lunes, marzo 31, 2025

Tesla, o la reputación

La compra por parte de Elon Musk de Twitter, ahora X, supuso la primera prueba de hasta qué punto la personalidad del magnate podría suponer para los negocios que había desarrollado. Hasta entonces su éxito era total en áreas tan distintas y relevantes como los cohetes o los coches eléctricos. Su deriva política ya había empezado a resultar significativa, y era evidente que su ego empezaba a ser excesivo. Tantos millones quitan complejos, y Musk empezó a comportarse de una manera excesiva, problemática a ojos vista. Como un crío que rompe cosas en sus rabietas. Al poco, se convirtió en adalid del trumpismo y se involucró en la campaña electoral que acabaría llevando a Donald nuevamente a la presidencia.

Ese papel, sus gestos desafortunados, siendo diplomático, la actitud de Trump como gobernante y lo que está haciendo el propio Musk en el gobierno federal como responsable de esa oficina de eficiencia gubernamental llamada DOGE por sus siglas en inglés han acabado por arruinar su imagen en el mundo y eso se está trasladando a sus empresas. El boicot a sus coches crece, sus ventas caen, se suceden los vídeos en los que propietarios de Teslas les arrancan los logotipos, e incluso empiezan a generalizarse los ataques a concesionarios o la quema de coches. Asistimos en directo al asombroso espectáculo del derrumbe de la imagen de una marca. Hasta no hace mucho Tesla era sinónimo de modernidad, de prestigio, de tecnología verde, una combinación imbatible que hacía que muchos de sus propietarios se sintieran satisfechos consigo mismos a la hora de adquirir un producto muy caro, pero lleno de bondades y ventajas. Poseer un Tesla era una señal de estatus económico, sí, pero también de modernidad y prestigio, de concienciación con el medio ambiente. Una combinación imbatible, el sueño de todo departamento de marketing. Los coches eran norteamericanos, y era la gran marca del país, en un momento en el que la industria del automóvil de allí seguía sin levantar cabeza, y se replegaba en el resto del mundo. Pues bien, unos cuántos meses de locuras de Musk y el destrozo al emblema de Tesla es total. Ha pasado a ser la imagen de un desquiciado, de un adorador de Trump, de un intervencionista y de un extremista. Es muy llamativo cómo los números de la compañía se están despeñando a medida que el comportamiento de su jefe se desmadra, y es inevitable que empiece a reconocerlo, pero no parece que eso suponga ningún cambio en su actitud. Como mano derecha de Trump, Musk tiene todas las posibilidades abiertas en la administración de su país, sin que ninguna norma referida al conflicto de intereses sea capaz de menoscabar contratos o adjudicaciones, que recaen en sus empresas de manera constante. Si su ego era desmedido, ahora se alimenta con el poder puro y duro de la política ejecutiva, sin freno de ningún tipo. ¿Se va a cargar Musk Tesla? No es descartable. La imagen de marca es eso que se llama intangible, no existe en el mundo real, sino en la mente de las personas, y se crea con años de trabajo de insistencia, de mensajes, de trayectoria constante sostenida con inversiones y mucho trabajo. Es una idea, que posee un valor enorme en sí misma, y que en muchas ocasiones es el principal activo de una empresa, más allá de sus bienes de capital. Los que viven en el mundo de la industria del XIX o XX desprecian estos conceptos, y por eso a las empresas que lideran les va como les va. No todo es marketing, pero nada es sin él. Crear esa imagen de marca cuesta muchísimo, y en pocas ocasiones podemos contemplar lo sencillo que es llegar a destruirla con unos comportamientos irracionales. Lo que vemos en el caso de Tesla es un auténtico proceso de demolición mental, de arrasamiento en la conciencia de los clientes de todo el mundo del valor del producto y de la marca. No se si será reversible, porque una vez que el odio se instala puede llegar a ser una fuerza tan poderosa como el amor que los del marketing llegaron a plantar en un momento dado. Odiar mueve tanto como amar.

El resto de los negocios de Musk siguen boyantes, especialmente todo lo relacionado con Starlink y SpaceX, donde casi se ha hecho con el monopolio de los lanzamientos comerciales por su rupturista tecnología de reutilización, pero la fortuna del magnate se ha reducido en una cuarta parte desde los máximos que alcanzó poco después de las elecciones de noviembre. Musk empieza a notar en sus cuentas la imprudencia de sus actos, ¿le hará eso cambiar? Siendo como es un personaje impredecible es difícil saberlo. El dinero le importa, pero no es, ni mucho menos, el típico millonario obseso con su fortuna. Va a ser curioso comprobar cómo lidia con todo esto, pero lo cierto es que los Tesla, y los que trabajan allí, se han metido en un problema inmenso.

viernes, marzo 28, 2025

Sobre el libro de José Bretón

Anagrama ha decidido, motu proprio, suspender indefinidamente la distribución del libro que Luisge Martín ha escrito sobre José Bretón, el asesino de sus hijas, ejecutor del acto más cruel posible sobre ellas para castigar a su mujer, Ruth Ortiz, la madre. Condenado por esos hechos, al parecer en el libro confesaba por fin su culpabilidad, que no había admitido aún, ni siquiera en ninguno de los momentos del juicio. El libro ha generado una enorme polémica y las voces que han pedido cancelarlo, por respeto a Ruth, son las que prevalecen, y algunas de las medidas judiciales que se han tomado iban en ese sentido.

Este es un tema vidrioso, feo, en el que el protagonista es un criminal de dimensiones inabarcables, por la atrocidad cometida y la absoluta maldad que la rodea. Creo que debe estar encerrado en prisión hasta el último de sus días, sin remisión alguna, y que sólo cuando fallezca en la cárcel pueda salir. ¿Debe prohibirse el libro? Hay creo que la respuesta es negativa. Todos los días se publican muchos libros, algunos buenos, la mayor parte irrelevantes, no pocos malos. El autor tiene derecho a escribir lo que quiera sobre lo que quiera, y aunque el tema sea repulsivo, la decisión de prohibir su publicación abre un melón de difícil gestión. ¿Cuándo es suficientemente grave un delito para no ser lítico escribir sobre él? ¿Cuánta maldad es excesiva para determinar que sobre unas cosas sí se puede publicar y sobre otras no? La dimensión de estos hechos puede ser cuantificable en penas acumuladas en el código penal, pero no en moralidad, porque un asesinato ay es ir al más allá de la maldad, aunque luego puedan existir regodeos. Además, quién soy yo, o cualquier otra persona, para determinar lo que es lícito publicar o no, o los sentimientos que puedan ser heridos por una determinada obra. En todo caso, mi elección será la de consumir esa obra o no, considerar que el tema me atrae o no, pensar si hago bien o mal al adquirir ese libro… en definitiva, decisiones personales de cada uno ante la obra existente. Creo que son dos las barreras que deben respetarse a la hora de hacer cosas como este libro, o las series que nos inundan. Una, que el causante del mal no se beneficie económicamente de ello. Pagar a un asesino derechos de autoría por una obra que habla de su crimen es recompensarle por lo que ha hecho, y eso me parece una indignidad absoluta. En este caso Anagrama, la editorial, ha dejado claro que no se va a producir algo así, que los únicos que cobrarían dinero por la obra serían el autor y el editor. La segunda cosa que creo es obligada es que, en este caso la editorial, se ponga en contacto con la víctima, Rut Ortiz, para que sepa lo que se está pensando hacer, cuente con su opinión y tenga un acceso previo a la información. Enterarse por los medios de una polémica así no es nada agradable, y ahí al editorial ha fallado calamitosamente, mostrando una profunda insensibilidad con la víctima. ¿Es eso motivo de prohibición? Me da que no. Prohibir es una palabra muy intensa que debe ser usada con moderación, no a la ligera (ahí si me leyera alguno de mis geniales compañeros del centro de cálculo de Sarriko, de los que tanto debí aprender) y aún más en estos tiempos de redes sociales, donde el mero hecho de generarse una polémica así aumenta el interés de todo el mundo y dispara las posibles ventas y repercusión económica. Ante las series que nos invaden sin cesar sobre crímenes reales, eso que se ha dado en llamar “true crime” que no me llama mucho, la verdad, la polémica es similar, y me da que si se determinase el criterio de prohibir como norma general gran parte del catálogo de las plataformas que ahora mismo se puede escoger para ver en casa sería eliminado. No entiendo el morbo que le produce a la gente este tipo de horrores, pero existe, y a sabiendas se realizan productos para que sean consumidos, sirviendo para alimentar a la sociedad que los demanda. Se pueden tener todo tipo de objeciones morales y opiniones al respecto, y optar por consumirlos o no, pero prohibir, reitero, es una palabra que no debe ser usada a la ligera.

Hay una derivada interesante de esta historia, relacionada con lo anterior, que la expuso Sergio del Molino hace unos días en una de sus columnas, que es la relativa hipocresía de una sociedad que demanda prohibir el libor pero que ha consumido programas televisivos basura día tras día sobre el caso, con entrevistas y tertulias sin fin, con un enorme afán comercial en todo ello. Si prohibimos el libro, ¿qué hacemos con todos esos programas televisivos que hace un verano, por ejemplo, casi enseñaban a descuartizar un cuerpo y defendían a quien lo había hecho? No, creo que el libro debe editarse, y que José Bretón debe morir en la cárcel, y que nada habrá en el mundo que pueda devolver consuelo a Ruth Ortiz. Todo lo demás es ruido y desolación.

jueves, marzo 27, 2025

Aranceles, hoy a los coches

No es necesario seguir en directo en un chat de incompetentes, siendo agregado por error, la evolución de la guerra arancelaria desatada desde la Casa Blanca. El mismo jefe supremo del tinglado se encarga de anunciar cada una de sus patadas a la confianza económica y al crecimiento global en forma de tarifas de quita y pon, que no dejan de alterar los mercados e introducen ineficiencias de manera salvaje. Ayer por la noche, hora europea, Trump anunció un gravamen de un 25% a los coches de fuera de EEUU. Habrá que ver qué se entiende por fabricados allí o no, pero el mensaje es claro. Y nefasto.

Las marcas no norteamericanas se pueden dividir, simplificando las cosas, en tres grupos. Por un lado están las europeas, antaño dominantes de los mercados globales, que controlaban todos los nichos, desde el utilitario básico hasta la berlina o deportivo de alta gama y de lujo ostentoso. La llegada de los recortes a las emisiones de CO2 supusieron un duro golpe a su tecnología base, el motor de combustión, y no han sabido reinventarse en el mundo digital. Consorcios como Stellantis, Volkswagen, Renault, Mercedes, Audi o BMW atraviesan problemas muy serios en todos sus mercados y pierden cuota de manera sostenida. Para ellos EEUU era un mercado no principal, si exceptuamos las marcas de lujo alemanas, y esta medida les hará daño, pero no más que otras. Otro grupo de fabricantes son los japones coreanos. Sus coches tuvieron un momento de auge en el pasado y luego sufrieron un estancamiento tecnológico y de ventas, pero la llega de las tecnologías híbridas les vino a ver en forma de maná, y se han ido haciendo fuertes en todas partes. Marcas como Hunday, Kia, Suzuki y, sobre todo, Toyota, reinan ahora en muchos países, y sus modelos lideran ventas de manera clara. Lo del fabricante de los dos óvalos es digno de estudio. Madrid, por ejemplo, es una ciudad en la que Toyota se ha hecho omnipresente, y pese a ser coches caros y estéticamente no muy agraciados (eso me parece a mi, pero es cuestión de gustos) su fiabilidad y economía de uso los convierte en líderes sin discusión. El tercer grupo de fabricantes, los últimos en llegar a la fiesta, son los chinos. No existían hace pocos años y, de repente, con la tecnología eléctrica, se están haciendo con ese mercado sin apenas discusión. Hay muchas marcas que no conozco, pero MG y, especialmente, BYD, tienen cuotas de ventas crecientes, modelos estéticamente espectaculares y una filosofía de coche como lugar de entretenimiento y conectividad a la que los fabricantes europeos no logran acceder de ninguna manera. ¿Podríamos decir que esa secuencia de fabricantes, Europa, Japón Corea y China, establece el pasado, presente y futuro de la automoción? No es tan sencillo, pero algo de eso ahí. Las marcas tratan de invertir en tecnología en un momento en el que no está claro cuál va a ser la supervivencia de los motores de combustión, ni si el eléctrico será el estándar del futuro. Las chinas, que cuentan con un mercado nativo enorme, apuestan al eléctrico con el objetivo de saltarse el paso térmico y optimizar costes, minimizando las tecnologías en las que trabajan, y eso les puede llevar a adelantos como los conocidos hace pocos días, respecto a recargas de baterías en pocos minutos que las pueden hacer plenamente competitivas frente a los tiempos de repostaje a los que se acostumbra en las gasolineras. Frente a todo este ecosistema, tenemos a las marcas americanas, que se pueden a su vez dividir en dos grupos. Por un lado, las de toda la vida, Ford y General Motors, por ejemplo, que se encuentran en una situación muy similar a las europeas, de dilema tecnológico y ventas menguantes. Por otro lado, Tesla, que es la que ha abierto el mercado de los eléctricos allí y en Europa, que hasta hace bien poco era un emblema de modernidad y de, si me apuran, buen rollo, y avanzaba a paso firme en todas partes con coches tecnológicamente muy avanzados y con numerosas pegas en otros aspectos. Tesla parecía la marca global a batir y el gran enemigo para el resto de fabricantes.

Pues bien, las traicioneras políticas de Trump y el desquiciado comportamiento de Musk como su lugarteniente están destrozando la imagen de marca de la automovilística, y es bastante creíble que las caídas de las ventas que registra en todo el mundo se deban a un movimiento en contra del posicionamiento político de un Musk desatado. Se han registrado ataques a concesionarios y circulan por todas partes vídeos de propietarios de Teslas que abjuran de ellos y se ciscan en sus ruedas y en Elon. Los aranceles de Trump no creo que sirvan para mejorar la industria automovilística norteamericana, pero es probable que acaben haciendo daño a todo el sector, allí y en el resto del mundo.

miércoles, marzo 26, 2025

Rusia quiere tener acceso al SWIFT

Es lo que tiene que, en una presunta negociación, la parte que ejerce como mediadora, en este caso EEUU, sea un mero apoyo de uno de los dos que se sientan a la mesa, en este caso el agresor, Rusia, de tal manera que los pactos que se pueden alcanzar no son sino cesiones impuestas por los que pueden al que es atacado y se encuentra en una posición de clara debilidad. Nada de lo que está sucediendo en estas conversaciones mal llamadas de paz, es un diálogo, sino una mera imposición forzada revestida de formalismo. Es de esperar que el proceso de cesiones a las que se va a forzar a Ucrania siga y siga sin cesar.

En el acuerdo presentado ayer, se habla de una tregua marítima de treinta días, de tal manera que el Mar Negro vuelva a ser un lugar de tráfico marítimo sin obstáculos, necesario entre otras cosas para que la exportación de cereal desde los puertos ucranianos y rusos sea posible. No se dice nada en este pacto de cómo se va a verificar y garantizar, quién va a controlar que no se viole y nada por el estilo. En todo caso, Rusia, que controla la mayor parte de la costa norte de ese mar tras las incorporaciones ganadas en la guerra, exige que, para cumplirlo, una de sus entidades financieras vuelva a tener acceso a SWIFT. Alega Moscú que ese banco se encarga de las transacciones financieras que se derivan de la compra y venta de cereales, como si fuera una financiera especializada en agro, y que por ello debe tener acceso al sistema de pagos para poder llevar a cabo realmente el proceso de exportación, que tiene una variante física y otra monetaria. Qué cachondos. El SWIFT es el sistema por el que interoperan la mayor parte de las entidades financieras internacionales, y es allí donde se registran las transferencias que se realizan entre ellas, de tal manera que es un nodo fundamental para operar de manera global. Sin acceso a él, un banco, caja o lo que sea de la UE, por ejemplo, no puede compensar movimientos con otros y está aislado del mundo. SWIFT es un consorcio internacional pero opera desde la UE, desde Bruselas concretamente, y es desde allí donde se levantan sanciones o se aplican. La expulsión de las entidades rusas del sistema SWIFT fue una de las medidas que estaban en los primeros paquetes de sanciones que la UE, junto con otras naciones como EEUU cuando los EEUU eran lo que eran, puso en marcha como respuesta a la invasión rusa de Ucrania. Es una de las piezas clave de ese entramado de sanciones y, sin ser la más visible, es de las que más problemas prácticos ha podido causar a la economía rusa. Pues bien, en el pacto de ayer se pide que una entidad de esa nación vuelva al sistema, y EEUU, por supuesto, lo avala. ¿Y la UE? Como no estamos ni de invitados a esa mesa trampa de negociación los representantes europeos se enteraron de esto a la vez que usted y yo, y sin que haya respuesta oficial al respecto, es obvio que un pacto de este tipo es una violación de los paquetes de sanciones, y la decisión de levantar la restricción para esa entidad es un asunto serio en el que la UE tiene mucho que decir. Si ese banco vuelve a operar, en el fondo, se abre la puerta a que sirva de puente para que el resto de entidades financieras rusas dejen de estar aisladas de occidente, de tal manera que flujos de capitales retenidos en entidades europeas podrían encontrar una vía de escapatoria y volver a circular rumbo a Moscú. La idea de incorporar esta clausula en la negociación por parte del Kremlin es muy buena para sus intereses, una de esas cartas que dice Trump que ellos tienen y Ucrania no, y que EEUU la avale supone, directamente, una traición al acuerdo que imperaba a ambos lados del Atlántico sobre la unanimidad en las sanciones a Rusia. La brecha que se abre en el charco entre los aliados se ahonda y por ella quiere colarse Moscú, sacando beneficio de una injusticia manifiesta.

En el fondo, esto no es sino el reflejo del pensamiento que impera en la Casa Blanca, y que se ha visto perfectamente reflejado en ese chat que organizaron altos cargos par preparar el ataque a los hutíes de hace una semana en el que, por error, incorporaron a un periodista. En él, entre otras cosas, el secretario de defensa y, anteriormente, presentador de la Fox, califica a los europeos de patéticos y dice estar harto de tener que salvarnos una y otra vez. Si tu gran aliado piensa eso de ti y actúa en consecuencia no nos debe extrañar que pacte con el agresor del este en su intento de desestabiliza a Europa. Así estamos, cada vez más rodeados.

martes, marzo 25, 2025

Nuevas protestas en Turquía

Desde hace unos días se repiten las protestas masivas en distintas ciudades de Turquía en contra del gobierno de Erdogan tras la decisión de detener al actual alcalde de Estambul, la mayor ciudad de Europa, y el miembro más relevante del movimiento opositor en el país. Todos, allí y en el exterior, han visto este movimiento como una farsa destinada a eliminar a un serio rival para la carrera al poder, de tal manera que Erdogan siga teniendo las manos libres para decidir si se presenta a nuevos mandatos y no tener que enfrentarse a alguien que le pueda suponer un riesgo de derrota. Como en toda buena autocracia, unas elecciones bien manipuladas son lo que hace falta.

Turquía es un país muy importante, y su papel es creciente en el mundo que está configurando Trump, o más bien, en el mundo que se está desconfigurando gracias a Trump. Situada en medio de toda la convulsa zona de oriente, hace de puente físico y estratégico. Su aspiración a entrar en la UE se quedará siempre en eso, en un sueño, dada la deriva islamista y represiva de su régimen, pero sí pertenece a la OTAN, en uno de esos juegos geoestratégicos que dan que pensar. Si papel como socio en la defensa de Europa es relativo, y de hecho se pudo ver la cantidad de problemas que puso a la incorporación de Finlandia y Suecia a la Alianza, solicitadas por esos países, tras la invasión rusa de Ucrania, dada la relación que esos países tenían con la oposición kurda, alojando a algunos de sus dirigentes en el exilio. Su ejército es poderoso, tanto por volumen como por armamento disponible, y se puede ver que es de esas naciones que no duda en emplearlo para dejar claro que la fuerza es uno de sus poderes. En los lindes donde están los kurdos y se encuentra la frontera de Siria Turquía ha emprendido operaciones de castigo por su cuenta, en principio contra bandas islamistas de DAESH que se habían hecho fuertes en la zona, pero con el claro propósito profundo de amoldar esa zona a sus intereses y de hacer “limpieza”. Turquía ocupa la frontera sur del mar negro, y por ello tiene relación directa con las flotas rusas, y si uno viaja en barco desde Estambul hacia el noreste llegará a las costas de Crimea, y si lo hace hacia el noroeste tiene el puerto de Odesa a tiro. La relación entre Ankara y Moscú es complicada. Ambas naciones actúan con aire de matonismo en lo que hace a sus intereses propios, y eso provoca roces y disputas, pero también una visión compartida de un mundo de fuerza, de hombres fuertes que se reconocen entre sí. Erdogan no llega al nivel de fiereza de Putin ni su régimen es tan asesino, pero tienen más en común de lo que parece. Todo esto permite a Turquía jugar a varias bandas en el contexto internacional, siendo muchas veces una pieza fundamental a la hora de establecer canales de comunicación entre terceros, lo que otorga a Erdogan una gran influencia en el mundo. Se nota que fueron imperio, y siguen viviendo en la idea de que merecen ser tratados como tal en el mundo de potencias dominantes al que vamos. Es probable que Trump y Putin se entiendan bien, porque comparten estilos de mando autoritario y visiones basadas en el intercambio de lo que consideran propio. Erdogan, en sí mismo, se ha convertido en una garantía de estabilidad en la región, y muchos, entre ellos la UE, han llegado a acuerdos con él, muchas veces de manera escondida y a disgusto, como es el caso del acogimiento a inmigrantes, que Turquía ha rentabilizado con ventajas económicas y comerciales, que desde luego han enriquecido al círculo del presidente y han dado ventajas claras a muchas de las empresas nacionales. Como suele ser habitual en estos países, el ejército posee grandes intereses empresariales y es un factor de poder económico bastante relevante. Sólo el parentesco que existe entre los dueños de la fábrica de drones bayraktar y Erdogan indica hasta qué punto la familia, política y negocios se enredan en la Turquía de hoy.

La oposición turca tiene un corte liberal en lo económico pero, sobre todo, en lo social. Busca reducir la influencia islamista del régimen y mantener los principios laicos en los que se basó la república fundada por Ataturk, La sociedad civil ha visto como el rigorismo islamista ha ido creciendo estos años, alentado por el gobierno, que lo utiliza para amordazar la libertad de la ciudadanía, como una herramienta de control social. Lamentablemente, Erdogan parece firme en su trono y es difícil que las protestas actuales sirvan para desestabilizar el régimen.

lunes, marzo 24, 2025

El puente de Talavera

Johnygrey es el seudónimo en Twitter, ahora X, de Carlos Polimón, un ingeniero de caminos que ha conseguido alcanzar una audiencia relevante con un tema tan especializado como es el de los puentes. En su cuenta ha ido ejerciendo una gran labor de divulgación, tanto sobre la técnica que se esconde tras el diseño y construcción de este tipo de obras como por los resultados en sí, compartiendo fotos de cientos de ellos y usándolos como ejemplos para resaltar lo que le parece importante en cada uno. Para los que disfrutamos de las obras, el trabajo de Carlos ha sido un regalo, y para muchos otros, un gratificante descubrimiento. Ese trabajo se ha concretado en este año un libro, que aquí les referencio, que es excelente en fondo y forma.

Resalta Carlos, o su avatar Johnygrey, como prefieran, que el puente, desde su construcción, lucha contra los elementos que le rodean, que buscan que ese añadido que ha aparecido sea convertido nuevamente en nada. El río que es cruzado por el puente siempre opondrá resistencia frente a los pilares que se han plantado en su cauce, por mucho que los tajamares, esas construcciones que se hacen para tratar de proteger el soporte de la acometida del agua, busquen defenderlo. El viento índice contra la estructura, soportes, cableados si existen, y los comba para vencerlos e impedir que su paso sea bloqueado. En esa lucha el uso que se hace del puente contribuye a su deterioro, y es inevitable una constante labor de mantenimiento, reparación, revisión… un puente abandonado está solo ante los elementos y sólo es cuestión de tiempo, poco, mucho, muchísimo, que acabe venciéndose por la actividad natural. Las riadas son el principal obstáculo con el que lucha un puente que vadea un cauce, y pese a que se calculan para evitar un cierto nivel de retorno esperado, siempre puede venir una que sea mayor de lo que nadie ha previsto y se lleve la construcción. En los tiempos antiguos se luchaba muchas veces contra esta eventualidad recurriendo al exceso. Se construían pilas muy gruesas y se consideraba que el abuso del tamaño otorgaba consistencia más allá de lo que pudiera pasar con el río, ante la inexistencia de datos del pasado sobre su comportamiento. Esto, junto con buenas técnicas de construcción, ha permitido que numerosas obras de épocas romanas y medievales lleguen hasta nosotros en muy buen estado, pero siempre existe el riesgo de que se venzan por avenidas extraordinarias. Esto es lo que ha pasado este fin de semana con el puente viejo de Talavera de la reina, una arquería clásica que cruza el Tajo en esa localidad. Conocido como puente romano, no lo es exactamente. Sus bases si lo son, pero lo que se ve en la actualidad es una construcción medieval remendada en numerosas ocasiones, para hacer frente a los daños que ese río ha ido causando en el tiempo. Por lo que he leído, la última intervención fue a finales de los noventa o principios de los dos mil, no hace tanto. Peatonalizado desde hace tiempo, el puente servía para unir las dos orillas creando un paseo para los habitantes de la ciudad, ya que el tráfico rodado se desviaba desde hacía bastante por puentes de construcción moderna. Las enormes lluvias que han caído en este mes de marzo, históricas en el centro y sur peninsular, junto a nevadas extraordinarias en las montañas del sistema central y Gredos, han conseguido saturar por completo los terrenos de la cuenca del Tajo y desviar a ese río caudales ingentes provenientes de afluentes y del desembalse de muchas de las presas de su cauce, que se han visto repletas por las aportaciones de las incesantes lluvias. A su paso por Talavera, el río ha alcanzado un caudal cercano al millar de metros cúbicos, una cifra salvaje frente a lo que suele ser habitual en él. He escuchado que multiplica por diez o por quince su caudal habitual, no lo se, pero en todo caso es muchísimo. Y la noche del sábado al domingo, el puente viejo se venció.

Caudal excesivo, maleza y residuos arrastrados que hacen de ariete, impactando en pilas y demás estructuras y sobrepresionando… el puente llevaba sometido varios días a un ataque intenso y, como sucedía con las fortalezas medievales asediadas, acabó cayendo frente a su enemigo natural. El domingo eran muchos los lugareños, y los medios de todo el país, los que se apostaban frente a un cauce salvaje, sucio, apuntando con sus cámaras a las pilas abandonadas que estaban en medio del cauce, sin sostener los tres arcos que fueron vencidos por la corriente. En su lucha contra la naturaleza, el puente de Talavera perdió. Ahora toca reconstruirlo. Pero en un futuro, a saber cuándo, volverá a enfrentarse a su némesis. Como todos.

viernes, marzo 21, 2025

Rearme

La estupidez sucedida ayer me recordó el tiempo que estuvimos perdiendo, también de manera estúpida, cuando el derrumbe de la burbuja provocó un debate nacional sobre si estábamos en una crisis o no. Desde el gobierno se insistía en que no y, de hecho, se prohibía el uso de esa palabra en los medios oficiales y sus seguidores. Decir crisis era de antipatriotas, mientras que las variables económicas se desplomaban y se perdía un tiempo precioso para poder haber puesto algunos remedios, puntales para evitar que el derrumbe no fuera total, como llegó a ser. Tiempo precioso que no supimos aprovechar.

Pues bien, ahora la situación se repite de una manera similar a cuenta del rearme. La última del personaje que ocupa la presidencia de nuestro gobierno es que no le gusta la palabra rearme. Al parecer no se ha dado cuenta de que donde nos hemos metido es en una crisis de seguridad derivada de una guerra, guerra, guerra, emprendida por el dictador Putin y el abandono de la seguridad militar que nos ofrecía EEUU como estrategia de disuasión ante el enemigo. Todo el problema es de armas, de cuestiones militares, de elementos que meten miedo a otros y que funcionan si el miedo que provocan es lo suficiente como para paralizarlos, ese es el concepto de la disuasión. Eso no se logra con tecnología innovadora, eficiencia, energías verdes y otro tipo de cuestiones que tienen su relevancia en ciertos aspectos, pero que en caso batalla son bastante irrelevantes. Las declaraciones de Sánchez, además de ser ridículas hasta un grado insoportable, muestran el adanismo del personaje, que no se entera del mundo en el que vive, y su obsesión por calmar a cierta parte de la corriente ideológica que le sostiene en la Moncloa, intentando para ello camuflar como no militar lo que sí lo es. Quizás sea eso, ropa de camuflaje, lo que sí vea bien Sánchez financiar dentro del esfuerzo bélico europeo. La verdad, es para llorar. La situación es de una gravedad enorme, existencial, y el presidente de la cuarta economía de la eurozona es un impresentable que busca que la UE le financie partidas que dice que van a ser para defensa para destinarla a otras cosas que pretende camuflar. Desolador. Lo cierto es que no acabo de ver en la sociedad una sensación de apremio ante lo que estamos viviendo. Quizás porque el frente del este nos pilla lejos, y sale gratis solidarizarse con Ucrania, cuando está a miles de kilómetros de distancia, y el efecto de los ataques rusos (salvajes esta noche en Odesa) ya no nos afecta al estar contado como una noticia más en los informativos, en medio de toda la morralla de nuestra actualidad nacional. Lo cierto es que la integridad física del proyecto europeo se encuentra en entredicho porque hay un actor principal llamado Rusia que busca la sumisión de lo que antaño estuvo bajo su órbita en el siglo XX para mantener su estatus de potencia imperial global, y hay actores menores, como Marruecos, sin ir más lejos, que pueden pretender reconfigurar sus fronteras con actuaciones en lugares como Ceuta, Melilla o Canarias, que quizás nos suenen más familiares que Kramatorsk o Kupian. Y todo ese miedo, que existía larvado en el pasado, o patente desde la cruel invasión rusa de 2022, se ha exacerbado debido a que EEUU nos ha abandonado, se ha ido, se ha pasado al otro bando. No queremos admitir que la seguridad de la UE ha dependido, desde 1945, de la presencia, física y no, de EEUU en nuestro continente, de su paraguas. Sí, de sus misiles nucleares y de todo su enorme poderío militar. En Europa hemos disfrutado durante décadas de lo que se llama el dividendo de la paz, la ganancia derivada de la estabilidad, de no haber necesitado gastar en defensa porque otro, EEUU, lo hacía por nosotros. Eso se acabó. Fin. The End.

Pero no, resulta que para nuestro presidente lo que importa es el término con el que nos referimos al esfuerzo económico que se nos viene encima. Y eso por no contar con los quintacolumnistas que, desde la extrema izquierda y derecha, colaboran con las fuerzas agresivas buscando la destrucción del proyecto europeo, que, como defensor de la libertad y democracia, es un obvio enemigo para sus objetivos totalitarios. Nuestro gobierno está formado por fuerzas que buscan la destrucción de la UE y lo preside un pusilánime narcisista obsesionado en mantenerse en él a costa de traicionar lo que sea, también, si hace falta, las doce estrellas sobre fondo azul que, por ahora, siguen siendo el emblema de un continente reunificado.

jueves, marzo 20, 2025

Moncloa tiene prisa con PRISA

Una de las novedades que ha supuesto el mandato de Sánchez ha sido el descaro absoluto respecto al control de los medios de comunicación que considera deben ser afines, y su obsesión con aquellos que destapan sus escándalos, renuncios y traiciones. Quizás sea el mejor ejemplo de una época en la que la obsesión por comunicar es la que lo llena todo, el maldito relato que ocupa todo el tiempo la cabeza de los políticos y los pelotas que de ellos viven. Ya saben, corazoncitos en redes sociales, “me gusta” y cosas por el estilo. Trabajar es de pringados y comunicar es lo único que importa. El vacío sanchista es tan inmenso como su ego. Sí, es un buen definidor de estos tiempos.

PRISA siempre ha estado en la órbita del PSOE y tanto El País como la cadena SER, sus buques insignias, han trabajado intensamente a favor de ese partido desde el inicio de la democracia, con mayor o menor descaro, pero siempre manteniendo un cierto nivel de profesionalidad que, sesgos aparte, daba consistencia al producto fabricado. Más o menos lo mismo se puede decir de la COPE y el ABC sobre el Partido Popular, con mayores altibajos en esos casos en lo que a calidad periodística se refiere. Uno compraba El País y sabía por dónde iban a ir los tiros, pero se encontraba con artículos de fondo que merecía la pena leer, y la mejor sección de internacional de toda la prensa española. Desde que el sanchismo se hizo con el poder la deriva del periódico ha sido espectacular, convirtiéndose casi siempre en un mero redactor de las notas que le llegaban de Moncloa, traduciéndolas de “politiqués” a prensa, pero manteniendo en todo momento un discurso de prietas las filas con Sánchez hasta llegar al ridículo. En paralelo se ha producido una notable pérdida de calidad de las firmas de la cabecera, y el alineamiento forzado de todas ellas a una estrategia tan burda como vacía, en la que una serie de argumentarios de base infantiles hasta el extremo lo condicionan todo. La presencia de personajes como Idafe Martín fue el síntoma de la decadencia total, actuando éste como un mero comisionado político del gobierno para, desde las páginas del diario, dictar sentencias de condena a todo aquel que osara, en cualquier medio, a no adorar a Sánchez como es debido. El que Idafe ahora haya sido fichado como parte del gabinete de presidencia en Moncloa no es sino la muestra perfecta de cómo El País ha dejado hace tiempo de hacer periodismo para convertirse en un vulgar aparato de propaganda. Eso le garantiza el apoyo del gobierno y el sostén de sus cuentas, ruinosas, y por ende la nómina de los que allí escriben. A cambio, han dejado de ser periodistas para convertirse en vulgares propagandistas. Viven bien, pero ya sin credibilidad. En estas estábamos cuando el gobierno decidió que necesitaba otra televisión (no le debe bastar con una TVE sometida) en abierto y privada para que le diera más coba aún. Esa tele debía ser para PRISA y debía organizarse durante el primer semestre de este 2025, para lo cual trabajaron intensamente el dúo de los migueles, Contreras y Barroso, poderosos en la empresa y con inmensos contactos gubernamentales. La muerte sorpresiva de Barroso el año pasado supuso un grave inconveniente para este proyecto, ya que era, con diferencia, el más inteligente de los dos. A partir de ahí, Contreras y el resto de amiguetes han ido perfilando la creación de ese canal, y con el paso del tiempo llamó la atención como desde la dirección de PRISA, con su principal accionista a la cabeza, el franco armenio Joseph Oughourlian, se iban lanzando mensajes cada vez más críticos contra la propuesta televisiva, no tanto por lo político como por lo económico. PRISA está de camino a la ruina, Santillana es su única fuente real de ingresos y si no quiebra es porque el gobierno no lo permite. Oughourlian fue, a lo largo de 2024, poniéndose en una postura cada vez más enfrentada a las directrices de Moncloa y ha sido en este 2025 cuando ha estallado la guerra total en la empresa y con el títere que la quiere manejar. En un consejo de administración extraordinario Oughourlian dio carpetazo al proyecto televisivo y cortó cabezas, eliminando directivos afines al gobierno y que presionaban para sacar adelante esa televisión. La bronca fue monumental, como el impacto en todo el mundo mediático y político.

Tras este movimiento, en Moncloa no se han cortado un pelo. Enfadados, han decidido que un presunto ministro como es Óscar López no tiene otra cosa que hacer que ir a París a presionar a Vivendi, otro de los accionistas de PRISA, para que descabale a Oughourlian y le de a Moncloa el control total sobre la empresa y sus marcar. La respuesta de Oughourlian en forma de artículo en El País ha sido tremenda. Ahora mismo la guerra soterrada entre el gobierno y el medio de comunicación es total, a pesar de que no se ha movido un ápice la línea editorial tendenciosa pro Sánchez. Se ve que al que duerme en Moncloa le importa más la lealtad de quienes le rinden pleitesía que todo lo demás. Narcisista comportamiento que se extiende por amplias capas del gobierno y aledaños. Todo un espectáculo. Sí, así muere un medio, y el periodismo en general.

miércoles, marzo 19, 2025

Putin y Trump, de compadreo

Lo único seguro de la larga conversación telefónica que tuvieron ayer Putin y Trump es que las formas fueron mucho más agradables que las vividas en el día de acoso a Zelensky en la Casa Blanca. Trump no deja de expresar su admiración por el líder ruso, lo que muchos entendemos no tanto como loa como envidia. A Trump le gustaría gobernar como a Putin, sin oposición, sin medios que le rebatan los argumentos, sin jueces que paralicen sus decisiones, con la sensación de que su ordeno y mando es lo que determina el suceder diario del país. Qué rollo de democracia, tú sí que te lo has montado bien, Vladimir, seguro que le suelta el magante de vez en cuando en sus conversaciones mutuas.

Tras hora y media de encuentro telefónico, el resultado de la conversación de ayer es magro y, a todas luces, satisfactorio para el Kremlin. Recordemos que, con chantajes de por medio, y explotación colonial a la vista, Trump había conseguido de Zelensky una oferta de tregua completa de treinta días en todos los frentes, y esa era la propuesta que se iba a tratar en el encuentro entre los dos máximos dirigentes de ayer. Tras él, Putin acepta una tregua de treinta días, pero sólo referida a las instalaciones energéticas, de tal manera que el Kremlin acepta no atacar las ucranianas y exige que Kiev haga lo mismo y deje en paz las rusas. El resto de frentes no se incluyen en el compromiso al que se aviene Moscú, y sigue siendo posible asesinar ucranianos civiles sin cortapisas, como volvió a suceder ayer por la tarde noche tras una nueva oleada de drones rusos sobre varias localidades del país, cierto es que ninguno contra infraestructuras energéticas. Putin considera que una tregua completa es posible, pero exige que se solucionen las causas profundas del conflicto, como él lo llama, y que Rusia tenga garantías de seguridad. En la práctica Moscú no se aviene a una tregua si no es mediante la rendición de Ucrania, de tal manera que los territorios en los que ahora ya hay presencia rusa sean propiedad de la federación y que el gobierno de Kiev, siga siendo detentado por Zelensky o, a ser posible, por otra persona, sea proclive al entendimiento con Moscú, donde entendimiento se traduce en sometimiento. Putin no ve compatible la existencia de una Ucrania independiente y soberana como un desenlace de la actual guerra, y va a hacer todo lo posible para que así sea. Manteniendo la presión militar y pidiendo el cese de la cooperación militar de EEUU con Kiev, el Kremlin ve como los frentes de batalla se convierten en avances en territorio ucraniano, lento pero constante, y que en este momento el cesar la batalla es una mala jugada para el bando que va avanzando. Las semanas pasadas han dejado muy claro hasta qué punto una decisión unilateral de EEUU respecto a la capacidad de acceso a tecnología e información militar ha sido capaz de bloquear por completo los avances de las fuerzas ucranianas, impidiéndoles usar un material militar de primera división que no sirve de nada si el software que utiliza está sometido a restricciones. Algo casi tan sencillo como pulsar un botón en un cuartel de la inteligencia de EEUU en alguna parte de su país es capaz de convertir precisas y letales máquinas de guerra en poco más que carísima chatarra que no es capaz ni de apuntar a un objetivo. Ucrania, que no estuvo presente en la conversación de ayer, es parte de un mercadeo entre los dos dirigentes que hablan sin reparos, al menos desde la Casa blanca, de intercambios de territorios e instalaciones críticas como, por ejemplo, la central nuclear de Zaporiya, la más grande de Europa, sobre la que Rusia mantiene un endeble control. No albergo muchas dudas sobre la existencia de equipos rusos y norteamericanos dedicándose a dibujar fronteras, rayas en el mapa, ámbitos de influencia mutuos, destripe de lo que antes era un país para acabar siendo un botín repartido entre ambos de una manera vergonzosa, descarada, humillante.

Es casi seguro que se habló poco de la UE en la conversación de ayer, y si salimos es probable que ambos dirigentes estuvieran muy de acuerdo en ciscarse en nosotros, en despreciarnos, en fondo y forma. Putin ha dejado muy claro que no aceptará tropas UE, léase OTAN, en territorio ucraniano, haciendo el papel de fuerzas de interposición para garantizar el cumplimiento de un hipotético acuerdo de paz. El desprecio que Rusia muestra por las iniciativas británicas, el país que más propugna por la presencia de tropas europeas en el terreno, es manifiesto. De momento, y como se esperaba, Rusia sigue contando con gran ventaja en este proceso de “negociación” amañada.

martes, marzo 18, 2025

Y Mazón no dimite

Carlos Mazón, presidente de la Generalitat valenciana, es el perfecto ejemplo de lo que se ha convertido la política en nuestros días, el principal nicho en el que inútiles absolutos como él pueden medrar y vivir cobrando sin trabajar. En cualquier otro sector profesional, y por mucho menos, Mazón habría sido despedido hace mucho y se le habría exigido incluso un resarcimiento por los daños causados tras su nefasta gestión. No, en política, en la política actual, no. Mazón sigue, cobrando mucho a final de mes, arrastrando su necedad día tras día, ensuciando el cargo, deshonrando la institución que rige y siendo una vergüenza para propios y ajenos.

Ya lo dije en su momento. La DANA de octubre de Valencia demostró el fracaso del estado, en todas sus vertientes, y la estulticia absoluta de quienes lo rigen preocupados sólo por dos cosas. Salvarse ellos mismos y acusar a otro de los desastres provocados por su inutilidad. La Generalitat fracasó estrepitosamente el día del desastre, por no avisa, por no seguir la información como es debido, por no alertar. Si lo hubiera hecho bien se habrían salvado vidas, aunque no impedido los destrozos materiales. A partir del día siguiente, tras una destrucción de tipo militar, el gobierno de la nación fracasó en un ejercicio premeditado de abandono a la CCAA para que las culpas de todo recayeran en la gestión regional, incapaz de hacer frente a un desastre de esas dimensiones. La dimisión de Sánchez la he pedido muchas veces, y por causas más graves que las que se deducen de su necia actuación en la DANA, así que ahí no hay novedad alguna. En su momento pedí también la dimisión de Mazón, que ese desgraciado día sólo estaba preocupado de una cosa, el control total de la televisión regional, ese canal de propaganda que los gobiernos autonómicos destinan a derrochar dinero para hacerse la pelota a sí mismos de una manera vergonzosa, y de cuyas emisiones sólo es destacable el espacio meteorológico, por la información de proximidad que proporcionan. Desde el día siguiente al desastre Mazón debió dimitir por su fracaso absoluto, pero lejos de eso se encastilló, descubrió que cuanto más necio y chulo es uno mejor le va en la política actual, y decidió quedarse, porque sino de qué iba a vivir el muy incapaz, y cómo iba a pagar los gastos de la vida inmerecida que lleva. Acuso a técnicos de distinto nivel, que hicieron su trabajo y no fueron escuchados (cosa que sucede habitualmente) y se cargó a algunos de ellos. También cesó a Salomé Pradas, consejera de interior de la Generalitat, en la que descargó la responsabilidad de no haber emitido el aviso de emergencia ante la riada, cuando la propia consejera admitió que ni sabía que eso existía. Seguramente fue colocada en su puesto por lealtad política (léase peloteo máximo) o como pago de favores a alguna rama del poder popular valenciano, y sus conocimientos sobre la materia que decía gestionar eran tan nulos como los ceros que adornaban su nómina, todos bien situados a la derecha de una cifra positiva. A medida que pasaban los días era evidente la dejación de funciones que Mazón había hecho el día de autos, de tal manera que su estrategia de defensa ha sido la de justificar que nada hizo mal porque llegó tan tarde a la reunión de emergencias que no pudo participar en debate o decisión alguna. Vamos, que no es culpable de lo que no hizo: Cierto, llegó cuando los cadáveres ya se repartían abundantemente por toda la huerta sur del Turia. A él lo único que le preocupaba era su televisión, para que le diera coba, y ese era el criterio con el que seleccionaba ese día a la que propuso como responsable de la cadena autonómica. Curiosamente, o no, al día siguiente, la misma obsesión era la que ocupaba en exclusiva al gobierno nacional, modificando la norma para el control de TVE y asegurándose de que la tele pública estuviera a su entero servicio. ¿Qué buena idea, eh, Mazón?

¿Cuál es la responsabilidad del PP en el hecho de que Mazón siga ahí? No poca. En cualquier empresa, pensemos en un partido como una, Mazón hubiera sido cesado sin contemplaciones por el desastre de gestión y por los costes que, día a día, provoca a la organización, pero ya les he comentado que la política ahora no es sino un fangal lleno de aprovechados e inútiles. En el PP debieron cesarles hace tiempo, por eso de que más vale un día rojo que ciento colorados, pero no lo han hecho, no se si por miedo a quedar blandos frente a un PSOE que mantiene a sus caros pase lo que les pase o por qué. No me sirve de excusa. Feijoo debió exigir la renuncia de Mazón hace tiempo y no hacerlo es un error. Así de simple.

lunes, marzo 17, 2025

Rescate espacial

No me negarán que el título de hoy promete, también la historia, veremos a ver si logro bordarla. Este fin de semana se ha acoplado en la Estación Espacial Internacional la cápsula Dragon con la siguiente tanda de personas que van a realizar estancia en la estación y con el objeto de traer de vuelta a Suni Williams y Butch Wilmore, dos astronautas que llevan allí desde hace nueve meses, un embarazo, en una misión que tenía prevista una duración de dos semanas. Tanto Suni como Butch pueden decir, con más justificación que nadie, que fueron a dar una vuelta y se liaron, y que han llegado a casa muuuucho más tarde lo previsto.

Los dos viajaron al inicio del verano de 2024 en la cápsula Starliner de Boeing. A la NASA le gusta la redundancia, como medida de seguridad, y una vez que determinó la manera en la que los astronautas norteamericanos volverían al espacio, abandonados los transbordadores y con la humillación que suponía usar y pagar por plazas en las Soyuz rusas, sacó un doble contrato para construir dos tipos de naves, similares, para poder usar cualquiera de ellas en caso de que una sufriera incidentes. Los ganadores de la licitación fueron Boeing, que lleva toda la vida en el negocio, y SpaceX, la empresa de Musk, la nueva y rompedora. Los chicos de Musk cumplieron sus plazos y, tras varias pruebas exitosas, la Dragon, que así se llama, se lanzó con tripulación a la EEI y funcionó bien, permitiendo nuevamente a los EEUU la autonomía en el acceso humano al espacio. Por su parte Boeing, que ay estaba inmersa en la crisis de sus modelos de avión civil tras los desastres del MAX, incumplía sin cesar los plazos marcados en el contrato, alegando todo tipo de problemas y excusas. La fiabilidad de la empresa estaba cayendo en picado a ojos de todos los implicados en el mundo espacial, pero, pese a ello, la NASA le exigió que entregase la nave comprometida. Acabó haciéndolo, y tras las pruebas necesarias, con algunos retrasos e incidentes solventados, se decidió usarla para testar del todo su operatividad. Ese fue el lanzamiento que llevó a Suni y Butch al espacio en el verano pasado. El atraque con la EEI fue correcto y los astronautas empezaron a hacer algunas de las labores previstas durante su estancia en la instalación, pero al poco la cápsula de Boeing empezó a dar errores que provocaron preocupaciones al equipo de NASA. Mensajes de aviso del sistema informático que no concordaban con la realidad, ruidos raros…. Al cabo de una semana en la estación se vio que existía un problema técnico en la nave que, potencialmente, podía poner en peligro la vida de los tripulantes en el proceso de reentrada, que es ese paso en el que la nave usa su escudo térmico para frenar y absorber el calor de la reentrada en la atmósfera, salvaguardando la integridad de los pasajeros. Tras varias discusiones entre los responsables de NASA y Boeing y, sospecho, gritos en abundancia, se decidió que la nave volviera vacía, en modo automático, de tal manera que se garantizaba plenamente la seguridad de los dos astronautas y, hubiera problemas serios o no, la reentrada no supondría peligro para nadie. Esto alteró ya los planes de Suni y Butch, que veían como las dos semanas empezaban a ser lago más, y no previsto, y también suponía alterar la vida del resto de ocupantes de la estación, que ahora iban a tener a dos personas más de las previstas durante un tiempo indeterminado, con lo que eso supone en el consumo de recursos como oxígenos, agua, alimentos y energía, que en muchos casos deben ser suministrados desde la Tierra. Finalmente, la Starliner se desacopló de la estación y amerizó correctamente, de tal manera que la vida de sus pasajeros, si los llevase, no hubiera corrido peligro, pero la NASA exigió a Boeing una revisión absoluta de toda la nave, por lo que era evidente que sólo la Dragon de SpaceX estaba en condiciones de hacer los viajes tripulados a la estación. Adiós redundancia. Con dos personas de más en la instalación y una nave de menos, la NASA tuvo que replantear todas las misiones en los siguientes meses, aumentando los lanzamientos automáticos de aprovisionamiento y retrasando una y otra vez el diseño de una misión de rescate. Los dos astronautas empezaron a ver como pasaban los días terrestres casi a la infinita velocidad a la que lo hacen desde la posición orbital de la estación, y su desesperación inicial pasó a ser resignación ante lo inevitable. Sus familias en la Tierra, que no esperaban para nada algo así, empezaron a comprobar que las dos semanas de viaje se iban a hacer eternas, y no sólo de manera metafórica.

Tras un verano completo, un otoño, Navidad e invierno en lo más alto, en el viaje de vuelta de la Dragon, previsto en unos días, volverán esos astronautas que han vivido su particular odisea, buscando cómo llegar a casa, pero sin ser capaces de ello, con el agravante de no dejar de ver el planeta al que pertenecen desde las escotillas de la estación. Los efectos de nueve meses de estancia espacial no deseada se harán notar en sus cuerpos, con pérdida notable de masa ósea y muscular, y, sin duda, muchas experiencias que contar a los suyos sobre cómo hacerse a vivir encerrados de manera tan imprevista. Menuda aventura que han vivido.

viernes, marzo 14, 2025

Llueve, y llueve, con mucho amor

Alguna vez he comentado que la relación de Madrid con la lluvia me recuerda a lo que debe ser el encuentro de unos amantes que, mutuamente, son infieles a sus parejas. Cuando se juntan se relacionan intensamente, pero deben cuadrar las agendas para mantener sus dobles vidas y eso les obliga a espaciar los encuentros, a pasar tiempos prolongados escondiéndose, sin verse, lo que hace aparentar que la relación se ha roto. A veces son semanas o meses los que transcurren sin pasión para, de repente, desembocar en un frenesí lleno de salpicones y algún que otro chispazo tormentoso.

Bueno, pues desde hace un par de semanas o esos amantes han dejado a sus parejas o se han unido a las modernas modas, que no entiendo, de las relaciones abiertas y consentidas, y casi a diario hay un fogoso encuentro entre la ciudad y la lluvia, que se extiende a gran parte del país en un episodio de persistencia de precipitaciones que empieza a marcar récords en numerosas estaciones. Tras un febrero que fue estable, mayoritariamente soleado y de temperaturas más cálidas de lo habitual, marzo comenzó con un notable cambio de tiempo que ha supuesto el episodio de lluvias más intenso y prolongado desde hace bastantes años en el conjunto de España. Se ha producido un fenómeno que se da a veces en el ártico, que supone sobre todo la creación de un anticiclón de bloqueo que se extiende mucho más de lo que es normal, abarcando toda Europa continental en nuestras latitudes. En función de sus dimensiones y comportamiento, este anticiclón fuerza a que la circulación de las borrascas atlánticas baje de latitud. Normalmente esos temporales, más intensos en invierno, entran en Europa por Reino Unido y Francia, y de ahí van barriendo toda la llanura continental, rozando el norte de España y sin llegar a afectar al resto de la península. Ahora, con el bloqueo instalado en el centro europeo, las borrascas que vienen desde el Atlántico se encuentran una barrera y deben bordearla para seguir su camino, lo que en este caso les obliga a bajar de latitud y entrar directamente por la fachada atlántica de España Portugal, y de ahí el carrusel de sistemas de bajas presiones, algunos con nombre como Jana o Konrad, que nos están impactando directamente. Y de mientras aquí llueve con ganas, en gran parte del centro de Europa marzo está siendo un mes completamente primaveral, estable, de cielos básicamente despejados y temperaturas suaves. No siempre que hay anticiclón de bloqueo se da un comportamiento similar, porque son otros factores los que también influyen, pero, para entendernos, supone una condición necesaria para que se de una situación meteorológica como la que vivimos. Estas semanas están siendo un enorme regalo para los embalses, muchos llenos tras tanta lluvia, los campos y la naturaleza en general. Uno fija la vista desde la oficina al exterior de Madrid y se encuentra con manchas verdes, y al viajar a Elorrio este viernes el paisaje, muchas veces ocre y mustio, sea cual sea el momento de realizarlo, se convertía en una visión extraña, tapizada de un intenso verde mirases donde mirases. Todo ha brotado en el suelo, y los hierbajos se extienden sin cesar alimentados por lluvias generosas, en su mayor parte no torrenciales, que lo han empapado todo. El crecimiento de los pastos garantiza alimento para el ganado y forraje propio, por lo que disminuirán los costes de los ganaderos de una manera casi milagrosa, como caídos del cielo. La dura sequía que atraviesan numerosas zonas del país ha quedado paliada o, como poco, muy suavizada tras estas lluvias, que han salvado literalmente no sólo cosechas, sino árboles, de varios tipos, cuyo futuro económico y vital era prácticamente nulo tras dos o tres años de precipitaciones casi inexistentes. En zonas como Almería, Málaga, Murcia o el sur de Valencia lo que ha caído es casi el milagro que se necesitaba para no dar por perdidas para siempre numerosas plantaciones que, mal que bien, tiraban con riegos de todo tipo, en estado casi de subsistencia.

Este festival de amor y pasión no puede durar eternamente, y no lo hará. Aunque la semana que viene se prevé nuevamente lluviosa en su tramo intermedio, con el avance de las semanas entraremos en dinámicas convencionales de primavera, y los fogosos que no dejan de quererse volverán a su relación esquiva, quizás las parejas originales no entendieron muy bien qué es eso de relación abierta y, al experimentarlo, se han enfadado. El día que deje de llover en Madrid es sabido que tardará en volver a hacerlo, por lo que nos encontraremos nuevamente en situación de espera, en ansia de reencuentro para gozar las mieles del arrumaco. Pero, de momento, sigue el festival de la pasión acuosa. Disfrútenlo.

jueves, marzo 13, 2025

¿Va EEUU a la recesión?

Aunque ayer hubo un suave rebote, los índices de la bolsa americana llevan dos semanas cayendo con fuerza, cierto que desde máximos, y alcanza ya una corrección del entorno del 10%, que no es poco. El tecnológico Nasdaq cae más que el SP, pero la gráfica que dibujan es similar. Un desplome a escala que ha borrado todas las ganancias acumuladas desde que se produjo la elección de Trump como presidente, el 4 de noviembre del año pasado. En la práctica hemos hecho un viaje de ida y vuelta y estamos como hace cuatro meses. Todo lo subido, perdido.

¿Es cierto que EEUU va a una recesión? Esta es una pregunta tan importante como difícil de contestar, y mirando las bolsas uno podría pensar que, claramente, es el escenario que se descuenta, pero ya saben que en el parqué manda muchas veces el nerviosismo y se anticipan cosas que no tiene por qué suceder. El debate sobre este asunto se ha disparado desde que el índice GDPNow de la FED de Atlana se puso en negativo. Ese índice es una elaboración estadística que trata de seguir en tiempo real la economía norteamericana, y que ha pasado de un avance del PIB suave y estable ligeramente superior al 2% al derrumbarse hasta el -2,5%. Este índice no es la verdad revelada, y puede cometer errores, y la volatilidad creciente de los datos aumenta la probabilidad de que se equivoque en sus predicciones, pero ¿a qué puede ser debido ese brusco comportamiento de la gráfica? Hay una explicación que ha circulado estos días que tiene mucho que ver con la política arancelaria de Trump. Ante las crecientes amenazas de imponer gravámenes, llevadas a la realidad en algunos casos, desmentidas, rectificadas y puestas nuevamente en práctica, numerosas empresas y agentes de EEUU han disparado sus importaciones para prever una subida futura de precios con motivo del arancel. Algo así como “compra hoy tres a precio barato mejor que mañana de uno en uno a precio caro”. Las importaciones restan en el cálculo del PIB (las exportaciones suman) y un incremento de las compras en el exterior para evitar estos problemas supondría una reducción del PIB significativa, pero a priori temporal, una especie de shock que no tendría por qué marcar tendencia. Tendremos que esperar un tiempo para ver si esta explicación es cierta y si eso se refleja en otras estadísticas y si realmente estamos hablando de un bache pasajero, de una visión errónea o algo más serio. En todo caso, el miedo a que algo se rompa en la economía americana está creciendo entre los analistas simplemente por el nivel de incertidumbre que está causando la errática política de Trump. Esa ida y vuelta de amenazas que tan pronto como se ponen se quitan y se reafirman puede estar bien para una partida de cartas entre tahúres o para una negociación con vistas a hacerse con un solar disputado entre promotores inmobiliarios, pero es algo impensable desde la gerencia de la economía de un país. Los bandazos, las indecisiones, las idas y vueltas pueden ser incluso peor que las malas decisiones. Los agentes forman sus expectativas en función de lo que ven y cómo actúan el resto, incluido por supuesto el comportamiento del gobierno. La seguridad jurídica y la certidumbre es un enorme valor, intangible, que como el aire que se respira, no se percibe que está ahí, pero se echa en falta con angustia cuando desaparece. No hay forma de que importadores, productores, logísticas y cualquier otro sector involucrado en los intercambios comerciales desde y con destino EEUU tenga claro qué hacer cuando no sabe si mañana sus costes van a subir un 20% o no en función de lo enrabietado que esté el presidente que lo decide. Todo este ruido es, por así decirlo, arena, piedrecillas que uno arroja a una máquina en la que giran muchos engranajes, que se ralentiza al encontrase con los obstáculos. La seguridad y la certidumbre son engrase que facilita las cosas, lo de ahora sólo perjudica, y el efecto no puede ser bueno en ningún caso.

Una derivada peligrosa de todo esto es el efecto en las expectativas de inflación. Tras el subidón post covid, una de las principales causas de la derrota demócrata, los precios han moderado su ascenso en todo occidente, volviendo a la senda del 2%, pero estos movimientos arancelarios y sus guerras comerciales amenazan con futuras subidas de precios que pueden hacer retraer algunos consumos, adelantar otros y, en definitiva, trastocar las expectativas y el comportamiento de los consumidores. Si el consumo se frena en EEUU, donde supone más o menos el 65% del PIB; entonces sí que la economía de aquel país empezaría a sufrir. Esta es una de las variables básicas a seguir para ver si realmente entran en problemas.

miércoles, marzo 12, 2025

Ucrania, tregua chantaje

Era de esperar un resultado similar al obtenido ayer. La ronda de negociaciones abierta en Arabia Saudí entre EEUU y Ucrania no es sino una manera muy educada de referirse al ejercicio de chantaje abierto al que la administración Trump somete a Zelensky y todo el país. Desde hace una semana más o menos EEUU ha negado el acceso a la inteligencia al ejército ucraniano, y los drones y ataques rusos se han recrudecido de manera exponencial, ante la incapacidad creciente de las defensas de Kiev de interceptarlos si no disponen de la información adecuada. O te rindes o te ganan y les dejamos hacer, es el mensaje que sale de Washington.

Con este panorama, Ucrania ha optado por aceptar la situación y ofrecer una tregua de treinta días, deteniendo todos los combates en el frente, si es que Rusia la acepta, paso previo a unas negociaciones, otra vez las comillas serían necesarias, en las que Moscú y Kiev acordarían un alto el fuego duradero y las futuras fronteras de ambas naciones. Dentro de este ofrecimiento de tregua forzado se incluye el acuerdo por el que EEUU actuará de manera colonial en la nación ucraniana, llevándose en torno a la mitad de las ganancias que se deriven de la explotación de sus recursos minerales, especialmente energéticos y tierras raras, más abundantes en aquella nación los primeros que las segundas. Con su firma Kiev se ha puesto a los pies de los caballos norteamericanos y es probable que sea pateada por estos sin mucha conmiseración. Frente a las opciones de aguantar en el frente que se mantenían con el apoyo de Biden, ahora mismo Ucrania no va a poder sostener los combates si EEUU no le presta la intendencia militar y la inteligencia precisa. Una y mil veces he repetido aquí que el apoyo de la UE a Kiev es fundamental en el plano diplomático y económico, porque nosotros sostenemos las finanzas del país, pero en el frente de guerra se dispara y muere, y ahí es la tecnología y suministros norteamericanas las que le sirven a Kiev. Es cierto que el país ha desarrollado una industria de defensa propia, centrada en el sector de los drones, que ha revolucionado las tácticas de combate en el frente y hace replantearse a todas las naciones cómo enfocar sus sistemas de defensa y en qué invertir, pero aún así la maquinaria rusa es superior en capacidad militar y en efectivos, en cadáveres puestos sobre el terreno. Esa propuesta de alto el fuego a la que ayer se comprometió Ucrania es, digámoslo sin muchos rodeos, el primer paso para la rendición del país ante el invasor, y la asunción de concesiones territoriales y de todo tipo a cambio de una “paz” convertida en la humillación y el miedo permanente a que se vuelvan a reactivar los combates en el caso de que a Putin se le ocurra que algo, lo que sea, lo que se invente, no se ha cumplido en los presuntos acuerdos que llegue a firmarse. O simplemente tenga la sensación de que la seguridad de su nación se encuentra amenazada por vaya usted a saber qué sensación proveniente del oeste. El plan expansionista del kremlin, diseñado y publicado por Putin hace ya algunos años en un documento muy claro, se basa en la superioridad de la nación rusa frente a sus vecinos y en el sometimiento de los mismos, no sólo los ucranianos, a la voluntad de un kremlin garante de la seguridad global. Para la cosmovisión de Putin y su mafia, el este de Europa es su patio trasero y como tal debe ser considerado por los demás, una zona de influencia en la que es Moscú quién decide cómo se gobierna, quién lo hace y para qué, con los intereses rusos por encima de todo. Ucrania osó a mostrar un camino independiente, en búsqueda de su libertad, y ha sido castigada, y más que lo será.

¿Qué va a hacer Moscú con la oferta de tregua de ayer? No lo se. Es probable que acabe aceptándola de una manera u otra, sin detener sus ataques de inmediato, sabiéndose en una posición de superioridad en la mesa de chantaje organizada por Washington. Tiempo tendrá de configurar un acuerdo humillante para Kiev que defienda sus intereses, sus ilegales conquistas y, sin duda, no dejará de pensar en cómo deshacerse de Zelensky y poner en la capital de Ucrania a un títere que le eche en brazos el resto de la nación. Ayer fue el primer día en el que la derrota de Ucrania se convierte en el principal de los escenarios de la guerra. Día triste e injusto.

viernes, marzo 07, 2025

Pilar Ruiz, de los Pagaza. Una mujer valiente

Esta semana, a la edad de noventa y tres años, ha fallecido Pilar Ruiz. Puede que este nombre, dicho así, no signifique mucho, pero si les digo que era la madre de los Pagaza, los Pagazaurtundúa, a buen seguro les vienen recuerdos de años oscuros en los que el terrorismo etarra actuaba a discreción, el miedo corría por las calles del País Vasco, no sólo, y los asesinos y sus cómplices, muchos de ellos en las instituciones, ejecutaban sus sentencias de muerte sin que nada ni nadie pareciera hacerles frente. No fue ese el caso de Pilar, que desde sus años jóvenes mostró un compromiso pleno con la libertad y, primero, lucho contra la dictadura franquista y luego contra la nacionalista vasca.

Pilar sufrió lo más cruel que puede experimentar una madre, que es la muerte de su hijo, no accidental, no casual, sino provocada. Joseba, policía municipal de Andoan, fue asesinado en un cruel atentado etarra en el que el asesino le disparó mientras estaba tomando algo en una cafetería de su pueblo, en fin de semana. Los cómplices ya habían trabajado durante un tiempo dando información al comando que iba a ejecutar a un inocente, y la suerte de Joseba estaba echada desde hace tiempo porque desde el Ayuntamiento de su pueblo y la Consejería de Interior del Gobierno Vasco se le había abandonado. Fundador de Basta Ya, protestón habitual cada vez que ETA y sus socios ejercían su labor sanguinaria, Joseba era un objetivo obvio para los nazis locales y una molestia para los que recogían las nueces del árbol que los terroristas golpeaban con saña. Su ejecución fue absoluta, sin piedad, de día. El objetivo, además de eliminarlo, era mandar un aviso a todos los que se manifestaban en contra de ETA y su mundo, para que se callasen. La mafia batasuna y su brazo ejecutor dejaban claro qué les pasaba a los que se les oponían. El silencio de la sumisión garantiza la vida, era el mensaje claro. Lo que no tuvieron en cuenta en ningún momento toda esa calaña de sujetos es que en los Pagaza había una familia con un valor y coraje que era impensable, y más para unos cobardes como los etarras, basura moral que no son nada sin armas. Ahí muchos descubrimos los arrestos de unas mujeres, Pilar y su hija Maite, pero sobre todo Pilar, en aquellos momentos de conmoción, que nos hicieron levantarnos de nuestros cómodos asientos vitales y expresar la mayor de las admiraciones ante una mujer pequeña, menuda, físicamente poca cosa, pero con un gesto enérgico, una voz firme, y una convicción plena. Rota de dolor, pero a sabiendas de que los malnacidos eran los asesinos, Pilar defendió en todo momento la vida, obra, imagen y recuerdo de su hijo Joseba, denunció cómo las instituciones lo habían abandonado, a sabiendas de que estaba en el objetivo de ETA desde hacía tiempo, y que ahora, tras el asesinato, vendrían palabras falsas de condena por parte de políticos rastreros que se mostraban compungidos por lo sucedido pero que, en el fondo, lo celebraban, porque compartían las ideas fanáticas que justificaban el terror etarra, porque estaban inundados de nacionalismo sectario y, también, porque vivían gracias a poltronas bien conservadas en las que el terrorismo era una pieza necesaria para mantener callada a la población y sometida. Ya en el funeral de Joseba Pilar se mostró con un temple inaudito, e impidió que batasunos y representantes del régimen nacionalista vasco se acercasen al féretro de su hijo, destacando el enfrentamiento que tuvo con Xavier Arzallus, máximo dirigente del PNV y, quizás, la persona con más poder en todo el País Vasco, el padrino. Nadie se atrevía a echar en cara a Arzallus su connivencia con el terror, su proximidad moral e ideológica con los asesinos, de los que mantenía una distancia física para no mancharse, pero que siempre tenía cerca en el corazón, tan cerca como lejos a las víctimas. Pilar Ruiz le hizo frente, y para el nacionalismo carca, sectario y, también, misógino, que una mujer se les enfrentara supuso una conmoción que muchos no lograron superar. Pilar se convirtió en objeto de ataque por parte de todo el mundo nacionalista, y ella siguió ahí, valiente, hablando sin miedo.

Pilar se enfrentó también a los suyos, a los socialistas, cuando quedó claro que el PSE iba a pactar con Batasuna para llevarse beneficios de las treguas etarras y se iba a iniciar un proceso de blanqueamiento del terrorismo que ha llevado hoy a la indignidad de que Bildu sea visto como “progresistas”. Como Zelensky hace una semana en la Casa Blanca, Pilar Ruiz estuvo rodeada muchos años por matones, y les hizo frente. Algunos de ellos hoy siguen cobrando elevados sueldos públicos, y arrastrando la indignidad de sus actos hasta el fin de sus días. No será nunca símbolo feminista, pero Pilar Ruiz fue una mujer que mostró un valor, convicciones y entereza como muy pocos y pocas pueden hacerlo. A ella todo mi reconocimiento.

Subo a Elorrio este fin de semana y me cojo dos días. Si no pasa nada raro nos leemos el miércoles. Seguirá lloviendo.

jueves, marzo 06, 2025

Gastar más en defensa, sí, pero ¿cómo?

La comparecencia de hace dos días de la presidenta de la Comisión Europea, Von der Layen, ha supuesto el pistoletazo de salida de la carrera para gastar de manera conjunta en defensa entre los países de la UE. Úrsula habló de movilizar recursos de la cohesión (eso nos afectará en el trabajo) de importes del plan de recuperación pandémico que están pendientes de absorción, de recurrir a la iniciativa privada juntamente con el esfuerzo público, etc. No, no mencionó la posibilidad de emisiones de deuda mancomunada, como se hizo en el caso del Covid, pero no es descartable. Habló de cifras de entorno a 800.000 millones de euros en un programa plurianual. Es un poco menos es lo que gasta EEUU en defensa en un año

El abandono por parte de Trump del compromiso de la defensa colectiva de occidente, plasmado en la OTAn y en otra serie de acuerdos, pone sobre la mesa la necesidad de que Europa se dote de una seguridad eficaz para que le sirva en caso de que su vecindario, Rusia sobre todo, pero no sólo, se lo piense dos veces antes de seguir con una política intimidatoria. Se trata, en el fondo, de que la UE tenga una capacidad de disuasión, palabra mito en el mundo de la defensa, que viene a significar que uno mete tanto miedo que el otro no se atreve a atacarle. Suele haber armamento nuclear por medio en ese logro disuasorio. El problema de fondo que veo, que pregunto a gente que sabe mucho más que yo de todo esto y no logran contestarme con solidez, es que aumentar el gasto en sí mismo no sirve para nada si no se crea una estructura militar unificada para los países UE. Si sumamos los presupuestos de defensa de cada una de las naciones de la UE obtenemos un gasto anual de unos 500.000 millones de euros, cifra enorme, que es la mitad de la norteamericana, sí, pero resulta la segunda del mundo. ¿Cuál es el problema? Que esa suma es mentira, que aunque sean euros idénticos, lo que gasta Francia en defensa no es acumulable a lo que hace Italia o Polonia, porque cada nación posee un ejército propio, integrado, cerrado, diseñado para enfrentarse al resto, con especificaciones propias, empresas suministradoras en las que los estados suelen estar muy presentes, tradiciones, logísticas y formas de funcionamiento particulares… es decir, conjuntos estancos que no son simplemente agrupables. Los únicos ejercicios conjuntos que realizan todas esas fuerzas dispersas son los que se hacen bajo la tutela de la OTAN, en la que un mando de una nación dada es el que da órdenes a tropas de otras naciones, algo que resulta aberrante desde el punto de vista de la defensa nacional de cada uno de los países. Pero esos ejercicios son eso, ejercicios, días de adiestramiento en los que los participantes se “visten” de soldados OTAN, y cuando se acaban vuelven a la disciplina de sus estructuras nacionales. De nada sirve que cada nación europea gaste más dinero en cosas propias si no se replantea, totalmente, la estructura de control y mando que permitiría crear una unificación de fuerzas. De nada sirve que las naciones europeas acumulen stocks de munición que sólo es compatible con el calibre de las piezas de artillería propias, y que no puede ser cedida a terceros porque, simplemente, o no entra en el cañón o baila. Y eso en Ucrania es el pan nuestro de cada día. Es necesario replantearse muchas cosas de fondo para poder lograr que ese esfuerzo de gasto sirva para algo más que para realizar una acción keynesiana de estímulo de la demanda industrial de cada país. Y por ahora sólo me he referido al material, no a la tropa. Un ejército son soldados, que en la UE hablan en multitud de idiomas distintos, que tienen formación dispar, que provienen de contingentes profesionalizados pequeños y con enormes particularidades… ¿cómo coordinar esos “recursos humanos” de manera única?

Otro melón en el gasto de defensa es el de la dependencia tecnológica y de todo tipo respecto a EEUU. Ayer, tras la decisión de Trump de suspender la colaboración en materia de inteligencia con Ucrania, las lanzaderas HIMARS dejaron de poder disparar a objetivos rusos porque su software ya no recibía la información necesaria, desde EEUU, para determinar objetivos. Si en Europa nos gastamos millonadas en material norteamericano que luego depende del capricho de su presidente para funcionar habremos hecho una profunda estupidez en lo que hace a estrategia de seguridad. No, no es sólo gastar por gastar, el problema es mucho más profundo y complicado.

miércoles, marzo 05, 2025

Ruinosas guerras comerciales

El comercio es una necesidad que nace cuando se da una mínima complejidad social, y se ve que la autosuficiencia de los individuos y sus comunidades no existe, e intercambiar cosas entre ellos, y con otras comunidades, resulta la manera más sencilla de cubrir los agujeros que uno no es capaz de tapar. De ahí a la complejidad económica de nuestro mundo hay un aparente universo de distancia, pero la esencia es la misma, cubrir necesidades que otros son capaces de satisfacer. Puede haber trampas en esos intercambios, ilegalidades, e intentos de boicotearlos, como en todas las áreas de la vida en la que participamos las personas.

La decisión de Trump de iniciar una guerra comercial abierta contra sus vecinos Canadá y México, y también China, con aranceles que llegan hasta el 25% de lo que importa EEUU es un enorme error económica, es una medida políticamente estúpida y es una manera de comenzar un proceso de guerra comercial que es muy sencillo de señalar cuándo empieza, pero difícil saber cómo acabará y qué largo se hará. Evidentemente, los países afectados ya han dicho que van a responder de manera recíproca ante una medida unilateral tomada por un vecino con el que las relaciones comerciales son muy intensas y, en el caso de Canadá, únicas, dado que todas las fronteras físicas canadienses limitan con EEUU. Trump sigue mintiendo como un bellaco cuando acusa a propios y extraños de maltratar a EEUU y de expresar un deseo de venganza colectivo contra todo aquel que no siga sus dictados al pie de la letra. La escalada de aranceles que suele darse cuando se empiezan rondas de sanciones de este tipo crece a alta velocidad, el número de productos implicados se dispara y, poco a poco, las trabas crecen. Y con ellas, obviamente, los precios. Los precios suben en el país que impone las trabas porque se encarecen los productos importados, que lo son para el consumo directo de los ciudadanos, pensemos en los aguacates mejicanos, o se integran en la cadena de producción de EEUU como insumos intermedios, pensemos en acero y energía procedente de Canadá. Ese incremento en los costes de los productos importados va a tener que ser repercutido por los intermediarios y fabricantes a lo largo de toda la cadena de producción, y al final va a llegar al consumidor, que es el último eslabón, que paga el bien o servicio que disfruta, y va a ver cómo los precios de muchos de los artículos que compra, habitualmente o de manera esporádica, van a subir de precio, en lo que va a ser una nueva espiral inflacionaria que va a golpear, sobre todo, a las clases medias y bajas del país. A los oligarcas que han respaldado a Trump todo esto les preocupa bien poco en su bolsillo diario, porque los gastos de vida no representan para ellos sino una ínfima proporción de su riqueza, pero para la clase media norteamericana, que es más rica que nosotros, pero que hace la compra en el supermercado, paga las facturas de la casa y sus suministros, compra ropa, hace frente a los gastos escolares y tiene, por tanto, hábitos de vida y consumo que nos son muy familiares, esto va a supone un golpe directo a su línea de flotación financiera. Acostumbrada a gastar mucho, a tirar del crédito ya  tener tasas de ahorro muy bajas, la s familias norteamericanas sufrieron bastante con la inflación que llegó tras la reapertura del Covid, y ese dolor financiero es una de las causas de la victoria trumpista frente a los demócratas. ¿Cómo se lo agradece el presidente Donald? Generándoles una nueva ronda de subida de precios, y esta vez no por el efecto indirecto de una catástrofe global, ni nada por el estilo, sino por una medida estúpida tomada a propósito, un error forzado, un desastre provocado por la ineptitud de un dirigente y la camarilla que le sigue. La subida de aranceles, la guerra comercial, es un error que suelen defender con ahínco los autócratas y, en general, todos aquellos ideólogos que desean controlar a su país y someterlo. Se ve que Trump desea ambas cosas.

Desde hace unos pocos días las bolsas norteamericanas están cayendo con ganas, habiendo perdido ya todas las ganancias registradas desde las elecciones de noviembre. Las bajadas, de más de un punto porcentual diario, empiezan a dejar un rastro rojo en los índices y en muchas empresas. ¿Cotiza en los mercados el deterioro económico que Trump va a causar a su país? ¿Va a meter la imbecilidad del personaje a EEUU en una crisis económica? ¿Es todo tan irracional como parece? Las dudas crecientes en los analistas ante las medidas proteccionistas de Trump se basan en la dimensión de sus efectos, pero no en que van a ser negativas para el país y el resto del mundo. En eso estamos casi todos de acuerdo, salvo los ciegos adoradores del personaje.

martes, marzo 04, 2025

Anora gana el Oscar

Hasta hace pocos años trataba de mantener una rutina a principios del ejercicio para intentar ver todas las películas que estaban nominadas a la categoría de mejor film en la ceremonia de los Oscar, y así tener mi favorita personal y ver si el resultado era coincidente con mis gustos o no. El disparo en el precio de las entradas y, sobre todo, el que desde hace un tiempo la categoría de mejor película ha disparado sus candidatos hasta llegar casi a la decena ha hecho que esto sea casi imposible, por lo que últimamente la ceremonia se da entre películas rivales de las que apena puedo opinar. Curiosamente, no fue así el año pasado, cuando ganó Oppenheimer.

Pero vuelve a ser este, donde el triunfo se lo ha llevado una producción independiente, menor en ambiciones, llamada Anora, de la que no puedo expresar opinión alguna, porque no la he visto. De entre las candidatas, sí vi El Brutalista, que reseñé aquí y me gustó mucho, y veía claro el premio a Adrian Brody, y me alegra que le hayan otorgado también el reconocimiento a la Banda Sonora, que me encantó. Del resto de nominadas, hasta un total de diez, sólo Dune 2 también la tenía vista, y estéticamente me gustó, pero me dejó algo frío. Dos de diez es un magro balance para que pueda opinar, y es que este es otro de esos años en los que Hollywood premia, o selecciona, películas que no han sido un bombazo, y no me refiero a recaudación, sino a impacto. Es sabido que el cine ha perdido su preminencia como referente audiovisual, desbancado por las series televisivas en el caso de los adultos y por las redes sociales para el conjunto de la población. Hace unos años ganar el Oscar era sinónimo de encumbrar la producción a nivel global, pero eso hoy no pasa. De todas las nominadas ha habido dos que han acaparado atención mediática por encima del resto. Por un lado Cónclave, británica, que aspiraba a varios premios y tenía aire de favoritismo los últimos días, y que se ha llevado bien poco. Sí he leído la novela de Robert Harris en la que se basa (gran y entretenido escritor, no lo duden, lean sus obras) y no deja de tener su aquel que esa película esté en el candelero cuando el titular de la Santa Sede pasa su tercera semana hospitalizado y entre crisis respiratorias que a algunos ya les recuerdan al preludio de una sede vacante. La otra, que ha sido la película de la temporada es Emilia Pérez, francesa, que ha cosechado premios durante toda la temporada de festivales de 2024 y era el título que contaba con mayor número de nominaciones, y hasta hace pocos meses pareciera destinada a arrasar en la ceremonia del domingo. La temática y algún otro aspecto de la película (un semi musical) no me llamaban mucho y no tenía ganas de verla, pese a sus buenas críticas. El papel de Karla Sofía Gascón era reverenciado por todo el mundo, al parecer con razón, y finalmente Zoe Saldaña se ha llevado el Oscar a la mejor actriz de reparto, y ese, junto con otro de carácter técnico, ha sido el único de los trece a los que estaba nominado que la cinta ha conseguid. Evidentemente todo el escándalo de los tuits de Karla ha derrumbado las posibilidades de premio para la película, y desde luego para la protagonista, que pasó injustamente de ser alabada por todos a ser apedreada de una manera infame, empezando por el despreciable sujeto que ha resultado ser el director de la película, que mientras pudo se subió a la ola de Karla y fue de los que con más saña la repudió cuando su nombre empezaba a ser tóxico de cara a los premios. Emilia Pérez ha quedado sojuzgada por un asunto extra cinematográfico y se va casi de vacío de lo que podría haber sido su consagración. Esa es una de las noticias más importantes, y reveladoras, de la noche de los Oscar.

Se ha comentado mucho entre críticos y entendidos las despiadadas campañas de promoción de las candidaturas que se han desatado durante estos meses, habituales en Hollywood, pero en pocas ocasiones más crueles, descaradas y onerosas. Todos los productores estaban buscando un momento “Karla” en el que alguno de los protagonistas de las otras películas candidatas hubiera meado fuera de tiesto para sacarlo a la luz y hundir sus aspiraciones. Muchas productoras han gastado muchísimo más dinero en promocionar su película que en producirla, en un año de productos relevantes baratos (El Brutalista, diez millones de dólares, Anora seis). La carrera de los Oscar está llena de codazos, zancadillas y pisotones. Da para una buena peli.

lunes, marzo 03, 2025

La infamia del viernes

Casi lo sigo en directo, de casualidad. Me quedé el viernes por la tarde en la oficina un rato largo trabajando y, tras ello, fui al centro a hacer un recado, y acabé en una cafetería tomando algo y, sin más que hacer, saqué el móvil y me conecté a la red de Eloncio para ver qué pasaba. Sabía que esa tarde, mañana en Washington, Trump recibía a Zelensky y estaba prevista la firma del acuerdo de explotación colonial de las reservas minerales y energéticas de Ucrania, aunque no se supiera nada de las garantías de seguridad que EEUU fuera a conceder a cambio del expolio organizado. Esa firma me parecía un ultraje, una humillación. No me gustaba nada.

Y entonces compruebo, asombrado, que surge una catarata de tuits puestos por los corresponsales de los medios españoles e internacionales que estaban en Washington, contando algo que no era lo previsto, ni mucho menos. Una bronca, un enfrentamiento, una discusión en la que Trump acusaba a Zelensky a voz en grito de ser un provocador en medio del despacho oval, delante de todos los periodistas. Cortes de una escena en la que el presidente ucraniano está sentado en una silla, algo adelantado, y el norteamericano no deja de dirigirse a él de manera amenazante, señalándole con el dedo, abroncándole. ¿Pero qué XXX es esto? Me preguntaba, sin entender nada de lo que estaba pasando. Poco a poco los corresponsales empiezan a relatar lo sucedido y lo que descubro es aún peor de lo que imaginaba, una discusión enorme, comenzada por el vicepresidente JD Vance, secundada por algún periodista forofo del trumpismo, y el gran jefe maestro de todo, Donald, que actuaba como el presentador de un reality en el que fuera la estrella, el invitado y el patrocinador. Los hechos se precipitaban y a los pocos minutos se confirmaba que la prevista firma del acuerdo de expolio se suspendía, y Zelensky abandonaba la Casa Blanca al rato en medio de una tormenta diplomática de primera. El desastre que se había escenificado a gritos se plasmaba en la ruptura absoluta. La sensación de todos los que habían asistido al acto era de estupefacción, incredulidad, vergüenza, bochorno… escojan ustedes el término que quieran. Durante la noche empezaron a circular los primeros análisis de lo que había sucedido, todos teñidos de dramatismo y de asombro a partes iguales. Con el paso de un par de días se puede decir sin temor a equivocarse que lo que se vivió el viernes fue la escenificación de una ruptura, el teatro creado por Trump y los suyos, la encerrona indigna a la que fue sometido Zelensky, la actuación a plena luz del día del grupo de mafiosos que rigen los destinos del gobierno de EEUU, que decidieron dar una lección al díscolo Zelensky para que aprenda lo que es bueno, para que se someta y deje de dar la coña. El viernes una escena de acoso y abuso de colegio, de “bulling” que se dice inapropiadamente ahora, donde los abusones de la clase acorralan al débil en el hueco de los baños y deciden darle una buena paliza para que quede claro quien manda. Esos abusones son los dueños del colegio, son los que dictan las normas, tienen el poder y abusan de él sin cortapisa alguna. La escena era repugnante en fondo y forma, injusta y llena de odio. Ejemplifica lo peor de la condición humana en un contexto de negociación, de intercambio de pareceres, y no deja de ser sino la expresión manifiesta de como los sujetos como Trump se manejan por la vida, con la chulería absoluta de quine no sólo se cree en posesión de la verdad, sino que también tiene el poder y dinero para comprar voluntades que le secunden y respalden. Zelensky, que preside un país bombardeado por el dictador Putin, acudió a la Casa Blanca en busca de ayuda, vendida como chantaje, y recibió una encerrona de uno de los más fieles socios del malnacido que masacra a diario su país. Su cara de asombro, de descoloque, en un lugar que le es ajeno y en un idioma que no es el propio, lo decía todo. No entendía muy bien lo que pasaba, sólo sabía que allí, también allí, estaba rodeado de enemigos.

Trump el viernes escogió bando, y decidió claramente alienarse con Putin, sellar ante la audiencia global un pacto entre el sátrapa conocido y el que aspira a serlo, y tras ese nauseabundo acto, se fue a Florida a vaguear y mandó a todas sus huestes, incluidos los payasos que le secundan en España, a escribir como locos defendiendo la indignidad que acababa de suceder. Trump ya es un enemigo del mundo libre, y no tengo nada claro como el resto de las naciones vamos a ser capaces de defendernos de él. Las opciones de Ucrania, asediada por Putin, traicionada por Trump, son muy escasas. Las de Europa, en su conjunto, no son mucho mayores.