mejor aprovecho para comprarlos y ver que tal escribía el señor Umbral, como describía ese Madrid nocturno, zafio, de fulana y chapero que tanto le gustaba. Quizás incluso al televisión actual le gustase, no se. Descanse en paz.

Pero ayer no sólo se murió Umbral,
también falleció Antonio Puerta, jugador de fútbol del Sevilla, que no aguantó los múltiples daños provocados por unas sucesivas paradas cardiorrespiratorias que sufrió en el campo este pasado Domingo. Un chico joven de 22 años, que esperaba su primer hijo para dentro de dos meses. Las dos caras de la muerte, al que se lleva a los mayores que a ellas se encaminan naturalmente y la que arranca de las raíces a los tallos jóvenes, aún sin madurar, con muchos días de sol y de alegría que disfrutar por delante. Hoy los del fútbol puede que aparquen por media hora sus enormes miserias y mezquindades, y le rindan un homenaje. Una pena.

martes, agosto 28, 2007

Cuando todo pende de un hilo... y se rompe

Una de las cosas que enseñó el apagón de Barcelona de este verano es lo inútiles que nos volvemos cuando se va la luz. Todo, desde nuestro trabajo, pasando por el ocio y el relax, hasta la comida y la supervivencia está enganchado a máquinas y aparatos que funcionan gracias a al electricidad. Si esta falla, todo se derrumba. No podemos trabajar, la comida se pudre en las neveras y ni siquiera podemos disfrutar de un buen disco o película que nos proporcione algo de relax. Todo se apaga.

Algo así nos sucedió ayer en el trabajo. A eso de las 10:20 de la mañana se fue al luz del complejo del Ministerio. No un apagón sólo de los ordenadores, o de los fluorescentes, no. Se fue todo: Máquinas de agua, equipos, luces, baños, ascensores.... esto último es importante si uno trabaja en una planta 19, que equivale a una veintiuno real. Nunca había vivido aquí una cosa similar, y la sensación de tonto que te cae encima no te la quita nadie. Tonto porque no puedes hacer nada, ni lo que tenías previsto ni cosa alguna, y encima al idea de bajar a al calle era desalentadora, porque ya he experimentado algunas veces lo que es bajar y subir andando desde aquí, y créanme que tiene su miga, sobre todo subir, claro. La cuestión es que, tras un debate, donde siempre se cuentan anécdotas similares, u otras más truculentas relacionadas con los apagones y los desastres vividos en este edificio, decidimos bajar a la calle a tomar algo, dado lo inútil que era estar aquí, entre las sombras, como fantasmas. Fuimos a una terraza cercana y, como era de esperar, todos los negocios de los alrededores disfrutaban del evento, porque sólo en el complejo del ministerio se fue la luz, y no en las manzanas aledañas. Una compañera mía dijo que a lo mejor se debía a que el ministerio era un moroso y no pagaba la luz, cosa que me extrañó al principio, pero que luego, pensando un poco en serio como funciona esto de mal, no me pareció una idea tan descabellada. Tras un rato en al terraza, sabiendo que la luz no había vuelto, opté por volver, animarme a subir todas las plantas y al menos hacer algunas cosas de bricolaje que no exigían luz. La condenada hizo amagos de volver, pero se iba al poco, y a eso de las 13:25 volvió del todo, y pudimos arrancar los ordenadores, y los benditos ascensores empezaron a subir y bajar.

Pero no todo es completo, no. La red, la maldita y condenada red no volvió, y aún hoy a las 8:15, que es cuando estoy escribiendo, aún no está conmigo, por lo que no se cuando publicaré hoy esto. (espero que no sea mañana). En fin, de coña. ¿Explicaciones de por qué pasó esto? Ninguna, ¿Responsables? Ninguno, ¿Excusas y disculpas pedidas? Ni la más mínima. Vamos, como en aterriza como puedas, cuando, debatiendo en la torre de control que hacer con el avión, va un capullo, suelta un enchufe, y al ver como todas las luces de al pista se apagan dice todo sonriente ¿A que jode? Pues eso.

lunes, agosto 27, 2007

Siempre al pie de la noticia

Este fin de semana no ha llovido mucho, pero si ha soplado el viento con ganas en Madrid. Estaba el Sábado a eso de las 18:00 en el parque de las tetas, Vallecas, disfrutando de la vista de Madrid, con unas nubes de tormenta al fondo que imponían respeto, y a la derecha de mi viítas se elevaban los cuatro nuevos rascacielos del CTBA, y tras ellos otra nube negra. Me dije que sería bonito ver las torres con la nube de cerca y, dicho y hecho, cogí los bártulos y me fui hasta al estación de tren de Chamartín, cuya nueva salida de metro da casi en frente a los colosos.

Y al salir de la boca de metro, sita bajo los soportales que cubren al estación de tren y sobre los que se alza el hotel Chamartín, veo a un grupo de cinco personas que, apoyadas sobre al barandilla que separa la boca de metro del parking que se está construyendo al lado, miran el cielo muy interesados, pero no hacia las torres del CTBA, sino hacia el hotel Chamartín, casi encima de nuestras cabezas. Me asomo y, sorprendido, veo como gran parte de la cubierta circular del hotel cuelga de la paredes, y continuamente se desprenden pedazos del aislante espumoso que hace de relleno en la bóveda. Según me cuenta uno de los presentes,
el viento la ha arrancado hace poco más de diez minutos, y allí nos quedamos los seis mirando como se bambolea aquel montón de chatarra. Me parecía bastante grande, desde luego más de cien metros cuadrados, y se movía como si fueran ramas de un árbol ante la brisa, o vendaval, que se levantaba de vez en cuando. La policía que estaba allí, y los bomberos que empezaban a llegar miraban, junto a nosotros, el tendido, empezando a acotar al zona e impidiendo a la gente que accediera al aparcamiento. En esto que se levantó una racha fuerte y, con un ruido de rasgado muy pronunciado, una sección de unos 30 metros cuadrados sale volando del tejado. La vemos, entre asombrados e impotentes, como cae planeando y, tras describir dos o tres círculos, se desploma sobre el aparcamiento, a unos 15 o 20 metros de nosotros, haciendo un ruido enorme y, milagrosamente, sin pillar ningún coche. Todos nosotros y los dos policías que nos acompañaban corremos a meternos nuevamente bajo los portales, y empieza a cundir algo de nerviosismo. La policía empieza a sopesar el cortar la boca de metro, pese a estar a refugio, y el aire se llena de espumillones bastante sucios y desagradables.

Finalmente la policía no nos deja salir de la zona cubierta, y es desde allí donde vemos caer otro pedazo, aún más grande que el anterior, que nuevamente no pilla a ningún coche, pero que casi alcana a uno de los puentes que sirven a los vehículos para salir de la estación. Poco a poco me alejo de allí, y estuve más de media hora en Agustín de Foxa 27 – 29 – 30, viendo a distancia como aún varias decenas de metros cuadrados de cubierta oscilaban, batían y golpeaban la fachada y las ventanas del hotel. Todo un espectáculo, afortunadamente sin bajas personales ni materiales (en el suelo) y una casualidad el que estuviera allí para verlo.

viernes, agosto 24, 2007

Arte moderno

Maldita Sea!!! Se levanta uno de la cama tan tyarquilo,e n una mañana nubosa que anuncia bellas tormentas y espectáculo, pone la tele y se encuentra con que ETA ha puesto un coche bomba en el cuartel de la Guardia Civil de Durango, causando dos heridos y destrozos en los alrededores. En la cuesta de Montorretas, la salida de Durango a Elorrio, donde si no he pasado miles han sido millones de veces. Otra vez volvemos a la misma porquería de siempre, por culpa de una cuadrilla de iluminados. Ya no sólo es deprimente el tiempo en el País Vasco.

Y hoy tenía pensado hablar de arte...... pues lo voy a hacer, que narices, al menos estos no van a causar destrozos en esta página (de momento). Este pasado Miércoles visité las exposiciones temporales que aloja ahora el
Museo Thyssen. Las tenía pendientes, pero vino una visita relámpago y aprovechamos para verlas. Son bastante distintas entre sí, pero muy recomendable ambas. A la que va más gente es a la de Van Gogh, motivo por el que las entradas se venden por horas, y cogimos a las 22:00 (el museo en Julio y Agosto abre hasta las 23:00). Es una recopilación de sus últimas obras, y de otros contemporáneos y amigos suyos, producidas en los escasos dos meses que pasó en el pueblo de Auvers-sur-Oise, muy cercano a París, antes de su suicidio. La otra exposición, que concita menos público y se puede ver sin limitación de horario, está dedicada al pintor fotorrealista Richard Estes. Algo había visto yo de este hombre, pero al visita del Miércoles supuso todo un impacto, tanto para mi como para mis acompañantes. Estes dibuja, retrata, calca la realidad en sus cuadros y la hace aún más real que la vida misma. Especializado en imágenes urbanas, encandilado, como no podía ser de otra manera, por Nueva York, sus cuadros reflejan la realidad y llenan de brillos, matices, sombras y luces el lugar en el que se encuentran. Hay tres o cuatro vistas de Times Square, tomadas desde Broadway y la Séptima Avenida que son deslumbrantes. También son bellísimas sus composiciones de tiendas, escaparates y esquinas callejeras, que consiguen hacerte sentir la sensación de que estás allí, paseando por las calles y viendo una tienda de verdad, no ya un mero decorado. La verdad es que la exposición de Estes será una de las cosas más bonitas que he visto en museos desde hace mucho tiempo, superando incluso a la soberbia exposición de Patinir que ahora cuelga el Museo del Prado, mano maestra del paisaje que también desconocía y ahora admiro.

Sin embargo, toda esta belleza hoy no será portada de las noticias, no. Lo serán los destrozos, los cristales rotos y las ventanas arrancadas en Durango. Además no me va a hacer ninguna gracia ver todo eso, porque justo en los bloques sitos frente al cuartel, unas casas de los años cincuenta, modestas y más bien ajadas, vivían mis abuelos maternos, y muchas son las veces que, cuando era niño, iba allí con mis padres, a Montorretas, de visita. Desde su balcón se veía el pabellón de Estancona, la cuesta y el cuartel. Hoy quizás sobre ese balcón sólo haya polvo y cristales reventados..... Definitivamente, se acabó el verano.

jueves, agosto 23, 2007

Basura de hipotecas (II)

Una vez visto el mecanismo que ha generado la crisis bursátil, queda por saber la gran pregunta. En que me afecta todo esto a mi, a cada uno de nosotros. A los que se hayan quedado pillados en Agosto y hayan vendido en pérdidas ya els ha sentado mal, directamente, pero a medio y largo plazo el número de perjudicados crecerá. Al cuestión es saber si estamos ante una bajada del mercado provocada por una gran tormenta de verano o si el ruido de fondo no es sino otra señal del declive económico y financiero, largamente anunciado tras años de crecimiento.

Una de las consecuencias que yo me suponía de tanto vaivén era el freno del Euribor, sobre todo tras la bajada sorpresa del tipo de interés interbancario en los EE.UU. de este pasado Viernes 17. Sin embargo, el
Banco Central Europeo insiste en que tiene intenciones de subirnos el bicho en Septiembre, lo cual sólo contribuirá a frenar aún más el mercado inmobiliario (y a aumentar la cuota de mi hipoteca, maldición!!!!!). Los portales están llenos de carteles, algunos ya deteriorados, aunque en esto también influye el continuo viento de este verano descafeinado. En España no se han llegado a ofertar hipotecas tan cutres como las “subprime” americanas, pero si se han hecho tonterías. Ahora no, pero hace algo más de un año era posible conseguir préstamos por el 100% del valor de tasación, a veces sin avales, y las hipotecas a 50 años, una burrada inventada por al BBK, se han extendido. Como alargar el plazo disminuye la cuota, muchos se lanzaron a por pisos más caros de lo que podían, logrando así cuotas estables pero a muchísimos años más. Estos serían de los primeros en caer si el tipo de interés no cede. También han surgido sombras sobre los mismos tasadores, muchas veces meros apéndices de los bancos, cuyas estimaciones del valor del bien pueden tener un cierto incentivo a inflarse, para asó otorgar mayor volumen de crédito y cobrar más. Un desplome inmobiliario, pese a lo que algunos puedan pensar, no significaría sólo que los pisos valieran menos y fueran más accesibles, que quizás sí. Supondría, sobre todo, la ruina de la mayor parte de las economías familiares y la destrucción de un enorme sector del tejido productivo nacional. Impagos, morosos y deudores crecerían por todas partes y tarde o temprano el sistema financiero se vería arrastrado a un precipicio de difícil salida. Todo eso ya pasó en Japón en 1990, y llevan una quincena de años moribundos, tratando de salir del enorme pozo sin fondo en el que cayeron.

Por de pronto se pueden extraer dos conclusiones obvias, pero con mucha enjundia, de todo esto. Lo primero es que la incertidumbre ha aumentado mucho, y eso es malo. Planes de negocio, decisiones, compras futuras, etc pueden verse aletargadas o canceladas ante los miedos y temores surgidos, y las expectativas son sagradas en economía, para lo bueno y lo malo. La otra lección es que el modelo de crecimiento, sobre todo el español, debe variar de rumbo, abandonar el motor del ladrillo y subirse al carro de la tecnología y la innovación si quiere sobrevivir en el futuro. Eso es bueno, pero quizás sea lo más difícil de llevar a cabo.

miércoles, agosto 22, 2007

Basura de hipotecas (I)

Una de las noticias que ha explotado, casi literalmente, durante el puente de la quincena de Agosto ha sido la crisis de las hipotecas en Estados Unidos, y el asociado derrumbe de al bolsa en todo el mundo. Bancos Centrales interviniendo a mansalva en el mercado del crédito bancario, títulos cayendo y, otra vez, un Agosto lleno de incertidumbre y temor para unos inversores minoristas que observaban incrédulos desde su chiringuito playero como los titulares de los periódicos les llenaban los ojos con el odiado crack mientras que ellos lo único que podían hacer era, ilusos, esperar en la barra para ser atendidos.

¿Qué ha pasado esta vez? ¿Por qué la crisis? Bueno, en principio es sencillo. Para otorgar una hipoteca a un particular un banco se fija en dos criterios simultáneamente. Uno es que el importe concedido no supere el 80% del valor de tasación del piso a comprar, y que la cuota mensual del préstamo (lo que el banco nos quita cada mes) no supere el 40 – 45% del salario neto. Con estas condiciones el banco se garantiza una mínima solvencia del cliente y le da u margen en caso de que suban los tipos de interés de nuestras queridas hipotecas variables. Pues bien, hace algunos años alguien descubrió en EE.UU que si relajaba estos criterios podría haber mucha mas gente que optara a conseguir hipoteca, y por tanto mayores beneficios para la entidad que las concediera. Alguien pudiera pensar que eso para el banco o la entidad que otorgue el préstamo es peligroso, porque aumenta sus riesgos, y es verdad, pero en u momento de tipos de interés bajos, economía creciente y precios inmobiliarios disparados el negocio era redondo. Así se creo el denominado mercado de hipotecas “subprime”. Más tarde otra entidad avispada descubrió que podía, perdón por el palabro, “titulizar” estas hipotecas, emitiendo bonos o títulos asociados e a estos préstamos, que podías ser comprados y vendidos en el mercado por otras entidades, a un precios y rentabilidad en función de la marcha de los pagos de las hipotecas originales. Así no sólo las entidades que concedieron los préstamos arriesgado se forraban en un mercado ascendente, sino también aquellas que compraran los títulos se unían al carro de los ganadores, subiéndose a la cresta de una ola espumosa que parecía no tener fin.

Pero ya se sabe, todo tiene un reverso tenebroso. En el momento en el que los tipos empezaron a subir y los precios de los pisos empiezan a no crecer como la espuma, la tasa de morosos en el pago se dispara, empezando por aquellos que estuvieran más al límite de sus posibilidades, y a partir de ahí se cancelan hipotecas, se embargan pisos y se empieza a hundir el valor de los títulos financieros asociados a esos créditos. Esos valores bajistas empiezan a teñir de rojo el resultado de algunos fondos de inversión y las entidades financieras empiezan asomarse al barranco de la falta de liquidez, de la caída del valor. Todo esto es el antes de la crisis. A ver si mañana escribo algo sobre el durante (donde ahora estamos) y quién sabe si el después...

martes, agosto 21, 2007

Dean llama a tu puerta

Dean, la primera tormenta tropical fuerte de esta temporada asoma sus garras sobre la península de Yucatán, tras pasar por República Dominicana y Jamaica. Allí ha dejado ago de destrucción y una decena de muertos, pero el miedo crece cuando, llegando casi a categoría 5 de huracán, están en su punto de mira los complejos turísticos de Cancún y la Riviera Maya. En los que, entre otros, se encuentran siete mil españoles disfrutando de sus vacaciones. ¿Son muchos siete mil españoles en Cancún? Cuando lo oí no me pareció una cifra nada baja.

La verdad es que Dean debe sentirse muy presionado. Ha llegado, con su máxima fuerza, justo en la cuarta semana de agosto, cuando las televisiones y la prensa están ávidos de noticias pero ligeramente secos de contenidos. Por ello el anuncio de catástrofe inminente y tan bien programada que supone un huracán, en contraposición a desastres más reales pero no previsibles como los terremotos (díganselo a los peruanos) ha hecho que todos los medios abran sus informativos con imágenes de espirales azotando el caribe, gráficos de trayectoria y recuento prematuro de daños y víctimas. Como las consecuencias del huracán sean pequeñas (y esperemos que así sea) el pobre Dean va a quedar en muy mal lugar. Ya me imagino debates a lo largo de las siguientes semanas, en los que sagaces contertulios aducirán que el calentamiento global tiene estas cosas, y que genera enormes huracanes pero que también los amortigua, con declaraciones en exclusiva de una periodista afirmado que Dean fue visto la noche antes de impactar contra Cancún en compañía de un frente ocluido de muy mala reputación, que según las malas lenguas ya había ocasionado la pérdida de fuerza de otra tormenta tropical anteriormente, y claro, de tanta golfería Dean no se repuso, y ha resultado ser muy flojo. Poco tardará en llamar al programa, a través del teléfono de aludidos, el abogado, representantes y miembros de la plataforma de defensa del los frentes ocluidos, acusando al programa de difamar, y de sembrar rumores insidiosos sobre la salud y el comportamiento del pobre y honrado Dean, que se ilusionó al ver un manchón de agua caliente, en el fondo era muy humano, pero que luego se le pasó el calentón.

En fin, Dean, no te envidio, aunque si me gustaría verte en plenitud. En vez de coger un avión y escapara de Cancún, yo me iría allí para, desde la última planta de uno de esos hoteles, que no van a resultar destrozados por el huracán, presenciar uno de los más colosales e impresionantes espectáculos naturales que un hombre jamás pueda imaginar. Y recordemos que en 2005 pasó por allí Wilma, más potente que este Dean, y no tiró los edificios, aunque sí arrasó los complejos. Esta vez no será peor, pero te pido un favor, Dean: coge fuerza, tras el garbeo por el golfo cruza el Atlántico y ven aquí para llevarte algunas de las porquerías que nos rodean.

lunes, agosto 20, 2007

El verano sueco

Y eso que ya lo anunciaba la previsión, pero la caída de temperaturas y las nubes han convertido esta segunda parte de la semana del 15 de Agosto más en un anticipo del otoño que en la plenitud del verano, cosa que tampoco debiera extrañar dadas las fechas, que el verano empezó mañana va a hacer dos meses. Si en la costa mediterránea la imagen ha sido tristona, por el norte ha alcanzado cotas decepcionantes. El Miércoles 15 por la mañana aguantó, con viento sur y calor, pero ya para las 16:00 se cubrió y una hora más tarde empezó a llover. Las nubes no se fueron hasta el Sábado.

Como se anunció un Sábado precioso, con temperaturas cálidas de 25 grados (ETB dixit) aproveché ese día para ir a la playa, cosa que hago pocas veces al año. La verdad es que el día playero salió muy bien. Una tarde relajante en buena compañía, no muy calurosa, y con un agua fresca cuando uno se introducía en ella, pero luego agradable, aunque con poca ola, ideal para nadar un poco pero no tanto para jugar con la espuma y divertirse. La afluencia en la playa era buena, aunque no se rozaba el lleno, quizás porque en verano, y más en Agosto, quién puede huye del norte, visto lo visto. Desde luego hay una especie de carrera a ver quién es el último en largarse de Elorrio y dejarle las llaves del pueblo al que se queda. Ya hablé de eso la semana pasada, pero es que estos días lo he vivido en plenitud, quizás incluso más intensamente que otros años, porque me ha dado la sensación de que, o se ha ido aún más gente, o que todo estaba cerrado (bueno, eso no era una sensación, era verdad). Paseando el Miércoles al mediodía por los pabellones industriales cercanos a mi casa me di el lujo de andar un buen rato por la línea discontinua que separa los carriles de la carretera que lleva a la variante, y no pasó ningún coche para importunarme. Era una agradable y extraña sensación de vacío, con el viento cálido en la cara y los brazos, y el silencio, profundo., en una zona habitualmente ruidosa y llena de maquinaria y tráfico. Pensaba para mi que no podía haber una sensación más absoluta de abandono y de vacío, pero me equivocaba. La noche del viernes, a la hora de tomar el típico café con los amigos, descubrimos que ni uno de los dos bares a los que solemos ir a darnos ese placer, alternativamente el Viernes y Sábado, estaban abiertos, y rebuscando, acabamos en el Bi Kale, que era de lo poco que estaba abierto.

Y allí, en medio de una compañía inmejorable, la verdad es que la escena era de película. Dos o tres colgados, mayores o avejentados en la esquina contraria de la barra a la que nosotros nos encontrábamos, y dos chiquillos jugado al fondo al billar, en medio de unas luces oscuras, que reflejaban a la perfección el típico bar desangelado, perdido, de carretera, que suele aparecer en las películas americanas, donde entra un malo y dispara, o la chica huyendo del malo, o el chico inocente y los malos ya están dentro.... malos no se sí había, aunque alguno seguro que pululaba por allí, pero las chicas desde luego no estaban. Sería porque era Agosto.......

martes, agosto 14, 2007

La desolación

Mi planta es un desierto. En esta, que quizás sea la semana más tonta del año, no hay prácticamente nadie en los pasillos de mi oficina, y muy poca gente en todo el complejo. De hecho hasta la cafetería parece un lugar de bohemios encuentros, vacía, silenciosa, alejada del bullicio tradicional. Este 15 de agosto festivo en mitad de la semana ha dividido al país en dos, los que se cogen el puente la primera parte y los que, como yo, se cogen la segunda. Bueno, se me olvidaban los que van a estar toda la semana de vacaciones, y los pocos que la trabajaran completa.

Agosto es un mes raro. En Madrid se nota el vacío, aunque cada vez menos, pero donde yo lo aprecio en su totalidad es en Elorrio. La gente se ríe cuando digo que la piscina municipal (sólo cubierta) cierra en Agosto, pero es lógico, porque de ser un pueblo pequeño pasa a convertirse en una aldea de guardia. Parece que cuando llegas hay un cartel avisándote “Pueblo cerrado pro vacaciones. ¿Seguro que no se ha equivocado de carretera?” Queda abierta una farmacia, un estanco, casi una sola tienda para cada cosa, y por la mañana, porque por la tarde el vacío es desolador. Eso sí, puedes respirar una paz que es imposible apreciarla el resto del año, porque también paran las fábricas, echan el candado todo el mes, y los hornos, prensas y fundiciones se quedan fríos y a oscuras. Saliendo al balcón de mi casa, que da a un paisaje algo bucólico y sin duda espectacular, las cercanas fábricas, siempre chirriantes y vomitando humo, se muestran mudas, permitiendo así disfrutar plenamente del sonido del entorno, apenas enturbiado por coches sueltos que pasan por donde nadie lo hace. Quizás el resultado sea demasiado triste, pero afortunadamente tampoco es eterno. Para la última semana del mes al gente empieza a retornar, y este año intuyo que antes, porque el amigo Euribor cada vez se come más de las caras vacaciones. Empiezan a arrancar las máquinas y el barrio vuelve a “disfrutar” del run run habitual, aderezado en septiembre por esas temporadas de viento sur que contribuyen a que el polvo y al ceniza se aproximen a las casas más de lo deseable. De todas maneras hace años había mucha más contaminación, también porque había más fábricas, que el tiempo, la tecnología y la competencia son crueles, y acaban generando ruinas donde antes se levantaban orgullosos pabellones y chimeneas.

En Madrid el vacío es más relativo. Siempre hay periódicos y televisiones que muestran enormes calles desiertas, pero creo que ya no es lo que era. El personal ha descubierto los encantos de un agosto urbano, de un turismo de interior y del disfrute pausado de unas calles habitualmente insoportables. De hecho, ayer acompañé a una buena amiga y a su precioso hijo a, entre otras cosas, comprar unas cosas en el Zara Home de Ayala, barrio de Salamanca, y la tienda estaba atestada, para nada se notaba ese mítico Agosto. En fin, disfrutarlo mucho, ser felices y hasta el Lunes 20.

lunes, agosto 13, 2007

El terremoto

Ayer hubo un terremoto en España. No, no se trató de la dimisión de un portavoz del PP o del PSOE, ni de la renuncia de una ministra, ni de un nuevo acuerdo en un proceso destinado a no se sabe qué, ni si quiera de la cancelación de un programa de la tele destinado al cotilleo rosa . No, y bien pudieran haber sido esas cosas (sobre todo la última) pero esta vez se trataba de un terremoto de verdad. Un seísmo geológico con epicentro en Pedro Muñoz, Ciudad Real, que se notó en gran parte de España, con especial incidencia en la zona centro, y desde luego en el madrileño barrio de Moratalaz.

Porque esta vez me ha tocado vivirlo a mi. Produce una cierta ilusión ver por la tele las imágenes de personas que han sufrido el movimiento cuando uno mismo también se siente partícipe de eso. Es como la lotería de Navidad, pero justo al revés. La cuestión es que el Domingo me levanté a eso de las 9:00, desayuné y fui a por el periódico. Eras las 10 menos 10, y estaba entregado a uno de los placeres más deliciosos que conozco, que es una mañana de fin de semana leyendo la prensa en el sofá, con buena música, cuando de repente noté un bandazo lateral en todo lo que me rodeaba. Tras el viaje de vuelta, un nuevo empujón, aún más fuerte, y la sensación de extrañeza pegada en el cuerpo. Apague la música y vi como la torre con los CDs oscilaba con fuerza, junto con las copas y otros vasos que están en el mueble del salón, y que nunca me decido a echar a la basura pese a que debiera hacerlo. Corrí al cuarto de los libros y las estanterías aún se bamboleaban suavemente, junto con las lámparas, que pendulaban con más ligereza y estilo. Me quedé un rato parado pensando que a lo mejor había vivido un terremoto, porque la otra posibilidad, que es que la casa se venga abajo, me parecía demasiado peligrosa. Tras ver que todo estaba en su sitio, volví al sofá, pero esta vez puse la radio para ver si en las noticias comentaban algo de un terremoto o era todo una mera ilusión mía. Al poco los programas matutinos empezaban a recibir llamadas de oyentes que habían notado movimientos en sus edificios. El hecho de que se notase en Madrid, aunque hay mucha gente de vacaciones, contribuyó a colapsar centralitas y servicios de emergencias. Afortunadamente no ha habido ningún tipo de consecuencia personal ni material, y todo se quedó en una anécdota de agosto, eso sí, no muy habitual.

No es la primera vez que vivo un movimiento así. Creo que a finales de los noventa me tocó uno en Elorrio, que yo noté un Sábado a las 7 de la mañana, despierto en mi cama, pero nadie más en casa lo percibió, y menos mal que luego lo dijeron en la tele, porque sino no me cree nadie. Pero eso sí, de intensidad mucho menor. Ayer el edificio se movió con ganas, se sacudió bastante, y la verdad es que te queda un regusto muy raro al notar que lo que supones sólido se balancea como un coche ante un socavón. Ya tenemos una historia para recordar en este verano de 2007.

viernes, agosto 10, 2007

Cuando la hipoteca de tu vecino veas pelar....

Ayer fue un día muy oscuro en Wall Street. Tras varios días de alzas basadas en expectativas poco consistentes, el mercado se la dio, cayendo un 2,75% hasta los 13.270,68 puntos. En Europa la situación tampoco fue mucho más optimista, aunque el Bies moderó sus caídas y cerró con una pérdida del 1,11%, siguiendo con es tónica de los últimos meses, consistente en encadenar subidas directas con caídas abruptas, generando un gráfico de sierra pirenaica no apto para cobardes. Dicen los expertos que estamos en un gran movimiento lateral, pero a mi esto más me suena a bandazo que a movimiento, Veremos a ver.

Y a que viene la caída de ayer??? Principalmente al riesgo de que el desplome del mercado inmobiliario norteamericano acabe arrastrando a las entidades financieras y, de allí, al resto de la economía. ¿Les suena? Justo con lo que se lleva amenazando que va a ocurrir en España desde hace ya algún tiempo. Es cierto que el mercado inmobiliario en EE.UU. lleva en descenso varios meses, tanto en venta como en precios, cosa que aquí aún no ha ocurrido de manera firme, aunque hay claros indicios que anticipan un comportamiento similar. Además, allí las hipotecas han sufrido un exceso de lo que se denomina ingeniería financiera. Se han puesto en circulación productos de riesgo vinculados a hipotecas (los llamados “subprime”) que funcionan muy bien cuando todo va bien, pero que en caso de derrumbe amplifican las pérdidas. En el caso español no se han usado estos instrumentos, aunque sí locuras como las hipotecas a 50 años, y lo cierto es que si un sector es sólido en España ese es el bancario. Muchas veces he dicho que los únicos que saben si realmente va a haber un derrumbe del mercado inmobiliario son los bancos, precisamente, porque ellos tienen todos los datos de las personas a las que han concedido las hipotecas, saben hasta que cantidad de cuota pueden aguantar los pagos y pueden hacer cálculos del tipo “cuanta gente me deja de pagar y se convierte en morosa si el Euribor sube un 0,5%”. No creo que aquí lleguemos a una situación de impago generalizado, entre otras cosas porque hemos montado un espantajo de economía dependiente en exceso del ladrillo, y su derrumbe acarrearía consecuencias desastrosas, así que más nos vale que no ocurra eso.

Pero síntomas de ralentización los hay. Los carteles de venta de pisos cada vez duran más, y empiezan a hacerse compañía en los portales, los índices de morosidad suben, y lo refleja la prensa de una manera poco calar aún, pero empieza a mencionarlo, pero donde sí he visto que hay un cambio de tendencia es en el nuevo anuncio de
Polaris World. Ayer lo vi por la tele y sale el individuo de siempre, ofertando sus resorts murcianos al mismo precio que antes del verano diciendo “pague por su casa lo que realmente vale, no se deje engañar” o algo similar. Madre mía, si los de los complejos veraniegos empiezan así es que a lo mejor lo del parón del mercado va muy en serio...........

jueves, agosto 09, 2007

Caótica Barcelona

Agosto. 6:30 de la mañana. El despertador suena con fuerza y Fernando P. logra, con dificultades, apagarlo. Ha pasado una noche horrible. Una fuerte tormenta le despertó a eso de las 2:00 de la mañana y no le ha dejado dormir durante más de una hora. Además, algo de agua entró por las rendijas de la persiana del salón, pero eso sólo lo descubre cuando se acerca, aún con los ojos medio cerrados, a ver como está la sala tras el paso de la noche. Se da una ducha rápida para despejarse y, mientras se seca, pone la cafetera para tomar algo caliente y salir hacia el trabajo. Pero a las 6:45 se va la luz.

No, otra vez no, piensa Fernando P. La semana pasada estuve dos días a oscuras, y gasté todas las velas que encontré por casa y las tiendas de los alrededores. Aún recuerda la cena de antes de ayer en casa de su amiga Merche. Solos, en la terraza, disfrutando del anochecer y del soporífero estruendo de un contenedor sito junto al portal de la casa, que día y noche vomita humo de su chimenea, recordando lo débil que es la ciudad en la que vive, pese a lo que paga por ello. Sin desayunar, sale Fernando P. de casa paraguas en mano, y hace bien, porque aún llueve con fuerza. Charcos en la acera, alcantarillas saturadas llenas de hojas arrancadas por el vendaval que intenta no pisar, y poca gente corriendo por la calle hacia un refugio. Llega al metro que le conducirá a Sants, y de allí, en Cercanías, hasta el aeropuerto, donde le espera la oficina, llena de papeles y diseños de unos colectores, inmersos en las interminables obras de ampliación del aeropuerto. En Sants la aglomeración de gente en los andenes es brutal. “Bien, y ahora que pasa...” se pregunta Fernando P. a eso de las 7:25, con algo de cansancio ya instalado en el cuerpo. Por una megafonía inaudible creer escuchar que hay retrasos por la lluvia, pero no se lo acaba de creer. Lleva varias semanas oyendo excusas sobre el porqué del mal servicio de cercanías, pero nunca hasta hoy le habían achacado la demora a la lluvia. Será porque en Barcelona no hay tormentas de verano, piensa irónico y resignado, y se dirige a la ventanilla de información, donde una cola llena de iracundos usuarios recrimina e insulta a cualquiera que pase por allí. Desesperado, Fernando P. vuelve al andén, y decide esperar, esperar y esperar a ver si aparece algo al otro lado del túnel, pero el gentío crece, el ruido y el nerviosismo con él, y las escenas de cabreo se suceden por doquier. Entonces, sonriendo, Fernando P. recuerda la cara de satisfacción que puso cuando, al escoger los turnos de vacaciones de este año, el prefirió trabajar en Agosto, un mes mucho más tranquilo y relajado, en el que hay menos gente y todo está más libre.... Una gotera sobre su cabeza, llegada de un techo agrietado, húmedo y desvencijado le saca de su sopor y le devuelve a la cruda realidad.....

...... esto es una historia de ficción, pero durante los últimos meses la vida de muchos habitantes de la ciudad de Barcelona y alrededores ha empezado casi todos los días como la de Fernando P., sólo que luego a lo largo de la jornada ha ido empeorando aún más. Y religiosamente todos pagan (y pagamos) los impuestos a unos gobiernos locales, autonómicos y nacionales que demuestran día a día su incapacidad, torpeza y negligencia, reclamando paciencia para así ocultar la ineptitud de su vergonzosa gestión.

¿Qué tiene que pasar para Magdalena Álvarez, Ministra de Fomento, dimita de una maldita vez?

miércoles, agosto 08, 2007

El chunda chunda

No logro entender como se ha convertido en algo habitual el que, cada dos por tres, pasen coches por la calle atronando un ruido ensordecedor, producto de un equipo de música que roba más potencia al motor que la subida de una rampa de puerto del Tour. En cada semáforo y esquina, y en verano es una ley inexorable, no falla el bacaladero o individuo de corte similar, coche chillón, ventanas oscuras y un PUM PUM que sale por todas partes de su coche, que se agita al ritmo de los bafles como si estuviera haciendo el amor, cosa que le vendría muy bien al dueño del coche, y mejor a los sufridores de su futura sordera.

Hasta ahora este mal estaba confiando a las calles con coche, pero, horror, ahora se entiende por todas partes, gracias a los nuevos teléfonos móviles, capaces de emitir un ruido bastante elevado. Observo bastante asombrado como se está poniendo de moda que varios chavales se junten alrededor de un teléfono que, supongo al mayor volumen posible para ese aparato, emite el ya clásico CHUNDA CHUNDA o su versión salsera, que tanto da. Lo malo del móvil es que claro, está por todas partes. En los ochenta la SONY se forró con el walkman, el casete portátil con auriculares (tanto que el Word por defecto no me marca walkman como palabra incorrectamente escrita) como un logro de la privacidad y del aislamiento. Ese es el papel de los MP3 de ahora, encabezados por la saga Ipod (aquí se nota que Microsoft no traga a Mac, Ipod sí está en rojo para el Word). Pues bien, es un poco chocante como alguien con auriculares puede llevar al música a tal volumen que todo el mundo la escuche, pero bueno, tampoco es tan malo, excepto para sus orejas, claro, pero esto del móvil radiando para todo el que pase por allí me parece una enorme falta de educación y de consideración hacia los demás. Porque encima dile a la tropa, reunida en trono a su tótem, que baje el volumen del aparato, porque te mirarán todos como si fueras un marciano, un tarado que sólo pretende cortarles el rollo. La semana pasada había en el metro un grupillo de chavales en ese plan, en este caso con música salsera, y uno de ellos, vestido sólo en bañador, y móvil en ristre, bailaba en el vagón como si estuviera sólo, pese a las peticiones de los allí presentes para que se estuviera quieto.

Pensándolo un poco, esta moda me recuerda a las pandillas de macarras de los ochenta que con sus loros, aquellos enormes radiocasetes de bafles gemelos, se apostaban en las esquinas para charlar, beber, bailar y pasar el rato, imagen muy idealizada en las películas americanas, de suburbios, de las que luego surgirían los grupos de rap, break dance, los alumnos de Fama y otras tribus urbanas. Las tropas de ahora se juntan en torno a un politono descargado a precio de oro, de calidad musical infame y de sonido estridente. El macarra del coche se hace portátil, autoportante de su propio estruendo. A este paso habrá que decretar zonas libres de ruido.

martes, agosto 07, 2007

Nafarroa ????

Ayer la tragicomedia que se escenifica en Navarra desde las pasadas elecciones autonómicas asistió al sacrificio del primer protagonista. Fernando Puras, candidato a la presidencia Navarra por el PSN dimitió después de que la dirección federal del PSOE le obligase a renunciar al acuerdo que había alcanzado a última hora con Nafarroa Bai, o NaBai, para descabezar a Miguel Sanz, de UPN – PP de la presidencia. Puras es el primero en pagar el pato de una gestión postelectoral de la que se podría aprender mucho, porque es difícil hacerlo peor que lo que lo han hecho los socialistas navarros y nacionales.

Empezando por el propio señor Puras. Ya en la campaña electoral, con unas encuestas que señalaban que la coalición Nafarroa Bai desbancaría al PSN como segunda fuerza más votada, Puras proclamó en mítines y entrevistas que nunca se postularía como candidato de ser la tercera fuerza política. Poca gente le creía, y hacían bien, porque tras las elecciones, ganadas por UPN, seguida de Nafarroa Bai y el PSN, no tardo ni dos días Puras en presentarse como aspirante a la presidencia de un gobierno de progreso en Navarra. A partir de aquí empieza a cundir el nerviosismo en UPN y en el PSOE, porque un acuerdo con los nacionalistas de NaBai daría el gobierno foral al PSN, sí, pero a un coste electoral nacional insoportable, porque dejaría abierta la puerta al PP para denunciar que la política de entrega de Navarra al nacionalismo vasco por parte del PSOE de ZP ha culminado otra etapa más, y esta vez mostrando un logro real. Las declaraciones del tipo “ya lo dijimos” serían recurrentes y, en gran parte, acertadas. Ante este panorama el PSOE tenía dos opciones, una vez hechos los cálculos de coste electoral. O se lanzaba al pacto con NaBai y lo explicaba en toda España para intentar amortiguarlo, o renunciaba a esa opción y se abstenía en la elección de presidente, dejando paso así a Miguel Sanz, destruyendo al PSOE en Navarra una vez más pero eliminando argumentos al PP de cara las elecciones generales. Esas eran las únicas alternativas, se escogía una de ellas y solucionado el problema, pero parece que durante dos meses en Ferraz se ha instalado la táctica de dejar pasar el tiempo, y que el problema se pudra para así olvidarlo. En medio de esta gestión federal nefasta, donde José Blanco ha vuelto a demostrar su incompetencia, Puras y Chivite, actual presidente del PSN que tampoco se a que espera para dimitir, han intentado jugar sus bazas de gobierno con NaBai, negociando, rompiendo negociaciones y volviéndose a sentar, mareando al electorado y a todos los partidos en un juego absurdo e infantil.

Parece que ahora el PSOE por fin se ha decidido, y opta por supeditar al PSN al interés nacional del PSOE. Bien, es una elección que genera costes presentes y probables beneficios futuros. Además todo el mundo sabe que, de ganar el PSOE en las generales de Marzo de 2008, siempre se podría recrear un pacto con NaBai y desbancar al PSN del gobierno foral, a salvo ya de sotes electorales y de críticas políticas. Quién sale más reforzado con todo este jaleo es Nafarroa Bai, que en las siguientes elecciones se llevará muchos votos de los frustrados electores del PSN. Se anuncia congreso del PSN para septiembre, y exigen la presencia de Blanco, que si tuviera algo de estilo acompañaría a Puras en su camino a la calle. No lo hará.

lunes, agosto 06, 2007

Pixar es Dios

Este pasado fin de semana, de tórrido calor y bellas tormentas, como mandan los cánones de Agosto, fui al cine a ver la última película de Pixar, Ratatouille (se pronuncia Ratatui, como indica el logotipo). Tenía esperanzas muy elevadas, porque las últimas obras de Pixar me han parecido genialidades, llenas de humor, frescura e inteligencia, y esta historia de ratita sabia y de cocineros atrevidos y conspiradores no le va a la zaga. De hecho ya la puedo incluir junto a Los Increíbles y Cars en el Panteón de la animación de estos monstruos californianos, encabezados por un genio llamado Brad Bird al que se le debiera rendir pleitesía perpetua.

La Película es buena en todos los aspectos. No soy un experto en técnica de imagen, por lo que quizás no pueda captar los detalles que verían ojos más afinados, pero hay escenas, como algunas de la persecución por París, o cuando la ratita mira al cielo parisino desde el empedrado, frente a la puerta trasera del restaurante, que yo no estaba en condiciones de diferenciar si eran imágenes reales o dibujadas. En la misma cocina, el contraste de colores entre los alimentos, las texturas casi palpables, o en la casa de la viejecita del principio, con su cocina desvencijada, las grietas del techo y sus estanterías... Soberbio, una brillantez de imagen que ya pudimos disfrutar en Cars, donde los reflejos de los bólidos en la pista eran de 10. Bien, esto es posible hacerlo con gente cualificada y mucho dinero en ordenadores, que los de Pixar lo tienen, pero lo que da un aire especial a estas películas, lo que a mi modo de ver las hace diferentes, es su profundidad intelectual. Sí, ahora saltará alguno diciendo que son dibujos, y que son para niños. Pues sí y no. En el caso de Los Increíbles aquellos personajes tenían una profundidad, unos sentimientos y unas personalidades más fuertes y marcadas que la mayor parte de los actores de hoy en día (dentro y fuera de la pantalla). En Cars los coches sentían, padecían y te provocaban risas y congojas. Yo lloré en Cars, y mucha gente se ríe cuando lo digo, pero la relación de amor que allí se plasmaba era real. Y algo parecido pasa aquí, con unos personajes cincelados a conciencia mediante unas expresiones reales y un soberbio guión (sí, guión, a ver si alguien recuerda que era eso en las series y películas españolas, y de otros sitios). El personaje que más me gustó fue el de la cocinera, no sólo por lo bien que estaba dibujada, :-), sino por la lucha interior que lleva. Marginada en la cocina por ser mujer, en un paradójico mundo de hombres, dura y acorazada ante ese entorno hostil, pero con un pálpito de amor en su interior que no se atreve a mostrar... Un personaje de verdad.

Y es que en estas películas, en las tres mencionadas y en el resto de su carrera, Pixar cuela muchos mensajes, pero yo destacaría uno sobre todos los demás. La creencia en uno mismo. Las infinitas posibilidades que se esconden en nosotros si cada uno damos rienda suelta a la voluntad, si luchamos por lo que creemos, nos esforzamos y damos lo mejor de nosotros mismos por alcanzar nuestras metas. Esa superación personal, ese saber que nada está hecho ni regalado, sino que hay que sufrir para conseguirlo, ese esfuerzo como entrega a los demás, al final redunda en logros, amor y bondad. ¿Qué más se puede pedir? Lo dicho, dejar de leer esto e ir al cine (o al emule) más cercano y disfrutar con esa joya.

viernes, agosto 03, 2007

Rusos en el Polo

Era lógico. Los únicos que podían alcanzar la superficie del fondo marino del Polo Norte eran los rusos, ya inmunes a las gélidas temperaturas gracias al frío del que disfrutan (es un decir) la mayor parte del año. Ayer un batiscafo ruso puso la bandera de su país allí abajo (o arriba), a 4.261 metros de profundidad. Todo un logro científico y tecnológico, y como tal lo destacan los periódicos, pero lo que los medios también dicen es que el interés del viaje es algo más crematístico que de pura investigación. Oscuros intereses se esconden en el lecho sobre el que se ha posado el batiscafo.

Tan oscuros que, de ser ciertas las estimaciones de los geólogos, allí se pueden encontrar la cuarte parte de las reservas mundiales de petróleo, y claro, la ley de que el que llega primero se lo queda ha hecho que los rusos se lancen al océano ártico con afán exploratorio y miras comerciales. Sin embargo, repartir el polo entre todos aquellos países que poseen territorios colindantes al mismo (creo que Rusia, EE.UU., Canadá y Dinamarca) no debe ser una tarea sencilla, y más cuando existe ese botín en juego. Este nuevo aldabonazo ruso se suma a la cascada de noticias que, provenientes de Moscú, aparecen anunciar un distanciamiento cada vez mayor entre el gobierno y la política rusa y la occidental. El cruce de expulsiones diplomáticas entre Moscú y Londres y la ruptura por parte del gobierno de Putin del tratado de armas convencionales en Europa han desatado algunas alarmas, y hay expertos que hablan de una nueva guerra fría ruso occidental, aunque yo no creo que nos encontremos ante un escenario tan simple. Es cierto que los gestos rusos son desafiantes y hoscos, pero me parece que son más para un consumo interno. No hay que olvidar que en 2008 hay elecciones presidenciales rusas, y ese chico de aspecto tan simpático llamado Vladimir Putin no se presenta. Lo hará en su lugar un delfín tutelado, y la política nacionalista siempre es un agradable caramelo de cara a una campaña electoral. Otra razón por la que creo que esa teórica nueva guerra fría no se dará es que Rusia no tiene ni de lejos, pese a aparentarlo, el poder de antaño. Es más probable que haya un enfrentamiento, vaya usted a saber de que tipo, entre EE.UU y China, y esa sea la causa de la rabieta rusa, que sabe que los chinos crecen disparados mientras ellos decaen.

Lo que sí es cierto es que mientras el petróleo este a casi 80 dólares como ahora, los dirigentes de los países productores harán ejercicios de fuerza para mostrar su poder y el dinero que ganan a manta gracias al barril. Putin, Chávez y Ahmadineyad son una tríada de delincuentes que nadan en petróleo, que podrían hacer felices a sus sociedades invirtiendo los fabulosos ingresos que obtienen en educación, infraestructuras y modernización de sus países, pero que prefieren gastárselo en armamentos y en políticas populistas y vociferantes, mientras que sus regímenes son cada vez más parecidos a perfectas dictaduras. Y nosotros financiando eso día a día en la estación de servicio....... que paradoja.

jueves, agosto 02, 2007

Campos de oro (Sting era un visionario)

Resulta que esa metáfora que se suele hacer habitualmente que asocia al oro las interminables extensiones de los campos de castilla, repletos de cereales crecidos, va a dejar de ser un juego de palabras y convertirse en realidad. Se anuncian subidas serias, de hasta un 20%, en el predio de alimentos básicos tales como el pan, e indirectamente la leche y los huevos. Lo primero es lógico, pero que les afecta a los segundos una subida en el precio de los cereales? Pues que los piensos agrarios se ponen por las nubes, y las vacas y gallinas no suelen padecer de anorexia.

Pero por qué suben los cereales? Hasta hace pocos años se dejaba oír una queja que señalaba que el cultivo de secano era ruinoso, y que los campos de cereal era mejor que se quedaran yermos para no perder tiempo y ahorros en ellos. Las causas principales parecen ser dos. Por una lado el éxito de los biocombustibles obtenidos a través de la fermentación de los cereales, especialmente del maíz, trigo y cebada. La tendencia a imponer porcentajes de combustible ecológico como aditivo de la gasolina hacen que sea muy codiciada la producción,
sobre todo con un petróleo a los psicodélicos precios en los que está. Por otro lado se encuentra la otra causa que, a parte del cambio climático, lo explica todo en este mundo. Los chinos (pruébenlo en cualquier discusión sobre un tema con los amigos, aludan que es el calentamiento global o los chinos la causa de, por ejemplo, la falta de aparcamiento en el barrio y seguro que todo el mundo asiente convencido). Pues bien, los chinos no sólo crecen económicamente, sino que también comen, y demandan productos basados en unos cereales que o bien no producen o no lo hacen en la cantidad adecuada. Es decir, dos nuevas fuerzas aparecen tirando de la demanda casi al unísono, y los precios, como en todo buen manual de economía, suben parta ajustarse ante este empuje de la demanda. Esto son las explicaciones técnicas y de fondo que un economista puede dar sobre porqué suben los precios. La cuestión es si eso se refleja en un 20%, un 8% o pi/3, y ahí la respuesta es más complicada. No sería de extrañar que al calor de las justificaciones la empresa metan márgenes adicionales más o menos generosos que, sobre todo en productos de primera necesidad y por ello de demanda muy inelástica (la gente reduce su consumo de leche a una velocidad mucho menor a la que esta incrementa el precio). Además septiembre es un mes de subidas en casi todo, aprovechando el despiste de la gente a la vuelta de las vacaciones. Te dan dos corticoles y tres sablazos, y a veces incluso sonríes.

Los que sí es probable que se vean beneficiados por todo esto son los agricultores. A ver si es verdad y podemos empezar a recortar las enormes e improductivas subvenciones que se dan al campo, que absorben al mayor parte del presupuesto de la Unión Europea en ese agujero llamado PAC, y que están formando unas generaciones de jardineros públicos, no de agricultores. Lo cierto es que de seguir la demanda este camino mucho tiempo va a haber que cambiar la letra de aquella clásica canción de misa y dejarla algo así: Una espiga dorada por el sol / el tallo que corta el segador / se convierten ahora en gasolina de motor / en el cuerpo y la sangre del tractor.

miércoles, agosto 01, 2007

Noches tropicales

Tercera noche en Madrid por encima de los 24 grados, y con muchas dificultades para poder dormir. La verdad es que sólo aquí he podido disfrutar de la experiencia de pasar la noche en bañador tumbado encima de la cama, sin sábanas ni nada, y darse la vuelta despacito, moviendo la cabeza poco a poco y no notar que tela alguna roza tu cuerpo. Al principio es una sensación extraña, se siente uno más sólo que lo habitual, sin la compañía del textil, pero luego le acabas cogiendo el gustillo, siempre que te muevas despacio, claro....

Porque como te muevas aceleradamente sudas, y entonces la sensación deja de ser agradable. Despertarse y notar algo húmeda al almohada es una percepción que no me gusta nada. Y eso que soy de los que, en reposo, no suda demasiado, y aguanto mucho el calor. Me acuerdo estos días tórridos y sofocantes de mis padres, él un calorías, que duerme desnudo en invierno, y ella una frigrorías, que siempre nota un aire fresco que le provoca dolores. Aquí ambos acabarían hartos. También me acuerdo de una amigo mío de Elorrio que ahora reside aquí con su mujer y que ya cuando Abril despunta se empieza a dar duchas frías, porque aunque haya una brisa fresca de la sierra ”seguro que detrás viene le calor” y así previene el chico los espasmos y las ronchas que, indefectiblemente, le surgirán allá por Junio, cuando el sol reina en lo alto de su templo celestial. Este año hemos tenido un inicio de verano muy suave. De hecho hasta que me fui de vacaciones, el 20 de Julio, el mes del César estaba siendo fresquito para lo que es habitual en Madrid. La mayoría de la gente aplaudía que así fuera, porque permitía dormir sin problemas ni agobios, pero no faltaba el que se quejaba de que no hacía calor, que el fresquito de la mañana era excesivo y que esto no era normal, aunque en ese caso le era difícil achacarlo al manido calentamiento global, producto del omnipresente cambio climático. Aunque tarde, el verano ya ha llegado con fuerza, y ahora los que aquí se han quedado quizás callemos porque el hecho de hablar alto, o moverte deprisa, genera más calor, y te hace sudar, y menos mal que la gente (y algunas empresas, no todas) se relaja en estas fechas y la tasa de corbatas cae, porque es una tortura para el cuello y la camisa llevar una lazo atado a los 40 grados.

La pregunta eterna es, ¿qué hacer en una noche de sofocante calor, en la que no se puede dormir? Los que vivan en pareja pueden optar por el sexo, de manera intensiva e innovadora, que el verano es muy propicio para las calenturas, pero también hace sudar. No se puede encender al luz y leer, porque al instante una horda de mosquitos penetra en la habitación y te fríe a cañonazos. Quizás lo más socorrido se aponer la radio y escuchar algo, para ver si aunque sea por el sopor de los programas nocturno uno cae rendido. Yo me quedo vegetando, tumbado en la cama y mirando al oscuro techo, sin importarme el reloj. Oyes voces y ruidos fuera, y no aprecias que haya corriente que refresque. Bueno, es el verano....