martes, noviembre 20, 2012

Dando palos de ciego en la burbuja


Ayer fue un día en el que un par de declaraciones hechas ante los medios de comunicación demostraron lo perdida, desnortada y, hasta cierto punto, desnuda, se encuentra la clase política y financiera española en medio del temporal en el que vivimos, y que sumadas, nos enseñan lo lejos, muy lejos, que estamos de salir de nuestra propia crisis, sobre todo porque tras lo dicho no se tiene ni asumido dónde nos encontramos, porqué estamos como estamos ni qué es lo más lógico que podemos hacer al respecto. Es muy deprimente oír cosas así a estas alturas, créanme.

Por un lado el gobierno, que ve que no hay manera de hacer caja ni de quitarse de encima los pisos muertos, se sacó de la manga una ocurrencia tal como que la compra de un piso de más de 160.000 euros por parte de un extranjero (no comunitario, los de la UE no lo necesitan) llevará aparejada la concesión del permiso de residencia. Se trata de que, como se indicó, compradores rusos y chinos se hagan con los pisos de la costa que siguen esperando comprador, a cambio de lo que se las permitiría vivir allí dándoles la residencia temporal sin, se supone, colas, trámites ni esperas. Leída así de golpe la noticia suena a chiste, porque parece que lo que quiere hacer el gobierno es reformar la ley de extranjería y poner un precio a la residencia, de tal manera que sea 160.000 euros el coste de ser español, dicho muy a lo bruto. De donde venga ese dinero nos da igual, pero que se venga aquí. Es cierto que otros países tienen medidas similares, con el objeto de atraer capitales, pero no deja de ser como mínimo una idea chocante. Lo más importante es que no funcionará porque el mercado inmobiliario está muerto y los pisos no valen ni la cuarta o quinta parte de la cifra señalada. Muchos de esos inversores extranjeros comprarán promociones caras, de lujo, o bien situadas, pero las miles de viviendas semiabandonadas, a terminar o concluidas en medio de eriales sin fin no las va a comprar nadie, ni un ruso borracho ni un chino engañado. Además, está por ver que una reforma de tantas leyes como las que implica la medida ayer anunciada se pueda hacer en un plazo tan breve como le gustaría al gobierno. En fin, me parece más uno de esos globos sondas que se hacen una mañana, generan una escandalera y luego se esfuman poco a poco en medio de la nada. Mucho más grave y alarmante me parece la postura que ayer mismo expresó Miguel Martín, el presidente de la AEB, Asociación Española de la Banca, que en un desayuno informativo soltó la perla de que para salir de la crisis lo que hay que hacer es construir más casas y dar más hipotecas. Alucinante. Puede tener un pase que el representante del lobby de la banca realice declaraciones en las que defienda a su sector, pero de ahí a soltar semejante frase, y en público, hay un trecho muy largo. La mayor parte de las entidades financieras españolas están enfangadas, cuando no directamente quebradas, por el estallido de la burbuja inmobiliaria, sus balances son falsos, están plagados de pisos que no valen lo que dicen que valen, y su sostenimiento está siendo una losa muy pesada que el conjunto d país trata de sostener con el objeto de que no le arrastre su probable caída, y opina el defensor de esas entidades que la solución es edificar más y conceder más créditos!! Esto, directamente, es no entender como funcionan las cosas, o aún peor, es pensar que las cosas funcionan como lo hacían antes. Quizás crea la AEB que, cinco años después de iniciado el desastre, seguimos en un paréntesis temporal y que en breve todo volverá a ser como antes. Pues no, nada va a volver a ser como antes y si en serio se creen lo que dicen, si yo fuera un inversor huiría de España, al oír tonterías de este calibre.

¿Saben como se soluciona el problema de los pisos no vendidos? Como se hace en el resto del mundo. Muchos de ellos se venden, pero a un 70% u 80% de descuento sobre el valor original, la entidad financiera y el promotor asumen el coste y, en muchos casos, van a la quiebra, de manera controlada. Y muchos otros pisos, que jamás se venderán porque ni se acabaron o donde se hicieron nada había, se deben tirar. Sí, tirar, derrumbar, destruir con al piqueta, como empezaron a hacer en Florida hace un par de años o en Irlanda a principios de est. Y su valor es, obviamente, cero. De esto la AEB no quiere oír nada, y el gobierno, que lo sabe, no se atreve a hacer. Sí, habrá que esperar a la intervención para que esto empiece a pasar.

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