jueves, diciembre 16, 2010

Se acaba la paz social

Si la semana pasada fue Londres, el escenario de violentas manifestaciones e imágenes impactantes, y el Lunes ardió Roma, ayer le tocó el turno a Atenas, donde se vivió otro día de huelga general, creo que ya van ocho en este año, contra los recortes provocados por la crisis. Cargas policiales, carreras, cócteles molotov, vallas volando, guerrilla urbana… por un momento parecía que el tradicional ambiente de las gradas del baloncesto heleno se había trasladado a las plazas y calles de la capital griega, pero no había ni balones ni animadoras, sólo grupos enfrentados.

Parece que la crisis económica ha profundizado lo suficiente en la sociedad y ha destruido tanto que empiezan las revueltas populares, algo típico de estos procesos. Si esos altercados suelen ser mayores a medida que el deterioro económico lo es, preparémonos para una convulsa temporada de algaradas por toda Europa. Curiosamente es en España donde, afortunadamente y por el momento, menos disturbios se han dado. Y todo el mundo nos mira extrañado, porque con las vergonzosas tasas de paro con las que convivimos nadie se explica que el estallido social no se haya producido. No se a que se debe, pero se me ocurren las dos causas obvias que mitigan la posible revuelta y que nos distinguen del resto de los países europeos, al menos de los centrales. Una es el papel de acogida de la familia, que recoge a los miembros que la crisis ha dejado tirados, como es el caso de muchos hijos que vuelven a vivir con sus padres tras ver frustradas sus aspiraciones de independencia por perder el trabajo, o de otros que simplemente residen sin límite en el hotel familiar a la espera de que esto mejore. Este núcleo familiar, su funcionamiento, es muy distinto de lo que sucede en Centroeuropa, donde la emancipación de los hijos es mucho más temprana y los vínculos familiares son más débiles. El otro factor distintivo es la economía sumergida. Muchos de los parados hacen chapuzas, cobran dinero en negro, se llevan algo a casa además de la prestación, sin cotizarlo ni declararlo, y esos ingresos extras pueden ser la diferencia entre la pobreza o la subsistencia. Sin embargo, estos puntales de apoyo irán cediendo a medida que la crisis se prolongue, y las reservas financieras se agoten. La supresión del subsidio de 426 euros prevista para Febrero pondrá a muchas familias al otro lado de la barrera de la pobreza, y supongo que será inevitable que, como hemos visto en esos otros países, se den situaciones conflictivas y violentas. Ya las vivimos en el pasado, como recordarán muchos bilbaínos, que en los ochenta cruzaban el puente de Deusto a las horas en las que la batalla diaria que mantenía la policía con los trabajadores del astillero Euskalduna hacía sus descansos. Estas situaciones son inevitables, porque muchas veces el derecho a la pataleta es lo único que le queda a quienes lo han perdido casi todo. No nos engañemos. Todas las crisis generan pobreza, injusticia y malestar, y esta que estamos viviendo fabrica todo eso en cantidades industriales, tanto por cómo se está desarrollando como por la forma en la que, en apariencia, se está arreglando. Visto lo visto a muchos parados les gustaría llamarse “Banco”, y no Juan, Elena o Vicente….

A falta de conflicto organizado, no faltan los actos individuales desesperados.
Este parece ser el caso del asesinato de ayer en Olot, un pueblo de Gerona que tiene una larga crónica negra (la farmacéutica secuestrada hace años, el geriátrico hace semanas). Un albañil en paro, endeudado, a punto de ser embargado, cogió su escopeta y asesinó al dueño de la empresa que no le pagaba, al hijo del dueño, a un jefe de sucursal bancaria y a un cliente de la misma, en un acto mitad fruto de la España profunda y de los asesinos que surgen periódicamente en Estados Unidos. Tras el drama el protagonista se entregó, declarándose satisfecho. Horroroso. Parece que la ruina económica puede llevar muy rápido a la mental.

1 comentario:

MMO dijo...

Lo peor de lo de Olot de ayer..es que cunda el ejemplo. Y muchos desempleados, arruinados y parias de la tierra,tomen las armas contra sus conciudadanos....si al menos lo hicieran contra el gobierno, oposición, banqueros y demás políticos chupadores y empresarios privados ladrones...

Saludos