viernes, mayo 30, 2025

Criptosecuestros

Ahora mismo el Bitcoin cotiza en poco más de 106.000 dólares la unidad, después de haber llegado a un máximo de 109.000 hace pocos días. Si recuerdan, tras la llegada de Trump tuvo un ascenso fulgurante hasta la cota de los cien mil para luego retroceder con fuerza, cayendo cerca de un treinta por ciento. Desde entonces, poco a poco, ha vuelto a recuperar posiciones y se encuentra en cotas máximas, con el consejo de compra de varios analistas y la corriente de fieles que desde siempre lo han visto como un activo refugio empeñados en elevarlo a los altares financieros y sociales. Ese debate, que es muy interesante, lo dejo para otro día.

Hoy voy con un asunto algo más siniestro, que tiene mucho que ver con la codicia y que se ha disparado al subir como la espuma la cotización de esa presunta moneda digital. Se han disparado los secuestros para robar bitcoins. Sí, sí. Hace pocas semanas se hizo viral un vídeo en el que un grupo de asaltantes trataban de secuestrar a una mujer en París. La forzaban para introducirla en una furgoneta y llevársela, y en las cámaras que grababan la escena se ve cómo estuvieron a punto de lograrlo, pero finalmente no lo consiguieron. Esa mujer era familiar de un individuo poseedor de una cartera de bitcoins en la nube, y el objeto del secuestro era el de conseguir las contraseñas, presionando al chantajeado con la vida de la mujer como prenda. En estos días también se ha sabido que la policía de Nueva York ha detenido a un grupo que, esta vez sí, había secuestrado a un titular que poseía varios bitcoins. Lo retenían en un sótano y le estaban practicando torturas mafiosas típicas en plan no dejarle dormir, romperle dedos y cosas por el estilo, para que confesase la calve que permitía acceder a su monedero digital y, de ahí, a los bitcoins. Si uno tiene varias de estas monedas en propiedad basta con llegara a la decena para, en la actualidad, poseer un millón de dólares, y al ser activos digitales puros, su intercambio resulta tan instantáneo, trivial y etéreo como el de cualquier otro fichero electrónico. Normalmente se encuentran alojados en la nube o en dispositivos físicos como discos duros externos, lápices de memoria o cosas así, y protegidos por contraseñas que sus dueños conocen para acceder a ellos. A medida que ha ido subiendo la cotización del Bitcoin se han multiplicado las estafas y demás delitos, muchas veces recurriendo a tácticas de hackeo, para hacerse con monedas de otros y mangarlas, pero el incesante aumento de valor del activo ha disparado la codicia y ha hecho que los desaprensivos de todo tipo se introduzcan en el negocio del robo de criptos, lo que seguramente es una novedad para muchos de ellos. Es probable que muchos de estos secuestradores, torturadores y demás profesionales del crimen actúen por encargo, pactando la comisión con quien les contrata sin que sepan muy bien qué es lo que están robando, o el valor que pueden tener las combinaciones de caracteres que acaban soltando los pobres dueños de criptos que caen en sus garras. Muchos tendrán experiencia en el “cobro” de deudas y ahora están modernizando su negocio, por así decirlo. Y es casi seguro que si la escalada del Bitcoin sigue este tipo de noticias sean cada vez más frecuentes. En sus inicios el Bitcoin no valía casi nada, centavos, y es famosa la transacción que se hizo para comprar una pizza en la que se desembolsaron creo que miles de ellos. Esa pizza ahora, al cambio, sería una fortuna disparatada. Desde entonces son muchos los particulares que atesoran bitcoins creados en sus primeros tiempos, y que en no pocos casos han visto como el valor de eso que tenían guardado por ahí, y que les parecía un juego tecnológico sin más, les ha hecho millonarios. Más de uno no recuerda dónde dejó esos archivos, o lo que es peor, está en dispositivos para los que ha olvidado su contraseña, con la desesperación que ello puede suponer. Es un mundo algo extraño y lleno de anécdotas interesantes.

El uso del bitcoin por parte de grupos ilegales que se valen de él para esconder el rastro de sus andanzas va a acabar siendo superado por el mero negocio del robo y apropiación de los activos. Lo más prudente para cualquier titular de bitcoin, en la actualidad, es ocultar completamente que lo posee, tener a muy buen recaudo los dispositivos en los que está y memorizar las contraseñas de acceso como si le fuera la vida en ello. Y claro, gestionar con cuidado ese activo, porque cada venta de uno de ellos supone una entrada de liquidez enorme que puede destapar el interés de los participantes del mercado, la Hacienda Pública o “curiosos” que tengan ideas y amigos de manos largas y martillos grandes.

jueves, mayo 29, 2025

Dos tragedias

Ayer, mientras el desgobierno que padecemos se hundía sin cesar en la montaña de porquería que suponen todas sus tramas, cada vez más al descubierto, pudimos contemplar en directo dos tragedias humanas espantosas, que se saldaron con víctimas mortales, y que demuestran hasta qué punto el instinto de supervivencia, que nos mantiene en pie y a salvo cuando actuamos en soledad, se puede convertir en nuestro peor enemigo cuando son multitudes las que se enfrentan a un riesgo mortal. El individuo puede llegar a ser racional, la masa nunca, y el desastre está servido ante aglomeraciones y sometidas a presión vital. Mucha palabrería para enmarcar tragedias sin consuelo posible.

En el muelle de la restinga, en el Hierro, siete mujeres murieron cuando el cayuco en el que se encontraban, junto a muchísimas más personas, estaba apenas a cinco metros de la orilla del espigón, una distancia mínima, casi nula, frente a todo lo que ese grupo de personas había llegado a navegar desde que partieron de las costas de África, probablemente las senegalesas. En un momento dado se produce, a esa distancia tan enana, una aglomeración de personas en el lado del cayuco que está más cercano a tierra, y la barca empieza a zozobrar. A partir de ahí sólo la cabeza fría y la quietud pueden contener el desastre, pero no están por ningún lado, el miedo se dispara a medida que la borda se acerca al agua y algunas personas empiezan a caer. El colapso es muy rápido cuando la histeria se desata, y toda la barca se gira, cayendo al agua la gran mayoría de los que en ella estaban. El giro se mantiene por inercia y las personas que estaban metidas en lo más hondo de la embarcación, buscando un refugio frente al sol inclemente, quedan ahora, de repente, atrapadas entre el agua y el barco, que completamente girado, les impide salir a la superficie. Algunos de ellos aprovechan una mínima cámara de aire que se forma en el momento del brusco giro para aguantar, pero otros no son capaces de contar con tanta suerte y se ven hundidos sin remedio. En el agua la histeria es total y el personal que está en el muelle corre, se tira al mar, lanza salvavidas, hace lo que puede, pero a penas es capaz de mantener un mínimo control de la situación y de minimizar daños. Muchos de los inmigrantes se encuentran en estado de shock ante lo sucedido y no son capaces de reaccionar. Con enormes esfuerzos, se logra volver a girar la nave para que deje de ser una trampa para los que aún se encuentran en ella, pero ya es tarde, y no son pocos los cuerpos que, en el fondo del cayuco, yacen ya ahogados sin remedio. Inmigrantes y personal de emergencias tratan de recuperarlos, pero en la escena se ve como alguno de los que en ello están, de repente, se quedan fríos, aturdidos, inertes ante lo que ven, y no hacen nada. Están anulados, y deben ser retirados por el personal especializado, sacados de allí antes de que se caigan al agua o sufran cualquier otro tipo de contratiempo que ponga en peligro sus vidas y las de todos los que están en ese momento siendo rescatados, y las de los propios rescatadores. El episodio transcurre a una gran velocidad en tiempo real, pero parece detenido por momentos en fragmentos de terror y desastre personalizados, en los que hay rostros que expresan incredulidad, miedo, angustia… y también la nada, el vacío que se nos queda muchas veces en la cara cuando contemplamos algo que nos supera, el bloqueo que nos impide reaccionar. Lo sucedido es de una gravedad enorme, pero como bien señaló ayer Carlos Franganillo en su informativo, lo que pudimos contemplar es lo que muchas veces sucede de manera anónima en el mar, en las suicidas travesías que la desesperación y las mafias espolean para buscar el paraíso del rico occidente. A veces tenemos constancia de cayucos que se sabe que salieron y que no han llegado, pero en otras ocasiones sólo los rumores sostienen que algunos partieron, sin que se haya sabido nunca su destino ni, desde luego, hasta dónde llegaron. Ayer pudimos ver en directo esa tragedia, pero a sabiendas de que sucede, a escondidas, en medio del mar, de manera recurrente.

En el mismo día, no a la misma hora, no cerca, una multitud hambrienta y desesperadas asaltaba un almacén de provisiones en Gaza en busca de comida, una nave industrial que era reventada por una avalancha de desesperación y necesidad de comida, en una escena propia de películas apocalípticas de esas que tanto venden, pero que no es cinematografía orquestada, sino realidad provocada. No se cual fue el balance de lo que allí sucedió, pero sí es fácil hacerse a la idea de hasta qué punto de humillación se encuentra sometida la población de Gaza para que pueda suceder algo así. También en directo, el desastre, el horror, la desesperación. No hace falta decir nada más.

miércoles, mayo 28, 2025

Putin sigue matando

El comportamiento mafioso y chulesco de Trump es difícil de prever, pero algunos le tienen cogido el truco y le doblegan en beneficio propio. El caso de China es especial, porque ahí EEUU se enfrenta a un rival al que, en ciertos aspectos, no puede ganar, China lo sabe y responde, y en el juego Trump acaba inventando excusas baratas para ocultar sus fracasos (como Sánchez) pero el resto de jugadores globales deben jugar desde una posición de relativa inferioridad respecto a EEUU. Eso le da cierta ventaja al matón naranja, que la utiliza para golpear primero de manera absurda, y sorprender a todos. Pero, ay, el sádico Vladimiro le tiene bien calado.

Putin sabe que la egolatría de Trump no tiene límite, y conoce muy bien cómo alimentarla. Se interesa por sus cuestiones personales y le felicita cuando hay algún hecho significativo en su familia, le llena de alabanzas y proclama que reza por él y sus futuros éxitos, haciéndole la pelota de una manera un tanto extraña, pero efectiva. Trump, por su parte, tiene envidia de Putin, porque el ruso gobierna sin límite alguno, sin frenos y sin oposición. Hace lo que quiere y nadie se atreve a toserle. ¡Cómo le gustaría a él gobernar de esa manera! Él también tiene derecho a ser el sujeto autoritario que rija su nación sin freno. Sabiendo todo esto, Putin actúa y se camela al entorno del presidente y eso le da margen para mantener su guerra y demás asuntos sucios fuera del radar de la Casa blanca. Día tras día Trump dice cosas sobre Ucrania, y en algunas ocasiones arremete contra Putin, pero no deja de mantener un discurso inculpatorio sobre Zelensky y el país invadido, ese trozo de tierra que no le regala nada, ni a su bolsillo ni a sus oídos. Echa culpas a Rusia, sí, pero sobrevenidas, malo es lo que hace Putin ahora, pero tiene comprado su discurso falso de que no tenía otra opción que lanzar un ataque sobre los condenados ucranianos, que no dejaban en paz a los rusos. Jugando a presionar y amagar, Putin mantiene su ofensiva terrestre en el país y lanza andanadas cada vez más potentes de ataques aéreos sobre Kiev y otras muchas ciudades, mientras gana tiempo y los planes de Trump de acabar con la guerra en veinticuatro horas (otra mentira de campaña electoral) hace tiempo que naufragaron. Cada día que pasa la solidez de la defensa ucraniana no mejora y la capacidad de fabricación de drones rusos crece, siendo cientos los empleados cada una de las pasadas noches en los ataques sobre el país invadido. Rusia está aprendiendo tácticas modernas de combate a marchas forzadas, de tal manera que el uso de los misiles, mucho más caros, se ha reducido notablemente frente al empleo de los drones, bastante más baratos, menos destructores, pero efectivos a la hora de sembrar el miedo en la población y hacer daño. La velocidad de avance de las tropas rusas sobre el terreno es patética, y el número de bajas que sufren resulta desproporcionado, con cientos de muertos y heridos cada día, pero la situación ucraniana no es mejor, y el país cada vez tiene más problemas para recomponer las filas de soldados, dada su menor población, las fugas de habitantes que ha tenido desde que comenzó la contienda y la desmoralización que surge en muchas de las zonas de guerra. La población no ve el final de un ataque que no cesa y mina todo lo que fue la estabilidad y certeza en el país. Hay cálculos de servicios de estudios prestigiosos que afirman que Rusia puede mantener el actual ritmo de bajas durante más de un año, de tal manera que la guerra podría prolongarse durante, por lo menos, ese tiempo, pero esos mismos estudios señalan que la fortaleza ucraniana no podrá mantenerse ese mismo lapso, y que la necesidad de que se produzca una tregua irá creciendo desde el bando ucraniano a medida que su agotamiento crezca. El tiempo, en este sentido, juega en contra de Kiev. No olvidemos, además, que a Kiev sí le importan las bajas propias, y a Moscú no. Este es un factor difícil de asimilar desde nuestra mentalidad, pero muy relevante para definir el alcance y extensión de la ofensiva rusa.

Hace dos semanas los dirigentes de las principales potencias europeas, con vistas a las conversaciones que iban a tener lugar en Estambul, exigían a Putin una tregua de treinta días. Varios días después Ucrania ha sufrido los peores ataques aéreos desde que se inició la guerra y la sensación general es que Putin se ríe sin freno cada vez que un dirigente de esas débiles naciones del oeste de su continente que tanto desprecia le ordena cualquier cosa. El papel de la UE en el actual devenir de la guerra es menguante, y sólo EEUU es capaz de decantar la balanza, con su apoyo o abandono a Kiev. Y Putin, como les indicaba, le tiene bien calado al payaso egocéntrico que rige, es un decir, en la Casa Blanca.

martes, mayo 27, 2025

Hipocresías Gallardo

Una de las cosas que llaman la atención de las corruptelas que se van conociendo sin cesar del actual desgobierno es la impudicia absoluta con la que se manejan todos los presuntos implicados, y el recurso sistemático a la denuncia de bulo ante todo lo que sean informaciones inculpatorias. El hecho de echarle morro a la vida por parte del corrupto es una de las condiciones necesarias que tiene todo aquel que quiere llevarse dinero de la caja sin trabajar, en la política y fuera de ella, pero lo que ahora contemplamos es tan burdo, tan cutre, tan falso, que produce sonrojo hasta unos niveles no conocidos. Para qué inventar coartadas elaboradas si basta con gritas a los cielos que todo es una conspiración. Y los auténticos conspiradores, encantados.

En el caso del hermano de Pedro Sánchez, que no era nada, no iba a llegar a nada y todo era falso, el PSOE de Extremadura ha corrido lo que nunca para aforar a Gallardo, el secretario general de la formación en la región, porque los indicios de enchufismo en el asunto son tan palmarios que es evidente que iba a verse procesado. Casi a la vez que la jueza iba a dictaminar que el político sería encausado con vistas a un futuro proceso judicial, la maquinaria del partido se puso a trabajar, que cuando le interesa bien que lo hace, para cargarse a una buena parte de la lista electoral que se presentó por Badajoz en las últimas elecciones autonómicas para que Gallardo, que no fue de candidato, pudiera acceder a un puesto en la cámara autonómica. El único objetivo de esta medida es aforarle, de tal manera que el proceso que se iba a abrir contra él ya no lo pueda llevar la jueza encargada hasta ahora del asunto, sino el Tribunal Superior de Justicia regional. El aforamiento es un privilegio que dota a los parlamentarios de cobertura judicial, de tal manera que si uno quiere denunciarles por algo debe acudir a instancias muy altas, de trámites lentos y costes elevados. La figura busca evitar que los cargos aforados sean presionados por menudencias o acusaciones falsas en el ejercicio de su labor par parte de los muchos que puedan sentirse perjudicados por sus decisiones, pero desde luego no es una vía pensada para evitar las responsabilidades. Con el zafio movimiento socialista, no se busca evitar a Gallardo problemas judiciales, porque eso no es posible, pero sí entorpecerlos, enfangarlos, sacarle del procedimiento en el que se encuentran los demás para que el caso se reinicie en otra instancia que debe hacer sus propias investigaciones, actos y demás labores, lo que consume tiempo y aleja al aforado del resto de encausados. Con este acto el PSOE extremeño no retuerce la norma, sino que la desvirtúa completamente, la tergiversa y la viola para tratar de mejorar, hasta donde sea posible, las expectativas de uno de sus altos cargos, pasando por encima de los militantes que sí acudieron en las listas electorales, y desde luego, ninguneando a los electores de Badajoz que confiaron en una lista cuya validez es, obviamente, nula. Pero, por encima de todo, con este movimiento de una cutrez pasmosa, lo Gallardo y su partido admiten es su culpabilidad en unos hechos aún no juzgados, pero que, como les señalaba, huelen a enchufe que echan para atrás. Sólo se corre con la urgencia con la que se ha hecho con medidas similares cuando la culpa que se siente es tan grande como el temor a ser castigado por ella. La cobardía de Gallardo y la de todo el PSOE local, amparado por la maquinaria nacional de un partido en descomposición, es antológica, y ante todos aquellos que dudaban de la solidez del caso, deja a las claras que las denuncias de enchufe a favor del hermano de Sánchez eran certeras. Gallardo se sabe culpable de un posible delito y trata de salvarse todo lo que pueda, y deja en evidencia, ante todo el mundo, su posición en el caso, y que lo único que le importa es salvar su propio trasero, bien remunerado. Todo lo demás, sea política o no, se la trae al pairo. Y lo mismo se puede decir del partido en el que ejerce un cargo de responsabilidad.

El ciudadano que observa la escena no necesita mucho para hacerse una idea de lo que ha sucedido, y sin tener muy claro cuál es la condena merecida para cada uno de los implicados, deduce con razón que delito sí que se ha cometido, y que por ello se busca salvar a quien se pueda. Y todo envuelto en la chatarra argumental de la cacería contra el gobierno, los bulos de la ultraderecha y demás farfolla hueca, que cada vez rinde menos ante el peso de las evidencias. Pobres los palmeros mediáticos del gobierno, que deben defender, a costa de perder su sueldo, a sujetos de tan nulo calibre moral e intelectual como Gallardo. A pesar de lo que cobran del dinero que el gobierno les da, tienen razón cuando, seguro, piensan que lo suyo no está pagado.

lunes, mayo 26, 2025

Rafa Nadal y su manera de ser

Ayer Nadal recibió el homenaje a toda su carrera que le tributó el torneo que se juega en París, uno de los cuatro más importantes del mundo, y que él ha ganado un montón de veces. Esas victorias, entre otras, le convirtieron durante algunos años en el mejor tenista del mundo, y según los expertos, su palmarés hace de él el mayor deportista español de la historia. Es una persona famosa en el mundo entero por los partidos que ha disputado, que millones y millones de personas han visto, en vivo o a través de la televisión. En el acto de ayer, sobrio, Nadal se emocionó mucho, y dio gracias a mucha gente, también a los parisinos, público exigente como pocos, que ha acabado rendido a los pies de su figura.

Ya saben que el deporte me interesa poco, y creo que a Nadal lo he visto jugando unos minutos en mi vida, no demasiados. No se si alguna vez he visto un partido de tenis entero, creo que no. De Nadal no me interesa su juego, su palmarés, su revés o cualquier otra cosa relacionada con lo que hacía en las pistas, sino el cómo era en las pistas, y fuera de ellas. Entre los agradecimientos que mencionó expresamente ayer, Nadal citó a su tío, Tony, que es quien le ha forjado como jugador y persona. Durante muchos años ha sido su entrenador, y sólo dejó ese papel en el tramo final de la carrera de Rafa, cuando decidió retirarse después de haber hecho todo lo que creía que era capaz de hacer. Tony le inculcó a su sobrino, desde crío, una serie de ideas que son la base de lo que conocemos como “Rafa” en la actualidad. Le enseñó que jugar a tenis es difícil, y que si quiere ser bueno en ello debe ser constante, intenso, metódico, obsesivo, siempre entrenando, siempre practicando, siempre trabajando. Vio cualidades en el chaval desde el principio, pero le grabó en la cabeza que esas presuntas cualidades no son nada sino se ejercitan, sino se les saca todo el rendimiento posible. La idea que expresaba Picasso de que la inspiración era gloriosa, pero deseaba que le pillase trabajando, y por eso se pasaba horas y horas en el estudio creando sin cesar. Dedicación sin fin para que, pasara lo que pasase en la pista, el resultado estuviera al menos garantizado en lo que de él dependiera. Todo esto parecen obviedades, pero no lo son, y Nadal tío se las grabó a su sobrino bien en el fondo. Pero, con mucho, no son lo más importante de lo que le enseñó. Lo primordial es que el tenis, eso a lo que iba a dedicar la vida y su cuerpo sin descanso, no era importante, no es nada importante, sólo un juego en el que uno pega con una raqueta a una bola y trata de que el de enfrente no pueda hacer lo mismo. Nada más que eso. El tenista, el deportista, no es importante, el deporte no es importante. Las cosas importantes de la vida son otras, y en ellas uno debe ser consciente de su modestia, de su poco ser, de la necesidad de comportarse con honestidad en todo momento y de que el rival, el público, el recogepelotas, el que está en la taquilla vendiendo helados o cualquier otro es tan importante como uno, y que triunfar en la pista no es triunfar en la vida, sólo es triunfar jugando al tenis. Tony inculcó a Rafa, por encima de todo, a no creerse nada, a no pensar que por ser un buen jugador de algo es más que los demás, a no dejar que el ego que rodea todo el mundo del deporte le sobrepasase y empezara a creérselo. Le ancló los pies en la tierra de una manera casi inhumana, sorprendente, pero efectiva. Puedes llegar a ser el mejor jugador de tenis del mundo, o no, puedes ganar torneos o ser eliminado en una ronda intermedia, de tu rendimiento y del del rival dependerá lo que pase, pero nunca te creas superior por ganar, nunca menosprecies al rival, nunca achaques a otro las cosas que pasen porque sean fallos tuyos, nunca te llenes de soberbia por lo que consigas ni dejes de valorar lo alcanzado. Recuerda que sólo eres un chico que hace algo tan intrascendente como pegar golpes con una raqueta a una bola, nada más que eso. No eres Dios, no eres superior, tu yo no es más que el yo de los demás.

En una época donde ese “yoísmo” reina en todos lados, y las redes sociales fomentan el culto al narcisismo hasta unos límites que hace mucho que superaron el absurdo, el mensaje de Tony y Rafa es de una capacidad transgresora inmensa, casi revolucionaria. Todos los padres piensan que sus hijos son los mejores y más especiales, todo es lucir en Instagram en la mejor pose y lugar, para envidia del resto. Y ante ese falso vacío, el que durante un tiempo ha sido el mejor del mundo en lo suyos, sin discusión alguna, se muestra orgulloso de lo conseguido, pero sin ninguna muestra de soberbia, pompa o descaro. Es justo lo contrario de lo que nos rodea. Ese es el mayor de los éxitos de los Nadal. Ese es el mayor de sus triunfos.

viernes, mayo 23, 2025

El desastre absoluto de Gaza

El asesinato a tiros de una pareja de ciudadanos israelíes, funcionarios de la embajada en Washington, a las puertas del museo del Holocausto de la ciudad, sucedido ayer, es la última de las desgracias que se suceden relacionadas con la guerra de Gaza, que hace tiempo que ha degenerado en un conflicto asimétrico entre un gobierno israelí desatado y una milicia islamista que mantiene secuestrados aún a decenas de ciudadanos hebreos. Y, en medio, cerca de dos millones de palestinos que sufren cada día, sin cesar, las penurias de unas vidas destrozadas en medio del campo de escombros de lo que alguna vez fueron sus ciudades.

A las víctimas del atentado de ayer les podemos poner nombres. Son Yaron Lischinsky y Sarah Lynn Milgrim. Se iban a comprometer la semana que viene con vistas a su futura boda, y sus rostros esconden una vida llena de sucedidos, que los allegados pueden relatar, para hacernos una composición de cómo han sido su transcurrir por este mundo hasta que alguien programado vengador de la causa palestina, decidió sacrificarlos. Ellos son al excepción, porque la gran mayoría de víctimas de Gaza no tienen nombre ni rostro ni historia. Algo similar sucede con los más de mil hebreos asesinados en los atentados del siete de octubre de 2013, el origen de la pesadilla que ahora vivimos. Desde entonces todo ha sido una pesadilla descontrolada. Hamas, sigo pensando que con conocimiento de causa, decidió ejecutar una acción salvaje y cruel hasta el extremo para forzar al gobierno del extremista Netanyahu a que actuase sin piedad y quedara retratado ante el resto del mundo. En este juego los palestinos eran la excusa, la carne que se ponía en la balanza para ser mostrada como sacrificio ante la opinión internacional. Como espoleado por la muleta que mueve el torero, el gabinete israelí desató una ofensiva militar en Gaza que aún continúa y que, con altibajos y escasas treguas, ha causado la muerte de decenas de miles de palestinos, varios de los dirigentes de Hamas, no pocos de los secuestrados, la destrucción casi total de la franja, la miseria absoluta de los que residían en ella y el hundimiento total de la imagen de Israel en el mundo. Apoyado en algunos de los sectores más extremistas de su nación, Netanyahu no ha dudado en usar la guerra como arma política para mantenerse en el poder y tratar de acallar las voces y protestas que demandan su marcha, que ya eran muy activas desde antes del inicio de la guerra a causa de un montón de acusaciones de corrupción, que empezaban a cercarle. Las bombas acallan los juzgados, debió pensar Bibi, convirtiendo la desgracia en una oportunidad personal. El balance de todo lo que está sucediendo desde entonces es cruel en extremo, con los palestinos como los principales perjudicados, carentes de futuro alguno en la actual Gaza, y convertidos en pieza de juego de manera obscena por Trump y Netanyahu en una especie de concurso de ideas absurdo sobre a qué parte del mundo se les puede trasladar, como si fueran muebles de una mudanza, para vaciar Gaza y convertirla en un remedo de la costa azul. Sí, que lleguen a plantearse escenarios similares demuestra hasta qué punto vivimos en un mundo en el que la frivolidad más absoluta se ha convertido en bandera no ya de muchos de nosotros, sino de los gobernantes que se supone nos rigen. Israel ha demostrado una fuerza militar avasalladora en todos los escenarios en los que se ha desenvuelto desde octubre de 2023, siempre contando con el apoyo de EEUU, pero ha excedido con mucho las atribuciones que le otorga el derecho a la defensa y el concepto de agresión comedida. Lo que ejecuta desde hace meses en Gaza no es una guerra convencional, sino un proceso de arrase, de destrucción de la franja, sin importarle en lo más mínimo las consecuencias civiles. Es más, algunos de los miembros más extremistas del gabinete israelí parecen contentos con las muertes que ocasionan cada día, y les parecen pocas. Son declaraciones repugnantes.

Israel ha ganado la batalla militar en los frentes en los que ha actuado, pero con su actuación de estos meses ha perdido la legitimidad a ojos de la opinión pública internacional y de muchos de los gobiernos, especialmente los occidentales, que han sido sus tradicionales aliados. La única democracia de su entorno, rodeada de enemigos teocráticos islámicos que desean su destrucción, está cayendo en la trampa de ser socavada desde su interior por aquellos radicales que, empleando una creencia distinta, exponen argumentarios de superioridad peligrosamente similares a los islamistas a los que dicen convencer. Israel está fracasando, por culpa de su necio y extremista gobierno. Desgracia tras desgracia es lo que en ese mundo sucede desde el maldito siete de octubre de 2023.

jueves, mayo 22, 2025

Ejecución en Pozuelo

En las pelis pueden ser de muchos tipos, pero las escenas de sicariato se dividen, básicamente, en dos extremos. Por un lado, están las intensas, con música que atruena, disparos ruidosos y movimientos de cámara inestables, que dan una sensación de inmediatez enorme. Son acción pura y dura. Por otro están las silenciosas, tensas, que no intensas, en las que apenas suena algo, casi se siente la respiración de los protagonistas, los disparos pueden ser secos o silenciados, pero son el mayor ruido que se escucha en la escena. Juegan con anticipar al espectador lo que va a pasar y suelen ser muy efectivas.

El asesinato perpetrado ayer en Pozuelo demanda una escena de las del segundo tipo. Un barrio de ultralujo en un municipio de lujo en la corona metropolitana de Madrid, un colegio de élite y unos padres que llevan allí a sus hijos en unos coches que buen pudieran formar parte de un concesionario de alta gama situado en la milla de oro de Dubai. Dinero y discreción a raudales. Y tras dejar a sus hijas, cuando va a volver a su gigantesco Mercedes, dos o tres personas, hay dudas, se acercan por detrás a Andriy Portnov y le disparan, cayendo la víctima al suelo. En ese punto, uno de los atacantes le remata con un disparo en la cabeza. Trabajo efectuado, objetivo eliminado. Los autores salen de la escena del crimen, y a partir de aquí los testigos son confusos sobre cómo lo hacen y hacia qué parte de la inmensidad de la cercana casa de campo escapan. Lo cierto es que el trabajo es muy profesional, y que la víctima, sin duda, había sido seguida días antes para saber cuándo y cómo realizaba esa labor de llevar a sus hijas al colegio, el americano, donde la mayor parte de los clientes son extranjeros, pocos locales, todos con muchas posibilidades. Portnov era ucraniano, tomo parte del gobierno prorruso de Yanukovich, y perdió sus cargos cuando la revolución del Maidan hizo caer el régimen e instauró un poder en Kiev que no miraba a Europa, sino a occidente. Con el aspecto atemorizante que tienen muchos de esos hombres que provienen del este, Portnov tuvo acusaciones graves de haber perpetrado trabajos de represión contra opositores prooccidentales cuando estuvo en el gobierno y de mantener contactos con el crimen organizado tanto antes como después de su paso por el poder en Kiev. Estuvo durante un tiempo en la lista de personas sancionadas por la UE por su colaboración con Rusia y, creo, aunque dejó de figurar en ella, aún permanecía en registros similares del gobierno norteamericano. No era por tanto un personaje cualquiera, ni un simple sujeto grandote con mucha pasta, que también. Con estos antecedentes se abren dos principales hipótesis de trabajo para saber quién y por qué encargó el asesinato. Una es la vía política, en la que el actual gobierno de Kiev y sus servicios secretos ocupan los principales papeles de sospechosos. Quizá Portnov figurase en la lista interna que los espías de Zelensky poseen sobre personas odiosas que en el pasado les persiguieron, detectaron la presencia de Portnov en Madrid y decidieron ir a por él, decretando en un momento dado su ejecución, con un estilo de acción muy parecido al que desarrolla el kremlin cuando desea quitar de la circulación a quien no quiere ver más (los de Purin no sólo recurren a la táctica de arrojar a la gente por las ventanas). Un crimen político enmarcado dentro de la guerra de Ucrania. La otra vía es la del crimen organizado, con el que Portnov tenía conocidos vínculos. Quién sabe, unas deudas acumuladas, una traición, drogas, tráfico de personas, a saber cuál podría ser la causa que hubiera provocado la caída en desgracia de Portnov ante criminales de alto rango, que habrían optado también por la solución más expeditiva. En todo caso, una vía u otra actuaron con una precisión y frialdad llamativas. Y sí, de las que dan miedo.

Las escenas que se vivieron ayer a las afueras del colegio, en un entorno de diseño, eran surrealistas, con mensajes a los alumnos para que no salieran de las instalaciones, algunos padres volviendo deprisa a las mismas para tratar de sacar a los críos, y un cuerpo cubierto con una sábana junto a un Mercedes tamaño Panzer con todo el dispositivo imaginable de criminalística y medios de comunicación. Una escena de película, una ejecución a plena luz del día y, de momento, demasiadas preguntas sin respuesta.

miércoles, mayo 21, 2025

Nos mintieron sobre la salud de Biden

Este fin de semana se ha hecho público que, tras un chequeo, se le ha detectado a Biden un tumor prostático en estadio avanzado que ha generado metástasis ósea, sin que se sepa la extensión de ese daño. El pronóstico no es bueno, y menos dada la avanzada edad del paciente. El cáncer de próstata es algo que, pillado a tiempo, tiene muy buen pronóstico, pero como todas las enfermedades de este tipo, la tardanza en su detección supone una pérdida que puede ser letal en la lucha contra la enfermedad. Ahora Biden tendrá que enfrentarse a terapias que pueden incluir el tratamiento hormonal y la clásica dupla de quimio y radioterapia, en función del avance, posición del tumor y otras variables por el estilo.

Coincide esta noticia con la publicación de un libro de unos periodistas de EEUU sobre la salud de Biden y lo que sucedió el año pasado en el proceso de selección de candidatos a la presidencia por parte del partido demócrata. Resulta que lo que era obvio para todo el mundo y se negaba sin cesar por parte de la Casa Blanca era la triste realidad. La salud de Biden era mucho peor de lo que se decía en las fuentes oficiales, controladas por su equipo. El único objetivo de esas fuentes era ocultar el manifiesto deterioro a ojos vista de un presidente que estaba desorientado, débil, con un tono vital irregular y la sensación de estar dando tumbos en muchas ocasiones sin ser realmente consciente de dónde se encontraba. Las denuncias sobre su salud por parte de medios y de otro tipo de instituciones y personas eran tachadas como “bulos” por la Casa Blanca, donde las tácticas para ocultar lo inevitable llegaron a límites absurdos. Sin embargo, hubo un momento en verano del año pasado, antes del calamitoso debate, en el que las cosas se precipitaron, y fue en una recepción presidencial en la que, entre otros muchos, se encontraba el actor George Clooney, tan conocido por sus papeles como por su apoyo a los demócratas. En ese acto Biden y el actor se vieron, y el presidente no supo reconocerle. Al parecer la reacción del actor fue disimular en público, en una interpretación memorable, y caer en el pánico en privado al comprobar la incapacidad total de quien, por aquel entonces, seguía siendo el candidato presidencial a unas elecciones en las que Trump iba adquiriendo fuerza poco a poco. Después vino el debate previo al verano, y ahí se derrumbó todo, y el planeta entero pudo comprobar hasta qué punto el emperador Biden estaba desnudo. Desde que terminó aquel triste espectáculo televisivo los demócratas, y las fuentes oficiales, empezaron a admitir que Biden no estaba preparado para ser candidato, y el movimiento para desbancarlo se desató, entre críticas de su entorno más cercano, que veía con miedo cómo la caída del presidente supondría el fin de sus empleos e ingresos. El proceso de relevo demócrata, que debió producirse con al menos un año de antelación para dar consistencia a la candidatura, se hizo corriendo, deprisa y mal, se escogió a una mala candidata, Kamala, que, frente a un adversario nefasto y temible, Trump, partía con un hándicap considerable, y la derrota que sufrió en noviembre no supuso una gran sorpresa. Todo lo relacionado con la sucesión de un Biden que debió ver todo el tiempo su presidencia como una provisionalidad destinada a crear un candidato fuerte que arrumbase el proyecto trumpista resulta, con lo ahora conocido, la historia de un fracaso y un fraude. Al final, como sucede en no pocas ocasiones, el bulo sobre la salud del presidente era el propagado por las fuentes oficiales, lo que también hace un flaco favor a los que denuncian los bulos reales, valga la expresión, que se propagan por las redes y alienta los conspiranoicos de todo tipo, que ven en esta historia una confirmación de sus paranoias y pueden sacar un cartel grandote con un “Ves, te lo dije” que hiere profundamente, porque en este caso llevaban razón.

En general, lo sucedido en torno a la salud de Biden es una muestra más del deterioro de los equipos que trabajan por y para las personas con poder, en la política y fuera de ella, que han degenerado en un grupo de pelotas sin freno incapaces de decir al gran superior verdad alguna sobre lo que sucede a riesgo de perder su puesto, empleo y privilegios. El peloteo garantiza nóminas y estatus, al menos durante el tiempo en el que el gran superior permanece en el cargo, y eso, la permanencia, es el objetivo último de ese presunto líder y de los que le rodean. Un círculo vicioso de incentivos perversos que acaban creando desastres sin fin. Y no me negarán que el del final de Biden, con la llegada de Trump, lo es, y de dimensiones colosales.

martes, mayo 20, 2025

Comuniones

Este domingo tuvieron lugar las comuniones en Elorrio, en una única ceremonia en la que todos los niños y niñas fueron agrupados. Esta vez han sido doce los participantes en el sacramento, lo que dadas las dimensiones del pueblo y los tiempos que corren no me parece un mal número. Salió un día radiante, de auténtico verano, el primero del año en el que se alcanzaron los treinta grados y que, pese a las previsiones, no tuvo un reverso tormentoso por la tarde. No, el buen tiempo aguantó toda la jornada, lo que supuso una alegría añadida a críos y familias, que pudieron festejar de manera completa la jornada sin preocuparse por lo que pudiera caer del cielo. Ya llovió ayer, pero no el domingo.

A la vez que se celebraba la ceremonia en Elorrio, en el Vaticano tenía lugar la llamada misa de entronización de León XIV, y es que un Papa es un rey absoluto en el Vaticano como estado y en la iglesia como institución, y era ese día en el que tenía lugar algo parecido a una coronación, con todas las distancias que ustedes quieran tener, pero con el mismo significado. El Papa es la cúspide de la iglesia y esos críos de Elorrio su base, y entre medias, todo un mundo sometido a una crisis profunda. Mientras asistía a la misa en Elorrio, con una audiencia mucho mayor de la habitual, fruto de las familias y allegados que se habían reunido para la celebración, no dejaba de pensar en si lo que estaba presenciando tenía futuro o no. Esos críos han visto, por ahora, una cara de la iglesia asociada a lo festivo, a lo celebrante, no mucho al trabajo y sacrificio, y menos a la hipocresía, que es lo que los adultos descubrimos con el tiempo en casi todas partes, no sólo en los templos. ¿Cuántos de esos críos mantendrán una cierta vinculación con el mundo de la fe en el futuro? Ya en la ceremonia se comentó que el acto que se celebraba no era el final de la carrera de la fe, sino una etapa que debía ser sucedida por otras ¿Se apuntarán muchos a confirmación? ¿Alguno la hará? Dentro de, pongamos, dos décadas, ¿cuántos de ellos pisarán la iglesia más allá de algunos actos formales, como bodas o funerales? La pompa del Vaticano contrastaba notablemente con el fondo de una creencia que se ha debilitado notablemente en la sociedad. Sí, sigue habiendo creyentes, y algunos muy convencidos, pero el catolicismo está en retroceso en nuestra sociedad. Nadie lo diría viendo las masas que se han congregado recientemente en la Semana Santa, tanto en lo que hace a cofrades como a espectadores, pero eso lo asocio más a costumbres locales y a un cierto componente de folclore que a religión entendida como tal, como fe en la trascendencia. El número de sacramentos impartidos se ha derrumbado, los bautizos, comuniones, confirmaciones y bodas sean cada vez más escasos, y ahí se ha juntado tanto el proceso de descreencia como el del derrumbe de la natalidad. La inmigración creciente, en toda Europa, no tiene un anclaje religioso equivalente al del territorio que le acoge. Si em apuran, en España, somos la excepción dada la prevalencia católica de muchos de los latinoamericanos que llegan a nuestro país, pero entre ellos también han crecido con fuerza los componentes evangélicos, y el proceso de secularización a medida que sus vidas prosperan en lo material. ¿Es la religión algo del pasado? No, no lo es, porque el sentido de la trascendencia que les comentaba sigue anidando en el interior de cada uno de nosotros, y periódicamente reclama respuestas que no somos capaces de darle. La vida moderna, cada vez más ocupada y compleja, con absurdos crecientes, ha quitado mucho del espacio que antes era ocupado por el rito religioso, tanto en los horarios como en la mente. Y es evidente que la religión, tal y como era entendida en el pasado, no es capaz de dar las respuestas necesarias a gran parte de la población que, en el ocio y el disfrute, ha encontrado una manera de acallar sus miedos interiores. Para muchos es efectiva, no para todos. ¿Es ese, el disfrute hedonista, el pensamiento religioso de nuestro tiempo? Un observador ajeno seguramente concluiría que sí, dado el peso que le otorgamos en nuestro día a día y en la planificación futura de todos nuestros actos.

El nuevo Papa, como cabeza de la iglesia, tiene muchos retos, algunos mundanos, pero todos ellos importantes. El que más, creo, es lograr que la institución que preside sobreviva a la modernidad, y no se si se conoce la receta para ello. En Europa, al menos, el sentimiento religioso católico practicante puede ser superado en breve por el del rito musulmán, que crece con fuerza. El riesgo de que las iglesias y templos acaben siendo lugares de museo, en el mejor de los casos, cuando no espacios olvidados y sometidos a la decadencia, es real, y la iglesia debe plantearse qué debe hacer para reconectar con una sociedad que no la ve como uno de sus pilares. ¿Cuántos niños harán la primera comunión en unos años?

viernes, mayo 16, 2025

Desprecios rusos

La chulería con la que Rusia actúa en todo lo relacionado con Ucrania sólo es comparable a la crueldad con la que se desarrollan sus acciones sobre el terreno de ese invadido país. El fin de semana pasado, tras una visita de los mandatarios de Reino Unido, Francia, Polonia y Alemania a Kiev, los cuatro acordaron exigir un alto el fuego inmediato de treinta días y la reanudación de conversaciones al más alto nivel entre Rusia y Ucrania. No les voy a engañar, que países europeos exijan algo a Rusia me pareció caso enternecedor, porque carecemos de cualquier tipo de poder disuasorio que sea capaz de amedrentar al tirano moscovita. Pero bueno, las declaraciones se hicieron. Y se esperó a ver qué efecto tenían.

Pocas horas después, en una comparecencia ante la prensa a horas intempestivas, Putin afirmaba que aceptaba la propuesta de reunirse con Zelensky, nombrando a Estambul como lugar neutral para ese encuentro. Este anuncio fue recibido con alborozo en muchos medios, especialmente los próximos al putinismo, y con recelo en casi todos los demás, por la sospecha de que estuviéramos ante un movimiento realmente sincero del kremlin en la búsqueda de un alto el fuego, aunque fuera parcial. Dejó claro el dictador que, eso sí, de tregua de treinta días nada de nada, que sus operaciones militares continuarían como estaba previsto. A lo largo de la semana se fue calentando el ambiente ante el posible cara a cara de Putin y Zelensky, una vez que el mandatario ucraniano dejó claro que él sí acudiría a Estambul. Incluso Trump, de gira en busca de negocios y corruptelas por las monarquías del golfo, anunció que, de darse la imagen de ambos contendientes juntos en torno a una mesa, ahí acudiría. Finalmente, como reza el dicho, vísperas de mucho, día de nada. Zelensky llegó a Estambul el miércoles ante el encuentro previsto el jueves, y ya ayer se confirmó por parte de Rusia que Putin no acudiría a la cita, pero es que ni si quiera Lavrov, su ministro de exteriores, se iba a molestar en presentarse. No, no, Rusia manda una delegación de tercer nivel, encabezada por un señor semi desconocido al que se le atribuye la reescritura de los libros de texto rusos para que los niños rusos aprendan bien las mentiras que el kremlin propaga respecto a la invasión ucraniana. Afirma el entorno de Putin que esta delegación tiene poderes absolutos para negociar, pero eso es algo que nadie se cree. Además de este evidente signo de desprecio, ayer se sucedieron las declaraciones de portavoces del Kremlin cuyo único fin era el de insultar, no metafóricamente, a Zelensky, tachándole de payaso, ridículo, prepotente y toda una serie de agravios dirigidos a ridiculizar la posición ucraniana. Con estos antecedentes nadie tiene claro si hoy se va a producir algún tipo de encuentro entre delegaciones de ambas naciones y, de darse, si va a servir para algo más que para cruzarse insultos. El suflé abultado que se había organizado a principios de semana respecto a este encuentro ha acabado casi en la nada, y con la sensación colectiva de que Putin ha manejado los tiempos, ha ganado algunos días y, ante los suyos, se ha mostrado dialogante frente a la intransigencia de un Zelensky que no admite esa paz que conlleva la claudicación ante las tropas rusas. El último en sumarse al fracaso de la iniciativa ha sido Trump y los suyos. Marco Rubio, el secretario de estado, ya ha comentado que tiene muy pocas esperanzas en este encuentro, devaluándolo al máximo, y el propio Trump ha dicho que hasta que él y Putin se junten no habrá solución a la guerra, dejando claro que el papel de Ucrania en este asunto sigue siendo el de acatar lo que las dos potencias decidan, dado que su voluntad como nación no existe para el asesino que la ha invadido y, desgracia, tampoco para el ahora presidente de la gran potencia global y líder de occidente, que ha sido el principal apoyo de los ucranianos durante estos ya más de tres años de invasión.

Más allá de farsas diplomáticas, en el terreno continúan los avances rusos, a una velocidad mínima y un coste disparado, más para ellos, pero también para los ucranianos. La guerra se cobra cientos de bajas al día, entre muertos y heridos, y el destrozo en las zonas disputadas es total. Si el escenario se mantiene como hasta ahora, y Ucrania no recibe la ayuda militar occidental, es muy difícil que con sus propios recursos humanos y materiales pueda sostener el combate. A ese juego de dilación y desangrado se dedica el maldito Putin, para quien los ucranianos importan tanto como sus propias tropas. Nada. Y Trump, para nuestra desgracia, haciéndole el juego.

Subo a Elorrio este fin de semana y me cojo el lunes. Nos leemos el martes 20. Pásenlo bien

miércoles, mayo 14, 2025

Mensajes soeces

Si recuerdan, allá por 2018, el clamor contra la corrupción política era generalizado, y justificado. La sentencia de un tribunal que condenaba al PP por alguna de las ramas de la trama Gürtel fue la espoleta que disparó la moción de censura que llevó a Sánchez al poder, en medio de constantes mensajes de regeneración y limpieza, que eran proclamados a los cuatro vientos por el entonces ya investido presidente, su lugarteniente Ábalos y lo que luego se ha dado en llamar el equipo de opinión sincronizada, el conjunto de medios que vive gracias a lo que el gobierno les da a cambio de que digan, claro, lo que el gobierno les da.

El macarrismo en las formas de Sánchez parecía contrastar con el fondo de su discurso, pero en poco tiempo se vio que el personaje era uno de los mayores trileros de la historia política moderna en España, y que no iba a dudar en nada con tal de mantenerse en el poder, fueran cuales fuesen los pactos a los que llegara y lo que tuviera que prometer. Al poco se comprobó que su palabra nada valía, tanto por la velocidad a la que se desdecía de ella como por los compromisos que juraba cumplir y que, en instantes, pasaban a ser textos matizables. En cierto sentido, con unas formas mejores, eso sí, Sánchez ha sido uno de los mayores trumpistas de nuestro tiempo, dada su capacidad de perversión del sistema con el único objetivo de aprovecharse de él para seguir en el poder. Quién sí que ha cumplido todos los cánones del trumpismo, en fondo y forma, es Ábalos, un sujeto que está reclamando a gritos una gran novela que, inspirada en sus andanzas y corruptelas, retrate la España moderna, digital y, la vez, casposa y putera, una mezcla algo bizarra, pero fiel ante un sujeto que se erige como el auténtico definidor de la época política que hemos vivido estos años, y que parece que se encamina hacia su ocaso sepultada por su propia mugre. Sánchez ponía la cara bonita, muy bonita en ocasiones, y Ábalos era su reverso para hacer lo que fuera necesario. Da igual si estábamos ante miembros de la oposición o compañeros de partido. El “yo” de Sánchez es absoluto, sólo él importa, y los demás no son sino piezas intercambiables que pueden y deben sacrificarse si no muestran ante el poder que encarna el presidente la pleitesía debida. Es lamentable, sí, pero tampoco supone una gran novedad en los usos políticos desde que esa especialidad de las relaciones humanas existe. La vida, no nos engañemos, se parece mucho más a “House of cards” que al “Ala Oeste de la Casa Blanca” y Sánchez ejemplifica lo peor de muchos de los peores comportamientos que se dan en los aledaños del poder. Su figura interesa a los historiadores en el futuro como ejemplo de hasta qué punto la nada llego a semejante grado de influencia y control de la sociedad, pero a mi me interesa más Ábalos, el muñidor, el fontanero, el que hacía el trabajo sucio, el que ejercía las labores que le requería su jefe para deshacerse de los problemas que surgían. Al frente de un equipo en el que Koldo y otro tipo de sujetos sacados de una mala película de gánster ejercía su labor por los despachos oficiales sin ningún tipo de control ni recato, Ábalos era capaz de mantener una vida institucional para cierta parte de la sociedad, llevar un tren de vida personal y sexual digno de un campeón de la más desatada fiesta ibicenca y, todo ello a la vez, realizar todas las maniobras en la sombra que sean requeridas por parte de Sánchez para mantener el control del partido y el gobierno. Sánchez odia a un líder regional porque no acata sus indecentes pactos, Sánchez recurre a Ábalos y, entre Jésica y Miss Asturias, el ministro secretario general del partido se encarga de que el barón díscolo se calle mediante todo tipo de diatribas, amenazas, insultos y cosas similares, con un estilo tabernario de baja estofa propio no ya de una película de Berlanga, sino de una mala copia de Torrente. Así funcionaban las cosas, eso era la regeneración prometida.

Los mensajes que ahora estamos conociendo, me apuesto casi todo a que filtrados por el entorno de Ábalos para dejar claro lo que debe hacer el PSOE para mantener calladito y no atacarle, sólo aportan algo de salsa a un plato cuya receta estaba clara, y muestra las intimidades de unos sujetos vacíos, cutres, carentes de cualquier atractivo. En general la vida de privada de cada uno de nosotros apenas aguantaría unos minutos de detallado escrutinio público, y en el caso de los políticos, que son parte de nuestra sociedad, y cada vez un estrato más representativo de sus carencias, al tercer mensaje se convierten en algo que, sobre todo, genera vergüenza ajena sin límite. Es lo que hay, es lo que tenemos. Es lo que somos.

Mañana es fiesta en Madrid, así que nos leemos el viernes, salvo sorpresa.

martes, mayo 13, 2025

China gana el pulso arancelario a Trump

No son pocos los parecidos entre Trump y Sánchez. Uno de ellos es que ambos aciertan cuando rectifican. Los daños que la insensata política de Sánchez puede crear a España son enormes, pero ni él ni nosotros pintamos mucho, siendo generosos, en el mundo. Trump sí, y sus decisiones causan efectos globales, por lo que revertirlas supone una ganancia para todos, empezando por su desdichado país, que está sometido al arbitrio de uno de sus mayores enemigos, y que no cesa en causarle todo el daño imaginable. Y no, en el color de la piel no se asemejan ambos incompetentes líderes.

Ayer las bolsas de medio mundo, especialmente las norteamericanas, festejaron con grandes alzas el anuncio de un principio de acuerdo, temporal, entre China y EEUU, por el que ambos países se daban un plazo de noventa días para negociar y, de momento, reducían sus aranceles mutuos hasta el 30% de los norteamericanos y el 10% de los chinos, bajando casi hasta la nada desde los 145% y 125% respectivamente a los que habían escalado tras el inicio de la guerra comercial trumpista. Aunque no lo quiera reconocer, ayer EEUU admitía la derrota de su estrategia, una estrategia por otra parte estúpida, y claudicaba ante el gigante chino, a sabiendas de que, tal y como estaban las cosas, era Norteamérica la que iba a acabar perdiendo mucho más. Con los aranceles puestos a los disparatados niveles a los que habían llegado, en la práctica, se hacía imposible el comercio entre ambas naciones, y era una manera de bloquear por completo los intercambios. China perdía uno de sus mayores mercados de exportación y EEUU al mayor fabricante de muchas de las cosas que demandan sus consumidores y empresas. El flujo de barcos portacontenedores que salen de las costas chinas rumbo al pacífico californiano ya había empezado a reducirse drásticamente, y se esperaba que para esta semana se empezasen a notar ya en grandes puertos, como el de Los Ángeles, un derrumbe en la recepción de mercancías chinas y, con ello, desabastecimientos y disparos de precios. En el pulso mantenido entre ambas potencias las dos iban a perder, pero se veía claramente que más EEUU, sus consumidores, que China, sus productores. De paso, el resto del mundo también iba a verse perjudicado por este movimiento entre los gigantes, dado que es imposible mantenerse al margen de las consecuencias de semejante envite. Todo analista con dos dedos de frente denunciaba la irracionalidad de las medidas norteamericanas, que sí existe un problema de déficit crónico entre la balanza comercial de ambos países, siempre en beneficio de China, pero que ese es un problema mucho más profundo que una mera diferencia entre importaciones y exportaciones, y que los aranceles no sirven para nada ante él. La profesión económica lleva escandalizada desde que Trump puso sus manazas en el gobierno y no ha dejado de tomar decisiones irracionales, estúpidas y lesivas, tanto para los intereses de EEUU como para los de sus aliados. Si en el plano económico la noticia de ayer es un alivio, en el geopolítico es todo un aviso de lo que ha cambiado el mundo. El poder de EEUU es grande, sigue siendo el país determinante, pero su capacidad de maniobra no es absoluta, ni mucho menos. En un mundo interdependiente decisiones como las que ha alentado Trump causan unos dolores inmensos en la cesta de la compra del ciudadano de a pie, que acude a su supermercado o tienda de lo que sea para hacerse con unos productos que son el último eslabón de la inmensa cadena logística global que permite que todos podamos comprar casi de todo y casi en cualquier momento. Es casi un milagro, fruto de la economía de mercado global, a la que no le agradecemos lo suficiente los inmensos servicios que nos presta. Romper esa estructura es destruir fuentes de riqueza y, sí, también, bienestar, a lo largo y ancho del mundo.

China se ha enfrentado a EEUU, vio el órdago del marrullero Trump y lo replicó, y le ha obligado a sentarse en una mesa y aceptar su derrota. Es muy interesante. Este fin de semana se ha constatado que la superpotencia china, con todos sus problemas, que los tiene, ya trata de igual a igual a unos EEUU que siguen a la deriva en manos de su inepto gestor. Como lección geopolítica global no tiene precio lo que acaba de suceder. El imperio americano, henchido de orgullo por boca de un inmenso fanfarrón, humillado por el partido comunista chino en alianza con los mercados globales. Todo un espectáculo digno del mejor Hollywood. Si los americanos son listos, por ese lado audiovisual pueden acabar sacándole partido.

lunes, mayo 12, 2025

Armisticio entre India y Pakistán

Trump ha tenido un fin de semana intenso. En uno de los mensajes colgados en su red social anunció el sábado, por sorpresa, que India y Pakistán habían alcanzado un acuerdo para cesar en sus hostilidades, una tregua que paraba la escalada militar que se vivía en la zona. Lo hizo sin que no Delhi ni Karachi anunciaran nada por su parte, pero con el paso de las horas se pudo ver que, en efecto, el conflicto remitía. Entre acusaciones mutuas de haberlo violado, el alto el fuego se mantuvo el sábado y ayer domingo tampoco hubo escaramuzas significativas ni en la frontera ni en la disputada zona de Cachemira. Por ahora, el conato de guerra se contiene.

Lo cierto es que, desde el inicio de la operación Sindoor, lanzada por el gobierno indio, la escalada militar que se ha vivido en la región ha sido de las más intensas (y peligrosas) de los últimos años. La anunciada respuesta hindú consistió en un ataque combinado de drones, cohetes y aviones de combate, con muy poca presencia de tropas terrestres, con el objetivo de golpear tanto las infraestructuras terroristas pro pakistanís que se encontraban en la zona de Cachemira como posiciones militares ya en el interior de la propia Pakistán. La información que ha llegado de lo sucedido es confusa, como era de esperar, pero parece que el movimiento hindú ha sido de gran intensidad y efecto, y ha llegado a golpear algunas de las instalaciones pakistaníes relacionadas con el armamento nuclear que posee el país. En efecto, hay pruebas, que parecen fiables, que muestran daños significativos en naves industriales que se encuentran en las proximidades de algunos de los lugares desde los que Islamabad acumula su arsenal nuclear. De hecho, el acierto hindú en la búsqueda de estos objetivos parece que fue lo que puso muy nervioso al departamento de estado de EEUU, porque veía como lo que parecía una guerra regional acotada podía escalar a alta velocidad hacia algo mucho más serio en el caso de que Pakistán interpretase que su capacidad de disuasión nuclear había sido afectada. Con estas cosas no se juega, y el miedo ha sido el catalizador que ha forzado a la actualmente necia Casa Blanca a intervenir, buscando un alto el fuego que llevara a males mayores. Las fuentes indias hablan de algo más de un centenar de militares y terroristas pakistaníes muertos por sus ataques y de una decena de bases de entrenamiento seriamente dañadas, en lo que consideran un significativo golpe de castigo. Pakistán también afirma haber causado daños y bajas significativas a su vecino, aunque por la información que ha ido trascendiendo, confusa, sí parece que Delhi ha golpeado con más fuerza que Islamabad. Ambos contendientes han conseguido abatir algún avión enemigo y han mostrado poseer cohetes de precisión y drones atacantes efectivos, reiterando nuevamente la evolución de las tácticas de guerra militar que se han visto desde hace ya algunos años en Ucrania, con la presencia masiva de los drones para casi todo y la letalidad que ofrecen los sistemas de disparo de precisión, armas que son capaces de alcanzar sus objetivos de una manera tan quirúrgica como letal, creando un daño enorme para el bando que recibe sus impactos y no es capaz de neutralizarlos. Por su mayor tamaño en todos los sentidos, las capacidades militares indias son superiores a las pakistaníes, pero también, como se ha publicado estos días, su ejército acumula una amalgama de muy distintos fabricantes y orígenes, mientras que el pakistaní ha acabado más centrado en el aprovisionamiento de tecnología china, por lo que logísticamente lo tiene mejor para emprender operaciones de cualquier tipo. Ambos partieron en su momento de tecnología y plataformas soviéticas, pero sus capacidades de hoy en día están muy distanciadas de lo que, por ejemplo, muestra la Rusia de Putin, tanto en forma como en fondo. En estos días han dado una muestra de guerra moderna sin pisar el terreno opuesto, basada en lo que se denomina el intercambio de salvas.

¿Es este el fin de la crisis? Probablemente no, pero sí el punto álgido de tensión por el momento. Si las cosas son como parecen, India ha podido ser capaz de meter disuasión, miedo, a Pakistán, por la capacidad estratégica de sus ataques, y eso puede hacer que no se produzcan respuestas informales desde Islamabad en Cachemira por un tiempo. Obviamente ambas capitales presumen de haber sido las que han causado más bajas a su enemigo, pero, con las salvedades necesarias dada la confusión, parece que India ha ganado este asalto. No es probable una alteración de los equilibrios regionales, pero Delhi ha enseñado mucho músculo, y parece haber causado el miedo que buscaba.

viernes, mayo 09, 2025

Robert Prevost, Papa León XIV

Es un chiste fácil decir que el Prevost estaba destinado a ser un preboste, y finalmente así ha sido, al ser elegido Papa en el cónclave tras la que, se supone, ha sido la cuarta votación (como mucho la quinta). Los quinielistas y demás expertos daban por casi segura la victoria del secretario de estado Parolin en el caso de un cónclave rápido, y el resultado final ha dejado a todos bastante sorprendidos, porque Prevost no era un desconocido, pero no figuraba como papable en casi ninguna apuesta. En general hubo sorpresa ayer al conocerse la persona señalada para regir la iglesia a partir de ahora. Su candidatura se pagaría muy bien en las casas de apuestas.

Se ha destacado mucho de él que es norteamericano, lo que le convierte en el segundo Papa del continente americano, tras Bergoglio, y que tiene un perfil misionero y similar en bastantes aspectos al de su antecesor. Se ha resaltado también su pertenencia a una congregación, la de los agustinos, su perfil técnico, al poseer un título en matemáticas, algo no muy habitual entre los pertenecientes a la jerarquía católica, y que es un nacido en Chicago de padre francés y madre española, poseyendo también la nacionalidad peruana, donde ha ejercido un montón de años como misionero. Todos los medios recalcan los retos a los que debe hacer frente, con las finanzas vaticanas, la gestión de los abusos y la división eclesial como grandes asuntos, pero creo que Prevost, como sus antecesores, tiene un reto mucho mayo por delante que, en el fondo, es el causante de muchos de los problemas que aquejan a la iglesia, que es el de la pérdida de la fe en la religión. En occidente, con la siempre mencionada excepción de EEUU, aunque también allí a la baja, el proceso de descreimiento de la población es acelerado y, en algunos casos, total. Para varias naciones la fe es algo secundario, que ha quedado relegado a tradiciones folclóricas como es el caso de las procesiones de Semana Santa en España, pero que no representa un pilar en el comportamiento de los individuos que conforman la nación. La creencia en Dios, y el sometimiento a religiones estructuradas como el catolicismo hace aguas en toda Europa y parte del mundo, siendo esa fe sustituida, en muchos casos, por disfrute hedonista de corto plazo y poco más. No se si esto es bueno o malo, pero sí que lo es, que existe, y que la iglesia y sus estructuras son cosas que, en muchos lugares, ofrecen una imagen de decadencia casi imparable. La falta de vocaciones agudiza una crisis enorme a la hora de relevar cargos, ministerios sacerdotales o, no digamos, congregaciones monásticas. Es en Latinoamérica y Asia donde la religión católica aún encuentra un mercado floreciente, pero con la constante presión de los evangélicos, que ofrecen un mensaje de mayor volumen y, parece, atractivo en algunos casos. La disputa por las creencias en esas zonas es grande, y la iglesia de Roma hace tiempo que sabe que su futuro vendrá de lo que se pueda decidir en esas regiones, no de una Europa decrépita en la que pierde fieles, donativos, presencia y poder, esto último de manera mucho más acelerada. Los escándalos vinculados a la organización eclesial, tanto los sexuales como los económicos, le han hecho un daño enorme, y pese a que son desgracias que se dan en cualquier otro ámbito de la sociedad, es obvio que una institución que pregona el amor y la fe en un Jesus evangélico sea doblemente castigada por el hecho de cometer semejantes delitos y pecados. La sensación de impunidad de algunos jerarcas, su vivencia fuera de la realidad, el creer que la sociedad no se ha transformado, ha hecho que muchos de estos graves errores no sean atajados como es debido, y han acelerado aún más el proceso de descreencia que antes señalaba.

Prevost, como León XIV, tiene un enorme reto por delante, y es muy probable que no sea capaz de hacerle frente por completo. La verdad es que no se muy bien cómo se puede lograr semejante objetivo. Acudiendo a la teoría de Javier Gomá, el ejemplo funciona, y el Papa, y la iglesia, sólo podrán convencer a la sociedad de que crean en ellos si muestran actitudes evangélicas. Actitudes de bondad, de piedad, de entrega y compromiso. Aunque pueda ser similar a Francisco en su discurso, León XIV es bastante más reservado en las formas y parece mucho más tímido, discreto. No es argentino. Va a necesitar suerte y mucho apoyo.

jueves, mayo 08, 2025

Powell se pone nervioso

Ayer, en el extraño mundo en el que vivimos, sucedieron dos cosas de acuerdo con lo que era previsible, lo que en sí mismo es noticioso. Hubo fumata negra en la primera votación del cónclave y Powell no tocó los tipos de interés en EEUU. Respecto a lo primero, como a partir de hoy empiezan las votaciones relevantes, ya habrá tiempo para comentar cosas, y no, no se quién va a ser el elegido. Sobre lo segundo, la presión sobre la FED para que baje los tipos ha ido aumentando por parte de Trump a intervalos, a veces de manera grosera, como es él, en otras sibilina. En todo caso, es una de las obsesiones del magnate naranja.

¿Por qué? Para ahorrarse dinero en el pago de intereses de la descomunal y creciente deuda norteamericana, cuyo monto no deja de aumentar, a la vez que lo hace la factura de su servicio. Una de las maneras de contener ese gasto infinito es tener tipos bajos, de tal manera que las emisiones de deuda que suplen las caducadas salen más baratas, y el pago de intereses se reduce. Pero claro, Powell, que es quien, junto con el resto del consejo de la FED, decide sobre los tipos, tiene otros muchos puntos de vista a los que atender, y de momento la situación, gracias a Trump, se le está complicando. Desde la FED habían logrado contener la espiral inflacionista post Covid, causada no tanto por inundación monetaria como por sobredemanda que estaba retenida tras el confinamiento, sin llevar a EEUU a la recesión. Más bien todo lo contrario, las cifras macro de la economía norteamericana eran espectaculares en crecimiento y creación de empleo, aunque eso se notase de manera dispar en la vida de los ciudadanos de aquel país. Pues bien, la llegada de Trump al poder y su disparatada política económica, con los aranceles de fondo, han trastocado el escenario. Ahora los estudiosos ven en el horizonte un doble peligro, que es nefasto. El de un crecimiento que se reduzca hasta la nada, incluso con elevada probabilidad de recesión, y unos precios al alza motivados por el encarecimiento de las importaciones, de las que la economía norteamericana es muy dependiente. Este doble negativo de ausencia de crecimiento y subida de precios ya se dio en los años setenta, por otras causas, y hubo que buscar un nombre para definirlo, porque no existía. Acabo denominándose estanflación, y sí, es tan feo como suena. Es, por así decirlo, el peor de los mundos. En ese escenario la autoridad monetaria, cuya principal labor es controlar los precios, está forzada a mantener tipos altos, pero se encuentra con que puede frenar aún más una actividad económica que es débil, o contractiva. Powell sabe que ese escenario es una pesadilla y reza para que no se produzca. En su comparecencia de ayer dijo temerlo, de una manera un tanto velada, refiriéndose a que las tensiones de los precios crecen y la actividad económica parece reducirse, y dejó claro que seguirá siendo datadependiente, de tal manera que irá observando con mucho cuidado cada dato que surja para poder tomar decisiones. La trayectoria previsible de la autoridad monetaria en el mantenimiento de los precios, esa que ha permitido anclar las expectativas inflacionarias en occidente y nos ha salvado de muchas incertidumbres, empieza a no serlo tanto, y eso es, objetivamente, malo. Si la evolución de la actividad es más negativa que la subida de precios, Powell puede tener margen para en julio, siguiente reunión del FED, bajar algo los tipos. Si, por el contrario, los precios remontan más rápido que la respuesta negativa del PIB, las bajadas de tipos serán un sueño e, incluso, mantenerlos se pondrá difícil.

Un factor que puede aliviar momentáneamente las tensiones inflacionarias, y que a nosotros también nos vienen bien, es la bajada del precio del petróleo, de tal manera que el coste energético de nuestras economías se reduce. En parte, cae su precio porque los productores no frenan su extracción y por el mismo temor a que se produzca una reducción del crecimiento económico, siendo en parte un indicador adelantado de posibles futuras recesiones. Si eso sirve para aliviar los posibles incrementos de costes derivados de los condenados aranceles, bienvenido sea. En todo caso, la FED, y el resto de las autoridades económicas, con el BCE a la cabeza, están cada vez más nerviosas. Y no les faltan motivos.

miércoles, mayo 07, 2025

Merz, un canciller debilitado

Ayer tuvo lugar el cónclave, por usar una metáfora apropiada al momento, del parlamento alemán, sesión de investidura para escoger al canciller federal. La previsión era que, tras el acuerdo firmado entre los conservadores y socialdemócratas, la elección de Merz sería poco más de un trámite, y lo sucedido hizo que el guion se cumpliera en el fondo, pero no en la forma. Sí, Merz salió elegido, pero en la segunda vuelta, tras una sorprendente primera votación en la que alguien que debía votar que sí no lo hizo, y propició la derrota del candidato. El voto allí para esa sesión es secreto, por lo que no se sabe quienes alteraron su compromiso, pero se supone que serán del SPD.

Lo que pasó ayer muestra que, aunque Alemania tiene nuevo gobierno, nace con debilidad manifiesta, y eso ya es una mala noticia para una UE sumida en problemas existenciales. Tras la marcha del Reino Unido, los cuatro grandes países de la unión afrontan serios problemas internos que lastran el proyecto compartido. Italia y España, naciones de segunda, no pintan mucho (bueno, nosotros ni existimos en la práctica) y son Francia y Alemania las que deciden, impulsan y dan consistencia a la Unión. En Francia sigue la división interna en la sociedad, y el gobierno del primer ministro hace poca cosa porque su apoyo parlamentario es el que es, y sólo la figura de Macron, un presidente que, constitucionalmente, es un monarca poderoso, logra que el país tenga una representatividad internacional, que de hecho es mucho mayor de la que sus propias capacidades le otorgan. En Alemania la situación es algo mejor tras el acuerdo de gran coalición, pero los retos son enormes, y lo que pasó ayer me da mala espina. En economía Merz tiene a un país anclado en el estancamiento, sometido a grandes costes energéticos, golpeado por la competitividad de los productos tecnológicos chinos (los coches, sin ir más lejos) y recibiendo palos constantes de las decisiones arancelarias de Trump. Todo está confabulado contra el diseño de la actual estructura económica alemana, y así van los datos, con un país que no crece desde el Covid y presenta grietas profundas en muchos de sus sectores estratégicos. La necesidad de reformas es imperiosa, tanto para modernizar algunos aspectos de la nación, lo que significa grandes inversiones, como para alentar el desarrollo económico, fomentando la competitividad, como para espolear sectores punteros que en el tiempo presente son de primera necesidad, como todo lo que tiene que ver con defensa. Mer debe organizar una política económica de gasto público expansivo en ciertos aspectos y liberal desregulatoria en otros, lo que le va a complicar mucho sus apoyos. Si bien para lo primero es probable que no tenga muchas dificultades, lo segundo va a suponer rebeliones en el apoyo parlamentario, como la vista ya ayer, por lo que es probable que gran parte del programa liberal que llevaba como mantra en su campaña naufrague a la hora de traducirlo en normas federales. Eso será malo para una Alemania que necesita el crecimiento como aire para respirar. En parte, no sólo por ello, pero sí muy influenciada, el auge que vive el movimiento extremista AfD, al que las encuestas ya sitúan como primera formación en intención de voto, se da en una nación en la que el orgullo económico de antaño se muestra herido, y con una ciudadanía que ve como los salarios crecen menos que los precios y que la senda de prosperidad creciente que ha caracterizado décadas y décadas en el país parece haberse topado contra un muro. El mundo se ha complicado mucho, y la estrategia alemana de tejer alianzas comerciales fiables con socios de todo tipo para tratar de sacar margen gracias a sus empresas punteras choca frente a un escenario de partición, de bloques, de recelos entre grandes potencias. Alemania carece de poder duro, de influencia geopolítica, su atractivo es su tecnología, sus marcas, su industria, su fiabilidad, y eso, en los tiempos actuales, no basta.

La alternativa sencilla que algunos han propuesto, derivar el esfuerzo del complejo automovilístico hacia el militar, no es tan sencilla como suena, porque son sectores de requerimientos muy distintos y de mercados opuestos (de hecho, lo militar no tiene “mercado” porque son los estados los que lo demandan y pagan con el presupuesto, no los ciudadanos o empresas). Vamos a ver lo que sucede, pero para el desarrollo y estabilidad de la UE es condición necesaria que Alemania funcione bien. Ojalá sean capaces de enderezarla.

martes, mayo 06, 2025

Un mal tren de vida

Últimamente coger un tren en España es una de las experiencias más intensas que uno puede llevar a cabo en su vida. El barranquismo, puenting y otro tipo de deportes extremos han sido superados por la total incertidumbre de llegar a una estación y descubrir qué pasará con los horarios del viaje programado. O aún peor, acabar conociendo desconocidos páramos de la geografía nacional en los que, por azar, el convoy ha quedado detenido tras el enésimo incidente, sin tener ni la más remota idea de cuándo ni cómo se acabará saliendo de ese lugar, que tiene su cierto encanto para verlo de paso, o incluso para pasar una tarde de asueto, pero en un viaje previsto, no en una parada prolongada, inesperada y sin plazo de finalización.

Maña suerte, averías, negligencias, sabotajes, todo lo imaginado parece conspirar para convertir a nuestra red ferroviaria en un agujero negro que se traga viajeros y horarios a una velocidad realmente fantástica, pero que los suelta a cuentagotas tras retrasos infinitos. La diversidad de causas que están detrás de estos desastres es múltiple, y para algunas RENFE, ADIF y el resto de empresas que trabajan en el sector poco pueden hacer, como sucedió hace una semana a cuenta del apagón nacional, pero en general se nota la decadencia del servicio, de sus instalaciones y la negligencia que rodea a todo el asunto. De hecho, la decisión del Ministerio de Fomento de suspender los compromisos de puntualidad de la Alta Velocidad hace año y algo y no ejercitarlos hasta que el retraso se sitúe en la hora, creo, era una buena muestra de la poca confianza que el gobierno tiene en la gestión de su red. Hay dos patas en el servicio ferroviario que funcionan mal y que reciben una atención mediática muy distinta. Poco se habla de los cercanías, los servicios urbanos de corta distancia, que son los que más personas mueven al cabo del día, alcanzando cifras espectaculares en nodos como los de Madrid o Barcelona. En ellos los retrasos y esperas son el pan de cada día, y los afectados, todos esos a los que antes mencionaba. Una jefa de mi trabajo recurre a ellos cada día para llegar a la oficina desde la localidad en la que reside, en el corredor del Henares, y se cuentan con los dedos de una mano los días del mes en el que no hay suspensiones, retrasos, bloqueos, desvíos, o cualquier otro tipo de incidente que trastoca la hora a la que tiene previsto llegar. Sabe cuándo sale de casa y sospecha que acabará llegando, pero sin certeza alguna sobre el tiempo empleado. En este caso son trabajadores, estudiantes, en general gente de recursos medios, que no disponen alternativas de transporte, o que no quieren sumarse al caos de tráfico diario, los que padecen los problemas. Una empresa púbica pagada por los impuestos de todos ofrece un mal servicio a quienes más lo necesita, generando un efecto regresivo de primer orden. Los cercanías sólo salen en los medios cuando el caos que se ha generado en ellos es total. La atención mediática se centra en la Alta Velocidad, el buque insignia del tren en España, que no mueve tanta gente como el cercanías, pero es muy utilizado y, gracias a las dimensiones actuales de la red, vertebra muchos de los desplazamientos de la nación, especialmente en fines de semana y puentes. Aquí los problemas son distintos, porque se ha dado una muy elevada inversión en la infraestructura y el material rodante, pero es un sistema de transporte que, por su diseño, requiere unas medidas de seguridad y control extraordinarios, y eso provoca que una incidencia que aparente ser menor genere disrupciones muy serias. Lo de ayer, fruto de un robo de cobre, afectaba a las comunicaciones entre las vías y los centros de control, y eso impedía que los convoyes pudieran circular a la velocidad debida. No es que se produjera una destrucción de la infraestructura “dura” sino de la tecnológica que da servicio a la línea, que en el caso de la Alta Velocidad es de importancia extrema. Cada vez que se produce un incidente en la Alta Velocidad los medios acuden raudos a las estaciones de cabecera, los grandes nodos de la red del país, y nos muestran el caos, las colas, la indignación y la casi siempre ausente información por parte de los gestores del tema, que se limitan a no decir nada a un montón de personas desesperadas. Vamos a un incidente de este tipo casi a la semana, a este paso va a haber que habilitar un espacio fijo para los corresponsales de los medios en las estaciones para que vivan allí.

En medio de todo este caos se encuentra el ministro Óscar Puente, todo un personaje, un señor que no hace honor a ese nombre y que aprovecha cualquier oportunidad para actuar en las redes sociales, y fuera, con un comportamiento macarra impropio no ya de alguien de la administración pública, que también, sino simplemente de lo humano. Con tendencia a la bipolaridad, puede facilitar a la vez información precisa de cómo avanzan las obras de reforma de un punto de la red de fomento como ciscarse en un ciudadano cualquiera y bloquearlo en las redes sociales, algo más propio de un trumpista de manual que de un gestor. Muchos de los problemas que sufre la red no son por su causa, otros muchos sí, pero cobra por dar la cara ante todos ellos. Y casi siempre se le olvida.

lunes, mayo 05, 2025

Apagón gubernamental

Aunque vamos a tardar en saber cuáles han sido las causas concretas que motivaron el apagón del pasado lunes, concretamente el por qué de las fluctuaciones que empezaron media hora antes del momento fatídico y que ya estuvieron a punto de tirar la red algo antes de lo que sucedió, sí resulta evidente que el imprudente mix que Red Eléctrica llevaba combinando desde hace tiempo le dejó sin posibilidades de reacción ante un caso que varios expertos habían estado señalando desde hace tiempo, y que por lo visto había generado situaciones de riesgo en numerosas ocasiones en el pasado. Entonces hubo suerte y no se llegó al colapso, pero el pasado lunes la suerte nos abandono y, en el juego, perdimos.

Esto, que no hay experto al que se le consulte que lo reitere una y otra vez, le entra por una oreja y le sale por la otra al inepto desgobierno, atrapado en un discurso buenista respecto a las energías renovables, que no es capaz de asumir que el fallo del sistema ha sido provocado por la arriesgada acción del operador, Red Eléctrica, REE, el único operador, y que lleva ya varios días fabricando uno de sus argumentarios chatarra para desviar la culpa de su tejado y repartirla lo más posible entre todos. Entre la complejidad del asunto (cierto, lo es) el gobierno ha lanzado una cortina de humo con dos patas falsas. Una, la de implicación en el problema de todos los “operadores privados” del sistema, lo que es una falacia total en cada una de sus partes. Sólo hay un operador, REE, que tiene el monopolio de la red y de su gestión, que cotiza parcialmente en bolsa y es controlado por el gobierno, del tal manera que su presidente suele ser un exministro ajeno al sector, que no suele conocer de él, y está ahí como recompensa por favores anteriores, llevándose a casa un suelo de entorno a medio millón de euros por figurar. Esto pasaba con el PP y pasa con el PSOE. El resto de los intervinientes en el mercado son productores y distribuidores, empresas privadas con intereses particulares que ofertan producción y venden a particulares y empresas, y es REE quien se encarga que el resultado de la subasta del mix celebrado el día N se distribuya correctamente el día N+1 y hace frente a posibles incidencias de la red. Así, la expresión que utiliza el gobierno es falsa y confusa a conciencia, como siempre. La otra pata falsa tiene que ver con el tema de las renovables. Esto no es un juego simplista entre renovables sí o no, y si eres de “izquierda” renovable siempre y si eres de “derecha” renovables nunca. No, no, y no. El tema es mucho más profundo. Las renovables ya son y deben ser una pata fundamental en el sistema de producción de energía del país, eso no lo discute nadie, y el ecosistema empresarial organizado en torno a ellas es un puntal de crecimiento, inversión y creación de empleo, pero como los técnicos señalan, las renovables, como toda fuente, tiene sus características y sus problemas. Uno de ellos, muy conocido, es su intermitencia, dependen de la meteorología, y una noche sin viento supone que la producción de solar y eólica es nula. La potencia instalada puede ser enorme, pero la producción no, en función del tiempo, por lo que es necesaria una fuente de respaldo sí o sí. El otro problema es el de la llamada falta de inercia, que tiene que ver con el hecho de que las centrales convencionales siempre tienen asociada una enorme turbina que gira a gran velocidad y con enorme peso, que cada vez que aumenta el consumo eléctrico supone un freno a su giro, y la inercia de la turbina es una manera de responder, de manera mecánica, ante subidas de consumo, o bajadas de producción. Esto no pasa en los parques renovables, que vuelcan electricidad a la red sin sistemas físicos equivalentes. Las plantas fotovoltaicas más modernas si poseen elementos tecnológicos capaces de “fabricar” inercia, pero son sistemas caros, que elevan el precio de la inversión y, lógicamente, del de la energía generada, por lo que la renovable ya no es tan competitiva. Muchos de los parques de energía renovable carecen de esa inercia, y los técnicos señalan que mantener por parte de REE un mix con muy poca inercia le dejaba vendida, sin capacidad de respuesta, ante sucesos imprevistos, como por ejemplo que una central dada en un punto del país se pare.

Se han corrido demasiados riesgos en la gestión del mix durante muchas ocasiones, en las que ha habido suerte y no se ha llegado al incidente insuperable, pero cuantos más riesgos se corren más inevitable se vuelve que se produzca el accidente. Quizás con el objeto de mantener muy bajos los precios, o para vender titulares sobre el porcentaje de renovable producido en un día o semana. No lo se, pero intuyo que REE tenía presiones de su jefe, el gobierno, para jugársela, y el pasado lunes la apuesta salió mal y nos estrellamos. Ahora Moncloa y el equipo de opinión sincronizada que trabaja a su servicio trata de crear un relato que le salve, o que dilate en el tiempo las explicaciones hasta que otro suceso haga olvidar lo pasado. Vamos, lo de siempre. Sea listo y cómprese pilas para la radio.