lunes, enero 24, 2011

-6 grados a la entrada del trabajo

No me gusta el frío. Conozco gente a la que le encanta, motiva y revitaliza. Algunos siempre duermen sin pijama y los abrigos y jerseys gordos no están hechos para ellos. Sulfuran cuando se pasa de los veinte grados y en todo momento echan de menos las mañanas heladas del invierno, el rocío escarchado en las hojas y el vapor que sale de la boca cuando hablas. El frío es su ambiente preferido y puede que la mejor manera de sobrellevar el calor corporal y anémico en el que viven. Deben estar disfrutándolo mucho.

Yo no. Soy friolero, y me incomoda mucho la sensación que provoca el frío. Casi prefiero la lluvia. Estos días de invierno duro son muy desagradables. Pasas mucho tiempo en casa porque abres la ventana y, al entrar un golpe de aire que parece propinarte un puñetazo en la mandíbula, corres espantado a cerrarlo todo y refugiarte en el hogar. Pones la calefacción, pero aún así no renuncias a echarte una manta cuando estás tumbado en el sofá, viendo la tele, leyendo o haciendo alguna otra cosa. Te echas un ejército de mantas en la cama, que compensan un poco el hecho de dormir sólo, y aún así evitas en todo momento sacar las manos de la capa protectora, porque sabes que ahí fuera el aire trata de comerte como te descuides. Antes de estar agazapado en la cama has pasado por el incómodo momento de penetrar en ella, y descubrir que siempre, siempre, el final de la cama conserva una capa de aire frío que tus pies penetran cada noche y que provoca una mala sensación que sólo se combate con unos iniciales movimientos de las piernas. Poco a poco te aposentas en una postura cómoda, resguardada y completamente sepultada, y duermes, más o menos. Llega el momento de levantarse y salir de esa capa protectora, y es en estas noches de invierno cuando menos te apetece, porque sabes que el exterior es un ambiente hostil. Un invisible ejército de corrientes, trazas de aire y sombras te espera para pillarte desprevenido y hacerte saber, a cada torpe movimiento mañanero, que hae un frío de mil demonios hay fuera. Te toca cambiarte de ropa, desnudarte para vestirte otra vez, dejar el caliente pijama que ha batallado contigo toda la noche para coger una camisa que está en la silla, esperándote con los brazos abiertos y mas mangas heladas, y al ponértela te despiertas casi del todo, acordándote del edredón, las mantas y todo lo que dejas atrás. Poco a poco te pones capas y capas de ropa, a cada cual más gorda, que te generan una enorme sensación de torpeza. Pareces una cutre recreación del Bibendum, el muñeco de Michelin. Te resulta incómodo moverte con todo eso encima, agacharte para coger cosas del suelo, abrir y cerrar los brazos, mover el cuello… todos los gestos se atrofian, envueltos como están tus miembros de guantes, jerseys, chaquetas, bufandas, abrigos, camisetas, fulares, cubremangas, verduguillos y cualquier otra cosa. Pesas mucho más de lo habitual, y enfundado en esa especie de traje espacial cierras la puerta de casa y, mirando a la escalera, en la que la temperatura nocturna ha hecho estragos, te dices a ti mismo “Venga, a por ello”.

Y sales a la calle, y no aflojas el paso hasta encontrar un refugio,
porque sí, hace mucho mucho frío. Ves a más personas en la misma actitud que la tuya, recubiertos como si fuesen bolas de algodón con patas, con rumbo fijo y sin detenerse en lo más mínimo, escapando del mismo frío que a ti te está empezando a penetrar por los poros que dejaste abiertos en tu particular escafandra, y anhelas llegar al metro, al coche, a la oficina o a tu destino, donde en medio de la calefacción, resguardado en tus ocupaciones, seguro que la frase más comentada de la mañana será “uff, qué frío hace, verdad?”

3 comentarios:

MMO dijo...

Yo soy de esos que describes en el primer párrafo. Para mi, la temperatura ideal es 15 grados, siempre :)

Saludos

EHS dijo...

Yo tamibén soy muy friolera, pero me gustan estos días de invierno.
No hay nada como la calefa central, eso si,unos pocos días al año.

David Azcárate dijo...

Pues hoy marcaba -4 grados.... se supone que es una mejoría, jejeje
Muchas gracias y abrigaros :-))