martes, junio 10, 2025

Sigue la bronca en Los Ángeles

Malo está siendo este año 2025 para la ciudad de Los Ángeles. En enero, avivados por los resecos vientos de Santa Ana, una oleada de incendios arrasó con varios barrios de la ciudad, reduciendo enormes extensiones de casas, algunas de ellas mansiones, y entornos arbolados a meras cenizas y escombro. Las imágenes que llegaban de allí eran propias de una versión alternativa de Blade Runner, carentes de la sempiterna lluvia sucia que baña toda la película original, bastante más acordes con la secuela de hace pocos años. El desastre que causaron los fuegos fue enorme.

Hoy, lo que arden metafóricamente son las calles, algunos coches y parte del mobiliario urbano lo hace literalmente, por las revueltas originadas ante la política de detención de inmigrantes de Donald Trump. La caza del inmigrante ilegal es una de las obsesiones de Trump, y una de las vías que ha encontrado para llevar a cabo una política que, en la práctica, es inviable, es el miedo. No se puede expulsar de EEUU a los millones de inmigrantes, legales e ilegales, que residen allí, por lo que una alternativa es que introducir el miedo en sus vidas sirva para que algunos decidan irse, muchos no vengan y, los que estén, se escondan lo más posible. Para generar ese miedo Trump ha escogido Los Ángeles, bastión demócrata de la demócrata california, y ha ordenado allí redadas en las que las fuerzas de seguridad han detenido a numerosas personas a las que se les acusa de residencia ilegal en EEUU. Esto, en algunos casos es cierto, en otros no, pero los arrestos han sido retransmitidos a todo trapo por las cadenas de televisión y mostrado al país lo que sucede cuando la mano dura de Trump actúa. Lo de inocular el miedo que les comentaba. Ante estas medidas se ha producido una reacción de protesta, comenzada en primer lugar por allegados de los detenidos, a los que se han sumado numerosas personas que tienen vínculos con la inmigración, y algunas de esas manifestaciones han acabado en bronca, y esto ha servido de excusa para que Trump haya movilizado a la Guardia Nacional, un cuerpo de carácter federal, para que varios de sus efectivos se trasladen a Los Ángeles e impongan el orden. La escalada de violencia que se vive en la ciudad aún está en un estadio bastante moderado si la comparamos con otras vividas en esa urbe (lo de Rodney King de los noventa por ejemplo) o los disturbios que se vivieron allí y en otras muchas ciudades del país tras la muerte de George Floyd, pero no dejan de ser escenas de enfrentamiento violento que resultan desagradables. La actitud de Trump es la de aprovecharlas para proclamar a la inmigración ilegal como un acto de insurrección, y sus declaraciones son incendiarias día sí y día también. El gobernador de California, el demócrata Gavin Newsom, uno de los pesos pesados del partido, denuncia sin cesar el abuso de poder que el gobierno federal está desarrollando en la ciudad y la propia movilización de la Guardia Nacional. No se lo suficiente de la legislación norteamericana para decir si el movimiento de esas tropas hacia California tiene base jurídica sólida o no, pero me da la impresión de que esta crisis viene bien para el mensaje trumpista y que la sobreactuación le beneficia de cara a los suyos y a la imposición de medidas más drásticas en el conjunto del país. El enfrentamiento en las redes entre el gobernador y el presidente es total, y esto, en un estado federal, es un riesgo que debe ser evitado, porque cada uno de los estado que componen la federación cuenta con un grado de poder bastante más elevado del que pensamos, y no es que California se vaya a separar de EEUU por lo que está pasando, pero sí que la disfuncionalidad del país se verá acrecentada por estos sucesos, y la sensación de descontrol creciente que se percibe desde fuera va a más en una nación en la que los disturbios tampoco son tan infrecuentes, (ni les cuento la violencia diaria) pero nunca han sido aprovechados de esta manera por el gobierno federal.

Acabe como acabe todo esto, parte del mal ya se ha sembrado. Trump y los suyos han mostrado ser capaces de recurrir a la fuerza a las primeras de cambio y de mostrar un perfil muy duro en un tema sensible para el electorado. Las primeras encuestas sobre lo que sucede muestran datos contradictorios, porque algo más de la mitad de los consultados se muestran favorables al discurso antiinmigrante de Trump y un porcentaje similar rechaza la manera en la que está gestionando la crisis de Los Ángeles. La posibilidad de que Trump militarice cada vez más toda protesta que se produzca contra su figura y medidas es algo que también se debe tener en cuenta en el contexto de degradación institucional que se vive en el país.

No hay comentarios: