viernes, abril 29, 2011

Una luz en la oscuridad

Para terminar la semana de Pascua no está mal. Ayer explotó un suicida bomba en una cafetería de la turística Marrakech y mató a 16 personas, y es seguro que junto a los lloros y destrozos hubo alegría en los hoteles del mediterráneo español, Baleares y Canarias. Y hoy se publica al EPA del primer trimestre de 2011, en la que sabremos en cuánto se ha incrementado el paro. Si llegaremos a los cinco millones o no me parece trivial, porque hace mucho que superamos cualquier cifra razonable y que nuestros políticos, gestores y aspirantes, demostraron su incompetencia ante este absoluto desastre. Pena que ellos no estén entre esas cifras.

Ante esto, quiero fijarme hoy en una historia compleja, pero bella, que muestra nuevamente que en España hemos logrado casi la perfección en lo que hace al trasplante de órganos y, que quieren que les diga, me parece un colofón muy adecuado para una semana de Pascua. Ayer, mientras muchas vidas eran segadas en la plaza Yemá el Fna de Marraquech,
se produjo una cadena de donantes vivos de riñón en la que participaron seis personas y que permitió realizar tres trasplantes. ¿Cómo? Hay parejas en las que uno de los miembros necesita un trasplante de riñón y su respectivo está dispuesto a donárselo pero existe una incompatibilidad entre ambos, motivo por el que están esperando un riñón de una tercera persona. Este riñón externo soluciona el problema de la pareja originaria y “libera” el riñón que ellos estaban dispuestos a autotrasplantarse (y que no pueden) hacia otra persona. Ayer hubo dos parejas en este proceso, de Barcelona y Granada, que desembocó en una persona más de Granada, última receptora de la secuencia de órganos. Pero, se preguntarán ustedes, ¿quién es el que hace de taco de billar y pega el golpe inicial para generar una carambola de este tipo? Las parejas que están en esta situación están controladas por los hospitales, y se han diseñado algunas de estas secuencias, pero es necesario que haya una donación originaria que ponga en marcha todo el proceso. En el caso de ayer se dio lo que en el argot se llama la acción de un “buen samaritano”. Un religioso ofreció donar uno de sus riñones a quien lo necesitase, sin que haya relación de parentesco ni conocimiento, en una donación anónima de órganos en vida. Al parecer hay más de treinta personas en España dispuestas a realizar este tipo de donación, de cesión de su vida, por así entenderlo, pero cerca de la mitad de estos ofrecimientos no se han podido atender por razones de salud del donante, físicas o psicológicas. En el caso de ayer no había incompatibilidades de ningún tipo, el órgano se extrajo del donante y se trasplantó a la primera pareja, de Barcelona, que liberó un riñón y fue a Granada, a otra pareja que liberó otro riñón y acabó en el cuerpo de una paciente granadina. Gracias al riñón del samaritano fueron tres las personas que ayer volvieron a vivir plenamente, y su gesto merece todos los elogios y reconocimientos posibles, porque eso es entregarse a los demás, en el sentido más absoluto posible. Además, hay que felicitarse de que la coordinación entre hospitales y la gestión de todo este proceso, que supongo muy complejo, haya sido un éxito, permitiendo que los traslados, intervenciones y demás hitos se hayan completado en un tiempo muy breve y con éxito. Cientos de profesionales de muchas áreas han trabajado, dando lo mejor de sí, para que esto suceda. Y el resultado es vida, el mayor de los éxitos posibles.

El donante,
a quién podemos oír pero no ver su rostro en este vídeo, se habrá levantado esta mañana medio tormentosa de finales de Abril con una sensación extraña, con un vacío en uno de sus costados, pero con un corazón lleno por lo que ha hecho, y tres personas se habrán levantado igualmente hoy llenas, con un órgano nuevo que les otorga la vida, y una deuda de gratitud infinita hacia alguien a quien nunca van a conocer, que nunca va a ganar dinero por lo que ha hecho, que no se exhibirá por ahí aun teniendo motivos de orgullo para poder hacerlo. No me digan que en medio de esta desolación en la que vivimos no es una historia de Pascua, de resurrección, de vida.

jueves, abril 28, 2011

Qué pasa!!! La Play no va!!!! (para JFF)

Creo que la escena que más frustración ha causado en esta Semana Santa no ha tenido que ver con al lluvia en Sevilla. El Jueves, o el Viernes, a lo largo de estos días, uno de los muchos usuarios que arrancaba su PlayStation para jugar en red se encontraba con un mensaje en negro avisando de problemas de mantenimiento, y que por ello era imposible jugar su partida. Cabreo, caras de extrañeza, recurso al eterno apagar y volver a encender… “pero qué diablos pasa aquí!!!” seguro que habrá sido una frase que, aderezada con varios tacos y expresada en múltiples idiomas, ha llenado salones y habitaciones en medio mundo estos días.

Y lo que ha pasado es muy serio.
Sony, tras varios días de rumores, ha confirmado que se ha producido un ataque informático y que alguien, un supuesto hacker, ha accedido a datos de los millones de usuarios del sistema de Playstation en red. Esos datos van desde contraseñas de acceso a información bancaria, por lo que la cosa es grave. Y afectan a muchos, sino a todos, los 77 millones de jugadores que hay en el mundo. Sí, sí, 77 millones, una cifra que desconocía que me ha parecido inmensa, más de un uno por ciento de la población mundial juega en red a la Playstation, distribuidos a lo largo y ancho de decenas de países, en lo que es todo un fenómeno, tanto social como lúdico y, desde luego, económico. Ante una noticia como esta surgen muchas dudas, rumores y cuestiones, casi todas ellas relacionadas con la seguridad de la información en Internet, de hasta que punto nuestros datos están protegidos y si es seguro usar la red para cuestiones como los pagos bancarios, compras y demás operaciones sensibles. Es normal que surjan dudas, pero no olvidemos que hay muchas personas cuyo trabajo es, precisamente, garantizar la seguridad, y en esto Internet es una réplica del mundo real. ¿Cuántos robos se producen al día? ¿Cuántas tiendas son asaltadas? Muchas, sin duda, y existe un grupo de personas, la policía y todas sus variantes, más o menos exóticas, cuyo trabajo es evitar que eso suceda. Como resultado de ese enfrentamiento, tenemos una sensación de inseguridad, mayor o menor según zonas y horas del día, y actuamos, pero no nos quedamos encerrados en casa. Salimos, compramos, vamos al banco, y corremos el riesgo de ser atracados, pero eso no condiciona nuestros hábitos, como es lógico. Pues en la red pasa lo mismo, sólo que de una manera más sofisticada, que se nos aparenta por ello más peligrosa. Como no vemos al ladrón ni sentimos físicamente el robo la sensación de riesgo crece, pero es irreal. De hecho, siempre digo lo mismo, la gente se echa las manos a la cabeza porque alguien puede robar sus números de la tarjeta de crédito en la web pero a la vez paga en un restaurante desconocido y deja que el empleado se lleve físicamente la tarjeta como si no existiera riesgo alguno de copia, duplicado o similar. Como percibimos mejor el mundo real estamos en él más seguros, y desconfiamos de lo que pasa en la red, cuando, en ambos lados de la realidad, una precaución básica, sentido común y no meterse en lugares extraños garantizan un elevado porcentaje de seguridad. El resto es labor de quien trabaja para mantenerla, en la calle y en los hubs.

Desde luego esto para Sony no es una buena noticia, siguiendo con la racha de un 2011 nefasto para todo lo relacionado con Japón. Deberá estudiar qué ha sido sustraído, y cómo, y reforzar los sistemas de seguridad y encriptamiento de la información. De lo que no hay duda es que alguien, sería curioso saber quién o quienes, se han pasado una Semana Santa de vicio destripando los datos que poseía Sony, y a buen seguro se lo han tomado como una partida de videojuego, en el que el pequeño ha derrotado al gigante, y de paso ha causado miles de bajas “civiles”, caros daños colaterales para una Sony puesta en ridículo.

miércoles, abril 27, 2011

La guerra que mató a Tim Hetherington

Durante estas fiestas de Semana Santa no ha sucedido nada que sea muy novedoso. Como todos los años, ha llovido, esta vez mucho, y es que es tan típico procesionar como llorar por no poder hacerlo, y las calles se han llenado de turistas ansiosos de ver los pasos y tronos, y se han vaciado a medida que los rayos y truenos caían sin piedad sobre los cofrades. Como casi todos los años. En el panorama internacional todo sigue más o menos igual, con un Fukushima desatado, una UE que se hunde y una Libia en la que Gaddafi no cae.

De Libia ha llegado la noticia que más me ha conmovido en estas vacaciones, y
ha sido la muerte del fotógrafo Tim Hetherington. A muchos no les sonará este nombre, y a mi tampoco me decía nada hasta hace pocos días. Y es que una semana antes de las vacaciones me leí el emocionante libro titulado Guerra, de Sebastian Junger, periodista y autor de obras más conocidas como “La tormenta perfecta”, que seguro recuerdan por el personaje de marino interpretado por George Clooney. Pues Junger, en compañía de Hetherington, pasó varias semanas como periodista empotrado en los contingentes de tropas norteamericanas que luchan en Afganistán. El libro, en apenas doscientas páginas, te sumerge en uno de los escenarios más brutales que uno pueda imaginar, en el que las refriegas entre talibanes, milicianos, soldados y población civil son constantes, y los muertos y heridos también. Uno de los primeros soldados que fallecen en el lado americano es el soldado Restrepo, y su nombre se usa para bautizar una base de puesto avanzado en uno de esos recónditos y sucios valles que hacen de frontera entre Afganistán y Pakistán. Restrepo también fue el nombre escogido por Junger y Hetherington para bautizar el documental que elaboraron con el material rodado en ese periodo de tiempo, documental que fue nominado a los oscars de este 2011. No se llevó el premio, que correspondió a Inside Job (no la han visto aún, háganlo!!!) pero Junger y Hetherington estuvieron en Hollywood, promocionando la cinta, y en la ceremonia de los premios. De todo esto me enteré cuando leí el libro y curioseé un poco por la red al respecto. La historia de los dos periodistas era maravillosa, todo un ejemplo de profesionalidad, rigor y compromiso con el difícil arte de contar qué es lo que sucede en el mundo. En el libro relata Junger varias situaciones en las que pasaron mucho miedo, y corrieron riesgo auténtico de perder su vida. Rodeados de tiros, explosiones, atentados y trampas, la vida en Afganistán era una lotería, en la que el subidón te llegaba por haber sobrevivido a lo que otros no podían contar, por estar en el club de los elegidos por la vida. Esa sensación, ese chute de adrenalina pura, quizás sea la causa de que muchos combatientes desean volver al frente, pese al infierno que eso supone, y lo mismo sucede con los corresponsales de guerra, periodistas que viven el frente desde la primera línea de batalla, que no pegan tiros pero deben huir de los disparos de ambos bandos, y que muchas veces se convierten en molestos testigos de lo que allí sucede. A veces su muerte es casual, y otra premeditada, pero en todo caso no es muy sentida por los combatientes.

Hetherington podía haber seguido disfrutando de las mieles del éxito, merecido, de su trabajo en Afganistán, pero debió sentir ese gusanillo que tan bien reflejaba la película “En tierra hostil” ganadora del Óscar en 2010. Y se fue a Libia, confiando en que sus fotos ayudasen a acabar con esa guerra, y en una triste esquina de Misrata, junto con el también fotógrafo Chris Jondros, falleció por el impacto de un proyectil de las tropas leales a Gaddafi. Su cámara ya no recogerá más escenas ni nos podrá contar lo que sucede. La muerte de Hethreington es el adjetivo que caracteriza a esa palabra, guerra, que siempre nos negamos a usar, pero que está ahí, en frente nuestro.

miércoles, abril 20, 2011

Europa y sus viejos fantasmas

Aún estoy alucinado de todo lo que sucedió el pasado Lunes, una concatenación de noticias, a cada cual peor, que me hizo volver a casa con la sensación de que a España le habían dado una paliza tipo Mike Tyson, con mordisco incluido, y que el resto el mundo no había salido mucho mejor parado. Hoy tenesmos otra prueba en la subasta de obligaciones a diez años, a ver a que tipo las colocamos, pero no voy a hablar de economía, sino de personas, derechos, y de cómo resurge en nuestra Europa el fantasma de un pasado que algunos creían olvidado pero, mal que nos pese, sigue ahí, latente y esperando nuestra debilidad.

Dos han sido los episodios que invitan a seria reflexión sobre hacia dónde camina Europa. El fin de semana
Francia cerró la frontera con Italia para impedir que inmigrantes tunecinos pasasen a territorio galo. Estos inmigrantes fueron dotados de papeles por el gobierno italiano y podían cruzar la UE en virtud de la legalidad vigente, pero Francia se negó. Italia protestó, porque entendía con lógica que Francia se estaba desentendiendo del problema de los refugiados de la guerra de Libia (y en general de todo el Magreb). ¿Consecuencias? El acuerdo de Schengen suspendido y reclamaciones cruzadas ante Bruselas que, (¡había alguna duda?) dijo que Italia tenía sus razones, pero Francia más. De tal manera que la UE, que sobre el papel tiene unos tratados democráticos, limpios y que defienden derechos y libertades de los que con orgullo nos vanagloriamos, no las ejerce cuando realmente los problemas le afectan en su territorio, y eso que la fuente de la inmigración está frente a nosotros, al otro lado del Mediterráneo. No nos debiera extrañar todo esto, porque en la Yugoslavia de los noventa los civilizados europeos actuamos de una manera infame, no queriendo ver las matanzas que se producían a pocos kilómetros de Trieste, en una muestra de egoísmo muy cruel. La otra noticia mala, muy mal, fue el gran resultado que el partido de los auténticos finlandeses obtuvo en las elecciones finesas el pasado Domingo, siendo la tercera fuerza política, pero a sólo punto y medio del ganador. El que el líder de esta formación se llame Timo ayuda bastante a definir en castellano lo que supone un partido de este tipo. Se ha hecho mucho hincapié en el rechazo de esta formación a los planes de rescate de la UE a los países del sur, y del egoísmo que esto supone, y son aspectos importantes, pero la cosa me parece mucho más grave, y empieza por el mismo nombre de la formación. “Auténtico finlandeses” quiere decir, entre otras cosas, que para estas personas hay finlandeses que no son auténtico, no? Que son de segunda categoría, de otra clase. ¿Qué determina para estos sujetos el definir quiénes son los auténticos y quiénes son los falsos? La renta, el componente racial, el ADN, el ganar rallies…. ¿Y qué hacemos con esos finlandeses no auténticos? Podemos echarlos, expulsarlos del país, marcarlos con un distintivo para que se sepa quienes son y no contaminen al resto, confinarlos en lugares apartados, deportarlos…. ¿A qué suena todo esto? Sea cual sea el mensaje económico de los timadores estos, su formación apesta, desde el nombre, a xenofobia y tácticas racistas. Y un 19% de los cinco millones de ricos, cultos y avanzados finlandeses les han votado, en un país rico, y con una tasa de inmigración que no llega la 3% y, desde luego, muy lejos del Magreb. Y formaciones de este pelaje surgen con fuerza en otros países, o se consolidan, como en Francia, donde el pesado frente Nacional, ahora liderado por la hija de Le Pen (como los Castro, a todos los totalitarios les gusta heredar) alardea de unas encuestas que le ponen incluso a la altura de Sarkozy de cara a las presidenciales de 2012.

En fin, ya ven que no todo es economía, pero en parte esta situación de política degenerada es fruto de la crisis que vivimos, del fracaso de la política clásica para solucionarla, de la erosión que la crisis provoca en la clase media, soporte de un sistema electoral estable y moderado, y del olvido en las nuevas generaciones de los males que el fanatismo causó en Europa en la primera mitad del siglo XX. En este mundo globalizado en el que vivimos los retos no dejan de crecer, y con ellos los problemas y las oportunidades. ¿Será Europa en el futuro lugar de esperanza o nueva fuente de conflictos? De nosotros depende.

Me cojo el Lunes y Martes de vacaciones, por lo que si todo va bien, hasta el Miércoles 27. Descansen y protéjanse de la lluvia, que s Semana Santa y tiene que hacer malo, jejeje

martes, abril 19, 2011

Semana Santa de pasión (económica)

Ayer fue Lunes Santo, pero parecía Viernes de dolores. Todo fue un rosario de noticias dolorosas que se clavaban, como corona de espinas, en la cabeza de las finanzas mundiales y en la economía española. Tras una semana pasada tranquila, con la equivocación China de ZP y la salida de banco de Aznar sobre la deuda y el extravagante Gaddafi (lo que hay que oír) ayer volvieron los miedos y angustias. El diferencial de la deuda volvió a superar los 200 puntos sobre la alemana, el Ibex cayó un 2% y el buen resultado de los extremistas finlandeses y el aviso a la deuda de EEUU acabó por secar la tinta de los titulares. Demasiado para un día.

Como todo esto a la vez es inmanejable (quizás en un libro de trescientas páginas, pero no en un pequeño artículo) me voy a centrar en el resurgir de Grecia, que acapara titulares desde la semana pasada y, la contrario de Islandia, es un ejemplo y laboratorio de pruebas correcto sobre nuestra situación. Desde la semana pasada se rumorea que no es que Grecia no pueda pagar su deuda, cosa que se constató hace más de un año, sino que tampoco es capaz de devolver el préstamo que le hizo la Unión Europea, el famoso rescate. Si se fijan esta historia es una tragedia cantada que lo único que hace es prolongarse en el tiempo. Hace más de un año Grecia agonizaba, no podía colocar su deuda porque se le pedían unos tipos de interés muy alto, señal de que el mercado esperaba problemas para cobrar, y solicitó la ayuda europea. Para eso se creo el famoso fondo de rescate, que en esencia no es más que un mecanismo de refinanciación de la deuda mediante un préstamo de la UE a tipos de interés menores de los que pide el mercado. Así la UE se convierte en el “Cofidis” de última instancia aunque a precios no abusivos. Pero lo fundamental es que la economía griega no crecía hace dos años, ni hace uno ni ahora, por lo que no puede generar flujo de caja (por así decirlo) para pagar los vencimientos de su deuda, esté esta al 15%, al 10% o al 5%. Así, el préstamo de la UE sirvió para aliviar la presión de hace un año, pero transcurrido ese tiempo Grecia está peor que cuando pidió la ayuda, y no es capaz de devolver ni el principal ni los intereses ni la refinanciación.
Por ello han vuelto con fuerza los rumores de que se prepara una reestructuración de la deuda, palabra muy grande que esconde otra más pequeña, impago. Este es el final del camino para una empresa en deudas, el concurso de acreedores. Puede jugar mucho tiempo haciendo la bicicleta, refinanciando créditos una y otra vez con el banco, como están haciendo, de manera irresponsable, promotores inmobiliarios y bancos en España, pero al final, si no vendes y obtienes líquido con que pagar, caes. Se declara la quiebra, ahora llamada concurso porque nos gustan los eufemismos para todo, un juez se hace cargo del negocio y todo el mundo reza para perder lo menos posible, o que sea el otro el perjudicado. Si Grecia hace quita perderá Grecia, y los bancos alemanes que le prestaron, y sus impositores, y el resto de entidades de los países que allí se metieron. Y como en un juego capitalista de verdad, habrá que hacer frente a esas pérdidas.

¿Va a suceder esto? Sí, y cuanto más tarde sea, peor. Nuevos planes de ajuste sólo provocarán un retraso del momento de la verdad y el aumento del importe debido. ¿Cómo se gestiona la quiebra de un país? ¿Y dentro del euro, está previsto algo así? No o se, pero Grecia es lo suficientemente pequeño como para experimentar, establecer un procedimiento de quitas (una “ley concursal” de países) y llevarlo a cabo. Porque luego vendrá Irlanda, y quizás Portugal, y esperemos que para entonces España no haya entrado en la fase “limbo” del rescate. Esto son flagelos, y no los de los nazarenos….

lunes, abril 18, 2011

Bach es Dios (para Elvira Lindo)

Siempre es una buena idea acudir a un concierto de música. Pese a la calidad de los CDs y los reproductores que podamos tener en casa, la música en directo suena de otra manera, es real, y la oímos con otras personas a las que también les gusta. Del onanismo placentero del salón pasamos al goce comunitario de la sala de conciertos, pabellón deportivo o del recinto que se trate. Este sábado tuve otra vez el placer de vivir la experiencia de la música en vivo, de música que me gusta, y es una de esas cosas que hay que hacer, que no tiene contraindicaciones, que sólo es buena.

Con motivo del
ciclo de conciertos de música clásica que se lleva organizando los últimos años en Madrid a cuenta de la Semana Santa fui el Sábado por la tarde a una iglesia del centro a escuchar la Misa en Sí menor BWV 23 de JS Bach. Muchos conocerán a Bach y probablemente desde que Bach entró en sus vidas, estas cambiaron a mejor. Otros habrán oído obras suyas, que adoran, y no sabrán que son de él, y otros muchos no tendrán ni idea ni de quién es ni de que obras ha compuesto, porque les habrán metido en la cabeza que la música clásica es un rollo aburrido, serio y pedante. Bach es, simplemente, Dios. No sólo el mayor talento que jamás ha dado la música, sino el creador de algunas de las mayores bellezas que pueden concebirse. Sus obras son de una complejidad inmensa, que al intérprete le asustan, porque exigen siempre el máximo. Su técnica es compleja, difícil y rebuscada, pero su música te eleva. No es necesario saber nada de contrapunto, armonía u otras técnicas para dejarse llevar por la pasión que Bach desarrolla en cada uno de sus compases y obras. Sean piezas instrumentales de todo tipo (órgano, laúd, clave, violonchelo, piano) orquestales, de cámara, arias vocales o corales, religiosas o profanas, Bach despliega una capacidad de seducción, de conmover al oyente que desde su muerte, generaciones de personas se han quedado extasiadas, en distintas partes del mundo, con distinta cultura, sensibilidad, criterio artístico y gustos, ante la pura belleza de sus composiciones. Y el sábado pude sentir nuevamente que el poder de la música de Bach es infinito, eterno. En una iglesia neogótica de poco valor y acústica no muy buena, llena, tras una hora de cola, empezó a media tarde un concierto que se prolongaría cerca de dos horas y que, sin descanso, llevó a todos los que allí estábamos desde la pasión arrebatada de los glorias al susurro del credo en el momento de la muerte de Jesús, desde la exaltación del “Incarnatus est” hasta la solemnidad del Kyrie, y así una continua montaña rusa de sensaciones ante la que era imposible permanecer impasible. No sólo yo, sino las personas que me rodeaban cierto que de mayor edad, pero también había parejas jóvenes, iban poco a poco emocionándose con lo que oíamos, entrando en la obra sin que fuera posible, ni deseable, evitarlo. Se que no debiera escribir estas cosas, pero en el aria de alto del Agnus Dei, cerca del final, no pude evitar llorar de lo bella que es, de cómo la alto se esforzaba para llegar a las notas, enlazarlas y tejer en el aire la frase que Bach había escrito, y cuando la partitura se acabó, todos nos quedamos quietos, absortos, llenos….. Los aplausos fueron enormes, largos, durante cerca de un cuarto de hora no nos movimos de allí, y la orquesta y coro (en el que, por cierto, estaba la mujer de ZP) no dejaron de saludar, entrar y salir. Fue un éxito total, y los que mejor lo pasamos fuimos los oyentes.

Y al salir del concierto no pude evitar pensar en
Elvira Lindo. Hace unas semanas escribió en su columna señalan de El País un artículo en el que describía sensaciones igualmente plenas, a las mías cuando ella, en compañía de su marido, Antonio Muñoz Molina, presenció en Nueva York esta misma obra, y acabó extasiada, independientemente de si era religiosa o no, ante la maravilla que había oído. Días después un grosero articulista le dedicó una despectiva columna acusándola de snob por oír esas cosas en Nueva York ante lo cual Elvira respondió. En fin, Bach está por encima de todo, y más aún de las mentes cutres de algunos envidiosos. Elvira y yo se lo juramos.

viernes, abril 15, 2011

Las tribulaciones de un español en China (Para JLK)

Actualmente China es el dorado, la tierra de los sueños en los que poder hacer realidad los deseos económicos y profesionales siempre ansiados. Una sistema político dictatorial y una planificación que ha buscado el crecimiento sobre todas las cosas ha hecho de ese país asiático la meca del capitalismo salvaje. Allí se han reunido ingentes cantidades de capital, mano de obra casi infinita, sin coste y en condiciones de semiesclavitud, y en unos pocos años China se ha convertido en la fábrica del mundo, el principal tenedor de divisas y la potencia emergente por naturaleza.

Parafraseando a la canción religiosa, hacia esa morada santa van caminando todos los líderes occidentales, empresarios y cualquiera que tenga intereses comerciales. No hay día en Pekín o Shangai en el que no se encuentre de vidita un presidente de gobierno o líder de multinacional, deseoso de hacer acuerdos con los chinos. Todos ellos descubrirán que las sonrisas y gesto de amabilidad orientales esconden un sistema de negociación perverso, lleno de trampas y giros a los que los occidentales no estamos acostumbrados, y que nos pueden confundir y llevar al mayor de los errores. Nuestra soberbia hace que pensemos engañarles “como a chinos” pero la realidad suele ser más bien inversa. A parte del enorme problema que supone el idioma, es necesario contactar con gente que ya lleve un tiempo en el país y nos pueda asesorar de cara a saber qué es lo que debemos hacer y, más importante aún, qué debemos evitar. En estas cuestiones hay que pecar, si cabe aún más, de modestia, ser conscientes de que nos movemos en un terreno resbaladizo, y tratar de aprender a la vez que establecemos las negociaciones.
Hay casos exitosos de empresas españolas asentadas en China desde hace años, y de ellos se debe aprender, con cuidado y, como no paciencia. Ayer me comentaba un señor que trabaja recientemente conmigo que hace algunos años estaba en una empresa que logró un contrato para vender las piedras de revestimiento de un edificio de oficinas en Shangai, tras varios días de negociación: Se llegó al pacto, se firmó y todos contentos y felices. Pero al poco volvieron a llamar los chinos diciendo que deseaban “cambiar” algunas de las cosas acordadas, cosa incomprensible desde la perspectiva nuestra, donde lo firmado te vincula a una obligación de cumplimiento, y hubo que realizar otra especie de ronda negociadora para salvar el acuerdo ya establecido. Parece que estas cosas allí son más típicas de lo normal, y hay que tener cuidado. Afortunadamente hay profesionales muy competentes que, desde el gobierno de España, trabajan para que las empresas españolas puedan implantarse allí y, con la ayuda de todos, venzan a estas y otras dificultades. Un buen ejemplo es uno de mis jefes y, pese a ello, buen amigo, JLK, que a partir del 1 de septiembre va a estar destinado en la oficina comercial de la embajada de España en Pekín. Le espera un reto inmenso, una enorme oportunidad y una gran responsabilidad, pero está como unas castañuelas de ilusionado y feliz ante la perspectiva que se le abre. Como es un chico listo y despierto, aprenderá deprisa a moverse entre la selva financiera local y a distinguir cuales son los platos de arroz sabrosos y cuáles los indigestos. Confío plenamente en él, y si fuese una empresa española, me alegraría de saber que puedo contar con su apoyo en aquel terreno.

Pero, cómo no, también se puede aprender de las malas experiencias. La vista de esta semana de ZP al gigante asiático, independientemente del contenido de los acuerdos a los que se haya llegado, ha sido un master acelerado de cómo NO gestionar la información, se esté en China o en Cancún.
No se puede vender un acuerdo de inversión chino en las cajas de ahorro hasta que esté firmado, sellado y lacrado, y aún así visto el ejemplo anterior, cuidado. Y no se puede comparar a España con un trasatlántico en el 99 aniversario del hundimiento del Titanic. En fin, alguien del gabinete de comunicación del gobierno debiera quedarse en Pekín durante muchos meses, castigado, para que aprenda lo que es negociar, comunicar, vender, acordar, y todas esas cosas tan resbaladizas e importantes.

jueves, abril 14, 2011

Ups, me he cargado una obra

Si han visitado alguna vez exposiciones de arte contemporáneo seguro que les ha surgido la duda sobre lo que están viendo, de si eso es realmente arte, y en todo caso qué quiere decir. Hay veces que he estado tentado de decir en alto, en una sala en la que hay varias personas delante de composiciones curiosas o grotescas, si era yo el único que estaba perplejo y no sabía que demonios era eso que tenía delante de los ojos. “¿Y si ese grupo de piedras o cachivaches tirados por el suelo se desplazan un poco, cambiará el significado de la obra?” ¿Es eso una obra? ¿Qué es una obra? Huelga decir que soy vergonzoso y no le he hecho nunca.

Quizás sin tantos miramientos y vergüenza, unos niños ayer en el Guggenheim se plantearon un dilema similar, y actuaron de manera experimental, o más probablemente, se divirtieron. Resulta que en el marco de una de las exposiciones temporales que organiza en este 2011 el museo bilbaíno,
unos niños que estaban de visita escolar pisotearon, accidentalmente, una obra que se estaba exponiendo, y le han causado daños. La crónica del hecho es bastante divertida, porque describe las confusas características de la obra, sita medio en penumbra, y deja entender que los niños ni se dieron cuenta de que lo que en un principio estaba ante sus ojos y luego bajo sus pies era una obra de arte. No indica la noticia los destrozos que han causado, pero seguro que alguno pensará, maliciosamente, que puede que no se noten, porque a veces hay obras consistentes en al acumulación de objetos inútiles, que igual da si se quita uno o pone otro o se desplaza de lugar, y son famosas las anécdotas en las que los servicios de limpieza de algún museo han confundido una obra expuesta con basura y la han arrojado al contenedor, causando la ira del artista y de la institución. Al leer la noticia lo primero que pensé fue que esto del arte moderno cada vez se vuelve más efectista para llamar la atención y que hay obras que empiezan a tener sentido sólo si se el público las usa, y ahí aparecieron las pipas de Wei, un caso absurdo del mismo absurdo en el que vive este arte. Les recuerdo. Hace unos meses, el artista chino Ai Weiwei (A ver si mañana puedo hablarles sobre él en otro contexto bastante más agrio) llenó el atrio principal de la Tate Modern de Londres de miles, millones de pipas, que en realidad no eran pipas de verdad, sino bolitas de cerámica pintadas a mano que se asemejaban a pipas. Más allá de la sensación de estar en la fábrica de Pipas Facundo, la obra se diseñó para que el público entrase en ella, pisase las pipas, y del ruido y las sensaciones de las pisadas extrajera el significado de la obra. Era algo interactivo, no sólo contemplativo, cada uno “se mete” en la obra y no sólo ve una cosa distinta, habitual en todo caso, sino que la experimenta en sí de manera física, lo que es un planteamiento innovador, aunque está por ver hasta que punto eso es arte u otra cosa. Bien, la cuestión es que al poco de que la obra se pusiera en marcha se tuvo que clausurar, porque el roce y la presión de las pisadas sobre las pipas cerámicas provocaban un polvo tenue que podía ser perjudicial. La obra podía ser dañina para sus espectadores y usuarios, y se cerró, de tal manera que sólo podía ser vista, y su carácter interactivo se convirtió en algo prohibido. Al enterarme de la historia en aquel momento no pude evitar reírme un rato, porque todo parecía tan absurdo como irreal. Pipas cerámicas, pisadas, polvos tóxicos…. Lo cierto es que la muestra causó muchos titulares, tanto en su inauguración inicial como en su clausura parcial o preventiva, no se muy bien como definirla.

Los niños del Guggenheim hicieron, sin saberlo, la inversa de Weiwei, pisaron la obra y la dañaron, sin lesionarse ni ellos ni los que los acompañaban. Pueden los padres intentar explicarles lo que han hecho desde esta perspectiva, aunque dudo que puedan rebatir el argumento que les hagan sus hijos al señalarles que “vimos allí algo tirado y no sabíamos que era”. “Eso es arte, hijo mío” dirá un padre atribulado. “¿Eso?” contestará quizás el más valiente de los niños. Y ante esa pregunta el padre sospecho que no sabrá muy bien que hacer salvo desear estar enterrado bajo millones de pipas para eludir el hecho de que él tampoco lo entiende.

miércoles, abril 13, 2011

¿Nos sirve Islandia como ejemplo?

Estos días Islandia vuelve a adquirir un protagonismo relevante por su papel en el desarrollo de la crisis y las soluciones, llamémoslas así, que está adoptando para salir de ella. Es allí donde comienza el maravilloso documental “inside job” y se muestra la cara amarga de lo que parecía un paraíso de la desregulación, en el que los excesos, malos en todo, de un sector financiero, que creció sin límite, acabaron por configurar una deuda pública y privada completamente inasumible para las dimensiones del país. Y es que Islandia, con una población de 300.000 habitantes (Bilbao ciudad) no es un lugar corriente para poder extraer lecciones sobre como salir de esta.

Y es que con ese tamaño de población, y concentrada la mayor parte de ella en su capital, Reikiavik, Islandia puede llegar a autogobernarse de manera comunal, incluso antes de que las nuevas tecnologías lo permitiesen era factible. De ahí la realización de varios referéndums para que la gente elija si se pagan las deudas contraídas con entidades extranjeras por parte de los bancos islandeses, que superan ampliamente el PIB de la isla.
Los dos celebrados hasta el momento han resultado negativos, y la interpretación general es que la población en Islandia está ganando la partida a los banqueros y la solución allí es social, ética, y no sólo basada en la ayuda de los poderes públicos a los bancos. Es una visión romántica y, me temo, errónea, porque cualquier referéndum del mundo sobre una cuestión negativa para el bolsillo del consultado arrojaría aun resultado similar. Piense que hacemos uno en España para que la gente opine si desea pagar más o menos impuestos ¿Qué resultado saldría? La única duda es el margen que el “menos” le sacaría al “más”, y pero lo que individualmente es una respuesta lógica socialmente puede dar un resultado negativo, y haciendo caso al resultado de la votación, bajaríamos muchos impuestos y el déficit aumentaría, y habría que recortar prestaciones (aún más) de esas que son “gratis” pero se pagan con impuestos. ¿Veríamos como progresista el resultado de este referéndum? Seguro que muchos de los analistas no. Por lo tanto dejar que la población decida por consenso sobre determinadas materias puede no ser la mejor vía para llegar a soluciones, sobre todo metidos en el pozo en el que estamos nosotros y los islandeses. Además, es obvio que los deudores extranjeros de Islandia no se van a quedar quietos si el país decide no pagarles. Iniciarán u largo y costoso proceso de apelaciones en extraños tribunales y cortes internacionales y tratarán de recuperar lo que se les prometió. ¿Es ello posible? No, porque el volumen de lo debido supera con mucho la capacidad de la economía islandesa. De ahí que lo más lógico fuese crear un grupo de trabajo entre el gobierno islandés y los países acreedores, establecer un calendario de pagos coherente y, sobre todo, determinar las quitas, o cuantías de deuda que no van a ser devueltas porque no hay con qué pagarlas, algo que se parece bastante a un concurso de acreedores en el caso de la quiebra de una empresa. Puede servir de experimento, porque habrá que hacer lo mismo con Grecia e Irlanda en breve, y veremos si con Portugal en el medio plazo. Islandia está fuera de la Unión Europea, y quiere entrar. Teniendo en cuenta que gran parte de las deudas están vinculadas a países de la Unión, especialmente Reino Unido y Holanda, parece que será necesario un acuerdo previo de este tipo antes de que el país pueda formar parte de las complejas y hasta cierto punto absurdas instituciones europeas. Y del ansiado Euro y el BCE.

Y es que la otra gran diferencia de Islandia es que juega por libre. Su moneda,
la corona islandesa, cotiza libre en los mercados, y sigue devaluándose como cada día desde que estalló la crisis. Esto le está permitiendo hacer el ajuste de su economía tanto por las cantidades (destrucción de empresas y desempleo) como por los precios (devaluación de sus productos) pudiendo exportar más fácilmente y no haciendo que todo el ajuste se cebe en el mercado laboral, como pasa en España, donde el Euro y los tipos del BCE nos tienen amarrados, para la bueno y lo malo. Así, muchas de las cosas que está haciendo Islandia no nos sirven en el conjunto de la UE. Quizás la que sea más útil es la llamada a la ética que surge desde sus escarmentados dirigentes.

martes, abril 12, 2011

Cumplimos 50 años en el espacio

Dado como están las cosas sobre la tierra, mejor echar un vistazo desde fuera, y hoy es un día maravilloso para hacerlo, y es que hoy, 12 de Abril de 2011, se cumplen los cincuenta años desde que tuvo lugar el primer vuelo humano tripulado al espacio. Yuri Gagarin, un nombre que resulta familiar a todo el mundo, esté o no interesado en las cuestiones espaciales, fue el primer ser humano que abandonó la superficie de al tierra, la dictadura de la gravedad y que, en apenas cien minutos, describió una órbita al planeta. Fue el primero que subió “allá arriba e hizo Historia con H mayúscula, no con la minúscula h que ponemos a los acontecimientos vulgares de nuestro día a día.

Transcurrido tanto tiempo desde entonces puede parecernos poco relevante el acto de Gagarin, acostumbrados como estamos a ver astronautas flotando en el espacio con la tierra de fondo, pero en su momento la noticia fue de un impacto inmenso, tanto por lo que significaba de proeza para el género humano en sí mismo por el hecho de que fuesen los rusos los protagonistas. Y es que entonces los rusos eran soviéticos, la guerra fría estaba en su apogeo y noticias como esta suponían un duro golpe para la moral de un occidente que veía como el sistema soviético, de una manera oscura y secretista, era capaz de desarrollar la tecnología necesaria para alcanzar el espacio. Los esfuerzos americanos para igualar a los soviéticos eran intensos, pero acababan habitualmente en el más absoluto y cruel de los ridículos, tal como cuenta Tom Wolfe en su espléndida novela “Elegidos para la gloria” cuyo título original es “Lo que hay que tener” una descripción bastante acertada del valor, arrojo y, digámoslo, huevos, que requería montarse en los cacharros en los que los astronautas pretendían alcanzar las estrellas. Pero, más importante que la política e incluso la ciencia, Gagarin logró inflamar la imaginación de un mundo, especialmente infantil y juvenil, que veía como los tebeos, cómics y películas, en las que abundaban los extraterrestres y naves espaciales, empezaban a tomar cuerpo y realidad. La ilusión por el espacio se disparó, los sueños, hasta entonces quimeras, empezaron a verse como realidades, y visionarios de todas partes del mundo escribieron novelas, historias, libros, hicieron películas y contaron historias sobre una humanidad rumbo a las estrellas. Se hablaba de viajes turísticos espaciales en no demasiados años, asimilando el desarrollo de los cohetes al que había experimentado la aviación comercial, y la idea de pasar un verano en Marte o una temporada en órbita terrestre se convirtió en una posibilidad no muy lejana para muchos. En un contexto en el que la tecnología estaba produciendo sobre la vida cotidiana el cambio más radical que jamás se hubiese imaginado este sueño, y muchos otros, parecían posibles, era sólo cuestión de tiempo, y no demasiado. Ese espíritu que impregnó los sesenta y que culminó con la llegada del hombre a la Luna fue efímero, y a los pocos años se comprobó que, técnicamente, ir al espacio es mucho más caro y complejo de lo que se suponía, al menos con la tecnología conocida entonces (y la actual). Los vuelos en los setenta se fueron espaciando, a medida que la crisis económica terrenal disipaba los sueños espaciales, y la caída de la URSS en los ochenta y la pérdida de rivales para occidente convirtió en rutina lanzar satélites, pero los astronautas siguen hoy condenados a orbitar la tierra a unos 300 kilómetros de altura, más que la cota lograda por Gagarin, pero en todo caso un cifra que se antoja muy escasa.

Hoy habrá en Internet decenas de referencias a la hazaña de Gagarin, y serán pocas para glosarlo.
La NASA, en su web, homenajea aquel momento y rinde tributo al equipo que lo logró, el Domingo El País publicaba un reportaje que mostraba como Gagarin sigue siendo hoy el gran héroe del pueblo ruso, por encima de militares, dictadores y políticos, y Pedro Duque, nuestro astronauta, el que tan orgullosos podemos y debiéramos sentirnos, escribe hoy unas breves palabras de homenaje y admiración al pionero, al primer valiente que se subió a esa bomba controlada que es un cohete y dijo eso de “allá vamos”. Un valiente, un pionero, un héroe. Todo eso es lo que hoy celebramos y admiramos.

lunes, abril 11, 2011

Maldita bolsa de mier….

Todos los que me conocen saben que soy bastante patoso, y que en general no poseo habilidades manuales. Cosas que para otros son triviales para mi suponen enormes esfuerzos que, habitualmente acaban en fracaso. Darle con una raqueta a una pelota en movimiento, coger un objeto que te arrojan, tirarlo mismamente con algo de precisión, o movimientos coordinados son tareas que me desbordan y, afortunadamente, mantengo alejadas de mi vida diaria. Sin embargo hay situaciones que requieren algo de destreza y en ellas suelo evidenciar mi incapacidad.

El viernes por la tarde hice algo de compra en un supermercado, no mucha cosa, pero sí lo suficiente como para llenar una bolsa. Llegué a la caja, uno de los lugares que más nervioso me ponen porque está mal diseñado, lleno de procesos inútiles y en el que si te equivocas en algo es imposible que no montes una gran cola a tus espaldas. Saqué los productos de la cesta y los puse en la cinta que los lleva al lector de códigos. Llegó mi turno, y la cajera, joven y extremadamente guapa, todo hay que decirlo, empezó a pasar los productos a la velocidad habitual, muy cercana a la de la luz, y depositarlos al otro lado, y ese es uno de los momentos que más temo, porque soy incapaz de meter los productos en las bolsas a la velocidad a la que son escupidos por la cajera. Y eso si los puedo meter, porque ese fue, esta vez, el problema. Había entre los productos el típico grupo de bolsas de plástico unidas. Cogí el paquete y separé una de ellas, que suponía que sería suficiente. Sin embargo me empecé a asustar al ver que, bolsa en mano, era imposible abrirla. Esas bolsas de plástico, que empiezan a cobrar, cada vez más finas, vienen completamente adheridas, con ambas caras pegadas por a saber que motivo o causa. Empecé acoger la bolsa con dos dedos intentando abrirla, pero era como si jugases con el envoltorio de un paquete de CDs, algo intangible. Probé a mojarme con saliva la punta de los dedos, a ver si así la humedad o el aumento de la fricción tenían sus efectos, pero era imposible. Aquel trozo de celofán decorado con un logotipo comercial me estaba venciendo de una manera absoluta. De mientras yo era derrotado por el plástico todos los productos habían ya sido computados por el lector óptico y la cajera me decía el precio a pagar. Saqué la tarjeta y, tras dos intentos, logré coger la cartera del suelo y enseñar el DNI, pero las cosas seguían sobre la mesa y la bolsa de mier…. no se abría. Miré a la cajera y le pedí a ver si era capaz de abrir la bolsa, porque yo estaba a punto de sacar la bandera blanca. Ella me miró con cara de mala leche (otro tarado que viene a fastidiarme la tarde, supongo que pensaría) cogió dos o tres bolsas del paquete y, con un gesto con las manos tan rápido como habilidoso las abrió por completo sin el más mínimo esfuerzo. Me quedé como cuando uno ve los trucos de cartas de Juan Tamariz por la tele y, sombrado, piensa “cómo lo habrá hecho…” la chica, cada vez más enfadada porque no me movía, pidió que teclease el número secreto de la tarjeta en el terminal y empezó a pasar productos del siguiente cliente, único que estaba detrás de mí cuando empecé mi proceso de pago, y ahora primero de una pequeña legión de consumidores que estaban con la misma cara de enfado que la cajera ante el “pringao ese de la bolsa, que menuda ha montado…”


Una vez abierta la bolsa, empecé a meter en ella los productos, con cuidado de no equivocarme y coger cosas del cliente posterior, que salían rodando a enorme velocidad del inefable lector y de las habilidosas manos de mi cajera castigadora. Era fácil no equivocarse, dado que habitualmente suelo rellenar un stock de productos en casa y, en esencia, siempre compro lo mismo, pero al final acabé rellenando la bolsa con el siguiente cliente pegado a mi, y un tercero que se aproximaba peligrosamente a nuestra posición. Saludé, la cajera ni me miró (por fin se va!!!!, pensaría) me fui y abandoné el campo de batalla comercial con la sensación de que, otra vez, la caja me había vencido.

viernes, abril 08, 2011

Un ejemplo para los demás

Lo más comentado ayer fue el asunto de los vuelos de los eurodiputados. Una votación en la cámara de Estrasburgo sobre dietas y gastos pagados reveló que sus señorías quieren seguir viajando en primera, sin renunciar a privilegio alguno en estos tiempos de crisis. La red se hizo eco del asunto, twitter explotó de ira y a las pocas horas los que habían votado que sí decían que lo habían hecho por error, cuales niños chicos pillados en una falta, y prometían reducirse la categoría de los vuelos en la siguiente oportunidad que se les presentase, más o menos por Diciembre. Algunos incluso dijeron que el error se debía a que no sabían lo que habían votado.

Este asunto, que tiene muchas vertientes, se ha analizado mucho desde la óptica del poder que las redes sociales tienen a la hora de influir en las decisiones públicas, correcto hasta cierto punto, pero pocos analistas he visto que hagan referencia a que es un paso más en el camino del desprestigio de lo público, de la desconexión absoluta de, en este caso, los eurodiputados respecto a la ciudadanía a la que sirven y paga sus gastos y, en general, de la poca (nula) moralidad que impera en la vida política europea y, obviamente, española. Ahora que se acercan las municipales tendremos decenas de casos en los que alcaldes y concejales envueltos en corruptelas, inmobiliarias sobre todo, se vuelven a presentar con objeto de que los votos anulen sus delitos, pretensión estúpida donde las haya, pero que creen justa. Y lo peor es que muchos volverán a ganar las elecciones!!! Se ha publicitado mucho el caso de la Comunidad Valenciana, donde la trama Gürtel ha revelado comisiones, contubernios variados y cosas amorales, de las que el asunto de los trajes es una pizquita en comparación con lo que se ha descubierto. Altos cargos del PP como Ricardo Costa, Ricardo Rambla, Gerardo Camps y muchos otros aparecen en sumarios con acusaciones muy serias, y sin embargo, van a figurar en las listas, y van a ser reelegidos nuevamente. Y eso, se mire por donde se mire, es lamentable. En el lado del PSOE asistimos esta semana a la lucha por lo que les queda de poder en Andalucía, donde parece que el barco socialista se hunde tras tres décadas de reinado.
Ha sido en Cádiz, una de las provincias con más paro y menos renta per cápita de España, donde se han sucedido las dimisiones de los “chavistas” y los “griñanistas”. Todo este grupo de dirigentes, cargos políticos, y responsables de la gestión de los recursos públicos, no se han preocupado durante años de que la juventud de Cádiz esté abocada a trabajar en un chiringuito o a largarse de la provincia en busca de oportunidades, o de crear riqueza. Cuando las tasas de paro crecían aún más que en el resto de España (sí, eso puede ser posible, por increíble que parezca) estos señores miraban a otro lado, no les importaba, ni les afectaba. Pero eso sí, que venga uno a quitarme poder, que trate de removerme de mi puesto, quitarme el sillón y el coche oficial, no. No. Por ahí no paso, dimito. Y si encima es de mi propio partido voy a tratar de envenenar las cosas de la manera más zafia posible para que el ruido y el escándalo se nos lleve a todos. ¿Son estos sujetos cargos públicos? ¿Servidores civiles? ¿empelados públicos? No. Son profesionales de la política, entendida como negocio privado, como coto de privilegiados, como grupo de presión de intereses particulares. Los del PP de Valencia y el PSOE de Cádiz podían crear una asociación que hiciera lobby en Madrid para que los políticos nunca fuesen a la cárcel por los delitos que cometiesen, sean de la naturaleza que fueran, y que su cara dura fuese la norma a seguir. Seguro que encontraban muchos apoyos en la cámara, y no por error…..

Frente a esto, y teniendo en cuenta su carácter de anécdota,
el primer ministro inglés David Cameron se encuentra pasando unos días de descanso privado en Granada. Llegó con su mujer en un vuelo de EasyJet, bajo coste, se aloja en un hotel de tres estrellas y todo se lo ha pagado de su bolsillo. ¿Se imaginan a un político español, uno sólo, que hiciese algo así? En su gestión Cameron cometerá errores y aciertos, dirá cosas lógicas y otras tontas, como todo el mundo, pero a la hora de aceptar o estudiar sus mensajes, ¿quién diría que tiene más fuerza moral para hacerlo, Cameron o los PPSOE nuestros? La respuesta es obvia, creo yo.

jueves, abril 07, 2011

Iberia sumergida

Seguro que cuando Bunbury y sus Héroes del Silencio cantaban esta canción a voz en grito jamás sospecharon que algún día podía ser utilizada para en el árido, y a veces cruel, contexto de la economía y las finanzas, pero así es la vida. Ayer fue un mal día para Iberia en su conjunto. En España el gobierno presentó una modificación del cuadro macroeconómico que, sobre todo, se traduce en un incremento de la previsión del paro para este 2011. Si la cosa ahora mismo es dramática, no se puede calificar como insoportable porque aún tendremos que soportar algo más, con la misma resignación y abatimiento como si esto cayese del cielo. Triste.

Pero el protagonista ayer fue Portugal. Tras varios días de agonía, huída hacia ninguna parte y negación de una realidad que no deja de golpear,
el dimisionario primer ministro José Sócrates compareció por la noche y anunció que Portugal solicita el rescate de la Unión Europea. Y todo ello tras varios días en los que, una y otra vez, el mensaje era de un no rotundo al rescate, mientras que la deuda en el mercado secundario alcanzaba unos tipos de interés extravagantes, cercanos al 10%, las agencias de calificación, muy a posteriori, bajaban la nota de todos los productos lusos, y las colocaciones de deuda en el mercado primario eran saludadas como exitosas cuando no eran nada más que la reunión de unos buitres alrededor de una presa agonizante. Ayer mismo, por la mañana, se colocaron títulos de deuda portuguesa a seis meses a más del 5%, algo completamente irracional. Estas últimas colocaciones debían haberse evitado y el gobierno portugués tenía que haber admitido, tras su dimisión hace unas semanas, de que las finanzas del país no dan para más, pero entiendo que para un gobernante y, en general para una sociedad, es muy duro asumir este tipo de derrota, de humillación. Y si se fijan los titulares de hoy van por el lado militar: Portugal claudica, arroja la toalla, se rinde, etc. La deuda ha ganado al estado y a la nación portuguesa, y a partir de ahora muchas de las decisiones sobe su política no se van a tomar desde Lisboa, sino desde Bruselas y Washington. Así de simple, sencillo y duro. ¿Qué alternativas van a votar los portugueses el próximo 5 de Junio? ¿Acaso las hay? ¿Son unas elecciones de trámite? En cierto modo la campaña se dirime entre los socialistas y el centro derecha, pero ambos van a ejecutar lo que les venga impuesto por los rescatadores, de tal manera que el gobierno que surja será legítimo sí, pero ni autónomo ni independiente. Mal futuro. Además, está por ver que el rescate sea algo realmente útil, porque en el fondo no es sino acudir a un prestamista nuevo, que se ofrece a refinanciar tu crédito, exigiéndote austeridad, sí, pero que te vuelve a prestar y a aumentar tu deuda. ¿Es sostenible? No. Ya llevamos tres países rescatados en la UE, en una especie de versión financiera de los diez negritos de Ágata Christie, y el primero que cayó, Grecia, sigue mostrando un panorama desolador. Hace un año no era capaz de pagar su deuda a terceros, ya hora no la puede devolver a la UE, quién le rescató. Es lógico, si no creces económicamente, obteniendo así nuevos ingresos, no puedes devolver nada a nadie, se llame como se llame, y Grecia no crece, más bien parece hundirse poco a poco en el pozo de la depresión. En el caso griego es hora de empezar con quitas, renuncias al cobro de la deuda, como única salida real, o moratorias indefinidas de pago que se parecen mucho a lo primero. Los acreedores perderán, pero es que esto cada vez se parece más a un concurso de acreedores sobre un país, y ya se sabe que en esos casos alguien suele acabar perdiendo. ¿Hay el valor suficiente para hacer esto? Por ahora no… tiempo perdido.

¿Y España? ¿Seremos los siguientes? Habrá riesgo de contagio como se dice por ahí? Yo tengo una doble opinión, negativa y positiva. La negativa es que estamos peor de lo que se nos quiere hacer creer, con unas cajas medioquebradas y un sector inmobiliario zombi que nos arrastra hacia el abismo. Cumplimos las condiciones necesarias para, en unos meses, ser “rescatados” pero, y esto es lo bueno, somos como Goldman Sachs, demasiado grandes para caer. Si España cae, el euro va detrás, y en gran parte la UE, y los intereses para que eso no suceda son enormes. Así, puede que nos estrujen hasta ahogarnos con tal de que no caigamos. Como verán, el panorama es para sumergirse, quizás no en agua sino en algo más fuerte.

miércoles, abril 06, 2011

Miles de zombis en Madrid

El sábado por la noche uno se podía encontrar decenas de personas disfrazadas de zombi por las calles de Madrid. Al principio pensé que era una fiesta particular cuando me cruce con cuatro de ellos, pero poco a poco empezaron a verse más, y sopesé las alternativas posibles. Por un lado se había producido el contagio de la enfermedad y los zombies empezaban a colonizar el mundo, y por otro, que la fiesta había pasado de ser en un local o piso a ser algo más serio. Finalmente resultó ser la segunda hipótesis, y es que el pasado sábado se celebró la quinta edición de la MZM, la Marcha Zombi de Madrid. Y yo sin saberlo antes.

Como nunca me ha gustado disfrazarme ni vestirme de manera extraña no hubiese participado en el encuentro de haber sabido que se celebraba, pero me parece una idea curiosa y original, y desde luego los que así pululaban por las calles no parecían pasarlo muy mal, no al menos peor que el resto, que no íbamos disfrazados, y que puede que fuésemos más zombies que ellos. Sospecho también que este tipo de encuentros atraen más a hombres que a mujeres, dado que somos más propensos a participar en cosas de estas, que muchos califican de absurdas, infantiles y tontas, pero
si uno echa un vistazo a la imagen de grupo, en la que aparecen miles de personas concentradas en la plaza de Felipe II al inicio de la fiesta, se aprecia que también hay mujeres, que desde luego tienen un punto de vista algo peculiar sobre la vida respecto a la media de lo que conozco. Debe ser curioso plantearse un ligue en un encuentro como este, porque entre disfraces, cicatrices simuladas y supuestos chorretones de sangre los encuentros pueden ser tan apasionantes como complejos, pero desde luego la situación da para muchos chistes de todo tipo, y seguro que diversión asegurada, y amor más allá de la muerte, o al borde de la misma….. La cuestión es que cuando el Lunes comenté en el trabajo que había visto a los zombis, y buscando hallé la causa de su abundancia, todos mis compañeros, alguno de los cuales también se había cruzado con los muertos vivientes, empezaron a decir que esta gente es muy rara, está enferma, son unos “frikis” y cosas por el estilo. Al poco me quedé solo defendiendo la postura de los medio muertos, y poco faltó para que, según su opinión, me uniese el club de los tarados. La cosa es que entre las pocas personas que comenté este asunto, yo fui el único que le vio un componente lúdico, divertido y original, mientras que el resto, como mínimo, estaba estupefacto. Y claro, cuando les decía que todo esto de los zombis había cogido mucho auge a cuenta de libros muy buenos, como el de Guerra Mundial Z, de Max Brooks, y adaptaciones curiosas como la de Orgullo y Prejuicio y Zombies, el personal empezaba a mirarme con recelo, tratando de atisbar si me supuraba alguna herida punzante el cuello o en la base del cráneo, producto el mordisco de un Nosferatu local. La imagen de que todo esto son chiquilladas estúpidas, formas absurdas de divertirse, infantilazas, inmadureces y tonterías de niños es la que está más asentada no sólo entre mis compañeros, sino en todas partes. Quizás la reunión del sábado fue un grito de lucha de unos incomprendidos que en el fondo necesitan juntarse para defenderse del vacío al que les somete la vida real durante el resto del año, que saben que no están solos, pero quieren comprobarlo, y que por encima de todo deseaban pasárselo bien de la manera que a ellos les divierte, y no como la sociedad se lo impone o considera que es lo apropiado. Chicos, sin disfraz, estoy con vosotros!!!!

Porque, ¿qué es ser zombi? Acaso no lo es acudir en masa a ver un partido de fútbol como otros miles y cantar las mismas canciones todos los días de la vida? ¿No lo es tragarse, como millones de personas, las mismas basuras televisivas día tras día y comentarlas sin descanso al día siguiente, como personas “normales”? Si uno se pone a escarbar, nuestras vidas convencionales, rutinarias y predecibles, tienen más de comportamiento zombi que las cicatrices y heridas sangrantes que se les suponen a estos parásitos. Sí, lo del sábado, en cierto modo, fue un grito de liberación de los humanos sobre la vida zombi que nos domina el resto del año…

martes, abril 05, 2011

Vayan a ver Inside Job

Esta condenada crisis, que no iba a empezar nunca y va a ser de nunca acabar, ha exigido el máximo de la capacidad didáctica de los expertos para enseñar a los que no entiende de estas cosa, o eso se supone, lo que ha sucedido, porqué su empresa que iba muy bien ha cerrado, y cómo su empleo tan bien pagado se ha convertido en una prestación del INEM que exige horas de tediosa y deprimente cola. Hay muchos libros y autores que han adquirido fama, algunos como Leopoldo Abadía justa y meritoria, pero faltaba un relato multimedia, por así llamarlo. El documental “Inside Job“ cubre ese hueco con creces.

Inside Job“ ganador del Óscar al mejor documental de este 2011, es un relato crudo, apasionado y mordaz de cómo el desmadre de un sector, el financiero, y en un país, Estados Unidos, ha generado el desastre que vivimos ahora. Pese a tratarse de un tema complejo, que exige la participación de numerosos entrevistados, y los ya consabidos gráficos y tablas de un Excel, la cinta logra que la crisis, su generación, desarrollo, explosión y consecuencias, sea vista como una película de acción, y a lo largo de la misma el espectador tiene la sensación de estar viendo una película, así, como tal, no un documental. Pero lo más impactante es que todo lo que ahí se cuenta es real, no hay fantasías, y la trama que se articula ante nosotros no es el producto de un equipo de guionistas enfermos y ansiosos, no, sino la descripción cruda y dura del comportamiento de un grupo de personas, reales, con nombres y apellidos, igualmente enfermos y mucho más ansiosos de lo que uno pueda imaginarse. Banqueros, reguladores, agencias de calificación, entidades de crédito, inmobiliarias, asesores del gobierno, políticos, empresarios, docentes, eruditos, departamentos universitarios…..la élite del país más importante del mundo aparece subyugada, domesticada, rendida a los pies del poder que emana del sistema financiero, cuyos ingresos han crecido de una manera desorbitada a lo largo de los años sin que nadie lo impidiera, más bien todo lo contrario. A medida que avanzaba la historia, que conozco perfectamente, me daba cuenta de que eso que la película retrata no es economía, una noble palabra pese a todo, sino mafia, estafa, latrocinio. Los sujetos que por allí pululan son estafadores, arribistas que logran hacerse con las riendas del poder, y que como aprendices de brujo logran destruir todo lo que les rodea, victima de su inmensa codicia. Ver como Larry Summers y otros “personajes”, aparecen al lado de cada presidente de los Estados Unidos desde los ochenta me recordó por un instante a esa escena de Wall E en la que aparecen los capitanes del navío estelar en su particular galería de retratos, cada vez más fofos e inútiles, y en todos está, al fondo, el rojo intenso del piloto automático, auténtico dueño y señor de la nave y de las vidas de sus ocupantes. Con gran estilo, sin caer en demagogias baratas (no, esto no es un panfleto de los de Michael Moore) con unas imágenes de Nueva York que son de una belleza arrebatadora, la película avanza sin pausa y, como bien señala Carlos Boyero, se acaba convirtiendo en un film de terror, de esos en los que uno sabe que la protagonista no debe avanzar por el pasillo porque “algo” le va a salir al paso y le va a herir. Igualmente aquí vemos como las piezas se montan para genera una catástrofe, que los pocos que la ven y denuncian no son escuchados, y uno se retuerce en la butaca del cine pensando no, no, no, ante el destino que contempla como inevitable, y que, dramáticamente, real, nuestro actual día a día.


Dos precisiones solamente. Una es que la cinta se centra, obviamente, en los Estados Unidos, y salvo una introducción islandesa, el resto de países no aparecen, y esta es una crisis global. Por ese mismo motivo, se podría rodar una película exactamente igual en España, sustituyendo todos los personajes de la original por banqueros, financieros, inmobiliarios, políticos, alcaldes y demás tropa de sinvergüenzas nacionales que han generado, con la cómplice actuación de cada uno de nosotros, nuestro particular desastre económico, proporcionalmente mayor que el americano Quizás por eso la película está casi escondida, y hay que currárselo para verla, frente a Torrente y otras sandeces, pero créanme, el esfuerzo merece la pena.

lunes, abril 04, 2011

El pato cojo

Seguro que no soy nada original titulando así el artículo de hoy. Lo habrán leído en muchos medios y artículos a lo largo del fin de semana, pero es la forma más breve y práctica de expresar la situación en la que se encuentra ZP, su gobierno y el PSOE en su conjunto. En su origen, la expresión hace referencia al final del mandato de los presidentes norteamericanos que se encuentran en su segunda legislatura. La constitución les impide volver a presentarse y la actualidad política les abandona, poco a poco, a favor de los nuevos candidatos a presidente. Su mandato agoniza, y el poder se les escapa de las manos.

Y esto es lo que le empieza a pasar
a ZP desde hoy, tras el anuncio del sábado en el comité federal de que no repetirá como candidato en las elecciones de 2012. Había mucha expectación sobre ese encuentro, aunque en los días anteriores se había trabajado para reducirla, pero al final se despejó una de las incógnitas, con el valor deseado por todos los allí presentes, y antes de las elecciones municipales de Mayo, como ansiaban que sucediera los candidatos socialistas que, preparados para esas elecciones, va a ser la primera tropa de asalto que será golpeada por el tsunami de la crisis y el desempleo, y que rezaba por poder presentarse a esa batalla sin el emblema de ZP. Ahora se abre en el PSOE un periodo apasionante en el que uno, dos o más candidatos tratarán de alcanzar el poder y lograr ser elegido como aspirante a la presidencia. Suenan dos, Rubalcaba y Chacón, pero puede haber más, algunos que nos suenen y otros de los que no sepamos nada, como sucedió con un tal Zapatero en 2010, al que nadie conocía ni de vista. Los procesos de primarias son así, se trata de controlarlos y luego la cosa se puede desmadrar, y al PSOE normalmente le sucede eso. Visto fríamente, y dado que parece imposible plantear el escenario de una victoria frente al PP en Marzo, lo mejor que podía hacer el PSOE es tratar de perder por la mínima, presentando a un candidato como Rubalcaba, que pueda perder el menor número de votos. Tras la derrota Rubalcaba y su equipo se pueden retirar, que ya son mayores y están chamuscados de muchas batallas, y un relevo joven puede coger las riendas del partido, aprender en la oposición, atizarle al PP en medio de una coyuntura económica que será infernal, y presentarse a las elecciones de 2016 (o las adelantadas) con fuerzas renovadas. Si el candidato escogido es virgen, por así decirlo, y poco experimentado, pongamos el caso de Chacón, el efecto de la derrota le puede costar muy caro, y tras un proceso que se supone convulso en el partido, estrenarse perdiendo puede hacer que ese liderazgo no fragüe y se acabe desmoronando. Es cierto que Chacón cuenta con un aparato de propaganda muy grande, ya que su marido es uno de los jefes de Público, La Sexta y Mediapro, pero de poco le va a servir si la derrota es de las dimensiones que señalan las encuestas. Creo que el PSOE debe tratar de minimizar los daños, salir lo más entero posible de las urnas y, desde una oposición razonada, tratar de reconstruirse tras el desastre de estos últimos cuatro años de gobierno.

Lo que es innegable es que el proceso de primarias es apasionante, y pese a sus vicios de forma e intentos de amaño pos parte del aparato (véase lo sucedido en Madrid hace unos meses) el PSOE puede enorgullecerse con razón ante el PP de que su candidato tiene un respaldo social y una legitimidad mucho mayor. Igual pasaría si en vez de en primarias se eligiese en un congreso extraordinario, como sucedió con ZP, que ganó a Bono por apenas siete votos, pero así lo ha querido el partido. Entre las municipales y esto nos espera una época divertida, pero cada día ZP mandará menos, y los problemas, como crueles dinosaurios, seguirán ahí….

viernes, abril 01, 2011

El (no) homenaje a Celine (para ABG)

Todos los países conmemoran a lo largo del año efemérides relacionadas con sus personajes ilustres y acontecimientos históricos. Dado el bagaje histórico que llevamos no hay día en el que no se cumpla el XXX aniversario del nacimiento, muerte o descubrimiento de lo que sea, y suelen ser muchas veces los gobiernos quienes organizan estos homenajes públicos, con exposiciones, actos políticos y demás parafernalia. En Francia también ocurre lo mismo, aunque este año se ha vivido una cruda polémica a cuenta del cincuenta aniversario de la muerte de Louis Ferdinand Celine, uno de los escritores galos más importantes del siglo XX. Y es que el Celine autor tenía un reverso tenebroso en el Celine persona.

Celine conmocionó a Francia con su estilo de escribir, descarnada, bruto en muchos aspectos, pero realista y apegado a la calle y vida de la sociedad en la que vivía el autor. Sus dos novelas más conocidas “Viaje al final de la noche” y “Muerte a crédito” ya se encuentran en el panteón de las letras francesas. Las leí, gracias a ABG, y me resultaron interesantes, aunque no estarán entre mis novelas favoritas. La cuestión es que a lo largo de su vida Celine fue un personaje en el que el concepto de políticamente incorrecto sería un suave eufemismo para definirle. Xenófobo, antisemita radical, filonazi, polemista y descarnado, Celine tenía unas opiniones políticas que escandalizaban a sus contemporáneos, y a los que le han sucedido. Por ello, cuando se acercó 2011 empezó a surgir la polémica de cómo celebrar el cincuentenario de su muerte y de su obra sin hacer ni apología de sus ideas ni defensa de las mismas. Poco a poco el ambiente se fue caldeando, con mucho más ruido en contra que a favor,
y a finales de Enero el gobierno francés decidió que no habría homenaje público a Celine. Su antisemitismo pudo a su obra, y Celine fue descabalgado de los que iban a ser homenajeados en este año. Esta decisión generó una nueva polémica, bastante menso ruidosa, en la que algunos autores criticaban al gobierno francés por dejarse llevar por la maldita corrección política que a diario nos rige y por mezclar cosas como la obra y la vida del autor que no tiene porqué ver una con la otra. El manifiesto más lúcido y valiente de los publicados en España a este respecto fue el de Mario Vargas Llosa que comparto plenamente. En un artículo dedicado a este tema Llosa deja muy claro que hay que separar los dos planos del autor, sea Celine o cualquier otro. Uno es su vida, su actitud ante la misma y sus opiniones, políticas, sociales o de lo que sea. Y otra cosa es su obra, y deben ser valoradas cada una, vida y obra, por lo que son, no por lo que una implica sobre la otra. La genialidad de los escritos de Celine jamás podrán servir para justificar sus racistas opiniones, pero al revés también es cierto que sus infames pronunciamientos públicos no restan un ápice a la categoría de sus escritos. En este año se pretende homenajear al Celine escritor, y si se está de acuerdo en que su obra es buena, acuerdo que existe, debe ser homenajeado. Pensemos al revés, hay muchas buenas y maravillosas personas en el mundo, pero que escriben muy mal. Obviamente su calidad humana no permitirá que les rindamos homenaje por sus escritos, malos, ni hará que su prosa sea más bella. Pues este caso es el contrario, y la actitud debe ser la misma. Por lo tanto, un capón al gobierno francés por no homenajear la obra de Celine.

Pero es que el caso de Celine se da mucho más de lo que nos parece ¿Cuántos autores a lo largo de la historia no habrán sido personajes despreciables en su vida? Como en muchos casos no lo sabemos suponemos que no ha sido así, pero, ¿y si fuera? ¿Cambiaría eso nuestra percepción sobre su obra? Decía Pérez Reverte que él estaba contento de no haber podido conocer a genios que admira como Mann, Proust, Lampedusa o Dumas, porque seguro que en persona no le hubieran satisfecho tanto como sus obras, y que esos textos que ama son lo que el desea de los autores, no sus miserias, conocidas o posibles. Por ello, juzguemos a las personas por sus actos, pero no a sus obras.