martes, abril 30, 2019

El ruido de las redes puede aturdirnos


Pablo Rodríguez Suanzes, corresponsal de El Mundo en Bruselas es un gran periodista, devorador de libros, hombre sabio y divulgador de cultura como pocos. Se conoce al dedillo las instituciones comunitarias y a todos los que por ellas han pasado o ejercen labores, y posee una cultura vastísima en tantos otros campos de la cultura y vida que, sinceramente, nada puedo aportar desde esta esquinita del mundo que él no sepa o sea capaz de puntualizar, rebatir o desmontar. Pues bien, comentaba este domingo, en medio del avance del escrutinio electoral, que el uso de las redes sociales, donde es un referente en Twitter con su usuario @Suanzes le había convencido de que Vox sumaría muchos más escaños de los que llevaba. A mi me pasó lo mismo.

¿Hasta qué punto las redes sociales distorsionan nuestra visión de la realidad? El caso de Suanzes no es único. Otros tuiteros interesantes esgrimían que el volumen de seguidores de Twitter o Instagram de los adolescentes que estaban encandilados con Vox hacía presagiar un voto mucho más alto para esa formación del que detectaban las encuestas, basadas en parámetros y formas de trabajo más arcaicas, no pegadas al día a día, más bien segundo a segundo, de las redes. Las conclusiones de esos tuiteros fueron, afortunadamente, desmentidas por la realidad, que otorgó a Vox un potente grupo parlamentario, pero muy lejos de sus sueños, de lo que han hecho otros correligionarios extremistas en Europa y, sobre todo, muy muy lejos de lo que el ruido de internet hacía presagiar. La conclusión obvia es que en las redes se miente mucho, y es algo cierto, pero resulta una afirmación simplista y que no lleva a ninguna parte. La conclusión interesante es que, como todos los submundos, las redes sociales ofrecen una visión parcial, sesgada, no completa de la realidad, y creo que debemos usar esos tres adjetivos como puramente calificativos, no despectivos. Parcial e incompleta porque ni mucho menos toda la sociedad tiene redes, hace uso de ellas y las utiliza como herramienta de trabajo, diversión, propaganda o vaya usted a saber qué fin. Sesgada, derivada justo de lo anterior, porque mientras que el voto es un derecho universal para mayores de edad, el grupo de usuarios de la red que sea supondrá una selección muestral de la población que, por edad, localización, estudios, educación, gustos, actitudes… lo que sea, no responderá al conjunto de la población votante. Las redes pueden ser sumamente útiles para captar tendencias y el surgimiento y desarrollo de procesos virales, que exacerban y magnifican, o servir como geniales herramientas de marketing dado que permiten posicionar productos en segmentos de población muy específicos (por no hablar de la publicidad personalizada, el sueño de todo vendedor, que el big data ya hace posible) pero pueden fracasar estrepitosamente como fuente de información en situaciones, como las electorales, en las que es vital realizar un estudio muestral lo menos sesgado posible que busque tendencias firmes entre los votantes, sin tener en cuenta su origen, renta, estrato social, educación, sexo, residencia urbana o rural…. Por todo eso, y otras muchas cuestiones, es caro y costoso realizar sondeos electorales, y más si pretenden ser precisos y ajustados a la realidad. El trabajo que en este sentido realiza Kiko Llaneras y su equipo es, en este sentido, encomiable. Mezclan técnicas modernas de muestreo y análisis probabilístico con sistemas de trabajo estadístico clásicos y consolidados para tratar de realizar fotos lo más parecidas a la realidad, y en situaciones como las de este domingo, donde la incertidumbre era muy alta, Llaneras no se cortaba al decir que las dudas le poseían, y que era una jornada infernal para los analistas por el riesgo que existía a equivocarse. El sondeo de GAD3 para RTVE o la última encuesta del CIS de Tezanos, la que sí llevaba cocina, ajustaron mucho los resultados y se parecen tanto a la realidad que sombra. ¿Qué esconden? Mucho trabajo, análisis y estudio. Y algunos, porque son inevitables, pero tratados de minimizar, sesgos.

¿Significa esto que hay que despreciar a las redes sociales como fuente de información? No, no, pero debemos ser fríos y cautos a la hora de analizar qué tendencias que en ellas se mueven corresponden a movimientos artificiales, provocados a la búsqueda de una respuesta, y cuales son espontáneos. Y en ambos casos tratar de averiguar si todo es ruido de tuiteros que viven al margen del mundo o reflejo de algo que existe en la realidad, se exprese por internet o no. ¿Cómo se hacen ambas cosas? ¿Cómo se logra? Ni idea. Supongo que relativizando, teniendo cuidado y siendo quizás algo desconfiado, pero no lo se. Y es difícil hasta el extremo. Suanzes cayó el domingo, como todos, víctima de ese ruido y furia internetero, y si él, que tiene conocimientos para cribar, sucumbió, ¿Cómo nos salvamos el resto?

Mañana es 1 de mayo, festivo en toda España, y el jueves 2 lo es en Madrid. No subo a Elorrio por lo que el viernes trabajo y nos leeremos nuevamente.

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