jueves, junio 20, 2024

Financiación singular, mentira colosal

Debe ser apasionante la vida de los que trabajan en la fábrica de propaganda y mentiras de Moncloa. Casi cada semana deben inventar expresiones nuevas que disimulen las indecencias que a sus jefes se les ocurren y argumentarios basura para cubrirles las espaldas y distribuir a aquellos que, buenos ingresos mediante, los repiten como loros en declaraciones y o piezas editadas en los medios afines. Espero que esa gente, que vive en la esquizofrenia de la automentira constante, cobre las nóminas que se merecen. Su trabajo es una mierda, pero son muy profesionales en ello.

Da igual quién y dónde lo repita, una mentira es una mentira. Los territorios no recaudan impuestos. Se recaudan impuestos de las rentas y bienes de las personas físicas y jurídicas que están EN los territorios. Si mañana dejo este trabajo y me voy a, pongamos, Murcia, con otro empleo, Madrid no deja de recaudar, sino que el importe que, hasta un día, debido a mis retenciones, figuraba aquí, pasará a estar el mes que viene asignado a la delegación de hacienda murciana. Los ricos tributan más que los pobres, y alguien que tenga rentas altas en Extremadura pagará más impuestos que cualquiera que tenga rentas bajas y medias en Madrid o Cataluña. Que en ciertas regiones de España haya más gente rica que pobre hace que la cuantía de los impuestos que figuran recaudados en una región u otra sea distinta, pero la aportación a las arcas fiscales NO la realizan los territorios. Madrid no es la que paga más impuestos ni Cataluña la segunda, ni bobadas por el estilo. La estafa que se quiere vender de la financiación “singular” a Cataluña no es sino la eterna vuelta de tuerca que los ricos de esa comunidad llevan exigiendo, como lo hacen en casi todas partes, de pagar menos impuestos, sólo que en el caso catalán muchos de los ricos han descubierto que si se envuelven en la bandera independentista y convencen a la población de que les vote pueden conseguir su objetivo, que es el de quedarse ellos, no Cataluña ni cualquier otro espacio físico, con los recursos que se obtienen de los impuestos de todos. Cuando Salvador Illa, un sujeto que se dice socialista y de izquierdas, afirma todo convencido, gracias al chantaje que impide su investidura, que Cataluña aporta mucho y tiene derecho a recibir más miente en esa frase más que palabras dice, pero es que, llevando su argumento al sentido práctico, Amancio Ortega, que supongo que será el español que más impuestos paga, tiene derecho a exigir que el estado le de un trato privilegiado. Las empresas como Iberdrola, Inditex o Santander, que serán de las que más pagan en el país, podrán juntarse y reclamar que el estado diseñe leyes que les beneficien a ellas frente a otras que pagan mucho menos, porque como aportan más, tienen derecho a más. Ya si eso de la progresividad fiscal, que es algo que debiera estar grabado a fuego en la mente de todo aquel que se dice de izquierdas, nos olvidamos. No, aquí lo que se trata es de lo de siempre, de chantaje político por parte de un grupo que se cree más que los demás, que de hecho actúa como si fuera superior a los demás, y que exige unos privilegios que el resto no tienen, privilegios que, obviamente, de concederse, generarían no territorios de primera o de segunda, recuerden que eso es falso, sino ciudadanos de primera y de segunda, ciudadanos que aportarían mucho menos a la caja de la Hacienda que el resto, y que por tanto disfrutarían de unas ventajas financieras a las que los demás no tendrían acceso. Me pueden decir ustedes que eso ya existe en nuestro país, y es cierto. La constitución reconoció como legales los privilegios forales, una tradición medieval injusta y arcaica, como casi todas las de esa época, basada en criterios estamentales y no de ciudadanía, y gracias a ello Vizcaya, Guipúzcoa, Álava y Navarra disponen de soberanía fiscal, y no aportan lo debido a las arcas nacionales. Ricos que consiguieron mantener sus privilegios. Ahora, otros ricos tratan de lograr lo mismo.

¿Le va a dar Sánchez a los sediciosos la soberanía fiscal? Si eso es necesario para que el sujeto que nos preside se mantenga en la Moncloa, por supuesto que lo hará. Una vez entregada la amnistía, que es traición a la ley, todo lo demás son delitos de menor dimensión. En este caso estaríamos ante un atraco flagrante a la hacienda pública y una discriminación ante el resto de contribuyentes al fisco (recuerden, contribuyentes, no territorios) pero bueno, no se ha despeinado ni un instante el tal Sánchez aprobando una ley que ya otorga un infame privilegio a Puigdemont y al resto de golpistas del 1 de octubre. Mucho le va a importar extender otras injusticias a cambio de su cargo. Y recuerden, todo esto se lo venderán como una medida progresista. Qué asco de país.

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