lunes, septiembre 09, 2024

Edmundo González, asilado en España

Ayer se supo que Edmundo González, el candidato opositor en Venezuela, ganador de las elecciones presidenciales a las que Maduro decidió no hacer caso, se hallaba en viaje rumbo a Madrid para ser acogido como refugiado político. Desde que se celebraron los comicios, su figura ha sufrido todo tipo de acosos por parte del chavismo, y la seguridad de su persona empezaba a estar en entredicho. A los cerca de 75 años de edad, y con un aspecto frágil, el ex diplomático no estaba en condiciones de afrontar las formas que una dictadura otorga a aquellos a los que reprime. Su marcha del país era lo mejor para él.

Pero, ay, esa marcha vuelve a ser una forma de consolidar el reino de terror de Maduro en la nación venezolana. A estas elecciones presidenciales la oposición, sometida a todo tipo de presiones y amenazas, logró acudir unida, pero ante la fuerza de su candidata, María Corina Machado, el régimen hizo de todo para apartarla de la carrera electoral, buscando descabezar el cartel opositor. Machado vio que era inútil dar la batalla contra la dictadura y sus instituciones y renunció a presentarse, y propuso a Edmundo, un hombre veterano, alejado de la política, de perfil bajo y talante tranquilo. En los mítines ella jaleaba y Edmundo era la cara y el cartel. Con esta improvisación, en las elecciones, los resultados es muy probable que hayan sido los que la oposición proclama y el gobierno esconde. Las actas electorales probablemente nunca sean mostradas por la dictadura, que ya no las necesita, para ejercer el poder. Le bastan las porras y las prisiones. El acoso a todos los líderes opositores se intensificó desde que Maduro se proclamó ganador de los comicios y ayer se supo que, desde entonces, Edmundo González se refugió en la embajada de Países Bajos, desde donde enviaba vídeos reclamando el reconocimiento del régimen de su derrota y el fin de la represión. Como respuesta, la fiscalía y tribunales venezolanos, vulgares apéndices del madurirsmo, intensificaron sus pesquisas de manera inquisitorial, y la presión se empezó a convertir en insoportable. Salir del país es, la verdad, la opción más razonable para garantizar la supervivencia de Edmundo González, pero la pregunta que queda es cómo se las va a arreglar la oposición venezolana para sobrevivir, tras haber perdido a un nuevo líder. Machado ha anunciado que se queda en el país, pero evidentemente en la clandestinidad más absoluta, y las posibilidades de que un régimen atrincherado se prolongue durante el tiempo son elevadas. A Maduro y sus secuaces bien poco les importa que otras naciones sudamericanas, algunas de ellas gobernadas por dirigentes ideológicamente cercanos, le hayan quitado todo el reconocimiento y, tras haber pedido las actas y no haberlas conseguido, den por hecho que el fraude denunciado por la oposición se ha consumado. Maduro cuenta con pocos apoyos en el exterior, empezando por el dictador nicaragüense Noriega, que son ridículos, pero no lo es el de la Rusia de Putin, que desde el principio salió en defensa del régimen y felicitó al dictador sudamericano. Rusia es, por tanto, no sólo el principal apoyo político, sino también económico. China también ha reconocido al régimen, pero luego no ha hecho demasiadas declaraciones ni ha mostrado postura alguna sobre todo los que ha sucedido desde el día de los comicios. Para el aparato represor, muy ocupado deteniendo y torturando a los que pilla, todo el apoyo o condena internacional le preocupa bien poco, y puede aguantar durante muchos años en pie. El proceso de degradación económica del país es total, pero los jefes del régimen y el ejército, auténticos dueños de todo, ya han rapiñado lo suficiente para vivir de manera holgada durante mucho tiempo, mientras que los venezolanos que no pueden huir del país van a seguir subsistiendo en medio de la mayor de las pobrezas. Para un venezolano los próximos años, como los pasados, sólo ofrecen una disyuntiva. Sometimiento y miseria o huida. Los venezolanos han votado “con los pies” y son legión los que han escapado de su país.

Mención aparte requiere el papel de nuestro desgobierno en todo el asunto venezolano. España ha tenido una posición ambigua en todo momento dado que parte del actual ejecutivo se apoya, directamente, en una formación, Sumar, que en parte hereda los dictados de Pablemos sobre la defensa a ultranza de Chaves Maduro, lo que es tan infame como suena. El papel ejercido por ese sujeto siniestro apellidado Monedero y ese otro melifluo apodado como ZP dejan clara cuál ha sido uno de los factores que más han pesado a la hora de que nuestro país no apoyase como es debido a la oposición venezolana. Acertada ha sido la decisión del ejecutivo de acoger a Edmundo, pero ni mucho menos lava las manchas de lo que antes ha hecho.

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