miércoles, octubre 08, 2008

El tercer debate electoral

Ayer se celebró el Nashville, ciudad famosa por ser la capital de la música country, el segundo debate electoral entre Barc Obama y John McCain. Es el tercero de lso celebrados hasta ahora, porque recordemos que ha habido uno entre candidatos a vicepresidente, que enfrentó al veterano y con pinta de aburrido Joe Biden por los demócratas contra la JANP (joven, alocada y nada preparada) Sarah Palin. El debate de ayer tenía un formato similar al tengo una pregunta para usted español, con público haciendo preguntas a los candidatos y estos respondiendo al electorado ya su contrincante, presente en la misma sala.

Los primeros muestreos indican que Obama ha resultado el ganador, o mejor, que McCain no ha sido capaz de remontar la desventaja con al que partía antes del debate. Las últimas encuestas muestran, desde hace algunas semanas, una tendencia que consolida la ventaja de Obama mientras que McCain parece haberse estancado a unos 6 – 8 puntos por debajo del demócrata. De ser así, y celebrarse mañana las elecciones, Obama sería presidente. Una enorme noticia en sí misma. Sin embargo no debemos precipitarnos a dar por segura la victoria demócrata. McCain ha demostrado muchas veces que es capaz de levantarse de su tumba cuando ya le están clavando la tapa del ataúd, y no hace falta más que mirar el ejemplo de las últimas primarias republicanas. Arruinado, con el aparato del partido en contra, y con unos primeros resultados desastrosos, fue capaz de imponerse a líderes que contaban con el apoyo de las bases religiosas del partido. Su momento de gloria llegó con la convención republicana, especialmente tras el discurso enervado, patriótico y efectivo de esa mujer llamada Sarah Palin, que entró en la campaña, como se suele decir, como un elefante en una cristalería, y allí sigue, cargándose vajillas y demás abalorios cada vez que habla en público. Luego vino la crisis financiera, con el hundimiento de Wall Street (que sigue, ayer cayó un 5%, ojo al Ibex hoy) y muchos miraron al partido republicano, gobernador de estos últimos años, como culpable de la situación, lo que sin duda ha penalizado mucho a las aspiraciones de McCain. Sin embargo es justo señalar que los dos candidatos sufrieron un duro golpe cuando se rechazó hace una semana por la Cámara de Representantes la primera versión del plan de salvamento de Bush, que era respaldado por ambos. Ambos líderes fueron incapaces de controlar a la masa de congresistas de sus partidos, más preocupados por las oscuras expectativas de reelección personal que por el intento, veremos si acertado o no, de salvar a la economía norteamericana. La aprobación de una segunda versión del plan salva la cara a ambos candidatos, y vuelve a centrar las críticas de la gestión de la crisis, y de su mismo origen, en las políticas desarrolladas por la administración Bush, un presidente este que de seguir así se va a encaramar con todo el merecimiento en la cima de los perores de la historia.

Y el que McCain no remonte la desventaja en las encuestas se debe, entre otras cosa, al comportamiento de la famosa Sarah Palin. Me sorprende como algunos analistas españoles pudieron calificar a Palin de revelación, luz y aire fresco, cuando destaca especialmente por su bisoñez y absoluta incompetencia. Lo más interesante de la Palin está siendo el éxito de las parodias, geniales, que está creando Tina Fey sobre ella, como este debate simulado entre Palin y Hillary Clinton, sacado del mítico Saturday night life, desde el que Fey está robando todo el protagonismo a Palin e, indirectamente, a un McCain que debe estar ya muy arrepentido de haberla elegido.

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