Aprovechando el temporal que ha castigado este fin de semana el norte, fui el sábado con unos amigos a ver como las olas rompían en la costa de Zumaia. Está a más distancia de Elorrio de lo que parece, pero allí fuimos, conducidos por el gran Israel, a quien la Providencia siempre guarda un hueco para aparcar allá donde se dirija. Había un montón de gente, casi diría que cientos de personas, y de coches, que dejaban atetada la carretera, con filas aparcadas a ambos lados. Tenia aquello un aire a playa, verano y atascos a la salida de Laga o Lekeitio, solo que era febrero y no hacía día de bañador. Hubo algunos valientes que cogieron las tablas de surf y se pusieron frente a las olas... daba miedo y respeto. A mi degusta jugar con olas, pero de esas pequeñas que te cubren ligeramente y te bambolean como si fueras un bolo de feria ligeramente golpeado, y dudas si inclinarte ente el jugador y darle el premio o castigarle con la incertidumbre. Las olas del sábado no eran para jugar, no. Sí para ver, admirar y pensar que, más o menos fuertes, todos los días, a todas horas, las olas siguen golpeando, y lo harán siempre......
Por cierto, y aunque no tiene que ver con las olas (o sí???) la costa que va desde Deba a Zumaia está formada por una serie de estratos que caen al mar de una forma muy escarpada. Pues bien, en ellos se puede apreciar una franja de Iridio, muestra del impacto de un asteroide que, hace 65 millones de años acabó con la vida de los dinosaurios. Muestras similares existen en Dinamarca, Nueva Zelanda y Sudáfrica. Podéis ver mas información al respecto en el blog de Javier Armentia, director del Planetario de Pamplona y gran divulgador científico.
No hay comentarios:
Publicar un comentario