Hoy, 22 de diciembre, es el día nacional de la salud, porque si no te toca al omnipresente lotería tienes que consolarte con tener salud para dar y regalar. Eso suponiendo que juegues, claro. Yo, como saben los que me conocen, no juego nunca a esto de las loterías, quinielas, primitivas y demás sorteos. Creo que son meros impuestos voluntarios, y bastantes pagamos de manera coercitiva, y además las probabilidades de que te toque algo son escasas, por lo que no parece un gran negocio. Para el sorteo que empieza dentro de una hora no tengo papeleta alguna, pese a que he comprado varias por encargo. Puede que sea el mensajero de la suerte... veremos.
Si es cierto que el sorteo de Navidad forma parte de estas fiesta tanto como los turrones, los belenes y los atascos en los centros comerciales. El hecho de repartir dinero en grandes cantidades justo antes del día señalado, el rito de los bombos, la musicalidad de los niños de San Ildefonso y la repetición año tras año han generado una de las tradiciones clásicas de España, que se sigue con pasión por todo el país y que últimamente, gracias a Internet y la posibilidad de comprar décimos vía web, genera interés en todo el mundo. Mis recuerdos de la infancia de al Navidad tienen esa banda sonora de números, pedreas y ristras de bolas en cajones. Cuando estudiaba la EGB en el colegio Alejandro Goicoechea de Elorrio, en los ochenta, este, el día previo a las vacaciones, era especial. Había unos salones grandes en una de las alas del edificio, con una televisión en blanco y negro lo alto de cada uno de ellos, y durante toda la mañana la pantalla cantaba números sin parar, mientras en clase o fuera de ella no estudiábamos mucho y hacíamos manualidades o jugábamos, antes de irse a casa para empezar a disfrutar de dos semanas de largas y deseadas vacaciones. Desde entonces la imagen se ha modernizado mucho, la unidad monetaria ha cambiado, desde esas 100.000 o 125.000 pesetas hasta los actuales 1.000 euros, pero el plano secuencias de la pareja de niños frente al alambre cantando bolas sin cesar, escupidas por unos crueles bombos que no les dejan tiempo ni para respirar, no se ha alterado en lo más mínimo. A ver si hay suerte y hoy les toca a mis conocidos, o a aquellos que leéis este blog, porqué no.
Hoy además es un día especial porque, si no hay sorpresas, está será mi último texto en este blog hasta el año que viene, el día 3 concretamente. Coincide este 22 asimismo con la extravagante convocatoria del orgasmo global a la que ya me refería hace unas semana, así que es un día completito. Desde aquí sólo añadiré que deseo mucha felicidad a todos para estas fiestas y el nuevo año 2007. Y a ti, lector anónimo que te asomas a mis escritos, da igual que seas uno sólo o millones, gracias por hacerlo, y por contribuir a que este maravilloso invento llamado Internet sea uno de los pocos que permite a las personas ser mejores, comunicarse entre ellas y sentirse en compañía. Hasta el año que viene.
viernes, diciembre 22, 2006
jueves, diciembre 21, 2006
La tele
Hoy hay decenas de cosas de las que podría hablar largo y tendido, empezando por la ausencia de noticias relevantes que ayer mencionó Rubalcaba para desmentir unas relevantes noticias que, por su relevancia, necesitaban ser desmentidas. Pero comentaré algo más prosaico. Ayer me quedé hasta las tantas viendo el programa del 50 aniversario de Televisión Española en la que, entre toneladas de publicidad, un Jesús Hermida aún más histriónico de lo habitual glosaba las 50 mejores imágenes de la historia de la televisión, según al votación de los espectadores, acompañado de un público que hacía labores de coro parroquial, repleto de caras famosos de ente de al actualidad y del pasado.
Acerté tres de las cinco primeras imágenes, pero no su orden. La quinta era la destrucción de las Torres Gemelas del WTC el maldito 11 de Septiembre de 2001, la cuarta era la agonía en directo de Omaira Sánchez, la niña que, atrapada bajo los restos de la erupción del volcán colombiano Nevado del Ruiz en 1985 murió en directo ante la mirada impasible de millones de espectadores. La tercera fue el atentado del 11 de Marzo en Madrid, los trenes de cercanías, sus techos despanzurrados, las manifestaciones de condena y el recuerdo de unos días para olvidar. Quedó segunda, sorpresa enorme para mi, la imagen en blanco y negro de ese dibujo animado con la pegadiza canción de “Vamos a la cama que hay que descansar, para que mañana podamos madrugar”, una muestra del poder de la nostalgia. La ganadora, al más votada fue la de los cuatro días de Julio de 1997 en los que Miguel Ángel Blanco fue sentenciado a muerte y ejecutado por ETA ante la revolución e ira de una sociedad que despertó, aunque fuese sólo un espejismo. No esperaba yo que ganase ese fragmento, y esa noticia, y quizás en estos momentos de ausencia de noticias relevantes sobre el proceso, en una expresión tan fina como taimada de ese mago del oscurantismo que es Rubalcaba, convendría que los políticos tuvieran presente el peso del recuerdo de esa frustración, de esa congoja y ese hartazgo en la sociedad española, y de lo difícil que sería aceptar una claudicación o similar. Pero eso es un mundo que ahora mismo se me revela oscuro y es difícil opinar con conocimiento de la realidad.
¿Cuál hubiese escogido yo como la mas impactante de los últimos 50 años? Los que me conocen saben la respuesta. A mi modo de ver nada supera en horror, indignidad, impacto y fuerza a lo que sucedió entre las 8:46: y las 10:28 de la mañana del 11 de septiembre de 2001 en Nueva York, desde que un avión, símbolo de la proeza y técnica humana se estrelló contra una de las torres gemelas hasta que el complejo se derrumbó, víctima de otro avión y de la irracionalidad y maldad humana, en unos de los más retorcidos y espectaculares planes que nuestros ojos hayan podido ver. Ese día cambió el mundo, y esas imágenes nos han cambiado, querámoslo o no.
Acerté tres de las cinco primeras imágenes, pero no su orden. La quinta era la destrucción de las Torres Gemelas del WTC el maldito 11 de Septiembre de 2001, la cuarta era la agonía en directo de Omaira Sánchez, la niña que, atrapada bajo los restos de la erupción del volcán colombiano Nevado del Ruiz en 1985 murió en directo ante la mirada impasible de millones de espectadores. La tercera fue el atentado del 11 de Marzo en Madrid, los trenes de cercanías, sus techos despanzurrados, las manifestaciones de condena y el recuerdo de unos días para olvidar. Quedó segunda, sorpresa enorme para mi, la imagen en blanco y negro de ese dibujo animado con la pegadiza canción de “Vamos a la cama que hay que descansar, para que mañana podamos madrugar”, una muestra del poder de la nostalgia. La ganadora, al más votada fue la de los cuatro días de Julio de 1997 en los que Miguel Ángel Blanco fue sentenciado a muerte y ejecutado por ETA ante la revolución e ira de una sociedad que despertó, aunque fuese sólo un espejismo. No esperaba yo que ganase ese fragmento, y esa noticia, y quizás en estos momentos de ausencia de noticias relevantes sobre el proceso, en una expresión tan fina como taimada de ese mago del oscurantismo que es Rubalcaba, convendría que los políticos tuvieran presente el peso del recuerdo de esa frustración, de esa congoja y ese hartazgo en la sociedad española, y de lo difícil que sería aceptar una claudicación o similar. Pero eso es un mundo que ahora mismo se me revela oscuro y es difícil opinar con conocimiento de la realidad.
¿Cuál hubiese escogido yo como la mas impactante de los últimos 50 años? Los que me conocen saben la respuesta. A mi modo de ver nada supera en horror, indignidad, impacto y fuerza a lo que sucedió entre las 8:46: y las 10:28 de la mañana del 11 de septiembre de 2001 en Nueva York, desde que un avión, símbolo de la proeza y técnica humana se estrelló contra una de las torres gemelas hasta que el complejo se derrumbó, víctima de otro avión y de la irracionalidad y maldad humana, en unos de los más retorcidos y espectaculares planes que nuestros ojos hayan podido ver. Ese día cambió el mundo, y esas imágenes nos han cambiado, querámoslo o no.
miércoles, diciembre 20, 2006
Cuchipanda navideña
Hay muchas cosas que son típicas de la época navideña y, quizás afortunadamente, sólo se producen entonces, y no sólo me refiero sólo a eso de colgar Papás Noel de los balcones (a quién se le habrá ocurrido esa idea tan peregrina..). No. Una cosa asociada a estas fechas son las denominadas comidas o cenas de empresa, eventos que se han puesto de moda de unos años a esta parte, consistentes en juntar a un grupo de personas que viven a diario unas situaciones habitualmente muy desagradables (trabajan juntas) para que coman y cenen como si fueran los mejores amigos del mundo, todo ello rodeado por jefes, directivos y demás cargos de representación.
Muchas imágenes de estas cenas están llenas de personajes desenfrenados, recatados a lo largo del año, que aprovechan ese momento para desmelenarse, quitarse la corbata (a veces parte de la camisa) y, con la excusas de la fiesta y el momento inolvidable que estamos viviendo, tratan de insultar al jefe a una distancia prudencial pero lo suficientemente arriesgada como para que tenga morbo y, sobre todo, intentar asaltar al pibón de la oficina, ese viejo sueño que duerme larvado durante todo los meses y que alimenta las pasiones nocturnas de muchos. Digo que estos son los objetivos porque luego la realidad suele mostrar a grupos de embriagados descorbatados, que tratan de parecer lo más simpáticos posibles a sus jefes, habitualmente muy poco bebidos, y que finalmente no se suelen comen una rosca con el citado pibón, aunque al final del jolgorio suelen estar tan borrachos que todo el monte es orégano y no es extraño ver asaltos a camareras de bares y, en general a cualquier mujer que muestre movimiento perceptible por su deteriorados sensores. Quizás emborracharse, y muy rápido, sea la manera más eficiente de pasar el trago de estas cenas, sobre todo si en el estratégico momento de sentarte a la mesa te toca cerca del jefe (no digamos a tu diestra directamente) o junto a ese compañero del alma que no puedes ver ni en pintura. Una forma clásica de evadir esta situación es acabar en el ya clásico karaoke, emulando a Bill Murray en “Lost in Translation” en pose, cuerpo y espíritu. Las escenas que pueden verse en un sitio de estos no tiene desperdicio, ya que reflejan casi a la perfección la variopinta jungla de personajes que habitan en nuestras oficinas y trabajos. Creo que suele ser más divertido para los que acuden de refilón al local que para los protagonistas.
Y al final la fiesta se acaba. Quizás como idea estos eventos no estén mal, pero creo que han degenerado en una acto empresarial organizado como otro cualquiera, y al final no logran su supuesto objetivo, de hermanar al personal y de proporcionarle un momento lúdico. Muchas veces sólo generan una fuerte resaca al día siguiente y, según que casos, retorcida explicaciones a las 9:15 ante el despacho del “boss” por lo que él creyó entender y miradas de odio y lástima por esa compañera tan guapa a la que siempre uno miraba y que no se porque hoy está de tan mal humor...
Muchas imágenes de estas cenas están llenas de personajes desenfrenados, recatados a lo largo del año, que aprovechan ese momento para desmelenarse, quitarse la corbata (a veces parte de la camisa) y, con la excusas de la fiesta y el momento inolvidable que estamos viviendo, tratan de insultar al jefe a una distancia prudencial pero lo suficientemente arriesgada como para que tenga morbo y, sobre todo, intentar asaltar al pibón de la oficina, ese viejo sueño que duerme larvado durante todo los meses y que alimenta las pasiones nocturnas de muchos. Digo que estos son los objetivos porque luego la realidad suele mostrar a grupos de embriagados descorbatados, que tratan de parecer lo más simpáticos posibles a sus jefes, habitualmente muy poco bebidos, y que finalmente no se suelen comen una rosca con el citado pibón, aunque al final del jolgorio suelen estar tan borrachos que todo el monte es orégano y no es extraño ver asaltos a camareras de bares y, en general a cualquier mujer que muestre movimiento perceptible por su deteriorados sensores. Quizás emborracharse, y muy rápido, sea la manera más eficiente de pasar el trago de estas cenas, sobre todo si en el estratégico momento de sentarte a la mesa te toca cerca del jefe (no digamos a tu diestra directamente) o junto a ese compañero del alma que no puedes ver ni en pintura. Una forma clásica de evadir esta situación es acabar en el ya clásico karaoke, emulando a Bill Murray en “Lost in Translation” en pose, cuerpo y espíritu. Las escenas que pueden verse en un sitio de estos no tiene desperdicio, ya que reflejan casi a la perfección la variopinta jungla de personajes que habitan en nuestras oficinas y trabajos. Creo que suele ser más divertido para los que acuden de refilón al local que para los protagonistas.
Y al final la fiesta se acaba. Quizás como idea estos eventos no estén mal, pero creo que han degenerado en una acto empresarial organizado como otro cualquiera, y al final no logran su supuesto objetivo, de hermanar al personal y de proporcionarle un momento lúdico. Muchas veces sólo generan una fuerte resaca al día siguiente y, según que casos, retorcida explicaciones a las 9:15 ante el despacho del “boss” por lo que él creyó entender y miradas de odio y lástima por esa compañera tan guapa a la que siempre uno miraba y que no se porque hoy está de tan mal humor...
martes, diciembre 19, 2006
El personaje del año
Como siempre por estas fechas, la revista norteamericana Time ha escogido el personaje del año, y en este confuso, complicado y apasionante 2006 que estamos empezando a discutir, lleno de candidatos a tal honor, el elegido ah resultado ser..... YO!!! , y TÚ!!! Y todos nosotros!!! Sí, Time considera como personaje a recordar a los miles, millones de personas que han contribuido al fenómeno de Internet como foro participativo, generando blogs como locos y éxitos como planetarios You Tube, Skype, My Space, etc. Según las propias palabras de Time, el personaje del año eres tú, sí, tú. Tu controlas la era de la información. Bienvenido a tu mundo.
No sólo me ha parecido una elección acertada, y muy original, sino que la forma de diseñar al revista me parece genial. ¿Cómo plasmar a los elegidos en una portada? Porque claro, si se escoge a un político o una celebridad no hay problema, se planta su foto y ya está, pero cómo reflejar esa generalidad de Tú??? Quizá quién se hizo esa misma pregunta encontró la respuesta, porque Time ha decidido incorporar un espejo en la portada, de tal manera que al verla uno mismo se vea reflejado en ella. Es el colmo de la personalización y del homenaje del medio a su lector. Probablemente sea la primera portada cambiante de la historia, la primera editada en soporte físico que, al igual que sus émulas de Internet, es personalizable y flexible. Fantástico, verdad???? Una idea tan brillante, simple y efectiva no se me hubiese ocurrido nunca, probablemente, y la empresa editora ha mostrado valentía al hacer algo tan rompedor con uno de esos medios que son distribuidos por todo el mundo, que crean opinión, y sientan cátedra. Ese quizá sea el privilegio que Internet nos ha concedido a todos. No se cuanta gente lee lo que yo escribo. Puede que millones en todo el mundo, probablemente unos poquitos (gracias a todos ellos, por cierto) pero eso más o menos da igual. Lo importante es que cualquiera que lo desee puede hacerlo, esté donde esté, sea cual sea su condición e ideología. Internet ha revolucionado los conceptos de comunicación, democracia, accesibilidad, y si hasta ahora sólo hemos visto los efectos económicos del invento (y los que veremos aún) se están empezando a destacar los efectos sociales, y esto es sólo el principio.
Por de pronto podemos enorgullecernos de unirnos a una lista de gente famosa de verdad, que ha hecho méritos (o deméritos) suficientes como para figurar en esa portada. El año pasado fueron Bill y Melinda Gates, por su fundación. En 2004 George Bush, por su victoria electoral, en 2003 fueron tres mujeres que destaapron el escándalo de Enron y WorldCom.... Por de pronto yo lo tengo claro, me voy a comprar la revista, y me voy a dar el gustazo de mirarme en ella, que no todos los días puede uno presumir que ha salido de portada en uno de esos medios de comunicación de verdad, y encima no por vender exclusivas, sino por los méritos contraídos. Fascinantes. Felicitémonos.
No sólo me ha parecido una elección acertada, y muy original, sino que la forma de diseñar al revista me parece genial. ¿Cómo plasmar a los elegidos en una portada? Porque claro, si se escoge a un político o una celebridad no hay problema, se planta su foto y ya está, pero cómo reflejar esa generalidad de Tú??? Quizá quién se hizo esa misma pregunta encontró la respuesta, porque Time ha decidido incorporar un espejo en la portada, de tal manera que al verla uno mismo se vea reflejado en ella. Es el colmo de la personalización y del homenaje del medio a su lector. Probablemente sea la primera portada cambiante de la historia, la primera editada en soporte físico que, al igual que sus émulas de Internet, es personalizable y flexible. Fantástico, verdad???? Una idea tan brillante, simple y efectiva no se me hubiese ocurrido nunca, probablemente, y la empresa editora ha mostrado valentía al hacer algo tan rompedor con uno de esos medios que son distribuidos por todo el mundo, que crean opinión, y sientan cátedra. Ese quizá sea el privilegio que Internet nos ha concedido a todos. No se cuanta gente lee lo que yo escribo. Puede que millones en todo el mundo, probablemente unos poquitos (gracias a todos ellos, por cierto) pero eso más o menos da igual. Lo importante es que cualquiera que lo desee puede hacerlo, esté donde esté, sea cual sea su condición e ideología. Internet ha revolucionado los conceptos de comunicación, democracia, accesibilidad, y si hasta ahora sólo hemos visto los efectos económicos del invento (y los que veremos aún) se están empezando a destacar los efectos sociales, y esto es sólo el principio.
Por de pronto podemos enorgullecernos de unirnos a una lista de gente famosa de verdad, que ha hecho méritos (o deméritos) suficientes como para figurar en esa portada. El año pasado fueron Bill y Melinda Gates, por su fundación. En 2004 George Bush, por su victoria electoral, en 2003 fueron tres mujeres que destaapron el escándalo de Enron y WorldCom.... Por de pronto yo lo tengo claro, me voy a comprar la revista, y me voy a dar el gustazo de mirarme en ella, que no todos los días puede uno presumir que ha salido de portada en uno de esos medios de comunicación de verdad, y encima no por vender exclusivas, sino por los méritos contraídos. Fascinantes. Felicitémonos.
lunes, diciembre 18, 2006
Despega como puedas
La noticia más impactante de este fin de semana tiene que ver con el mundo de los vuelos y los aeropuertos. Habitualmente estas noticias nos hablan de retrasos, cancelaciones, despidos, huelgas y problemas, todo ello sazonado con cientos de personas enfadadas que se agolpan en sitios con nombres raros (Barajas, El Prat, Son San Joan, etc). Esta vez la novedad no estaba en el tono de la noticia, igual de mala que en ocasiones anteriores, sino en al dimensión. Air Madrid ha cerrado y ha dejado tirados a cientos de miles de personas a lo largo de todo el mundo. Esto es una crisis global de verdad.
La historia de Air Madrid está llena de retrasos, incidentes y problemas. Surgida como una compañía de bajo coste con capital nacional, su intención era buscar nicho en el mercado inmigrante, ofreciendo vuelos baratos a Rumania y, especialmente, Latinoamérica. Desde un primer momento empezaron los desajustes, con vuelos cancelados y esperas enormes ante atestados mostradores de facturación. Ah habido rumores de que Iberia y otras compañías la han boicoteado porque les quitaba un mercado muy goloso, pero eso no justifica el desastre que tenemos ahora entre manos. Los gerentes de la aerolínea cerraron sin previo aviso el Viernes pasado, anticipándose a la probable retirada de la licencia que fue llevada a cabo por el Ministerio de Fomento el Sábado. Ayer, en medio de una inefable rueda de prensa, al Ministra de Fomento Magdalena Álvarez, con una dicción y claridad explicativa propia de un bebe de pocos meses, llegó incluso a insinuar que los aviones no cumplían los requisitos de seguridad, y esa era la causa fundamental de al retirada de al licencia. Como había poco lío, encima entra en juego la seguridad. Me da la impresión de que los gestores de Air Madrid no son más que unos vulgares estafadores, que debieran afrontar un juicio y quizás pasar una temporada en al sombra, previo reembolso de lo cobrado a los pasajeros, claro está, pero me da al sensación de que el Ministerio de Fomento tampoco va a salir muy indemne de todo esto. Opacidad e información tardía han presidido la ceremonia de la confusión de este fin de semana, con vuelos fletados para solucionar el problema que no despegan porque no hay pasajeros, ya que no se les avisa de esos vuelos. Kafkaiano.
Pero lo peor ahora mismos es el desastre en el que se han convertido las terminales internacionales, especialmente en Madrid y Barcelona. Cientos de personas malviven en ellas, abandonadas, sin información, dejadas a su suerte por parte de empresa y autoridades. Decía ayer una ecuatoriana que “residía” en Barajas que su país es pobre y pasan cosas de esas, pero en España, que se supone que es un país rico, no se veía la riqueza por ningún lado. Preguntaba donde estaban los medios, las asistencias, algo de cobijo para ellos, y yo me lo cuestionaba igualmente. Otra vez ofreciendo la imagen de desamparo habitual ante cualquier problema, y todo el mundo lavándose las manos porque nadie es responsable de esto, y todo repitiéndose en cada asunto del país día sí y día también. Creo que esta historia me suena.
La historia de Air Madrid está llena de retrasos, incidentes y problemas. Surgida como una compañía de bajo coste con capital nacional, su intención era buscar nicho en el mercado inmigrante, ofreciendo vuelos baratos a Rumania y, especialmente, Latinoamérica. Desde un primer momento empezaron los desajustes, con vuelos cancelados y esperas enormes ante atestados mostradores de facturación. Ah habido rumores de que Iberia y otras compañías la han boicoteado porque les quitaba un mercado muy goloso, pero eso no justifica el desastre que tenemos ahora entre manos. Los gerentes de la aerolínea cerraron sin previo aviso el Viernes pasado, anticipándose a la probable retirada de la licencia que fue llevada a cabo por el Ministerio de Fomento el Sábado. Ayer, en medio de una inefable rueda de prensa, al Ministra de Fomento Magdalena Álvarez, con una dicción y claridad explicativa propia de un bebe de pocos meses, llegó incluso a insinuar que los aviones no cumplían los requisitos de seguridad, y esa era la causa fundamental de al retirada de al licencia. Como había poco lío, encima entra en juego la seguridad. Me da la impresión de que los gestores de Air Madrid no son más que unos vulgares estafadores, que debieran afrontar un juicio y quizás pasar una temporada en al sombra, previo reembolso de lo cobrado a los pasajeros, claro está, pero me da al sensación de que el Ministerio de Fomento tampoco va a salir muy indemne de todo esto. Opacidad e información tardía han presidido la ceremonia de la confusión de este fin de semana, con vuelos fletados para solucionar el problema que no despegan porque no hay pasajeros, ya que no se les avisa de esos vuelos. Kafkaiano.
Pero lo peor ahora mismos es el desastre en el que se han convertido las terminales internacionales, especialmente en Madrid y Barcelona. Cientos de personas malviven en ellas, abandonadas, sin información, dejadas a su suerte por parte de empresa y autoridades. Decía ayer una ecuatoriana que “residía” en Barajas que su país es pobre y pasan cosas de esas, pero en España, que se supone que es un país rico, no se veía la riqueza por ningún lado. Preguntaba donde estaban los medios, las asistencias, algo de cobijo para ellos, y yo me lo cuestionaba igualmente. Otra vez ofreciendo la imagen de desamparo habitual ante cualquier problema, y todo el mundo lavándose las manos porque nadie es responsable de esto, y todo repitiéndose en cada asunto del país día sí y día también. Creo que esta historia me suena.
viernes, diciembre 15, 2006
El mundo de las audiencias
Esta semana se han presentado los resultados de la última ola de datos del Estudio General de Medios, conocido popularmente como el EGM. Este panel mide al audiencia y penetración de los medios de comunicación en sus distintos soportes (prensa, radio, televisión, Internet, etc) y es algo así como el medidor de audiencias de radios y periódicos. Hay nerviosismo entre los profesionales del medio semanas antes de la publicación de los datos por lo que pueda ocurrir, los números que salgan y el rendimiento publicitario que, a posteriori, se obtenga de ellos para el profesional y el conjunto de la cadena.
Y con los resultados del EGM pasa un poco como con los de las elecciones. Si en estas todos los partidos políticos siempre ganan, los medios siempre suben de audiencia, siempre ganan lectores u oyentes, ya que aunque el EGM les de un valor más pequeño que la ola anterior, si se compara con los datos de Febrero (o del solsticio de otoño) de hace cinco años (o siete, o dos, a elección del comunicante) se ha experimentado una mejoría evidente. Al final todos contentos, aunque luego cada uno, en privado, sabe lo que los resultados acaban diciendo y las consecuencias que de ello se derivan. Esta es la magia que tienen los datos y, en general, las estadísticas, que pueden ser manipuladas al antojo no sólo de quién las elabora, sino de quien las recibe, pudiéndose uno quedar con los números que le gusten y obviando el resto. Es la aplicación práctica de ese viejo dicho que dice que la estadística es como las farolas para los borrachos. No ilumina, sino que sirve para poyarse. No quiero decir con esto que estos estudios no tengan valor alguno, no. Son muy importantes y necesarios. Como muestra está la COPE. A cuenta de un berrinche que pilló hace unos meses dejó el EGM y no se registraban sus datos. Ahora ha vuelto, probablemente acuciada por la presión de los anunciantes. Lo cierto es que es bueno saber que cocina o tratamiento tienen los datos en bruto para poder saber hasta que punto las encuestas son fiables o no. Y el EGM, pese a tener puntos oscuros, es bastante fiable, ya sí se le considera en el mundo de la comunicación.
Lo que ya me parece un cierto cachondeo son las encuestas políticas. No conozco a ningún partido que, en una encuesta solicitada por él mismo, obtenga los resultados. Las que hace el PP dan como ganador al PP y las que hace el PSOE al PSOE, faltaría más. La cuestión es quién se cree la veracidad de esos datos. El PP???, el PSOE??? Quizá estar en manos de una información tan frágil es la causa de su indefinición y pérdida de rumbo actual. El día que un partido anuncie que su encuesta da la victoria al otro partido será para grabarlo y recordarlo. Lo curioso es que al final las elecciones sólo las gana uno, no??? El resto, ¿despiden a sus estudios de demoscopia? Me temo que no.
Y con los resultados del EGM pasa un poco como con los de las elecciones. Si en estas todos los partidos políticos siempre ganan, los medios siempre suben de audiencia, siempre ganan lectores u oyentes, ya que aunque el EGM les de un valor más pequeño que la ola anterior, si se compara con los datos de Febrero (o del solsticio de otoño) de hace cinco años (o siete, o dos, a elección del comunicante) se ha experimentado una mejoría evidente. Al final todos contentos, aunque luego cada uno, en privado, sabe lo que los resultados acaban diciendo y las consecuencias que de ello se derivan. Esta es la magia que tienen los datos y, en general, las estadísticas, que pueden ser manipuladas al antojo no sólo de quién las elabora, sino de quien las recibe, pudiéndose uno quedar con los números que le gusten y obviando el resto. Es la aplicación práctica de ese viejo dicho que dice que la estadística es como las farolas para los borrachos. No ilumina, sino que sirve para poyarse. No quiero decir con esto que estos estudios no tengan valor alguno, no. Son muy importantes y necesarios. Como muestra está la COPE. A cuenta de un berrinche que pilló hace unos meses dejó el EGM y no se registraban sus datos. Ahora ha vuelto, probablemente acuciada por la presión de los anunciantes. Lo cierto es que es bueno saber que cocina o tratamiento tienen los datos en bruto para poder saber hasta que punto las encuestas son fiables o no. Y el EGM, pese a tener puntos oscuros, es bastante fiable, ya sí se le considera en el mundo de la comunicación.
Lo que ya me parece un cierto cachondeo son las encuestas políticas. No conozco a ningún partido que, en una encuesta solicitada por él mismo, obtenga los resultados. Las que hace el PP dan como ganador al PP y las que hace el PSOE al PSOE, faltaría más. La cuestión es quién se cree la veracidad de esos datos. El PP???, el PSOE??? Quizá estar en manos de una información tan frágil es la causa de su indefinición y pérdida de rumbo actual. El día que un partido anuncie que su encuesta da la victoria al otro partido será para grabarlo y recordarlo. Lo curioso es que al final las elecciones sólo las gana uno, no??? El resto, ¿despiden a sus estudios de demoscopia? Me temo que no.
jueves, diciembre 14, 2006
Loyola en su Palacio
Ayer por la noche se conocía la noticia de la muerte de Loyola de Palacio. Me enteré de los primeros porque en La Brújula de Onda Cero la dio en una nota de urgencia Casimiro García Abadillo, y se hizo el silencio. Aunque todo el mundo sabía que estaba enferma de cáncer, una reciente mejoría había dado ilusión y esperanzas a la familia, y de hecho, según han comentado hoy las noticias, volvió de Houston para pasar aquí las navidades, pero un súbito empeoramiento este Domingo ha frustrado su vida, su carrera y la alegría en su muy golpeada familia. Recluida en el Hospital 12 de octubre, nada se pudo hacer por élla.
Las dos hermanas Palacio conocidas (Ana y Loyola, porque luego hay una tercera, Urkiola, que ninguno conocemos) representan algo así como la cara y la cruz de la lucha personal contra el cáncer. Primero fue Ana la afectada por esta maldita enfermedad. Se hizo famosa su estampa en el Parlamento Europeo con un pañuelo en la cabeza, para tapar una calva pelona producto de la quimioterapia. Sin embargo, poco a poco empezó a mejorar, y retomó su vida laboral al intenso ritmo habitual. Cuando fue nombrada Ministra de Exteriores, y coincidiendo con la estresante época de la guerra de Irak, hubo rumores sobre su empeoramiento, que al parecer fueron falsos. Ana representaba (y todavía lo hace) la victoria a la enfermedad, el triunfo al cáncer. Al poco Ana desapareció de la primera escena y Loyola seguía con su labor en la Unión Europea, a donde llegó al cargo de Vicepresidenta de la Comisión, todo un puesto. Este pasado verano saltó la noticia de que, afectada por unos dolores de espalda, fue al hospital de Galdácano para hacerse una revisión, y el encontraron un cáncer avanzado. La pesadilla que vuelve, esta vez transmutada en otra hermana. Loyola desapareció de al vida pública y se fue a EE.UU., creo que más por la esperanza y la necesidad de discreción que por la realidad, porque en algunos aspectos la medicina española no envidia en nada a la americana. Se dejaron de recibir noticias y lo último conocido, lo peor, fue lo de ayer.
En España quizás sean las familias de Palacio y Suárez las más conocidas de entre las afectadas por el cáncer, y ambas han dado ejemplo de superación, de lucha ante el mal, que a veces se vence y otras, ay, no. Para los que sufren esa peste, que son muchos y a veces cercanos, son un referente, una muestra de cómo plantar cara al nombre maldito, el cáncer, y a su aparentemente inevitable destino. En el caso de Loyola la enfermedad ha vencido a su famosa tenacidad, y ha puesto un prematuro y triste colofón a una gran carrera política y personal que, con sus aciertos y errores, que de todo hacemos las personas, siempre puso su dedicación al trabajo y el cumplimiento de su obligación como meta y referente de servicio a los demás. Una pena.
Las dos hermanas Palacio conocidas (Ana y Loyola, porque luego hay una tercera, Urkiola, que ninguno conocemos) representan algo así como la cara y la cruz de la lucha personal contra el cáncer. Primero fue Ana la afectada por esta maldita enfermedad. Se hizo famosa su estampa en el Parlamento Europeo con un pañuelo en la cabeza, para tapar una calva pelona producto de la quimioterapia. Sin embargo, poco a poco empezó a mejorar, y retomó su vida laboral al intenso ritmo habitual. Cuando fue nombrada Ministra de Exteriores, y coincidiendo con la estresante época de la guerra de Irak, hubo rumores sobre su empeoramiento, que al parecer fueron falsos. Ana representaba (y todavía lo hace) la victoria a la enfermedad, el triunfo al cáncer. Al poco Ana desapareció de la primera escena y Loyola seguía con su labor en la Unión Europea, a donde llegó al cargo de Vicepresidenta de la Comisión, todo un puesto. Este pasado verano saltó la noticia de que, afectada por unos dolores de espalda, fue al hospital de Galdácano para hacerse una revisión, y el encontraron un cáncer avanzado. La pesadilla que vuelve, esta vez transmutada en otra hermana. Loyola desapareció de al vida pública y se fue a EE.UU., creo que más por la esperanza y la necesidad de discreción que por la realidad, porque en algunos aspectos la medicina española no envidia en nada a la americana. Se dejaron de recibir noticias y lo último conocido, lo peor, fue lo de ayer.
En España quizás sean las familias de Palacio y Suárez las más conocidas de entre las afectadas por el cáncer, y ambas han dado ejemplo de superación, de lucha ante el mal, que a veces se vence y otras, ay, no. Para los que sufren esa peste, que son muchos y a veces cercanos, son un referente, una muestra de cómo plantar cara al nombre maldito, el cáncer, y a su aparentemente inevitable destino. En el caso de Loyola la enfermedad ha vencido a su famosa tenacidad, y ha puesto un prematuro y triste colofón a una gran carrera política y personal que, con sus aciertos y errores, que de todo hacemos las personas, siempre puso su dedicación al trabajo y el cumplimiento de su obligación como meta y referente de servicio a los demás. Una pena.
miércoles, diciembre 13, 2006
¿Los últimos días?
En el apasionante asunto de El Proceso, así, con mayúsculas, que todo el mundo lo sobreentiende, ha llegado el momento de las declaraciones de crisis, los augurios funestos y, quién sabe si los últimos días se están acercando. Recordemos que ETA señaló el 21 de Diciembre (mañana n una semana) como fecha límite para constatar avances que permitan sacar al proceso del estado de abandono en el que se encuentra. A lo largo de la semana gente como Rubalcaba o Txema Montero han empezado a lanzar mensajes que hablan de muertes si se rompe el diálogo, y ayer Rodríguez Ibarra se desfogó diciendo algunas cosas ciertas (pocas) en un tono aún más desabrido de lo habitual en él.
Puede que esto ocurra, se rompa el tinglado y ETA vuelva a las andadas. Pero una cosa debe quedar muy clara entre todos aquellos que tenemos a este enemigo delante. La única culpable de romper el supuesto diálogo es ETA, la única culpable de no aceptar las normas democráticas es ETA y, por supuesto, al única culpable de lo que ocurra si se rompe el alto el fuego permanente es ETA. Este pasado Sábado estaba por la noche en Durango, y pude ver en compañía de algunos amigos los efectos, bien que a distancia, de la kale borroka, no sólo en incendios y destrozos, sino en intimidación, nerviosismo e inquietud. Casi me atrevería a decir que sólo entre nosotros, ya que mientras se apreciaban perfectamente las luces de los camiones de bomberos y la humareda que crecía a mitad de la calle de Goienkale, fruto del incendio de la sucursal de la BBK, al principio de dicha calle la gente estaba en los bares y las aceras aparentemente más preocupada por la pertinaz lluvia que no cesaba que del desastre que se estaba produciendo a unos cuantos metros. Un espectáculo descorazonador en todos los sentidos, por el destrozo y la indiferencia. Quizá este sea el principal fruto del casi agotado proceso de paz, la generación de frustración entre la sociedad, creo que en este caso motivada por las expectativas desorbitadas que el gobierno generó al principio del año. Creo que Zapatero ha pagado el pato de su bisoñez, pensando que a ETA se le podía domesticar, que son personas normales, pero la verdad es que en su núcleo duro hay mas iluminados de lo que parece.
Así las cosas podemos tener un comunicado que nos amargue las Navidades (y el día del orgasmo global, no hay que olvidarlo) y a la vuelta del año podemos volver a esa horrible rutina de seguridad, vigilancia de los bajos de los coches, huidas del turismo, pisadas traicioneras que siguen pasos atemorizados.... pero los demócratas debemos tenerlo calo. Costara uno, diez o cien muertos más (ojalá que ninguno) y uno diez o cien años más, pero ETA será derrotada. Quizás algunos de ellos lo sepan, y lamenten al oportunidad perdida para rendirse que están a punto de derrochar. Bueno, es su elección, y que asuman las consecuencias de la misma.
Puede que esto ocurra, se rompa el tinglado y ETA vuelva a las andadas. Pero una cosa debe quedar muy clara entre todos aquellos que tenemos a este enemigo delante. La única culpable de romper el supuesto diálogo es ETA, la única culpable de no aceptar las normas democráticas es ETA y, por supuesto, al única culpable de lo que ocurra si se rompe el alto el fuego permanente es ETA. Este pasado Sábado estaba por la noche en Durango, y pude ver en compañía de algunos amigos los efectos, bien que a distancia, de la kale borroka, no sólo en incendios y destrozos, sino en intimidación, nerviosismo e inquietud. Casi me atrevería a decir que sólo entre nosotros, ya que mientras se apreciaban perfectamente las luces de los camiones de bomberos y la humareda que crecía a mitad de la calle de Goienkale, fruto del incendio de la sucursal de la BBK, al principio de dicha calle la gente estaba en los bares y las aceras aparentemente más preocupada por la pertinaz lluvia que no cesaba que del desastre que se estaba produciendo a unos cuantos metros. Un espectáculo descorazonador en todos los sentidos, por el destrozo y la indiferencia. Quizá este sea el principal fruto del casi agotado proceso de paz, la generación de frustración entre la sociedad, creo que en este caso motivada por las expectativas desorbitadas que el gobierno generó al principio del año. Creo que Zapatero ha pagado el pato de su bisoñez, pensando que a ETA se le podía domesticar, que son personas normales, pero la verdad es que en su núcleo duro hay mas iluminados de lo que parece.
Así las cosas podemos tener un comunicado que nos amargue las Navidades (y el día del orgasmo global, no hay que olvidarlo) y a la vuelta del año podemos volver a esa horrible rutina de seguridad, vigilancia de los bajos de los coches, huidas del turismo, pisadas traicioneras que siguen pasos atemorizados.... pero los demócratas debemos tenerlo calo. Costara uno, diez o cien muertos más (ojalá que ninguno) y uno diez o cien años más, pero ETA será derrotada. Quizás algunos de ellos lo sepan, y lamenten al oportunidad perdida para rendirse que están a punto de derrochar. Bueno, es su elección, y que asuman las consecuencias de la misma.
martes, diciembre 12, 2006
Uno menos
Avanzaba tranquilo este puente, sin demasiadas noticias salvo el tráfico y un supuesto temporal invernal que ha sido de juguete cuando, casi al final, se ha muerto Augusto Pinochet, después de recuperarse de su última recaída, que visto lo visto fue cierta, y no simulada. De golpe y sin demasiado preparativo previo, se ha muerto. Creo que, para la estabilidad del régimen chileno es lo mejor, porque una larga agonía habría encrespado los ánimos de sus muchos seguidores, que aunque suene increíble los tiene y en legión, y seguramente hubiéramos visto enfrentamientos en Santiago, cargas y carreras. Todo eso ahora se diluirá en un par de días.
La imagen de Pinochet que yo conservo, al menos, es la de un señor muy serio, con oscuras gafas de sol, con brazos en cruz y gesto más que amenazante. Un individuo con pinta de malo de los de verdad, sí. Y a fe que mucha gente de la Chile puede afirmar que con algo más que aspecto. Es cierto que, tras los años de plomo, Augusto César, que así se llamaba el personaje, cedió el poder y se fabricó una especie de exilio en una democracia frágil e incipientemente muy tutelada. Lo sorprendente de este asunto es que Chile lleva estos últimos años funcionando muy bien, como país y sociedad, y aun con el dictador vivo y coleando, descubriéndose nuevos fraudes, estafas y desgracias casi a diario, la sociedad chilena ha sabido hacer frente al futuro y avanzar como economía y nación, dando un ejemplo a sus vecinos que, lamentablemente, no ha sido muy bien acogido. La imagen del dictador empezó a hundirse entre las sombras en los años noventa pero, justo al final de la década, un juez español, Baltasar Garzón (quién sino...) encauso al tirano cuando estaba de viaje por Inglaterra para someterse a una operación médica. Desde entonces su imagen, patrimonio y estatus, infames dentro de Chile, han sido vapuleados y perseguidos por el mundo entero, consiguiendo que sus últimos años de vida fuesen agobiantes y horrorosos para un personaje que se creía más allá de la ley. De hecho suponía que él era la ley.
La vida de los dictadores se vuelve cada vez más oscura y desgraciada, y eso es una muy buena noticia para las gentes de bien. Al caso de Pinochet se unió el juicio contra Milosevic, que nos mostró al tirano y carnicero cual era. Ahora en América Latina sólo queda la dictadura de Castro, que se debilita a medida que el tirano de La Habana se hunde entre la sombras. Es curiosa la carrera que habían organizado estos dos personajes, Pinochet y Castro, para ver quién se moría antes. Esta la ha ganado el chileno, que ya espera, con los brazos abiertos, al cubano desde las puertas del infierno, el único lugar en el que estos personajes puede que se sientan a gusto.
La imagen de Pinochet que yo conservo, al menos, es la de un señor muy serio, con oscuras gafas de sol, con brazos en cruz y gesto más que amenazante. Un individuo con pinta de malo de los de verdad, sí. Y a fe que mucha gente de la Chile puede afirmar que con algo más que aspecto. Es cierto que, tras los años de plomo, Augusto César, que así se llamaba el personaje, cedió el poder y se fabricó una especie de exilio en una democracia frágil e incipientemente muy tutelada. Lo sorprendente de este asunto es que Chile lleva estos últimos años funcionando muy bien, como país y sociedad, y aun con el dictador vivo y coleando, descubriéndose nuevos fraudes, estafas y desgracias casi a diario, la sociedad chilena ha sabido hacer frente al futuro y avanzar como economía y nación, dando un ejemplo a sus vecinos que, lamentablemente, no ha sido muy bien acogido. La imagen del dictador empezó a hundirse entre las sombras en los años noventa pero, justo al final de la década, un juez español, Baltasar Garzón (quién sino...) encauso al tirano cuando estaba de viaje por Inglaterra para someterse a una operación médica. Desde entonces su imagen, patrimonio y estatus, infames dentro de Chile, han sido vapuleados y perseguidos por el mundo entero, consiguiendo que sus últimos años de vida fuesen agobiantes y horrorosos para un personaje que se creía más allá de la ley. De hecho suponía que él era la ley.
La vida de los dictadores se vuelve cada vez más oscura y desgraciada, y eso es una muy buena noticia para las gentes de bien. Al caso de Pinochet se unió el juicio contra Milosevic, que nos mostró al tirano y carnicero cual era. Ahora en América Latina sólo queda la dictadura de Castro, que se debilita a medida que el tirano de La Habana se hunde entre la sombras. Es curiosa la carrera que habían organizado estos dos personajes, Pinochet y Castro, para ver quién se moría antes. Esta la ha ganado el chileno, que ya espera, con los brazos abiertos, al cubano desde las puertas del infierno, el único lugar en el que estos personajes puede que se sientan a gusto.
jueves, diciembre 07, 2006
Día de fotos
He sido uno de los pocos que no se han cogido puente, motivo por el que estoy hoy aquí, aunque el Lunes desertaré en un día de vacaciones destinado a evitar el atasco de entrada de la operación retorno del Domingo. Con tal motivo pude disfrutar del festivo de ayer en Madrid con la tranquilidad que tiene un día de estos, sin agobios ni aglomeraciones, al menos por la mañana. Aproveché para visitar el Museo Thyssen y la exposición que dedica a Sargent y Sorolla, muy bonita por cierto. Al salir, lucía un sol radiante (eran las 11:50 AM más o menos) y los árboles del paseo del Parado empezaban a estar realmente otoñales, con las hojas ocres y mustias.
Subiendo hacia Cibeles me cruce con una chica que iba como una posesa con su cámara digital haciendo fotos a las copas de los árboles, a los empleados de la limpieza que las recogían y a todo lo que estuviese a su alrededor. La verdad es que el paseo estaba para ser retratado, y saqué algunas imágenes de los árboles. Al poco la chica pidió a un transeúnte que le hiciera unas fotos junto a una montaña de hojas secas que los empleados municipales habían apilado en una esquina del recorrido. Ni corta ni perezosa, y como una modelo de revista, se tumbo entre la hojarasca y empezó a adoptar poses de revista. Yo estaba a la suficiente distancia como para apreciar la imagen pero que esta no saliese bien con mi cámara, por lo que no la fotografié, pero la escena era digna de ser retratada. Ella dominaba todo el cuadro, con un jersey blanco de cuello enorme y chaqueta oscura, vaqueros y botas alta de ante, y una melena ondulada, larga, que se agitaba con el viento entre las hojas, al compás de las ramas. Era la imagen del otoño, en Diciembre, pero otoño de verdad. Tras varias instantáneas, agradeció al seor que le había tomado las imágenes y se marchó camino descendente, supongo que a la arboleda del Museo del Prado, que debía lucir tan esplendorosa como la que ahora podía disfrutar yo, frente al ICO. Estas no fueron las únicas fotos de las que pude disfrutar ayer, no. Por la noche, me acerqué a Plaza Castilla para retratar el árbol navideño y al estrella que han colgado entre las dos torres Kio. Allí la aglomeración de fotógrafos ya era bastante mayor que en paseo del Prado.
Peo nada que ver con el desmadre de Cibeles, a donde baje para seguir con el proyecto de fotografiar Madrid en Navidad, que estoy haciendo a lo largo de este mes. Creo que todos los que no nos habíamos ido de puente estábamos allí. Cámaras, trípodes y demás parafernalia en medio de las aceras y calles, sacando a la Diosa, la Puerta de Alcalá y todo el tramo señorial de Gran Vía esquina con Alcalá, muy iluminado y resplandeciente. La revolución digital a nivel de calle, con cámaras de lo más impactantes y escenas curiosas, con gente saltando los carriles en medio del tráfico (yo era uno de ellos) para conseguir instantáneas singulares, recuerdos de una Navidad luminosa y especial, la que nos toca vivir ahora mismo. YA.
Subiendo hacia Cibeles me cruce con una chica que iba como una posesa con su cámara digital haciendo fotos a las copas de los árboles, a los empleados de la limpieza que las recogían y a todo lo que estuviese a su alrededor. La verdad es que el paseo estaba para ser retratado, y saqué algunas imágenes de los árboles. Al poco la chica pidió a un transeúnte que le hiciera unas fotos junto a una montaña de hojas secas que los empleados municipales habían apilado en una esquina del recorrido. Ni corta ni perezosa, y como una modelo de revista, se tumbo entre la hojarasca y empezó a adoptar poses de revista. Yo estaba a la suficiente distancia como para apreciar la imagen pero que esta no saliese bien con mi cámara, por lo que no la fotografié, pero la escena era digna de ser retratada. Ella dominaba todo el cuadro, con un jersey blanco de cuello enorme y chaqueta oscura, vaqueros y botas alta de ante, y una melena ondulada, larga, que se agitaba con el viento entre las hojas, al compás de las ramas. Era la imagen del otoño, en Diciembre, pero otoño de verdad. Tras varias instantáneas, agradeció al seor que le había tomado las imágenes y se marchó camino descendente, supongo que a la arboleda del Museo del Prado, que debía lucir tan esplendorosa como la que ahora podía disfrutar yo, frente al ICO. Estas no fueron las únicas fotos de las que pude disfrutar ayer, no. Por la noche, me acerqué a Plaza Castilla para retratar el árbol navideño y al estrella que han colgado entre las dos torres Kio. Allí la aglomeración de fotógrafos ya era bastante mayor que en paseo del Prado.
Peo nada que ver con el desmadre de Cibeles, a donde baje para seguir con el proyecto de fotografiar Madrid en Navidad, que estoy haciendo a lo largo de este mes. Creo que todos los que no nos habíamos ido de puente estábamos allí. Cámaras, trípodes y demás parafernalia en medio de las aceras y calles, sacando a la Diosa, la Puerta de Alcalá y todo el tramo señorial de Gran Vía esquina con Alcalá, muy iluminado y resplandeciente. La revolución digital a nivel de calle, con cámaras de lo más impactantes y escenas curiosas, con gente saltando los carriles en medio del tráfico (yo era uno de ellos) para conseguir instantáneas singulares, recuerdos de una Navidad luminosa y especial, la que nos toca vivir ahora mismo. YA.
martes, diciembre 05, 2006
Subidón, subidón.......
Ayer fue un día de desmentidos eléctricos, no relacionados en este caso con OPAs y fusiones entre empresas, sino con la subida de los precios para el sufrido consumidor. Después de los avisos de la semana pasada, por parte del Ministerio de Industria y Economía, de que el recibo doméstico podría alcanzar ascensos cercanos al 10%, y el inicio de rebelión social aparejada a esas cifras, salió Mª tersa Fernández de al Vega, la apagafuegos oficial, afirmando que la subida no será mayor que el IPC previsto. Como en tantas otras cosas, habrá que esperar y ver para confirmarlo.
Todos los 1 de Enero suben los precios de casi todo. Luz, agua, gas, transportes, teléfono, etc. Se ve que nos cogen con la guardia baja después de los excesos de Nochevieja, y como casi nadie se levanta ese día en buen estado, aprovechan y nos la cuelan. El caso de la luz (mejor llamarlo electricidad, porque hoy para lo que menos se usa es para encender bombillas) ha sido la excepción estos años. Subiendo siempre por debajo del IOPC, e incluso bajando algunos años, ha permitido el disparo del parque de electrodomésticos y aparatos varios conectados a la red, de entre los que destacan, por su mayor consumo relativo, los aires acondicionados. Eso sin contar con los cuartos de juego que se están configurando en los hogares, a veces en el cuarto de los niños, pero otras muchas en el de los padres, dotados de varias máquinas de videojuegos, pantallas, ordenadores, impresoras fotográficas, escaners y demás zarandajas, todo envuelto en kilómetros de cables y tomas de enchufe infinitas y siempre repletas. El ocio electrónico se ha instalado del todo en nuestras vidas, y subidas como las que se anunciaban la semana pasada rozarían el grado de confiscación. Pero no nos confiemos, siempre hay trampas en los recibos, como subirlos un poco en Enero y luego pegarle otro acelerón en Junio, o llamarlo de otra manera, como RENFE, que con todo el morro del mundo, según hoy ayer, sube las tarifas en poco más del 1% (bueno) pero crea un nuevo concepto de cobro por gastos de emisión de billetes cercano al 3% (lamentable) justo cuando Internet permite que ya no haya billetes. Subida total del 4% más o menos.
Al final se confirman alguna de las cosas que se rumoreaban en al época de fragor de las compras eléctricas, no desaparecida aún. Va a ser el consumidor, entre otros, el que pague las mareantes cifras que las empresas ponen encima de la mesa para comprarse unas a otras. Ahora, de generar un debate serio sobre el consumo responsable y el diseño de una política de generación de energía sostenible y no dependiente de zonas o países a evitar, nada de nada, no vaya a ser que se abra el debate y se descubra que, desde los altos cargos políticos hasta los empresarios, nadie tiene idea alguna sobre como capear el temporal que se nos avecina en algunos años de seguir así. Entonces si que vendrá el gran chispazo.
Todos los 1 de Enero suben los precios de casi todo. Luz, agua, gas, transportes, teléfono, etc. Se ve que nos cogen con la guardia baja después de los excesos de Nochevieja, y como casi nadie se levanta ese día en buen estado, aprovechan y nos la cuelan. El caso de la luz (mejor llamarlo electricidad, porque hoy para lo que menos se usa es para encender bombillas) ha sido la excepción estos años. Subiendo siempre por debajo del IOPC, e incluso bajando algunos años, ha permitido el disparo del parque de electrodomésticos y aparatos varios conectados a la red, de entre los que destacan, por su mayor consumo relativo, los aires acondicionados. Eso sin contar con los cuartos de juego que se están configurando en los hogares, a veces en el cuarto de los niños, pero otras muchas en el de los padres, dotados de varias máquinas de videojuegos, pantallas, ordenadores, impresoras fotográficas, escaners y demás zarandajas, todo envuelto en kilómetros de cables y tomas de enchufe infinitas y siempre repletas. El ocio electrónico se ha instalado del todo en nuestras vidas, y subidas como las que se anunciaban la semana pasada rozarían el grado de confiscación. Pero no nos confiemos, siempre hay trampas en los recibos, como subirlos un poco en Enero y luego pegarle otro acelerón en Junio, o llamarlo de otra manera, como RENFE, que con todo el morro del mundo, según hoy ayer, sube las tarifas en poco más del 1% (bueno) pero crea un nuevo concepto de cobro por gastos de emisión de billetes cercano al 3% (lamentable) justo cuando Internet permite que ya no haya billetes. Subida total del 4% más o menos.
Al final se confirman alguna de las cosas que se rumoreaban en al época de fragor de las compras eléctricas, no desaparecida aún. Va a ser el consumidor, entre otros, el que pague las mareantes cifras que las empresas ponen encima de la mesa para comprarse unas a otras. Ahora, de generar un debate serio sobre el consumo responsable y el diseño de una política de generación de energía sostenible y no dependiente de zonas o países a evitar, nada de nada, no vaya a ser que se abra el debate y se descubra que, desde los altos cargos políticos hasta los empresarios, nadie tiene idea alguna sobre como capear el temporal que se nos avecina en algunos años de seguir así. Entonces si que vendrá el gran chispazo.
lunes, diciembre 04, 2006
Ya está aquí
Definitivamente, ya es Navidad. Sí, sí, ya se que faltan tres semanas, pero todo está puesto y preparado. Las calles engalanadas, luciendo colorines de diseño de aspecto discreto y con pilotos LED ahorrativos sustituyendo a las tradicionales bombillas, los cruces del centro atestados de coches, vayas cuando vayas, con pitidos y bocinas que no recuerdan a villancico, pero sí a atasco navideño, y gente, riadas de gente que colapsan no sólo los centros comerciales, sino las aceras, paseos, calles y estancias céntricas, que se ven invadidas por una horda con ganas de comprar hasta las mismísimas baldosas del suelo. Debe ser el espíritu navideño.
Otra cosa que ya lo ha invadido todo es la publicidad navideña. No voy a comentar los anuncios de colonias, que se extienden como una plaga por todas las cadenas, que a mi no me gustan y, además, los considero violentos y, en general, incomprensibles. No, me refiero a la publicidad callejera. Tenemos el ya inevitable Papa Noel por todas partes, perfectamente importado de EE.UU y países nórdicos, con el único objetivo de que hagamos regalos en la semana navideña además de en la tradicional de reyes, y así duplicar las ventas. Al menos esta temporada nos vamos a librar del Papa Noel verde de AMENA, aunque rezo para que ORANGE no nos saque uno naranja. Si a estas alturas no lo ha hecho nos hemos salvado, pero quién sabe. Pero la imaginación en este campo importa mucho. El pasado Viernes por la noche iba por Gran Vía y me crucé con un grupo de adolescentes, tres chicos y tres chicas, que iban con sus Ipod al ristre medio bailando por las aceras. Curioso, me dije, pero no extraño. En estas que los seis se ponen en fila, giran 180 grados y miran a la concurrencia que se había detenido a curiosear sus pasos de baile y, al unísono, entonan una melodía de móvil muy conocida y, en nombre de Vodafone, nos desean a todos unas felices fiestas y Feliz Navidad. Así que todo era un mero anuncio, con un soporte animado (muy animado en este caso) pero la supuesta alegría adolescente no era más que una falsedad para vender cosas, algo así como ese espumillón que simula nieve o esos plásticos verdes que tratan de ser muérdagos o acebos. Un mero decorado, y de paso una forma para que seis chicos se saquen unos euros para comprar cosas en Navidad, que falta les harán.
Se ha puesto de moda estos últimos años criticar a la Navidad. Decir que es fea, que no tiene gracia y que es un monumento al consumismo y al hipocresía. Comparto esto último, pero me gustaría saber qué momento no está dedicado en estos tiempos a las compras y al engaño. Sigue siendo una época del año que me gusta, no tanto como cuando era niño, claro, pero tiene su cierto encanto, siendo quizás el único momento del año en el que asistimos a milagros reales, como el que nuestros brazos sean capaces de soportar el peso de nuestras compras y nuestra cuenta corriente su infinito valor. ¿Tiene mérito o no?
Otra cosa que ya lo ha invadido todo es la publicidad navideña. No voy a comentar los anuncios de colonias, que se extienden como una plaga por todas las cadenas, que a mi no me gustan y, además, los considero violentos y, en general, incomprensibles. No, me refiero a la publicidad callejera. Tenemos el ya inevitable Papa Noel por todas partes, perfectamente importado de EE.UU y países nórdicos, con el único objetivo de que hagamos regalos en la semana navideña además de en la tradicional de reyes, y así duplicar las ventas. Al menos esta temporada nos vamos a librar del Papa Noel verde de AMENA, aunque rezo para que ORANGE no nos saque uno naranja. Si a estas alturas no lo ha hecho nos hemos salvado, pero quién sabe. Pero la imaginación en este campo importa mucho. El pasado Viernes por la noche iba por Gran Vía y me crucé con un grupo de adolescentes, tres chicos y tres chicas, que iban con sus Ipod al ristre medio bailando por las aceras. Curioso, me dije, pero no extraño. En estas que los seis se ponen en fila, giran 180 grados y miran a la concurrencia que se había detenido a curiosear sus pasos de baile y, al unísono, entonan una melodía de móvil muy conocida y, en nombre de Vodafone, nos desean a todos unas felices fiestas y Feliz Navidad. Así que todo era un mero anuncio, con un soporte animado (muy animado en este caso) pero la supuesta alegría adolescente no era más que una falsedad para vender cosas, algo así como ese espumillón que simula nieve o esos plásticos verdes que tratan de ser muérdagos o acebos. Un mero decorado, y de paso una forma para que seis chicos se saquen unos euros para comprar cosas en Navidad, que falta les harán.
Se ha puesto de moda estos últimos años criticar a la Navidad. Decir que es fea, que no tiene gracia y que es un monumento al consumismo y al hipocresía. Comparto esto último, pero me gustaría saber qué momento no está dedicado en estos tiempos a las compras y al engaño. Sigue siendo una época del año que me gusta, no tanto como cuando era niño, claro, pero tiene su cierto encanto, siendo quizás el único momento del año en el que asistimos a milagros reales, como el que nuestros brazos sean capaces de soportar el peso de nuestras compras y nuestra cuenta corriente su infinito valor. ¿Tiene mérito o no?
viernes, diciembre 01, 2006
Pesadillas reales
Impresionante panorama el que está deparando el asunto del Polonio radioactivo, el asesinato con él del espía Litvinneko y sus consecuencias. Digo yo que si una organización quiere eliminar a alguien tiene muchos métodos. Accidentes simulados, enfermedades coronarias que surgen de la nada, pianos de cola o cajas de caudales que caen desde terrazas sobre el infortunado, etc. En este caso el que deseaba asesinar al ya famoso espía ha usado un método demasiado novedoso, novelesco, casi de ciencia ficción, y si se demuestra lo que se sospecha, ha dejado rastros de contaminación por todo Londres y parte del sistema aéreo europeo.
Como ya se está avisando desde las autoridades, los riesgos de esta radiación son mínimos. El Polonio desprende partículas alfa que no traspasan los cuerpos sólidos, por lo que sólo es peligroso para al salud humana si penetra en el cuerpo, vía ingesta, respiración o herida. Pero claro, una vez visto lo de los aviones, al pasajero potencial de esos vuelos le ha entrado no se si Polonio, pero seguro que un mal cuerpo en toda la regla al oír cosas relacionadas con lo nuclear. Todo esto sería muy divertido y apasionante de tratarse de una película, pero no lo es. Estamos en el mundo real y los riesgos son ciertos. Sobre todo me asombra como diablos ha podido introducirse el elemento en el avión. Es cierto que, dada la radiación alfa, no es necesario confinar al elemento en una recipiente de seguridad aparatoso, pero no deja de ser psicodélico que no se hayan podido subir ensaimadas a los aviones y sí sustancias radioactivas. A este paso sólo se podrá embarcar totalmente desnudo, cosa que le vendrá muy bien a Albert Rivera, tras su campaña para las elecciones catalanas sin ropa. A todo esto se debe sumar la reciente indisposición de Yegor Gaidar, es primer Ministro Ruso, tras una conferencia en Dublín, que ya se ha confirmado que es de origen no natural (envenenamiento, dicho de manera políticamente correcta) Desde luego los autores de semejante plan de dispersión venenosa han conseguido infundir el miedo en todo el mundo, y quién sabe si ese era su objetivo. Eliminar a algún oponente, pero dejar un claro mensaje al resto. Intimidación, chantaje, amedrentamiento. Pura época oscura de la guerra fría que retorna.
Lo más grave de todo esto es que todo el mundo sospecha que los autores de todos estos desmanes no son unos barbudos escondidos en medio de las montañas afganas, sino unos servicios de seguridad dirigidos desde las altas esferas del gobierno ruso, con Vladimir Putin a la cabeza. Un personaje siniestro, oscuro y con pinta de malo al que la comunidad internacional trata con un doble rasero vergonzoso tras los desmanes cometidos en Chechenia (las dimensiones de las matanzas rusas en esta república dejaría a Irak al nivel de un mero accidente de tráfico con heridos), Georgia y demás sitios por donde ha pasado. Antiguo miembro del KGB, y tiene aspecto de seguir siéndolo, todo el mundo le recibe y el estrecha la mano candorosamente. ¿Para cuándo una reprimenda a Rusia? ¿Una condena internacional? Dado que si te metes con Bush no te pasa nada todo el mundo lo hace, pero resultan evidentes los riesgos de criticar al Kremlin, y todo el mundo calla (salvo André Glucksman y algún otro olvidado). Esto es integridad, y moralidad. Deprimente
Como ya se está avisando desde las autoridades, los riesgos de esta radiación son mínimos. El Polonio desprende partículas alfa que no traspasan los cuerpos sólidos, por lo que sólo es peligroso para al salud humana si penetra en el cuerpo, vía ingesta, respiración o herida. Pero claro, una vez visto lo de los aviones, al pasajero potencial de esos vuelos le ha entrado no se si Polonio, pero seguro que un mal cuerpo en toda la regla al oír cosas relacionadas con lo nuclear. Todo esto sería muy divertido y apasionante de tratarse de una película, pero no lo es. Estamos en el mundo real y los riesgos son ciertos. Sobre todo me asombra como diablos ha podido introducirse el elemento en el avión. Es cierto que, dada la radiación alfa, no es necesario confinar al elemento en una recipiente de seguridad aparatoso, pero no deja de ser psicodélico que no se hayan podido subir ensaimadas a los aviones y sí sustancias radioactivas. A este paso sólo se podrá embarcar totalmente desnudo, cosa que le vendrá muy bien a Albert Rivera, tras su campaña para las elecciones catalanas sin ropa. A todo esto se debe sumar la reciente indisposición de Yegor Gaidar, es primer Ministro Ruso, tras una conferencia en Dublín, que ya se ha confirmado que es de origen no natural (envenenamiento, dicho de manera políticamente correcta) Desde luego los autores de semejante plan de dispersión venenosa han conseguido infundir el miedo en todo el mundo, y quién sabe si ese era su objetivo. Eliminar a algún oponente, pero dejar un claro mensaje al resto. Intimidación, chantaje, amedrentamiento. Pura época oscura de la guerra fría que retorna.
Lo más grave de todo esto es que todo el mundo sospecha que los autores de todos estos desmanes no son unos barbudos escondidos en medio de las montañas afganas, sino unos servicios de seguridad dirigidos desde las altas esferas del gobierno ruso, con Vladimir Putin a la cabeza. Un personaje siniestro, oscuro y con pinta de malo al que la comunidad internacional trata con un doble rasero vergonzoso tras los desmanes cometidos en Chechenia (las dimensiones de las matanzas rusas en esta república dejaría a Irak al nivel de un mero accidente de tráfico con heridos), Georgia y demás sitios por donde ha pasado. Antiguo miembro del KGB, y tiene aspecto de seguir siéndolo, todo el mundo le recibe y el estrecha la mano candorosamente. ¿Para cuándo una reprimenda a Rusia? ¿Una condena internacional? Dado que si te metes con Bush no te pasa nada todo el mundo lo hace, pero resultan evidentes los riesgos de criticar al Kremlin, y todo el mundo calla (salvo André Glucksman y algún otro olvidado). Esto es integridad, y moralidad. Deprimente
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