viernes, febrero 08, 2013

Atasco en la cumbre de Bruselas


A estas horas de la mañana de Viernes, amaneciendo sobre España y con el sol ya luciendo en la tradicionalmente gris Bruselas, sigue el desacuerdo entre los jefes de estado y de gobierno que acuden al Consejo Europeo encargado de aprobar las llamadas perspectivas financieras, que es la pomposa manera de denominar a la senda presupuestaria de gasto que va a regir las políticas de la Unión en el periodo 2014 -2020. Tras el esperable fracaso de Noviembre, esta cita es mucho más importante y, de no lograrse un acuerdo, grave. Esta vez es necesario que los políticos vuelvan a casa con algo.

Y va a ser difícil, muy difícil, porque en esta negociación se está repitiendo nuevamente el esquema que ya ha polarizado todo el debate de la UE en estos últimos años, y que se basa en la existencia de dos bloques de países antagónicos. Por un lado los austeros del norte, que pagan la fiesta, encabezados políticamente por Alemania, y cuyos principales portavoces son Holanda, Dinamarca, Finlancia y Suecia, que reclaman una mayor austeridad presupuestaria y una reducción de los fondos comunes por la vía del ahorro. A este grupo se les ha unido el Reino Unido, encantado de todo lo que suponga reporte de gasto, porque es sinónimo de recorte de políticas comunes. Frente a ellos se encuentran los países más beneficiados por las políticas de cohesión de la UE, lo que incluye a los rescatados del sur y a gran parte de los países del este que se unieron al club en 2004. Políticamente este grupo está encabezado por Francia, el gran beneficiado de las políticas agrarias comunes, y sus socios más vociferantes son Italia, Polonia y España, aunque es cierto que la etiqueta de “rescatados” ha hecho que España y el resto de países del sur en esa misma posición hayan perdido mucho peso político en la negociación. Además pudiera parecer que estos dos frentes están muy unidos entre sí, pero esa sensación no es muy real. De hecho, en el grupo de los países peticionarios hay profundas divisiones y rencillas, y es que si, por ejemplo, España pierde fondos de cohesión es probable que otro país los gane, manteniéndose el presupuesto de la partida de fondos inalterable desde la perspectiva conjunta, por lo que en las negociaciones previas a estas cumbres, que llevan desarrollándose desde hace años, ha habido luchas encarnizadas entre “pobres” que se disputan las migajas unos a otros a sabiendas de que poco será el pan que caiga de la mesa. La necesidad de alcanzar un acuerdo hoy es, sobre todo, política. ¿Se puede vivir en la UE sin acuerdo? Sí, prorrogando año a año el techo de gasto establecido en 2013 y tirando para adelante, pero eso impediría establecer políticas plurianuales de gasto, establecidas mediante decisión legal comunitaria vinculante, y daría la sensación de que la Unión sería de todo menos algo unido. Aunque ese techo de gasto de 2013 es más elevado que la media de las propuestas presentadas por la Comisión para el periodo nuevo, sería muy engañoso tratar de recurrir a esa argucia por parte de los países pobres de cara a forzar la ruptura de las negociaciones. Para el caso concreto de España me temo que, si lo hay, sea un mal resultado el que hoy se pueda lograr. Con la imagen del país por los suelos, un gobierno tocado por los escándalos de corrupción, una economía lastrada por la depresión y unas finanzas públicas que siguen teniendo el rescate como temor en el horizonte la posición negociadora es muy enclenque, y salvo que Italia y Francia se nos unan plenamente la duda hoy será cuanto perderemos de lo que ya tenemos, si bastante o mucho.

En lo que a mi me toca, trabajo…. Bueno, mejor dicho, vivo en la unidad del actual Ministerio de Hacienda encargada de la gestión del FEDER en España, así que las cifras que aquí se aprueben me influirán notablemente, para bien por lo que de ellas salga de trabajo y para mal, porque me va a tocar hacer cuadros comparativos, estadísticas y análisis variados al respecto, peor siempre sobre cifras acordadas. A esta hora, 8:10 AM, señala el mundo que hay acuerdo sobre los grandes números, rebaja de fondos a España incluida, pero que se sigue negociando. A ver qué sucede a lo largo de la mañana, cuánto nos toca, cuánto ganamos y cuánto perdemos.

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