viernes, junio 30, 2023

Rusia, el poder y la sucesión

En el libro de la periodista Ana Bosch “El año que llegó Putin” se cuenta su experiencia de corresponsal en Rusia y cómo vivó momentos como el de la caída de Gorbachov y el golpe que acabó por hundir al URSS y dejó al resistente Yeltsin en el gobierno. En el texto, interesante, se menciona un concepto que para muchos es novedoso y muy difícil de comprender, que es el sentido ruso del poder, el de un poder aplastante, absoluto, ominoso, viscoso, que penetra por todas partes y se hace imposible de eludir. No tiene nada que ver con lo que en occidente entendemos por poder, y su gestión siempre está asociada a hombres fuertes, absolutos. Zares.

La gestión del poder y la sucesión de quien lo encarna es uno de los grandes problemas de las sociedades humanas. A lo largo del tiempo se han ido decantando varios modos tanto de ejercer el poder como transmitirlo, siendo el reinado absoluto y hereditario el más obvio y repetido de ellos. Hoy en día quizá sea Corea del Norte el lugar en el que más y mejor se lleva a cabo esta manera de gestionar el poder, pero lo que allí sucede pasaba hasta no hace demasiado tiempo en casi todas las naciones del mundo. Hay variantes originales de esta forma, como son las monarquías electivas, en la que el rey absoluto no cede el poder por herencia, sino que, tras su muerte, es reemplazado por otro elegido entre los de segundo rango. Así funcionaba la monarquía visigoda española y, lo sigue haciendo el Vaticano, donde tras la muerte del Papa se organiza un cónclave para elegir al nuevo rey. En las naciones occidentales hemos llegado a una solución en este tema que es bastante original y que se ha demostrado como la menos mala de las conocidas. En primer lugar, se ha limitado el poder, fragmentado, de tal manera que quien lo ejerce no puede decidir con absolutismo sobre nada, cosa que no le gusta nada a los populistas de ambos extremos. En segundo lugar, la elección de quien detenta el cargo se hace abriendo la posibilidad de decidir a toda la población, mediante sistemas de voto, cada uno con sus particularidades, de tal manera que no hay un grupo selecto que escoge. Y en el momento del traspaso de poder no existen resistencias de quien lo cede a quien lo coge. Este punto es decisivo. En el asalto al Capitolio del día de Reyes de 2021 vimos cómo el populismo trató de impedir la sucesión del poder, de romper ese consenso. Realmente los momentos en los que el presidente saliente pierde el poder y el entrante lo adquiere son los más peligrosos de todo sistema de traspaso, porque se produce no un vacío, pero sí una ausencia, una caída de la influencia de uno sin que la del otro haya ascendido lo suficiente. Las asonadas latinoamericanas se han dado mucho en estos momentos de traspaso, y quienes tratan de dar golpes lo saben. En muchas otras naciones del mundo se pueden ver sistemas formalmente democráticos pero sometidos a regímenes en los que el poder se ejerce de manera absoluta y las sucesiones se amañan. Se convocan elecciones, pero están vacías, se cubren algunas formas pero, en el fondo, la manipulación es la que domina. Son cáscaras vacías, pasos previos a las dictaduras formales, en las que el poder es ejercido de manera violenta y absoluta por quien se ha hecho con el mismo. En estos casos, la sucesión del poder es un problema en sí mismo, porque el dictador puede imponer la vía para dejarlo y pasarle los trastos a otro, pero en el momento en el que se produce ese paso el poder amedrentante del viejo dictador se evapora, y el riesgo de lucha de terceros por el trono cedido se dispara. Y entonces comienzan las guerras, las purgas y las batallas, palaciegas o civiles, que día tras día castigan a pueblos y naciones. El poder es uno de los engranajes que mueven el mundo y enloquece a los humanos. Así somos.

En Rusia la forma de gobierno es la de un aparente estado de corte occidental, con sistema electivo democrático de su presidente. En la práctica lo que existe es la posesión del poder por parte de una serie de grupos mafiosos, actualmente encabezados por Putin, que se disputan influencia y luchan soterradamente entre ellos para llevarse los recursos de la nación. Putin sabe que su posición depende del miedo que sea capaz de mantener entre los suyos, y que cuando ese miedo flaquee alguno intentará derrocarle, llevando las cosas al extremo y matándole para que no sea capaz de oponérsele nunca. Es lo que pasa en los cárteles de la droga en el día a día de sus fechorías. Con un estilo soviético y aires asiáticos, el poder omnímodo que reina en Rusia no duda en exterminar a quien sea para mantenerse. Bosch lo cuenta bien. No sabemos la suerte que tenemos de no vivir allí.

jueves, junio 29, 2023

Rodarán cabezas en el Kremlin

A medida que pasan los días sabemos más de lo que pudo suceder en la convulsa jornada rusa del sábado y lo que le precedió, pero a la vez crecen las dudas de a qué asistimos. Bueno, el qué realmente no, pero sí su dimensión y la organización que tenía. Parece claro que no vivimos el arrebato pasional de un Prigozhin harto, sino la puesta en escena de una operación planificada, de un órdago estudiado y lanzado con toda la intensidad posible para tratar de derribar al régimen de Putin de la única manera que eso es posible, por la fuerza, por el amedrentamiento. El golpe no triunfó, y la experiencia dice que en estos casos la piedad no abunda entre quienes, sabiéndose traicionados, aguantan en el poder.

Ayer medios norteamericanos deslizaban dos interesantes noticas. Una era que la intención del ataque de Prigozhin pasaba por secuestrar al ministro de defensa Shoigou y al Jefe de las fuerzas armadas, Gerasimov, que estaban en Rostov, la ciudad rusa cercana a la frontera con Ucrania desde donde se organizan los ataques y todo tipo de operaciones militares de la guerra. Al parecer los servicios de seguridad del estado, la FSB que es la que domina el Kremlin, llegó a enterarse y alertó a los dos altísimos cargos, que abandonaron Rostov apenas un par de días antes, el jueves. Eso pudo precipitar el asalto de Prigozhin al sábado, quizás ya a sabiendas de que no iba a lograr dos piezas de caza muy preciadas, a la vez salvoconductos para mantener su posición de fuerza pasase lo que pasase, y lanzó sus tropas con el riesgo de que la jugada le saliera mal. La otra información es que Prigozhin no actuaría sólo, sino que contaría con apoyos dentro del ejército regular ruso. Esto es un factor importante, y suele ser de lo más habitual en toda intentona golpista. Los sublevados saben que su éxito pasa porque el mayor número de fuerzas se unan a su bando o, en su defecto, les dejen hacer, sumando a la sorpresa de la acción la colaboración de los que, en el bando atacado, puedan prestar. Esa labor de búsqueda de colaboración interna, que tantas veces hemos visto en libros y películas que relatan golpes en naciones y dictaduras pasadas, es necesaria, pero muy peligrosa para el conspirador, porque en el proceso de búsqueda de fieles el secretismo de la operación se va diluyendo, y la probabilidad de que alguno de los contactados se vaya de la lengua y chive los planes al poder constituido crece. Esta es, de hecho, una de las principales fallas que suelen tener estos golpes, donde la sorpresa es, en ocasiones, la gran arma con la que cuentan. Durante las horas en las que la columna de Wagner avanzó desde Rostov hasta Moscú era evidente que no había un movimiento militar en Rusia de entidad equivalente y opuesta para detenerla. Las escenas de excavadoras abriendo zanjas en autovías para impedir el paso de los blindados rebeldes era patética, y el derribo de algunos aviones por parte de los sublevados dejaba en evidencia a la fuerza militar rusa pro Putin, llamémosla así. ¿Hasta dónde llegaba la implicación de los generales del ejército regular en la asonada? Es una pregunta complicada, difícil de averiguar. Por de pronto, ayer por la tarde noche se supo que Surovikin, uno de los más laureados y brillantes, ejecutor de las operaciones en Siria y reformador del ataque ruso en Ucrania tras el desplome del frente del otoño pasado, había sido arrestado por, presuntamente, haber apoyado la revuelta Wagner. Surovikin es un hombre grande, gordo, pelón, blanquecino, con cara de muy pocos amigos, como todos estos rusos. El hombre da miedo, y conociendo su historial, mucho más. En la tarde del sábado apareció en una habitación desnuda, con traje de militar, con pinta de no haber dormido en un par de meses, en una postura forzada, sentado y con la mano derecha constantemente encima de su arma, sita en el lado derecho del pantalón, enviando un mensaje a las tropas rebeldes obligándoles a que se dieran la vuelta. La escena parecía propia de la declaración de un secuestrado que es forzado a emitir un comunicado por sus captores. Quizás era eso, precisamente, lo que vimos.

Si Surovikin estaba en el complot, o sabía de él y no lo detuvo, o lo apoyó de alguna manera, es algo que ahora mismo entra en el terreno de la especulación, y que puede que nunca lleguemos a saber porque no sería extraño que no volvamos a verlo, al menos vivo. Putin, que ha salido debilitado de todo esto, necesita cortar cabezas para hacer limpia en su entorno y mostrarse como el tipo duro que gana el envite. Y en Rusia, cuando se habla de cortar cabezas, se cortan literalmente. Y, lo que es peor, Putin necesita matar ucranianos de la manera más cruel y perversa posible para mostrar que la guerra, su guerra, avanza. Ayer asesinó a varios civiles en un café en Kramatorsk. El mafioso en jefe está ávido de sangre para saciar su ira tras saberse traicionado.

miércoles, junio 28, 2023

El golpe del sábado en Rusia

Transcurridos ya varios días desde el fracasado golpe del sábado en Rusia las dudas que allí se crearon siguen sin ser respondidas, y la incertidumbre no deja de ser enorme. Creo que aún no somos conscientes de la gravedad de lo que se vivió apenas hace unos días y de lo cerca que estuvo Rusia de una guerra civil declarada entre un grupo de miles de mercenarios y las fuerzas regulares del ejército. El derribo de algunos aviones militares por parte de los sublevados hace que el episodio no se haya saldado sin víctimas, pero para lo que pudo ser, se quedó en poco. Y ese es el único consuelo de lo sucedido. Lo demás, nervio e incertidumbre.

La resolución del suceso, con una mediación declarada del esbirro bielorruso de Putin, deja un montón de preguntas en el aire y a un grupo de mafiosos heridos en su orgullo y tocados en sus ansias de poder. Definitivamente, por si había alguna duda, Rusia es un estado sometido por mafiosos y bandas rivales que se disputan el poder, los recursos e ingresos de la nación para sus propios intereses, y es la capacidad de matar que cada uno tenga la que sirve para amedrentar al resto y someterlo. El miedo del que empuña la pistola es lo que manda allí, y el relevo del poder se produce cuando otro, con su pistola, mata al anterior y ocupa su cargo, y esto no es una metáfora, sino la cruda descripción de la realidad. Putin mantiene el poder porque mete más miedo que el resto y no duda a la hora de eliminar a los que se le interpongan, y Prigozhin ha sido el primero en mucho tiempo que ha utilizado las mismas armas de Putin, directamente las armas, para meter miedo y tratar de usurpar el poder. Su idea de mover las tropas de la milicia Wagner hacia Moscú y las ridículas escenas en las que algunas excavadoras habrían zanjas en las autovías de acceso a la capital para impedir el paso de las columnas de blindados ejemplificaban, como pocas cosas, la tensión que se vivió el sábado, la relativa inacción del ejército regular y el miedo que empezó a apoderarse de algunos pasillos del Kremlin al comprobar que el grupo de mercenarios, auspiciado y pagado por la mafia principal que domina el país, trataba de levantarse en armas frente a quien le daba de comer. No parecía, a doscientos kilómetros de Moscú, que los mercenarios fueran a deponer su actitud tras haber recorrido tres cuartos del camino que les separaba de Rostov del Don, donde se habían hecho fuertes y, muy importante, contaban con el apoyo popular de la población de la ciudad. El acuerdo, al que se llegó poco después, frenó lo que parecía una columna directamente encaminada al enfrentamiento, que vendería cara su vida frente a la desmoralizada tropa rusa. Para los que seguíamos todo lo que allí pasaba con asombro y temor, la noticia del acuerdo fue aún más sorprendente, y me sigue pareciendo un extraño apaño que nadie podía esperar ante una situación que se iba de las manos. ¿Qué pinta Lukashenko en toda esta historia? ¿Qué capacidad de influencia tiene el dictador bielorruso, que es un mero peón del Kremlin? Es imposible saber lo que pasó ahí, en esas horas de la tarde, si Putin y Prigozhin hablaron directamente, si se cruzaron tacos y amenazas, si se dirigieron maldiciones mafiosas propias de películas buenas o de serie B, pero lo cierto es que vimos cómo se escenificaba un poder militar leal a una facción tratando de asaltar el poder establecido, en un remedo de lo que pasaba en la decadente roma imperial cuando un general, harto de las proclamas del emperador, y sabiéndose respaldado por la tropa que comandaba, decidía ponerse en camino a Roma para, directamente, de poner al dictador y mostrar a la plebe quién era el nuevo hombre fuerte, ejecuciones públicas mediante. Y así sin cesar hasta que el imperio aguantase.

Se supone que Prigozhin está en Bielorrusia, o eso ha dicho Lukashenko, pero no hay pruebas conocidas de que así sea, y en todo caso, de haberse ido allí, es poco probable que dedique las horas a hacer maquetas de barcos o crucigramas. Supongo que tendrá cuidado con lo que come y que no pasará de la planta baja de cualquier edificio que visite. Putin, que se mantiene en el poder, ha sufrido una erosión grave, ha mostrado grietas en su férreo control del estado y ejército, está más débil tras el peor de los pulsos que ha vivido desde que es el dictador del país. Necesita dar un golpe de autoridad para recalcar que manda y que no está tocado. Como ha dicho el secretario de estado de EEUU, el poder en Rusia ha mostrado grietas desconocidas que pueden ir a más. Lo del sábado ni mucho menos se ha acabado.

viernes, junio 23, 2023

El Titanic fascina

Sí, antes que nada hay que señalar que es muy injusto que la atención mediática del mundo se haya centrado en la peripecia, concluida como tragedia, de la excursión turística al pecio del Titanic y no en los naufragios de inmigrantes que han tenido lugar en el Mediterráneo o en las costas aledañas a Canarias a la vez que el minisubmarino se hundía para siempre en las aguas de Terranova. Aún más injusto es la cantidad de medios empleados en buscar a la pequeña nave y sus tripulantes que la nada usada para si quiera rastrear la evolución de las embarcaciones cargadas de personas que se han convertido, también, en su ataúd. Cundo decimos que la vida es injusta, lo es por cosas como estas.

El Titanic genera fascinación, sigue siendo uno de los grandes mitos de la era moderna y todo lo relacionado con él consigue un nivel de atención que es difícil igualarlo. El éxito absoluto de la película de James Cameron no se debió sólo a que estaba muy bien hecha, que también, sino a que cuanta una historia narrada miles de veces, romanticona, en un entorno de tragedia no tanto provocada por el hombre como por la fatalidad. La idea de Prometeo, el orgullo humano que reta al destino y es castigado, reencarnada en un buque insumergible que se va a pique en su viaje inaugural. Como mínimo resulta llamativo. El pecio fue encontrado tarde, a finales de los ochenta, creo recordar, a unos cuatro kilómetros de profundidad, partido en dos y a no demasiada distancia del punto en el que se supone tuvo lugar el hundimiento la fatídica noche del 14 de abril de 1912. A semejante profundidad son muy pocos los sumergibles que pueden llegar, entre ellos los de la empresa que ha tenido el accidente, pero es una zona muy inexplorada, hostil a más no poder. La enorme presión del agua hace que descender por debajo de cotas de medio kilómetro sea ya una hazaña reseñable, y al fondo de los océanos, a la fosa de las Marianas, en Filipinas, a casi once kilómetros de profundidad, sólo se ha llegado dos veces, menos que a la Luna. El mundo submarino tiene su aquel a unos pocos metros bajo el agua y, a partir de ahí, empieza a convertirse en un lugar frío, oscuro y asesino sólo por el mero hecho de la presión que supone sobre lo que le rodea. La vida se va a adaptando a la profundidad y los cuerpos de los animales se empequeñecen y comprimen a medida que el fondo se hunde. En el caso que ha ocupado las portadas nos encontrábamos ante dos posibles problemas. Uno, que la nave hubiera sufrido una avería y, incapaz de volver a la superficie, hubiera asistido a la muerte de sus tripulantes tras el agotamiento del oxígeno, o que, lo que parece que ha sucedido, un fallo estructural del casco haya hecho que la presión lo pudiera reventar, implosionando y matando de manera instantánea a los ocupantes, por lo que es muy probable que apenas hayan sufrido lo más mínimo. Unos instantes para percatase de grietas crecientes, si es que se dieron en un lugar en el que podían apreciarse, y luego la compresión absoluta y el final. Los restos encontrados, unos fragmentos de cola y de algunas piezas de la nave, son compatibles con este escenario, por lo que han relatado los guardacostas y personal que ha participado en las labores de búsqueda y sabe cómo funcionan estas cosas. No hay restos humanos que recuperar del fondo abisal en el que lo que reste del submarino se haya precipitado y, ciento once años después de su hundimiento, el Titanic tiene el triste orgullo de añadir a su lista de fallecidos cinco nuevos nombres, en este caso también potentados, gente con dinero que podía pagarse los doscientos mil dólares que costaba la excursión para ver el lugar en el que gente con dinero falleció una fría y calma noche de abril de principios del siglo XX.

El Titanic es un recuerdo de que muchos de los sueños y proezas humanas sólo pueden ser llevados a cabo con grandes recursos, por los que tienen esos recursos, y que, a veces, salen mal. Su hundimiento fue una conmoción en un mundo que llevaba ya unos cuantos años de progreso tecnológico, económico y social como no se conocía y que soñaba con que la ciencia y el progreso eliminase los problemas que acuciaban a los que en ese tiempo vivían. Dos años después de ese desastre, en el verano de 1914, estallaría una guerra que muchos esperaban pero que se desarrolló de una manera que casi nadie esperaba, acabando con el sueño iluso de la sociedad y llevándole a lo que serían las horrendas décadas de los treinta y cuarenta. El barco de los sueños, lo denominaba la película, era la pesadilla para su protagonista femenina. Así es la vida, complicada.

Subo el fin de semana a Elorrio y me cojo dos días. Nos leemos el miércoles 28. Pásenlo bien y ánimo con el calor.

jueves, junio 22, 2023

EEUU y China hablan pero no se entienden

Esta semana el secretario de Estado de EEUU, Anthony Blinken, ha estado de visita en Beijing, tratando de establecer un mínimo de relaciones entre las dos grandes potencias. Este viaje estaba previsto desde hace varios meses, pero la crisis de los globos espías y la participación china en ellos forzó a que EEUU la suspendiera sin fecha: Pasado el calentón de ese momento, el viaje se ha retomado y Blinken ha mantenido conversaciones con su homólogo chino y también con Xi Jinping, el líder del país. Más allá de las declaraciones convencionales y huecas, poco se sabe de si el viaje ha servido para algo o no. Sería deseable que sí, más nos vale.

No es exactamente una segunda guerra fría lo que vivimos, pero sí una nueva situación de bipolaridad entre dos potencias globales con capacidad de influencia universal. EEUU sigue rigiendo el mundo a través de sus políticas, su economía, su moneda y su manera de ver la vida, y claro, su potencial militar. China es el segundo país en PIB del mundo, el segundo en población, el mayor exportador global y el mayor inversor en un conjunto enorme de naciones que se están uniendo, por interés, presión o deseo, a la manera china de ver la vida. No estamos ante una rivalidad militar, como la que se vivió entre EEUU y la URSS, ni siquiera ante una lucha de destinos, porque desde Beijing no se realiza un proselitismo de su visión política, cosa que sí hacía la URSS. Tampoco estamos ante un enfrentamiento entre un gigante económico en occidente y un paria que se empobrecía sin cesar, como eral el mundo soviético, sino ante el choque de dos potencias económicas que tienen fuerzas y debilidades, pero que son capaces de dinamizar la economía global, que compiten por sectores de tecnología punta y que han dejado al resto de naciones, pensemos en nuestra UE, en una segunda fila, sacándolas mucha distancia. Militarmente hay una competencia entre los dos países, de momento muy descentrada a favor del imbatible ejército norteamericano, pero el ejército chino está mejorando sus capacidades a pasos agigantados y, lo que es más importante, sus posibilidades de actuar en el entorno cercano al país. Sí, Taiwán está en el ojo de todos, y más que en una guerra global entre los dos monstruos, fantasma que atenazó la existencia del planeta durante toda la segunda mitad del siglo XX, la tensión militar entre ambos se polariza en un punto mucho más cercano a China que a cualquier otra parte. Hay quienes se apuntan a la teoría de que una invasión de Taiwán sí puede ser el casus belli de suficiente entidad que desencadene una guerra directa entre las dos potencias, mientras que otros creen que no. En todo caso, la tensión en torno a esa isla, las sanciones comerciales referidas al acceso a tecnologías punteras por parte de EEUU a la industria tecnológica china, los casos de espionaje que día sí y día también se hacen públicos y que involucran a empresas chinas, las declaraciones de ambos mandatarios que aumentan la virulencia, como las de ayer de Biden (ciertas, pero no apropiadas en este momento)… la lista de agravios mutuos entre Washington y Beijing crece sin cesar, sin que los vínculos económicos que atan a ambas naciones se desenreden y la dependencia mutua de los mercados globales impida una desconexión total. No son pocos los que la desean, pero los costes serían enormes y, otra vez, pensemos en la UE, terceras naciones verían como sus economías sufrirían notablemente en un mundo de mercados separados, parcelados. La economía de la URSS era enana y aportaba muy poco al mundo global. China es un monstruo económico del que no se puede prescindir aunque se quiera.

De alguna manera, ambas naciones tienen que poder construir lo que se llama un “teléfono rojo”, un canal de comunicación fiable, seguro, estable y que les permita evitar malentendidos y accidentes que puedan llevar a situaciones peligrosas. Rusos y norteamericanos se mataban, directamente o mediante partes interpuestas, en las guerras locales de la guerra fría, pero ese canal siempre existió (ni era exactamente un teléfono ni era rojo) y se pudieron evitar males irreparables. Crear ese canal es condición necesaria para que la mala relación entre las dos potencias, que no se va a reconducir dada la rivalidad existente, se mantenga dentro de unos mínimos cauces de diplomacia y prudencia. Esperemos que detrás del ruido diario alguien esté trabajando para hacer posible ese canal. Más nos vale a todos.

miércoles, junio 21, 2023

Vox es, también, antipolítica

Hay un viejo aforismo político que dice que los partidos son como los autobuses de línea. Te acercan a casa, pero no te dejan en el portal. Uno coge el bus que mejor le conviene pero sabe que no le va a llevar hasta el límite de sus deseos. En sociedad, y con una complejidad creciente, las circunstancias personales de cada uno son inabarcables y las ideas dogmáticas, de manual errado, sólo sirven para arengar a los muy convencidos de ellas, pero a casi nadie más. En política las verdades absolutas no existen, los dogmas son peligrosos y las ideas mesiánicas fuente de dolor y sufrimiento. Es algo que enseña la historia una y otra vez. Y no aprendemos.

La llamada nueva política, que empezó tras el 15M, ha resultado ser algo parecido a la primavera árabe, un movimiento que trajo muchas esperanzas y que sólo ha generado caos y decepción. Inicialmente fueron dos las fuerzas que surgieron de ese movimiento, Ciudadanos y Podemos, y una tercera, Voz, que ya existía desde antes, de manera casi testimonial, se encarnaron en partidos hechos y derechos que empezaron a cosechar votos y cambiar el panorama político. Ciudadanos era una fuerza moderna, reformista, de aire liberal, que venía a cubrir el hueco del centro, que en España había sido encarnado de manera fugaz por fuerzas de éxito y luego ruina. Era una idea del liberalismo europeo de toda la vida que tuvo un ascenso meteórico, unas posibilidades maravillosas y que, por errores de estrategia que se estudiarán en las escuelas de negocio y política, naufragó. Hoy sigue existiendo como formación, pero lamentablemente ya no es nada. Los otros dos partidos eran espejos, reflejos simétricos de las ideologías clásicas llevadas a su extremo, que es donde se juntan en su afán totalitario y opresor. Podemos fue el que más lejos llegó, alcanzando el poder nacional tras las segundas elecciones de 2019 y el pacto de gobierno con Sánchez, y a partir de ahí ha ido decayendo, fruto de la soberbia de sus dirigentes, especialmente de ÉL dirigente, y de enormes errores propios, causados tanto por el dogmatismo como por el simple desconocimiento. Podemos ha sido un desastre como partido gestor y de cogobierno, y ha escorado al PSOE hacia unas posiciones antinaturales para ellos. Vox, que es lo mismo que Podemos, pero vestido con camisa azul y reminiscencia de escudos preconstitucionales, fue subiendo en escaños y poder a medida que el PP, privado del poder tras la derrota de Rajoy en la moción de censura, se sumía en sus líos y luchas. La estrategia del “cuanto peor mejor” demagogia mediática y en las redes y el afán de bronca, herramientas que también Podemos ha utilizado de manera masiva, han dado a los de Abascal una representatividad aparente mucho mayor de la que realmente tienen. En parte la subida de Vox también responde a una estrategia del PSOE, que veía con agrado como la división en la derecha servía para que ese espectro de voto fuera castigado a la hora de repartir escaños, por lo que impedía que el PP fuera nuevamente un gran partido. La debacle gestora de Sánchez y sus engaños constantes han hundido al PSOE y han propiciado que un nuevo ciclo de voto de derecha se haga con gran cantidad de poder local tras las elecciones de mayo y que, con elevada probabilidad, sume mayoría absoluta en el próximo Congreso que surja tras las generales de julio, pero será una suma partida, escindida en dos formaciones, la clásica del PP y la disparatada de Vox. Si hemos vivido durante estos años la pesadilla de un gobierno de coalición con exaltados comunistas puede que estemos a las puertas de tener a unos exaltados falangistas reivindicando la cuota de poder que creen que les corresponde.

Lo sucedido ayer en el parlamento extremeño es una perfecta muestra del disparate al que nos podemos abocar a partir del 24 de julio, con aires de 2019, si un partido intransigente, que tiene ideas propias de siglos pasados y que se cree poseedor de la verdad absoluta no permite que se forme un gobierno estable, centrado y moderado. Como le digo a la gente, si quieres que gobierne el PSOE, vota al PSOE, si quieres que gobierne el PP, vota al PP, pero votar a todo lo demás es meter en un lío a tu espectro ideológico y generar un caos en el que el país no avanza y nos somete a la melancolía de una política de bandos, insultos y demagogias. No cuenten conmigo para eso. Me parece genial que Podemos esté a punto de pasar a la historia. Ojalá Vox pierda votos a chorros en todas las elecciones y se quede convertido en la marginalidad ideológica que es.

martes, junio 20, 2023

Alsina, políticos y entrevistas

Ayer Carlos Alsina entrevistó en Más de Uno a Pedro Sánchez, lo que en sí mismo es noticia porque Sánchez se ha negado, durante cuatro años, a acudir a esos micrófonos. Ha buscado en este tiempo el presidente entrevistas masaje, en medios que considera propios, amigos, donde le van a tratar bien, no ya menospreciando, sino ignorando por completo a los demás, en un uso extremo del partidismo del que todos los gobernantes hacen, pero que Sánchez tiende a exagerar hasta el extremo. La entrevista no dio mucho de sí, Alsina trató de sacar jugo y contenido, pero el protagonista vino a colocar su discurso y no se salió del guion. La escuché por la tarde y se me hizo larga.

Dice Alsina, que es un maestro en lo de la entrevista a políticos, que no le gusta hacerlas, porque sabe que el que tiene en frente acude al medio no a conversar, a responder preguntas, a lo que se va a una entrevista, sino a colocar un mensaje, a usar al entrevistador y al medio como una plataforma para sus propios intereses. Acude el político forzado, porque hay presión para ello, pero con el objetivo de utilizar al periodista, por lo que el juego de la entrevista se pervierte desde un principio y se acaba convirtiendo en otra cosa, y eso a Alsina no le gusta. Tiene mucha razón. Grandes entrevistadores, de políticos y no, saben que hay conversaciones que van a ser sustanciosas y otras no en función de cómo se comporte el entrevistado, pero que con el político el terreno de juego es otro. A partir de ahí el papel del periodista se convierte en clave, y en España, donde hay muy buenos profesionales, las modas en este campo han pasado de la adulación pelotera, como sucede cuando en Prisa entrevistan a alguien del PSOE o en ABC a alguien del PP, por ejemplo, al modelo Ana Pastor, en el que la impertinencia del entrevistador se convierte en la protagonista, del encuentro, buscando molestar todo lo posible al entrevistado para sacarle de sus casillas. Hace pocos años el modelo Pastor se exportaba sin rubor alguno, y el que era más petardo más “me gusta” conseguía en las redes sociales, sin importar que lo que se generase no fuera una entrevista, sino un vulgar “reality” en el que la soberbia del entrevistador fuera la gran protagonista. Se acudía a esos programas porque tenían mucha audiencia, pero a sabiendas de que se iba a pasar un mal rato, y muchos espectadores disfrutaban de esa manera de hacer las cosas, que a mi me pareció, desde un principio, insoportable. Afortunadamente parece que esa manera de hacer las cosas ya no está tan en boga, quizás porque ha perdido el efecto novedad y, para broncas, el espectador escoge la basura de los “realitys” que lo son plenamente, por lo que nos quedan los entrevistas peloteros, los aduladores, los que uno sabe desde el principio a qué partido votan y congregan a sus fieles en una especie de comunión. Un periodista de El País o la SER o la Sexta ante un dirigente socialista es como una relajante laguna en estío, de aguas cristalinas y placentera superficie. Muy comparable a un encuentro en la COPE o en El Mundo entre algunos de sus profesionales y dirigentes del PP, en una especie de tertulia en el que la admiración mutua se superpone a todo lo demás. Esos encuentros se venden de muchas maneras, y son varias cosas a la vez, pero desde luego no son periodismo, no en el sentido de lo que debe ser, de buscar la noticia y algo de verdad en medio de la propaganda. Seamos sinceros. Sólo los muy convencidos de una u otra marca pueden encontrar divertida, o interesante, una entrevista de Sánchez en El País o de Feijoo en El Mundo. Es material de consumo para las propias bases de los partidos, para sus fans. Quizás también una manera de que el medio se apunte un tanto por el que pedir cobrar a cambio si su candidato llega al poder y le puede hacer un favor, pero ya medirán que interés puede tener, pongámonos en el caso extremo, que el Deia entreviste a un dirigente del PNV. La hoja parroquial al servicio de la feligresía.

Alsina, desde un principio, ha intentado otro juego en sus entrevistas políticas. Nunca ha usado el insulto, la bronca, el acoso. Ha huido todo lo posible del estilo Pastor y ha tratado de buscar las cosquillas al político que tenía delante colocándole delante de sus contradicciones, con formas exquisitas, pero con un fondo serio, a sabiendas de que el entrevistado no lo va a pasar bien. A veces, como sucedió con Rajoy, logra éxitos clamorosos. Otras no, pero siempre lo intenta por esa vía, tratando de sacar del cargo que tiene delante algo que no sea el tedioso argumentario que sus asesores le han hecho aprenderse y que busca colocar. Alsina busca hacer periodismo, y eso sí que es, en estos tiempos, toda una noticia.

lunes, junio 19, 2023

Xavier Trías y el saber perder

Afortunadamente la ley establece que la constitución de los ayuntamientos apenas deja margen para que no tenga lugar el día previsto y que no se salde con la elección de un alcalde, por lo que no tenemos unos ocho mil potenciales caos de investiduras atrasadas y demás disfunciones que pueden suceder en las autonomías y el gobierno central. Este sábado ha sido el día señalado, tras las elecciones de mayo, para realizar todos esos actos cívicos y administrativos. En la mayor parte de los casos ya se sabía quién iba a ser elegido regidor, bien por disponer de mayoría o por contar con un pacto que superase a la lista más votada, que es la que se lleva el gato al agua. Barcelona era la gran incógnita, y dio espectáculo.

Allí el más votado fue Trías, en la candidatura independentista de derechas de Junts, y después estuvieron el PSC de Collboni, Esquerra, independentistas de (eso dicen) izquierdas y luego los Comunes de Colau. Ambos partidos sacaron unos resultados muy similares, con un PP de quinta fuerza a una enorme distancia. Desde un principio se abrían tres posibilidades. Sin pactos explícitos, Trías, lista más votada, sería alcalde con una minoría muy inestable. A partir de ahí se abrían dos posibles pactos. Uno de ellos independentista, con Junts y ERC reeditando el bloque soberanista, ahora mismo sumido en una gran fractura, y el otro el pacto entre PSC y los Comunes, que con el apoyo del PP daría una mayoría no soberanista, pero que contaba con la oposición de los Comunes, que no podían soportar que el maligno PP les apoyara. Durante días Esquerra y Junts han estado negociando, y las cosas parecía que iban bien, por lo que por la primera o segunda alternativa Trías disfrutaría del momento de tener el bastón de mando en sus manos, y a sus setenta y muchos años coronaría su carrera política, emulando a joviales de su quinta como Biden o Trump. El hombre fuerte de Esquerra, Ernest Maragall, también es otro “joven”, promesa estrella de su partido. Sin embargo, el guion independentista se frustró por obra y gracia de la decisión del PP de sumar sus votos a los Comunes y al PSC, una vez que ambos habían anunciado que votarían conjuntamente, por lo que el socialista Juama Collbonie, que ha sido teniente de alcalde con Colau en la última legislatura, sería escogido como alcalde. El revuelo en el pleno fue grande, pero nada comparado con la indignación absoluta de un Trías que veía como la alcaldía que ya casi tenía en la mano le era arrebatada en el último minuto. Casi emulando esos esprintes ciclistas en los que la foto finish determina qué tubular ha sido el primero en cruzar la línea de meta, los votos no soberanistas vencieron a los soberanistas, y el PSC se puede colgar la medalla de haber reconquistado, tras muchos años, la alcaldía de una Barcelona que dominó en el pasado. El propio PSOE, aunque su relación con el PSC sea lo que es, puede exhibir el triunfo de gobernar la segunda ciudad de España. Los Comunes, desalojados de todo su poder municipal, mantienen una pica de influencia en el consistorio que más publicidad puede darles y el PP tiene como argumento para la venta su sentido de estado a la hora de una votación en la que no pintaba casi nada. Los que ganan, ganan, todos. Y los que pierden… bueno, lo pierden todo. ERC no consigue la vice alcaldía tras unos malos resultados locales en Cataluña y Junts pasa de las mieles del éxito en la plaza Sant Jaume a la nada más absoluta. Los gestos de Trías empezaron la jornada mostrando templaza y senny, pero la sorpresa iba creciendo a medida que el pleno avanzaba y, al desvelarse el sentido de las votaciones, trías pasó de una imagen de ancianito adorable y bonachón a la de un viejo resentido, cabreado y lleno de ira porque le habían quitado el juguete con el que soñaba. Enfadado, descolocado y poseído por la venganza, Trías hizo un discurso sabiendo que ya no sería elegido en el que, literalmente, mandó a todos a paseo y expresó un “que os den” que resonó en toda España.

En el fondo Trías actualizó aquel anuncio del Scatergorys, (los millenial no saben de qué les hablo) de tal manera que dejó claro que él y los suyos entienden la democracia como un juego en el que todos votan y se respeta la voluntad de los ciudadanos siempre que el resultado sea el que debe ser, es decir, que los ganadores sean ellos. Todo lo demás es pucherazo, bronca, usurpación de la voluntad, dictadura, fascismo y todas esas tonterías. Los “indepes” como buenos totalitarios, se llenan la boca con la democracia, el derecho a decidir, votar y esas cosas como meros procedimientos de refrendo de lo que desean imponer a la sociedad, y si esa sociedad les da espalda, la sociedad es traidora, manipulada e indigna de las nobles ideas políticas que los indepes proclaman. Menuda lección dio Trías el sábado, hizo todo lo que no hay que hacer, y como contraejemplo es, simplemente, perfecto.

viernes, junio 16, 2023

Hay fósforo en los mares de Encélado

Las lunas de Júpiter y Saturno son un conjunto de cuerpos enorme, variado y muy muy interesante, de lo más que tenemos en nuestro sistema solar- El tamaño de los dos planetas y el enrome número de satélites que los rodean convierten a ambos conjuntos en cuasi sistemas solares en miniatura. Entre esos satélites hay cuerpos rocosos muertos como nuestra Luna, estéticamente interesantes, pero poco interesantes desde el punto de la astrobiología. Y también otros que son una incógnita, especialmente Europa, Titán y Encélado. Este último es uno de los planetas más asombrosos de los que tenemos conocimiento y toda una caja de sorpresas. Y brilla en el cielo como casi ninguno porque es una bola de hielo.

Bueno, bola, bola no. Encélado tiene una superficie formada por Hielo, un casquete que lo cubre en su totalidad, pero que muestra grietas y estructuras geológicas fruto de las tensiones que vive en su interior. Cada cierto tiempo se producen fracturas en esa cáscara helada y potentes géiseres se elevan al cielo, dejando escapar agua al espacio dado que el tamaño del planeta, 500 kilómetros de diámetro, le otorga una escasa gravedad. Varios estudios han demostrado que, bajo la cubierta de hielo que cubre el planeta, se encuentra encerrado un océano líquido que rodea el núcleo rocoso de ese mundo. El hecho de que el interior sea liquido se debe al calor que emana del núcleo y a las llamadas fuerzas de marea, que son las que se producen por el tirón gravitatorio que el gigante Saturno provoca en todos los satélites que orbitan en su entorno (Júpiter crea el mismo efecto en los suyos). Estas fuerzas estrujan, aprietan por un lado y luego por el otro, y provocan que la temperatura interior sea más alta que la exterior, sometida a un cruel espacio vacío sin atmósfera que pueda hacer de capa protectora. El saber que hay un océano de agua encerrado en Encélado, protegido de la radiación del espacio por el casquete de hielo, ha excitado la imaginación de los científicos de todo el mundo desde que se comprobó que esto es cierto. Un mundo acuático, a resguardo de los rayos cósmicos, y con una fuente de energía que le genera actividad es un conjunto de ingredientes tan fantástico que los deseos de que algo haya podido surgir en ese mundo son casi una constante entre la comunidad científica. Encélado ha sido observado por todas las sondas que han transitado por el vecindario joviano y saturniano, y fue la Cassini-Huygens la que logró, en 2017 acercarse mucho a este mundo y a Titán, otro de los prometedores. Las imágenes de Encélado de la Voyager2 mostraban un mundo blanco y con cráteres, las de Cassini-Huygens enseñaban las trazas y grietas de un casquete sometido a unas tensiones y dinámicas de lo más complejas, y se podían apreciar los géiseres que se encontraban activos en ese momento. La noticia que ha vuelto a poner a Encélado en los titulares de medio mundo esta semana es que un equipo de investigadores alemanes, explorando los datos que Cassini-Huygens logró transmitir en 2017, han conseguido probar que, entre los componentes que son expulsados por los géiseres que afloran en la superficie se encuentra el fósforo, y en altas concentraciones, en torno a un centenar de veces más de lo que se puede hallar en, ejem ejem, los océanos terrestres. Hay mucho fósforo en el mar encerrado que está bajo la superficie del planeta. ¿Y eso qué quiere decir? De momento no se sabe, pero una cosa es clara. La vida, tal y como la conocemos, deja unas trazas en el ambiente, unas marcas o señales que se buscan sin descanso por si se dan en otros mundos. La presencia de vapor de agua es una de ellas. Y sí, el fósforo también, porque es uno de los componentes esenciales de los compuestos orgánicos que se repiten sin fin entre los seres vivos de la Tierra.

¿Quiere decir esto que hay seres vivos en el océano de Encélado? Echemos el freno. Como decía el gran Carl Sagan, una gran afirmación requiere una gran evidencia. Lo que se ha encontrado es la prueba de que otro de los elementos necesarios para que se creen compuestos orgánicos, y uno importante, está allí, por lo que la probabilidad de que se hayan creado cadenas de moléculas como las aromáticas, proteicas o nucléicas crece. Eso quiere decir lo que quiere decir, que es mucho, pero la vida requiere muchísimo más, por lo que no podemos afirmar nada al respecto. Sí que Encélado es un mundo apasionante, prometedor, no está a años luz de distancia y que debiéramos plantear una misión muy seria de exploración, aterrizaje y perforación para saber qué es lo que hay allí.

jueves, junio 15, 2023

Sumando restas

Formar una coalición política es un tema serio, o al menos así debiera considerarse, sobre todo por los que están tratando de armarla. El problema muchas veces surge de lo que está detrás de la política, la lucha por el poder, y las ansias que eso desencadena. Cuando abunda, el poder se puede repartir y disfrutar entre más y eso apacigua los ánimos, pero cuando escasea la lucha se vuelve despiadada, cruel, sin descanso alguno. Esa es la base de muchas de las tragedias clásicas, que vemos repetida cada día en nuestro país y en todo el mundo, porque las personas somos como somos, y así nos va. Pero cuidado, fina es la línea que separa el drama de la farsa.

El proceso de construcción de sumar, el partido que encabeza Yolanda Díaz. Plataforma que reúne a todas las siglas a la izquierda del PSOE, ha sido una mezcla curiosa entre almíbar empalagoso y puñaladas traperas. El conglomerado y la nueva marca son, otra vez, el enésimo intento de envolver al partido comunista en una estructura que permita que a los comunistas no se les llame así. Primero fue Izquierda Unida, luego llegó Podemos, ahora nace Sumar…. En el fondo todo es de lo mismo, de esconder esa extrema izquierda populista, reflejo de la extrema derecha populista agrupada en Vox, bajo un paraguas que enmascare las pulsiones totalitarias de una ideología de pasado y presente indefendible. Creo que son quince las formaciones que se han unido entorno a YoYolanda, como la denomina brillantemente Carlos Alsina, y la última de ellas ha sido Podemos, un partido devaluado y camino del desguace por causas propias. Podemos se unió a la coalición sumar apenas a un par de horas del final del plazo de inscripción de agrupaciones para las elecciones del 23 de julio, en medio de un vodevil de acusaciones mutuas y de vetos explícitos no nombrados. Los súbditos del camarada Iglesias querían negociar con Yolanda de tú a tú, pero los resultados de las elecciones locales de mayo dejaron claro que el tono morado de Podemos se ha convertido en un pálido tirando a velo. Tras los votos, el peso de la negociación entre ambas partes estaba claro, Yolanda podía imponer sus condiciones e Iglesias y los suyos eran unos fantasmas sin capacidad de decidir nada, pero al líder supremo nada se le resiste, la realidad tampoco, y así, antes y después de los comicios, dedicaba todas sus fuerzas a atacar el personalismo del proyecto de Yolanda (sí, sí, el ególatra mayor del reino acusando a otros de personalismos) y exigiendo que Irene Montero debiera estar en las listas de sumar como la reina que es. YoYolanda, que no es tonta, sabe que Montero es tóxica, un fracaso andante y una máquina de perder votos, y no la quiere ni en pintura, por lo que dejó claro a los negociadores de su parte, sin decir una palabra en público, que a Montero nada, y que Iglesias dijera lo que le viniese en ganas. Pablemos amagó con no unirse a la coalición pero, finalmente, lo hizo, eso sí, como el niño malcriado que es, diciendo que se ha unido pero que no está a gusto, que ha firmado pero que no hay acuerdo, y reiterando sus exigencias al momento siguiente de juntarse para que el proceso de conformación de listas sea el más convulso y zafio posible. Desde sus canales y púlpitos, bien regados de dinero, Iglesias sigue acusando a todos aquellos que no se pliegan a ante él de ser unos vendidos al capital, al fascismo y a todas las bobadas que no deja de decir desde que alguien le puso un micrófono delante, sólo que ahora ya no encandilan a tantos que, tontos, se dejaron engañar por el personaje. Ahí seguirá hasta que se cierre el plazo de constitución de listas, creo que el lunes que viene (no descarten sorpresas) y luego, en campaña, dirá que hay que votar a Sumar, pero con la nariz tapada porque son unos traidores a su causa y bla bla ba

Desde luego, si una plataforma política aspira a hacerse un hueco relevante en el panorama político del país, esta no parece la manera más inteligente de conseguirlo. Estos proyectos siempre nacen con un grupúsculo torpedeándolos, porque las esencias ideológicas de la izquierda pura prevalecen entre los iluminados de turno, se llamen como se llame, y no dejan de producirse escenas que hacen que los sketches clásicos de la vida de Bryan sobre el Frente de Liberación de Judea y el Judaico Popular sean el mejor tratado politológico al que uno pueda acudir para entender lo que pasa en esa jaula de grillos. Será difícil que sumar supere los veinticinco escaños, y eso sin el torpedeo de Pablemos y de los sectarios que le siguen. Proyecto unido e ilusionante lo llaman.

miércoles, junio 14, 2023

Tres muertes de escritores

Ha querido la casualidad que en apenas unas semanas se encadene la muerte de tres grandes y prestigiosos escritores, a los cuáles he leído y admirado. A mediados de mayo fallecía Martin Amis, a los 74 años, del mismo cáncer de esófago que mató a su inmenso amigo Christopher Hitchkens, cuya marcha no logró nunca superar. Este sábado, por sorpresa, a los 64, nos dejaba Nuccio Ordine, profesor y apologeta del mundo clásico, y ayer, a los 89, lo hacía Cormac McCarthy, uno de los novelistas norteamericanos más míticos de las últimas décadas, de vida extraña, oculta, y de obra de gran éxito. Ambos estaban consagrados por crítica y público.

De los tres Ordine era el profesor, el intelectual, no el escritor de novelas sino el devorador de clásicos, el estudioso y ensayista. Famoso en todo el mundo gracias a un pequeño texto titulado “La utilidad de lo inútil” se dedicó en cuerpo y alma los últimos años a propagar la necesidad de volver a los clásicos, a valorar la educación y el valor que tiene la cultura y el conocimiento. Afable, italiano del sur, recibió el Premio Príncipe de Asturias de las letras de este año por su obra y mensaje, y lamentablemente no podrá recogerlo en Oviedo este otoño. Ha muerto de un derrame cerebral repentino que lo hospitalizó el jueves pasado y lo liquidó en tres días. Amis sí era literato, de novelas apasionadas, aunque también le dio al ensayo de una manera muy personal. Hijo de Kingsley Amis, siempre permaneció en la realeza de las letras británicas, aunque ejerció el papel de rebelde y protestón. Perteneciente a una generación de maestros de enorme nivel, con compadres como Rushdie, McEwan, Barnes o Ishiguro, este último poseedor del Nobel, la obra de Amis tiene a la decadencia británica como fondo y a personajes amorales que ligan, beben, aman, dejan y subsisten en medio de contradicciones y autoengaños. En cierto modo escribió de lo que sabía y había vivido. Vendió mucho, aunque sin llegar a la categoría de best seller, y desde hace ya algunos años vivía en EEUU. Su obra es atractiva, aunque exige trabajo del lector. Ha escrito algunas de las escenas más decadentes y, en referencia a lo de ayer, berlusconianas de las últimas épocas, y él mismo poco a poco fue acrecentando su imagen de vividor, mujeriego y ácrata. Su muerte ha sido un golpe duro para las letras británicas y la primera señal de ocaso de esa generación mágica, donde la edad media ya es elevada. El caso de McCarthy es distinto a todos ellos. Es escritor absoluto, pero con una vida persona desconocida, secreta, fomentada por el mismo dada su ausencia del mundo de la promoción literaria, que a Amis le encantaba. Circulan rumores desde hace años sobre qué hacía McCarthy en su juventud y primera madurez, y nunca se han confirmado. Residente en el oeste sur de EEUU, pasaba temporadas encerrado en casa o en conventos o en centros de investigación física, donde aprendía todo lo posible, estuviera relacionado con lo que iba a ser su obra o no. Sus novelas, ambientadas la mayor parte en esa zona de frontera que engloba a México, Arizona y Texas, son como el paisaje de esos lugares. Secas, rudas, áridas. Personajes polvorientos que acumulan más suciedad en su corazón que en las botas, y que sobreviven como pueden en un mundo en el que la vida vale poco, el dinero lo es todo y las balas determinan quién cava y quién ocupa la fosa, parafraseando a Clint Eastwood. Son westerns modernos, en los que no hay piedad, donde el hombre se enfrenta a un destino oscuro y a sabiendas de que en nada podrá poner su confianza. Meridiano de sangre o Todos los caballos bellos son algunos de sus títulos más redondos y conocidos. El año pasado sacó una nueva novela, doble, tras años de estudios en física cuántica. Apenas concedía entrevistas.

McCarthy se hizo enormemente popular gracias a dos buenas adaptaciones cinematográficas de obras suyas, “No es país para viejos”, con Javier Bardem como el asesino en serie con el peor peinado de la historia, y “La carretera” con Vigo Mortessen como padre y guía de su hijo en lo que parece ser un mundo destruido tras algo que lo ha dejado reducido a cenizas y escombros. Si la película es angustiosa, el libro lo es aún más. McCarthy estaba considerado como el más grande de los escritores norteamericanos vivos. Stephen King, De Lillo, Pynchon y Joyce Carol Oates, mayores, son los que quedan de su quinta y hoy lloran su marcha.

martes, junio 13, 2023

Berlusconi, el populista moderno

Durante bastantes años a Berlusconi se le unía el término “cavaliero” para otorgarle prestigio y relevancia, aunque a muchos nos parecía al escucharlo que estábamos ante el oxímoron perfecto. No había nadie famoso que estuviera más lejos de la imagen asociada a la caballerosidad que el rijoso político italiano, que a la mínima desviaba sus ojos para centrarlos en culos y tetas que estuvieran a su alcance, con unas formas en brazos y gestos que eran una mera extensión de lo que el traje no dejaba ver, pero la entrepierna ordenaba cumplir. El eterno salido de la política italiana nunca dejó de estar orgulloso de serlo. De caballero, muy poco, la verdad.

Berlusconi, que ha fallecido a los 86 años de forma repentina, es la Italia política de las últimas dos décadas y la sociológicas de mucho más. Magnate, con una fortuna de origen inicial desconocido, listísimo para los negocios, ávido de éxito y sagaz para detectar lo que funciona y lo que no, creo la telebasura en su máxima dimensión y logró exportarla a otras naciones, convirtiendo el 5 de su mosca televisiva corporativa en el logo bajo el que se emitían las mayores bazofias que se han visto en la pequeña pantalla desde que existe. Bazofias de enorme rentabilidad, que le llevaron a convertirse en uno de los hombres más poderosos y ricos de Italia. Muy buen conocedor de lo que gusta y lo que no, se hizo con uno de los equipos de fútbol de su ciudad y lo llevó a la cima de las competiciones europeas, en una sinergia de escándalos, tetas y balones que era imparable. La máquina Berlusconi facturaba a lo loco sabiendo perfectamente cómo estimular a su público y sacarle el mayor rédito posible. En su vida privada Silvio era como los programas que emitía, un sinvergüenza de cuidado que no dudaba en dejar a un amor por otro, siempre que la edad de ambas fuera cada vez menor, y que en sus villas daba rienda suelta a una forma de erotismo chabacano, soez y, seguramente, patético. Como el jefe de la fiesta, su alma de hombre del espectáculo quedaba cubierta por el peloteo de los que de él dependían, que le cubrían las espaldas e incluso aplaudían cuando, en medio de algunas despelotadas, cantaba canciones napolitanas. La escena es digna de un Nerón con la lira en los estertores de la dinastía Julia Claudia. Quizás por eso la política era el paso obvio de un hombre que se veía providencial. El desmoronamiento de los partidos de la Italia de postguerra, podridos por la corrupción y las guerras sucias, dejó la puerta abierta a que alguien con olfato, morro y dinero pudiera aparecer como el providencial salvador de la patria. Y Berlusconi reunía todos esos requisitos. Sus campañas electorales eran una extensión de su televisión, de su vida privada, con una constante generación de espectáculo, muy bien pensado y diseñado, a mayor gloria del hombre hecho a sí mismo que es la salvación de una economía y sociedad en ruinas. Como el emperador romano que reparte grano en la plebe para tenerla contenta y garantizarse su apoyo, Silvio logró el chollo soñado por todos los políticos de tener en propiedad los canales de televisión privados y, al acceder al gobierno, los públicos, por lo que todos estaban a su servicio. Es Berlusconi el inventor del populismo moderno, de esa mezcla de promesas falsas, peloteo al electorado, mensajes chabacanos y simples, y propaganda sin freno, que luego ha sido la escuela de alumnos tan aventajados como Trump, Iglesias, Abascal, Salvini, Orban, Bolsonaro y un largo etcétera. De hecho, el estilo Berlusconi ha logrado impregnar a casi todos los políticos de occidente, y así como el estilo “sálvame” ha contaminado a todo espacio de debate televisivo, las formas berlusconianas se dan en formaciones clásicas de la política europea, aparentemente alejadas del personaje, al que repudiaban en público pero, en privado, envidiaban sin cesar.

Acusado de un montón de delitos, apenas condenado por algunos de ellos, sigue ostentando la marca de ser el primer ministro que más tiempo ha estado al frente de un gobierno italiano desde el final de la II Guerra Mundial. Amante de sujetos autoritarios, sus relaciones con Putin y otros dictadores eran excelentes, y ayer del Kremlin partieron los elogios más sentidos hacia su figura. Probablemente, desde su piso de Berlín, Ángela Merkel no le eche mucho de menos. Se ha ido un maestro de la escena, un genio del espectáculo, un salido profesional, un personaje que, obseso por sí mismo, vivía desde hace años bajo su propia máscara mortuoria, fruto de aberrantes operaciones estéticas que le habían convertido en una parodia. Berlusconi ha muerto.

lunes, junio 12, 2023

La feria y la literatura

Ayer terminó una nueva edición de la feria del libro de Madrid, evento multitudinario que atesta el Retiro de casetas, paseantes, curiosos y compradores. Este año ha estado marcada por un tiempo inestable, frecuentes tormentas y días plomizos, que puede que hayan afectado algo al volumen de ventas. En los días en los que el tiempo ha respetado, como por ejemplo este último fin de semana, la afluencia ha sido masiva y es de suponer que la facturación también. El año pasado, como preludio del durísimo verano que se nos echó encima, no llovió un solo día y los treinta grados fue la temperatura media de las dos semanas. Esta vez, todo lo contrario.

Siempre que empieza la feria comienza el debate entre entendidos sobre si estamos ante un evento literario o comercial, y se debe poner el acento en uno u otro lado. Pasear un fin de semana por allí permite ver a famosos que firman su obra, youtubers con colas enormes y, de un tiempo a esta parte, la explosión de dos géneros literarios, el de la autoayuda y el de la novela romántica juvenil, que arrastran masas de lectores y crean colas gigantescas. Quizás el sumun se vivió ayer con la presencia de Ana Obregón, que con caseta propia, suscitó más atención de la prensa y los curiosos que si se hubiera pasado por allí la reina Letizia o cualquier otra autoridad. Junto a estos fenómenos de colas enormes comparten caseta escritores de best sellers muy vendidos, como todos los relacionados con la novela negra, que también está muy de moda, y autores de carrera prolongada que cuentan con legones de fieles. Y sí, también literatos consagrados que cuentan con poca presencia de compradores, y ven la vida pasar a lo largo de las horas que están en la caseta. Hay más de uno que considera que la feria es una desvirtuación, un fenómeno de masas vulgar y carente de valor, y que debiera separarse lo que es el mundo de la literatura de todo lo demás. Esos, que así se manifiestan, y que no son pocos, ansían tiempos en los que su mundo sería una torre de marfil y ellos los sacrosantos guardianes de las llaves para decidir quién puede acceder al tempo y quién no. Es evidente que el valor literario de todo lo que se vende en la feria no es el mismo, hay joyas, cosas normales, cutrosas, de valor elevado, simplemente despreciables, etc, y en gran parte de los casos el poner estas etiquetas a los títulos que se ofertan es cuestión de los gustos de los lectores. Porque sin lectores no hay libros ni literatura. Esta frase, que es obvia, parece no haber calado en el alma de muchos que van por la vida de inquisidores, y que, evidentemente, no se han enfrentado a las ventas de sus propias obras ni al negocio editorial. El de la edición es uno de esos negocios en los que el riesgo y la suerte determinan, en gran parte, el éxito o el fracaso. Es necesario que haya títulos que vendan mucho para que una editorial pueda lanzar obras destinadas a públicos más concretos, que van a ser coste financiero en muchos casos, pero que el exceso de ventas de otras pueda cubrir. A veces, no pocas, se unen calidad literaria y ventas, y es algo a celebrar, pero muchas otras veces no es así. Para el editor, el primero de los casos es el ideal, porque le aúna ingresos y prestigio, pero en caso contrario tiene claro que del prestigio no se come ni se pagan facturas si no hay una venta que lo respalde. Muchos de esos youtubers o famosos, a los que no conozco y cuyas obras no voy a comprar, son los que permiten que las editoriales publiquen trabajos de otros autores a los que sigo y me gustan, por lo que jamás miraré con altivez a alguien que firma en la feria. Muchos se escandalizan porque a la editorial se le llama industria y tiene visión comercial, pero es que así debe ser, como cualquier otro negocio. Una editorial quebrada no publica a nadie. No debiera ser tan fácil de entender, pero sigue costando hacer verlo.

Pasear por el Retiro en la feria, a veces un ejercicio difícil por lo saturada que puede llegar a estar, es un regalo para los que nos gusta leer, porque ves a miles de personas para las que un libro, el que sea, les dice algo, les cuenta una historia que les interesa, importa y llega. Ver a esa chavalería adolescente encandilada con las obras de Mega Maxwell, Allice Kellen y otras tantas autoras escandalizará a algunos de los que no encuentran valor en sus libros, pero a mi me llena de alegría. Colas enormes de adictas a los libros que, en una tarde de verano, han decidido estar esperando para comprar un libro, conseguir una firma, charlar con su autora favorita y, luego, sumergirse en la historia. ¡Qué más se puede pedir!

viernes, junio 09, 2023

Te llaman por tu hijo…

Desde el Covid cogí la costumbre de llamar a mi madre casi todas las tardes para ver qué tal estaba, y tras el paso de la pandemia, la he mantenido, casi más como una rutina que como una utilidad. Le comento que el día ha transcurrido sin sobresaltos y que todo está normal por aquí, sin entrar en detalles sobre si el día ha sido cuesta arriba o no, que varios lo son. No es cuestión de contarle penas que no le atañen. La llamada también sirve para desvincular el sonido del teléfono de las malas noticias, de los sustos. Será inevitable que, algún día, por ese cable corran malas noticias, no se en qué sentido, pero sucederá. Pero por ahora, cuando suena, ella está tranquila.

Si tienes hijos pequeños en el cole y te llaman, malo. O han hecho algo que no debían o se han puesto pachuchos y la preocupación de los padres se solapa con la necesidad de deshacer la logística y los planes previstos y sustituirlos, a toda prisa, por unos improvisados. A veces los niños son tan pequeños que aún no están en el cole, son bebés indefensos, que yacen en cunas o cochecitos, seres totalmente dependientes que necesitan cuidado, arrobo y cariño a raudales para hacer lo que sea que necesiten. Y si por ellos te llaman el nerviosismo de los padres puede empezar a alcanzar cotas que yo jamás llegaré a comprender. Ayer, en Annecy, una pequeña localidad de enorme belleza, a los pies de los Alpes franceses, un entorno tan rico en paisajes como en renta disponible, varios padres y madres fueron llamados de urgencia a primeras horas de la mañana porque había sucedido algo horrible. Puede que algunos de ellos fueran testigos de un hecho que nunca olvidarán, y otros se enterasen por teléfonos que les sobresaltaron en reuniones, viajes, encuentros de trabajo, recados o vaya usted a saber qué. Desde que cogieron esa llamada y oyeron las primeras palabras sus vidas cambiaron para siempre, y ante ellos el paisaje montañoso que es familiar, de toda la vida, se tornó en derrumbe, avalancha que los sepultó sin darles la más mínima opción de respuesta. Es muy difícil, debe serlo, asumir que una fatalidad, un accidente, un absurdo, se abate sobre uno de tus hijos, sobre un indefenso bebé que nada sabe, pero todo eso se queda convertido en nada cuando es el mal el que entra en tu vida y trata de arrebatarte a los tuyos. En el ataque de ayer, del que se saben pocos detalles, todo es tan absurdo y horrendo como uno sea capaz de imaginar en una de esas truculentas novelas que tanto éxito tienen ahora, pero no estamos ante un relato compuesto por una mente que es leída por otra en la seguridad del lugar en el que posa sus ojos, con el temor creciente ante el desarrollo de los párrafos, pero con la certeza de estar ante una ficción. No, lo de ayer no tiene nada de ficción, es un hecho horrendo, inexplicable, inabarcable, que tiene ahora mismo entre la vida y la muerte a un adulto y cuatro bebés, acuchillados por un sujeto que era inmigrante de origen sirio, que llegó a Francia hace poco proveniente de Suecia, donde había estado un tiempo, y que, al parecer, lanzó gritos pro cristianos mientras, cuchillo en mano, atacaba en un parque idílico en el pueblo francés a las personas y, sobre todo, a los bebés que, en sus carritos, allí se encontraban. No hay no ya justificación, sino mero sentido en un acto similar. La excusa de la locura enmascara actos similares en los que la sinrazón domina y el hombre se convierte no ya en un peligro, sino en una perversión de la realidad ante la que no hay muchas respuestas posibles. Tendrán que ser los psicólogos y expertos en la materia los que traten de explicar la causa de este tipo de conductas, la imposibilidad de preverlas y la vía para que las familias de los atacados sean capaces de encontrar algún asidero donde agarrarse, algo que cubra el inmenso “por qué” que ahora existe en su interior y que no dejará de crecer nunca, nunca.

Tras una noticia como esta no hay mucho que razonar ni que decir, sólo lamento y pena. Los que no somos padres lo vemos con angustia, con sensación de absurdo que nada cubre. Los que ayer, con niños pequeños, con bebés, llegarían a casa, abrazarían a sus retoños con el mismo cariño de ayer, pero si llegaron a enterarse de la noticia quizás lo hicieron con más intensidad, con mayor nerviosismo, con el cerebro intranquilo, recordándoles que las posibilidades de que a ellos les suceda algo así son prácticamente nulas, pero no cero. Hoy el temor a la llamada por si algo ha pasado a sus hijos sigue en la mente de padres y madres, en todo el mundo, allí donde quienes los tienen saben que los hijos que llegan son para siempre.

jueves, junio 08, 2023

Inflación de candidatos republicanos en EEUU

Dentro de un año y cinco meses tendrán lugar las elecciones presidenciales en EEUU, el mayor acontecimiento político del mundo, y uno de los más determinantes. Normalmente, si el que ejerce la presidencia puede aspirar a un segundo mandato y así lo anuncia, su partido vive un tiempo de tranquilidad, aunque pueda haber personajes que traten de disputar el puesto al que gobierna. Como los tiempos no son normales, las aguas demócratas bajan revueltas tras el anuncio del octogenario Biden de presentarse el año que viene, con 82 cumplidos, y la paz en el partido no es plena, llena de opiniones cruzadas sobre si esa decisión es la correcta.

Pero bueno, donde sí que hay disputa, por motivos obvios, es en el otro lado, en el republicano, y es una disputa extraña, como todo lo que sucede en ese partido y país desde que Trump llegó al poder. Tras un inicio dubitativo, con sólo Nickey Haley como aspirante, la primera y única mujer por la liza, se produjo una catarata de anuncios de candidatura, entre ellos el tan esperado de Trump, y en estos días se ha dado la avalancha. Ahora mismo son diez los aspirantes republicanos a ser nominados como candidato presidencial, un número elevadísimo que, por un lado, dificulta la elección de sus partidarios al fragmentar el voto en exceso pero, por otro, convierte el espectáculo de la nominación en un “todos contra Trump” que, nuevamente, puede favorecer las aspiraciones del desquiciado expresidente. Si lo consigue, Trump habrá hecho historia en el país porque será el primer expresidente que vuelve a intentar serlo, y con opciones de lograrlo. Los últimos que se han unido a la carrera política son Chris Christye, antiguo gobernador de New Jersey y, en su momento, gran figura del partido, desfigurado por el paso del huracán Trump por el gobierno, y Mike Pence, vicepresidente con Trump. El caso de Pence es curioso, porque pocos representan mejor que él las esencias de cierto conservadurismo cristiano que está en las bases del votante republicano. Integrista religioso, aspecto de pastor luterano y pose seria, Pence debiera ser votado en masa por todos los que empuñan la Biblia y el rifle, pero curiosamente es su exjefe, que peca como el que más, se dedica a la infidelidad de manera compulsiva y quebranta normas escritas y supuestas quien se lleva de calle ese voto. La táctica que ha mostrado Pence por ahora es la de separarse de Trump, mostrarlo como algo del pasado. Difícilmente le va a funcionar. De todos los candidatos que no son el magnate el único que tiene opciones reales de eliminarlo es Ron DeSantis, el gobernador de Florida, estrella ascendente del partido y uno de los grandes ganadores de las elecciones de medio mandato de noviembre del año pasado. DeSantis es joven, aunque aparente una edad mayor, y tiene un discurso muy duro, extremo en temas como el aborto, inmigración o control de armas (más bien descontrol) y eso, unido a una imagen de fiel padre y esposo, y unas formas correctas, alejadas del histrionismo naranja, han cautivado a gran parte del electorado conservador. Hace unos meses sus opciones de llegar a ser el candidato eran algo mayores que ahora, una vez que Trump ha comenzado su campaña y que el rosario de juicios y acusaciones que se le vienen encima actúen, curiosamente, como revulsivo, no como obstáculo. En la recaudación, aspecto muy relevante en el carísimo juego electoral norteamericano, Trump sigue en cabeza, seguido por DeSantis a mucha distancia, y el resto aparecen descolgados. Lo lógico sería que, a medida que se vayan celebrando las primarias y los debates, los candidatos vayan cayendo y que finalmente asistamos a un duelo entre el magnate y su joven aspirante a sucesor, pero la política allí y aquí, y todo lo demás, hace tiempo que abandonaron la lógica, por lo que apostar por Trump sigue pareciendo lo más seguro, pero a saber que va a pasar.

Las encuestas electorales ahora mismo en el país ofrecen dos resultados básicos. Uno, que por poco, Trump podría ganar a un Biden que no remonta en los sondeos y no moviliza (ahora) a los suyos. Dos, que la gran mayoría de los votantes considera que ambos candidatos no merecen su confianza y que no debieran presentarse a los comicios. Hay consenso nacional para que no acudan los dos veteranos, pero a partir de ahí la división que existe en la sociedad norteamericana, que es total, aflora sin posibilidad de que nada la revierta. Una sorpresa con el republicanismo encabezado por DeSantis podría ser capaz de ganar con mayor claridad frente a un Biden achacoso. Pero recuerden, The Economist ya bautizó a DeSantis como un Trump con cerebro. Ese es el perfil del candidato.

miércoles, junio 07, 2023

La destrucción de la presa de Nova Kajovka

A medida que uno se adentra en la enorme planicie del este de Europa los ríos se vuelven más caudalosos, suaves y se llenan de meandros en su curso, camino a una desembocadura al sur. Danubio, Dniéper y Volga recorren trayectorias que tienen un cierto paralelismo, cada uno de ellos muchos más grados al este que el otro. El Dniéper es el gran río que cruza Ucrania, y la divide en dos partes que, muy simplificadamente, se podían definir antes de la guerra, sobre todo en su tramo más al sur, como la rusófona al este y la ucrania al oeste. Es el río que atraviesa Kiev y que luego baña ciudades que la maldita guerra de Putin nos ha hecho conocer a todos, aunque nunca hubiéramos oído hablar de ellas.

Varias son las presas que se encuentran a lo largo del Diniéper, con un par de objetivos comunes: la regulación de unos caudales que son propicios al desborde y la generación de energía eléctrica aprovechando el enorme volumen de agua que cargan habitualmente. Una de las primeras grandes presas está al norte de Kiev, apenas a una decena de metros de la capital, y siempre se ha visto como un punto vulnerable de la urbe. En caso de problemas en esa presa la ciudad podría verse sometida a una inundación muy dañina. Bajando el curso del río se suceden las represas y lagos asociados, y las centrales eléctricas que los aprovechan, siendo una de las principales fuentes de producción de energía del país. Al llegar a la región de Zaporiya se alza la presa de Kajovka, una parabólica que crea un lago y que es la puerta de llegada a una enorme masa de agua en la que el río se estabula, creando un lago gigantesco. Al inicio del mismo está la propia ciudad de Zaporiya, que tiene casi algo similar a un mar en sus orillas, y en el tramo final se encuentra el complejo nuclear de Zaporiya, la mayor central nuclear de Europa, con sus siete reactores y un pequeño embalse auxiliar. El lago termina en un estrechamiento del terreno y tras él se vuelve a convertir en río, avanzando en su curso hacia la ciudad de Jersón, no sin antes llegar a la última de las grandes presas que se encuentra antes de la desembocadura en el Mar Negro, la presa de Nova Kajovka. A partir de ahí el río se convierte en navegable en su último tramo antes de acabar en el delta que, con impulso, lleva hasta las costas de Odesa. En todo ese tramo inferior el río está rodeado de ciudades, pueblos, industrias y asentamientos de todo tipo, junto a parajes naturales de gran belleza, en general asociados a marismas y terrazas de aluvión fruto de los sedimentos transportados por el río a lo largo de todo su viaje. De esa presa también parte un canal artificial que es la principal fuente de abastecimiento de agua a la península de Crimea, tomada por los rusos, y es vital para su supervivencia En estos momentos ese cauce de agua es, en el tramo inferior, la línea divisoria del frente. En la orilla occidental está la ciudad de Jersón, reconquistada por Ucrania en su ofensiva de otoño, y en la orilla este están acantonadas las tropas rusas, que controlan el terreno desde más o menos la zona del cauce en la que se encuentra la central nuclear, bastantes más kilómetros al norte que la propia Jersón. No está claro cuál de las partes mantiene el control de la presa de Nova Kajovka, porque se han producido combates a ambos lados de las orillas en la que se encuentra, pero es probable que se encontrase en una tierra de nadie, con tropas apostadas a ambos lados de la infraestructura. En esa zona inferior del río este era uno de los pocos pasos terrestres que comunicaban ambas orillas, y que permitían el paso de tropas, vehículos y todo tipo de enseres. A la altura de la ciudad de Jersón, y por lo que sé (quizás esté equivocado) sólo es posible pasar de orilla a orilla mediante el empleo de barcazas. El puente Antonovsky, que está después de la presa, pero bastante antes de la ciudad, es el único paso que sobrevuela los casi setecientos metros de anchura que posee el río en ese punto y la orilla este, fangosa y sospecho que nada accesible.

La destrucción ayer de la presa de Nova Kajovka en un ataque intencionado es una acción de guerra vil y salvaje, que va a ocasionar enormes daños humanos, materiales y ecológicos, y que será difícil de revertir. El mero hecho de reconstruir esa infraestructura será una obra titánica, tanto en medios como en presupuestos. El desembalse causado ha anegado gran parte de las dos orillas y aumentado notablemente la cantidad de agua que separa ambos frentes, por lo que a corto plazo el beneficiado por esta acción es el defensivo ejército ruso, y el perjudicado es el ucraniano, si pretendía establecer una contraofensiva en ese punto. Crimea, desabastecida de agua, puede ser una de las grandes perjudicadas a medio plazo por esta acción de guerra

martes, junio 06, 2023

Alemania, fresas y carbón

La web de energy map es una de las más interesantes de las que hay. Si entran les mostrará un mapa del mundo y los datos de las naciones que los suministran, referidos a la producción eléctrica y las fuentes utilizadas para ello. Cada país o zona con datos se marca con un color en función de la emisión media de CO2 correspondiente al mix de generación de ese momento, más verde cuanto menor sea, más marrón cuanto más. A esta hora de hoy, 07:58, Alemania está en un marrón medio con 407 gramos de CO2 por megawatio producido y en España estamos en un amarillo mostaza con 250 gramos, algo más de la mitad que los germanos.

Viene esto a cuento para poner el dedo en el ojo de la misión de diputados alemanes que, amparados en la conciencia climática, pretendían visitar las plantaciones de fresas aledañas al parque de Doñana que tanto revuelo han provocado en las pasadas semanas. La visita, decían, buscaba averiguar si esos cultivos estaban perjudicando el entorno natural de las marismas y contribuían a su deterioro. Loable propósito, envuelto en un cierto aire de superioridad colonial de país rico que visita a otro pobre para forzar a que no haga lo que el rico se puede permitir no hacer. El que las fresas de Doñana consumen un agua que es escasa lo sabemos todos, de hecho es lo que sucede con los cultivos de gran parte de España, donde el déficit hídrico es permanente. El gobierno central vio en este asunto un motivo de campaña para las últimas municipales y trató de expandir mediáticamente el asunto, lo que le sirvió para perder con más fuerza al partido gobernante en Moncloa en esos municipios, y para convertir el tema en algo de debate europeo en el que, nuevamente, las naciones ricas observan a las pobres con la condescendencia habitual. Hay dos maneras de no esquilmar el agua de Doñana; una es construir desaladoras, cofinanciadas por la UE por ejemplo, que ofrezcan suministro sin recurrir a los pozos o a lo que caiga el cielo. La otra es exterminar los cultivos, mandar al paro a todos los que en ellos trabajan y que las fresas se cultiven en terceros países, de fuera de la UE, en los que nadie podrá saber bajo qué condiciones, medioambientales, laborales o de cualquier otro tipo, son plantadas y cosechadas. Escojan los ricos consumidores alemanes qué es lo que prefieren. Si les he mencionado al principio del artículo las emisiones de la producción eléctrica germana no ha sido por casualidad. Y es que, tras los enormes errores estratégicos en los que ha incurrido el gobierno de Berlín en materia energética (principalmente hacerse dependiente del gas ruso vía mordidas de Putin a sus gobernantes y cerrar el parque de nucleares) la sociedad alemana, toda ella, no sólo la industria, sobrevive gracias al carbón. Sí, hay renovables en Alemania, pero desde hace un año es el sucio carbón la gran fuente de producción de energía del país. Se han reabierto centrales y se expanden las minas a cielo abierto, generando enormes fracturas en el paisaje, destrozos y hasta forzando a abandonar poblaciones que serán engullidas por las gigantescas excavadoras que extraen el carbón. La huella ecológica de la explotación minera alemana en el país es enorme, y va a más, y el impacto de sus emisiones crecientes en tiempos de reducción de consumo de combustibles fósiles resulta absurdo. ¿Por qué los parlamentarios germanos, tan preocupados por Doñana, no vuelcan su conciencia ecológica en sus propias emisiones? Porque de hacerlo recibirían cero votos por parte de sus electores, los que sí les importan, y perderían el cargo, y siempre es más rentable exhibir un ecologismo de postín que rente imagen para luego obtener votos en casa que meterse de verdad con los problemas que pueden acabar con la carrera política del más pintado. Y esto pasa en Alemania, España, EEUU y en cualquier parte del mundo en la que hay humanos.

Viendo las emisiones generadas por Alemania, ¿se imaginan una misión de parlamentarios españoles que quiera visitar aquel país para ver cómo impactan en la UE, y en nuestra nación, los efectos de la quema de carbón en suelo germano? No ¿verdad?. ¿Qué diría la prensa y el gobierno alemán ante esa iniciativa? ¿Cuál sería el nivel de desprecio utilizado por los opinadores y medios de la sociedad alemana ante una iniciativa semejante?. La ocurrencia de los diputados alemanes ejemplifica perfectamente el dicho ese de la paja en el ojo ajeno y la viga en el propio, y lleva nuevamente a la palestra el interesado, cutre y sobado uso que del problema ambientan se hace para justificar algunos comportamientos en función de la renta y el poder de quienes los desarrollen. En este asunto la hipocresía está siendo exagerada hasta el extremo

lunes, junio 05, 2023

A Antonio Gala

El caos político en el que nos hemos instalado tras la victoria del PP en las municipales del domingo 28 y la convocatoria de elecciones generales el lunes siguiente ha ocultado otras noticias de relevancia, y una de ellas es la muerte de Antonio Gala, acaecida en el domingo electoral del 28 de mayo, a los 92 años de edad. Retirado de la actualidad y vida pública desde hace bastante tiempo, Gala era un mito en varios sentidos, y sólo el ruido de la política ha evitado que su imagen encabezara portadas de periódicos en su marcha. Hasta en eso es cruel el afán de poder de quienes nos gobiernan, que todo lo acaparan.

Mal puedo hacer yo un semblante de Gala, al que poco leí en sus facetas más conocidas. Poesía y novela le encumbraron a una fama que hoy resulta difícil de imaginar, y apenas puedo decir que uno de sus libros pasó por mis manos. Sí le di al Gala articulista, que ocupaba columnas con regularidad y éxito, en las que opinaba de política pero, sobre todo, de estética. Era Gala u enamorado de la belleza, del arte, del buen gusto y de lo elevado. Su forma de hablar y su pose eran un regalo para caricaturistas e imitadores, y el personaje que se construyó lo hizo célebre en todo el país. Gente que nunca le había leído ni lo iba a hacer le reconocía al instante y el admiraba. Y es que Gala, al contrario que otros, no se escondió bajo una máscara de rencor o extravagancia, o uso la mala leche para aumentar su fama e ingresos. No. Gala se escondió en la figura del rapsoda, del poeta, del que trata de ver en todo lo que le rodea un atisbo de ese mundo onírico que Platón creía existente, y buscaba esa trascendencia. A veces podía caer en el ridículo o lo cursi, pero siempre con un estilo impecable que generaba admiración a la vez que cierta sensación de extrañeza. En un país rudo como el nuestro, en el que el griterío destaca por encima de todo y donde el que la suelta más gorda y más chillada se lleva la palma, Gala no gritaba nunca, no elevaba la voz para nada, no perdía las formas y se mantenía ajeno a polémicas de todo tipo. Su obsesión era la creación literaria, con un estilo propio que no ha dejado, creo, herederos. Sus obras se vendían como churros y eso le permitió alcanzar el estatus de estrella, pero nunca se lo creyó. Trabajaba muchísimo y todos los que con el compartieron carrera y trabajo destacan hasta qué punto era un profesional de lo suyo, buscando la perfección mediante horas y horas de esfuerzo. Parecía fácil lo que hacía, que le salía, y arte tenía, desde luego, pero bien regado con esfuerzo y trabajo incansable. Desde su vida en el sur, acogió a jóvenes creadores y siempre les prestó todo el apoyo que pudo, tanto personal como económico, intentando expandir su visión no hedonista, pero si onírica de la vida, regada de esencias y bellezas. Era un buscador de belleza incansables, en todas partes, en todo momento, y tuvo la mala suerte de vivir en una época en la que el feísmo triunfa, en la que el aprecio por la forma y la estética llega a lo superficial, pero no a lo profundo. Admirador absoluto del arte clásico, veía aquellas épocas y las posteriores nazaríes como momentos en los que se alcanzó un encuentro sublime entre arte figurativo y naturaleza. Esos patios cordobeses, esos jardines granadinos, esa escultura romana y griega… Gala ansiaba unir esas referencias y llevarlas a su tiempo. En sus textos el amor aparece constantemente, el romántico y el carnal, y la expresión “pasión turca” casi pasó a formar parte del día a día del lenguaje nacional para referirse a episodios subidos de tono. Aún hoy persiste, muestra de hasta qué punto consiguió un éxito comercial enorme que muchos envidiaban y, la mayoría, no entendía. Eso le hizo ser visto como menor entre algunos de los popes del mundo literario, que ayer hoy y siempre, viven en un conjunto de prejuicios de lo más absurdo.

En estos días en los que se celebra la feria del libro me vienen a la mente las imágenes de la tele en la que Gala estaba en la caseta, firmando, y las colas de lectores eran enormes. Eran sobre todo lectoras, lo que ponía aún más rabiosos a los críticos y popes a los que antes aludía, que le admiraban y querían muchísimo. Y él se dejaba, encantado de tener una corte de admiradoras que le trataban como un Dios. Con su aspecto de eterno dandy a lo Tom Wolfe o Truman Capote, de haber nacido en el mundo anglosajón sería tan famoso como ellos, aunque es cierto que, de haber nacido en ese entorno, quizás no sería el esteta que llegó a ser. Todo no se puede. Gala, el eterno, ya no está entre nosotros.

viernes, junio 02, 2023

Kiev sigue siendo atacada

Tras la caída de Bajmut, la guerra en el este de Ucrania ha entrado en un raro impasse en el que no se aprecian grandes movimientos de tropas. A las puertas del verano, la famosa contraofensiva ucraniana de primavera, muy anunciada, no se ve, al menos en forma de amplias unidades mecanizadas lanzadas sobre las posiciones rusas. Por el lado putinesco, la construcción de trincheras y estructuras defensivas continúa y la idea de mantener el terreno ganado a toda costa parece ser la única que es segura en la nefata dirigencia de unas tropas mal abastecidas y con poca moral. La milicia Wagner debiera terminar este fin de semana de traspasar el control de las ruinas de Bajmut al ejército regular ruso.

Lo que se ha incrementado es el intercambio de misiles y ataques con drones, no sólo de Moscú a Kiev, sino también en el sentido contrario. En esta semana la capital rusa ha sido alcanzada por algunos drones de fabricación ucraniana, que no han causado grandes desperfectos, pero sí se han convertido en la primera fuerza que la golpea desde la IIGM. Los moscovitas, muchos de ellos ajenos a la guerra, han visto como en sus cielos algo no previsto ha golpeado viviendas y sembrado el pánico. Apenas nada comparado con lo que sufre Kiev día a día, pero sí quizás lo suficiente para que más de uno se haya despertado a la realidad de la guerra que la dictadura del país ja impuesto y sienta el peligro de un frente que se mantiene a cientos de kilómetros del extrarradio de la capital. Lo que no cesan son los ataques a Kiev, tanto con misiles como con drones de fabricación iraní. Los sistemas defensivos de la ciudad, configuraos con elementos de artillería occidental de precisión, repelen la inmensa mayoría de los disparos, pero alguno puede colarse, y también es inevitable que los restos de lo que se derribe impacten contra el suelo o lo que pillen en su caída, causando daños y víctimas. Desde hace meses se viene escuchando por parte de la inteligencia británica que el suministro de misiles rusos flaquea y que se está quedando sin existencias, pero lo cierto es que unos cuantos son los que se siguen disparando a la semana, de distintas tipologías, y no parece que se vayan a acabar de golpe. De hecho, la intensidad de los ataques ha aumentado estas últimas semanas, especialmente mediante el empleo de los drones iraníes. Los efectos de esos ataques son pequeños en la ciudad, pero según varios analistas tienen otro objetivo distinto. Buscan, además de mantener el miedo en la población ucraniana, agotar las reservas de proyectiles de precisión occidentales. Por cada barato dron iraní que lanzan los rusos se emplea un carísimo proyectil occidental, dotado de controles láser y toda la tecnología que uno pueda imaginar, a un coste elevadísimo. Las lanzaderas desde las que los proyectiles se lanzan son, también, plataformas tecnológicas de primer orden, y están bien protegidas, pero no sirven para nada si no tienen munición para disparar. Los misiles que usan se fabrican en EEUU y las líneas de producción están que no pueden más. Diseñadas para producir series cortas de una munición que siempre ha sido muy efectiva pero muy poco empleada, el ritmo al que se disparan en Kiev ahora mismo es mucho más alto del que se producen, y eso va a acabar agotando los stocks de munición. A medida que esto empiece a pasar los ucranianos van a tener que escoger qué objetivo derriban y cuál no, en función del ataque que parezca más o menos peligroso, y si llega un momento en el que la escasez es seria y los suministros flaquean, el sistema de defensa aéreo de Kiev puede colapsar por, simplemente, nada que oponer frente a cualquier tipo de ataque. Ese es el objetivo que, según muchos, buscan estas insistentes oleadas rusas y, a partir de ahí, sí buscar el daño lo más mortífero posible.

En cada reunión internacional que se da, en la que Zelensky es invitado, su petición es siempre la misma: armas, armas y armas, es lo único que les puede servir para defenderse de los ataques rusos. Los suministros de la industria militar rusa no son infinitos, pero se están mostrando más consistentes que los occidentales, que tras años de ausencia de guerras de alta intensidad, se habían adaptado a conflictos asimétricos como los desarrollados en Irak o Afganistán, donde la munición de combate es de casquillo pequeño y simple, y no se daba nada de lo que estamos viendo en las estepas del este. Si es capaz de mantener este ritmo de ataques, el tiempo juega a favor de Rusia en su estrategia, y en contra de Kiev. Es decir, en contra nuestra.

jueves, junio 01, 2023

Nvidia, ¿hay burbuja en la IA?

Nvidia es una empresa muy famosa en el mundo de la informática. Fue de las primeras creadoras de tarjetas gráficas, esa extensión de hardware que permite al ordenador manejar con mayor velocidad las imágenes que nos muestra en pantalla, y desarrolló una tecnología de procesador específicamente diseñada para eso, para manejar imágenes a lo bruto, polígonos de manera masiva, que era necesario para que los juegos primero, y luego otros programas, dieran de sí todo el potencial que escondían. Las tarjetas Nvidia se convirtieron en algo obligado en los equipos de alta gama, algo así como Intel en el mundo del ordenador personal.

Si les hablo de Nvidia, y a algunos puede que les suene a chino, se debe a que hace una semana, el 25 de mayo, sus acciones sufrieron un alza espectacular en la bolsa de Wall Street, una ganancia del 25% en una sesión, el día después de que anunciase unos beneficios jugosos en el primer trimestre del año y, sobre todo, una expectativa de ventas futuras desorbitantes. La empresa siguió subiendo hasta este martes 30, y ahí se convirtió en otra de las selectas que ha alcanzado el valor de capitalización de un billón de dólares, con be de burrada. Nvidia se ha convertido en una de las mayores empresas tecnológicas del mundo, así de simple, y eso ha generado la atención y, también, chiste fácil, la envidia de todo el mundo. ¿Qué ha sucedido para que una empresa, que sí que era grande, se convierta en un mastodonte? Bastan dos palabras: Inteligencia Artificial. Resulta que los procesadores que diseña Nvidia, que tienen un destino mucho más específico que los generales que elabora Intel o AMD, como antes les decía, no sólo son muy buenos para el tratamiento de gráficos, sino que rinden perfectamente en los sistemas de redes neuronales, que son los que están detrás de ChatGPT y todo ese grupo de sistemas de conversación virtual. Esas redes neuronales son complejísimas, con millones de conexiones entre unas y otras, pero las operaciones que realiza cada una de las “neuronas” con sus vecinas son extremadamente sencillas, y el procesador gráfico de Nvidia es el ideal para ejecutarlas. Todas las empresas que están detrás del desarrollo de sistemas tipo ChatGPT llevan un tiempo demandando a la empresa los procesadores más punteros que sea capaz de producir, y de hecho existe un cierto desabastecimiento en el mercado de ordenadores de los productos de Nvidia de alta gama, porque no es capaz de producir la cantidad que se le demanda. La explosión de la IA, las enormes inversiones que se están realizando y el crecimiento de las empresas y productos basados en ella requiere muchas cosas, y también componentes avanzados como esos procesadores, y las previsiones de ventas de Nvidia reflejan la carrera desatada que se ha puesto en marcha entre distintos actores para llevar a cabo sus proyectos de IA. El boom de la cotización es una derivada de ese aluvión de dinero que está llegando a la nueva tecnología de moda. Cuando Microsoft dijo que iba a invertir 10.000 millones de dólares en OpenAI, la empresa que desarrolla ChatGPT, es evidente que una parte sustanciosa de ese dinero se irá a equipos y sistemas en los que la tecnología de Nvidia estará muy presente. Y si Microsoft hace eso el resto de competidores, con Google a la cabeza, también, por lo que el disparo de la cotización de la empresa tiene una justificación y, nuevamente, uno se queda con la cara de tonto por no haber tenido la agudeza de meter algunos euros en esa empresa cuando todo esto de ChatGPT saltó a la luz. Otra oportunidad perdida de subirse al carro alcista que, vista a posteriori, era tan obvia. La vida se repite una y otra vez.

Y en esa sensación de repetición, con el billón de valor cotizado alcanzado, ha surgido la palabra y el miedo tradicional. ¿Estamos ante una burbuja de IA? La tecnología promete maravillas, pero de momento absorbe muchos recursos y vende expectativas, lo habitual en estos casos. ¿Se está engordando algo que puede acabar siendo mucho menos valioso de lo que se anuncia y se lleve por delante ahorros e inversiones? Es imposible contestar esa pregunta en este momento, sólo el tiempo podrá decir si estamos ante algo ya visto en sectores tecnológicos, y muchos otros. De momento, su tenían acciones de Nvidia compradas hace dos o tres semanas, son la envidia del resto de sus amigos. Disfrútenlo.