miércoles, agosto 27, 2025

Trump contra la FED

Son muchos los frentes abiertos por Trump en su proceso de deslegitimación de las instituciones norteamericanas y su búsqueda de suplirlas por un autoritarismo personalista, encarnada en él. Los ataques que realiza día sí y día también contra la FED, el Banco Central de EEUU, son seguidos con cierta distancia por los comentaristas políticos, que lo ven como una línea más de las muchas gruesas que traza el presidente, pero no es así. Es una de las más graves actuaciones que está llevando a cabo desde su despacho, y si consigue su propósito, puede tener consecuencias enormes, tanto en EEUU como en el resto del mundo.

El Banco Central tiene dos grandes cometidos en todos los países. Control de la política monetaria y supervisión del sistema financiero. La FED, adicionalmente, incluye entre sus mandatos la búsqueda del pleno empleo. Para la primera de las funciones, la más relevante, el Banco Central mantiene el control de las emisiones monetarias, los tipos de interés de referencia, los posibles procesos de compra y venta de títulos de deuda pública, etc. Muchas de estas acciones tienen que ver con las políticas que se desarrollan por parte de los gobiernos, pero la teoría de la independencia del Banco Central respecto al gobierno de turno es de las más asentadas en la doctrina económica. Se busca que la posible irresponsabilidad en el gasto en la que puede incurrir cualquier gobierno en cualquier momento no sea respaldada por su autoridad monetaria, para así frenar inflaciones descontroladas. Qué gobierno no tiraría de la impresora de billetes si pudiera para pagarse todos sus caprichos, empobreciendo de esta manera al país. Separar ambas instituciones y blindar lo máximo posible el Banco Central de las injerencias políticas ha sido uno de los mayores avances institucionales logrados en las últimas décadas. Adicionalmente, desde hace tiempo los economistas saben que una de las principales bazas para luchar contra la inflación es la gestión de las expectativas, es decir, si se hace creer que la política monetaria va a ser estricta y hará lo posible por mantener una tasa, digamos el 2%, lo más probable es que ese valor sea la referencia que se instale en la mente de particulares, empresas y demás agente, anclando las expectativas, que se suele decir, evitando movimientos de todo tipo que puedan alejarnos de él. Es un refuerzo, la credibilidad de la institución y su objetivo manifiesto de inflación, hecho público, contribuyen a saber hasta dónde se puede llegar y qué no se puede traspasar. Esto es difícil de lograr en la práctica, requiere tiempo, suerte, constancia y mucha perspicacia por parte de las autoridades monetarias, que normalmente toman sus decisiones con mucha incertidumbre, muy habitualmente con retardo respecto a la posición real del ciclo económico y con variables de control que son indirectas respecto a las que pretender realmente regular. La política monetaria tiene algo de arte, y por eso acertar con ella es tan difícil. Desde la crisis de 2008 los bancos centrales en occidente se han convertido en salvadores de última instancia de las democracias mediante la puesta en marcha de programas muy polémicos y transgresores, como los QE, criticados por no pocos, y que han solucionado los graves problemas que se pretendían corregir, aunque han generado distorsiones de otro tipo en otros mercados. Su relevancia ha ido creciendo mucho más allá de lo que nunca imaginaron sus titulares o aquellos que establecieron sus reglas básicas de funcionamiento, y en tiempos de deudas públicas crecientes y de costes de financiación disparatados para los erarios públicos, esas instituciones aparecen como jugosas manzanas disponibles para ser merendadas. Ejemplos históricos tanto de décadas pasadas como muy recientes muestran hasta qué punto la toma del poder del gobierno en la autoridad monetaria acaba en todo tipo de desmanes que se traducen en inflaciones disparatadas, empobrecimiento general, crisis y ruina. No se debe jugar con esas cosas.

¿Para qué quiere Trump controlar la FED? Principalmente para que derrumbe los tipos en EEUU y así el gobierno federal se ahorre un pastizal en intereses de la desbocada deuda pública que no deja de crecer. También para dejar claro que él es el que manda y nadie puede estar sin servirle ni complacer sus deseos, y eso de los organismos independientes es algo propio de democracias, no de la visión totalitaria del poder que tiene en su mente. Si Trump logra hacerse con el control de la FED, cosa que me temo acabará sucediendo, nos puede meter a todo el mundo en un monumental problema, porque el dólar es mucho mucho mucho más que la moneda de EEUU.

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