Esta semana se han presentado los resultados de la última ola de datos del Estudio General de Medios, conocido popularmente como el EGM. Este panel mide al audiencia y penetración de los medios de comunicación en sus distintos soportes (prensa, radio, televisión, Internet, etc) y es algo así como el medidor de audiencias de radios y periódicos. Hay nerviosismo entre los profesionales del medio semanas antes de la publicación de los datos por lo que pueda ocurrir, los números que salgan y el rendimiento publicitario que, a posteriori, se obtenga de ellos para el profesional y el conjunto de la cadena.
Y con los resultados del EGM pasa un poco como con los de las elecciones. Si en estas todos los partidos políticos siempre ganan, los medios siempre suben de audiencia, siempre ganan lectores u oyentes, ya que aunque el EGM les de un valor más pequeño que la ola anterior, si se compara con los datos de Febrero (o del solsticio de otoño) de hace cinco años (o siete, o dos, a elección del comunicante) se ha experimentado una mejoría evidente. Al final todos contentos, aunque luego cada uno, en privado, sabe lo que los resultados acaban diciendo y las consecuencias que de ello se derivan. Esta es la magia que tienen los datos y, en general, las estadísticas, que pueden ser manipuladas al antojo no sólo de quién las elabora, sino de quien las recibe, pudiéndose uno quedar con los números que le gusten y obviando el resto. Es la aplicación práctica de ese viejo dicho que dice que la estadística es como las farolas para los borrachos. No ilumina, sino que sirve para poyarse. No quiero decir con esto que estos estudios no tengan valor alguno, no. Son muy importantes y necesarios. Como muestra está la COPE. A cuenta de un berrinche que pilló hace unos meses dejó el EGM y no se registraban sus datos. Ahora ha vuelto, probablemente acuciada por la presión de los anunciantes. Lo cierto es que es bueno saber que cocina o tratamiento tienen los datos en bruto para poder saber hasta que punto las encuestas son fiables o no. Y el EGM, pese a tener puntos oscuros, es bastante fiable, ya sí se le considera en el mundo de la comunicación.
Lo que ya me parece un cierto cachondeo son las encuestas políticas. No conozco a ningún partido que, en una encuesta solicitada por él mismo, obtenga los resultados. Las que hace el PP dan como ganador al PP y las que hace el PSOE al PSOE, faltaría más. La cuestión es quién se cree la veracidad de esos datos. El PP???, el PSOE??? Quizá estar en manos de una información tan frágil es la causa de su indefinición y pérdida de rumbo actual. El día que un partido anuncie que su encuesta da la victoria al otro partido será para grabarlo y recordarlo. Lo curioso es que al final las elecciones sólo las gana uno, no??? El resto, ¿despiden a sus estudios de demoscopia? Me temo que no.
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