miércoles, octubre 01, 2025

El plan para Gaza

De las pocas cosas que tengo claras sobre el futuro de Gaza, una es que sólo EEUU es capaz de frenar a Israel y detener el actual estado de guerra despiadada. Nada de lo que el resto de los países o poblaciones haga, sean declaraciones públicas, manifestaciones o boicots deportivos será de utilidad. EEUU es la fuerza decisiva en la región y el sustento del ahora atacante. Sin su apoyo militar, logístico, económico y público, Israel no puede sostener campaña militar alguna, por lo que frenar a Netanyahu y sus tropas requiere que EEUU desee hacerlo. ¿Es el plan presentado útil para ello? Puede que sí.

El plan contiene veinte puntos, algunos de ellos bastante vagos, que se pueden resumir en que si Hamas acepta su rendición completa y disolución Israel se retirará de la franja y los palestinos podrán seguir en ella. Sino, la guerra seguirá y las posibilidades de que haya palestinos vivos en Gaza se irán reduciendo de manera inmisericorde. El plan impone un ultimátum a Hamas, organización terrorista que es tratada en algunos medios españoles como una especie de ONG caritativa, y fuerza a que Israel no se anexione la franja, pero deja demasiado abierto un futuro nada definido. Que Trump se autoproclame como responsable del territorio ya es una manera de decir que nadie sabe qué se quiere hacer con aquel lugar ni con los que allí residían, ahora convertidos en parias. No está claro cuál sería el plan de reconstrucción de un lugar arrasado por completo ni el destino de lo que se recomponga allí. El plan habla de la posibilidad de un futuro estado palestino, pero Netanyahu ya ha dejado claro que no va a permitir nada de eso, y conociendo la volatilidad de las opiniones de Trump uno puede quedarse con una idea de lo que esos puntos suponen y escuchar, por boca del magnate, una interpretación completamente distinta al cabo de un par de días. Véanse sus cambios de opinión sobre Ucrania como ejemplo de la inconsistencia absoluta del personaje. En todo caso, y dado el nivel de desastre al que se ha llegado en la franja, todo lo que suponga un cese de los combates y el final de la sangría sería visto por todo el mundo como un avance. La liberación de los rehenes y la entrega de los fallecidos es condición necesaria para cualquier tipo de avance y se necesitan garantías explícitas por parte de los islamistas de que renuncian a cualquier aspiración militar. En este asunto es muy importante la participación de naciones como Qatar o Turquía, que han saludado el plan con buenos ojos, y según todas las fuentes están negociando con los representantes de Hamas para dar una respuesta lo más rápida posible, se espera que incluso a lo largo de los días que quedan de esta semana. Irán, patrocinador de Hamas, sustento económico y militar de la milicia, no ha dicho nada, o al menos eso es lo que consta. Un silencio no es un no, y algunas informaciones señalan que puede estar realizando un papel de mediación entre los países anteriormente mencionados y las milicias, pero no es seguro. La posición de debilidad en la que se encuentra el régimen de los Ayatolas tras el enfrentamiento habido con Israel y la incursión norteamericana en Fordo y Natanz no le otorga una gran posición de bloqueo en todo lo que sea negociaciones en la zona, cosa que sí podía hacer apenas hace un par de años. Si Irán da su brazo a torcer y convence a los islamistas para que se rindan puede que la opción de que la guerra termine gane muchos enteros, y se podría poner fin a tanto sufrimiento. Es la esperanza a la que se agarran muchas naciones de todo el mundo, los palestinos y los familiares de los secuestrados. Desde que Hamas atacó el 7 de octubre de hace dos años todo es un horror sin fin ni atisbo de solución.

De todas formas, reitero, si hay suerte y se produce la entrega de los rehenes y el final de los combates, no me queda nada claro qué futuro le espera a la franja. Esa autoridad internacional encargada de su gestión es un ente muy vacuo, apenas determinado, y el fin de la guerra no va a significar, ni mucho menos, que se haya acabado el odio entre los islamistas y los extremistas israelíes. De hecho, las voces críticas contra el plan en el ala radical del gobierno de Netanyahu son claras y se escuchan sin problemas. Demasiadas dudas sobre la mesa, pero si al menos sirve para que se frene la muerte, bienvenido sea el plan. Y luego Dios dirá.

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