Creo que la escena que más frustración ha causado en esta Semana Santa no ha tenido que ver con al lluvia en Sevilla. El Jueves, o el Viernes, a lo largo de estos días, uno de los muchos usuarios que arrancaba su PlayStation para jugar en red se encontraba con un mensaje en negro avisando de problemas de mantenimiento, y que por ello era imposible jugar su partida. Cabreo, caras de extrañeza, recurso al eterno apagar y volver a encender… “pero qué diablos pasa aquí!!!” seguro que habrá sido una frase que, aderezada con varios tacos y expresada en múltiples idiomas, ha llenado salones y habitaciones en medio mundo estos días.
Y lo que ha pasado es muy serio. Sony, tras varios días de rumores, ha confirmado que se ha producido un ataque informático y que alguien, un supuesto hacker, ha accedido a datos de los millones de usuarios del sistema de Playstation en red. Esos datos van desde contraseñas de acceso a información bancaria, por lo que la cosa es grave. Y afectan a muchos, sino a todos, los 77 millones de jugadores que hay en el mundo. Sí, sí, 77 millones, una cifra que desconocía que me ha parecido inmensa, más de un uno por ciento de la población mundial juega en red a la Playstation, distribuidos a lo largo y ancho de decenas de países, en lo que es todo un fenómeno, tanto social como lúdico y, desde luego, económico. Ante una noticia como esta surgen muchas dudas, rumores y cuestiones, casi todas ellas relacionadas con la seguridad de la información en Internet, de hasta que punto nuestros datos están protegidos y si es seguro usar la red para cuestiones como los pagos bancarios, compras y demás operaciones sensibles. Es normal que surjan dudas, pero no olvidemos que hay muchas personas cuyo trabajo es, precisamente, garantizar la seguridad, y en esto Internet es una réplica del mundo real. ¿Cuántos robos se producen al día? ¿Cuántas tiendas son asaltadas? Muchas, sin duda, y existe un grupo de personas, la policía y todas sus variantes, más o menos exóticas, cuyo trabajo es evitar que eso suceda. Como resultado de ese enfrentamiento, tenemos una sensación de inseguridad, mayor o menor según zonas y horas del día, y actuamos, pero no nos quedamos encerrados en casa. Salimos, compramos, vamos al banco, y corremos el riesgo de ser atracados, pero eso no condiciona nuestros hábitos, como es lógico. Pues en la red pasa lo mismo, sólo que de una manera más sofisticada, que se nos aparenta por ello más peligrosa. Como no vemos al ladrón ni sentimos físicamente el robo la sensación de riesgo crece, pero es irreal. De hecho, siempre digo lo mismo, la gente se echa las manos a la cabeza porque alguien puede robar sus números de la tarjeta de crédito en la web pero a la vez paga en un restaurante desconocido y deja que el empleado se lleve físicamente la tarjeta como si no existiera riesgo alguno de copia, duplicado o similar. Como percibimos mejor el mundo real estamos en él más seguros, y desconfiamos de lo que pasa en la red, cuando, en ambos lados de la realidad, una precaución básica, sentido común y no meterse en lugares extraños garantizan un elevado porcentaje de seguridad. El resto es labor de quien trabaja para mantenerla, en la calle y en los hubs.
Desde luego esto para Sony no es una buena noticia, siguiendo con la racha de un 2011 nefasto para todo lo relacionado con Japón. Deberá estudiar qué ha sido sustraído, y cómo, y reforzar los sistemas de seguridad y encriptamiento de la información. De lo que no hay duda es que alguien, sería curioso saber quién o quienes, se han pasado una Semana Santa de vicio destripando los datos que poseía Sony, y a buen seguro se lo han tomado como una partida de videojuego, en el que el pequeño ha derrotado al gigante, y de paso ha causado miles de bajas “civiles”, caros daños colaterales para una Sony puesta en ridículo.
1 comentario:
ohhh una dedicatoria por que será.... jeje ;-)
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