miércoles, junio 07, 2023

La destrucción de la presa de Nova Kajovka

A medida que uno se adentra en la enorme planicie del este de Europa los ríos se vuelven más caudalosos, suaves y se llenan de meandros en su curso, camino a una desembocadura al sur. Danubio, Dniéper y Volga recorren trayectorias que tienen un cierto paralelismo, cada uno de ellos muchos más grados al este que el otro. El Dniéper es el gran río que cruza Ucrania, y la divide en dos partes que, muy simplificadamente, se podían definir antes de la guerra, sobre todo en su tramo más al sur, como la rusófona al este y la ucrania al oeste. Es el río que atraviesa Kiev y que luego baña ciudades que la maldita guerra de Putin nos ha hecho conocer a todos, aunque nunca hubiéramos oído hablar de ellas.

Varias son las presas que se encuentran a lo largo del Diniéper, con un par de objetivos comunes: la regulación de unos caudales que son propicios al desborde y la generación de energía eléctrica aprovechando el enorme volumen de agua que cargan habitualmente. Una de las primeras grandes presas está al norte de Kiev, apenas a una decena de metros de la capital, y siempre se ha visto como un punto vulnerable de la urbe. En caso de problemas en esa presa la ciudad podría verse sometida a una inundación muy dañina. Bajando el curso del río se suceden las represas y lagos asociados, y las centrales eléctricas que los aprovechan, siendo una de las principales fuentes de producción de energía del país. Al llegar a la región de Zaporiya se alza la presa de Kajovka, una parabólica que crea un lago y que es la puerta de llegada a una enorme masa de agua en la que el río se estabula, creando un lago gigantesco. Al inicio del mismo está la propia ciudad de Zaporiya, que tiene casi algo similar a un mar en sus orillas, y en el tramo final se encuentra el complejo nuclear de Zaporiya, la mayor central nuclear de Europa, con sus siete reactores y un pequeño embalse auxiliar. El lago termina en un estrechamiento del terreno y tras él se vuelve a convertir en río, avanzando en su curso hacia la ciudad de Jersón, no sin antes llegar a la última de las grandes presas que se encuentra antes de la desembocadura en el Mar Negro, la presa de Nova Kajovka. A partir de ahí el río se convierte en navegable en su último tramo antes de acabar en el delta que, con impulso, lleva hasta las costas de Odesa. En todo ese tramo inferior el río está rodeado de ciudades, pueblos, industrias y asentamientos de todo tipo, junto a parajes naturales de gran belleza, en general asociados a marismas y terrazas de aluvión fruto de los sedimentos transportados por el río a lo largo de todo su viaje. De esa presa también parte un canal artificial que es la principal fuente de abastecimiento de agua a la península de Crimea, tomada por los rusos, y es vital para su supervivencia En estos momentos ese cauce de agua es, en el tramo inferior, la línea divisoria del frente. En la orilla occidental está la ciudad de Jersón, reconquistada por Ucrania en su ofensiva de otoño, y en la orilla este están acantonadas las tropas rusas, que controlan el terreno desde más o menos la zona del cauce en la que se encuentra la central nuclear, bastantes más kilómetros al norte que la propia Jersón. No está claro cuál de las partes mantiene el control de la presa de Nova Kajovka, porque se han producido combates a ambos lados de las orillas en la que se encuentra, pero es probable que se encontrase en una tierra de nadie, con tropas apostadas a ambos lados de la infraestructura. En esa zona inferior del río este era uno de los pocos pasos terrestres que comunicaban ambas orillas, y que permitían el paso de tropas, vehículos y todo tipo de enseres. A la altura de la ciudad de Jersón, y por lo que sé (quizás esté equivocado) sólo es posible pasar de orilla a orilla mediante el empleo de barcazas. El puente Antonovsky, que está después de la presa, pero bastante antes de la ciudad, es el único paso que sobrevuela los casi setecientos metros de anchura que posee el río en ese punto y la orilla este, fangosa y sospecho que nada accesible.

La destrucción ayer de la presa de Nova Kajovka en un ataque intencionado es una acción de guerra vil y salvaje, que va a ocasionar enormes daños humanos, materiales y ecológicos, y que será difícil de revertir. El mero hecho de reconstruir esa infraestructura será una obra titánica, tanto en medios como en presupuestos. El desembalse causado ha anegado gran parte de las dos orillas y aumentado notablemente la cantidad de agua que separa ambos frentes, por lo que a corto plazo el beneficiado por esta acción es el defensivo ejército ruso, y el perjudicado es el ucraniano, si pretendía establecer una contraofensiva en ese punto. Crimea, desabastecida de agua, puede ser una de las grandes perjudicadas a medio plazo por esta acción de guerra

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