Ayer, con una ceremonia faustuosa digna de los tiempos que lo imaginaron y no de los de la crisis actual, fue inaugurado el Buró Dubai, el edificio más alto del mundo. Bautizado como Buró califa, la torre Califa homenajea así al emir de Abu Dhabi que ha salido a rescatar financieramente a su vecino Dubai, por lo que la torre no es ajena a estos tiempos de penurias. Sin embargo sus dimensiones exceden todo lo conocido, y con su altura final, 828 metros, rompe todos los records existentes en altura, sean edificación o estructuras. No hay nada igual en el mundo. Nada.
¿Cuánto son 828 metros de altura? Evidentemente mucho, pero pondré algunas comparaciones para que el lector pueda no hacerse a la idea, que es difícil, pero si echarse a temblar. El edificio más alto de España es la torre Caja Madrid, del complejo CTBA de Madrid, que con sus 250 metros no llega ni a la tercera parte de la altura de ese coloso. Torre Picasso, también en Madrid, tiene 157 metros de altura, por lo que habría que colocar seis torres una encima de la otra para alcanzar el techo de Dubai. 6 Torres!!!!. Si viven en Bilbao conocerán la torre del BBVA, que con sus 88 metros era hasta hace poco el techo de la ciudad. La de Dubai equivale a casi 10 torres de BBVA puestas una encima de la otra. Ahora que en Abandoibarra crece el mascarón de proa de la torre Iberdrola, que esta previsto que llegue a los 160 metros de altura, imagínensela multiplicada por seis, como Torre Picasso.... sí se que es difícil de imaginar. Para un lector que esté en Elorrio, la altura de la torre de la iglesia, enorme y preciosa, llega hasta los sesenta metros, por lo que serían cerca de catorce torres una encima de otra las que habría que colocar para igualar al monstruo, aunque una comparativa más fácil de entender sería que suponemos la torre de Dubai en la plaza, sita a 200 metros sobre el nivel del mar, su altura sería equivalente a la punta de Udalaitz, con sus poco más de mil metros de altura. Alucinante, verdad? Podríamos así ir ciudad por ciudad cogiendo sus monumentos emblemáticos y multiplicándolos hasta casi el infinito. Y no sólo en España. Los trescientos metros de la torre Eiffel son poco más que la tercera parte de todo el complejo, y las destruidas y santas torres gemelas, con sus 410 metros de altura aproximadamente, eran prácticamente la mitad de esta torre de Dubai. Sí, las torres gemelas del WTC puestas una encima de la otra equivaldrían al portento que se eleva sobre las arenas del desierto arábigo. Cifras, comparaciones, imágenes... lo que quieran, pero a mi que los rascacielos me encantan, que trabajo en una planta 19 a unos 80 metros del suelo sobre Madrid y la tengo a mis pies, y día tras día esta altura y vista me siguen pareciendo fascinantes no soy capaz de calibrar las dimensiones de algo como lo que han hecho en Dubai. Simplemente se me escapa. He seguido las obras por Internet a lo largo de estos cinco años y mes a mes la torre crecía, se retranqueaba, y su altura era cada vez más fantasiosa. Esto no puede ser, pensaba para mi. Y desde ayer, simplemente, es.
Si el tamaño de las burbujas económicas se mide por las dimensiones de los edificios que dejan, y dado que sólo esas acumulaciones de dinero pueden costear complejos como el de Dubai, con un coste estimado de construcción de 1.000 millones de euros pese a los sueldos míseros de sus trabajadores, acabamos de ver reventar la mayor de la historia. La aguja de la torre de Dubai pincha un globo que nos ha sostenido artificialmente durante más de una década, como sucedió con la inauguración del Empire State Building en 1930, pero el entonces llamado Empty State hoy luce glorioso en Manhattan. Desde ayer Dubai mira al mundo desde lo más alto.
Mañana, Reyes, es festivo. Hasta el Jueves y suerte con los regalos.
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