lunes, diciembre 19, 2011

El querido líder se ha muerto, sniff, sniff

Parece que 2011 no va a dejar de darnos noticias impactantes hasta su final, y Corea del Norte, envidiosilla, quería un hueco en los programas resumen del año, que antes se hacían al final y a este paso los harán en Todos los Santos. En fin, que me levanto por la mañana y me entero que esta noche se ha muerto Kim Jong-Il, el dictador norcoreano, tras unos diecisiete años de estancia al mando en la cruel e infecta dictadura que somete a Corea del Norte a uno de los regímenes más despreciables, abyectos y crueles que se pueda uno imaginar. Bueno, lo cierto es que ni siquiera somos capaces de imaginar hasta dónde llega lo de Corea del Norte..

Al parecer, el simpático Kim ha fallecido de un infarto en un viaje en su tren privado. Desde hacía un tiempo se discutía sobre sui estado de salud dado que sufrió un infarto cerebral en 2008 y desde entonces sus apariciones públicas eran muy contadas, y en ellas ofrecía un aspecto de artificioso muñeco diabólico aún más marcado de lo que nos tenía acostumbrados. Si la salud de los mandatarios es un tema del que habitualmente poco se sabe, y menos aún con certeza, en el caso de Corea del Norte el tema es tan obtuso como todo lo que sucede en ese lugar. Si se acuerdan en los setenta empezaron a proliferar expertos médicos cuya labor era escrutar las apariciones de los cada vez más decrépitos líderes de la URSS en la Plaza Roja y, en función del aspecto que ofrecían, determinar si estaban enfermos o no, y cuánto tiempo podían durar en el poder. Vamos, una manera más profesional de llevar a cabo el sesudo análisis que hacemos de vez en cuando sobre alguien cuando decimos eso de “uy, qué mala pinta tiene ese….” Tras la caída de la URSS y la llegada del paro masivo a estos analistas tan curiosos, su único refugio se hallaba en Corea del Norte, pero el secretismo de ese país es tal que ni siquiera abundan las apariciones del líder. Aislado, en un profundo misterio, Corea del Norte es una nación carcelaria donde nada escapa y nada entra. Los niveles de paranoia instalados en el país son difíciles de creer, y el gobierno chino, único país con el que mantiene relaciones el régimen de Pyongyang, tampoco es muy comunicativo con el resto del mundo para decirnos qué es lo que allí pasa. Así, la muerte del amado líder abre el problema de la sucesión, que en este caso también es muy particular, porque la familia Kim, por así decirlo, inventó la primera y única monarquía comunista del mundo, si es que a eso se le puede llamar monarquía y comunismo a la atrocidad que allí se practica. Kim Jong-Il sucedió a su padre, Kim Il Sun, quién formalmente sigue presidiendo el país pese a casi llevar una veintena de años muerto y enterrado (eso es renovarse, chicos). El amigo Jong-Il tiene varios hijos, y
parece que el señalado por los hados para sucederle es el tercero, de nombre Kim Jong Un, otro Kim, y de apodo “Comandante Brillante” que suena más a anuncio de arroz instantáneo que a líder de un país. Ya en 2010 Jong Un fue señalado por el régimen como el futuro sucesor de su padre, que cómo se vería a sí mismo para nombrarlo… Poco se sabe de este personaje, y hasta se duda de su edad, suponiéndole ahora mismo en torno a la treintena. En las pocas fotos que hay del mismo se ve a una persona obesa, padece diabetes según se rumorea, y dicen que es irascible, por lo que a lo mejor se estrena cargándose a algunos miles de habitantes de su país, tradición también muy arraigada en al familia Kim. También figura en su biografía la sospecha de que estudió en un colegio suizo de incógnito cuando era un crío, lo que sería muy novedoso en la tradición familiar, tanto por el hecho de salir del país como por lo de estudiar en sí mismo.

Lo que no se tiene nada claro en este momento es qué actitud va a tomar el ejército norcoreano, auténtico poder fáctico, y de todos los tipos posibles, que es quién controla el país. Recordemos que Corea del Norte nos interesa tanto no sólo por su absoluto exotismo sino porque tiene armamento nuclear y misiles balísticos. Sus vecinos se han levantado (o acostado, según las hora) más nerviosos que ayer, sabiendo que al mando del país paranoico ya no está un líder enfermo y pirado sino un desconocido menos enfermo y puede que tan pirado como el anterior. ¡Qué gran avance!. Corea del Norte, siempre a la vanguardia de la infamia….

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