Durante una semana los dirigentes
populares y el resto de la población han comprado ávidos los ejemplares de la
novela titulada “Estado de la nación”, intenso thriller que incluye duelo en las
tribunas y que ha vendido mucho durante su celebración, pero no ha logrado
desbancar al “bet seller2 de ventas en España que, en paradas de autobús,
supermercados, y pasillos de oficinas, arrasa desde hace muchas semanas.
Intriga, sexo, violencia y dependencia sin fin se juntan en esa novela, titulada
“50 sombras de Bárcenas” que a todos tiene absortos.
La trama es compleja pero
apasionante. Un candidato político, llamado Anastasio Rajoy, llega a la sede de
su partido en la calle Génova y poco a poco va conociendo los entresijos del
lugar. Circula por allí el rumor de que
el auténtico poder se esconde en un despacho de la planta quinta, ocupado por
un tal Christian Bárcenas, que a todos tiene atribulados y contentos. Anastasio
comprueba que quien entra en ese despacho cabizbajo y enfadado sale alegre,
contento y con sobres bajo el brazo, y la duda le corroe. En la soledad de sus
noches sueña con Christian, y la fuente oculta del placer que surge de su
escritorio. Incapaz de resistirse, una noche tormentosa de primavera Anastasio
entra en el despacho de Christian, se presenta y se pone a hablar con él, y lo
que al principio era una conversación amable e ingenua se convierte en un
torrente de pasión. Anastasio Rajoy queda prendado de las palabras, formas y
carácter de Christian Bárcenas, siente como se derrite en su interior cada vez que
le susurra listas de donantes, de perceptores…. perceptores… qué palabra más ffffuerte….
Así cuando Christian propone a Anastasio que vayan a la casa del primero a
cenar y estudiarlo todo Rajoy no puede resistirse. El hogar de Bárcenas le
deslumbra, lleno de antigüedades, joyas, floreros y recuerdos del Canadá, con
champán y ostras en grandes fuentes sitas sobre la mesa de la cocina. En esa
noche Anastasio pierde su virginidad de manos de Christian, éste le factura sin
piedad, sin descanso, sin tregua, y en el camino de vuelta a casa Anastasio no
sabe ni como sentirse, ni cómo describir lo que ha visto y padecido. Pasa el
tiempo y la relación entre ambos se enfría, ya que otros, el Sepulvedano, la que mata y los chicos del confeti llenan el corazón de Christian, ante lo que Anastasio
poco puede hacer. Con el tiempo Anastasio se convierte en un hombre importante
y poderoso para la ciudadanía del país en el que vive, pero se da cuenta de que
su pasada relación con Christian puede resultarle peligrosa para lograr sus
objetivos. Por ello, tras mucho pensarlo, vuelve a llamar a Bárcenas y, con el
recuerdo de la primera noche, vuelve a quedar en su casa con el objeto de hacer
olvidar todo lo que pasó y que nadie más lo sepa. El champán sigue en la mesa,
como siempre, pero las ostras están algo más amargas. Tras los prolegómenos,
Bárcenas somete a Rajoy y, para el asombro de éste, cambia de táctica. Le golpea
con facturas, le clava sobres, le introduce papeles manuscritos por la
entrepierna y le hace sufrir muchísimo. Aterrado, Anastasio se revuelve y, en
medio de una noche tórrida de verano, huye sin lo puesto camino a su casa
confundido y muy nervioso. Al poco, consciente de que esto no puede quedar así,
Anastasio acude al despacho de Christian en Génova parta aclarar lo sucedido, pero
éste le arrincona contra la esquina y, entre lametones y caricias obscenas, le
saca más facturas y pagarés, que amenaza con hacérselos comer. Rajoy se
revuelve y logra salir del despacho, pero se refugia en el baño y llora sin
parar por el amor perdido, trastocado en terror sádico.
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