Creo que esta es la primera vez desde que este blog está
vivo en la que escribo el artículo por la tarde, y se me hace muy extraño. Para
un hombre acostumbrado a las rutinas como es mi caso, y que suele respetar
hábitos y horarios, escribir sobre mis cosas con la luz del sol después de
haber comido (apresuradamente) es una situación que me desubica. Mucha de la
actualidad del día ya ha surgido y el hacer análisis de lo que pasó ayer o el
fin de semana está cada minuto que pasa más fuera de lugar. Dicen que no hay
cosa más vieja que un periódico del día anterior… pues algo así.
Y esto me ha recordado que, hace ya algunos años, antes de
la invasión tecnológica, existían los periódicos de tarde, llamados
vespertinos, en contraposición a sus hermanos mayores, matutinos madrugadores.
Cuando el ritmo de los acontecimientos era mucho más lento y la letra impresa
era la principal fuente de información y análisis, estos periódicos tenían un
papel muy importante. Editados pasadas las cinco de la tarde, realizaban el
primer análisis de las noticias de ese mismo día, describían la mañana y lo que
en ella había sucedido. Los trabajadores de las oficinas, que salían poco
después del trabajo, y que en muchos casos estaban como ahora mismo sucede
obligados a pasar tiempo extenso en el transporte público de vuelta a sus
hogares, eran el público preferido y objetivo de estos medios. Apresurados,
compraban el vespertino antes de subirse al metro o tren y ya tenían lectura
fresca y pasatiempos sin hacer para el camino, largo o corto, hasta el hogar.
En España tuvieron poca vigencia, supongo que sobre todo por el infame horario
laboral que rige en nuestro país, que hace que a las cinco de la tarde nadie
pueda irse a su casa. A las horas en las que hay hora punta de vuelta al
trabajo en una ciudad española sólo se observan cuerpos hechos polvo y ojeras
tras un día que, intenso o no, ha sido muy largo, y el concepto de vespertino
se funde con el de nocturno con una facilidad pasmosa, por lo que no recuerdo
si se llegó a editar en los años setenta u ochenta un medio de este tipo. Si me
acuerdo, vagamente, que en los años de la burbuja, en los que se produjo una
explosión de periódicos gratuitos, hubo uno que sacó edición de tarde en
Madrid, pero no llegó a durar más allá de unos pocos meses. No recuerdo el
nombre de la cabecera ni la editora, pero me suena que sí existió. Lo
contemplaba como una rareza, y veía a los repartidores del mismo apostados en
las mismas bocas de metro en las que estaban a primeras horas de la mañana,
pero justo cuando se ponía el sol. Creo que alguna vez lo cogí pero, adicto
como soy a los libros, nunca he sido un gran usuario de prensa gratuita en el
metro, ni en horario diurno, por lo que no encontraron en mi el público
objetivo que les salvara de la quema. Lo que sí recuerdo haber usado en Bilbao
en los noventa y hasta 2001 mismo era “el boletín” una pequeña publicación de
poco más que un folio doblado en dos cuartillas que, en color salmón, relataba
el estado del ibex y del mercado de valores del bocho a las 13 horas, y que a
la hora de comer estaba en muchos bares y restaurantes. Ahora hay una web que conserva ese nombre,
pero no tengo ni idea de si tiene relación alguna con la publicación a la que
me refería o no. Seguro que si algún bilbaíno lee estas notas sabe a lo que me
estoy refiriendo.
Evidentemente Internet ha acabado con todo esto, y al paso
que va también jubilará a los periódicos matutinos de toda la vida. Creo que en Inglaterra se sigue editando el
evening standard en horario de tarde, pero en formato tabloide,
sensacionalista y con un carácter poco informativo y más bien chabacano en lo
que hace a sus contenidos y anunciantes. En todo caso resulta curioso observar
cuánto y a qué velocidad han cambiado los patrones en el mundo de la prensa y
los medios escritos desde la aparición de Internet: De hecho el propio término
“verpertino2 empieza a adquirir una solera típica de los lugares abandonados y ruinosos,
y puede que para muchos sea una palabra moribunda o que suene a extraño. En
fin, de momento, ya hasta el jueves, creo que este blog se hará de tarde. A ver
que tal sale.
2 comentarios:
Creo que en el Norte y Centro de Europa todavía aguantan algunos vespertinos. En Finlandia por ejemplo, existe el Ilta Sanomat, que es la versión vespertina del Helsingin Sanomat (Ilta=tarde). Yo tb creo que estaba enfocada a la gente que volvía a sus casas desde el trabajo.
Por cierto, creo recordar que el Boletín se dejó de editar en papel hace 3-4 años y subsiste en Internet, pero no estoy seguro si es el enlace que has puesto.
Gracias!!! ciertamente lo del boletín no tengo nada claro que tenga ver con la web que señalo, pero como se llaman igual....
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