¡Qué contento estaba yo ayer cuando llegué a casa! Tras un reencuentro con buenos amigos, y una charla reconfortante y revitalizadora, estaba en casa cenando algo tarde, pensando, entre otras cosas, dedicar hoy este espacio a esos amigos, el encuentro, el placer de charlar y de compartir ideas y experiencias. Tenía puesta la Sexta, donde se iba a retransmitir la llegada de la selección de baloncesto a Plaza Castilla, lugar donde se les iba a homenajear por su título de campeón del mundo, y en todas las imágenes de al zona destacaban al fondo, imponentes, las cuatro torres de la ciudad deportiva, el CTBA (ver entrada de 29/08/2006), y en una de estas, con una toma de zoom, se empiezan a ver unas llamas en la punta del encofrado de la Torre Espacio. A partir de aquí empezaron mis nervios y angustias.
No sólo una llama, en un cuarto de hora aquello era todo un incendio de verdad, que empezaba a propagarse por los encofrados y andamios de las plantas 42 y 43, a 160 metros del suelo. La atención de las cámaras de televisión y de la gente congregada en la plaza empezó a girar desde el estrado preparado para el baloncesto hacia la torre. Pensé en ir hasta allí, pero vivo bastante lejos y el caos en el intercambio de Plaza Castilla podía ser monumental. Las llamas crecían, se volvían más aparatosas, empezaban a llegar los bomberos, policías, y yo, que he sacado cientos de fotos a esas torres en obras, que las he pregonando haya donde eh dio, dando la plasta a todo el mundo con lo preciosas que son, me llenaba de sonrojo y pena, viendo como algo así empezaba acoger un tono negruzco y sombrío. Pensé en el Windsor, pero al estar el edificio vacío suponía que no iba a llegar a esas dimensiones. Llamé a uno de los amigos con los que había estado por la tarde para informarle, (MLLP) pero no me cogía el móvil. El tiempo pasaba, eran las 00:30 de la noche y, muy nervioso, me fui a la cama para dar vueltas y no dormir, agobiado por el calor y las imágenes de las llamas.
Al poco me llamó mi amigo, que se había desplazado a la zona para ver que estaba ocurriendo. Asombrados, tristes y con un tono de decepción, ambos nos pasábamos información, el como un magnífico corresponsal a pie del siniestro y yo a través de lo que salía en las pantallas de televisión. Hizo un relato verídico y ajustado de lo que veía, como un testigo directo y nos llenó la congoja al ver que, si bien el incendio no progresaba gracias a los bomberos, al escena era muy desagradable. Muchas gracias, MLLP. Recordaba hoy, a eso de las 4:30 como también hablamos un maldito 11 de septiembre de hace casi ya cinco años, compungidos al ver como el WTC ya no existía. Like Aaron Brown from NY that horrific day “There are no words” (Toda la información veraz y ajustada sobe las torres y el incendio en Urbanity, sin los errores y tonterías que ayer dijeron las radios y televisiones)
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