martes, marzo 04, 2025

Anora gana el Oscar

Hasta hace pocos años trataba de mantener una rutina a principios del ejercicio para intentar ver todas las películas que estaban nominadas a la categoría de mejor film en la ceremonia de los Oscar, y así tener mi favorita personal y ver si el resultado era coincidente con mis gustos o no. El disparo en el precio de las entradas y, sobre todo, el que desde hace un tiempo la categoría de mejor película ha disparado sus candidatos hasta llegar casi a la decena ha hecho que esto sea casi imposible, por lo que últimamente la ceremonia se da entre películas rivales de las que apena puedo opinar. Curiosamente, no fue así el año pasado, cuando ganó Oppenheimer.

Pero vuelve a ser este, donde el triunfo se lo ha llevado una producción independiente, menor en ambiciones, llamada Anora, de la que no puedo expresar opinión alguna, porque no la he visto. De entre las candidatas, sí vi El Brutalista, que reseñé aquí y me gustó mucho, y veía claro el premio a Adrian Brody, y me alegra que le hayan otorgado también el reconocimiento a la Banda Sonora, que me encantó. Del resto de nominadas, hasta un total de diez, sólo Dune 2 también la tenía vista, y estéticamente me gustó, pero me dejó algo frío. Dos de diez es un magro balance para que pueda opinar, y es que este es otro de esos años en los que Hollywood premia, o selecciona, películas que no han sido un bombazo, y no me refiero a recaudación, sino a impacto. Es sabido que el cine ha perdido su preminencia como referente audiovisual, desbancado por las series televisivas en el caso de los adultos y por las redes sociales para el conjunto de la población. Hace unos años ganar el Oscar era sinónimo de encumbrar la producción a nivel global, pero eso hoy no pasa. De todas las nominadas ha habido dos que han acaparado atención mediática por encima del resto. Por un lado Cónclave, británica, que aspiraba a varios premios y tenía aire de favoritismo los últimos días, y que se ha llevado bien poco. Sí he leído la novela de Robert Harris en la que se basa (gran y entretenido escritor, no lo duden, lean sus obras) y no deja de tener su aquel que esa película esté en el candelero cuando el titular de la Santa Sede pasa su tercera semana hospitalizado y entre crisis respiratorias que a algunos ya les recuerdan al preludio de una sede vacante. La otra, que ha sido la película de la temporada es Emilia Pérez, francesa, que ha cosechado premios durante toda la temporada de festivales de 2024 y era el título que contaba con mayor número de nominaciones, y hasta hace pocos meses pareciera destinada a arrasar en la ceremonia del domingo. La temática y algún otro aspecto de la película (un semi musical) no me llamaban mucho y no tenía ganas de verla, pese a sus buenas críticas. El papel de Karla Sofía Gascón era reverenciado por todo el mundo, al parecer con razón, y finalmente Zoe Saldaña se ha llevado el Oscar a la mejor actriz de reparto, y ese, junto con otro de carácter técnico, ha sido el único de los trece a los que estaba nominado que la cinta ha conseguid. Evidentemente todo el escándalo de los tuits de Karla ha derrumbado las posibilidades de premio para la película, y desde luego para la protagonista, que pasó injustamente de ser alabada por todos a ser apedreada de una manera infame, empezando por el despreciable sujeto que ha resultado ser el director de la película, que mientras pudo se subió a la ola de Karla y fue de los que con más saña la repudió cuando su nombre empezaba a ser tóxico de cara a los premios. Emilia Pérez ha quedado sojuzgada por un asunto extra cinematográfico y se va casi de vacío de lo que podría haber sido su consagración. Esa es una de las noticias más importantes, y reveladoras, de la noche de los Oscar.

Se ha comentado mucho entre críticos y entendidos las despiadadas campañas de promoción de las candidaturas que se han desatado durante estos meses, habituales en Hollywood, pero en pocas ocasiones más crueles, descaradas y onerosas. Todos los productores estaban buscando un momento “Karla” en el que alguno de los protagonistas de las otras películas candidatas hubiera meado fuera de tiesto para sacarlo a la luz y hundir sus aspiraciones. Muchas productoras han gastado muchísimo más dinero en promocionar su película que en producirla, en un año de productos relevantes baratos (El Brutalista, diez millones de dólares, Anora seis). La carrera de los Oscar está llena de codazos, zancadillas y pisotones. Da para una buena peli.

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