Dicen algunos que el 666 es el número de la bestia, satánico y demoníaco donde los haya, explotado en películas y libros esotéricos, y casi convertido ya en una franquicia del miedo. Ayer el Dow Jones cayó el 6,98%, lo que no es la mayor caída porcentual de la historia, pero se dejó una cifra de puntos tan redonda como atractiva, 777. Para los amantes de las cábalas y supersticiones numéricas, entre los que no me encuentro, ayer fue un día especial al alcanzarse ese guarismo tan redondo. Para los demás, y en ese saco si me encuentro, fue simple y sencillamente un día desastroso.
La cosa pintaba mal, con una sesión en Europa teñida de rojo porque ya han llegado las caídas bancarias al viejo continente, y el miedo se extiende por doquier. Abría Wall street con bajadas moderadas, del 2%, que en un contexto normal serían pronunciadas, pero en la montaña rusa que vivimos últimamente son meros bajíos, y de repente, la Cámara de Representantes rechaza el plan de rescate financiero promovido por Bush, y diseñado por Henry Paulson y Ben Bernanke. Enorme sorpresa, porque pese a que el plan no es una maravilla y tiene pegas, es algo a donde agarrarse, un punto de ataque desde el que poder instalar un torniquete que evite que el sistema financiero se desangre. Suponía que iba a ser difícil aprobarlo, porque los congresistas deben acudir a las urnas en un mes (no sólo se elige a Obama y McCain, y de hecho no se les elige directamente, pero eso es otra historia) y es duro decirle a tus votantes, quienes te garantizan el sueldo y una vida de lujo en Washington, que tu propuesta fiscal es subirles los impuestos para pagar el desmadre de las finanzas. Sin embargo, y pese a todo, confiaba en una aprobación raspada. Llegué a casa a las 20:11 y Alsina me revolvió las tripas al decir que por 228 votos frente a 205 el plan era.....rechazado. De ahí al hundimiento del Dow Jones no había nada, y se recorrió ese lapso. El resultado de la votación es un desastre para Bush, ninguneado por su partido y por la oposición cuando apenas le queda un mes de mandato efectivo, es un rechazo de los dos partidos a los dos candidatos presidenciales, porque tanto Obama como McCain apoyaban el plan, y ahora se han visto desautorizados plenamente, y es una derrota completa para Ben Bernanke, el presidente de la FED, el banco central norteamericano, y Henry Paulson, el Secretario del Tesoro, equivalente al Ministro de Economía. Ayer por la noche hizo Paulson una comparecencia en los jardines de la Casa Blanca con ánimo de tranquilizar a la población. Su semblante desencajado, y sus más de 1,90 de altura oscilando nerviosos, agotados tras días de negociaciones intensas e insoportables, saldadas con el fracaso, reflejaban la angustia e impotencia de un hombre que se ha jugado su prestigio y carrera a una tabla que, creyendo buena, se ha demostrado inútil. Si el objetivo de al comparecencia era sembrar la tranquilidad les aseguro que, al menos a mi, me produjo muchas sensaciones, pero todas ellas negativas.
Bien, y ahora, que??? Pues no se. Nunca he visto una situación tan complicada, peligrosa, y en la que el nerviosismo se encuentre tan a flor de piel. Puede pasar cualquier cosa. Por de pronto el Ibex 35 abre dentro de 50 minutos, y puede que fuese mejor no abrirlo, porque es probable que hoy se de otro castañazo. Se sigue negociando en Washington para lograr una solución de compromiso, puede que la FED y el Banco Central Europeo deban bajar, desplomar, hundir los tipos de interés para insuflar algo a un mercado en el que las “inyecciones “ ya no sirven para nada, pero si me permiten un consejo para los particulares, no se de dejen llevar por el pánico. No corran, no huyan, no ejecuten pérdidas. Es hora de coger una buena botella de vodka, tragársela con estilo y esperar. Glups.
martes, septiembre 30, 2008
lunes, septiembre 29, 2008
Ñam, ñam..... (para MCD y DCM)
Dicen que el desayuno es la comida más importante del día, quizás porque como es la que menos se practica se merece al menos el elogio de los expertos y entendidos. Habitualmente nos levantamos dormidos, y pese a lavarnos con agua caliente (o fría, según el gusto) muchas veces no tenemos ganas de meternos nada a la boca a esas horas en las que las calles parece que ni están puestas, que las aceras son falsas y en las que surge un instintivo recelo de los extraños seres que por ellas andan.
Viene esto a cuento porque este fin de semana he tenido visita de un grupo de muy buenos amigos de Elorrio. Por cuestiones que podríamos calificar de logísticas, ninguno de ellos se ha alojado en mi casa, y todos han recalado en dos viviendas próximas entre sí, pero lejanas a la mía, siendo una de ellas la que ha jugado el papel de “campamento base” de la excursión. Nos hemos juntado un total de nueve personas, ocho de las cuales han desayunado todo el fin de semana en el citado campamento, y una novena, este escribiente, dormía en su casa y llegaba por las mañanas a la comuna general cuando el desayuno famoso estaba ya empezado. Eso sí, yo ya venía alimentado, porque es cierto que donde comen n comen n+1, pero aquí el n ya era demasiado grande, creo yo. Bien, cuando llegué el Sábado a eso de las 10:25 de la mañana el espectáculo era grandioso. Ocho personas arracimadas en torno a una mesa con decenas de objetos delante. A parte de platos, vasos, servilletas y cubiertos, allí había leche, café, cola cao, distintos tipos de te, zumos variados, cestos de frutas, cajas de cereales, agua, magdalenas, cruasanes, pan, tostadas, mantequilla, mermelada, nocilla, azúcar de distintos tipos, embutido, queso.... y seguro que me dejo alguna cosa. Vista desde arriba la mesa parecía la emulación de un downton norteamericano, en el que las cajas de cereales hacían de rascacielos y todo lo demás eran barrios, arracimados, cutres o señoriales, extendiéndose desparramados sobre una mesa en la que era difícil distinguir el color del mantel. Y claro, un montón de gente dando buena cuenta de ello. Al ver eso, sí, es un poco raro, lo primero que se me ocurrió fue el contraste con la parquedad de cosas que tengo yo en casa, suficientes para mi, pero a todas luces escasas de recibir una visita y de tratar de atenderla como se merece, pero más allá era evidente el enorme volumen de recursos, energía, inputs, CO2 y demás cosas que habían sido necesaria para generar todo lo que veía. Envoltorios de distintos tipos y de biodegradabilidad más que discutible, residuos generados, etc.. aquello era la viva imagen del consumo humano, eso sí, aderezada por las lógicas y radiantes caras de felicidad de los que a la mesa se sentaban, dispuestos a degustar tan esperado y merecido festín.
Y a buena fe que disfrutaron, porque con tanta gente, una vez que empieza la fiesta culinaria la ciudad virtual se convierte en una especie de Coruscant, ese mundo del universo Starwars surcado de naves por todas partes, con distintas formas, arrastradas en este caso por manos deseosas. Quienes no se si disfrutaron tanto de este ágape fueron la pareja anfitriona, auténtica fuente alimentaría, que como los pájaros de esos documentales de La 2, se desvivían y no paraban quietos por lograr alimentar a su prole, en este caso sus amigos, siendo a veces difícil verles al estar abducidos en esa habitación infernal llamada cocina. Para ello sea el agradecimiento por su hospitalidad y esfuerzo.
Viene esto a cuento porque este fin de semana he tenido visita de un grupo de muy buenos amigos de Elorrio. Por cuestiones que podríamos calificar de logísticas, ninguno de ellos se ha alojado en mi casa, y todos han recalado en dos viviendas próximas entre sí, pero lejanas a la mía, siendo una de ellas la que ha jugado el papel de “campamento base” de la excursión. Nos hemos juntado un total de nueve personas, ocho de las cuales han desayunado todo el fin de semana en el citado campamento, y una novena, este escribiente, dormía en su casa y llegaba por las mañanas a la comuna general cuando el desayuno famoso estaba ya empezado. Eso sí, yo ya venía alimentado, porque es cierto que donde comen n comen n+1, pero aquí el n ya era demasiado grande, creo yo. Bien, cuando llegué el Sábado a eso de las 10:25 de la mañana el espectáculo era grandioso. Ocho personas arracimadas en torno a una mesa con decenas de objetos delante. A parte de platos, vasos, servilletas y cubiertos, allí había leche, café, cola cao, distintos tipos de te, zumos variados, cestos de frutas, cajas de cereales, agua, magdalenas, cruasanes, pan, tostadas, mantequilla, mermelada, nocilla, azúcar de distintos tipos, embutido, queso.... y seguro que me dejo alguna cosa. Vista desde arriba la mesa parecía la emulación de un downton norteamericano, en el que las cajas de cereales hacían de rascacielos y todo lo demás eran barrios, arracimados, cutres o señoriales, extendiéndose desparramados sobre una mesa en la que era difícil distinguir el color del mantel. Y claro, un montón de gente dando buena cuenta de ello. Al ver eso, sí, es un poco raro, lo primero que se me ocurrió fue el contraste con la parquedad de cosas que tengo yo en casa, suficientes para mi, pero a todas luces escasas de recibir una visita y de tratar de atenderla como se merece, pero más allá era evidente el enorme volumen de recursos, energía, inputs, CO2 y demás cosas que habían sido necesaria para generar todo lo que veía. Envoltorios de distintos tipos y de biodegradabilidad más que discutible, residuos generados, etc.. aquello era la viva imagen del consumo humano, eso sí, aderezada por las lógicas y radiantes caras de felicidad de los que a la mesa se sentaban, dispuestos a degustar tan esperado y merecido festín.
Y a buena fe que disfrutaron, porque con tanta gente, una vez que empieza la fiesta culinaria la ciudad virtual se convierte en una especie de Coruscant, ese mundo del universo Starwars surcado de naves por todas partes, con distintas formas, arrastradas en este caso por manos deseosas. Quienes no se si disfrutaron tanto de este ágape fueron la pareja anfitriona, auténtica fuente alimentaría, que como los pájaros de esos documentales de La 2, se desvivían y no paraban quietos por lograr alimentar a su prole, en este caso sus amigos, siendo a veces difícil verles al estar abducidos en esa habitación infernal llamada cocina. Para ello sea el agradecimiento por su hospitalidad y esfuerzo.
viernes, septiembre 26, 2008
Acordes y desacuerdos
Tomo prestado el título de la película de Woody Allen porque lo que ayer por la noche era un acuerdo en el Congreso norteamericano al respecto del plan de salvamento financiero de Bush se ha trocado hoy en un desencuentro entre demócratas, Bush, los candidatos a sucederle y el ala más conservadora del partido republicano, que tiembla de miedo al oír cosas como la necesidad de intervenir en la economía. Y esto, la intervención pública en el negocio privado, se está convirtiendo en uno de los debates más interesantes que esta generando esta crisis, una de esas discusiones de fondo que llevan dando que hablar desde hace siglos.
Partiendo del hecho de que todas las economías están intervenidas, algunas son más libres que otras. Los EEUU siempre han presumido de un elevado grado de libertad financiera y de mercado, y ha extendido esa doctrina liberal haya donde han podido. Yo soy un liberal también, creo que hay cosas que debe hacer el estado, pero desde luego en otras no debe meterse para nada, y creo que el compromiso intervencionista debe determinarlo cada sociedad, de tal manera que un sistema sanitario como el norteamericano jamás podría ser implantado en Europa (y que así siga la cosa) y el sistema público de salud europea fracasaría en Manhattan, pese a la cara de asombro que se nos ponga a los privilegiados europeos. En el caso de la crisis financiera los americanos han mostrado una de sus caras más valiosas y útiles, que es la practicidad. Se trata de hacer algo que funcione, sea como sea. Bush y compañía son antiintervención, pero si hay que salvar el sistema, y sólo el estado lo puede salvar, pues el estado interviene. En el campo de las formas Bush lo ha hecho bien, llamando a Obama y McCain y diversificando riesgos y culpas. No conozco en detalle el plan de los ya famosos 700.000 millones de dólares (créanme, no faltan ceros), diseñado pro el Secretario del Tesoro Henry Paulson (ex de Golmann Sachs, dato importante) y el Presidente de la FED, Ben BErnanke, pero la crítica que se le hace por parte del republicanismo acérrimo es que ese dinero va a salir del contribuyente americano, y se destinará a financiar los agujeros que han creado algunos irresponsable sen Wal Street. El estar a escasos cuarenta días de las elecciones y que muchos congresistas y senadores puedan ver su reelección frustrada por este llamada a pagara dinero puede hacer que el plan fracase. Obama ha puesto empeño en que el plan recoja de manera explícita que los altos ejecutivos de las firmas de inversión que han quebrado, o de las inmobiliarias, no puedan beneficiarse de estos fondos públicos, con la intención de suavizar el trago al granjero de Iowa o al comerciante de Denver, que son los que van a pagar el pato finalmente. ¿Se imaginan aquí una situación similar? Zapatero y Rajoy juntos en la Moncloa debatiendo un presupuesto de emergencia nacional para evitar el colapso del sistema financiero más sólido de occidente. Confiemos en que no llegue el colapso, porque dudo mucho de que se diera un acuerdo tan prometedor en nuestros país como el mostrado en Washington, aunque como se ve allí también el “pacto de salvación” rodeado de peligros y obstáculos.
Lecturas recomendadas. Lógicamente, no han salido aún libros sobre la crisis, pero hay dos visionarios que ya preveían esto, o mejor, denuncian que los mercados financieros son más complejos, difíciles y peligrosos de lo que creemos. Uno es “Fractales y finanzas” de Benoit Mandelbrot y Richard Hudson. El otro, camino de convertirse en un clásico, pese a esta recién publicado, es “El cisne negro” del rupturista y polémico Nassim Nicholas Taleb, ex broker, odiador de las corbatas, y denunciante de un sistema económico en el que la estadística clásica no funciona, los conceptos de “borroso” y “no lineal” campan por sus fueros y provocan destrozos como los vividos. Por cierto, ambos textos se fijan mucho en lo que sucedió con el LTCM a finales de los noventa, una especie de “demo” de la situación actual. Dos libros interesantes y, en estos días, necesarios.
Partiendo del hecho de que todas las economías están intervenidas, algunas son más libres que otras. Los EEUU siempre han presumido de un elevado grado de libertad financiera y de mercado, y ha extendido esa doctrina liberal haya donde han podido. Yo soy un liberal también, creo que hay cosas que debe hacer el estado, pero desde luego en otras no debe meterse para nada, y creo que el compromiso intervencionista debe determinarlo cada sociedad, de tal manera que un sistema sanitario como el norteamericano jamás podría ser implantado en Europa (y que así siga la cosa) y el sistema público de salud europea fracasaría en Manhattan, pese a la cara de asombro que se nos ponga a los privilegiados europeos. En el caso de la crisis financiera los americanos han mostrado una de sus caras más valiosas y útiles, que es la practicidad. Se trata de hacer algo que funcione, sea como sea. Bush y compañía son antiintervención, pero si hay que salvar el sistema, y sólo el estado lo puede salvar, pues el estado interviene. En el campo de las formas Bush lo ha hecho bien, llamando a Obama y McCain y diversificando riesgos y culpas. No conozco en detalle el plan de los ya famosos 700.000 millones de dólares (créanme, no faltan ceros), diseñado pro el Secretario del Tesoro Henry Paulson (ex de Golmann Sachs, dato importante) y el Presidente de la FED, Ben BErnanke, pero la crítica que se le hace por parte del republicanismo acérrimo es que ese dinero va a salir del contribuyente americano, y se destinará a financiar los agujeros que han creado algunos irresponsable sen Wal Street. El estar a escasos cuarenta días de las elecciones y que muchos congresistas y senadores puedan ver su reelección frustrada por este llamada a pagara dinero puede hacer que el plan fracase. Obama ha puesto empeño en que el plan recoja de manera explícita que los altos ejecutivos de las firmas de inversión que han quebrado, o de las inmobiliarias, no puedan beneficiarse de estos fondos públicos, con la intención de suavizar el trago al granjero de Iowa o al comerciante de Denver, que son los que van a pagar el pato finalmente. ¿Se imaginan aquí una situación similar? Zapatero y Rajoy juntos en la Moncloa debatiendo un presupuesto de emergencia nacional para evitar el colapso del sistema financiero más sólido de occidente. Confiemos en que no llegue el colapso, porque dudo mucho de que se diera un acuerdo tan prometedor en nuestros país como el mostrado en Washington, aunque como se ve allí también el “pacto de salvación” rodeado de peligros y obstáculos.
Lecturas recomendadas. Lógicamente, no han salido aún libros sobre la crisis, pero hay dos visionarios que ya preveían esto, o mejor, denuncian que los mercados financieros son más complejos, difíciles y peligrosos de lo que creemos. Uno es “Fractales y finanzas” de Benoit Mandelbrot y Richard Hudson. El otro, camino de convertirse en un clásico, pese a esta recién publicado, es “El cisne negro” del rupturista y polémico Nassim Nicholas Taleb, ex broker, odiador de las corbatas, y denunciante de un sistema económico en el que la estadística clásica no funciona, los conceptos de “borroso” y “no lineal” campan por sus fueros y provocan destrozos como los vividos. Por cierto, ambos textos se fijan mucho en lo que sucedió con el LTCM a finales de los noventa, una especie de “demo” de la situación actual. Dos libros interesantes y, en estos días, necesarios.
jueves, septiembre 25, 2008
Y en España, ¿cómo lo llevamos?
Aprovechando la reunión de la Asamblea General de la ONU y su presencia en Nueva York, se reunió ayer Zapatero con una representación de empresarios norteamericanos, a los que trató de convencer de las bondades de seguir invirtiendo en España. Fiel a su optimismo sin límite, casi mesiánico, afirmó que el sistema financiero español es el más sólido y fiable de las economías desarrolladas, y dijo que en tres o cuatro años alcanzaremos la renta per cápita de Francia. Ojala acierte, pero las risas que traslucían de su auditorio al decir esto eran una buena guía para valorar la opinión de quienes esto oían.
Y es que el gobierno nacional (los autonómicos no cuentan sino es para derrochar y pedir más) sigue sin enfrentarse a la crisis. Se está pasando de un proceso de negación absoluta a un reconocimiento de que existen dificultades, pero como si fuesen piedrecillas en el arcén de la autopista hacia el futuro. El equipo de Solbes (¿existe?) no hace nada, salvo actualizar unas previsiones que la realidad desborda día a día y negar los hechos del pasado, y me da la impresión de que se ha dado la orden de quedarse quieto a la espera de que escampe la tormenta, y ver si podemos sobrevivir en la inacción. En mi opinión, esto es patético, y sólo se me ocurren dos causas para poder actuar, ambas preocupantes. Una de ellas es que no tienen ni idea de que hacer, y la otra es que, de saberlo, no se atreven a llevar a cabo política alguna. No se que cual de las dos es la más probable, pero ambas me aterran. Si esto fuese un país normal podríamos pensar “vale, el gobierno es inútil, vamos a mirar al otro lado a ver que proponen”. Y si uno oye al PP se encuentra...... pues casi lo mismo. El discurso de la oposición es que el gobierno lo ha hecho mal (correcto) se ha equivocado (correcto) y ha engañado con la cifras (correcto), pero de ahí en adelante nada de nada, y me temo que por las mismas causas que en el caso gubernamental. Total desconocimiento y, en caso de saber que hacer, una absoluta falta de atrevimiento y coraje. Por lo tanto, así, a bote pronto, no espero absolutamente nada de esa panda de aparentes incompetentes que nos gobiernan o se oponen. Salgamos de la política y vayamos a eso que se llama las “organizaciones sociales”. Con más de 100.000 parados nuevos al mes los sindicatos no dicen ni pío, no vaya a ser que el gobierno les quite alguna de las subvenciones que, muy generosamente, les reparte sin justificación alguna. Como de momento son las PYMES, unos parias no sindicados, las que están derrumbándose, qué más da. Y por parte de la CEOE hemos asistido estos últimos días a un lamentable espectáculo de lucha cainita por el poder con amagos de infarto incluido. Su actual presidente, Gerardo Díaz Ferrán, debe muchos favores al gobierno por la ayuda que este le ha prestado en el caso de Aerolíneas Argentinas, por lo que su silencio también está comprado. Además, como las que se están derrumbando son esas PYMEs que no pagan a la patronal, que les den. Como verán, de una manera muy simplista, nos encontramos con que los agentes decisorios de la política económica nacional dan bastante pena, y no creo que se encuentren a la altura de las circunstancias que se nos avecinan. Como en muchas otras ocasiones, espero equivocarme profundamente con el juicio y opinión que aquí expongo, y que nos sorprendan positivamente.
Y una nota no menos importante. ¿Dónde está el debate económico? En medio de esta supercrisis, con liberales interviniendo e intervencionistas protestando, si uno quiere enterarse de algo, ¿dónde puede leer u oír cosas interesantes? Las televisiones generalistas han abandonado el tema por completo, ni diez minutos de entrevistas a expertos, pero es que no veo artículos académicos de rigor al respecto, de economistas, catedráticos o servicios de estudios. Nada. El suplemento Negocios de El País de la semana pasada tenía muchos y muy buenos artículos sobre el tema, pero eran traducciones de economistas norteamericanos sobre los males que afligen a EEUU. Salvo el de Piqué, con un título precioso y escalofriante, nada que no fuesen las columnas habituales. Se salva cotizalia, pero, y el resto?
Y es que el gobierno nacional (los autonómicos no cuentan sino es para derrochar y pedir más) sigue sin enfrentarse a la crisis. Se está pasando de un proceso de negación absoluta a un reconocimiento de que existen dificultades, pero como si fuesen piedrecillas en el arcén de la autopista hacia el futuro. El equipo de Solbes (¿existe?) no hace nada, salvo actualizar unas previsiones que la realidad desborda día a día y negar los hechos del pasado, y me da la impresión de que se ha dado la orden de quedarse quieto a la espera de que escampe la tormenta, y ver si podemos sobrevivir en la inacción. En mi opinión, esto es patético, y sólo se me ocurren dos causas para poder actuar, ambas preocupantes. Una de ellas es que no tienen ni idea de que hacer, y la otra es que, de saberlo, no se atreven a llevar a cabo política alguna. No se que cual de las dos es la más probable, pero ambas me aterran. Si esto fuese un país normal podríamos pensar “vale, el gobierno es inútil, vamos a mirar al otro lado a ver que proponen”. Y si uno oye al PP se encuentra...... pues casi lo mismo. El discurso de la oposición es que el gobierno lo ha hecho mal (correcto) se ha equivocado (correcto) y ha engañado con la cifras (correcto), pero de ahí en adelante nada de nada, y me temo que por las mismas causas que en el caso gubernamental. Total desconocimiento y, en caso de saber que hacer, una absoluta falta de atrevimiento y coraje. Por lo tanto, así, a bote pronto, no espero absolutamente nada de esa panda de aparentes incompetentes que nos gobiernan o se oponen. Salgamos de la política y vayamos a eso que se llama las “organizaciones sociales”. Con más de 100.000 parados nuevos al mes los sindicatos no dicen ni pío, no vaya a ser que el gobierno les quite alguna de las subvenciones que, muy generosamente, les reparte sin justificación alguna. Como de momento son las PYMES, unos parias no sindicados, las que están derrumbándose, qué más da. Y por parte de la CEOE hemos asistido estos últimos días a un lamentable espectáculo de lucha cainita por el poder con amagos de infarto incluido. Su actual presidente, Gerardo Díaz Ferrán, debe muchos favores al gobierno por la ayuda que este le ha prestado en el caso de Aerolíneas Argentinas, por lo que su silencio también está comprado. Además, como las que se están derrumbando son esas PYMEs que no pagan a la patronal, que les den. Como verán, de una manera muy simplista, nos encontramos con que los agentes decisorios de la política económica nacional dan bastante pena, y no creo que se encuentren a la altura de las circunstancias que se nos avecinan. Como en muchas otras ocasiones, espero equivocarme profundamente con el juicio y opinión que aquí expongo, y que nos sorprendan positivamente.
Y una nota no menos importante. ¿Dónde está el debate económico? En medio de esta supercrisis, con liberales interviniendo e intervencionistas protestando, si uno quiere enterarse de algo, ¿dónde puede leer u oír cosas interesantes? Las televisiones generalistas han abandonado el tema por completo, ni diez minutos de entrevistas a expertos, pero es que no veo artículos académicos de rigor al respecto, de economistas, catedráticos o servicios de estudios. Nada. El suplemento Negocios de El País de la semana pasada tenía muchos y muy buenos artículos sobre el tema, pero eran traducciones de economistas norteamericanos sobre los males que afligen a EEUU. Salvo el de Piqué, con un título precioso y escalofriante, nada que no fuesen las columnas habituales. Se salva cotizalia, pero, y el resto?
miércoles, septiembre 24, 2008
A la caza del culpable
Es muy humana la necesidad de buscar culpables de todo lo que sucede, para descargar sobre ellos los hechos y las propias culpas de lo sucedido. A veces es relativamente fácil, como en el caso del asesino de ayer en Finlandia, donde el propio y orgulloso autor de la matanza carga con lo sucedido, aunque la policía, que le entrevisto el día anterior y no le hallaron trazas siniestras, tampoco puede estar demasiado orgullosa de su trabajo. Seguramente tras ese sujeto se esconda una historia complicada que haya derivado en el horror de ayer, pero la mayor parte de la culpa la tiene un único destinatario.
En el caso de una crisis económica las cosas no están tan claras. Hay miles, millones de agentes en el juego, porque cada uno de nosotros, con nuestras decisiones individuales, formamos la sociedad y su economía. Se dirá, quizás con razón, que los bancos y las instituciones públicas son en mayor parte responsables del hundimiento, pero también en este caso habría que atribuirles el mérito de los catorce años de crecimiento casi ininterrumpido que disfrutamos en occidente desde 1994, y que en el caso de España han contribuido a transformar el país por completo. Amenazaba ayer Sarkozy, en un discurso bastante populista y demagógico, con castigar a los culpables y generadores de esta crisis. ¿Qué va a hacer el amigo Sarko? Quizás encerrar en la cárcel a los millones de españoles, franceses o norteamericanos que han visto como sus casa se disparaban de valor y eran el principal activo e cara a poder invertir y enriquecerse. Si es así, podría empezar por devolver las faraónicas cifras recaudadas por el gobierno francés, o el español, en concepto de impuestos sobre al vivienda, porque cuando los pisos subían un 15% al año, y al recaudación de IVA e impuestos especiales lo hacía de igual manera no había un solo presidente de gobierno, ningún dirigente de Comunidad Autónoma y menos una alcalde que se quejasen. Más bien al contrario, se frotaban las manos al ver como las arcas se llenaban, sin preguntarse si ese enriquecimiento era sano o no. Lo que quiero decir es que las autoridades, en muchos casos, han sido uno de las mayores beneficiarios por el boom inmobiliario, y por tanto no tenían el menor interés en que se frenase (seguro que el lector conoce caso en su pueblo o cercano en el que el Ayuntamiento ha especulado con los terrenos como el que más para sacar ingresos “extra”). A quines debiéramos pedir explicaciones es a las instituciones de control financiero. Empezando por las agencias de rating, que son las que valoran y califican la deuda y las acciones, que se han demostrado inútiles, falsas y manipulables, ofreciendo unos valores que eran ratifícales, porque así obtenían un mayor beneficio por ello. El sistema de calificaciones (A, AA+, etc) y quién las impone y como es algo que debe ser revisado de arriba abajo. Ahora mismo sirve para bien poco. Por de pronto el FBI ya ha empezado a investigar a ciertas empresas, curiosamente (o no) aquellas que ya han quebrado.
Los organismos internacionales también han fracasado, si así definimos el no haber visto lo que venía y, consiguientemente, no haber hecho nada para evitarlo. El FMI o el Banco Mundial no han jugado papel alguno en esta crisis, o al menos no me consta, lo que en sí mismo es un síntoma de inoperancia, y no hablemos de la ONU, cuyo papel económico es residual, o de la Comisión Europea, que realiza cientos de informes y análisis y bien poco está aportando al debate mundial. Si hace tiempo se viene discutiendo la necesidad de reformar estas instituciones, la situación actual provoca que alguna de ellas se enfrente simple y sencillamente a su liquidación, o al menos a un derribo y reconstrucción, basado en nuevos criterios de actuación.
En el caso de una crisis económica las cosas no están tan claras. Hay miles, millones de agentes en el juego, porque cada uno de nosotros, con nuestras decisiones individuales, formamos la sociedad y su economía. Se dirá, quizás con razón, que los bancos y las instituciones públicas son en mayor parte responsables del hundimiento, pero también en este caso habría que atribuirles el mérito de los catorce años de crecimiento casi ininterrumpido que disfrutamos en occidente desde 1994, y que en el caso de España han contribuido a transformar el país por completo. Amenazaba ayer Sarkozy, en un discurso bastante populista y demagógico, con castigar a los culpables y generadores de esta crisis. ¿Qué va a hacer el amigo Sarko? Quizás encerrar en la cárcel a los millones de españoles, franceses o norteamericanos que han visto como sus casa se disparaban de valor y eran el principal activo e cara a poder invertir y enriquecerse. Si es así, podría empezar por devolver las faraónicas cifras recaudadas por el gobierno francés, o el español, en concepto de impuestos sobre al vivienda, porque cuando los pisos subían un 15% al año, y al recaudación de IVA e impuestos especiales lo hacía de igual manera no había un solo presidente de gobierno, ningún dirigente de Comunidad Autónoma y menos una alcalde que se quejasen. Más bien al contrario, se frotaban las manos al ver como las arcas se llenaban, sin preguntarse si ese enriquecimiento era sano o no. Lo que quiero decir es que las autoridades, en muchos casos, han sido uno de las mayores beneficiarios por el boom inmobiliario, y por tanto no tenían el menor interés en que se frenase (seguro que el lector conoce caso en su pueblo o cercano en el que el Ayuntamiento ha especulado con los terrenos como el que más para sacar ingresos “extra”). A quines debiéramos pedir explicaciones es a las instituciones de control financiero. Empezando por las agencias de rating, que son las que valoran y califican la deuda y las acciones, que se han demostrado inútiles, falsas y manipulables, ofreciendo unos valores que eran ratifícales, porque así obtenían un mayor beneficio por ello. El sistema de calificaciones (A, AA+, etc) y quién las impone y como es algo que debe ser revisado de arriba abajo. Ahora mismo sirve para bien poco. Por de pronto el FBI ya ha empezado a investigar a ciertas empresas, curiosamente (o no) aquellas que ya han quebrado.
Los organismos internacionales también han fracasado, si así definimos el no haber visto lo que venía y, consiguientemente, no haber hecho nada para evitarlo. El FMI o el Banco Mundial no han jugado papel alguno en esta crisis, o al menos no me consta, lo que en sí mismo es un síntoma de inoperancia, y no hablemos de la ONU, cuyo papel económico es residual, o de la Comisión Europea, que realiza cientos de informes y análisis y bien poco está aportando al debate mundial. Si hace tiempo se viene discutiendo la necesidad de reformar estas instituciones, la situación actual provoca que alguna de ellas se enfrente simple y sencillamente a su liquidación, o al menos a un derribo y reconstrucción, basado en nuevos criterios de actuación.
martes, septiembre 23, 2008
Ahora es fácil decirlo....
Quizás de todas las preguntas que hacía ayer al respecto de la crisis la más interesante sea la del porqué hemos llegado a esta situación. Como todo suceso complejo, una crisis económica no responde a una sola causa, sino a un conjunto de ellas que se coordinan y crean el fruto, en este caso la bajada. Quizás fuese de ayuda el preguntarse porqué hemos crecido tanto estos años pasados, de donde surgía esta prosperidad infinita que ahora se vuelve contra nosotros, quizás demostrando que esta caída es solo el reverso del repunte anterior. Apunto algunas ideas al respecto, aunque lo voy a hacer bastante peor que el sabio Abadía. Leerle a él también.
Lo básico es que, nuevamente, estamos asistiendo al pinchazo de una clásica burbuja, en este caso inmobiliaria. En todas las épocas ha habido burbujas, la anterior a esta fue la de las .com, y se producen siempre por al misma causa. El valor de un activo empieza a crecer, y la gente se lanza a por él, lo que provoca que crezca más. Llegados a ese punto, y si la AVARICIA y la CREDULIDAD de los inversores son grandes, el proceso de crecimiento y arrastre serán enormes. Todo el mundo se apuntará al mismo, siguiendo esa vieja ley de “tonto el último” y se llegará a la exuberancia irracional. Así hasta un punto en el que alguno, el primer listo e iluminado, se de cuenta de que ese proceso no es sostenible, se largue, alguien le siga y el precio del activo se estabilice. Los últimos en acceder se encontrarán muy endeudados, y los primeros virtualmente forrados, y todos desearán salirse rápido, espoleándose un proceso de derrumbe del valor inverso y a veces más brusco que el auge inicial. En medio de la bajada llegarán las pérdidas, las ruinas y los lamentos. En el caso que nos ocupa han sido los pisos, las casas, el bien deseado. Alimentado por unos tipos de interés ridículos, a veces negativos comparados con la inflación, las entidades financieras norteamericanas, y luego las europeas, se lanzaron a la concesión de préstamos a todo el mundo, estuvieran en condición de poder pagarlos o no. No había problema porque el precio de las casas no dejaba de subir y cubría el valor del préstamo, en caso de impago, y claro, “como los pisos no van a bajar nunca” la bola seguía engordando. Hace dos años todo el mundo se alarmaba de los caros que estaban los pisos, de lo imposible que era acceder a los mismos, pero no van a bajar, decían TODOS los analistas, salvo escasas excepciones, y pensábamos TODOS los ciudadanos. Ahora el precio SÍ está bajando y eso está arrastrando a todos los involucrados en la burbuja, desde los particulares hipotecados hasta los bancos, cajas y otras entidades que se metieron en el negocio fácil de los préstamos arriesgados. Además, el proceso de “titulización” de las hipotecas, que las ha convertido en un bien de inversión como otro cualquiera, ha hecho que esos préstamos arriesgados finalmente estén en manos de cualquier agente económico que haya hecho inversiones en los mercados financieros. A partir de ahí empieza a surgir el temor (¿Qué porcentaje de mi cartera de inversión está “contaminado”? ¿y mi rival? ¿estará peor o mejor que yo?) y el miedo a prestar dinero a cualquiera, dado el riesgo de que no te lo pueda devolver. Esta es la causa del estrangulamiento del crédito que vivimos ahora. Con todas estas fuerzas desatadas las bancarrotas, quiebras, impagos y pánicos se extienden como una mancha de aceite.
La especial gravedad de la crisis a la que nos enfrentamos deriva de que es global, dado que no se circunscribe a un país concreto como ocurrió con el derrumbe inmobiliario japonés de los noventa, y es muy profunda, porque son muchas las personas y entidades que han apostado muy fuerte en el mercado inmobiliario, y claro, cuanto más apuestas más puedes ganar o, como es el caso, perder. Esto genera los llamados riesgos sistémicos, es decir, que quiebre algo tan gordo que arrastre a la economía a un callejón sin salida, a una crisis total. Aún no hemos eludido ese riesgo, aunque lo vamos sorteando. Supongo que tras esto les surgirán aún más preguntas que ayer, empezando por una muy sería. ¿Qué han hecho las autoridades al respecto? Y sobre todo ¿qué no han hecho?
Lo básico es que, nuevamente, estamos asistiendo al pinchazo de una clásica burbuja, en este caso inmobiliaria. En todas las épocas ha habido burbujas, la anterior a esta fue la de las .com, y se producen siempre por al misma causa. El valor de un activo empieza a crecer, y la gente se lanza a por él, lo que provoca que crezca más. Llegados a ese punto, y si la AVARICIA y la CREDULIDAD de los inversores son grandes, el proceso de crecimiento y arrastre serán enormes. Todo el mundo se apuntará al mismo, siguiendo esa vieja ley de “tonto el último” y se llegará a la exuberancia irracional. Así hasta un punto en el que alguno, el primer listo e iluminado, se de cuenta de que ese proceso no es sostenible, se largue, alguien le siga y el precio del activo se estabilice. Los últimos en acceder se encontrarán muy endeudados, y los primeros virtualmente forrados, y todos desearán salirse rápido, espoleándose un proceso de derrumbe del valor inverso y a veces más brusco que el auge inicial. En medio de la bajada llegarán las pérdidas, las ruinas y los lamentos. En el caso que nos ocupa han sido los pisos, las casas, el bien deseado. Alimentado por unos tipos de interés ridículos, a veces negativos comparados con la inflación, las entidades financieras norteamericanas, y luego las europeas, se lanzaron a la concesión de préstamos a todo el mundo, estuvieran en condición de poder pagarlos o no. No había problema porque el precio de las casas no dejaba de subir y cubría el valor del préstamo, en caso de impago, y claro, “como los pisos no van a bajar nunca” la bola seguía engordando. Hace dos años todo el mundo se alarmaba de los caros que estaban los pisos, de lo imposible que era acceder a los mismos, pero no van a bajar, decían TODOS los analistas, salvo escasas excepciones, y pensábamos TODOS los ciudadanos. Ahora el precio SÍ está bajando y eso está arrastrando a todos los involucrados en la burbuja, desde los particulares hipotecados hasta los bancos, cajas y otras entidades que se metieron en el negocio fácil de los préstamos arriesgados. Además, el proceso de “titulización” de las hipotecas, que las ha convertido en un bien de inversión como otro cualquiera, ha hecho que esos préstamos arriesgados finalmente estén en manos de cualquier agente económico que haya hecho inversiones en los mercados financieros. A partir de ahí empieza a surgir el temor (¿Qué porcentaje de mi cartera de inversión está “contaminado”? ¿y mi rival? ¿estará peor o mejor que yo?) y el miedo a prestar dinero a cualquiera, dado el riesgo de que no te lo pueda devolver. Esta es la causa del estrangulamiento del crédito que vivimos ahora. Con todas estas fuerzas desatadas las bancarrotas, quiebras, impagos y pánicos se extienden como una mancha de aceite.
La especial gravedad de la crisis a la que nos enfrentamos deriva de que es global, dado que no se circunscribe a un país concreto como ocurrió con el derrumbe inmobiliario japonés de los noventa, y es muy profunda, porque son muchas las personas y entidades que han apostado muy fuerte en el mercado inmobiliario, y claro, cuanto más apuestas más puedes ganar o, como es el caso, perder. Esto genera los llamados riesgos sistémicos, es decir, que quiebre algo tan gordo que arrastre a la economía a un callejón sin salida, a una crisis total. Aún no hemos eludido ese riesgo, aunque lo vamos sorteando. Supongo que tras esto les surgirán aún más preguntas que ayer, empezando por una muy sería. ¿Qué han hecho las autoridades al respecto? Y sobre todo ¿qué no han hecho?
lunes, septiembre 22, 2008
Retorno tormentoso
Rayos y lluvia toda la noche, me levanto a las 6:50 y veo que ETA ha matado a una persona, Luís Conde, de 46 años. Mierda
Me voy de vacaciones una semana y se hunde el mundo. No es que yo lo sostenga, ni mucho menos, pero es paradójico que un ansioso por las noticias como yo viva la mayor crisis financiera de la historia moderna aislado, sin casi poder acceder a Internet, luchando por ver telediarios y comprando periódicos, en medio de la oposición de mis padres, que seguro protestarían menos si llegase borracho a casa o me hubiera gastado 500 euros en camisas y jerséis de lo que denuncian cunado llego con uno o dos periódicos bajo el brazo. Avatares de volver a casa para una pequeña temporada.
Lo que ha ocurrido esta semana en la bolsa, los llamados mercados y las instituciones financieras da para escribir durante meses, pero tranquilo, paciente lector, que no creo que así sea. En apenas unos días hemos asistido a la caída de imperios descomunales, gigantes llamados Lehman Brothers, que quebraba el pasado Martes, llevándose a la tumba 158 años de historia financiera, o la venta a precio de saldo de Merryll Linch, otro nombre que asusta, por lo grande, respetado y valioso que es (bueno, era) y que fue adquirido por el Bank of America por menos de la mitad de lo que valía antes de que este servidor se fuera de vacaciones el Viernes 12. En medio las bolsas salían del ojo del huracán, donde como se sabe todo está tranquilo y plácido, y viajaban hasta el medio de uno de sus vórtices, pegándose unos batacazos enormes. Caídas brutales, a plomo, destrucción de valor como si de aire se tratase, generando miedo pro todas partes. Caras asombradas de los inversores pequeños, cautos y metidos hasta el fondo en la tormenta, horror de los grandes inversores, viendo como algunos aún más grandes caían, y sin saber como sacar en limpio sus ahorros y los de muchas personas que en ellos confiaron. Los bancos centrales de medio mundo empezaron a actuar inyectando liquidez, una expresión que los periodistas usan todo el tiempo y que intuyo que la mayor parte de la gente que les oye no entiende que es lo que quiere decir, pero bueno, ahí estaban, metiendo euros en vena a los bancos comerciales en préstamos de un día, a ver si se podía tapar el agujero, pero el sistema financiero internacional, golpeado por la crisis hipotecaría hasta la médula, empezaba a zozobrar como un Titanic virtual, y muchos empezaban a arrojarse por al borda, vendiendo sus acciones a bajo precio, ejecutando pérdidas, dilapidando ahorros y esfuerzos de años. Y todos miraban al horizonte, esperando algún barco que pudiera rescatarles, rescatarnos, porque todo lo que ha sucedido esta semana nos afecta al común bolsillo de todos nosotros, no es un juego de unos pirados que, ricos hasta decir basta, se divierten en un casino. Aunque algo de eso hay, si el barco se hunde los de primera clase lo pasarán mal, pero ya se sabe que en las bodegas y los camarotes de tercera clase la supervivencia es casi imposible. Y el Jueves se vieron luces en el horizonte, y un barco en forma de intervención gubernamental norteamericana se acercó a salvarnos, y eso creo el júbilo y la euforia como no se había visto nunca.
Habrá que ver si el barco de rescate puede con todos, si tiene fondo y si no se hundirá intentando ayudarnos, pero al menos alguien está intentando hacer algo. ¿Por qué ha sucedido todo esto? ¿Qué va a pasar ahora? ¿En que me afecta? ¿Cómo queda el debate ideológico? ¿Se ha acabado la banca de inversión? ¿Qué hemos hecho mal para llegar hasta aquí? ¿Qué no hemos visto? ¿qué pueden hacer los gobiernos para arreglar esto? ¿Y qué no deben hacer? ¿Y uno mismo, qué medidas puede tomar? Decenas, cientos de enormes preguntas surgen a cada paso, tras una de las semanas económicamente más importantes de la historia reciente. Casi nada.
Me voy de vacaciones una semana y se hunde el mundo. No es que yo lo sostenga, ni mucho menos, pero es paradójico que un ansioso por las noticias como yo viva la mayor crisis financiera de la historia moderna aislado, sin casi poder acceder a Internet, luchando por ver telediarios y comprando periódicos, en medio de la oposición de mis padres, que seguro protestarían menos si llegase borracho a casa o me hubiera gastado 500 euros en camisas y jerséis de lo que denuncian cunado llego con uno o dos periódicos bajo el brazo. Avatares de volver a casa para una pequeña temporada.
Lo que ha ocurrido esta semana en la bolsa, los llamados mercados y las instituciones financieras da para escribir durante meses, pero tranquilo, paciente lector, que no creo que así sea. En apenas unos días hemos asistido a la caída de imperios descomunales, gigantes llamados Lehman Brothers, que quebraba el pasado Martes, llevándose a la tumba 158 años de historia financiera, o la venta a precio de saldo de Merryll Linch, otro nombre que asusta, por lo grande, respetado y valioso que es (bueno, era) y que fue adquirido por el Bank of America por menos de la mitad de lo que valía antes de que este servidor se fuera de vacaciones el Viernes 12. En medio las bolsas salían del ojo del huracán, donde como se sabe todo está tranquilo y plácido, y viajaban hasta el medio de uno de sus vórtices, pegándose unos batacazos enormes. Caídas brutales, a plomo, destrucción de valor como si de aire se tratase, generando miedo pro todas partes. Caras asombradas de los inversores pequeños, cautos y metidos hasta el fondo en la tormenta, horror de los grandes inversores, viendo como algunos aún más grandes caían, y sin saber como sacar en limpio sus ahorros y los de muchas personas que en ellos confiaron. Los bancos centrales de medio mundo empezaron a actuar inyectando liquidez, una expresión que los periodistas usan todo el tiempo y que intuyo que la mayor parte de la gente que les oye no entiende que es lo que quiere decir, pero bueno, ahí estaban, metiendo euros en vena a los bancos comerciales en préstamos de un día, a ver si se podía tapar el agujero, pero el sistema financiero internacional, golpeado por la crisis hipotecaría hasta la médula, empezaba a zozobrar como un Titanic virtual, y muchos empezaban a arrojarse por al borda, vendiendo sus acciones a bajo precio, ejecutando pérdidas, dilapidando ahorros y esfuerzos de años. Y todos miraban al horizonte, esperando algún barco que pudiera rescatarles, rescatarnos, porque todo lo que ha sucedido esta semana nos afecta al común bolsillo de todos nosotros, no es un juego de unos pirados que, ricos hasta decir basta, se divierten en un casino. Aunque algo de eso hay, si el barco se hunde los de primera clase lo pasarán mal, pero ya se sabe que en las bodegas y los camarotes de tercera clase la supervivencia es casi imposible. Y el Jueves se vieron luces en el horizonte, y un barco en forma de intervención gubernamental norteamericana se acercó a salvarnos, y eso creo el júbilo y la euforia como no se había visto nunca.
Habrá que ver si el barco de rescate puede con todos, si tiene fondo y si no se hundirá intentando ayudarnos, pero al menos alguien está intentando hacer algo. ¿Por qué ha sucedido todo esto? ¿Qué va a pasar ahora? ¿En que me afecta? ¿Cómo queda el debate ideológico? ¿Se ha acabado la banca de inversión? ¿Qué hemos hecho mal para llegar hasta aquí? ¿Qué no hemos visto? ¿qué pueden hacer los gobiernos para arreglar esto? ¿Y qué no deben hacer? ¿Y uno mismo, qué medidas puede tomar? Decenas, cientos de enormes preguntas surgen a cada paso, tras una de las semanas económicamente más importantes de la historia reciente. Casi nada.
viernes, septiembre 12, 2008
Un balance oscuro
Hoy, en lo que yo llamo el día de la condena, al ser la fecha en la que se cumple un aniversario, en este caso el de la caída de las torres, y un día, y sin saber muy bien porque las sentencias judiciales habitualmente añaden ese día suelto de propina, si es por recochineo o simplemente por hacerse notar, podemos hacer rápido, simplista y somero análisis de que tal han ido estos siete años en lo que hace referencia a eso que se (mal) llama la guerra contra el terrorismo, de su eficacia y de en que situación nos encontramos.
Creo que el balance es, en general, decepcionante. Hoy estamos peor que hace siete años, independientemente de que se hayan frustrado atentados o no. Y estamos peor porque, entre otras cosas, occidente, y Estados Unidos a la cabeza, han perdido gran parte de la legitimidad histórica que han tenido en esta batalla, y sobre todo el sentimiento de afecto que se extendió a medida que un hongo de polvo y mierda asolaba Manhattan. Hoy para muchos es Guantánamo el símbolo de esta lucha antiterrorista, no los complots desarticulados en Inglaterra, España y otras naciones, y eso ya es un síntoma preocupante. En lo que se refiere a la guerra pura y dura, instrumento poco eficiente para combatir este tipo de fenómeno, la situación es de estancamiento. Tras una campaña a finales de 2001 y principios de 2002 en Afganistán (¿alguien se acuerda de eso?) el nombre de Irak empezó a surgir por todas partes, y ese país y esa guerra la que han ocupado todas las portadas, debates y discusiones. Confieso que, a día de hoy, no alcanzo a entender porqué Estado Unidos se metió en ese avispero, equivocado y erróneo, salvo por una causa psicológica derivada de la venganza, la ira y el resentimiento. Varios años de esfuerzo, miles de millones de dólares gastados y, sobre todo, vidas perdidas a montones, no han servido para casi nada. El país empieza a estabilizarse poco a poco, a medida que el gobierno irakí empieza a coger un cierto fuste y poseer elementos propios de autodefensa, y en dos años sacar las tropas norteamericanas será algo trivial, porque probablemente no harán falta. A este proceso también ha ayudado que la población irakí ha rechazado la doctrina de Al Queda, se ha horrorizado cada vez más con sus terribles y sádicos atentados, y desea recuperar su país. Si Irak poco a poco se arregla, y desaparece paulatinamente de nuestros medios, Afganistán, el origen de todo, se descontrola cada vez más. En un combate sucio, oscuro, sin frentes que narrar ni ciudades que tomar y enseñar, el polvorín afgano no deja de crecer, engullendo cada vez más recursos y tropas, sin que parezca haber un plan director sobre qué hacer en el pías, o como queramos llamar a eso. La zona fronteriza con Pakistán es un territorio sin ley donde a saber que se mueve, y el propio Pakistán parece caer poco a poco en un marasmo del que la salida se presume difícil. Los esfuerzos norteamericanos por controlar su gobierno, y de paso los arsenales nucleares, no parecen estar sirviendo de mucho.
Y, por cierto, ¿Dónde está Bin Laden? Siete años después no tenemos ni idea de por donde se mueve el forajido más famoso del mundo, el instigador y último responsable de la masacre del 11S. El gobierno de Bush ha fracasado en el objetivo de capturarle, uno de los más claros y precisos objetivos que debía cumplir a partir del atentado. Es de esperar que bien McCain u Obama rectifiquen muchas de las políticas de estos últimos años, y sean capaces de enfrentarse al enorme reto que, ahora agazapado tras una voraz crisis económica, se esconde en medio de ese desierto polvoriento.
La semana que viene me cojo vacaciones por lo que, salvo sorpresa, no habrá entradas nuevas hasta el Lunes 22 de Septiembre. Ser felices.
Creo que el balance es, en general, decepcionante. Hoy estamos peor que hace siete años, independientemente de que se hayan frustrado atentados o no. Y estamos peor porque, entre otras cosas, occidente, y Estados Unidos a la cabeza, han perdido gran parte de la legitimidad histórica que han tenido en esta batalla, y sobre todo el sentimiento de afecto que se extendió a medida que un hongo de polvo y mierda asolaba Manhattan. Hoy para muchos es Guantánamo el símbolo de esta lucha antiterrorista, no los complots desarticulados en Inglaterra, España y otras naciones, y eso ya es un síntoma preocupante. En lo que se refiere a la guerra pura y dura, instrumento poco eficiente para combatir este tipo de fenómeno, la situación es de estancamiento. Tras una campaña a finales de 2001 y principios de 2002 en Afganistán (¿alguien se acuerda de eso?) el nombre de Irak empezó a surgir por todas partes, y ese país y esa guerra la que han ocupado todas las portadas, debates y discusiones. Confieso que, a día de hoy, no alcanzo a entender porqué Estado Unidos se metió en ese avispero, equivocado y erróneo, salvo por una causa psicológica derivada de la venganza, la ira y el resentimiento. Varios años de esfuerzo, miles de millones de dólares gastados y, sobre todo, vidas perdidas a montones, no han servido para casi nada. El país empieza a estabilizarse poco a poco, a medida que el gobierno irakí empieza a coger un cierto fuste y poseer elementos propios de autodefensa, y en dos años sacar las tropas norteamericanas será algo trivial, porque probablemente no harán falta. A este proceso también ha ayudado que la población irakí ha rechazado la doctrina de Al Queda, se ha horrorizado cada vez más con sus terribles y sádicos atentados, y desea recuperar su país. Si Irak poco a poco se arregla, y desaparece paulatinamente de nuestros medios, Afganistán, el origen de todo, se descontrola cada vez más. En un combate sucio, oscuro, sin frentes que narrar ni ciudades que tomar y enseñar, el polvorín afgano no deja de crecer, engullendo cada vez más recursos y tropas, sin que parezca haber un plan director sobre qué hacer en el pías, o como queramos llamar a eso. La zona fronteriza con Pakistán es un territorio sin ley donde a saber que se mueve, y el propio Pakistán parece caer poco a poco en un marasmo del que la salida se presume difícil. Los esfuerzos norteamericanos por controlar su gobierno, y de paso los arsenales nucleares, no parecen estar sirviendo de mucho.
Y, por cierto, ¿Dónde está Bin Laden? Siete años después no tenemos ni idea de por donde se mueve el forajido más famoso del mundo, el instigador y último responsable de la masacre del 11S. El gobierno de Bush ha fracasado en el objetivo de capturarle, uno de los más claros y precisos objetivos que debía cumplir a partir del atentado. Es de esperar que bien McCain u Obama rectifiquen muchas de las políticas de estos últimos años, y sean capaces de enfrentarse al enorme reto que, ahora agazapado tras una voraz crisis económica, se esconde en medio de ese desierto polvoriento.
La semana que viene me cojo vacaciones por lo que, salvo sorpresa, no habrá entradas nuevas hasta el Lunes 22 de Septiembre. Ser felices.
jueves, septiembre 11, 2008
Siete años
Hoy es 11 de septiembre de 2008, el séptimo aniversario de la destrucción de las Torres Gemelas de Nueva York por un ataque terrorista. Para unos pocos, me temo que cada vez menos, el día más importante del año.
No olvidemos lo sucedido porque, entre otras cosa, olvidar algo es condenarnos a repetir una y otra vez el pasado.
No olvidemos lo sucedido porque, entre otras cosa, olvidar algo es condenarnos a repetir una y otra vez el pasado.
miércoles, septiembre 10, 2008
PUM CRASH CRACK
Uno cree que ha visto de todo en esta vida, o casi, hasta que la realidad le golpea y demuestra que poco sabe, conoce y cree. Estaba ayer por la noche, antes de ir a la cama, pensando en sobre que escribiría hoy. Me decanté por relatar lo que hace uno en un día tonto de fiesta como el de ayer, sólo hábil en Madrid ciudad. Luego pensé que lo justo era hablar del arranque del LHC, el gran colisionador de hadrones que hoy empieza a funcionar en el CERN, Suiza, y que tanta polémica ha generado, aunque “sólo” es un enorme y fascinante experimento hacia las fronteras de la materia. Pensando en hadrones, quarks, neutrinos y similares me dormí pasadas las 00:20.
Y a eso de la 1:15 me desperté con el ruido de golpes en al puerta de casa. Quién diablos puede estar aporreando a estas horas..... pero no era la puerta la que sonaba, eran golpes dispersos, ruidos desperdigados por toda la casa. Vi el reloj y me extrañó, porque si esto era el fin del mundo pronosticado por los agoreros del LHC se había adelantado lo suyo. ¿Qué pasa? Miré por la ventana pero no se veía mucho, porque era un continuo de relámpagos que te dejaba velado, y de vez en cuando se vislumbraba algún granizo suelto. “Ah, eso será el ruido, granizos que golpean el edificio... pues deben ser grandes” pensaba, hasta que de repente el ruido se convirtió en un estruendo, y ya no eran unos guijarros de hielo lo que caía, sino una cascada de pelotas heladas que hacían un ruido ensordecedor. Alucinado, sin saber muy bien que hacer, cerré la ventana del cuarto cuando ya algunas bolas me habían pegado con fuerza en la cabeza, es el problema de vivir en casas sin aleros en el tejado que te protejan. El ruido era horroroso, como cuando una hormigonera gira a toda velocidad y notas como los áridos que están en su interior se golpean, o como el bombo de los niños de San Ildefonso, lleno de bolitas. Subí la persiana del cuarto del todo y, asombrado, pese a no distinguir mucho los granizos, veía como las ramas de los árboles que cubren mi vista eran salvajemente golpeadas, magulladas y arrancadas. Hojas y ramitas caían sin piedad, empezando a alfombrar un suelo que cogía poco a poco una tonalidad blanca redondita. En medio de un ruido insoportable, cientos de relámpagos, y con la sensación de que la casa, poca cosa, se me venía encima, abrí la ventana de al cocina, que da al patio, y allí, sobre la repisa, se acumulaban bolas de granizo de diámetro superior al de canicas, yo diría que más de un centímetro con facilidad. El ruido en el patio era horroroso, enorme. Traté de hacer alguna foto, pero mis intentos de sacar el brazo y la cámara se saldaban con un montón de golpes de bolas en mis manos, que hacían bastante daño, y el rebote de algunas de ellas hacia el interior de casa, lo que empezaba a preocuparme, porque no era plan tener agua dentro con la que se estaba montando fuera. Algunas imágenes saqué, pero a falta de comprobarlo, me temo que el resultado será decepcionante. Y así, con un ruido realmente terrible y la sensación de estar en un cascarón a merced de los elementos, y con el temor de que en cualquier momento el techo se venga encima, hasta la 1:30. Quince minutos de fragor. LA mayor granizada que he visto en mi vida.
Lo raro de las tormentas es que, tal como vienen, se van. Y se pagó el ruido casi de golpe, y pude abrir las ventanas, y el paisaje nocturno era desolador. El suelo del barrio era tan verde como blanco, de todas las hojas que habían sido arrancadas. Hoy por la mañana, al salir de casa, quedaban acumulaciones de granizo, pero ya sólo los restos de vegetación tapizaban las calles, provenientes de árboles que, en medio de la oscuridad, deduzco que han sido parcialmente arrasados. No sólo mi barrio se ha visto afectado, perece que otros también han tenido lo suyo en esta noche que sí prometía. De hecho ayer estuve hasta las 21:30 en el parque de las tetas, viendo cuatro tormentas simultaneas en los alrededores de Madrid. Tras eso me fui a casa.. y alguna de ellas me siguió!!! En serio, alucinante.
Y a eso de la 1:15 me desperté con el ruido de golpes en al puerta de casa. Quién diablos puede estar aporreando a estas horas..... pero no era la puerta la que sonaba, eran golpes dispersos, ruidos desperdigados por toda la casa. Vi el reloj y me extrañó, porque si esto era el fin del mundo pronosticado por los agoreros del LHC se había adelantado lo suyo. ¿Qué pasa? Miré por la ventana pero no se veía mucho, porque era un continuo de relámpagos que te dejaba velado, y de vez en cuando se vislumbraba algún granizo suelto. “Ah, eso será el ruido, granizos que golpean el edificio... pues deben ser grandes” pensaba, hasta que de repente el ruido se convirtió en un estruendo, y ya no eran unos guijarros de hielo lo que caía, sino una cascada de pelotas heladas que hacían un ruido ensordecedor. Alucinado, sin saber muy bien que hacer, cerré la ventana del cuarto cuando ya algunas bolas me habían pegado con fuerza en la cabeza, es el problema de vivir en casas sin aleros en el tejado que te protejan. El ruido era horroroso, como cuando una hormigonera gira a toda velocidad y notas como los áridos que están en su interior se golpean, o como el bombo de los niños de San Ildefonso, lleno de bolitas. Subí la persiana del cuarto del todo y, asombrado, pese a no distinguir mucho los granizos, veía como las ramas de los árboles que cubren mi vista eran salvajemente golpeadas, magulladas y arrancadas. Hojas y ramitas caían sin piedad, empezando a alfombrar un suelo que cogía poco a poco una tonalidad blanca redondita. En medio de un ruido insoportable, cientos de relámpagos, y con la sensación de que la casa, poca cosa, se me venía encima, abrí la ventana de al cocina, que da al patio, y allí, sobre la repisa, se acumulaban bolas de granizo de diámetro superior al de canicas, yo diría que más de un centímetro con facilidad. El ruido en el patio era horroroso, enorme. Traté de hacer alguna foto, pero mis intentos de sacar el brazo y la cámara se saldaban con un montón de golpes de bolas en mis manos, que hacían bastante daño, y el rebote de algunas de ellas hacia el interior de casa, lo que empezaba a preocuparme, porque no era plan tener agua dentro con la que se estaba montando fuera. Algunas imágenes saqué, pero a falta de comprobarlo, me temo que el resultado será decepcionante. Y así, con un ruido realmente terrible y la sensación de estar en un cascarón a merced de los elementos, y con el temor de que en cualquier momento el techo se venga encima, hasta la 1:30. Quince minutos de fragor. LA mayor granizada que he visto en mi vida.
Lo raro de las tormentas es que, tal como vienen, se van. Y se pagó el ruido casi de golpe, y pude abrir las ventanas, y el paisaje nocturno era desolador. El suelo del barrio era tan verde como blanco, de todas las hojas que habían sido arrancadas. Hoy por la mañana, al salir de casa, quedaban acumulaciones de granizo, pero ya sólo los restos de vegetación tapizaban las calles, provenientes de árboles que, en medio de la oscuridad, deduzco que han sido parcialmente arrasados. No sólo mi barrio se ha visto afectado, perece que otros también han tenido lo suyo en esta noche que sí prometía. De hecho ayer estuve hasta las 21:30 en el parque de las tetas, viendo cuatro tormentas simultaneas en los alrededores de Madrid. Tras eso me fui a casa.. y alguna de ellas me siguió!!! En serio, alucinante.
lunes, septiembre 08, 2008
Revistas y fotos
Verán, hoy me ha dado por ponerme en plan abuelo cebolleta, o mejor, cascarrabias. Los Sábados suelo comprar dos periódicos, El País y el ABC. Este último incluye una revista femenina llamada “Mujer de hoy” que, como otras similares, consta de una serie de plúmbeos artículos como excusa para contener un enorme catálogo de venta de ropa y complementos varios. Esto sucede a veces también con las revistas dominicales de todos los periódicos, pero en ese caso el asunto es más disimulado, excepto en los llamados “números extras”, y los artículos no son de rellenos y suelen estar bien.
Pues este sábado la citada revista era un “extra niños”. Horror, me dije, además de tostonazo vienen fotos de niños, con lo poco que me gustan los niños a mi... por lo menos los habituales reportajes de modelos son una pesadez, pero alegran la vista, aunque hay cada una que da pena. Bien, el número en cuestión incluía una entrevista con la ministra de educación Mercedes Cabrera, que afirmaba, sin ruborizarse ni nada, que “disponemos del mejor sistema educativo que hemos tenido nunca”. Se ve que ella no manda a sus hijos a estudiar en España, o es una experta en los modelos educativos de naciones punteras como Chad, Turkemistan o Albania. A ver si hay suerte y la ministra visita un día de estos un colegio de la ESO y los alumnos le dan su merecido. Tras esta asunción de responsabilidades ante el fracaso educativo que nos aflige yo ya estaba algo caliente, pero después de la coartada – entrevista, venía el extra en sí, decenas de páginas de niños y niñas posando como modelos divididos en varios epígrafes con títulos del estilo de “los primeros de la clase”, “nos vamos de marcha” “aventura urbana” o tonterías semejantes. En todos los casos la edad de los menores oscilaría entre los 8 y 12 años, supongo, y parecían niños haciendo de modelo mayor, lo que provocaba en mi una sonrisa cáustica por lo cutre que resultaba la imitación, y niñas haciendo de modelos mayores, con una expresión de lolitas insinuantes que era aún más patética que en el caso de ellos. Para ayudar a los padres, los últimos y engañados sufridores de este engendro, a superar la crisis y hacer que el inicio de curso se a lo más llevadero posible, en todos los casos ellos y ellas llevaban puestos ropa, complementos y accesorios por un precio que, en cada conjunto, no bajaba de los 300 euros de media, por lo que se podía garantizar que los niños volviesen al “cole” de la manera más guay del mundo, siendo los primeros en diseño. Eso sí, gastándose bastante más en los zapatos que en libros de texto, y mucho más aun en una pashmina (un pañuelo de esos) de 150 euros que hará que ellos se rindan ante los encantos de la pequeña señorita, y le garanticen el triunfo en la clase..... A medida que pasaba las páginas y veía nuevos e inacabables ejemplos de esto iba pasando del “no me gusta, no me gusta” al “esto es una vergüenza, una porquería” o cosas aún más subidas de tono.
Y no sólo por el insulto que esto supone al esfuerzo educativo, que ya nadie parece valorar ni apreciar. Hay una escena en Wall-E (que gran película, verla) en la que los niños aprenden a leer con las siglas del centro comercial que les acoge, fabricando así nuevos y perfectos clientes, que vivirán para las compras y estarán toda la vida a merced de las ofertas y promociones. Lo del sábado era lo mismo, más cutre y artesanal, menos futuristas, pero me temo que igual de efectivo. Aborreguemos a los críos desde pequeños, hagámosles esclavos de la moda, las tendencias y todas esas falsedades que hemos inventado, y serán dóciles consumidores el resto de sus días. No me digan que no es para ponerse cascarrabias.....
Mañana es fiesta en Madrid ciudad. Hasta el Miércoles
Pues este sábado la citada revista era un “extra niños”. Horror, me dije, además de tostonazo vienen fotos de niños, con lo poco que me gustan los niños a mi... por lo menos los habituales reportajes de modelos son una pesadez, pero alegran la vista, aunque hay cada una que da pena. Bien, el número en cuestión incluía una entrevista con la ministra de educación Mercedes Cabrera, que afirmaba, sin ruborizarse ni nada, que “disponemos del mejor sistema educativo que hemos tenido nunca”. Se ve que ella no manda a sus hijos a estudiar en España, o es una experta en los modelos educativos de naciones punteras como Chad, Turkemistan o Albania. A ver si hay suerte y la ministra visita un día de estos un colegio de la ESO y los alumnos le dan su merecido. Tras esta asunción de responsabilidades ante el fracaso educativo que nos aflige yo ya estaba algo caliente, pero después de la coartada – entrevista, venía el extra en sí, decenas de páginas de niños y niñas posando como modelos divididos en varios epígrafes con títulos del estilo de “los primeros de la clase”, “nos vamos de marcha” “aventura urbana” o tonterías semejantes. En todos los casos la edad de los menores oscilaría entre los 8 y 12 años, supongo, y parecían niños haciendo de modelo mayor, lo que provocaba en mi una sonrisa cáustica por lo cutre que resultaba la imitación, y niñas haciendo de modelos mayores, con una expresión de lolitas insinuantes que era aún más patética que en el caso de ellos. Para ayudar a los padres, los últimos y engañados sufridores de este engendro, a superar la crisis y hacer que el inicio de curso se a lo más llevadero posible, en todos los casos ellos y ellas llevaban puestos ropa, complementos y accesorios por un precio que, en cada conjunto, no bajaba de los 300 euros de media, por lo que se podía garantizar que los niños volviesen al “cole” de la manera más guay del mundo, siendo los primeros en diseño. Eso sí, gastándose bastante más en los zapatos que en libros de texto, y mucho más aun en una pashmina (un pañuelo de esos) de 150 euros que hará que ellos se rindan ante los encantos de la pequeña señorita, y le garanticen el triunfo en la clase..... A medida que pasaba las páginas y veía nuevos e inacabables ejemplos de esto iba pasando del “no me gusta, no me gusta” al “esto es una vergüenza, una porquería” o cosas aún más subidas de tono.
Y no sólo por el insulto que esto supone al esfuerzo educativo, que ya nadie parece valorar ni apreciar. Hay una escena en Wall-E (que gran película, verla) en la que los niños aprenden a leer con las siglas del centro comercial que les acoge, fabricando así nuevos y perfectos clientes, que vivirán para las compras y estarán toda la vida a merced de las ofertas y promociones. Lo del sábado era lo mismo, más cutre y artesanal, menos futuristas, pero me temo que igual de efectivo. Aborreguemos a los críos desde pequeños, hagámosles esclavos de la moda, las tendencias y todas esas falsedades que hemos inventado, y serán dóciles consumidores el resto de sus días. No me digan que no es para ponerse cascarrabias.....
Mañana es fiesta en Madrid ciudad. Hasta el Miércoles
viernes, septiembre 05, 2008
Sarah Palin
Al igual que la semana pasada fueron los demócratas los protagonistas de la política norteamericana, y mundial si me apuran, esta semana les toca el turno a los republicanos, que celebran la convención en Mineapolis. Si bien las primeras jornadas del encuentro han quedado deslucidas por el huracán Gustavo, que azotó Nueva Orleáns, en los últimos días la cosa se ha animado, especialmente por la sorprendente elección que ha hecho John McCain de la candidata a vicepresidente. Una mujer, Sarh Palin, joven, atractiva, conservadora, y con una vida personal y familiar tumultuosa.
Durante esta semana nos hemos enveredado de bastantes cosas de esta actual gobernadora del estado de Alaska. Su perfil conservador clásico, antiabortista, amante de las armas de fuego, cristiana convencida y fogosa le ha permitido suplir las carencias que en estos asuntos demuestra el propio McCain, que le hacían alejarse del votante medio del republicanismo, especialmente de grupos poderosos, como es el caso de los evangélicos del sur, que son, entre otros, los que han cimentado la victoria de Bush en las dos últimas ocasiones. Pero resulta evidente que el perfil personal de Palin no es precisamente “conservador”. Perteneció durante su juventud, es decir, hasta hace poco, a un partido independentista de Alaska, participo en el certamen de belleza del estado y quedó segunda (a mi me parece una mujer muy guapa, desde luego), recaen sobre ella acusaciones de abuso de autoridad y una hija suya de 17 años ha debido confesar en medio de la convención que está embarazada, lo que ha hecho que el novio de al chica, su ya marido de facto, aparezca en todas las televisiones aplaudiendo fervoroso a su suegra. A mi esta escena y el revuelo que se ha formado me recordaban al principio de la película “Una jaula de grillos” en la que el gran Gene Hackman, alto cargo del partido de la decencia y la moral (o algo así) recibe al noticia del que el líder del partido ha muerto acostado en la cama de una puta negra apodada “chocolatito”. Todo esto es muy americano, y me da un poco igual. No votaría a Palin o dejaría de hacerlo porque tenga un ahoja que es ligera de cascos, esté embarazada o se dedique a las oscuras artes de la consultoría. Eso son asuntos privados de la vida de la candidata y de su familia, y que no deben suponer ni una ventaja ni un inconveniente. Palin tiene un marcado perfil político, mucho más rudo de lo que aparenta su agradable figura de chica empollona y reservada, y buena muestra de ello fue el discurso que realizó antes de ayer. Duro, mordaz, casi violento contra Obama, acusándoles de inexperiencia y de incapacidad para asumir la presidencia de los EE.UU. trago en le que no le veo a ella mucho más capacitada en el caso de que, si ganase McCain, algo le sucediese a ese hombre de 72 años, el de mayor edad en la historia en presentarse por primera vez a la elección presidencial.
¿Votaría yo por Palin? La respuesta es no. No comparto su ideología, pero es que, además, Palin es creacionista. Pertenece a ese grande y poderoso grupo norteamericano que defiende que la creación de la humanidad lo ha sido por intervención divina, no por evolución, y que, por tanto, la teoría de la selección natural de Darwin no es cierta. Y no podría emitir mi voto a favor de un candidato que niega semejante avance del progreso científico. En definitiva, ya tenemos conformados los dos equipos electorales, la fecha del 4 de Noviembre se acerca y, pase lo que pase, algo va a cambiar en los Estados Unidos y, claro, en el resto del mundo.
Durante esta semana nos hemos enveredado de bastantes cosas de esta actual gobernadora del estado de Alaska. Su perfil conservador clásico, antiabortista, amante de las armas de fuego, cristiana convencida y fogosa le ha permitido suplir las carencias que en estos asuntos demuestra el propio McCain, que le hacían alejarse del votante medio del republicanismo, especialmente de grupos poderosos, como es el caso de los evangélicos del sur, que son, entre otros, los que han cimentado la victoria de Bush en las dos últimas ocasiones. Pero resulta evidente que el perfil personal de Palin no es precisamente “conservador”. Perteneció durante su juventud, es decir, hasta hace poco, a un partido independentista de Alaska, participo en el certamen de belleza del estado y quedó segunda (a mi me parece una mujer muy guapa, desde luego), recaen sobre ella acusaciones de abuso de autoridad y una hija suya de 17 años ha debido confesar en medio de la convención que está embarazada, lo que ha hecho que el novio de al chica, su ya marido de facto, aparezca en todas las televisiones aplaudiendo fervoroso a su suegra. A mi esta escena y el revuelo que se ha formado me recordaban al principio de la película “Una jaula de grillos” en la que el gran Gene Hackman, alto cargo del partido de la decencia y la moral (o algo así) recibe al noticia del que el líder del partido ha muerto acostado en la cama de una puta negra apodada “chocolatito”. Todo esto es muy americano, y me da un poco igual. No votaría a Palin o dejaría de hacerlo porque tenga un ahoja que es ligera de cascos, esté embarazada o se dedique a las oscuras artes de la consultoría. Eso son asuntos privados de la vida de la candidata y de su familia, y que no deben suponer ni una ventaja ni un inconveniente. Palin tiene un marcado perfil político, mucho más rudo de lo que aparenta su agradable figura de chica empollona y reservada, y buena muestra de ello fue el discurso que realizó antes de ayer. Duro, mordaz, casi violento contra Obama, acusándoles de inexperiencia y de incapacidad para asumir la presidencia de los EE.UU. trago en le que no le veo a ella mucho más capacitada en el caso de que, si ganase McCain, algo le sucediese a ese hombre de 72 años, el de mayor edad en la historia en presentarse por primera vez a la elección presidencial.
¿Votaría yo por Palin? La respuesta es no. No comparto su ideología, pero es que, además, Palin es creacionista. Pertenece a ese grande y poderoso grupo norteamericano que defiende que la creación de la humanidad lo ha sido por intervención divina, no por evolución, y que, por tanto, la teoría de la selección natural de Darwin no es cierta. Y no podría emitir mi voto a favor de un candidato que niega semejante avance del progreso científico. En definitiva, ya tenemos conformados los dos equipos electorales, la fecha del 4 de Noviembre se acerca y, pase lo que pase, algo va a cambiar en los Estados Unidos y, claro, en el resto del mundo.
jueves, septiembre 04, 2008
Nos lo creemos todo
Según un estudio publicado ayer, en torno a un tercio de los españoles afirma que no es capaz de distinguir las noticias reales de las falsas cuando recibe correos electrónicos o navega por Internet. Esto implica que usted mismo, y los que le rodean, son una panda de crédulos de mucho cuidado, y por ello blanco fácil para un montón de timos, engaños y bromas de mejor o peor gusto que circulan por ahí. Si a esto le unimos que Internet se ha convertido en una fuente de información de alcance superior en muchos casos a la prensa escrita o a la televisión puede que tengamos delante un serio problema,... o no.
A mi me sigue sorprendiendo la ingenuidad de esos que te mandan un correo “por si acaso” en el que se afirma que si se lo mandas a veinte amigos Bill Gates te va a ingresas 500$ en tu cuenta personal, o que Nokia te va a regalar un teléfono si haces algo similar. Recuerdo que hace años llegaba a mi casa, de manera periódica, una carta de un empresa fabricante de ropa térmica, llamada Damart, en la que mi madres siempre resultaba agraciada con suculentos regalos, producto de sorteos de denominación tan ampulosa como “El gran sorteo de las autonomías” (y no hablaban en aquel momento de la financiación) o “El sorteo universal”. Abrigos, joyas, viajes, e incluso coches. Una pena que fuese un timo, porque sino ahora mi madre estaría forrada. En aquel caso la evidencia de estafa, de gancho para conseguir ventas y engañar al incauto ciudadano era obvio, y no creo que picase nadie, aunque de todo hay. Hoy en día, sin embargo, parece más inocente el reenvío de correos electrónicos, que aparentan no dejar rastro (error) y que no delatan al verdadero remitente del mismo (otro error). Muchos de estos correos de spam son generados por máquinas que desean hacerse con direcciones de correo electrónico, a las que luego bombardearán con publicidad sobre viagra, milagrosos estiramientos de penes y otras tonterías cada vez más increíbles. Y aquí juegan con eso que se llama la ingeniería social, curiosa mezcla entre los hábitos de comportamiento humanos, la actitud gregaria y el engaño. Si a ello sumamos los grupos de paranoicos que ven conspiraciones por todas partes, siguen pensando que Elvis está vivo, que las torres gemelas no se cayeron, o que no se llegó a la luna y cosas así, es lógico que el spam y los bulos corran libremente. Puedo iniciar, por ejemplo, una cadena de correos con mis amigos afirmando que la Ministra de Fomento, Magdalena Álvarez, ha sido nombrada académica de la lengua española, y como la cosa tenga éxito acabará saliendo la citada señora en dos días reconociéndose agradecida por tal nombramiento, aunque al oírle expresarse nos entren serias dudas sobre si es posible que esa mujer pueda ocupar el sillón CH que afirmaba el correo. Quizás todo venga de ch de choteo, pensará algún incauto, pero si Internet lo dice, y luego la tele lo afirma por algo será, no????
Vale, sí, esto es una chorrada... pero es que sucede!!! Ayer mismo José María Aznar tuvo que sacar un comunicado oficial para desmentir la paternidad que se le atribuía respecto al hijo que va a tener la actual Ministra francesa de Justicia Rachida Dati. La señora Dati es libre de hacer en su vida privada lo que quiera, pero alguien con muy mala intención ha fabricado un bulo que ha difundido por ahí, y que provoca que sea la futura madre la mayor perjudicada, porque si ella no quiere decir quién es el padre del nicho está en su perfecto derecho, faltaría más. Pues nada, por obra y milagro del correo basura y de la credulidad ya tenemos padre de la criatura. Es alucinante.
A mi me sigue sorprendiendo la ingenuidad de esos que te mandan un correo “por si acaso” en el que se afirma que si se lo mandas a veinte amigos Bill Gates te va a ingresas 500$ en tu cuenta personal, o que Nokia te va a regalar un teléfono si haces algo similar. Recuerdo que hace años llegaba a mi casa, de manera periódica, una carta de un empresa fabricante de ropa térmica, llamada Damart, en la que mi madres siempre resultaba agraciada con suculentos regalos, producto de sorteos de denominación tan ampulosa como “El gran sorteo de las autonomías” (y no hablaban en aquel momento de la financiación) o “El sorteo universal”. Abrigos, joyas, viajes, e incluso coches. Una pena que fuese un timo, porque sino ahora mi madre estaría forrada. En aquel caso la evidencia de estafa, de gancho para conseguir ventas y engañar al incauto ciudadano era obvio, y no creo que picase nadie, aunque de todo hay. Hoy en día, sin embargo, parece más inocente el reenvío de correos electrónicos, que aparentan no dejar rastro (error) y que no delatan al verdadero remitente del mismo (otro error). Muchos de estos correos de spam son generados por máquinas que desean hacerse con direcciones de correo electrónico, a las que luego bombardearán con publicidad sobre viagra, milagrosos estiramientos de penes y otras tonterías cada vez más increíbles. Y aquí juegan con eso que se llama la ingeniería social, curiosa mezcla entre los hábitos de comportamiento humanos, la actitud gregaria y el engaño. Si a ello sumamos los grupos de paranoicos que ven conspiraciones por todas partes, siguen pensando que Elvis está vivo, que las torres gemelas no se cayeron, o que no se llegó a la luna y cosas así, es lógico que el spam y los bulos corran libremente. Puedo iniciar, por ejemplo, una cadena de correos con mis amigos afirmando que la Ministra de Fomento, Magdalena Álvarez, ha sido nombrada académica de la lengua española, y como la cosa tenga éxito acabará saliendo la citada señora en dos días reconociéndose agradecida por tal nombramiento, aunque al oírle expresarse nos entren serias dudas sobre si es posible que esa mujer pueda ocupar el sillón CH que afirmaba el correo. Quizás todo venga de ch de choteo, pensará algún incauto, pero si Internet lo dice, y luego la tele lo afirma por algo será, no????
Vale, sí, esto es una chorrada... pero es que sucede!!! Ayer mismo José María Aznar tuvo que sacar un comunicado oficial para desmentir la paternidad que se le atribuía respecto al hijo que va a tener la actual Ministra francesa de Justicia Rachida Dati. La señora Dati es libre de hacer en su vida privada lo que quiera, pero alguien con muy mala intención ha fabricado un bulo que ha difundido por ahí, y que provoca que sea la futura madre la mayor perjudicada, porque si ella no quiere decir quién es el padre del nicho está en su perfecto derecho, faltaría más. Pues nada, por obra y milagro del correo basura y de la credulidad ya tenemos padre de la criatura. Es alucinante.
miércoles, septiembre 03, 2008
Europa se arruga
En lo que ya puede ser considerada como una sección fija de este blog, y que podríamos titular como “¿Cómo va lo del Caúcaso?” tenemos algunas novedades, pero pocas sorpresas. Este pasado Lunes se celebró en Bruselas una cumbre extraordinaria de jefes de estado de la Unión Europea, organizada por Sarkozy, a la sazón presidente de turno del contubernio, para debatir que hacer con respecto a la actitud rusa de reconocimiento de las regiones secesionistas de Osetia del Sur y Abjasia. Tras el órdago ruso y algunas declaraciones individuales de dirigentes europeos la UE debía expresar una opinión unánime, firme y convincente.
A mi juicio consiguió a duras penas lo primero, pero fracaso en todo lo demás. La declaración final, típico producto de la diplomacia continental, usa términos duros, como referirse a la “exigencia” de que el ejército ruso abandone el territorio georgiano. También se condena el uso de la fuerza militar rusa, considerado “desproporcionado”. Bien, aplausos y vítores, pero ¿cuál es el peso en el que se ampara esta declaración? O dicho de otra forma, ¿qué va a hacer la Unión Europea para castigar a Rusia por su actitud? La respuesta es obvia. Nada. Así, Rusia ha oído estas palabras “duras” y todas aquellas que se hubiesen escrito en la declaración, con una indiferencia absoluta, dando palmaditas en la efigie de algún representante comunitario y volviendo a mirarse al ombligo satisfecha. En el fondo lo que ha reflejado la reunión del lunes es la impotencia y la sumisión europea a Rusia, a sus recursos energéticos y a su poder militar. Algunos países, especialmente reino Unido y los escandinavos, apostaban por tomar represalias comerciales, al menos para mostrar una cierta postura rígida y no dar la sensación de poder ser vejado sen cualquier momento. Sin embargo, el núcleo central europeo se olvidó rápidamente de posibles sanciones. Alemania depende del suministro de gas y petróleo ruso en mayor medida que otros países, y Francia tiene enormes contratos comerciales suscritos con Gazprom, el monopolio estatal energético ruso, para el que trabaja, entre otros, el excanciller alemán Gergard Schroeder. Así las cosas el resto de países han plegado velas en torno a una decisión consensuada, algunos a regañadientes y otros, como España, aplaudiendo hasta con las orejas el que la Unión no se haya mostrado más firme, sin que tenga yo muy claro a que se debe ese afán de entreguismo, cuando somos uno de los países de Europa que menos depende del suministro energético ruso (dependemos de otros). A partir de esta declaración resulta obvio para Rusia que Europa es algo así como una triste conciencia, que puede ser diluida con una buena ración de vodka, sea este literal o aderezado con unas tropas bien dispuestas y agazapadas donde sea. Además, se aproxima el invierno, y con el los fríos de verdad a centroeuropa, y quién sabe si alguna de las conducciones de Gazprom puede sufrir “averías imprevistas” cortes “no programados” o incidencias de otro tipo que hagan aumentar aún más la sensación de ninguno ruso hacia los países de Europa. Atentos a la tubería.
De hecho esta política de ninguneo ya ha comenzado. El Lunes que viene, el viajero Sarkozy acude a Moscú para comentar en persona con Medveded (léase Pútin), que debe estar temblando de miedo, los acuerdos del consejo europeo, y salen ahora los rusos diciendo que el acuerdo firmado el 12 de agosto para poner fin a las operaciones militares en Georgia no es el mismo que el que poseen los georgianos, y acusa al propio Sarkozy de haber cometido una especie de error de versiones del Word. Vamos, recochineo a la cara. Todavía Pútin le va a decir el Lunes a Sarkozy que no piensa comprar el último disco de Carla Bruni, y puede que ose a bajárselo del emule delante de las narices del atribulado presidente y marido galo. ¿Hará eso reaccionar a Francia y a la Unión? Sino es por esas olvidémonos.
A mi juicio consiguió a duras penas lo primero, pero fracaso en todo lo demás. La declaración final, típico producto de la diplomacia continental, usa términos duros, como referirse a la “exigencia” de que el ejército ruso abandone el territorio georgiano. También se condena el uso de la fuerza militar rusa, considerado “desproporcionado”. Bien, aplausos y vítores, pero ¿cuál es el peso en el que se ampara esta declaración? O dicho de otra forma, ¿qué va a hacer la Unión Europea para castigar a Rusia por su actitud? La respuesta es obvia. Nada. Así, Rusia ha oído estas palabras “duras” y todas aquellas que se hubiesen escrito en la declaración, con una indiferencia absoluta, dando palmaditas en la efigie de algún representante comunitario y volviendo a mirarse al ombligo satisfecha. En el fondo lo que ha reflejado la reunión del lunes es la impotencia y la sumisión europea a Rusia, a sus recursos energéticos y a su poder militar. Algunos países, especialmente reino Unido y los escandinavos, apostaban por tomar represalias comerciales, al menos para mostrar una cierta postura rígida y no dar la sensación de poder ser vejado sen cualquier momento. Sin embargo, el núcleo central europeo se olvidó rápidamente de posibles sanciones. Alemania depende del suministro de gas y petróleo ruso en mayor medida que otros países, y Francia tiene enormes contratos comerciales suscritos con Gazprom, el monopolio estatal energético ruso, para el que trabaja, entre otros, el excanciller alemán Gergard Schroeder. Así las cosas el resto de países han plegado velas en torno a una decisión consensuada, algunos a regañadientes y otros, como España, aplaudiendo hasta con las orejas el que la Unión no se haya mostrado más firme, sin que tenga yo muy claro a que se debe ese afán de entreguismo, cuando somos uno de los países de Europa que menos depende del suministro energético ruso (dependemos de otros). A partir de esta declaración resulta obvio para Rusia que Europa es algo así como una triste conciencia, que puede ser diluida con una buena ración de vodka, sea este literal o aderezado con unas tropas bien dispuestas y agazapadas donde sea. Además, se aproxima el invierno, y con el los fríos de verdad a centroeuropa, y quién sabe si alguna de las conducciones de Gazprom puede sufrir “averías imprevistas” cortes “no programados” o incidencias de otro tipo que hagan aumentar aún más la sensación de ninguno ruso hacia los países de Europa. Atentos a la tubería.
De hecho esta política de ninguneo ya ha comenzado. El Lunes que viene, el viajero Sarkozy acude a Moscú para comentar en persona con Medveded (léase Pútin), que debe estar temblando de miedo, los acuerdos del consejo europeo, y salen ahora los rusos diciendo que el acuerdo firmado el 12 de agosto para poner fin a las operaciones militares en Georgia no es el mismo que el que poseen los georgianos, y acusa al propio Sarkozy de haber cometido una especie de error de versiones del Word. Vamos, recochineo a la cara. Todavía Pútin le va a decir el Lunes a Sarkozy que no piensa comprar el último disco de Carla Bruni, y puede que ose a bajárselo del emule delante de las narices del atribulado presidente y marido galo. ¿Hará eso reaccionar a Francia y a la Unión? Sino es por esas olvidémonos.
martes, septiembre 02, 2008
Nueva Orleáns atacada por Gustav
A estas hora parece que lo peor del huracán Gustav ya ha pasado sobre la maltrecha y asediada Nueva Orleáns. Convertido en una tormenta tropical una vez que se ha adentrado en las tierras de Louisina, Gustav ha creado una atmósfera de pánico nacional en los Estados Unidos, pánico que forzó la evacuación de la ciudad y, quizás por ello, el escaso número de víctimas que se llevan contabilizadas en las calles, cerca de siete muertos. Ahora se dice que Gustav no era tan fuerte como se temía, y de ahí su escaso poder mortífero. Discrepo. Si no ha muerto mucha gente es porque no había gente para morirse. Ya se habían ido.
Y eso, el hecho de desalojar una ciudad moderna, ya es noticiable. Hace tres años, cuando el Katrina inundó la ciudad y anegó a la presidencia de Bush, se acusó con toda la razón a las autoridades de imprevisión, de dejar a la población a mercede de las inclemencias, y todos vimos las consecuencias que aquello trajo. Esta vez se ha optado por el remedio brusco, sacar a toda la gente y así minimizar los daños. Se habla de más de dos millones de evacuados en apenas un par de días. Imaginemos que en España pretendemos desalojar la provincia de Valencia, cuya población según el INE alcanza casi los dos millones y medios de habitantes. Toda la provincia, toda esa gente saliendo en coche, huyendo hacia el interior del país. No me imagino la escena, pero sería similar a cualquier película de catástrofes que tantas veces hemos visto en el cine. Si en una operación salida de fin de semana asistimos a unos atasco considerables sin motivo alguno en ocasiones ¿Qué veríamos en esta ocasión? Colas, desesperación, nervios, angustia, y una percepción de impotencia absoluta, como salida de una pesadillas del pasado. La gente en sus coches conectaría sus Ipods, GPS y demás parafernalia modernísima, y se preguntaría, en su fuero interno, que es lo que les separa de los humanos, que, hace cientos de años, vivían a merced de los elementos. De hecho con el Katrina, viendo la destrucción y los muertos flotando en el agua en medio de las barriadas, me daba la sensación de estar viendo no una película futurista, sino el asistir como espectador a una catástrofe bíblica, de la antigüedad, cuando las ciudades quedaban arrasadas por crecidas, inundaciones y plagas, y se abandonaban, y siglos después sus restos eran descubiertos por excavadores y arqueólogos variados. Era deprimente ver como siglos y siglos de progreso técnico y social caían anegados bajo la más absoluta ineficacia de una administración, local o federal, no importa, que no quiso o no supo ver lo que se le venía encima, y que cuando ocurrió tardó un tiempo imperdonable en reaccionar, ofreciendo una de las imágenes más deplorables que han mostrado los Estados Unidos en años. En esta ocasión se han curado en salud, tanto la alcaldía como el Gobierno de Washington, con un George Bush acudiendo al centro de control de Austin, Texas, y dando imagen de ser un presidente sólido, justo cuando su mandato se agota definitivamente.
Puede que en el exterior a Bush se le critique mucho por la guerra de Irak y por todo lo que ha traído, pero me da la sensación de que una de las cosas que los americanos difícilmente le perdonarán alguna vez será el haber permitido que unas escenas dignas de Somalia, Eritrea o Bangla Desh se pudieran dar en el sur de su país. En esta ocasión el miedo preventivo ha funcionado y se ha evitado el desastre, pero habrá que estar atentos a las nuevas tormentas que se están formando en el Atlántico y Caribe, aunque es muy improbable que alguna de ellas vuelva a impactar este año sobre Nueva Orleáns.
Y eso, el hecho de desalojar una ciudad moderna, ya es noticiable. Hace tres años, cuando el Katrina inundó la ciudad y anegó a la presidencia de Bush, se acusó con toda la razón a las autoridades de imprevisión, de dejar a la población a mercede de las inclemencias, y todos vimos las consecuencias que aquello trajo. Esta vez se ha optado por el remedio brusco, sacar a toda la gente y así minimizar los daños. Se habla de más de dos millones de evacuados en apenas un par de días. Imaginemos que en España pretendemos desalojar la provincia de Valencia, cuya población según el INE alcanza casi los dos millones y medios de habitantes. Toda la provincia, toda esa gente saliendo en coche, huyendo hacia el interior del país. No me imagino la escena, pero sería similar a cualquier película de catástrofes que tantas veces hemos visto en el cine. Si en una operación salida de fin de semana asistimos a unos atasco considerables sin motivo alguno en ocasiones ¿Qué veríamos en esta ocasión? Colas, desesperación, nervios, angustia, y una percepción de impotencia absoluta, como salida de una pesadillas del pasado. La gente en sus coches conectaría sus Ipods, GPS y demás parafernalia modernísima, y se preguntaría, en su fuero interno, que es lo que les separa de los humanos, que, hace cientos de años, vivían a merced de los elementos. De hecho con el Katrina, viendo la destrucción y los muertos flotando en el agua en medio de las barriadas, me daba la sensación de estar viendo no una película futurista, sino el asistir como espectador a una catástrofe bíblica, de la antigüedad, cuando las ciudades quedaban arrasadas por crecidas, inundaciones y plagas, y se abandonaban, y siglos después sus restos eran descubiertos por excavadores y arqueólogos variados. Era deprimente ver como siglos y siglos de progreso técnico y social caían anegados bajo la más absoluta ineficacia de una administración, local o federal, no importa, que no quiso o no supo ver lo que se le venía encima, y que cuando ocurrió tardó un tiempo imperdonable en reaccionar, ofreciendo una de las imágenes más deplorables que han mostrado los Estados Unidos en años. En esta ocasión se han curado en salud, tanto la alcaldía como el Gobierno de Washington, con un George Bush acudiendo al centro de control de Austin, Texas, y dando imagen de ser un presidente sólido, justo cuando su mandato se agota definitivamente.
Puede que en el exterior a Bush se le critique mucho por la guerra de Irak y por todo lo que ha traído, pero me da la sensación de que una de las cosas que los americanos difícilmente le perdonarán alguna vez será el haber permitido que unas escenas dignas de Somalia, Eritrea o Bangla Desh se pudieran dar en el sur de su país. En esta ocasión el miedo preventivo ha funcionado y se ha evitado el desastre, pero habrá que estar atentos a las nuevas tormentas que se están formando en el Atlántico y Caribe, aunque es muy improbable que alguna de ellas vuelva a impactar este año sobre Nueva Orleáns.
lunes, septiembre 01, 2008
Un paseo alternativo
Ayer por la mañana, con un sol radiante y más calor del que se intuía al sentir la brisa que soplaba, me fui a dar una vuelta a un lugar de Madrid en el que aún no había estado, y que tenía muchas ganas de visitar. Pese a lo que parezca no voy a hablar de lupanares famosos, ni de algunos chalets de celebridades en al Moraleja o similar. No, es algo más terrenal, aunque quizás ese no sea el término adecuado. Abreviando, y para no extender el suspense demasiado, me fui a dar una vuelta por el cementerio de la Almudena, que encima me pilla cerca de casa y puedo llegar hasta él andando.
¿Te fuiste de excursión al cementerio? ¿Estás majareta? Seguro que son las preguntas que le surgen al 90% de los lectores, o más. Pues no, es un sitio interesante para ver, aunque es cierto que probablemente no lo sea para todos los estómagos ni sensibilidades. Había oído que es un cementerio enorme, no se donde decía que tiene el tamaño d la ciudad de Segovia, y que es el mayor de Europa. No os voy a sacar de dudas en cuanto a estos datos se refiere, porque no soy capaz de contrastarlos, pero puedo afirmar que es enorme, inmenso. Ya el que haya líneas de autobuses que lo atraviesen y tengan paradas dentro es un poco chocante. Mi intención con la visita era ver alguno ejemplos de esculturas funerarias, angelitos, amantes y cosas así, y ver un sitio curioso a la par que encantador. La escultura funeraria suele ser vistosa, e impresiona lo suyo, y varias muestras encontré. Supongo que habrá mucha gente famosa enterrada allí, pero no era mi intención buscarlos, al menos en el paseo de ayer, pese a lo cual me encontré con algunas capillas “ilustres”. Todo era bastante curioso, porque pese a que hay muchísimos árboles, el sol lucía esplendoroso, y la luz lo llenaba todo. Si uno está acostumbrado a una imagen del cementerio asociada a oscuridad y tonos lúgubres, por lo menos lo de ayer era todo lo contrario. Otra cosa debe ser verlo al atardecer, o al anochecer, que debe impresionar lo suyo. Me imagino que muchas personas de esta ciudad habrán hecho el reto clásico de pasar una noche entre las tumbas cuando eran pequeños, a ver si veían a los muertos, y desde luego se pueden perder y volver majaras en medio de las miles de cruces y senderos que adornan todo el complejo. Hay una especie de promontorios circulares desde los cuales se divisan unas vistas bastante bonitas de la ciudad, con las cuatro torres del CTBA de fondo. Las avenidas de cipreses, enormes y densos como ellos solos, se bifurcan y se curvan dibujando supongo una pieza geométrica de interés. Se respiraba allí una paz y tranquilidad enorme. “Vaya tontería” dirá alguno, “como para no estar tranquilo”. Sí, obviamente los residentes del lugar son tranquilos, pero pese a ser 31 de agosto, había bastante trajín de coches y gente dando vueltas, haciendo visitas, arreglando recordatorios y, en general, paseando por allí. Sin embargo, pese a lo sosegado del lugar, el ruido de fondo de la ciudad llega perfectamente, y quizás ni allí los muertos de esta urbe, como pasará sin duda en otras, pueden descansar eternamente, y menos sus familiares, que acuden a visitarlos.
Saqué algunas fotos a estatuas y motivos que me parecieron interesantes, y afortunadamente hice el recorrido antinatural, entrando por una puerta accesoria y saliendo por la principal, porque al salir del complejo, cuando iba a hacer la última imagen, me vino un miembro del personal de seguridad para advertirme de que estaba prohibido sacar fotos en el interior del cementerio. Asentí e hice caso, sin evitar reírme un poco por dentro al saber que había violado la prohibición unas cuentas veces a lo largo de la mañana. Quizás, como pensaban algunos antiguos, las fotos a las tumbas se llevan parte del alma de los que allí están, y esa sea la causa de la prohibición.
¿Te fuiste de excursión al cementerio? ¿Estás majareta? Seguro que son las preguntas que le surgen al 90% de los lectores, o más. Pues no, es un sitio interesante para ver, aunque es cierto que probablemente no lo sea para todos los estómagos ni sensibilidades. Había oído que es un cementerio enorme, no se donde decía que tiene el tamaño d la ciudad de Segovia, y que es el mayor de Europa. No os voy a sacar de dudas en cuanto a estos datos se refiere, porque no soy capaz de contrastarlos, pero puedo afirmar que es enorme, inmenso. Ya el que haya líneas de autobuses que lo atraviesen y tengan paradas dentro es un poco chocante. Mi intención con la visita era ver alguno ejemplos de esculturas funerarias, angelitos, amantes y cosas así, y ver un sitio curioso a la par que encantador. La escultura funeraria suele ser vistosa, e impresiona lo suyo, y varias muestras encontré. Supongo que habrá mucha gente famosa enterrada allí, pero no era mi intención buscarlos, al menos en el paseo de ayer, pese a lo cual me encontré con algunas capillas “ilustres”. Todo era bastante curioso, porque pese a que hay muchísimos árboles, el sol lucía esplendoroso, y la luz lo llenaba todo. Si uno está acostumbrado a una imagen del cementerio asociada a oscuridad y tonos lúgubres, por lo menos lo de ayer era todo lo contrario. Otra cosa debe ser verlo al atardecer, o al anochecer, que debe impresionar lo suyo. Me imagino que muchas personas de esta ciudad habrán hecho el reto clásico de pasar una noche entre las tumbas cuando eran pequeños, a ver si veían a los muertos, y desde luego se pueden perder y volver majaras en medio de las miles de cruces y senderos que adornan todo el complejo. Hay una especie de promontorios circulares desde los cuales se divisan unas vistas bastante bonitas de la ciudad, con las cuatro torres del CTBA de fondo. Las avenidas de cipreses, enormes y densos como ellos solos, se bifurcan y se curvan dibujando supongo una pieza geométrica de interés. Se respiraba allí una paz y tranquilidad enorme. “Vaya tontería” dirá alguno, “como para no estar tranquilo”. Sí, obviamente los residentes del lugar son tranquilos, pero pese a ser 31 de agosto, había bastante trajín de coches y gente dando vueltas, haciendo visitas, arreglando recordatorios y, en general, paseando por allí. Sin embargo, pese a lo sosegado del lugar, el ruido de fondo de la ciudad llega perfectamente, y quizás ni allí los muertos de esta urbe, como pasará sin duda en otras, pueden descansar eternamente, y menos sus familiares, que acuden a visitarlos.
Saqué algunas fotos a estatuas y motivos que me parecieron interesantes, y afortunadamente hice el recorrido antinatural, entrando por una puerta accesoria y saliendo por la principal, porque al salir del complejo, cuando iba a hacer la última imagen, me vino un miembro del personal de seguridad para advertirme de que estaba prohibido sacar fotos en el interior del cementerio. Asentí e hice caso, sin evitar reírme un poco por dentro al saber que había violado la prohibición unas cuentas veces a lo largo de la mañana. Quizás, como pensaban algunos antiguos, las fotos a las tumbas se llevan parte del alma de los que allí están, y esa sea la causa de la prohibición.
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