Según las teorías modernas, fueron diferencias infinitesimales en l campo gravitatorio las que determinaron que, tras el Big Bang, la materia se comenzase a agrupar y crear estructuras, que luego llegarían a ser planetas y galaxias. De esta manera, un conjunto uniforme de átomos se diferenció y empezaron a surgir entre la nube partículas algunas mayores, y otras menores, y con el tiempo no hicieron más que crecer y sobresalir unas respecto a otras, captando lo que les rodeaba y que no había sido atrapado por otras.
Algo así me sucedió a mi hace un tiempo. Hubo un día, hace años, en el que algunas partículas de mi cuerpo empezaron a agruparse y crearon una protuberancia, que lamentablemente no era una extensión del cerebro, o de algún músculo importante, sino una mera bola de grasa conocida vulgarmente como quiste, que tuvo la ocurrencia de situarse en primera línea del frente, quizás porque esas partículas que lo conformaban deseaban mirar al mundo de frente. Así, la bolita se situó al ras de la piel del papo izquierdo, a unos dos centímetros bajo el ojo, haciéndose tan visible como la nariz o cualquier otro elemento de la cara. Como no me hacía daño ni me molestaba, no me importaba, y como soy un dejado, especialmente para todo lo que tiene que ver conmigo mismo, me daba igual que allí siguiese o no. Pero el público y gente que me rodea no parecía opinar así. Las voces que señalaban que debía quitarme “eso” iban creciendo poco a poco hasta convertirse en una multitud de órdenes dirigidas a quitarlo de “una XXX vez” Junto al deseo surgía el ansia de tomar partido en la operación, y así muchos decían que con unas tijeras, bisturí, grapadora, cuchilla de afeitar, folio, capuchón de bolígrafo, y en general cualquier tipo de instrumento cortante, se animarían a abrirme la cara y quitarme el grano, aunque luego no decían nada de cómo cerrarla, claro. En fin, el tiempo iba pasando, mi dejadez aumentaba, el coro de insistentes crecía y las partículas, reconfortadas en sí mismas, parecía que no llamaban a más socias, pero habían alcanzado un tamaño respetable, casi de enana blanca. Al final no pude evitar la presión, y fui al médico en Elorrio que acabó poniéndome cita con el dermatólogo, cosa que tuve este pasado viernes 18 de febrero. Al verlo la doctora dijo que era un quiste sin consecuencias, salvo las estéticas, pero que sí, mejor extirparlo, aunque me advirtió de que a lo mejor me quedaba cicatriz. Yo le dije, literalmente, que eso me preocuparía si la naturaleza me hubiese dotado con el rostro de George Clooney, pero que evidentemente no era ese el caso. Ella se rió, supongo que de mi, y empecé a pensar que una cicatriz en la cara tampoco era tan mala idea. Quién sabe, sie el tajo era muy grande podía tatuarme un ancla al final del mismo, y adoptar un aspecto de malote, casi lo opuesto a lo que soy, interesante…..
… pero parece que al final no va a haber suficiente maroma para el ancla. Me pusieron la cita para operar para el jueves de la siguiente semana, el pasado 17, motivo de mi ausencia en este, su blog, y finalmente fueron tres, y no seis como me anunciaron, los puntos que me hicieron, y que me quitarán este jueves. Ahora el papo ni duele ni molesta, como antes, pero he sustituido el bulto por una tirita, sobre todo para tapar el hilo azul chillón con el que me han cosido. No, lo de malote habrá que dejarlo para otra vida.
2 comentarios:
Seguro que no es nada, y las cicatrices son sexy :)
Querido generador de quistes!
Ya sabes que Yo con una estaca te lo hubiera estirpado sin problema, pero mejor un experto en estos temas.
Has hecho bien y tendrá su recompensa...ya has visto lo que opina MMO.
Welcome to this antro.
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